La televisión que veremos, ¿la televisión que queremos? Nuevas formas de hacer televisión

Autores/as

  • Tatiana Millán Paredes profesora del Área de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Extremadura
  • Soledad Ruano López profesora de la Universidad de Extremadura en el Área de Comunicación Audiovisual en Badajoz (España)

DOI:

https://doi.org/10.3916/25785

Palabras clave:

Televisión digital, contenidos, programación, satélite

Resumen

La televisión está sufriendo grandes cambios con la llegada de la tecnología digital, la multiplicación de las formas de distribución, la asociación del producto televisivo de entretenimiento a otro tipo de servicios, la nueva forma de relación con las audiencias. Todo ello marca un planteamiento distinto de lo que es televisión y su política de programación, qué contenidos se ofertan, por cuáles está dispuesto a pagar la audiencia. Para hacer un análisis en profundidad del tema tendríamos que partir de los aspectos empresariales y de rentabilidad que son al fin y al cabo los que determinan las tendencias del mercado, basados evidentemente en las posibilidades que brinda la tecnología y a partir de ahí analizar las cuestiones comunicativas, de programación y relativas a públicos y usuarios. Cabe por tanto destacar las siguientes cuestiones: La convergencia multimedia y su influencia en la televisión, se marcan pautas de desarrollo y acción. Televisión, telefonía y transmisión de datos se reparten el negocio de las telecomunicaciones. ¿Quién se lleva el gato al agua?, ¿qué papel tiene la televisión en la oferta global que los operadores están ofreciendo al cliente? Esto es importante para adelantar lo que se invertirá en ella y cómo pueden cambiar los contenidos. ¿Qué ha ocurrido y está ocurriendo en otros países? En muchos casos la oferta de televisión es una cuestión clave porque engancha al cliente, pero no es la clave del negocio, a veces ha resultado incluso la parte de la oferta que resulta deficitaria, pero una baza fundamental como aliciente que se rentabiliza con telefonía y otros servicios. ¿Cuáles son las Infraestructuras de distribución a través de las cuales se puede acceder a la televisión y cuál es la situación de cada una de ellas? Si el satélite fue el primero en nuestro país en dar a conocer la televisión digital sin duda tiene limitadas posibilidades interactivas que lo limitan. La televisión por cable, caracterizada por la lentitud en su entrada, se muestra puntera en opciones alternativas de negocio, en interactividad, en margen de participación de las audiencias y todo ello hace que tenga mucho que decir en los próximos años; la TDT se ha asociado a la necesidad de dar a conocer a todos qué es la televisión digital más allá de la mera multiplicación de canales, para muchos este papel tiene fecha de caducidad y si el retraso persiste sus características tecnológicas pueden limitarla mucho. La televisión a través de ADSL es el último lanzamiento de telefónica que tras desmarcarse del negocio del cable apuesta por esta opción tecnológica de menor coste. ¿A través de qué terminales podremos ver televisión?, ¿la pantalla clásica del televisor, el ordenador, móviles de tercera generación…?, ¿cuál es el terminal del futuro?, ¿cómo influye el formato de la pantalla en los contenidos?, ¿cuáles serán esos nuevos contenidos adaptados? El negocio de este siglo es sin duda el de los contenidos, han avanzado tantos los espacios tecnológicos que la falta de contenidos y servicios adaptados para poder llenarlos se ha hecho patente en los nuevos tiempos digitales. ¿Cambiará esto la filosofía de programación de la televisión?, ¿va a desaparecer la televisión generalista?, ¿qué ocurrirá con el concepto de «televisión basura»? La Interactividad marca una relación diferente con el espectador que cada vez más se asemeja a la relación con el usuario de Internet. ¿Ya no es pasiva la televisión?, ¿quién tiene el «mando» de la nueva televisión? Mil nuevos caminos aportan al panorama audiovisual nuevas perspectivas. Pero, en definitiva, ¿la televisión digital es una televisión de más calidad?, ¿se exigirá más a aquella televisión que tengamos que pagar? A corto plazo el balance no es excesivamente optimista, no se observa una ampliación notoria de los contenidos de calidad, al menos no todo lo esperado. Pero probablemente el problema es que no han evolucionado todos los sectores al mismo ritmo, se necesita tiempo para generar contenidos y no hay duda de que se han abierto grandes posibilidades de crecimiento para contenidos culturales, minoritarios, que en la televisión de masas era impensable. La nueva televisión digital tiene un sentido diferente, personalizado, individualista que ya en sí va a marcar una forma distinta de hacer televisión y ver televisión.

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Publicado

2005-10-01

Número

Sección

Investigaciones