Reseñas de libros e informes / Books and Reports Reviews

DOI: 10.22325/fes/res.2023.155

Manuel Santana Turégano. ¿Homo economicus u homo sociologicus? Madrid: Editorial Aula Magna, 2022. McGraw-Hill Interamericana de España S.L.


Antonio Martín Artiles

Universidad Autónoma de Barcelona. antonio.martin@uab.es. Email

Revista Española de Sociología (RES), Vol. 32 Núm. 1 (Enero - Marzo, 2023), a155. pp. 1-5 ISSN: 1578-2824





Acaba de publicarse un libro introductorio a la Sociología Económica, especialidad apenas presente en el mundo académico español, pero muy asentada e instalada en los estudios superiores de otros países, como son particularmente los del ámbito anglosajón -Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, entre otros- así como algunos otros europeos -Italia, Alemania, entre otros-. En el caso de España ha tenido influencia en los años ochenta el libro de Toharia (1983) , que nos introdujo las teorías neoinstitucionalistas a través de las obras de Michel Piore y Charles Sabel (1990) , entre ellas la conocida Segunda ruptura industrial.

Posteriormente, a principios de la década de los noventa, fue influyente la reedición del libro de Polanyi (1989) , La Gran Transformación, publicada inicialmente en 1944. Durante años el libro de Enzo Mingione (1994) , Las sociedades fragmentadas, constituyó una importante referencia para la Sociología Económica. Dadas las similitudes entre Italia y España este libro ofrecía un espejo donde ver las relaciones sociales, las instituciones y el papel de las familias interactuando en el mundo de la pequeña empresa. La figura de los “distritos industriales” y su conexión con las redes de parentesco, amistad y vecindad para prestar flexibilidad al proceso productivo.

El subtítulo de esta obra de Santana es ilustrativo: Introducción a la sociología para la economía, la empresa y las finanzas. No cabe duda de que este manual viene a cubrir un vacío, lo que resalta hoy su importancia académica. No es un libro de sociología estrictamente, sino también de Ciencias Sociales, con una mirada interdisciplinar (y erudita) que pone en diálogo a la sociología, economía, antropología, psicología y neurociencia. El lector también encontrará un estilo de escritura fina, coloquial, irónica y bienhumorada.

Objetivos

El libro está pensado para estudiantes, pero también para profesionales y expertos que operan en el ámbito de la economía y la empresa. Su lectura amena permite pasar un buen rato. El libro se divide en seis grandes temas presentados de forma pedagógica, orientado a reflexionar y obtener recursos para seguir aprendiendo. El texto rehúye el lenguaje formal académico y se atreve a empatizar con los jóvenes de hoy invitándolos incluso a mirar Wikipedia en internet. El manual rehúye el “rollo” teórico sobre lo que hay que saber y, por el contrario, busca los aspectos relacionados con la comprensión de la economía y la sociedad, así como otra posible utilidad que le puede servir al lector.

El texto ofrece una crítica a la separación de la economía y la sociedad. Es una crítica a la perspectiva analítica de la economía convencional, además del mundo de las finanzas. Este último aspecto es realmente novedoso porque apenas se dedica atención en los manuales de sociología.

Los primeros capítulos del libro tienen similitudes con el corte temático de otros libros de introducción a la sociología. Así, tiene un capítulo dedicado al “cambio social” y al desarrollo histórico de la sociología a partir de autores clásicos, como Compte, Marx, Durkheim y Weber. Otro capítulo sobre “estratificación” social, que explica las desigualdades. Por eso aquí me centro en particular en aquellos capítulos que abren un diálogo entre economía y sociología: ¿Son compatibles ambas disciplinas? Para la economía convencional el paradigma del “homus economicus” los hombres son agentes racionales que actúan en función de cálculos basados en el coste/beneficio de la acción, se trata de un comportamiento que sigue la lógica del individualismo metodológico. El espacio de la acción es el mercado, que tendería al equilibrio si no hubiese interferencias externas. Y el conflicto en las relaciones laborales sería disfuncional porque perturba el orden. Por el contrario, el “homus sociologicus” actúa en función de valores éticos y morales, en base a acciones ligadas a grupos sociales. El espacio de la acción son las instituciones sociales, que garantizan el orden y permiten canalizar el conflicto a través de instituciones con reglas de procedimiento. El equilibrio y la armonía lo proporcionan las instituciones sociales. En suma, este debate entre economía y sociología lo va desgranando de forma didáctica, con ejemplos, reflexiones y ejercicios.

Tabla 1. Comparación de perspectivas

Economía clásica Sociología Económica
1. Actores Individuos, familias, empresas Grupos sociales, Organizaciones, individuos
2. Perspectiva metodológica Individualismo Metodológico Observación, descripción
3. Orientación acción Elección Racional: Desarrollo estrategias preferencias individuales Actores interrelacionados con cultura y entorno. Racionalidad Valores
4.Finalidad acción Maximizar beneficios: Homus economicus Homus sociologicus: ligada a la cultura y a la moral, reciprocidad
5. Motivaciones Lucro, beneficio Interés colectivo, grupales, filiación, identidad, pertenencia
6. Espacio acción Centralidad mercado Inserción social mercado
7. Resultado acción Equilibrio, armonía (pero el mercado de trabajo hoy es imperfecto) Desequilibrio, desigualdad, conflicto
8. Relaciones laborales Conflicto disfuncional. Monopolio trabajo Conflicto funciones positivas: generación normas

Fuente: Elaboración propia

Sociología para la economía y las finanzas

En este capítulo Santana introduce al estudiante en la arquitectura del mundo universitario, en las características de los diversos títulos académicos del ámbito económico. Aquí se habla de las expectativas que tiene un estudiante de economía en el mundo de la empresa, las finanzas y en un campo más extenso de las “salidas laborales”. Por ello invita al lector a buscar en los portales de internet las ofertas de empleo y las titulaciones exigidas, los requerimientos de formación complementarias. Este ejercicio lleva a que el estudiante busque también los conceptos relacionados con la inserción laboral, itinerarios y trayectorias profesionales, tipos de contratos laborales, afiliación a la seguridad social, etc. Es decir, desde lo sencillamente introductorio el estudiante va metiéndose en la complejidad conceptual de la sociología económica.

Cultura, sociedad e individuo

En este capítulo se examina algunos aspectos microsociológicos, cuya lectura resulta introspectiva, lo que puede ayudar al estudiante más allá del conocimiento académico. Platea dudas sobre la meritocracia, las carreras de éxito personal e individual, a la vez que pone en evidencia las limitaciones del individuo. El texto enfatiza el papel del grupo, de las normas, la cultura, los valores, el proceso de socialización y el contexto material donde nace y se desarrollan los individuos. Esta reflexión sirve también para entender el mundo de la empresa como una forma de cultura organizativa, un microcosmos donde la racionalidad de los actores no es meramente económica, “función de utilidad”.

El autor plantea la teoría del “yo espejo”, de Cooley: “pensar en términos sociológicos implica pensar en términos de a qué grupos sociales pertenecemos, y cómo eso condiciona nuestra vida”, lo que nos recuerda la idea aristotélica del hombre como “animal social”. Por tanto, aquí se va desarrollando una crítica al individualismo metodológico (homus economicus) tan presente en la economía clásica; el hombre como un “lobo solitario” depredador que actúa solo para maximizar sus beneficios. La racionalidad del “homus económicus” es simple, mientras la racionalidad del “homus sociologicus” es compleja, colectiva y multifactorial.

El capítulo tiene apoyos en los recientes descubrimientos de la neurociencia que muestra al hombre como un animal social que depende de la interacción con los demás (Harari, 2014; Eagleman, 2017). La antropología y la psicología evolutiva son otros campos de referencia que sirven para apuntalar la preocupación de los humanos por el grupo social de referencia, por el lugar que ocupamos en la estructura social y por el estatus de prestigio. Igualmente, en este libro se visita los desarrollos teóricos más recientes, como la Economía del Comportamiento (Kahnemann, 2012), que presta atención a la identidad y a las normas sociales para explicar el comportamiento económico.

Las relaciones entre economía, empresa y sociedad

Otro capítulo relevante para el perfil formativo de los economistas se dedica a las relaciones entre economía, empresa y sociedad. Se trata de una crítica al determinismo economicista.

Santana pone de manifiesto cómo los cambios en la estructura social y en el consumo modifican la demanda de las empresas. El comportamiento del consumidor es un tema clásico instalado en los estudios de ciencia económica, pero aquí el autor rehúye el enfoque individualista de las preferencias del consumidor, como se concibe en el mundo de la economía. La perspectiva del “homus sociologicus” es diferente, se trata de una perspectiva multivariante donde se entremezclan distintas dimensiones individuales, estructurales e institucionales. Por ello cita a Ibáñez y su idea de “perspectiva distributiva” para expresar que “el todo” es más que la “suma de las partes”. Hoy el desarrollo de la tecnología del Big Data permite trabajar con técnicas cuantitativas estas tres perspectivas usando miles de datos.

Por otra parte, Santana recuerda que el mercado no es el único lugar donde se pueden obtener bienes y servicios. Por ello retoma la idea de los intercambios informales, basados en la reciprocidad, la confianza y la lealtad para obtener bienes y servicios, lo que muchas veces no requiere un pago monetario inmediato, sino incluso diferido. Este intercambio de favores basado en la confianza está presente en las sociedades tradicionales, pero también en las sociedades contemporáneas, como nos recuerda la cita a Mingione, que se refiere a las formas de cooperación-competencia entre las pequeñas empresas italianas y la “especialización flexible”, que otros muchos sociólogos y economistas españoles también han estudiado desde la sociología del trabajo.

El ámbito de la organización del trabajo es también objeto de interés en este capítulo. La tendencia en el debate se resume en tres direcciones diferentes. (1) Primero, hay una tendencia creciente hacia el neo-taylorismo, lo que está relacionado con la digitalización y la automatización de procesos, que persigue reducir la mano de obra directa en la producción, reducir costes y evitar las tensiones conflictivas entre capital y trabajo. (2) La segunda tendencia estriba en la psicologización en la gestión de los trabajadores, se trata de una suerte de seducción, cooptación a través del lenguaje, como han demostrado Boltanski y Chiapello (El nuevo espíritu del capitalismo) mediante el análisis de manuales de gestión de recursos humanos. Y, (3) la tercera tendencia, es una variante actualizada de la participación directa e indirecta de los trabajadores, ya sea por la vía del enriquecimiento del contenido del trabajo, uniendo ciertas tareas manuales e intelectuales, así como la participación indirecta a través de los representantes de los trabajadores (sindicatos) en los órganos de dirección de la empresa. Es decir, “manufacturar el consenso” como sugiere Burawoy.

Después de esta excursión sobre las distintas concepciones sobre la organización del trabajo, Santana nos dice que el trabajo no se puede considerar como una mercancía más. Al contrario, el trabajo (el trabajador), tiene subjetividad, necesita estímulos y motivación para trabajar, perspectiva de trayectoria, lo que hace entrar en juego a la psicología en la organización del trabajo. El salario no puede ser considerado como un precio, sino como un factor de motivación, de prestigio y de estatus social. El mercado de trabajo tampoco puede ser considerado como otro mercado cualquiera, sino una institución social donde intervienen actores colectivos como son las organizaciones empresariales, los sindicatos y el Estado. Por tanto, los presupuestos de la economía neoclásica se derrumban. Aquí la perspectiva del “homus sociologicus” conecta con las teorías neoinstitucionalistas en economía, que vienen a tener una cierta similitud con el neofuncionalismo en sociología.

Finanzas y sociedad

El interés de este capítulo se debe a la creciente influencia del sector financiero en la economía: la llamada “financiarización” de la economía. Esta tendencia tiene una notable importancia hoy porque orienta la acción económica hacia el corto plazo, a la rentabilidad inmediata y a la valoración financiera, lo que influye en el mundo de la política. Santana resume dos grandes explicaciones, la que ofrece la Economía Política y la que ofrece la Sociología Económica.

La primera es propia de la economía política y se refiere aquí a Lapavitsas (2011) , cuya explicación de las transformaciones del mundo financiero analiza la tendencia de las grandes corporaciones a depender menos del sector financiero y actuar éstas con criterios de autofinanciación; a la tendencia de la banca a actuar en otros sectores (seguros), en la financiación de los hogares y el papel de los hogares como deudores, pero también como titulares de activos financieros.

La segunda, según la Sociología Económica (Van der Zwan 2014) se estarían produciendo por grandes cambios en la economía y la sociedad. A nivel macro la financiarización está relacionada con la aparición de un nuevo régimen de acumulación de capital. A nivel meso la financiarización implica un nuevo paradigma en la gestión empresarial, orientada hacia le cortoplacismo y en función de la valorización de las acciones de propiedad de los fondos que tienen los bonos de miles de accionistas. Estos fondos canalizan los ahorros de pequeños inversionistas y las pensiones, de modo que la lógica de la financiarización estaría penetrando en diversos aspectos de la vida cotidiana, como el sector inmobiliario, entre otros. El desarrollo de la tecnología de las comunicaciones ha contribuido enormemente a la expansión de la “financiarización de la vida cotidiana”, lo que ha permitido intervenir a pequeños inversionistas y a las familias en el juego.

Por consiguiente, las expectativas y el comportamiento de estos pequeños accionistas pasan a tener un peso importante en las decisiones estratégicas de las corporaciones. Maximizar dividendos en el corto plazo está pasando a ser una prioridad. Ello lleva paralelamente la extensión de determinados criterios de contabilidad, de eficiencia y de externalización de la producción y los servicios. La evolución de los mercados financieros condiciona la gestión de la empresa a través de las cotizaciones en bolsa de las acciones (Massó, 2020).

Concluye Santana que la financiarización de la vida cotidiana está dando lugar a movilizaciones de protesta contra el enriquecimiento de determinadas capas de población y el empobrecimiento de otras. Un ejemplo de movimiento social de protesta es Occupy Wall Street. En pocas palabras, parafraseando a Lenin la financiarización sería la fase superior del capitalismo hoy.

En definitiva, estamos ante un excelente manual de introducción a la Sociología Económica, disciplina cada vez más importante para conocer la compleja arquitectura económica y social del mundo actual. Además, el libro está redactado con las referencias culturales de los jóvenes de hoy (recursos de internet), sentido del humor, ironía y gran capacidad didáctica.


REFERENCIAS


Eagleman, D. (2017). El cerebro: nuestra historia. Barcelona: Anagrama

Harari, Y. N. (2014). Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad. Debate.

Kahneman, D. (2012). Pensar rápido, pensar despacio. Barcelona: Debate.

Lapavitsas, C. (2011). Theorizing Financialization. Work, Employment and Society 25(4), 611-626. https://doi.org/10.1177/0950017011419708

Massó, M. (2020). Introducción al monográfico “Las consecuencias sociales de la financiarización: actores, procesos y estructuras de la economía financiarizada en Europa”. Revista Internacional de Sociología, 78(4), 156-168.

Mingione, E. (1994). Las sociedades fragmentadas. Madrid: Ministerio de Trabajo.

Piore, M., y Sabel, C. (1990). La segunda ruptura industrial. Madrid: Alianza Editorial

Polanyi, K. (1989). La Gran Transformación. Madrid: La Piqueta

Toharia, L. (1983). El mercado de trabajo: Teorías y aplicaciones. Madrid: Alianza Editorial .

Van der Zwan, N. (2014). Making sense of financialization. Socio-Economic Review, 12(1), 99-129. https://doi.org/10.1093/ser/mwt020