Paisaje urbano, Ciudad Lineal y Masonería

Resumen

La creación de una nueva ciudad, próxima al centro de Madrid pero autónoma, con un trazado racional y armonios o y que convertiría las tierras baldías y polvorientas de la periferia de la capital de España en oasis bellísimos, habitados, cultivados y productivos, fue la empresa a la que consagró su vida el geómetra, topógrafo, matemático, científico y filósofo positivista Arturo Soria y Mata (1844-1920). El pensamiento que desde su génesis rigió su nuevo concepto de lo urbano, lo mismo que su lema «para cada familia una casa, en cada casa una huerta y un jardín, inspirado en la novela El año 3000 (1897), del médico e higienista italiano Paolo Mantegazzo, suponía toda una filosofía moral y social de marcado carácter filantrópico y masónico. Arturo Soria, que en 1870 se inició en la logia «Herculina» de La Coruña con el nombre simbólico de Solón, uno de los siete sabios de Grecia, se identificaba de esta forma con el legislador, estadista, poeta y filósofo antiguo que hizo posible el cambio en el derecho de la propiedad, antes exclusivo de la aristocracia y al que, gracias a sus leyes, pudieron acceder las clases mercantiles y medias. En lo relativo a la vivienda, Soria propugnaba la casa unifamiliar, acorde con el usuario, integrando con sus correspondientes tipologías a todas las clases sociales, incluida la trabajadora. Sus arquitectos «modernistas» formaban parte de la vanguardia madrileña de la época.