Política de infraestructuras en España: un modelo a revisar

Resumen

Las infraestructuras de transporte han sido siempre una preocupación en la historia contemporánea de España. Durante mucho tiempo, la diferencia del desarrollo económico y social del país se midió, respecto al mundo y en especial respecto a los países vecinos de Europa, por este rasero. En el siglo xx, y especialmente a partir de la década de los 80 del siglo xx, la inversión en transporte en España se intensificó, alcanzando un punto especialmente álgido entre 1997 y 2009. Con esta inversión, España alcanzó un nivel semejante e incluso superior a otros países de la Unión Europea. Sin embargo, este crecimiento se ha realizado sobre presupuestos controvertidos que han primado la extensión sobre el uso, la equidad sobre la eficiencia, reproduciendo el período isabelino (por Isabel II, mediados del siglo xix) que es cuando se inició la preocupación del Estado por este tipo de políticas. Es preciso adaptar las infraestructuras de transporte a un nuevo escenario, reforzando las mercancías, abandonando el mapa radial y asumiendo la pertenencia de España a una red transeuropea que ha de marcar las decisiones de futuro. Sólo reforzando las conexiones exteriores al servicio de la economía productiva y abandonando el viejo modelo de infraestructuras basadas en un «exceso de capacidad», una estructura mallada indiferenciada y una orientación a los pasajeros de forma casi exclusiva, se podrán afrontar los retos del siglo xxi. Analizando el origen del modelo en el período isabelino del siglo xix, se realiza un recorrido por la construcción de este modelo y sus consecuencias para la actualidad, así como su necesaria revisión.