En busca de la aguja que pinche la burbuja

Resumen

La única forma de impedir la especulación del suelo es impedir excepciones a las prohibiciones o determinaciones del Plan; las normas y las prohibiciones deben ser rígidas, pocas y bien motivadas. Hay ejemplos de crecimiento no concéntrico de la ciudad que funcionan. No se puede nunca exigir a unos ciudadanos concretos que soporten cargas especiales, ni siquiera bajo pretexto del bien común; menos aún si la necesidad a satisfacer no es pública, sino privada. La privación singular de la propiedad es expropiación, que debe llevar aparejada indemnización, a precio de mercado. La socialización del suelo -que fue propuesta- no fue admitida en la Constitución española, que reconoce el sistema de libre mercado (con la única excepción de los productos subvencionados o Ios servicios concedidos) y el derecho de propiedad, del que forma parte el derecho a urbanizar: que no puede ser objeto de concesión, sino sólo de limitación, basada en la garantía de la libertad de todos. La falta de respeto a la libertad es dictadura.