Reseñas de libros e informes / Books and Reports Reviews

DOI: 10.22325/fes/res.2021.70

Inés Alberdi. La Sociología como vocación. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 2020



Jesús M. De Miguel

Primer Catedrático Príncipe de Asturias, Estados Unidos mananaconsulting@gmail.com

Revista Española de Sociología (RES), Vol. 30 Núm. 3 (Mayo - Junio, 2021), a70. ISSN: 1578-2824




Los/as sociólogos españoles apenas escriben biografías. La catedrática Inés Alberdi nos regala una autobiografía comprometida, en su libro La Sociología como vocación. Son las primeras doscientas páginas de un volumen de casi quinientas que recoge además trece “textos publicados a lo largo de estos años”. Es un libro inapreciable sobre la evolución personal —y de las mujeres— en España en las últimas décadas. No es solo una visión sobre España. Alberdi ha sido directora ejecutiva de UNIFEM, que es el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, en Nueva York. La defensa de los derechos de las mujeres se entiende mejor con este libro. Es pues un hito.

Es curioso que con lo que nos gusta a los/as sociólogos investigar las vidas ajenas y la sociedad, casi nunca nos atrevemos a contar nuestra propia vida. O la de nuestra familia. Una excepción brillante son las Memorias y desahogos de Amando de Miguel (1936–).1 Me gusta mucho también el libro de Hacer la América de Juan Francisco Marsal (1928-1979), quien oculta cuidadosamente que es la vida de su padre.2 Una autobiografía sociológica sobresaliente es la del sociólogo Esteban Pinilla de las Heras (1924-1994) titulada La memoria inquieta.3 Sé que Julio Iglesias de Ussel está preparando una biografía de Enrique Gómez Arboleya (1919-1959), protomártir de la Sociología española, que va a ser definitiva. Sobre este género sociológico puede leerse mi libro Auto/biografías —escrito para animar a los/as sociólogos a escribir— en su segunda edición que es bastante más extensa.4 La Sociología española se entenderá algún día si nos ponemos a escribir.5

La obra de Inés Alberdi es un libro doble. Nos cuenta su vida. Al hilo colecciona además trece trabajos sociológicos escritos durante esa misma vida. Es como el Espejo de Erised.6 Se entiende lo que es el oficio de socióloga; lo que ella denomina Sociología como “vocación”. Aunque ella confiesa que iba para arquitecta. Pero al final construye un edificio, con ladrillos sociológicos. Son excelentes textos. Van construyendo poco a poco, toda una vida profesional, un edificio magnífico. Entendemos mejor a las mujeres, la familia, divorcio, desigualdades de género, maternidad, patriarcado, procreación, movimiento feminista, y hasta la violencia-contra-las-mujeres. No hay un orden estricto porque es precisamente nuestra sociedad la que cambia ese orden normativo durante siglos. Inés Alberdi salta de un tema a otro pero siempre cerrando un círculo de análisis sociológico. Todavía le quedan algunos temas pendientes, para el segundo tomo de su La Sociología como vocación.

Su autobiografía es gentil, incluso dulce. Eso llama la atención inmediata al leerla. ¡Creo que se debe a que su padre era director de una fábrica de azúcar! O quizás a que eran 13 hermanos/as (diez chicas). La entiendo, porque mi esposa son ocho hermanas (todas chicas). Hay algo especial en una familia con tanta prole. Uno aprende mucho de los hermanos, sobre todo de las charlas y discusiones a la hora de las comidas. Yo mismo recuerdo —como los mejores momentos de mi vida— las discusiones sobre sociología y arquitectura en el hogar. Lo importante no era entonces la poca comida, sino las muchas ideas. Como reconoce Alberdi, España era entonces una sociedad en la que la vida era difícil para todos/as. En los años cincuenta la represión general era considerable. Ella consigue la libertad gracias a los libros: “Yo viví una infancia ignorante y protegida, en una familia muy centrada en sí misma y en un país cerrado al mundo exterior. Y fueron los libros los que me mostraron que había muchas vidas y muchas experiencias diferentes de la mía” (p. 45). Aprendimos más de los libros que de los/as profesores. “En aquellos años sesenta muchos de nuestros profesores eran muy conservadores, por no decir reaccionarios” (p. 67). Algunos tenían “un nivel intelectual bajísimo”. Otros sobrevivían —durante la dictadura franquista— gracias a su sentido del humor. La entiendo bien: son los mismos profesores que yo tuve en Madrid.

Lo más llamativo es lo que ha tenido que cambiar Inés Alberdi, al hilo de lo mucho que se ha transformado España en las últimas siete décadas. España es un país que experimenta un cambio social rápido y profundo. A veces nos sorprende la propia modernidad del país. Con las propias palabras de Alberdi, España era pobre oscurantista y arrinconada internacionalmente. Ahora es un país europeo, próspero, y democrático. El secreto de las Alberdi es que los padres las motivaron para realizar carrera universitaria, lo mismo que a los chicos. Está bien el consejo paternal para la época: “Ahora lo importante es estudiar, que para encontrar novio siempre tendréis tiempo”. La historia terminó bien. “Cuando yo decidí casarme a las nueve de la mañana de un sábado de marzo, sin vestido de novia, acudieron encantados y sonrientes al chocolate con churros al que invitamos a los asistentes”.

España se convierte en un referente internacional de las políticas más progresistas, como reconoce Alberdi. Es interesante su análisis de la modernidad. De cómo esa modernidad pasa luego de Barcelona a Madrid. Su texto es inteligente porque analiza la cultura popular y no sólo la transformación políticas de dictadura a democracia. Son importantes sus estancias académicas y profesionales en Estados Unidos, de nuevo en Washington DC. Allí la contratan en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para montar la nueva oficina de Women in Development. Vuelve a España. A los cuarenta años, se incorpora al Partido Socialista. Transcurre cuatro años como diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid. ¡Menuda experiencia! Pero nunca abandona la academia. A los 43 años llega a ser catedrática de Sociología en España. Luego su trabajo en las Naciones Unidas, como directora del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) desde 2008 a 2011, con unos doscientos empleados en Nueva York. Allí aprende que las desigualdades sociales son la dificultad más fuerte para salir del subdesarrollo.

Sus consejos para ser buena profesora son estupendos. No me resisto a copiar aquí uno de los párrafos que más me han llamado la atención (p. 187):

“Estar siempre activos intelectualmente; seguir estudiando, leyendo y avanzando; inventar nuevos cursos y no enseñar siempre lo mismo. Ser comprensivos con los estudiantes; ellos vienen con ganas de aprender y son inteligentes en su mayoría, pero no pueden saber tanto como los maestros; no juzgarlos por lo que desconocen, sino por lo que conocen. Tomar a los estudiantes en serio y tomarnos a nosotros mismos menos en serio; escucharlos también a ellos; conocer qué leen, qué cosas les interesan y tratar de estar al día de lo que hacen, además de venir a la universidad. No abusar de nuestra autoridad; los profesores tenemos la autoridad que nos otorga el estatus y la edad, pero no debemos abusar de ella. Estar alerta a los posibles abusos que ejerzan otras instituciones universitarias sobre los estudiantes. Enseñar a los estudiantes a valorar y alabar, no solo a criticar; ser generosos en las evaluaciones y sincero en los elogios cuando un trabajo se lo merezca. Enseñar y practicar el arte del agradecimiento; todos hemos llegado a lo que tenemos gracias a muchos que vinieron antes de nosotros y gracias a muchos que nos apoyaron en nuestro inicios, reconocerlo y agradecerlo. Valorar el presente y olvidar aquello de ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’ que es un sentir muy frecuente entre profesores que no recuerdan que cuando ellos eran jóvenes tenían las mismas lagunas que ahora advierten en sus estudiantes. Finalmente, no olvidar la importancia del respeto a lo diferente, el respeto a la diversidad, así como la importancia de la solidaridad y la cooperación entre colegas.”

Solo por este párrafo Inés Alberdi ingresará en el panteón de sociólogos españoles. Para que los que vengan vean más allá, como insinúa mertonianamente: “sobre los hombros de los gigantes”. En este caso gigantas. Nunca fui estudiante suyo (soy prácticamente de su quinta) pero me hubiera gustado serlo. Como dice ella, “la suerte de dedicarse a la enseñanza es que te pagan por leer. Y leer es una de las cosas mejores de la vida. Ser profesora permite, y obliga a, seguir leyendo toda la vida. Seguimos teniendo que estudiar siempre” (p. 46). Precisamente por eso conviene leer este librote.

Los trece textos que se incluyen muestran el cambio que se produce en la sociedad española. Pero también que no se alcanza una igualdad de género total. Es la hipótesis sobre la persistencia de la desigualdad de género que preocupa a las sociólogas europeas. Recomiendo mucho el libro de Mary Evans sobre The Persistence of Gender Inequality de 2017.7 Incluye la teoría del techo de cristal. También hay que tener en cuenta la relación entre el glass ceiling y el class ceiling. El libro de Sam Friedman y Daniel Laurison, titulado The Class Ceiling, de 2020, es un modelo de investigación muy sugerente.8 Aunque se refiere al Reino Unido es aplicable a España, como demuestran algunos de los capítulo del libro de Inés Alberdi. El cambio de valores es seguramente el mayor que se ha conocido en España. Para evaluar ese cambio recomiendo mucho leer también el libro de Juan Díez Nicolás, Los valores sociales y culturales (2020).9 Para Alberdi la transformación de España sirve como “laboratorio de análisis e investigación”. Es ahí donde la biografía y lo social se entrelazan.

Los trece artículos (o capítulos de libro) abarcan 35 años de producción, desde 1979 hasta 2014. Giran en torno a factores unidos por el tema de la mujer (o mejor del género). Tratan de familia, trabajo, y educación. También de jóvenes. Le preocupa el movimiento feminista, y la igualdad de la mujer. Reconoce la pérdida de la religiosidad católica en España, que está muy relacionada con esos temas. El segundo texto trata de “Un nuevo modelo de familia” donde Alberdi analiza lo que entiende por “la familia nueva”. Hay un texto que es en el fondo una conferencia, en el Instituto de España: “La carrera universitaria desde un punto de vista de género”. Vale la pena empezar a leer por ese capítulo octavo (pp. 369-389). Estoy de acuerdo con ella en que “la Sociología, aunque no tenga la capacidad de predicción de otras ciencias, se ocupa de los temas más fundamentales, de los temas que más nos interesan” (p. 383). A mi entender es una suerte que la Sociología no tenga capacidad de predicción. Una cualidad de los textos es que la mitad están escritos con otras personas (siempre mujeres). Debemos pues agradecer también a Pilar Escario, Natalia Matas, y Ana-Inés López Acotto.

La hipótesis global del libro es que la sociedad se transforma, y que uno de los aspectos que más cambian con la democracia en España es precisamente la condición de la mujer. Las mujeres jóvenes adelantan a los varones en educación, una pauta que se observa actualmente en casi todos los países desarrollados. “Los cambios son enormes, pero los jóvenes no los viven como tales. Para ellos las cosas son así y solo queda avanzar y mejorarlas. Quizás, por eso se explica que sea España, uno de los países en los que más ha mejorado la situación de las mujeres, el lugar en el que las manifestaciones y reivindicaciones feministas son mas potentes a nivel internacional” (p. 191). Los textos empiezan por el divorcio y terminan por la juventud, cerrando así un ciclo vital. Inés Alberdi sigue investigando y escribiendo. Demostrando la forma en que lo personal puede ser social.10

Las dos partes del libro —autobiografía y textos sociológicos— se complementan estupendamente. Como en un espejo. Al final es como el principio: “He tenido la suerte de dedicarme a la Sociología”. La suerte es nuestra.




NOTAS


1 Amando de Miguel, Memorias y desahogos (Madrid: Infova Ediciones, 2010), 610 pp. Si se quiere entender la profesión sociológica española recomiendo empezar por este excelente libro.

2 Juan Francisco Marsal, Hacer la América: Biografía de un emigrante (Barcelona: Ariel, 1972), 340 pp. Se escribe entre 1961 y 1969. Realizado con las cartas manuscritas de JS. Es la tesis doctoral de PhD en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos. Es un libro maravilloso; uno de mis preferidos.

3 Esteban Pinilla de las Heras, La memoria inquieta: Autobiografía sociológica de los años difíciles 1935-1959 (Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 1996), 384 pp. Manuscrito escondido durante la dictadura franquista tras unos azulejos en su cuarto de baño. Libro editado por Jesús M. De Miguel, y Xavier Martín.

4 Jesús M. De Miguel, Auto/biografías, 2ª edición corregida y ampliada (Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, Colección Cuadernos Metodológicos, número 17, 2017), 277 pp. La primera edición es de 1996, con 197 pp. En la segunda edición aparece “El caso de documentos incompletos” (pp. 218-231) que es un texto autobiográfico que recomiendo leer.

5 Un primer intento se puede ver en Jesús M. De Miguel, Sociology in Spain (Londres y Los Ángeles: Sage Publications, 1979), 299 pp. Es un libro nunca traducido al español para evitar problemas: es menos arriesgado hablar de muertos que de vivos. Hay autobiografías sociológicas llamativas, a menudo con referencia a una enfermedad grave, como la excelente obra de Marta Allué Perder la piel (Barcelona: Seix Barral, 1996), 272 pp.; María Ángeles Durán, Diario de batalla: Mi lucha contra el cáncer (Madrid: Santillana – Aguilar, 2003), 297 pp.; y sobre todo Albert J. Jovell, Biografía de un superviviente: El esperanzador testimonio de un médico enfermo de cáncer (Barcelona: Planeta 2008), 250 pp. Al final no esperanzador (1962-2013). Jovell era sociólogo además de médico.

6 En la traducción española el “Espejo de Oesed”. En donde se ve lo que se desea con el corazón (oesed al revés). Con la inscripción Erised Stra Ehru Oyt Ube Cafru Oyt On Wohsi. Chapter 12 “The Mirror of Erised” de J. K. (Joanne) Rowling, Harry Potter and the Philosopher’s Stone, edición original de 1997.

7 Mary Evans, The Persistence of Gender Inequality (Cambridge, Reino Unido: Polity Press, 2017). Puede verse mi recensión en la Revista Española de Investigaciones Sociológicas 171 (2020), pp. 163-168.

8 Sam Friedman y Daniel Laurison, The Class Ceiling: Why it Pays to be Priviledged (Bristol: Policy Press, 2020), 367 pp.

9 Juan Díez Nicolás, Los valores sociales y culturales: Cómo surgen, cómo se difunden y cómo cambian (Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 2020), 858. Es un conjunto extraordinario de 21 estudios sobre el cambio de valores en España —también por Comunidades Autónomas— y en perspectiva comparada.

10 Mary Evans, “Reading lives: How the personal might be social”, Sociology 27, 1 (1993): pp. 5-13. Todo ese número extraordinario de la revista británica es sic extraordinario.