Ha proliferado, en los últimos años, la investigación académica y el interés social sobre lo que se ha denominado los lugares que no importan. El término hace referencia a aquellas regiones que han experimentado un relevante declive económico, social y demográfico en las últimas décadas debido a la globalización y aplicación de programas políticos de corte neoliberal (de Castro, 2018; Gordon, 2018; Kenny y Luca, 2021; Paumelle, 2021; Harteveld et al, 2022). De manera paralela, las grandes conurbaciones habrían resultado beneficiadas al incrementar su actividad económica fruto de una mayor inversión y una progresiva concentración de trabajadores provenientes de otros núcleos de población (Castells-Quintana y Royuela, 2014). El resultado consiguiente ha supuesto que diversas zonas rurales, así como las pequeñas y medianas ciudades, hayan agudizado las problemáticas asociadas a la pérdida de dinamismo empresarial y oportunidades laborales que entorpecen la posibilidad de competir en el mercado global a través de sus sectores económicos tradicionales (Kriesi et al, 2006; Rodrik, 2021). Las disparidades regionales, entendidas como desigualdades en el acceso a oportunidades, recursos y servicios, se han cronificado por las políticas de austeridad iniciadas tras la crisis de 2008 (Navarro Yáñez et al., 2024), el colapso de la COVID-19 a principios de esta década y los procesos de digitalización (Oliva y Sanz, 2024).
La dinámica apuntada ha generado la percepción entre los habitantes de las zonas desaventajadas de que residen en lugares carentes de relevancia para las instituciones, lo que alimenta un resentimiento social y descontento que puede dar lugar a relatos compartidos y opciones políticas que difieren de las que tradicionalmente han conseguido un mayor número de sufragios y gobernado las entidades locales, regionales o estatales. Por ejemplo, el auge del Frente Nacional en Francia o el triunfo del Brexit en Reino Unido no se puede entender sin el apoyo de las regiones que han experimentado turbulencias socioeconómicas en las últimas décadas (Stockemer, 2017; Telford y Wistow, 2020).
En España, el interés social y académico se ha expresado recientemente a través de las discusiones sobre la “España vacía” iniciadas con el libro de Del Molino (2016) . Bajo esta acepción se englobarían amplios territorios del interior peninsular donde se concentran gran parte de los desequilibrios demográficos del país materializados en la despoblación producida, entre otros motivos, por la emigración y el envejecimiento (Sánchez-García y Rodrigues-Silveira, 2021; Oliva y Sanz, 2024). Como señala Martínez Lorea (2024) , estas zonas han tomado conciencia de su posición subalterna y los mensajes de denuncia se entremezclan con otros de tipo reivindicativo.
El descontento apuntado ha sido canalizado con éxito electoral por diversas plataformas reivindicativas en provincias como Soria o Teruel. Pero la situación de León presenta una serie de aristas que invitan a un estudio diferenciado. Su declive ha sido especialmente pronunciado, siendo la segunda provincia española que más población ha perdido desde 1970, disminuyendo más del 12% desde el año 2000. En concreto, entre 2000 y 2020, la población de León disminuyó un 9,1%, pasando de 502.155 a 456.439 habitantes. Esta reducción es significativa en comparación con la media de Castilla y León, que fue del 3,4%, y contrasta con el crecimiento del 17,16% a nivel nacional en el mismo período. Así, estamos ante una de las poblaciones más envejecidas de la comunidad autónoma, con un porcentaje de habitantes mayores de 65 años (27,91%) que está dos puntos por encima de la media autonómica (26,1%) y casi ocho del conjunto del país (19,97%) según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023. Este envejecimiento de la estructura de la población por edades contribuye a la disminución de la población activa. De hecho, los datos publicados por la Encuesta de Población Activa (EPA) en abril de 2024 sitúan a León a la cola del país en tasa de actividad (47,44%), mientras que los porcentajes autonómicos y estatales son del 55,26% y 59,04% respectivamente. El PIB per cápita de León ha estado consistentemente por debajo de la media de Castilla y León. Aunque hubo una ligera mejora entre 2000 y 2009, a partir de ese año la brecha se ha ampliado, indicando un menor crecimiento económico en comparación con otras provincias de la comunidad autónoma. De esta forma, la renta per cápita en el año 2021, último registro de los datos provinciales, fue la cuarta más baja de Castilla y León. En concreto, ese PIB per cápita ascendía a 24.200 euros, una disminución de seis puntos en comparación con los veinte años anteriores. Por último, es necesario remarcar que se trataba de una provincia altamente industrializada en sectores como la minería, la química o la energía y el cese de estas actividades no se ha visto compensado por el desarrollo de nuevos sectores económicos. La suma de estos datos conforma una sensación de descontento que se materializa en el caldo de cultivo para que emerjan argumentos negativos sobre el devenir provincial marcados por la lógica del agravio (Paül et al., 2021).
La Unión del Pueblo Leonés (UPL) se ha erigido como el partido político que ha canalizado la insatisfacción. Sin embargo, en otras zonas la capitalización del descontento ha recaído en partidos anti establishment, VOX en el caso español. Es necesario remarcar, por tanto, que la UPL es una organización regionalista con un fuerte componente identitario cuyo éxito electoral y social ha ido en ascenso. De hecho, alcanzó el mayor porcentaje de voto de la historia del partido en los comicios autonómicos de Castilla y León del año 2022. El motivo puede deberse a cambios en su estrategia discursiva que pasan por la construcción de un relato de la atribución de responsabilidades que ha permeado en la población. En concreto, como establecen Paül et al (2021) , ha sido capaz de cimentar un ideario político que explica las dificultades por las que atraviesa la provincia mostrando que las causas se deben a factores exógenos. Así, su discurso se cimienta en la necesidad de incrementar las inversiones públicas para superar el grave deterioro económico y demográfico al que se responsabiliza de la emigración, especialmente de la juvenil.
Nuestro trabajo pretende indagar en la explicación del mencionado incremento electoral, estableciendo una discusión entre si el motivo se halla en las variables de tipo individual o de corte territorial. Bien es cierto de que partimos de la inexistencia de una contraposición entre ambos enfoques al entender que lejos de ser incompatibles son complementarios. Consideremos que la perspectiva territorial puede ser la expresión geoespacial de las variables demográficas y económicas, habida cuenta de que las desigualdades y brechas tienen a menudo una expresión espacial.
Establecemos en primer lugar, para la consecución de los fines propuestos, un marco teórico que recoge las principales aportaciones efectuadas en el estudio de la geografía del descontento y de los lugares que no importan, así como una contextualización de nuestro ámbito de estudio. A continuación, presentamos los principales objetivos del trabajo, describimos los datos utilizados, métodos y estrategia empírica diseñada. Por último, realizamos el análisis estadístico y presentamos los resultados alcanzados que sintetizamos en las conclusiones.
MARCO TEÓRICO
Los acercamientos a las dinámicas de voto en función del hábitat tienen diversos precedentes como establecen González y Barreiro (2023) . Un ejemplo son las investigaciones de Curtice y Steed (1982 y 1986) que muestran una relación entre el apoyo a partidos conservadores en Reino Unido y Estados Unidos y el tamaño municipal. Así, a menor número de habitantes mayor era el apoyo a estas formaciones políticas.
De manera reciente, el auge de partidos y candidatos alternativos, y la influencia que en ello tiene la desigualdad territorial (Rodríguez-Pose, 2018), ha propiciado un impulso desde las ciencias sociales en las investigaciones que transcienden los determinantes puramente individuales del comportamiento electoral. En consecuencia, se ha generado un interesante debate sobre si este tipo de votación se explica en base a características de tipo personales o geográficas que se podría resumir en la pregunta “places that don't matter or people that don't matter?” (Koeppen et al, 2020).
Es habitual que las investigaciones, salvo contadas excepciones (Georgiadou et al., 2018; Koeppen et al, 2020), opten por centrarse en uno u otro nivel de análisis. Hay quienes lo explican a partir de características meramente individuales (Goodwin y Heath, 2016; Inglehart y Norris, 2016; Ford y Goodwin, 2017), especialmente por factores como la edad, el nivel educativo y la ocupación (Hobolt, 2016; Becker et al., 2017). Mientras que otros autores han centrado sus esfuerzos en el desarrollo del enfoque territorial, que vertebra nuestra investigación, validando empíricamente las formulaciones basadas en la geografía del descontento.
Para esta corriente teórica, el dinamismo y crecimiento económico, propio de las corrientes globalizadoras y el avance de medidas neoliberales, ha tenido repercusiones desiguales en las áreas geográficas de los países del norte global. Las regiones densamente pobladas han resultado beneficiadas al crear empleos vinculados al comercio global y convertirse en polos de atracción de población. Sin embargo, otras regiones han quedado “rezagadas” en términos económicos y padecen una decadencia que se ha visto agravada por la emigración motivada por cuestiones laborales (Guilluy, 2012 y 2019a). Estas regiones estancadas y de baja productividad son principalmente pequeñas y medianas ciudades, así como zonas rurales, que han caído en la “trampa de ingresos medios” (Iammarino et al, 2019). Es decir, son incapaces de competir en dos niveles diferentes: en manufacturas de alto valor añadido con las regiones más desarrolladas del mundo y en productos de bajo coste y escaso valor añadido, dado sus altos costes de producción, con las regiones menos desarrolladas. Autores como Rodríguez-Pose (2018) entienden que aquí se encuentra el caldo de cultivo para la sensación de abandono institucional y germen del descontento que puede ser canalizado en las urnas. Se evidencia que, aunque las causas del malestar social pueden variar según el contexto histórico, cultural y político de cada región, detrás de esta realidad aparentemente local o propia de regiones concretas, se encuentran las dinámicas globales (Jambrina, 2023).
Los estudios empíricos así fundamentados son numerosos y analizan las causas y patrones desde lo territorial de la insatisfacción social que se acaba traduciendo en distintas formas de expresión del descontento, principalmente aumentos en el voto a partidos alternativos o con tintes populistas (Adler y Ansell, 2020; Florida, 2021; Lenzi y Perucca, 2021; McCann y Ortega-Argilés, 2021; Muro, 2021; Cerqua, 2022; Urso et al., 2023), aunque también en fenómenos como el aumento del euroescepticismo (Dijkstra et al., 2020). Se ha descubierto que ese declive económico e industrial se materializa en descontento a través de hechos tangibles, por ejemplo, la dificultad de acceso a los servicios públicos (Stroppe, 2023), la falta de oportunidades para el desarrollo territorial (Rodríguez-Pose, 2018) o la percepción de desigualdad económica interregional (Power, 2018; McCann, 2020). En definitiva, desde esta lógica geográfica se explica el encauzamiento del descontento en esas zonas que se han denominado como “los lugares que no importan”.
Son relevantes diversas investigaciones recientes en el marco europeo que nos ayudan a fortalecer la conexión entre los hallazgos locales y los debates globales sobre el descontento geográfico. Destacamos, por ejemplo, las efectuadas por McCann (2020) y McKay (2020) en el Reino Unido, Di Matteo y Mariotti (2021) en Italia, Brie (2022) en el este de Alemania o van Vulpen (2023) en los Países Bajos. McKay (2020), por ejemplo, explora tres mecanismos por los que la desigualdad regional afecta al descontento: la ubicación centro-periferia, las percepciones sobre los resultados económicos de la propia región y la sensación de que la región se encuentra en una situación de privación relativa en relación con Londres. También es necesario apuntar el amplio estudio de Lenci y Perucca (2024) basado en la insatisfacción autoinformada de más de 760.000 ciudadanos que viven en regiones NUTS2 de la UE y el Reino Unido entre 2013 y 2018. La investigación revela que los individuos que se enfrentan a desventajas ocupacionales y económicas son los más afectados negativamente por vivir en áreas urbanas. Sin embargo, las economías de urbanización compensan parcialmente estos efectos negativos, en particular para quienes están en condiciones desfavorecidas. Asimismo, se han realizado otros trabajos sobre partidos regionalistas europeos que defienden los intereses de una región específica dentro de un país buscando mayor autonomía o independencia. Son de interés, a este respecto, las publicaciones de Hooghe y Stiers (2023) y Lambrechts y De Cleen (2024) centradas en Vlaams Belang (Bélgica), formación nacionalista flamenca que aboga por la independencia de Flandes.
Quien ha defendido el enfoque geográfico con mayor énfasis es Rodríguez-Pose (2018) y en su tesis sobre la venganza de los lugares que no importan afirma que “han sido los lugares que no importan, no las personas que no importan, los que han reaccionado” (p. 201). Según este autor, el cambio del voto es la respuesta al declive económico e industrial de determinadas zonas geográficas que experimentan decadencia económica, falta de oportunidades, emigración y fuga de cerebros, pero que anteriormente eran prósperas, por lo que rememoran el pasado con nostalgia. Además, afirma que, una vez controlado el declive económico e industrial, son zonas relativamente acomodadas las que presentan estos patrones de votación contra los partidos tradicionales.
Existen algunos acercamientos desde la literatura académica para profundizar en la percepción de este descontento y la forma en que se ha canalizado política y socialmente en España. Por ejemplo, Andrés (2021) , a través de la equiparación con la Francia Periférica (Guilluy, 2019b), conceptualiza lo que él denomina la España en la que nunca pasa nada. Apela con este término a ciudades pequeñas y medianas, así como cabeceras de comarca, que han visto descender en las últimas décadas los indicadores económicos y su relevancia política, cultural y social. Otras investigaciones se han focalizado en comprender la irrupción de plataformas ciudadanas que entre sus fines incluyen dar respuesta a las sensaciones compartidas de abandono y agravio comparativo. Así, se ha estudiado el caso de las plataformas reivindicativas de Teruel, Soria y Zamora (Amézaga y Martí i Puig, 2012). Otras aportaciones se han centrado en el surgimiento del sentimiento de agravio que llevó a la constitución de las plataformas, la proliferación de estas en diferentes circunscripciones electorales y el inicio de las movilizaciones de la España Vaciada (Abellán et al., 2022). Asimismo, Sánchez-García et al (2022) analizan el auge del resentimiento político que condujo a la formalización del partido de la España Vaciada o Rotger (2020) examina la irrupción en el Congreso de los Diputados de Teruel Existe en las elecciones generales de 2019.
Pero la realidad de la provincia de León se complejiza debido a la pervivencia, desde la configuración del actual estado de las autonomías, del sentimiento leonesista que reclama la creación de una comunidad autónoma propia formada por el histórico Reino de León (León, Salamanca y Zamora) y disgregada de Castilla y León (Martín Gómez et al, 2022; Sánchez-García, 2020). La UPL, desde su fundación en 1986 como partido regionalista de cariz identitario, ha sido el catalizador electoral de este sentimiento. La UPL, en concreto, sostiene que la Región Leonesa tiene una identidad histórica, cultural y política propia, reconocida en los estatutos históricos del Reino de León por lo que critica la integración de León en Castilla y León, argumentando que fue una decisión impuesta durante la transición democrática, sin consulta popular. Asimismo, denuncian el centralismo de Valladolid (sede administrativa de Castilla y León) y el abandono de las provincias leonesas. En consecuencia, proponen un desarrollo equilibrado que incluya inversiones estratégicas en infraestructuras, apoyo a la agricultura, la ganadería y el turismo rural.
Sin embargo, su discurso ha ido mutando hasta converger con las formulaciones articuladas desde los postulados de la geografía del descontento. Así lo recogen trabajos como el de Varela et al (2021) que, a través del empleo de técnicas cualitativas, identifican la asunción del relato leonesista por un electorado no interpelado tanto por las cuestiones meramente identitarias que copaban el discurso inicial de la UPL, como por la necesidad de revertir la situación económica y social. A partir del análisis de los discursos recogidos muestran que la provincia de León es auto percibida por sus habitantes como uno de aquellos “lugares que no importan”.
Con esta estrategia discusiva la UPL ha visto aumentar significativamente su éxito electoral en la provincia (Figura 1), aumentando su porcentaje de voto de un 8% en el año 2011 a un 21% en el año 2022. La única excepción se encontraría en la Comarca del Bierzo, con un sentimiento identitario propio, diferenciado de la identidad leonesista.
Figura 1 Incremento del voto a la UPL. Elecciones autonómicas (2011-2022)
Fuente: Ministerio del Interior. Elaboración propia.
Además, en el 2022 la UPL también ha obtenido sus mejores resultados en cuanto a número de concejalas (235) y alcanzado su máximo histórico en porcentaje de voto, con cifras elevadas en la práctica totalidad de la provincia (Figura 2).
Figura 2 Porcentaje de voto a la UPL. Elecciones autonómicas 2022
Fuente: Ministerio del Interior. Elaboración propia.
Objetivos
El objetivo principal de esta investigación es comprender las dinámicas subyacentes al incremento del voto a la UPL durante la última década, culminando en su máximo porcentaje de voto en las elecciones autonómicas de 2022. Este análisis se sitúa en el marco de las teorías sobre la geografía del descontento y los lugares que no importan, aplicándolas al contexto particular de la provincia de León, un territorio que enfrenta un declive económico, demográfico y social agudo. Así, pretendemos contribuir al debate académico sobre la geografía del descontento al aplicar sus postulados a un caso específico dentro de la realidad española, generando aprendizajes extrapolables a otros contextos de declive territorial.
Partimos de la premisa de que los determinantes geográficos, vinculados a características estructurales de los municipios, explican en mayor medida el ascenso del voto a la UPL que los factores individuales. Esto responde a la lógica de que el descontento político se enraíza más profundamente en los contextos locales de decadencia que en las circunstancias particulares de los votantes. Para contrastar esta hipótesis, complementaremos el estudio de los determinantes geográficos del voto con un análisis de los determinantes individuales, pretendiendo contribuir a un debate más amplio sobre las dinámicas electorales en territorios en declive.
No proponemos una investigación confirmatoria sino más bien exploratoria, aunque orientada por los trabajos recogidos en el marco teórico acerca de los determinantes geográficos del comportamiento electoral. Por ello, en primer lugar, anticipamos que en los municipios que experimentan un mayor declive económico y demográfico, el voto a la UPL será más elevado y habrá aumentado en mayor medida en los últimos años. Este declive, entendido como un fenómeno polifacético que incluye la pérdida de población, la disminución de la actividad económica y la falta de oportunidades para el desarrollo, genera un escenario propicio para el auge de la UPL, que ha sabido articular narrativas políticas que canalizan el descontento hacia demandas territoriales e identitarias.
En segundo lugar, siguiendo a Rodríguez-Pose (2018) , entendemos que, al controlar por el declive económico, serán las zonas de mayor renta las que ejercen, en mayor medida, este tipo de votación. La explicación se encuentra en que, una vez iniciado el declive, las zonas con esta casuística se estabilizan temporalmente gracias a las pensiones de las personas jubiladas y a la emigración de los jóvenes, lo que hace aumentar la renta media municipal. Esto es especialmente relevante en las cuencas mineras de la montaña leonesa, cerradas hace apenas una década (Sabugal, 2020).
DATOS Y MÉTODOS
Para realizar nuestros análisis geográficos, tomamos como unidad de estudio los 211 municipios de la provincia de León. Así, podremos evaluar qué características municipales explican tanto la evolución como el éxito electoral de la UPL. Para ello, utilizamos datos facilitados por distintas instituciones públicas, principalmente del INE que ofrece una gran cantidad de datos desglosados a nivel municipal, a través de los que se construyen la mayoría de nuestras variables independientes. También se utilizan datos de la Seguridad Social, en relación a la afiliación a distintos regímenes laborales, y de la Diputación de León, que facilita la distancia a la capital por municipio. De cara a nuestras variables dependientes, que recogen la evolución y éxito electoral de la UPL, utilizamos los datos electorales del Ministerio del Interior, desglosados por municipio.
No obstante, a pesar de que el enfoque geográfico prima en nuestra investigación, realizamos un análisis a nivel individual de los determinantes sociodemográficos del voto a la UPL. Para ello, recurrimos a los datos del estudio 3348 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), encuesta preelectoral de las elecciones autonómicas de Castilla y León del año 2022. Esta fue realizada mediante entrevistas telefónicas asistidas por ordenador (CATI). Se diseñaron 8.000 entrevistas, realizándose 7.131, con afijación no proporcional y cuotas por sexo y edad. El margen de error es ±1,2% para un nivel de confianza del 95,5%. Ha sido seleccionada dado el mayor número de casos y de variables disponibles en comparación con la encuesta postelectoral de tales comicios. Así, podremos ofrecer un perfil del votante de este partido que servirá para complementar el análisis geográfico y contribuir al debate sobre si son los lugares o las personas que no importan las que ejercen este tipo de votación.
Estrategia empírica
De cara a realizar los análisis geográficos, utilizamos dos modelos de regresión lineal. Este procedimiento nos permite explicar la variación de una variable dependiente en función de un conjunto de variables independientes. De este modo, podemos identificar si cada variable independiente tiene un impacto en la variable dependiente, mientras mantenemos controladas las demás variables (Escobar et al., 2012).
Trabajaremos con dos variables dependientes, una por cada modelo geográfico. En primer lugar, para explorar los factores asociados a la evolución del voto a la UPL, utilizaremos la variación porcentual del voto a este partido por municipio tomando como referencia las elecciones autonómicas de 2011 y las de 2022. Así, a través de la resta porcentual, obtenemos una variable de escala que oscila entre el -16% y el 35%. El motivo por el que se han seleccionado los comicios autonómicos es porque en las elecciones municipales operan mecanismos de tipo personal en la determinación del voto (Riera Sagrera et al, 2017), mientras que en las elecciones generales pueden operar componentes de voto útil, dado el menor tamaño de la circunscripción. Respecto a la elección de fechas, se justifica en base a que, en las elecciones de 2022, la UPL obtuvo su máximo histórico en porcentaje de voto en la provincia, concretamente un 21,3% de los sufragios emitidos. Por otra parte, se ha seleccionado 2011 dado que fue el año en que se agudizaron los efectos de la crisis económica de 2008 que afectó sustancialmente a León al sumarse la aprobación del cierre de la minería y de las centrales térmicas al proceso de desindustrialización de la provincia. En ese año, el porcentaje de voto a la UPL estaba en el 8,9%. No obstante, para complementar el análisis, realizaremos un segundo modelo de regresión, tomando como variable dependiente el porcentaje de voto a la UPL en el 2022. De esta manera, estudiaremos tanto las características municipales que explican la evolución en el porcentaje de voto a la UPL como las diferencias entre municipios en el porcentaje de voto a la UPL en las elecciones de 2022.
Pasamos ahora a enumerar y describir las variables independientes construidas. Hay que destacar que todas las variables que reflejan una evolución toman como referencia los años 2011 y 2022, igual que nuestra principal variable dependiente.
En primer lugar, tenemos un conjunto de indicadores sociodemográficos a nivel municipal, extraídos del INE en su totalidad, como el número de habitantes en el municipio en el año 2022 (Población 2022) y la variación demográfica porcentual. Contamos también con la edad media del municipio en el año 2022 y un indicador de envejecimiento, que recoge la variación absoluta, medida en años, desde el 2011. De igual modo, contamos con índice de masculinización en el año 2022, que expresa la razón de hombres y mujeres en el municipio y la variación de esta razón, expresada mediante una resta, respecto al 2011. Por último, en este bloque sociodemográfico, tenemos el porcentaje de población extranjera censada en cada municipio en el 2022 y la variación de este porcentaje, expresado mediante una resta, respecto al 2011. De todo este bloque pueden extraerse varios indicadores que expresan declive, como la perdida poblacional, el envejecimiento, la incapacidad de atraer migrantes o la masculinización.
Por otro lado, contamos con otro conjunto de variables independientes que hacen referencia a la evolución económica municipal. En primer lugar, con los datos del INE, hemos construido una variable que expresa la variación porcentual del número de empresas, en cada municipio, en el periodo estudiado. También del INE extraemos la renta media del municipio y su variación porcentual respecto al año de referencia. Además, contamos con el porcentaje de personas en situación de desempleo y su evolución porcentual respecto al año 2011. Por otro lado, con datos de la Seguridad Social, construimos un indicador que señale aquellos municipios con trabajadores afiliados al régimen del carbón en el año 2011 y calculamos la variación porcentual de afiliados al régimen general y de autónomos. Este último indicador, junto a la variación de empresas, es especialmente interesante de cara a medir el declive económico.
Por último, incorporamos dos variables más. Por un lado, gracias a los datos de la Diputación de León, la distancia kilométrica de cada municipio a la capital de provincia. Por otro, introducimos un proxy de cara a medir la identidad leonesista preexistente en los municipios de la provincia. Con ello, pretendemos evaluar si el incremento del voto a la UPL se ha producido, en mayor medida, en zonas que tenían fuerza identitaria previa o, si, por el contrario, es un fenómeno más amplio. Como proxy, aun siendo conscientes de sus limitaciones, utilizamos el porcentaje de voto, a nivel municipal, a la Unión Leonesista (antecesora de la UPL) en las primeras elecciones autonómicas en las que se presentó, 1987. Así, agrupamos los municipios en tres grupos: baja, media y alta identidad según su posición respecto a la media del voto y a su desviación estándar. Los municipios con un porcentaje de voto inferior a la media menos una desviación estándar, fueron catalogados como de baja identidad y aquellos con un voto superior a la media más una desviación estándar, como de alta identidad. Entre la media y más/menos una desviación, quedan los de media identidad.
Hemos de señalar que, al trabajar con datos de municipios, valoramos realizar análisis de regresiones espaciales. Sin embargo, tras evaluar la presencia de autocorrelación espacial en los residuos del modelo de regresión, a través de la prueba de Morán, descartamos dicha opción. Esta prueba, cuyos resultados se encuentran en el Anexo I, determinó la aleatoriedad espacial de los residuos de los modelos de regresión, por lo que no es necesario ajustar el modelo para tener en cuenta la dependencia espacial.
A su vez, efectuamos un análisis acerca de los determinantes individuales del voto con los datos del CIS, quedándonos únicamente con quienes votan en la provincia de León y que, por tanto, pueden decidir si votar a la UPL. Para ello, realizamos un modelo de regresión lineal, misma técnica que en el apartado geográfico, donde la variable dependiente será la probabilidad de votar a la UPL, medido de 0, “no lo votaría nunca”, a 10, “lo votaría siempre”. Como variables independientes introducimos, tal y como las ofrece la encuesta del CIS: el sexo, la edad, el nivel educativo, la situación laboral, el tamaño del municipio en el que vive, la religiosidad (eliminando la categoría de otras religiones por escasez de casos), la escala de autoubicación ideológica, la identificación subjetiva de clase, la valoración retrospectiva de la situación de la comunidad autónoma, la escala de probabilidad de voto a los principales partidos nacionales: Partido Popular (PP), Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Ciudadanos (Cs), Unidas Podemos (UP) y VOX, y una pregunta acerca de si el encuestado otorga mayor importancia a los temas regionales, nacionales o ambos por igual a la hora de votar en dichas elecciones. Por último, introducimos la pregunta acerca de cuál es el principal problema de Castilla y León recodificada en dos categorías: desigualdad territorial (0) y otras cuestiones (1).
RESULTADOS Y ANÁLISIS
Se pueden observar en la Tabla 1 los resultados de la regresión correspondientes al análisis de la evolución del voto a la UPL en el periodo estudiado.
Tabla 1 Regresión lineal. Evolución del voto a la UPL por municipios.
Lo primero a destacar es la elevada bondad de ajuste del modelo, medido a través del R2. Somos capaces de explicar, con nuestras variables independientes, el 41% de la varianza de la variable dependiente, la evolución del voto a la UPL en el periodo estudiado. Vamos a centrarnos ahora en el análisis de las variables independientes que influyen de forma estadísticamente significativa en la probabilidad de que se haya producido un incremento de voto a la UPL.
En primer lugar, nos encontramos que la variación demográfica es un predictor significativo del aumento en el voto a la UPL, pues a mayor pérdida de población en los municipios, mayor fue la probabilidad de un incremento en el voto a la UPL. Este hallazgo es consistente con la teoría empleada acerca del declive demográfico, y viene a confirmar la relación entre el declive demográfico y el aumento del voto a este partido.
Continuando con variables sociodemográficas, otra que resulta significativa en el modelo es la edad media de la localidad ya que en los municipios más envejecidos el apoyo a la UPL ha aumentado en menor medida. Si bien no habíamos considerado teóricamente la influencia de esta variable, tiene sentido que este grito para garantizar un futuro del territorio no se lleve a cabo desde lugares altamente envejecidos, sino en lugares donde aún quede población más joven. Además, a nivel individual sabemos que, en los territorios en declive, las personas de mayor edad presentan patrones de votación tradicional (Dijkstra et al., 2020).
También encontramos una influencia estadísticamente significativa de la variable que recoge la variación en el índice de masculinización municipal. Concretamente, encontramos que a medida que aumenta el índice de masculinización, el incremento de voto a la UPL se produciría en mayor medida. Este indicador es de especial importancia, pues recoge muy bien el declive demográfico de un municipio, ya que suele estar asociado a la emigración de mujeres jóvenes y a un envejecimiento diferencial de la población masculina, reflejando desequilibrios estructurales. El aumento de la masculinización no es solo un desequilibrio demográfico, sino un síntoma más amplio de declive estructural, ya que refleja la pérdida de población activa diversificada, la fuga de talento joven (especialmente femenino) y las limitadas oportunidades socioeconómicas en el municipio.
Por último, en cuanto a lo sociodemográfico, encontramos que el porcentaje de población extranjera en un municipio también influye en el incremento del voto a la UPL. Concretamente, a menor porcentaje de población extranjera, mayor es el incremento del voto a la UPL. Esto puede deberse al menor atractivo de estos municipios para captar flujos migratorios, lo cual expresaría declive demográfico, aunque también podría tener que ver con una mayor homogeneidad interna que favorecería una identidad local más fuerte, favoreciendo el voto a la UPL.
En el bloque de variables económicas, la primera variable que influye de forma estadísticamente significativa es la variación de empresas, que recoge la creación o cierre de empresas en los municipios, constituyéndose como un indicador de pérdida o ganancia de actividad económica. Encontramos que, a mayor pérdida de empresas, mayor aumento del voto a este partido en el periodo estudiado. Esto, que ya indica la relación entre declive económico y el incremento del voto a la UPL, se complementa con los hallazgos en la variación de personas adscritas al régimen de autónomos en cada municipio. Así, hallamos que a mayor pérdida de autónomos en un municipio, mayor incremento del voto a la UPL. En definitiva, estos resultados vienen a confirmar que en aquellos sitios donde el declive económico ha sido más pronunciado, se dan en mayor medida estos patrones de votación a la UPL, como catalizador del descontento.
Respecto a la influencia de la variable de renta media por municipio funciona tal y como señala Rodríguez-Pose (2018) : a mayor renta media, mayor aumento del voto a la UPL en este periodo, una vez controlado por el declive económico. Son precisamente los territorios, que habían experimentado años de bonanza y bienestar, los que notaban con más fuerza este declive y en los que el voto protesta proliferaba en mayor medida. Además, se relaciona con la percepción de escasez de oportunidades de desarrollo del territorio, que origina emigración de las cohortes más jóvenes, pero que no afecta a residentes de generaciones pasadas que pueden tener pensiones de jubilación de mayor cuantía, como sucede en las cuencas mineras de la provincia de León.
También encontramos que el crecimiento de la UPL también se explica en función de la distancia a la capital provincial, pues es mayor cuanto más cercano se está a la capital. La explicación que damos a este fenómeno, tras analizar los datos, tiene que ver con que la mayoría de los municipios más alejados de la capital se encuentran en la Comarca del Bierzo, con una identidad regionalista propia alejada del leonesismo.
Por último, hemos de resaltar lo interesante de la no influencia estadística de nuestro proxy de identidad leonesista previa. Esto sugiere que el incremento de voto a la UPL en los municipios no ha tenido que ver con una previa identidad fuerte, sino que se ha producido independientemente de esta, por motivos que presumiblemente tienen que ver con la percepción de declive territorial que ha originado un descontento político.
Pasemos ahora a analizar el segundo modelo, que pretende indagar en los factores geográficos que explican el porcentaje de voto de la Unión del Pueblo Leonés en las elecciones autonómicas de 2022, donde consiguieron su máximo histórico (Tabla 2).
Tabla 2 Regresión lineal. Porcentaje de voto a la UPL (2022) por municipios.
Lo primero que destaca es la elevadísima bondad de ajuste del modelo implementado, alcanzando a explicar, con el R2, el 61% de la varianza del porcentaje de voto a la UPL. Con relación a las variables que explican el voto a la UPL en estos comicios, observamos bastantes similitudes con las que explicaban la evolución del voto en el periodo estudiado, aunque también algunas diferencias significativas.
En cuanto a las variables sociodemográficas, encontramos que a medida que se incrementa el índice de masculinización, aumenta el porcentaje de voto a la UPL. Es decir, en los municipios más masculinizados el porcentaje de voto a la UPL sería mayor. Al igual que en el modelo de la evolución del voto, esta relación se interpreta como un reflejo de desequilibrios estructurales asociados al declive territorial, ya que la masculinización suele estar vinculada a la emigración de mujeres jóvenes y a una población masculina más envejecida, lo que evidencia una pérdida de oportunidades laborales y vitales en estos municipios.
De igual manera, encontramos que en los municipios con menor porcentaje de población extranjera se vota en mayor medida a la UPL, lo que atribuíamos tanto a la mayor homogeneidad interna que favorecía la creación de identidad común, como a la incapacidad de estos territorios para atraer flujos migratorios, lo que refuerza la percepción de estancamiento y declive.
La última variable demográfica que resulta significativa es la edad media del municipio, en el mismo sentido que en el primer modelo de regresión: a menor edad media, mayor es el porcentaje de voto a la UPL, lo cual atribuíamos tanto a los patrones de votación tradicional de los sectores más envejecidos como a la lógica de que el grito para garantizar un futuro del territorio no se da desde municipios envejecidos.
En cuanto a las variables económicas, en línea con lo anterior, encontramos que, a mayor pérdida de trabajadores adscritos al régimen de autónomos, mayor es el porcentaje de voto a la UPL, lo cual se constituye como un claro indicador de declive de la actividad económica municipal, demostrando que, a mayor declive económico, mayor es el porcentaje de voto. Por otro lado, seguimos observando que, a mayor renta media del municipio mayor es porcentaje de voto a la UPL, lo cual resulta consistente con las explicaciones teóricas ya mencionadas.
Lo mismo sucede con la distancia a la capital provincial, pues a medida que aumenta disminuye el porcentaje de voto a la UPL, lo cual se relaciona con la lejanía con la Comarca del Bierzo, con una identidad comarcal propia. En contraste con el modelo que analiza la evolución del voto a la UPL, las variables de pérdida de empresas y disminución de población dejan de ser significativas en este análisis del porcentaje de voto en 2022. Este cambio sugiere que, mientras estas dinámicas de declive económico y demográfico son cruciales para explicar cómo ha crecido el apoyo al partido a lo largo del tiempo, no son determinantes para entender las diferencias entre municipios en los resultados específicos de ese año. Por otro lado, la significatividad de nuestra variable proxy de identidad leonesista previa en este modelo, que no fue relevante en el análisis de evolución, aporta un matiz importante: si bien el crecimiento del voto a la UPL no se explica por la fuerza identitaria histórica de los municipios, el porcentaje de voto alcanzado en 2022 sí está condicionado por ella. Este hallazgo refuerza la idea de que la identidad leonesista actúa como un factor consolidado que influye en la intensidad del voto en aquellos territorios con una tradición identitaria más marcada, pero no es suficiente para impulsar el incremento del apoyo al partido en municipios que no cuentan con esta base histórica. En conjunto, estos resultados subrayan que el éxito de la UPL combina tanto elementos de declive estructural que explican su crecimiento en el tiempo, como factores identitarios que consolidan su fuerza en ciertos municipios.
Procedemos con el análisis de los determinantes individuales del voto a la UPL mediante una regresión lineal, cuyos resultados se observan en la Tabla 3.
Tabla 3 Regresión lineal. Perfiles individuales.
Presentamos una regresión lineal, misma técnica que para los análisis geográficos, cuya variable dependiente es la probabilidad de votar a la UPL, medida del 0 al 10. Sorprende, en primera instancia, la baja bondad de ajuste del segundo a pesar de haber introducido una cantidad elevada de variables independientes de tipo sociodemográfico, aun siendo cierta la omisión de algunos clivajes relevantes, dada su indisponibilidad en la base de datos analizada. Así, con nuestros modelos, somos capaces de explicar mejor por qué en unos municipios crece más o tiene mayor voto la UPL que por qué unas personas muestran mayor probabilidad de votar a la UPL que otras.
Respecto a las variables independientes, lo primero que hallamos es que en aquellos municipios de 50.000 a 100.000 habitantes se da una menor probabilidad de votar a la UPL, lo cual se explica porque el único municipio de la provincia de este tamaño es Ponferrada, capital de la Comarca del Bierzo, que como reseñamos tiene un porcentaje de voto muy bajo hacia este partido debido a la persistencia de una identidad berciana propia opuesta a la leonesista. También encontramos que, a medida que se incrementa la edad, la probabilidad de votar a la UPL disminuye, siendo mayor entre las personas más jóvenes. Esto no es sorprendente, y sucede lo mismo a nivel geográfico, pues son precisamente las personas más jóvenes las que sufren en mayor medida esa privación relativa en cuanto a las oportunidades de futuro en su provincia.
Continuando con las variables sociodemográficas, respecto a la variable de situación laboral, quienes se identifican como estudiantes presentan una mayor probabilidad de voto a la UPL que el resto de las situaciones laborales, lo cual se explica por razones similares a lo anterior, pues los estudiantes, en la mayoría de los casos, son jóvenes con escasa relación con el mercado laboral provincial. Por otro lado, quienes se definen como ateas o no creyentes presentan una menor probabilidad de votar por este partido que quienes se definen como católicos, ya sean practicantes o no, que votan en mayor medida a este partido, lo que sugiere cierto carácter tradicionalista. Respecto a la identificación subjetiva de clase, aquellas personas que se definen como de clase media-baja, presentan una mayor probabilidad de voto a la UPL.
En cuanto a las variables de opinión, valorar más negativamente la situación de la comunidad incrementa la probabilidad de votar a la UPL, al igual que otorgar mayor o igual importancia a los temas autonómicos que a los nacionales. Por último, encontramos que el hecho de considerar que el principal problema de Castilla y León es la desigualdad territorial, incrementa la mayor probabilidad de votar a la UPL, lo cual era previsible, dado el énfasis discursivo en la escasa inversión de las instituciones en la provincia y a la existencia de desigualdad territorial con otras provincias de la comunidad autónoma.