Los resultados obtenidos con lluvia simulada e infiltrómetro de cilindro demuestran que en las áreas semiáridas existen ambientes con elevadas capacidades de infiltración. En la Serra de la Calderona, un paisaje típico mediterráneo desarrollado sobre areniscas del Bundtsandstein, los suelos se caracterizan por una elevada conductividad hidráulica como demuestran las mediciones realizadas con infiltrómetro de cilindro (958 mm h-1). Esto explica que las lluvias de elevada intensidad (55 mm h-1) no produzcan escorrentías superficiales significativas. A pesar de ello, en la zona de estudio son normales caudales importantes en los cauces durante eventos de magnitudes semejantes a las anteriores. Estos resultados indican que la producción de escorrentía en la zona puede ser fruto del flujo subsuperficial, el cual puede ser favorecido por la elevada conductividad hidráulica de los suelos (arenosos), por la existencia de un horizonte argílico en profundidad que durante la estación seca presenta abundantes macroporos, o bien por el propio contacto entre el horizonte orgánico (80 % de contenido en arena) y el horizonte argílico (>30 % de arcilla). Sea cual sea el mecanismo que produce este flujo subsuperfical rápido es de destacar que en ambientes semiáridos también existen suelos con una elevada capacidad de almacenamiento y transmisión de agua y que los modelos de producción de escorrentía encontrados en las regiones templadas pueden trasladarse a algunas áreas de los ecosistemas mediterráneos. En estos casos, la erosión superficial vía arroyada es muy reducida, siendo los flujos subsuperficiales los que controlen las morfologías de las laderas.