Introducción [El Brasil de Dilma Rousseff: balance del primer año de Gobierno]
Resumen
Revista CIDOB d’Afers Internacionals, nº 97-98
Cuatrimestral (abril 2012)
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X
En 1 de enero de 2011 Dilma Rousseff se convirtió en la primera mujer en asumir la Presidencia de Brasil, un país de dimensiones continentales que, en la última década, se ha colocado en primera fila de los países emergentes con influencia creciente en el sistema internacional. La nueva mandataria fue catapultada a las más altas responsabilidades de gobierno de la mano del presidente saliente, Luis Inácio Lula da Silva, quien la nombró su heredera in pectore. Tras completar dos mandatos, el carismático líder del Partido dos Trabalhadores (PT) dejó su cargo con unos inusitados índices de popularidad del 80%, con un amplio reconocimiento internacional como líder regional y global, y consiguió proyectar una imagen de éxito y una política exterior proactiva de Brasil. El presidente saliente dejaba un balance muy positivo de transformación del país hacia un desarrollo más inclusivo y un mayor protagonismo internacional y regional. La presidenta Rousseff asumió los retos de mantener los logros, impulsar la profundización de las transformaciones y las responsabilidades del creciente liderazgo brasileño en un contexto menos halagüeño que el de la década anterior. La crisis económica internacional, que afectó sobre todo a las principales economías del norte, ha colocado a los países emergentes en el punto de mira, pues se les considera un factor fundamental para la recuperación y la estabilidad económica y política internacional.