Reseñas de libros e informes / Books and Reports Reviews

DOI: 10.22325/fes/res.2022.126

Celso Sánchez Capdequi (ed.). Surcos de trascendencia en la modernidad secular. Madrid: La Catarata, 2021


Xabier Tirapu Intxaurrondo

I-Communitas. Institute for Advanced Social Research, Universidad Pública de Navarra (UPNA), España. xabier.tirapu@unavarra.es. Email

Revista Española de Sociología (RES), Vol. 31 Núm. 3 (Julio - Septiembre, 2022), a126. pp. 1-4 ISSN: 1578-2824




INTRODUCCIÓN


De un tiempo a esta parte, es sabida (y normalizada) por todos nosotros la instauración de la escenificación de la vida política, no en el debate, sino en el conflicto. La mediatización de la política hace de su representación un factor clave, ya no solo de las medidas a adoptar, sino de los diálogos originados. De igual manera, y dada la dimensión electoral que adquiere cada escenificación, resulta fundamental (desde un punto de vista estratégico en la comunicación política) el trazar una separación, o más bien, un claro límite que diferencie una opción política de las otras. Como consecuencia de esto, el llegar a consensos, vías de entendimiento, o puntos comunes puede ser algo contraproducente en el campo político, donde la conciliación y el consenso han visto mermada su deseabilidad, en ese afán de marcado de la alteridad como elemento totalmente ajeno a uno mismo.

En esta misma línea de la mediatización, la batalla por el establecimiento de las agendas (sobre todo la mediática) es encarnizada, pero el espacio de disputa ya no es el parlamento, sino el foco mediático, por lo que la selección temática y la representación de los diferentes partidos pasa por destacar aquello que más fácilmente pueda llamar la atención de la audiencia. De este modo, los debates sociales actuales, se centran en pequeñas concreciones muy llamativas, pero cuesta más que se desarrollen espacios dónde se traten grandes temas de repercusión transformadora de la realidad social, muy de la mano de los intereses propios del tiempo de las tribus que destacaba Maffesoli.

Pues bien, esta consecuencia tan obvia y asentada en nuestra cotidianeidad, no es más que otra manifestación de la dificultad de tratar las grandes trascendencias en el seno de nuestro imaginario colectivo, lo que, sin embargo, no es tan obvio, pero sí relevante a la hora de atender la realidad social. Es este libro quien, precisamente, nos advierte mediante un necesario y acertado análisis de las trascendencias, los límites, la alteridad o los procesos de secularización, de la dificultad reinante en nuestras sociedades para abarcar enfoques que traten la alteridad como parte convivencial de uno mismo, lo trascendente como potencialidad transformadora, o el límite como renegociable o mutable.

Ante este contexto, y como bien se indica desde el título, el libro “Surcos de trascendencia en la modernidad secular” realiza un (muy atinado y requerido) esfuerzo por situar, definir y explicar cada uno de estos conceptos, así como sus respectivos estados de la cuestión. La obra podría dividirse en dos apartados diferenciados. Una primera parte destinada a la disertación teórica que, partiendo desde el surgimiento de la era axial y transcurriendo por los procesos de secularización, acaba exponiendo las costuras de la (falta de) trascendencia actual y la relevancia del (concepto de) límite. Y una segunda parte más orientada a aterrizar en nuestra cotidianeidad el calado de esa previa reflexión, con ejemplos tan actuales y centrales en nuestra era de singularidades como lo son la gestión sanitaria en el final del proceso vital, o los postulados del coaching, (in)conscientemente vertebradores de gran parte de las lógicas empresariales y laborales actuales; si bien ambas partes imbrican con acierto la discusión teórica con su consecuencia en las vivencias colectivas e individuales.

Hans Joas es el encargado de inaugurar esta obra explicando el origen de la trascendencia, para después trazar una trayectoria por las variaciones que esta ha experimentado en los diferentes hitos históricos decisivos. Apoyándose a su vez en el estudio de los autores más excelsos y atinados, en su análisis nos guía durante el transcurso histórico del término para acompañarnos hasta el presente y así comprender nuestro contexto a este respecto, entendiendo la trascendencia como una “transformación reflexiva de lo sagrado”. Resulta especialmente interesante la distinción que aporta sobre las cinco determinaciones básicas en este campo, como lo son la trascendencia, la crítica, la reflexividad, el universalismo moral y la simbolicidad del símbolo.

Continuando con esa evolución histórica, Reckwitz parte del último tercio del siglo XX para explicar la más reciente rotación en el régimen social dominante que deriva en el contexto actual. Con el tránsito a la tardomodernidad la creencia en la promesa del progreso conjunto se desmorona, siendo sustituida por la época de las singularidades, donde los relatos del éxito individual, o la bien definida como “fabricación social de particularidades” sustentadas sobre la creencia en la (dolosa) meritocracia soportan la legitimación de la estructura social. Al mismo tiempo, el reparto desigual del reconocimiento, el imperativo de la autorrealización constante y la crisis de lo político como fuerza de identidad colectiva y de transformación social, en un marco de temporalidad acelerada, hace que se dé una “crisis de lo general” dónde la norma de lo particular impera y dificulta un gran relato común compartido y cohesionador. Es en este contexto dónde la trascendencia asoma como vía de problematización que pueda (o deba) rescatar la idea de lo general o lo comúnmente compartido.

Precisamente, recogiendo ese guante, Maya Aguiluz-Ibargüen, Eliana Alemán y Josetxo Beriain son quienes, mediante el empleo de los conceptos de límite y ambivalencia, tienden puentes hacia esa reformulación de lo común que (re)concilie las dicotomías simbólicas de lo puro e impuro. En la ambivalencia del límite es dónde reside su potencialidad, “lo sin-forma es fuente inagotable de creatividad social”. Es de esa forma como podemos enriquecer nuestro lenguaje y percepción, como podemos trascender(nos). Pero la aportación que realmente resulta interesante es cómo el (en términos de Becker) marcado de cada límite “es al mismo tiempo una mirada más allá de los propios límites” (Plessner), por lo que el hecho de marcar una frontera de entendimiento, o una frontera de definición, conlleva ineludiblemente el dirigir la vista al horizonte de ese abismo.

Como cierre a esta mirada más teórica, Celso Sánchez Capdequi destaca muy acertadamente como tras las revoluciones axiales se requería de las competencias filosóficas no (únicamente) para trasladar los designios divinos al orden mundano o como disposición hermenéutica, sino como una suerte de lubricante social dispuesto y orientado a formar vías de entendimiento entre distintas cosmovisiones y religiosidades. Del mismo modo, extrapolando dicha situación al contexto actual, en un escenario de tiranía de lo icónico, lo inmediato y lo explícito, se ha de reivindicar el papel de lo trascendente como fuerza motriz de la reorientación del pensamiento que abarque la alteridad, así como las expresiones indirectas del simbolismo. La tendencia hacía los populismos políticos da buena nota de esta carencia social, dónde lo apabullante pero superfluo, dónde el férreo marcado del límite con el contrario, solamente cede un espacio marginal en el foco político-mediático a las pretensiones de entendimiento y de inclusión de la alteridad.

Luis Enrique Alonso y Carlos Jesús Fernández Rodríguez son los encargados de abrir el apartado más empírico de la obra. Mediante un análisis muy refinado del funcionamiento y la narrativa del management y del coaching, disecciona las lógicas subyacentes en la modelación de subjetividades, que mediante (y para) el entorno económico-laboral, moldea las individualidades que se requieren tanto como capital humano, como en su faceta de consumidores. Esta situación casa enormemente con las aportaciones de Laval y Dardot y su enfoque del dispositivo rendimiento/goce, mediante el cual explican cómo el imperativo de maximización se extiende desde el campo de lo productivo hacia el goce como producto de consumo igualmente exigido y exhibido. El coaching instrumentaliza la trascendencia y la narrativa terapéutica precisamente para orientar las acciones y subjetividades de manera que sean operativas en un marco neoliberal empresarial. No obstante, una vez más, esto supone una advertencia de cómo la ausencia de esa perspectiva trascendente de trasfondo crítico nos hace correr el peligro de individualizar la culpa y perder la oportunidad de crear colectividad en torno a situaciones, categorías y vivencias semejantes.

Por su parte, el profesor Javier Gil estudia la influencia que ha tenido la aceleración en la estructura temporal dentro de las sociedades modernas y sus consecuencias en las instituciones de carácter religioso. Mediante la individualización señalada por Beck, el self pasa a ubicarse en el centro de la vida social, lo cual, enfatizado por los procesos de secularización, hace que el plano mundano pierda su sentido como “valle de lágrimas”. El individuo tardomoderno, nostálgico de las pretéritas expectativas de salvación posterior, busca el significado en el presente y en la acumulación de vivencias intensas, por lo que las comunidades místicas encuentran mejor encaje que las instituciones religiosas. Pero esta situación no es exclusiva del campo de lo religioso. La usurpación del horizonte futuro hace que la salvación se experimente en lo momentáneo, en lo efímero, por lo cual los planes de largo recorrido o incluso las pretensiones revolucionarias pierden su dimensión aglutinante y su capacidad de génesis de sentido. La tiranía de lo momentáneo e individual limita el horizonte futuro, de igual manera que la focalización sobre las pequeñas trascendencias deja fuera del imaginario colectivo a las grandes trascendencias de potencialidad transformadora.

Joaquín Esteban Ortega en su capítulo que, precisamente, bien podría tratarse de un ejercicio de reorientación de lo estético y lo creativo a disposición del tratamiento de las grandes trascendencias, habla sobre la estetización de lo sagrado en el arte corporal. El autor, mediante numerosas y versátiles referencias culturales y estéticas nos guía a la hora de detectar la presencia de la trascendencia y el tratamiento de lo inmanente en el arte corpóreo. Pone el broche el ejemplo del Angel de los artistas Sun Yuan y Peng Yu, una escultura de forma angelical tremendamente realista que presenta rasgos de un tremendo impacto contra el suelo, síntoma de cómo la figura mediante entre trascendencias no soporta el impacto del mundo material. Un ejemplo paradigmático de la ruina de lo trascendente.

Pablo Echeverría es el encargado de poner el broche final a esta obra, culminando con un ejemplo de tremendo tino a la hora de sacar a la luz las costuras de la fe en la racionalidad técnica y su desencanto. Como bien destaca el autor, el progreso técnico en el campo médico había generado una suerte de fe ciega en el mismo, a modo de promesa de infinitud. El prolongamiento paulatino de la vida y la supresión del dolor habían relegado a la periferia social (o al menos a su forzada desatención) estas dimensiones, quedando fuera del tablero de la vida social significantes de la época religiosa como el valor del sufrimiento y la promesa del futuro trascendente. No obstante, la irrupción de una pandemia a escala global ha agrietado la ilusión de infinitud, lo cual, ligado al aislamiento social y la presencia de la contingencia acentuada en la cotidianeidad, ha hecho que la falta de encantamiento del mundo y la carencia de las grandes trascendencias se haya visto ya no solo enfatizada, sino también socialmente denunciada.

En síntesis, nos encontramos ante un perfecto ejercicio de aquello que se demanda, de aquello que carece el mundo: el tratamiento de las grandes trascendencias y su presencia, o más bien, el reclamo de su ausencia en el mundo. Si bien se destacaba el papel de la filosofía en la era axial como vía de entendimiento entre diferentes cosmovisiones, quizá en esta época secular, desde esta misma disciplina, en concomitancia con la sociología, debemos poner su potencialidad a disposición de la sociedad. Y, como hace esta obra, traer de vuelta el tratamiento de las trascendencias, el cuestionamiento de los límites, la inclusión de la alteridad como parte de lo compartido y el (re)encantamiento del mundo. Solo de este modo, quizá se pueda ofrecer una alternativa ante el despotismo de lo explícito, lo inmediato, lo excluyente, así como del énfasis estético-afectivo, pero intranscendente.


Nota biográfica

Xabier Tirapu Intxaurrondo es Graduado en Sociología Aplicada por la Universidad Pública de Navarra (UPNA), Máster Universitario en Estudios Avanzados en Comunicación política por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Doctorando contratado en calidad de investigador pre-doctoral por la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Miembro del grupo del Instituto de investigación I-Communitas (UPNA). Ha participado en varios proyectos de investigación con distintos profesionales de la Universidad pública de Navarra y ha trabajado como sociólogo en formación en el Observatorio de la Realidad Social de Navarra. Sus principales líneas de investigación son los efectos de los medios de comunicación, el estudio de la opinión pública y la sociología de la juventud.