Calidad frente a Incertidumbre: miedos y riesgos por ver la televisión

Autores/as

  • Delia Crovi Druetta profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México
  • Carlos Lozano Ascencio profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (España)

DOI:

https://doi.org/10.3916/25798

Palabras clave:

Incertidumbre, televisión de calidad, sociedad de la información, televidentes

Resumen

La presente comunicación forma parte de una investigación mayor titulada «Medios de comunicación y construcción social de la incertidumbre», en la que participan los autores. El trabajo tiene como propósito reflexionar acerca del concepto televisión de calidad desde la perspectiva de la construcción social de la incertidumbre. Partimos de la premisa de que la TV es el medio de mayor cobertura a través de sus canales generalistas o abiertos, con la que se contribuye de manera destacada, a generar incertidumbre entre los receptores. No obstante, se considera que una verdadera televisión de calidad no debería generar incertidumbre social, sobre todo, en lo relacionado a determinados tratamientos informativos sobre situaciones trascendentales. Los televidentes de la sociedad de la información, paradigma de actual de tiempo, están permanentemente expuestos a informaciones que destacan hechos violentos, catástrofes, situaciones de inseguridad y riesgo. Tal acumulación de datos contribuye a construir socialmente la incertidumbre, asimismo, provoca que los ciudadanos perciban y definan la realidad social a partir de preocupaciones vinculadas a esa incertidumbre, generando con ello una cultura de inseguridades y temores. Hoy en día se perciben las situaciones de incertidumbre de acuerdo a nuestras claves culturales vigentes, pero, sobre todo, las percibimos muy condicionados por el capital de conocimientos adquiridos a través de las coberturas mediáticas. La televisión en este ámbito ofrece, de manera continuada, experiencias de incertidumbre en las que los receptores están más acostumbrados a saber identificarlas que a comprenderlas y a jerarquizarlas en un mismo nivel sin atender demasiado a su ubicuidad espacio temporal. Inmersos en situaciones de incertidumbre social (catástrofes, atentados, accidentes tecnológicos, crisis políticas, etc.) las televisiones son capaces de informar, pero no de ofrecer suficientes explicaciones –ni distancia, ni objetividad, ni sosiego– para saber entender con claridad lo que está sucediendo en dichos contextos emergentes. Esto se explica, en buena parte, porque las situaciones de incertidumbre se construyen narrativamente más por acumulación de datos aislados que por jerarquización u organización de los mismos. Los receptores se exponen, es cierto, al torrente de imágenes y declaraciones para percibir, antes que nada, la sensación del peligro, pero difícilmente perciben las causas y las consecuencias de lo que están contemplando. En la actualidad la televisión experimenta una marcada tendencia a la privatización y concentración en pocas empresas. Sus contenidos (mensajes violentos o información descontextualizada, parcializada y fragmentada) se transforman en simples mercancías, por lo que están lejos de constituirse en vehículo idóneo para la circulación de conocimientos que busca alcanzar la sociedad de la información. A partir de esta realidad se sostiene que a más información corresponde mayor incertidumbre entre los receptores televisivos, ya que los contenidos de este medio no les permiten conocer, valorar y decidir. Reciben un sinnúmero de mensajes pero carecen de las habilidades necesarias para discernir, jerarquizar y seleccionar, lo que contribuye a crear situaciones de incertidumbre y perplejidad.

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Publicado

2005-10-01

Número

Sección

Investigaciones