Durante la última década el número de estudiantes que combina trabajo remunerado con estudios ha experimentado un aumento constante. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística, desde el año 2013 a 2022 la población ocupada que cursaba estudios reglados (con segunda etapa de educación secundaria finalizada) se incrementó en un 130% en las edades más próximas al grado (20-24 años) y en un 61% en el caso de las edades más cercanas al máster (25-29) (INE, 2022). Este constante incremento de los estudiantes que compatibilizan estudio y trabajo se enmarca en un contexto caracterizado por la grave crisis económica de 2008, y la post crisis de los años siguientes, junto al desmesurado incremento de las tasas universitarias de 2012, previstas en el Real Decreto-ley 14/2012, conocido como “Decreto Wert”.
En Europa, la principal fuente de información de referencia para aproximarnos al volumen y a los cambios que se han producido a lo largo de la última década en relación a los jóvenes que compatibilizan estudios y trabajo es la encuesta Eurostudent. En el último informe de Eurostudent VII 2018-2021, alrededor del 60% de los estudiantes realiza algún tipo de trabajo durante el periodo lectivo y no lectivo. Este elevado porcentaje se refleja en la autopercepción que tiene el alumnado, ya que, como promedio, uno de cada cinco estudiantes se describía a sí mismo ante todo como un trabajador, en lugar de como un estudiante (Hauschildt et al., 2021). En el momento actual carecemos de información de ámbito nacional sobre las características sociodemográficas de los estudiantes, sus condiciones de acceso a la universidad, el tiempo dedicado en horas a los estudios y al trabajo, sus estilos de vida y su valoración de la experiencia universitaria de estudiantes, porque España dejó de participar tras la cuarta edición (2008-2011). En ese momento, la cifra de estudiantes que solo se dedicaba a estudiar se elevaba a un 62%, mientras que el 38% compatibilizaba el estudio y el trabajo (27% de forma regular y el 11% ocasionalmente), teniendo en cuenta que en Eurostudent el empleo remunerado durante el curso académico se mide distinguiendo entre estudiantes que no trabajan durante el semestre y estudiantes que trabajan en trabajos remunerados hasta 20 horas por semana, y más de 20 horas (Hauschildt et al., 2021).
A partir de 2012, solo se cuenta con datos específicos de carácter regional sobre la compatibilización del estudio y el trabajo. La tercera edición de la encuesta Via Universitària (Ariño et al., 2022), realizada entre los años 2020 y 2022 por la Red Vives que integra 22 universidades de Cataluña, Andorra y Comunidad Valenciana, muestra que el 49,2% de los estudiantes realizan algún tipo de actividad laboral, destacando el 23,2% que trabaja ocasionalmente, el 15,8% que trabaja menos de 35 horas, y el 10,3% que trabaja más de 35 horas.
El análisis de los datos de Eurostudent ha permitido identificar que el hecho de estudiar y trabajar durante la etapa educativa está relacionado con la procedencia socioeconómica familiar (Barañano et al., 2011; Finkel y Barañano, 2014), así como con otros aspectos de las trayectorias de los jóvenes, tales como la titulación elegida, el nivel de educación superior, la situación de vida de los estudiantes, la dependencia financiera, el campo de estudio, el tiempo de finalización de los estudios o la movilidad durante la etapa universitaria (Muja et al., 2021). Estos análisis se inscriben dentro del enfoque de la integración social desarrollado originalmente por Tinto (1975) , en el que se pone el acento en el análisis de las condiciones de permanencia de los estudiantes en las instituciones académicas.
Por ello, en este artículo se analiza al conjunto de jóvenes universitarios que estudian y trabajan con el objetivo de construir una tipología de estudiantes en función de la intensidad o tipo de dedicación laboral que desarrollan. Por otro lado, se identifican las medidas de apoyo con las que cuentan y las estrategias adoptadas por los estudiantes para compatibilizar el estudio y el trabajo.
El texto se estructura en cuatro apartados principales. En el primero se realiza una aproximación a la literatura sobre los principales factores que inciden en la situación de compatibilización entre estudio y trabajo. En el segundo apartado se detalla la metodología utilizada para analizar los datos provenientes de la investigación “La dedicación al estudio y al trabajo: obstáculos y oportunidades”, llevada a cabo en la Universidad Complutense de Madrid en 2022, utilizando técnicas de análisis de datos bivariado y multivariante (análisis de correspondencias múltiples y análisis de clúster). En los resultados se abordan los objetivos de esta investigación, proponiendo una tipología de estudiantes que compatibilizan estudios y trabajo a partir de las condiciones laborales a las que están sujetos y se utilizan los perfiles identificados para determinar cuáles son las medidas de apoyo y estrategias que se despliegan ante la situación de compatibilización.
En el último apartado de discusión y conclusiones se presentan las principales contribuciones de este trabajo y se pone de relieve la necesidad de diseñar políticas universitarias para fomentar la inclusión y reforzar la equidad teniendo en cuenta las necesidades de los estudiantes que trabajan. Esta información es importante para profundizar en la dimensión social del sistema de educación superior (Barañano, Finkel y Rodríguez, 2011; Ariño et al., 2014; Herrera 2019; Sacristán, 2018), término que aparece ligado al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y con el que se alude a la Universidad como reductora de desigualdades sociales.
Factores relacionados con la compatibilización entre estudio y trabajo
La literatura especializada coincide en destacar que los jóvenes compaginan estudios con trabajo por razones económicas, pero también para incorporar experiencia laboral en su curriculum (Figueroa, 2019; Masevičiūtė et al., 2018, entre otros).
Entre los principales aspectos relacionados con la compatibilización entre estudio y trabajo, la mayor parte de las contribuciones se han centrado en los siguientes: las implicaciones sobre el rendimiento académico, su posible vinculación con el abandono de los estudios, el efecto en la inserción laboral, las relaciones entre la compatibilización y la situación socioeconómica de las familias, y las condiciones de vida y estudio del estudiantado.
De esta forma, se ha señalado que el trabajar y estudiar afecta negativamente al rendimiento académico al reducir las horas que los estudiantes pueden dedicar a sus estudios (Fenech y Raykov, 2018; Body et al., 2014). En la misma línea, otras investigaciones han destacado que aumenta la duración de los estudios, así como la probabilidad del abandono (Constante-Amores et al., 2021), aunque al mismo tiempo otros autores argumentan que dicha compatibilización tiene un impacto limitado en el rendimiento académico de los estudiantes que trabajan mientras estudian (Roshchin y Rudakov, 2017; Ariño et al., 2022; Simón et. al. 2017).
Con respecto a la inserción laboral, en la revisión realizada por Baert et al., (2016) , se señala que la literatura no es concluyente sobre si la experiencia laboral de los estudiantes supone mayores oportunidades de empleo después de terminar los estudios, y se insiste en la necesidad de tener en cuenta la heterogeneidad de situaciones, entre las que se encuentran la relación de la experiencia laboral con el campo de estudio. En España, el trabajo realizado por Sánchez-Gelabert et al., (2017) sobre titulados de universidades catalanas destaca el impacto positivo de la compatibilización en la transición al mercado laboral especialmente para los estudiantes cuyo trabajo previo estaba relacionado con sus estudios. El análisis de Di Paolo y Matano (2022) , en la misma línea, indica que la probabilidad de estar empleado cuatro años después de la graduación es mayor para los graduados que han estado trabajando en ocupaciones relacionadas con su campo de estudio, independientemente de la intensidad del trabajo desempeñado (a tiempo parcial o a tiempo completo).
En relación al origen socioeconómico familiar del estudiantado, los datos de la encuesta Eurostudent revelan que los estudiantes cuyos padres no han obtenido un título universitario están subrrepresentados en la mayoría de los países, y sus progenitores tienen menos recursos económicos que los de los estudiantes con padres que cuentan con educación superior (Hauschildt et al., 2019). Por otro lado, en el informe temático de Eurostudent VI sobre estudio y trabajo remunerado, se señala que el hecho de trabajar y estudiar constituye un riesgo sobre el rendimiento académico, en el sentido de que puede reforzar las desigualdades sociales, siendo este efecto más acusado entre el alumnado que procede de familias con bajo estatus económico y académico (Masevičiūtė et al., 2018).
En esta línea se incluyen otros trabajos que muestran una fuerte asociación entre trabajar durante la realización de los estudios y la clase social de procedencia (Daza y Elías, 2015; Elías-Andreu y Brennan, 2012), incluso en el caso de la tipología específica para los distintos perfiles de estudiantes que trabajan (Figueroa, 2019). Otras aportaciones inciden en el hecho de que el porcentaje más elevado de los estudiantes que trabajan a tiempo parcial o completo son de clase social baja (Ariño et al., 2022, Troiano y Elías 2014).
Por último, es importante considerar una serie de investigaciones centradas en el análisis de las condiciones de vida y estudio del alumnado a partir de tipologías, en las que aquellos que combinan estudio y trabajo tienden a identificarse como alumnado no tradicional, por oposición al estudiante tradicional que se dedica solo al estudio. Destaca en este ámbito la tipología encontrada por Soler (2014) , en la que se identifica un grupo de estudiantes trabajadores, la de Daza y Alcaide 2013, (citado en Daza y Elías 2015), con el perfil de estudiante que además de estudiar de forma intensiva tiene un empleo, y la de Sánchez-Gelabert y Elías (2017) , en la que aparecen dos perfiles: por un lado, el del estudiante trabajador y, por otro, el de estudiante mayor y trabajador.
Durante los últimos años, las investigaciones han comenzado a interesarse por otras temáticas referidas a este colectivo. Por un lado, se ha explorado la satisfacción que muestran los estudiantes que combinan estudios y trabajo con su educación y el compromiso con sus estudios (Brooks, 2018; Kocsis et al., 2021), y por otro, se han analizado, desde un punto de vista cualitativo, los factores que facilitan o dificultan la realización de los estudios durante la etapa universitaria teniendo en cuenta a los propios estudiantes, pero también al profesorado y a las instituciones educativas (Jayadeva, 2021; Pusztai et al., 2019).
METODOLOGÍA
Como se ha mencionado, los datos que se analizan en este artículo provienen de la encuesta online realizada en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) durante el mes de mayo de 2022, en el marco de la investigación sobre “La dedicación al estudio y al trabajo: obstáculos y oportunidades” 1 . Dadas las características de la población (personas jóvenes y con un intensivo uso de internet, tanto a través del propio teléfono móvil como a través de ordenador personal, en su mayoría portátiles), la encuesta en modalidad online resulta sin duda la técnica más adecuada (Arroyo y Finkel, 2019). Además, se contaba con la ventaja de que el estudio partía del propio Observatorio del Estudiante de la UCM y que se presentaba como un diagnóstico de las condiciones de vida y trabajo de la población estudiantil que potencialmente serviría para diseñar políticas universitarias específicas, por lo que se contaba con condiciones favorables de partida como son la confianza en el emisor y la posibilidad de apelar al sentido de responsabilidad de las personas que contestan (Cea D’Ancona, 2022). Todo ello, junto con el uso de incentivos a la participación (Díaz de Rada, 2022), -en este caso, la posibilidad de ganar un teléfono móvil de alta gama por completar el cuestionario-, supusieron factores importantes para obtener una muestra más amplia de lo que habitualmente se consigue en otros estudios internos de la universidad (ver, por ejemplo, GAD3, 2022).
El enlace a la encuesta se remitió a la totalidad de estudiantes de grado, doble grado y máster de las titulaciones de centros propios de la UCM, obteniéndose en 22 días y con un único recordatorio una muestra total de 7.728 respuestas, de las que se seleccionaron únicamente aquellas que completaron el cuestionario (5.341) sobre una población de 57.058 estudiantes, lo que supuso una tasa de respuesta relativamente alta (13,5%) para este tipo de estudios (Sánchez Carrión et al., 2012). Al tratarse de un muestreo de tipo probabilístico en el que se cuenta con datos del universo y su distribución por tipo de estudio y facultades procedentes del Sistema Integrado de Inteligencia Institucional (SIDI), se calcularon las tasas de respuesta parciales y los errores muestrales 2 , así como los factores de ponderación necesarios para asegurar el isomorfismo de la muestra obtenida.
La investigación se circunscribe a la Universidad Complutense de Madrid, pero dado que se trata de la universidad más grande de España que representa el 5,74% de estudiantes matriculados sobre el total de universidades públicas presenciales del Sistema Universitario Español 3 , se considera que la muestra obtenida podría arrojar conclusiones válidas para otras instituciones universitarias públicas de carácter presencial, con la salvedad de las diferencias que pudieran derivarse de las características específicas de los territorios.
Análisis de los datos
Tras un exhaustivo proceso de depuración que redujo el número de casos a aquellos que habían completado el cuestionario en su totalidad (5.341), se efectuó una ponderación cruzada por facultad y nivel de estudio (grado, doble grado y máster). Sobre el total de casos resultante, se seleccionaron aquellos que manifestaron realizar algún tipo de actividad laboral remunerada durante el curso académico, conformada por 2.113 estudiantes, que representan casi un 40% de la muestra total.
Además de los análisis univariados y bivariados con sus correspondientes pruebas de significación estadística, se aplicaron dos técnicas de análisis multivariantes. En primer lugar, se realizó un análisis de correspondencias múltiples (MCA) con el objeto de describir la relación entre las categorías de las diferentes variables utilizadas. En este análisis se consideraron un total de 21 variables, resultando en 1179 casos con valores válidos en todas las variables consideradas. La representación gráfica se limitó a aquellas categorías de variables con una calidad de representación cos2 > 0,15.
En segundo lugar, con el fin de estudiar en profundidad al colectivo de estudiantes que compatibilizan estudio y trabajo y generar perfiles, se realizó un análisis de conglomerados (clúster) jerárquico a partir de las puntuaciones obtenidas de la aplicación del MCA. El número de clústers óptimo fue seleccionado en base a la mayor pérdida de inercia relativa.
Todo el análisis estadístico descriptivo se realizó con SPSS V28, mientras que se utilizó R en su versión 4.0.1 para la modelización estadística y el análisis de correspondencias múltiple y de conglomerados. El punto de corte para la significatividad estadística se fijó de antemano en p<0,05.
RESULTADOS
El análisis de los datos obtenidos en la encuesta requiere en primer lugar caracterizar al colectivo de estudiantes que trabajan y estudian, que suponen el 39,6% del estudiantado de la UCM, siendo el porcentaje de estudiantes trabajadores en los másteres (52,1%) muy superior al de los grados (37,4%) y al de los dobles grados (34,8%).
Los resultados que se presentan en este artículo sobre la situación laboral de los estudiantes parten de la misma formulación de la pregunta que la Encuesta Eurostudent 4 , pero en nuestro caso, se excluyen las prácticas académicas externas, por tener en nuestro país la consideración de un período formativo que ha de distinguirse de la actividad laboral. A efectos del análisis, se ha considerado que un estudiante trabaja cuando lo hace durante todo el período lectivo o de vez en cuando durante el mismo período, excluyendo por tanto el trabajo en período vacacional.
Es importante reseñar, asimismo, en relación al tipo de contrato, que el cuestionario utilizado contemplaba formas contractuales que posteriormente han sido eliminadas por la reforma laboral que entró en vigor en enero de 2023. Las respuestas obtenidas, que se reflejan en la Tabla 1 muestran que casi un 61,7% de los estudiantes trabajaban con un contrato a tiempo completo o parcial, pero un 38,3% estaba sujeto a condiciones precarias o ilegales, propias de un mercado de trabajo precarizado y especialmente ensañado con los más jóvenes, que llevan muchos años sufriendo tasas de desempleo e infraempleo de las más altas de la Unión Europea. Con respecto a la jornada laboral, se encuentran una miríada de situaciones, en las que preocupa especialmente el 13,4% de estudiantes con jornada continua y el 20,9% con jornada alterna, situaciones que impiden la asistencia a clase de forma consistente. El 30,3% que trabaja por horas o de vez en cuando, junto con el hecho de que la mitad de los estudiantes (50,4%) declaran que su trabajo poco o nada tiene que ver con su titulación, viene a reforzar la precariedad de la que venimos hablando.
Tabla 1 Características de la situación laboral de los estudiantes que compatibilizan estudio y trabajo
Esta primera aproximación de carácter descriptivo a la dimensión de trabajo y estudio requiere un análisis más detallado que permita caracterizar a los estudiantes que se encuentran en esta situación. Por ello, se ha optado por llevar a cabo un análisis multivariante de correspondencias múltiples, con el fin de identificar qué categorías de las distintas variables consideradas tienden a agruparse.
Las 13 variables que han sido seleccionadas para el análisis (cos2>0,15) se refieren a la situación socioeconómica familiar (nivel de estudios, situación laboral y ocupación de los progenitores, clase social subjetiva y situación financiera familiar), y al propio estudiante (autoidentificación como estudiante o trabajador, grado de dificultad económica, trabajo antes de la universidad, tipo de contrato, valoración de la remuneración que recibe, necesidad de trabajar para estudiar y para cubrir los costes de vida y número de trabajos durante el periodo universitario).
La Figura 1 presenta el resultado del análisis de correspondencias, donde las distintas categorías de las variables consideradas se distribuyen en torno a dos dimensiones, representadas la primera por un eje horizontal, que explica un 7,9% de todas las categorías del total de variables consideradas y la segunda por un eje vertical que explica un 4,9%, sumando ambas dimensiones un 12,8% de explicación.
Figura 1 Análisis de correspondencias múltiples (MCA) de los estudiantes que compatibilizan estudio y trabajo
La distribución de las categorías seleccionadas permite ir vislumbrando agrupaciones que configuran perfiles de estudiantes con características comunes. Así, las categorías situadas en el cuadrante superior derecho se agrupan entre sí, configurando un estudiante que se autoidentifica como trabajador, que trabaja a tiempo completo y que tiene padres mayores y jubilados. En la zona izquierda de la figura se sitúan, por contraposición, aquellos que se autodefinen como estudiantes que trabajan de vez en cuando durante el curso académico, sin dificultades económicas, con padres en ocupaciones altamente cualificadas que trabajan a tiempo completo y pertenecientes a la clase media alta. No obstante, para avanzar en la delimitación de los estudiantes que trabajan y estudian simultáneamente, es necesario ir más allá de las agrupaciones de categorías que pudieran derivarse del análisis de correspondencias múltiples. El análisis de clúster, llevado a cabo en una segunda fase de análisis sobre las puntuaciones de cada individuo en las dos dimensiones encontradas previamente, ha permitido identificar tres grupos de estudiantes que se distribuyen de acuerdo a los distintos colores que contiene la Figura 2:
Figura 2 Representación de los clústeres encontrados a partir del análisis de correspondencias múltiples (MCA) de los estudiantes que compatibilizan estudio y trabajo
Se obtienen así tres grupos o clústeres que permiten avanzar en los perfiles de estudiantes que trabajan y estudian: el primero representa al 36,5% de la muestra (n=430), el segundo supone un 41% (n=484), y el tercer clúster agrupa a un 22,5% de los estudiantes (n=265). La Tabla 2, Tabla 3 y Tabla 4 especifican las variables y categorías que caracterizan cada clúster e incluyen el porcentaje de estudiantes que se encuentran en esa categoría dentro de ese clúster (% Clúster), el total de estudiantes que han marcado esa categoría sobre el total de categorías de la variable (% Global), y el p valor que indica la significación asociada a la prueba del estadístico v.
Los clústeres resultantes se han etiquetado en función de la variable tipo de contrato, que sintetiza la relación laboral que desarrolla el estudiante. De esta forma, el Grupo 1 se corresponde con los “estudiantes que trabajan de forma ocasional”, el Grupo 2 con los que “trabajan a tiempo parcial” (menos de 35 horas semanales), y el Grupo 3 con los estudiantes que “trabajan a tiempo completo” (más de 35 horas semanales).
Tabla 2 Clúster 1: Estudiantes que trabajan de forma ocasional
En el primer clúster identificado encontramos estudiantes que trabajan con poca intensidad y lo hacen por decisión propia, no por necesidad económica. De esta forma, casi un 91,8% de estudiantes se autodefine como “un estudiante que trabaja mientras estudia”, y el 93,2% declara que no tienen necesidad de trabajar para estudiar, porcentaje muy superior al de la muestra global del 60,6%. En este grupo la mitad trabaja de vez en cuando durante el periodo lectivo, frente a la otra mitad que trabaja durante todo el curso. Predomina el trabajo sin contrato (el 37,6%), seguido del contrato a tiempo parcial (34,4%) y el contrato por días (19,4%).
En relación a las características socioeconómicas de la familia de origen, los estudiantes del Grupo 1 tienen padres y madres que trabajan a tiempo completo (el 82,5%), ambos con ocupaciones altamente cualificadas (en torno al 65%) y un 82,2% de padres con nivel de estudios superiores frente a un 52,6% de madres. El 54,4% se autoubica en la clase media y el 39,4% en la clase media-alta (estando claramente sobrerrepresentados en el clúster, dado que en el total de la muestra solo el 17,1% se incluyen en esta clase social). En consecuencia, un alto porcentaje (el 41%) indica que la situación financiera de los padres es bastante buena, y casi la mitad de los jóvenes declara no tener dificultades económicas (44%), ni tener que trabajar para cubrir sus costes de vida (54,7%).
Tabla 3 Clúster 2: Estudiantes que trabajan a tiempo parcial
En el segundo clúster encontramos estudiantes que trabajan de forma más regular que los anteriores porque pertenecen a familias con un nivel socioeconómico menor. Al igual que en el primer grupo, la mayoría (92%) de los estudiantes se autoidentifica como “estudiante que trabaja mientras estudia”, pero en este caso el 80,2% indica que trabaja para cubrir sus costes de vida, y el 59,8% lo hace mediante un contrato a tiempo parcial de menos de 35 horas. Además, en este clúster el 57,3% encuentra que su trabajo está poco o nada relacionado con los estudios que está cursando. En relación al nivel socioeconómico familiar, casi la mitad de padres y madres tienen estudios secundarios (51,8% y 52,4% respectivamente), y algo menos de la mitad ocupaciones de cualificación media (46,2% y 42,5%), o de baja cualificación (en torno al 35%). Con respecto a la clase social, casi el 41% se asimila a la clase media, y la otra mitad de la muestra se autoubica entre la clase media baja (32,8%) y la clase trabajadora (23,9%). Esta heterogeneidad también se observa en relación a la situación financiera de los padres: el 63,7% indica que, comparada con otras familias, se encuentran en la media, mientras que un 26,2% de estudiantes califica la situación financiera familiar como no muy buena. Con respecto al grado de dificultad económica del propio estudiantado en el momento de realizarse la encuesta, los porcentajes son bastante similares: el 64,7% declara tener algunas y pocas dificultades y casi el 28% afirma tener que afrontar muchas y bastantes dificultades.
Tabla 4 Clúster 3: Estudiantes que trabajan a tiempo completo
En el clúster 3 encontramos estudiantes que, como ellos mismos indican, son trabajadores que estudian mientras trabajan (79,2%). Su trabajo es necesario para poder estudiar (84,5%) y para cubrir sus costes de vida (96,1%). Trabajan mayoritariamente durante todo el período lectivo (95,1%) y a tiempo completo (66,9%), porcentajes significativamente más altos que en la muestra global (66,3% y 20,8% respectivamente). También han trabajado antes de iniciar los estudios universitarios de forma continuada, al menos durante un año y 20 horas semanales o más.
En relación al nivel socioeconómico familiar, dentro de este clúster se observan dos grupos bien definidos. Por un lado, casi la mitad de los padres tiene estudios terciarios (46,8%) y ocupaciones de cualificación media (45,1%) y se encuentran en la actualidad jubilados y jubiladas (46,5% y 41,2%). Por otro lado, encontramos un grupo de padres y madres en activo trabajando a tiempo completo (26,1% y 33,1% respectivamente) donde una cuarta parte de los padres tienen estudios primarios (28,5%) y un porcentaje similar (26,8%) de las madres cuentan con estudios terciarios.
En correspondencia con esta diversidad, casi la mitad de los estudiantes que se encuentran en este clúster refiere tener algunas y pocas dificultades económicas en la actualidad, pero otra parte importante (35,6%), indica tener muchas y bastantes dificultades. En este grupo encontramos un 23,9% de estudiantes que se consideran pertenecientes a la clase trabajadora, porcentaje que coincide con el de los jóvenes del Clúster 2 que se autoubican también en la clase trabajadora.
El análisis de correspondencias múltiples y de clúster ha permitido elaborar una tipología de estudiantes que compatibilizan estudio y trabajo, que necesariamente ha de completarse con un análisis descriptivo con otras variables relevantes a través de tablas de contingencia. La Tabla 5 y la Tabla 6 muestran las asociaciones y diferencias de medias encontradas entre la tipología de estudiantes y diferentes variables de carácter académico y laboral, que permiten ahondar en las características de cada clúster:
Estudiantes que trabajan ocasionalmente: es el grupo con la media de edad más joven (21,8) y con mayor nota media de acceso a la universidad (10,64) a través de la Evau o de la PAU. Son también los que tienen más créditos matriculados, estudian en régimen de tiempo completo y están sobrerrepresentados los estudiantes de Ciencias y de Ciencias de la Salud e infrarrepresentados los de Artes y Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas. Dado que trabajan de forma ocasional, son los que menos tiempo semanal dedican al trabajo y más tiempo a las actividades académicas, al estudio personal y a las actividades sociales y familiares. Reciben mayoritariamente ayuda familiar para cursar sus estudios y en general están bastante satisfechos con la remuneración que reciben por el trabajo que realizan.
Estudiantes que trabajan a tiempo parcial: en este grupo encontramos una sobrerrepresentación de mujeres sobre el total de la muestra 5 , y de media son algo mayores (22,6 años) que los que se encuentran en el clúster 1. Han accedido a la universidad mayoritariamente a través de la Evau o PAU, (aunque hay un grupo significativo de estudiantes proveniente de la FP), con una nota de acceso inferior (9,36) a sus compañeros que realizan trabajos ocasionales. La mayoría están matriculados a tiempo completo en facultades de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas (con un número de créditos similar a los del clúster 1) y más de la mitad recibe algún tipo de ayuda o beca para cursar sus estudios, en ambos casos por encima del porcentaje global de la muestra de la UCM. Dedican menos horas al estudio personal y a las actividades sociales y personales, pero más horas al trabajo, que en la mayor parte de los casos está muy poco o nada relacionado con sus estudios. La valoración de la remuneración que reciben por su trabajo se percibe fundamentalmente como poco o nada adecuada, aunque un tercio de los estudiantes de este grupo la valora como muy y bastante adecuada.
Estudiantes que trabajan a tiempo completo: en este grupo, con sobrerrepresentación de hombres (aunque las mujeres siguen siendo mayoritarias), y una edad media de 33 años, la nota media de acceso es la más baja de todo el colectivo (8) y en este caso el acceso vía Evau o equivalente se reduce a la mitad, porque se encuentra también una sobrerrepresentación sobre la muestra total de las otras vías de acceso a la universidad (FP, mayores de 25, 40 o 45 años y desde otra carrera). El número de créditos matriculados, por el contrario, es el menor de los tres clústeres, puesto que en este grupo se encuentra un porcentaje significativo de estudiantes matriculados a tiempo parcial (37,2%) y dado que la dedicación al trabajo es intensa, con una media de 35,6 horas a la semana, las horas que se dedican a actividades académicas y al estudio personal se reducen significativamente, aunque no ocurre lo mismo con las horas que se dedican a la vida familiar y personal. Se polarizan los resultados entre los que encuentran una gran relación del trabajo con los estudios y los que no ven ninguna relación y entre los que consideran su remuneración adecuada y los que no. Por último, y en consecuencia con su situación, hay un alto porcentaje de personas que no recibe ninguna beca o ayuda para estudiar.
Tabla 5 Caracterización de la tipología de perfiles de estudiantes que estudian y trabajan según variables personales, académicas y laborales (% verticales)
Tabla 6 Edad, créditos matriculados y dedicación semanal a distintas actividades según la tipología de estudiantes que compatibilizan estudio y trabajo (valores medios).
Medidas de apoyo a la compatibilización estudio-trabajo
El cuestionario utilizado incluía una pregunta 6 en la que se indagaba por el grado de satisfacción y de importancia concedidos a una serie de posibles medidas destinadas a facilitar la experiencia académica de los estudiantes que trabajan y estudian durante el curso académico. A partir de las respuestas obtenidas para cada uno de los ítems, se construyó un índice ponderado de satisfacción con las medidas de apoyo a los estudiantes que estudian y trabajan (Palacios, 2002), que para toda la muestra obtuvo un valor medio de 2,9 en una escala de 1 a 5. El desglose de las valoraciones otorgadas a cada medida de apoyo se presenta en la Figura 3, donde se observa que las medidas con mayor puntuación en el índice son aquellas relativas a los compañeros de clase, que se refieren a la facilitación de apuntes o a la ayuda para realizar trabajos en grupo, obteniendo ambas puntuaciones próximas al 4.
El primer grupo de medidas, con puntuaciones menores que la media del 2,5 tienen que ver con los criterios de evaluación personalizados para la asistencia, la adaptación de fechas y horarios de exámenes y la posibilidad de acceso a clases grabadas, medidas que no deben implementarse con demasiada frecuencia. En un grupo intermedio, encontramos medidas cuya responsabilidad recae en el centro (como la flexibilidad para elegir asignaturas y grupos) o en el profesorado (como la realización de tutorías virtuales o presenciales con horarios flexibles).
El análisis de estas medidas según el clúster de pertenencia (Tabla 7) arroja diferencias estadísticamente significativas sólo en el caso de las medidas que recaen en los compañeros de estudio anteriormente reseñadas y en la posibilidad de trabajar individualmente en vez de en grupo, cuya implementación recae en el profesorado, con diferencias de medias significativas entre los que pertenecen al clúster 1 ó 2 y el clúster 3, lo cual no sorprende dado que los que trabajan a tiempo completo presentan, como hemos visto, características diferenciales con respecto a los otros dos clústeres.
N=1179.
Figura 3 Valoraciones ponderadas de la satisfacción con distintas medidas de apoyo a los estudiantes que estudian y trabajan (escala de 1 a 5)
Tabla 7 Valoraciones ponderadas de la satisfacción con distintas medidas de apoyo a los estudiantes que estudian y trabajan según tipología de estudiantes
Ante esta situación de moderada implementación de medidas de apoyo a la compatibilización, el cuestionario indagaba por las estrategias personales que el estudiante adopta para compatibilizar estudio y trabajo. Estas posibles estrategias tienen que ver con la organización personal (planificar el tiempo, aprovechar los fines de semana), con el profesorado (avisar si no se puede asistir a clase, solicitar un cambio de turno), con el rendimiento (optar por la evaluación no continua, matricularse de menos asignaturas), pueden ser circunstanciales ante la proximidad de los exámenes (coger días de vacaciones) o pueden llegar a considerar dos medidas más drásticas: el abandono del trabajo o el abandono de los estudios.
La Tabla 8 resume, a través de cruces bivariados, la asociación entre estas distintas estrategias y la pertenencia a un determinado clúster. Casi todos los cruces entre las posibles estrategias y los clústeres son significativos, y especialmente en las asociaciones entre las distintas medidas con el clúster 1 de trabajo ocasional y el 3 de trabajo a tiempo completo, que representan las situaciones más contrapuestas. La gestión del tiempo propio, incluyendo el estudio en fines de semana, constituyen las medidas más populares en el total de la muestra, pero ha de destacarse muy especialmente el caso de los estudiantes que trabajan a tiempo completo, que recurren a días de vacaciones para estudiar o asistir a exámenes, además de planificar bien en cuántas asignaturas se pueden matricular y en renunciar en ocasiones a la evaluación continua. No debe perderse de vista, asimismo, el nada despreciable 16% de estudiantes de este clúster que está pensando en abandonar sus estudios.
Tabla 8 Estrategias adoptadas por los estudiantes para compatibilizar el estudio y el trabajo, según el clúster al que pertenecen (respuesta múltiple)
[i] Prueba chi cuadrado: **p<0,001. Entre corchetes se muestra el coeficiente V de Cramer, que indica la intensidad de la asociación en una escala 0-1. Los porcentajes subrayados indican cruces de categorías con asociación significativa (residuos estandarizados corregidos ≥ 1,96 o <-1,96). Al tratarse de una pregunta múltiple, se calcula la asociación para cada variable.