Charles Lyell (1797-1875) y William Whewell (1794-1866): entre el viejo y el nuevo catastrofismo
Resumen
El neocatastrofismo, como corriente metodológica fundamental en las Ciencias de la Tierra, se consolidó a finales del siglo XX, aunando los principios actualistas-uniformitaristas y las ideas catastrofistas. La controversia entre ambas doctrinas se inició en las primeras décadas del siglo XIX, como respuesta de William Whewell a las ideas de Charles Lyell: Whewell era partidario de las causas sobrenaturales, con la intervención de la Divinidad en el pasado de la tierra a través de catástrofes, como norma para explicar el modelado terrestre y la variedad de seres vivos, y Lyell, por el contrario, defendía el gradualismo y las causas naturales y actuales. Aunque en la obra de ambos autores se puede vislumbrar una posible cohabitación de ambas ideas, el factor tiempo en especial hacía imposible su coexistencia: mientras que Lyell defendía varios cientos de millones de años para la edad de la Tierra, y por lo tanto
las catástrofes eran innecesarias para explicar el modelado terrestre, Whewell solo aceptaba los seis mil años de la cronología bíblica, por lo que el gradualismo era asimismo insuficiente para dicha explicación. Algunos científicos, como William Thomson y Thomas H. Huxley, se mostraron partidarios de una reforma de los principios geológicos para ajustarlos a las nuevas investigaciones, aunque solo el último no hallaba incompatibilidad entre ambas doctrinas.