Durante la primera reunión de campo del Grupo Madrileño de Cuaternario (GQM-AEQUA) se localizaron restos fragmentarios de dentición de caballos fósiles en los antiguos areneros de Pantoja de La Sagra (Toledo), actualmente en proceso de desmantelamiento y relleno. Ante la posibilidad de deterioro y pérdida los restos fueron recolectados y trasladados al Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC, Madrid) donde se ha procedido a su análisis. Las piezas fósiles analizadas responden a un maxilar izquierdo con tres piezas dentales in situ (molares y premolares), y otras siete más aisladas. Todos los dientes aislados, junto con el fragmento de maxilar existente, corresponden a un adulto joven. Los restos fósiles se encontraban asociados a un nivel de arenas fluviales situado unos cuatro metros por debajo de la superficie de la Terraza de +15 m de la Depresión Prados-Guatén definida como un nivel perteneciente al tránsito Pleistoceno inferior-medio, del antiguo Sistema fluvial Manzanares-Guatén por Silva (1988). En concreto los niveles superiores de esta terraza han sido interpretados como resultado de la superposición de los últimos depósitos del antiguo sistema fluvial y los primeros asociados al relleno de la Depresión por tributarios de área fuente más local tras su abandono como consecuencia del proceso de captura del valle inferior del Manzanares por parte del Río Jarama al SW de la Ciudad de Madrid (Silva et al., 1988). Los caracteres morfológicos y morfométricos de las piezas dentarias permiten identificarlos como Equus ferus cf. mosbachensis cuya distribución bioestratigráfica abarca la parte final del Pleistoceno Medio (c.a. 500-200 ka B.P.). Junto a los restos fósiles aparecieron también escasos fragmentos líticos correspondientes a productos de lascado en sílex de difícil atribución tecnológica. Los restos fósiles analizados, indican que el depósito extensivo de arenas fluviales en el eje de la Depresión, culminó durante el final del Pleistoceno medio, y que la dinámica fluvial de la Depresión tras su proceso de abandono fue de hecho más activa de lo que se pensaba con la instalación de sistemas de arroyos relevantes alimentados por cabeceras locales antes del encajamiento definitivo actual de los arroyos Prados y Guatén.