El tubo volcánico fue descubierto en 2004, carece de entrada natural y posee una longitud de unos 200 metros transitables. Se reconocen diversas formas tales como: terrazas, andenes, estalactitas, concreciones, etc. escasas en número y poco variadas. Se trata de un tubo de recorrido prácticamente lineal, con perfil longitudinal y planta sencillas y de secciones transversales simétricas.