Resumen
En un intento de lograr la máxima eficacia en los procesos formativos «online» se han enunciado ciertos indicadores de calidad orientados, en la mayoría de las ocasiones, a perfeccionar el diseño de los entornos y a estructurar los contenidos de modo que se ajusten a los criterios de usabilidad, accesibilidad y adaptabilidad enunciados por Nielsen (2000). Sin embargo, un paso más allá se centra en analizar dichos entornos con el fin de generar unos espacios que respondan a las necesidades reales de los potenciales usuarios, es decir, determinar «a priori» sus estilos de aprendizaje para que la adaptación a sus propios esquemas cognitivos propicie un marco idóneo para la autoformación.Descargas
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