Jean Vaudour (1933-2017), uno de los nuestros

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Jean Vaudour

Resumen

Ha muerto Jean Vaudour (1933-2017), profesor universitario del Institut de Géographie de la Universidad de Aix-Marseille II (Aix-en-Provence, Francia), director del programa de investigación del CNRS “geosistemas kársticos” (ERA 282, después UA 903), investigador apasionado de los suelos, miembro del núcleo fundador, en 1973, del Grupo Español de Trabajo del Cuaternario GETC (precedente de AEQUA), viudo de Nicole y padre de Philippe y Emmanuelle.

Hombre bueno, afable, familiar, sencillo, culto y cortés que siempre tuvo a España, a la ciencia española y a los investigadores españoles entre sus preocupaciones, desde que en la primavera de 1965 llegara por primera vez a Madrid.

Iniciado en la Geoedafología por Jean Pouquet (autor de Introduction à la Géopédologie, 1966), Vaudour fue discípulo de Pierre Birot (1908-1984), uno de los maestros de la Geomorfología francesa del siglo XX, quien conocía España por su trabajo de campo doctoral en los Pirineos, por las referencias de autores anteriores (por ejemplo Huguet del Villar), así como por su vinculación con su coetáneo Luis Solé Sabarís (1908-1985). Corresponde a la influencia científica de Birot la difusión en Europa occidental y meridional del concepto de formaciones correlativas (suelos, paleosuelos y sedimentos continentales) (Birot, 1955, capítulo II), concepto que hundía sus raíces en las denominadas “formaciones geológicas contemporáneas” de Walter Penck (1888-1923) (Penck, 1924). El maestro que mostraba en sus trabajos la necesidad de implicar suelos, paleosuelos y sedimentos en la evolución cíclica, paleoclimática, estructural y tectónica de los relieves, confió en el joven, pero no principiante, Vaudour para la interpretación de las formaciones del entorno del Macizo del Guadarrama, los Montes de Toledo y la Depresión del Tajo (las rañas, los suelos, los sedimentos aluviales del Tajo, las calizas de los páramos). El objetivo era alcanzar el grado de Doctor de Estado (mención Geografía Física) para obtener la habilitación de un puesto de Professeur universitario, pero en el camino el investigador consiguió amigos y sembró compromiso científico.

Tenía Jean Vaudour 32 años cuando iniciaba su relación con España entrando en contacto con los ilustres de la época José María Albareda (1902-1966), Francisco Hernández Pacheco (1899-1976) y Manuel de Terán (1904-1984). Sería Terán, como siempre recordaría Vaudour, quien le hizo desistir de un proyecto de estudio sobre los “suelos y los hombres”: “…Usted dedíquese a los suelos y déjeme a mí los hombres”. Y así fue. Su planteamiento geoedafológico le llevó al CSIC y la Universidad, entrando en contacto con los investigadores generacionales de la edafología, la geología y la geografía física (F. Monturiol, Josefina Pérez Mateos, Antonio Guerra, Carlos Roquero, Emiliano Aguirre, Juan Gallardo, Eusebio García Manrique,…), y por supuesto con los jóvenes doctorandos de la temática de los años ’60 y ’70 (Eloy Molina, Carlos Martín Escorza, Alfredo Pérez González, Cari Zazo, Francisco López Bermúdez, Manuel Pezzi, …). Con algunos de ellos fundará el GETC y participará en Madrid (octubre de 1973) en la I Reunión Nacional (Aleixandre et al., 1974). Y ya nunca dejó de interesarse por España. Estaba al día de los avances de los equipos, actuaba como referee en congresos, participaba en las reuniones y programas de doctorado, y era miembro del Comité Editorial de nuestra Revista Cuaternario y Geomorfología (2002-2010). Veinticinco años más tarde de la constitución del GETC, durante la IV Reunión del Cuaternario Ibérico de Huelva (Septiembre, 1997), constituidos los cuaternaristas desde 1985 en Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA), se rindió un homenaje a los que se mantenían aún presentes: J. Vaudour, E. Aguirre, A. Pérez González, T. Aleixandre, L. Clemente y M. Santonja (Raña, 1997, p.20).

La Tesis se defendió en Aix en Junio de 1977. El trabajo se publicó en forma de monografía (La Région de Madrid, alérations, sols et paleéosols) acompañado de una modélica cartografía morpho-pédologique (Vaudour, 1979). La Geoedafología había ganado un plan de investigación. Cuando conocí personalmente a Jean Vaudour en 1983, durante mi periodo postdoctoral en Francia, los depósitos carbonatados y suelos asociados centraban su máximo interés. Él había comenzado el estudio seminal del travertino de St. Antonin-sur-Bayon con el apoyo de J.-L. Guendon y había propulsado el grupo de geosistemas kársticos del CNRS. Un planteamiento integral de la evolución del karst a través de sus formaciones correlativas carbonatadas con dataciones absolutas e imbricación de sedimentos detríticos, turbas, suelos negros hidromorfos y rojos. Era la nueva versión de las clásicas formaciones correlativas. La reunión internacional de 1985 (Tufs et travertins holocenes…) (Vaudour et al., 1985) abrió el camino a la consolidación del estudio multidisciplinar de los registros travertínicos.

En las ciencias de la Tierra la influencia científica no sólo se ejerce con las ideas y las publicaciones. La práctica del trabajo de campo (perfiles y más perfiles), la aplicación atenta de las técnicas de laboratorio y las horas de análisis en gabinete (seminarios, mesas redondas, levantamiento cartográfico), tienen un peso incalculable. Esta fue la cotidianidad de Jean Vaudour. Ésta y la docencia. Sufrió mucho con la alienante gestión burocrática del CNRS e Institut…, pero le compensaba estudiar los avances a partir de catenas edáficas para olvidar los sinsabores administrativos. Eso, sentir cerca la familia y los amigos, recordar sus estancias en España y su interés por el estado de la Edafología, la Geomorfología y el Cuaternario. Nosotros lo tuvimos con frecuencia en Andalucía y podemos asegurar que, como Claude Wheeler, el sencillo protagonista de la novela de Willa Cather (1873-1947), Jean Vaudour es uno de los nuestros.

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Publicado

2017-12-21

Número

Sección

Prólogos