Convocatoria monográfico "Conflictos y resistencias en los medios rurales"
Tras décadas de oscuridad y desinterés, el futuro de los medios rurales en el Estado español se ha convertido en un tema de actualidad. Desde el estallido de la crisis financiera de 2008, diversos intelectuales, periodistas y escritores han venido dando visibilidad a problemas seculares del campo como el despoblamiento, el envejecimiento o la carencia de infraestructuras de transporte, entre otros (Moyano, 2020). Atravesadas por un enorme pesimismo, estas narrativas se han caracterizado por una perspectiva en gran medida idealizada y cargada de nostalgia (De Dios, 2017), al presentar un espacio casi paradisíaco y ajeno a los conflictos. Estas representaciones de la ruralidad son herederas de un potente imaginario clásico construido en torno a la valencia de la naturaleza, de la autenticidad y de las tradiciones. Paradójicamente, estos discursos falseados han contribuido, en cierto modo, a impulsar dos transformaciones de importancia para el medio rural: por una parte, la inversión turística (casas rurales, hoteles de interior, etc.), que ha chocado con frecuencia con la realidad mucho menos idílica de las formas tradicionales de vida; por otra, una intensificación —difícil, aun así, de cuantificar— de las relaciones de dependencia campo-ciudad, con el aumento de trabajadores fluctuantes, “teletrabajadores” y residentes de fin de semana.
Pese a todo, este incremento de la atención dedicada a los espacios rurales ha permitido también que se empiecen a visibilizar otros conflictos más recientes, aunque con marcadas raíces históricas. Por un lado, la aceleración que la guerra de Ucrania ha proporcionado a la descarbonización y al “capitalismo verde”, con las millonarias subvenciones a la energía solar y eólica, ha vuelto a poner sobre la mesa el problema del extractivismo energético y sus consecuencias para la agricultura y los modos de vida campesinos. Dentro de este marco extractivista también podríamos situar el desarrollo de la agroindustria intensiva y el aumento de las denominadas macrogranjas, que han generado un grave problema de contaminación y sobreexplotación de los acuíferos, desatando el colapso medioambiental de zonas como el Mar Menor (Instituto Español de Oceanografía, 2020). Por otro lado, los incendios de gran magnitud y difícil control han llamado la atención sobre los graves perjuicios ecológicos de la despoblación, a la vez que han puesto de relieve las numerosas fricciones entre residentes e instituciones públicas a la hora de gestionar los espacios naturales donde existe actividad ganadera o cinegética. Un ejemplo notable sería el enconado debate respecto a la presencia del lobo en determinadas zonas del norte peninsular, enfrentando al sector ganadero, que se ha mostrado claramente a favor de reducir las poblaciones de esta especie, y los naturalistas, contrarios a adoptar medidas letales contra la misma (Pérez de Albéniz, 2017).
Esta imagen conflictiva y fracturada del mundo rural no estaría completa, sin embargo, si no prestásemos atención a sus correspondientes resistencias, es decir, a las experiencias e iniciativas que, desde los pueblos, se aprestan a encarar los problemas correspondientes (Montesino, 2019). Algunos de estos movimientos han supuesto una relativa toma de conciencia de las tensiones territoriales originadas por el capitalismo globalizado, han creado redes y han dado a conocer las principales demandas y necesidades de los habitantes del agro, demostrando de este modo que el supuesto territorio vaciado no estaba muerto, sino simplemente adormecido. Prueba de ello es el surgimiento de nuevas plataformas ciudadanas que han removido la tranquila vida provincial con sus movilizaciones en defensa de la igualdad y el equilibrio territorial (Font, 2023). No menos importantes son las experiencias neorrurales vinculadas al movimiento ecologista y/o libertario (ecoaldeas, cooperativas integrales, etc.) que aspiran a gestionar de forma autosuficiente los recursos y las actividades de ciertos pueblos abandonados o en trance de despoblamiento con el fin de construir espacios de vida desmercantilizados (Badal y López García, 2006). En mayor o menor medida, estas y otras iniciativas están jugando un papel importante en el desarrollo de soluciones innovadoras para el futuro de los espacios no urbanos.
El presente monográfico pretende comprender y analizar tanto los nuevos (y viejos) conflictos como las nuevas (y viejas) experiencias de luchas y resistencias contra los procesos de despojo, abandono y periferalización de determinadas zonas del rural español. No obstante, también son bienvenidas propuestas que aborden esta temática en otras latitudes, especialmente el rural europeo y latinoamericano. Desde Encrucijadas. Revista crítica de ciencias sociales se hace un llamamiento a personas investigadoras que deseen presentar sus trabajos reflexionando sobre este asunto desde un enfoque interdisciplinar. Las contribuciones deben estar relacionadas preferentemente con algunos de los siguientes temas:
- Activismos agroecológicos en el entorno rural.
- Turistización y gentrificación del mundo rural.
- Experiencias de gestión y cogestión de espacios naturales: conflictos y colaboraciones.
- Dinámicas poblacionales de la ciudad al campo: convivencia, integración, exclusión.
- Plataformas y movimientos en defensa del territorio.
- Capitalismo verde y medio rural.
- Procesos identitarios y de reconocimiento social en las experiencias colectivas rurales.
- Cooperativas y organizaciones sindicales agrarias alternativas.
- Potencialidades y limitaciones de los proyectos rurales autogestionarios.
Fecha Límite para recepción de trabajos: 20/12/2023. Ver convocatoria || Descargar PDF