@article{Pérez Pueyo_2016, title={El Estilo Actitudinal en Educación Física: Evolución en los últimos 20 años (The attitudinal style in Physical Education: Evolution in the past 20 years)}, volume={29}, url={https://recyt.fecyt.es/index.php/retos/article/view/38720}, DOI={10.47197/retos.v0i29.38720}, abstractNote={<p>El objetivo de este artículo es revisar los efectos y resultados que el Estilo Actitudinal ha tenido en sus primeros 20 años de existencia. Ésta propuesta metodológica se basa en las actitudes como elemento vertebrador del proceso de enseñanza y aprendizaje, cuyo principal objetivo es conseguir una mayor motivación hacia la Educación Física y un mejor aprendizaje. Sin embargo, esta mejora no debe entenderse sólo desde la perspectiva motriz, sino también desde el resto de las capacidades que desarrollan al individuo (cognitivo-intelectuales, afectivo-motivacionales, de relaciones interpersonales y de inserción social). La finalidad se centra en que todo el alumnado tenga experiencias positivas, desde el concepto de inclusión, generando un verdadero grupo. Tres son los componentes a través del cual se desarrolla el Estilo Actitudinal: (1) las Actividades Corporales Intencionadas, (2) la Organización Secuencial hacia las Actitudes y (3) los Montajes Finales. Esta metodología tiene un alto carácter cooperativo, aunque no puede considerarse aprendizaje cooperativo de manera estricta, al no responder en todo momento a los pilares de ésta (por ejemplo, la interdependencia positiva), aunque se basa en fuertes relaciones colaborativas entre el alumnado, vinculadas a la evaluación formativa. La aparición de las competencias básicas en 2006 ha favorecido la generalización de esta propuesta metodológica hacia las demás áreas. Se ha pasado de las propuestas meramente interdisciplinares que planteaba el Estilo Actitudinal, hacia la integración de las competencias básicas en base a una secuenciación por cursos a través de un enfoque transdisciplinar válido para todas las áreas.</p><p> <strong>Abstract</strong>. This paper aims to revisit the effects and results of the Attitudinal Style after its 20 first years of existence. This methodological approach is based on the attitudes being the backbone of the teaching-and-learning process, whose main goal is achieving a greater motivation towards physical education, as well as a better learning. However, this improvement shall not be understood from a motor perspective only, but also from all the other abilities which contribute to the development of the individual (cognitive –intellectual, affective-motivational, interpersonal relationships and social inclusion skills). The purpose revolves around the pupils having positive experiences, under the notion of inclusion, while creating a true group. There are three components through which the attitudinal style can be developed: (1) Deliberate Body Activities, (2) Sequential Organisation towards Attitudes and (3) Final Set Ups. This methodology has a strong cooperative nature, although not being able to be strictly considered cooperative learning as such, since it does not always responds to its pillars (positive interdependence, for instance). Even though, it relies on strong collaborative relationships between the pupils, which are linked to formative evaluation. The release of the basic competences in 2006 has favoured the generalisation of this methodological proposal towards other content areas. We have gone from the mere interdisciplinary proposals suggested by the Attitudinal Style, to the integration of the basic competences based on the sequence of the grade levels through a transdisciplinary approach, which will be valid for every area.</p>}, journal={Retos}, author={Pérez Pueyo, Ángel}, year={2016}, month={ene.}, pages={207–215} }