Plazaz, plaza, Occupy anthropology! Sobre activismos (Ankulegi, 19), de AA.VV.

Autores/as

  • Carlos Diz

DOI:

https://doi.org/10.11156/aibr.v12i3.68199

Resumen

Durante décadas, ensayando formas alternativas de relación y convivencia, el movimiento okupa ha enfrentado la crisis residencial y la especulación inmobiliaria ocupando fincas y solares abandonados, viejas fábricas, casas vacías, bloques de viviendas, etc. Con cada una de estas ocupaciones decían «liberar» y «recuperar» el espacio, retirándolo del circuito especulativo, priorizando el valor de uso sobre el valor de cambio y abriéndolo para la sociedad, organizando encuentros y actividades. En mayo de 2011, de una manera jovial, rebelde e imaginativa, decenas de acampadas se instalaron de pronto por todo el Estado español. Al inicio, en algunas, se veían banderas de Túnez y Egipto, en un gesto de solidaridad con el que se hacía explícita la influencia que la llamada «Primavera Árabe» —iniciada a finales de 2010 en un contexto muy distinto— había tenido en la puesta en escena de las acampadas españolas. Durante semanas, los centros urbanos fueron también, a su manera, ocupados. Conocedores de la deriva neoliberal de la urbe contemporánea, los jóvenes en las plazas sabían que la ciudad entera se hallaba ahora sujeta a procesos de especulación y empresarialización, y que ocupar su centro era una forma de reapropiársela y reimaginársela. En los meses siguientes, este gesto siguió viajando por distintos países, llegando al otro lado del Atlántico; tras ocupar Wall Street —o más bien el Zuccotti Park de Lower Manhattan—, la ola de indignación se extendió por el continente norteamericano con el movimiento Occupy.

Biografía del autor/a

Carlos Diz

 

Descargas

Publicado

2017-09-01