DOI: 10.22325/fes/res.2023.182

Nikole Hannah-Jones, Caitlin Roper, Ilena Silverman y Jake Silverstein (eds.), The 1619 Project: A New Origin Story, One World, 2021



Lorenzo Cachón

Universidad Complutense de Madrid, España. lcachonr@ucm.es. Email




INTRODUCCIÓN


Manda el canon que una reseña académica se centre en el contenido del libro y quizás en recordar las biografías de sus autores. Un primer problema es que hay libros que comenzaron a existir antes de su ISBN. Y este es uno de ellos. Por eso hay que contar su origen. Un segundo problema es que hay libros que desbordan el marco de la academia, bien porque se convierten en superventas (lo que rara vez ocurre), bien porque su publicación los haya colocado en el centro de polémicas políticas a nivel nacional. Y este es también uno de esos libros. Por eso hay que señalar (siquiera brevemente) el tsunami que su aparición ha generado en Estados Unidos.

En enero de 2019 la periodista Nikole Hannah-Jones , redactora de The New York Times Magazine, propuso dedicar una edición especial del Magazine al 400 aniversario de la llegada de los primeros esclavos africanos a Estados Unidos. Y así el domingo 18 de agosto de 2019, en un número especial del Magazine que se agotó en papel de modo inmediato, bajo el encabezado “El Proyecto 1619 examina el legado de la esclavitud en América”, aparecieron diez artículos con títulos que eran toda una declaración de intenciones; el primero se titulaba: “Los ideales fundacionales de nuestra democracia eran falsos cuando fueron escritos. Los negros americanos han luchado para hacerlos realidad”, firmado por Hannah-Jones; el segundo artículo era de Matthew Desmond, profesor de sociología en la Universidad de Princeton y se titulaba “Para comprender la brutalidad del capitalismo estadounidense, tienes que empezar por la plantación”. Los otros ocho textos eran sobre “Sugar” firmado por Khalil Gibran Muhammad; “Politics” de Jamelle Bouie: “Punishment” de Bryan Stevenson; “Inheritance” de Trymaine Lee; “Medicine” de Linda Villarosa; “Music” de Wesley Morris; “Healthcare” de Jeneen Interlandi; y “Traffic” de Kevin M. Kruse (estos son los títulos con los que aparecerán posteriormente en el libro que comentamos). Estos artículos exploraban las huellas de la esclavitud y la segregación en diversos aspectos de la realidad social estadounidense actual. Además de estos artículos escritos por periodistas especializados o por académicos, en el marco del proyecto se publicaron numerosas piezas de ficción y poesías y se elaboraron materiales educativos (que pueden verse en 1619education.org, el portal educativo del Proyecto 1619 del Centro Pulitzer, centro no relacionado con el Premio Pulitzer).

Para Hannah-Jones y los colaboradores, la esclavitud no es fenómeno marginal en la historia de los Estados Unidos, sino que es una parte inseparable de la misma porque la esclavitud durante 250 años y luego un siglo de segregación racial han moldeado muchas de las instituciones americanas y porque las persistentes desigualdades raciales que sufren los Afroamericanos en la actualidad derivan de ese legado de la esclavitud y la segregación. Aunque solo a finales del siglo XVII se codificaron con leyes en varias colonias las bases raciales de la esclavitud como institución, fue la llegada en 1619 del barco pirata “The White Lion” a las costas de Virginia con unos 20 esclavos lo que marcó el comienzo del sistema esclavista en las colonias inglesas (aunque hay que recordar que ya antes existía la esclavitud en lo que hoy es Estados Unidos: era en la actual Florida, entonces bajo dominio del reino de España). Y, por ello, 1619 es un momento fundacional de los actuales Estados Unidos de América.

El impacto del proyecto fue extraordinario e inmediato y Hannah-Jones recibió el premio Pulitzer de periodismo. Pero hubo algunas críticas académicas y una violenta reacción política en contra de The 1619 Project. La más relevante de las primeras fue una carta que cinco historiadores profesionales, liderados por el profesor de la Universidad de Princeton Sean Wilentz, dirigieron a The New York Times Magazine; criticaban que el texto inicial del proyecto (el ahora titulado “Democracy”) firmado por Hannah-Jones tenía algunos errores fácticos significativos y ponían el acento especialmente en dos: la afirmación de que los fundadores de la nación declararon la independencia de las colonias de Gran Bretaña para garantizar la esclavitud, y la cambiante posición del presidente Lincoln respecto a la igualdad racial; y por ello, decían, el proyecto parece impulsado por una ideología en lugar de una correcta comprensión histórica. Unos días después, Jake Silverstein , la editora responsable del Magazine (y una de las cuatro editoras del libro) respondió a las críticas de esos historiadores negando que fuera necesario introducir “cambios significativos” como se le pedía, aunque Hannah-Jones matizara luego su artículo para decir que “una de las principales razones por las que algunos colonos decidieron declarar su independencia de Gran Bretaña fue porque querían proteger la institución de la esclavitud” (subrayado añadido en el cambio introducido, según consta ahora en la pág. 16 del libro). Esta discusión ha llevado a la autora a un estudio más profundo que presenta en el primer capítulo del libro impreso, apoyándose en abundante documentación histórica.

Mientras este debate se producía, la muerte de George Floyd el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis levantó la mayor revuelta contra el racismo en la historia de Estados Unidos. Y en ese contexto The 1619 Project comenzó a adquirir otra dimensión. Así se entiende mejor la violenta reacción política que se produjo en su contra. El entonces presidente Trump puso en marcha la “Comité (presidencial) 1776” con el objetivo expreso de responder a The 1619 Project y para fomentar una “educación patriótica” enfocada sobre recuperar “el legado de 1776”. Los miembros del comité publicaron “The 1776 report” el 18 de enero de 2021, doce días después del asalto al Capitolio y dos días antes de que Trump abandonara la Casa Blanca (este Comité fue disuelto por el presidente Biden el mismo día de su toma de posesión, el 20 de enero) (El contenido de este significativo informe puede verse en L. Cachón, No puedo respirar. Anatomía de la revuelta contra el racismo tras el linchamiento de George Floyd, Barcelona, Ed. Hacer, 2021, pp. 285-289).

Con toda esta historia detrás, Hannah-Jones y sus coeditoras organizaron el libro The 1619 Project: A New Origin Story. Lo componen el prefacio titulado “Origins” escrito por Hannah-Jones y 18 capítulos firmados por distintos autores con títulos de una sola palabra: diez son los textos ya publicados en el Magazine de The Ney York Times, pero revisados, más largos y con referencias bibliográficas en sus notas. Otros ocho son capítulos nuevos: “Race” escrito por Dorothy Roberts; “Fear” de Leslie Alexander y Michelle Alexander; “Dispossession” de Tiya Miles: “Citizenship” de Martha S. Jones; “Self-Defense” de Carol Anderson; “Church” de Anthea Butler; “Progress” de Ibram X. Kendi; y, por último, “Justice” firmado por Hannah-Jones. A diferencia de las piezas periodísticas iniciales, todos los capítulos del libro cuentan con referencias académicas, pero sin perder un tono divulgativo característico del periodismo de investigación americano. Cada capítulo va acompañado de una fotografía y de dos piezas literarias, excepto en el caso de la introducción y el último capítulo que solo tienen una cada uno, pero muy simbólicas: en la introducción es el poema de Claudia Rankine titulado “The White Lion”; el libro se cierra con el poema titulado “Progress Report” de la laureada poetisa y activista Sonia Sanchez donde se hace referencia a “I can’t breathe”, el grito con el que murió George Floyd y con el que han muerto otros jóvenes afroamericanos a manos de la policía.

La filosofía, que no ideología, del libro es clara: hay un desajuste notable entre los avances de la investigación histórica desde los años sesenta sobre la importancia de la esclavitud y del papel de los Afroamericanos en la historia de Estados Unidos, de un parte, y, de otra, la falta de conocimiento que la mayor parte de los estadounidenses tienen sobre la esclavitud y el origen de la violencia institucional contra los Negros. Y eso, como recuerda Hasan K. Jeffries, un historiador de la Universidad de Ohio que coordinó el informe Teaching Hard History para el Southern Poverty Law Center, es muy preocupante porque deja a los estadounidenses sin preparación para comprender la desigualdad racial en la actualidad y eso conduce a la intolerancia y da origen a la oposición que encuentran las políticas y acciones para corregir las injusticias raciales. The 1619 Project busca eliminar esa brecha. Y busca hacerlo cuestionando la mitología sobre la fundación de la nación que ha funcionado como un elemento de cohesión de la America blanca: valientes colonos, dirigidos por brillantes líderes como Washington, Jefferson o Madison, se levantaron contra la tiranía británica luchando por la libertad y establecieron un país donde, como dice el prólogo de la Declaración de Independencia, “Sostenemos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres son creados iguales, que están dotados por su Creador de ciertos Derechos inalienables, que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” (frase que recordarán varios autores en diferentes contextos a lo largo del libro). Y por eso se celebra como fiesta nacional el 4 de Julio. Pero ya Frederick Douglas se había preguntado ¿qué significa el 4 de julio para los Negros esclavizados, para una quinta parte de la población estadounidense? Y The 1619 Project viene a poner de relieve que, como dice Hannah-Jones en el prefacio: “el año en que virginianos blancos compraron por primera vez africanos esclavizados, el comienzo de la esclavitud en Estados Unidos, una institución tan influyente y corrosiva que ayudó a crear la nación (en la guerra revolucionaria contra Gran Bretaña) y casi lo hace desaparecer (en la Guerra Civil), es indiscutiblemente una fecha histórica fundacional". Argumento que recuerda Las almas del pueblo negro de W. E. B. Du Bois publicado en 1903, quizás el libro más influyente en la historia de los Afroamericanos, cuando dice refiriéndose a las personas blancas: “¿Vuestro país? ¿cómo llegó a ser vuestro? Antes de que llegaran los Peregrinos (en el Mayflower en 1620 a las costas de Plymouth, Massachusetts), nosotros (los Negros) ya estábamos aquí (…) La historia de este país ha girado en torno a nosotros los últimos trescientos años (…) ¿Sería América (Estados Unidos) lo que es sin su pueblo Negro?” (añadidos entre paréntesis). Dos barcos con un poderoso simbolismo: antes que el Mayflower había llegado The White Lion.

The 1619 Project busca explicar las profundas desigualades de la sociedad estadounidense y desafiar los mitos más extendidos sobre el origen de la nación “no para derribar o dividir aún más a este país, como sugieren algunos críticos, sino para que podamos convertirnos verdaderamente en el país que ya decimos ser (...) The 1619 Project no es la única historia de origen de este país, debe haber muchas, pero es una que nos ayuda a comprender los fundamentos de las persistentes desigualdades de la nación de una manera que la historia de origen más familiar no puede”. En palabras de Frederick Douglas: se trata de trabajar para que “no se pueda decir que la Declaración de Independencia es una mentira”. Hay toda una línea de continuidad en este planteamiento: desde Douglas, Tubman y otros abolicionistas, a Du Bois y la NAACP en la primera parte del siglo XX, a King y el movimiento de los derechos civiles en los años cincuenta y sesenta, a todos los movimientos negros posteriores hasta el Black Lives Matter a partir de 2013 y el desarrollo de la “Critical Race Theory” (teoría o grupo de teóricos que acentúan la necesidad de analizar - y luchar - contra el racismo incrustado en instituciones y normas de apariencia neutral y no solo contra las explícitamente racistas) dentro de la academia desde los años setenta en paralelo al asentamiento universitario de los Estudios Afroamericanos.

El libro ofrece un mosaico de dieciocho textos con las cuestiones más candentes para comprender el racismo sistémico en Estados Unidos. Y lo hace en capítulos breves, de unas quince o veinte páginas, de fácil lectura, donde el tono periodístico permite que los autores narren con frecuencia experiencias personales o relatos de la vida de algunas personas Negras, no está reñido con el rigor académico en diálogo con la investigación histórica y sociológica más reciente. The 1619 Project: A New Origin Story es, probablemente, el mejor libro para aproximarse a la realidad estadounidense en una época marcada por el linchamiento de George Floyd o el reciente apaleamiento hasta la muerte de Tyre Nichols, y hacerlo desde la perspectiva de pensadores, periodistas y académicos Negros. Porque cada uno de los 18 capítulos del libro es una excelente introducción a las grandes cuestiones sociales actuales en Estados Unidos: para entender la economía americana nada mejor que leer los capítulos sobre Sugar y Capitalism; para la historia, los capítulos Democracy, Dispossesion o Inheritance; la criminalización de los Negros puede comprenderse leyendo Fear o Self-Defense; la política, con Politics o Citizenship; los problemas de salud o urbanos leyendo Heathcare, Medicine o Traffic; la cultura leyendo Music o Church; los desafíos más trasversales leyendo Race, Progress o Justice. Y el libro permite también disfrutar de la poesía escrita por una treintena de Afroamericanos contemporáneos (algo que recuerda el Darkwater de W.E.B. Du Bois).

En 2023 Estados Unidos se encuentra inmerso en varias “guerras culturales” (de género o raciales, de lo “woke” vs lo “anti-woke”) y el campo de batalla donde se están librando una gran parte de los combates es en el sistema educativo, o por mejor decirlo, en los cincuenta sistemas educativos que tiene el país (uno por estado). Una parte de esas “guerras culturales” es cómo enseñar la historia americana en las escuelas (se hace obligado citar el articulo “The 1619 Project and the Long Battle Over U.S. History” de Jake Silverstein en The New York Times de 9 noviembre de 2021, para recordar que ese combate se viene produciendo, con mayor o menor virulencia, desde que se establecieron los estándares nacionales en el campo de la enseñanza de la historia en 1994). En la dinámica contra The 1619 Project y contra el hecho que el “racismo sistémico” haya pasado a ser parte de los discursos políticos de muchos demócratas (hay que recordar que el presidente Biden utilizó la expresión en su discurso inaugural), una veintena de estados gobernados por los republicanos han establecido limitaciones sobre lo que se puede enseñar sobre la esclavitud y el racismo en las escuelas públicas. Y cuando se debate de estas cuestiones hay dos elefantes que aparecen continuamente: CRT (acrónimo de Critical Race Theory, que se da por conocido popularmente, aunque es evidente que la mayor parte de la población no haya leído nunca ningún texto inspirado en la CRT) y The 1619 Project (valga como muestra los cerca de 32 millones de referencias que Google encuentra si se buscan esos términos). No es paradójico concluir que esto muestra lo necesario de un proyecto como este, de los materiales escolares que el proyecto ha preparado, de la serie de televisión que Hannah-Jones ha producido para Hulu con el mismo título, y de un libro como The 1619 Project: A New Origin Story. Un libro que marcará época.