Intoxicaciones medicamentosas (I). Psicofármacos y antiarrítmicos

Egileak

  • I. Osés
  • G. Burillo-Putze
  • P. Munné
  • S. Nogué
  • M.A. Pinillos

Gako-hitzak:

Intoxicación. Benzodiacepinas. Antidepresivos tricíclicos. b-bloqueantes. Digoxina.

Laburpena

En la valoración de la Intoxicación Medicamentosa Aguda (IMA) en pacientes graves con dosis potencialmente no tóxicas del teórico fármaco responsable es importante insistir en la anamnesis en la coingesta de otros fármacos o tóxicos. Inicialmente se prestará atención a las medidas de soporte vital, oxigenando, protegiendo la vía aérea y expandiendo la volemia. El ECG es una herramienta diagnóstica de primer orden en las IMA, sobre todo por antidepresivos tricíclicos (ADT) y medicación cardiovascular. Su monitorización continua durante las primeras 12-24 horas suele ser necesaria en la mayoría de los casos. Las benzodiacepinas no suelen producir intoxicaciones graves. El uso del flumazenilo se reservará a los casos de depresión respiratoria, coma profundo o de causa no filiada. Pueden dar lugar a convulsiones, sobre todo en caso de intoxicación mixta con antidepresivos, y síndrome de abstinencia. Los ADT poseen una potencial gravedad enorme, pudiendo originar arritmias mortales. El rango terapéutico del litio es muy estrecho, pudiendo producirse signos de toxicidad fundamentalmente digestiva y neurológica. En caso de intoxicación por digoxina, se considerará el uso de anticuerpos antidigital en caso de bradiarritmias graves, bloqueos AV o PCR. El glucagón es el antídoto para la intoxicación grave por b-bloqueantes y para la hipotensión refractaria en caso de calcioantagonistas.

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Argitaratuta

2008-12-19

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