LA EDUCACIÓN COMO RESPUESTA A LOS RETOS QUE PLANTEA LA ESCUELA
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Résumé
La mejor manera de preparar para el futuro es diseñar una educación que sea capaz de ofrecer a las nuevas generaciones un mensaje atrayente. Ésta no sólo debe preparar en aspectos que favorecen el desarrollo pleno del ser —individual y socialmente considerado—, sino que también afecte a sus opciones culturales, de inserción laboral y de participación social, con el objeto de que mejore su vida y se comprometa en la transformación de la sociedad.
Los retos a los que se hace referencia en este artículo exigen agudizar la mirada para traspasar los velos que nos impiden ver con claridad la realidad concreta, a fin de buscar nuevas y adecuadas respuestas: educar para formar ciudadanos, interculturalidad en la escuela, igualdad de las diferencias, roles y competencias del profesor del futuro, conflicto y violencia en las aulas y búsqueda de nuevos espacios para evitar el fracaso escolar.
A la escuela le resulta cada vez más difícil retener a los jóvenes y seguir desempeñando su labor educadora. Los sistemas educativos tienden a priorizar la perspectiva sistémica (educación formal), alejándose de los intereses de los sujetos y de aquellos aprendizajes relevantes que mejor responden a las demandas de un mercado laboral en continua transformación. Esto significa que se hace necesario arbitrar medidas compensatorias (sociales), con el fin de afrontar los problemas y dificultades con los que se encuentran los jóvenes que fracasan en el sistema educativo formal. Conllevaría, además, la aceptación de formas y configuraciones diversas, ofertadas desde una educación «no formal» que, por su flexibilidad, facilitaría la adquisición de competencias nuevas, en interacción constante entre el sistema educativo y el mercado laboral.