El crecimiento de la población de ancianos constituye un desafío para la sociedad en general y para los servicios de salud en particular en lo que se refiere a la ordenación y adecuación de la oferta Es importante conocer el estado de salud y las necesidades de nuestra población anciana para determinar las prioridades de intervención, y por otra parte para medir la eficiencia y efectividad de los programas.
Conforme avanzan los años los órganos del cuerpo envejecen de forma diferente, lo que conduce a variaciones individuales en la velocidad de deterioro de los órganos y sistemas; por ello no existe una escala razonablemente buena de la salud física global en oposición, por ejemplo, a las áreas del estado funcional y de la salud psicológica. Determinadas actitudes culturales ante el envejecimiento y la disponibilidad de atención ala salud
también dificultan la medición Por todo esto, la historia del paciente anciano debe realizarse bajo una óptica integral. mediante una búsqueda sistemática de problemas y una valoración global de sus necesidades de salud.