Se ha detectado un patrón estacional en la dinámica sedimentaria en zonas de marisma baja, relacionado con la distribución anual de las precipitaciones característica del clima mediterráneo, que induce cambios en el caudal de los ríos y en la cantidad y distribución de los aportes de partículas finas que entran en el estuario. En este escenario se pone de manifiesto cómo la presencia de vegetación (S p a rtina maritima) favorece la acreción y estabilización de sedimentos. En planicies desprovistas de vegetación, los mayores niveles de acreción se registran durante primavera y principios de verano. Las lluvias otoñales determinan un aumento del caudal de los ríos, con un incremento en el aporte de sedimentos y removilización de éstos en las zonas desnudas. Parte de estos sedimentos quedarán entonces retenidos en las zonas provistas de vegetación. Durante este periodo de otoño es cuando esta vegetación alcanza sus mayores valores de biomasa, maximizando así su papel como estabilizador de sedimentos.