MI PRIMER DÍA EN LA ESCUELA PRIMARIA Y... ¿YA SÉ LEER?

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CELESTE RODRÍGUEZ MARTÍN

Resumen

Tradicionalmente se ha creído que los niños requerían poseer una serie de habilidades perceptivas que han constituido el eje central del trabajo en la escuela durante largos años, dejando de lado las habilidades metalingüísticas, fundamentales según recientes investigaciones. Para iniciar el aprendizaje de la lectura y la escritura es necesario desarrollar previamente el lenguaje oral, de modo que posibles deficiencias en éste no interfieran en el lenguaje escrito, así como realizar un entrenamiento en conciencia fonológica. Para enseñar al alumnado esta habilidad instrumental se han empleado diferentes métodos que han marcado la edad en la que iniciar dichos aprendizajes, siempre dentro de un marco educativo repleto de opiniones encontradas. La entrada en la escuela trae consigo un enriquecimiento importante —cualitativo y cuantitativo— del léxico que, a su vez, facilitará el aprendizaje lectoescritor. Pero, por otra parte, el ingreso en la escuela puede acentuar las diferencias lingüísticas entre el alumnado de ambientes socioculturales altos y bajos. Esto hace aún más patente la necesidad de llevar a cabo una intervención temprana que evite o mitigue estas diferencias sociales, de forma que los alumnos desaventajados tengan las mismas oportunidades académicas que otros compañeros mediante la adquisición del código elaborado que se emplea en la escuela.

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Cómo citar
RODRÍGUEZ MARTÍN, C. (2005). MI PRIMER DÍA EN LA ESCUELA PRIMARIA Y. ¿YA SÉ LEER?. Bordón. Revista De Pedagogía, 57(5), 689–700. Recuperado a partir de https://recyt.fecyt.es/index.php/BORDON/article/view/40800
Sección
Artículos