El presente estudio aborda las experiencias de los oficiales del Ejército de Tierra español en 175 misiones militares internacionales con características de conflictos o guerras asimétricas entre los años 1993 y 2015. Concretamente el trabajo se basa en el análisis de cincuenta entrevistas semiestructuradas. A tal fin, hemos sistematizado estas experiencias en una serie de variables que sirven para identificar dichos conflictos: (i) procedimientos; (ii) limitaciones, y (iii) actores. De dichas variables hemos analizado concretamente los siguientes indicadores que constituyen los resultados de la investigación: en el apartado de los procedimientos hemos prestado atención a la capacitación y formación específica, la autonomía en la toma de decisiones, la formación de las unidades y el estilo de mando. Dentro de las limitaciones se han analizado las reglas de enfrentamiento y la logística. En cuanto a los actores nos hemos centrado en las relaciones con actores locales e
internacionales, así como con los periodistas. Por último, se han abordado sus valoraciones globales e impactos sobre sus vidas cotidianas. Los resultados de este trabajo se integran en el estudio internacional comparado «Officer and Commander in Asymmetric Warfare Operations»
The current research note addresses the experiences of the Spanish Army officers in 175 international military missions that portray the features of asymmetrical conflicts or wars occurred between 1993 and 2015. And it is based on the analysis of fifty semi-structured interviews. These experiences have been systematized in a series of variables that serve to identify such conflicts: (i) procedures; (ii) constraints, and (iii) actors. More specifically and out of these variables we have analyzed the following indicators that constitute the results of the research: in the section on procedures we have paid attention to the general training and the mission-oriented training, the autonomy in the decision making process, Units’ collective training and the style of command. Within the constraints we have analyzed the rules of engagement (ROE) and logistics. As for the actors, our focus is on the relationships with local and international actors, as well as journalists. Finally, their global assessments and the impact on their daily lives have been studied. The outcomes of this work fall within the larger international comparative study “Officer and Commander in Asymmetric Warfare Operations”, sponsored by the working group “The Military Profession” of the European Research Group on Armed Forces and Society (ERGOMAS)”.
La investigación de la que damos cuenta en esta nota, ofrece el resultado de un estudio sobre la oficialidad del Ejército de Tierra en misiones internacionales con características de conflictos asimétricos. Este trabajo está enmarcado dentro del proyecto internacional comparado –«Officer and Commander in Asymmetric Warfare Operations»
La investigación tiene por objeto conocer la experiencia profesional y personal de los oficiales españoles en las misiones internacionales que hayan implicado conflictos o guerras asimétricas, entre los años 1993 y 2015
Para poder evaluar la importancia de esa experiencia militar internacional, desde el working group «The Military Profession» de ERGOMAS, determinamos las variables explicativas e indicadores más relevantes que nos ayudaran a entender, de forma integral, el impacto del trabajo de la oficialidad en las misiones internacionales y operaciones de guerra asimétrica. El objetivo es extraer buenas prácticas y lecciones de experiencia sobre la preparación y el
Una de las principales discusiones mantenidas con respecto al marco analítico de los conflictos asimétricos, la constituye la propia denominación de los mismos. Existe un importante debate sobre el uso de este concepto u otros para identificar los conflictos actuales
Podríamos incluso colegir, que las asimetrías son las que alimentan la literatura académica sobre los conflictos, conduciéndonos, además, a una continua necesidad de revisión de conceptos y calificativos. El título del proyecto de nuestra investigación, «Officer and Commander in asymmetric warfare operations», hace alusión al trabajo de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) españolas, concretamente de la oficialidad del Ejército español, en conflictos asimétricos. ¿Es este el calificativo adecuado para etiquetar a los conflictos en los que se ha participado en las misiones como son los casos de Líbano, Irak, Afganistán e incluso Bosnia y Kosovo?
Es evidente que todos los conflictos contemporáneos, principalmente porque prácticamente todos son intraestatales, conllevan asimetrías. Sin embargo, por nombrar los más recientes, son sin lugar a dudas conflictos asimétricos los que se libran dentro del estado libanés, con Hezbollah como actor desafiante, y el conflicto en Afganistán o los que se mantienen contra el Estado Islámico en muchos países de Oriente Medio y Norte de África. La asimetría es por tanto una cuestión transversal y transnacional, pero a su vez, aunque muy importante, es una de las variables esenciales que caracterizan los conflictos actuales.
La asimetría significa algo muy clásico: que hay diferente armamento y medios entre los contendientes, diferente grado de instrucción y adiestramiento de las unidades, diferencias en los recursos económicos y logísticos, en la capacidad de reclutamiento; pero, sobre todo, es crucial que tampoco se comparte el modelo de enfrentamiento. La asimetría hoy nos habla también de un enfrentamiento que cada uno realiza con reglas diferentes. Por eso, además de ser elemento definitorio del concepto de «nuevas guerras», también es utilizado como un concepto propio. ¿Cuáles son pues las diferencias más importantes? Si bien son numerosas las disimilitudes que se detectan, hemos optado por centrarnos en tres cuestiones concretas y a su vez posibles de observar empíricamente. Estas serían: (i) los procedimientos; (ii) las limitaciones, y (iii) los actores.
En primer lugar, en cuanto a los procedimientos, se suele acudir por la parte más débil tecnológicamente a diversas tácticas para compensar la asimetría como la guerra de guerrillas, el terrorismo, la insurgencia o el chantaje entre otros. Las estrategias del más débil suelen consistir en imponer el pánico más que en ganar la batalla, ganar tiempo más que dirigirse hacia un final, golpear al fuerte en su intolerancia hacia las bajas, causar sufrimientos a los civiles y golpear sus capacidades militares (
En cuanto a las limitaciones, enfrentarse a oponentes irregulares es, de esta manera, una cuestión complicada porque los procedimientos de las sociedades occidentales en materia de guerra están basados en la tradición cristiana de la guerra justa y en valores liberales. Según Lawrence Freedman, se asumen los siguientes elementos por estas sociedades: (i) clara definición de objetivos por parte de los líderes políticos: los militares esperan obtener objetivos claros en el mandato porque además están sujetos a una serie de restricciones de tipo legal (las ROE), e incluso de cuestiones logísticas y aquí estaríamos hablando de serias limitaciones; (ii) intolerancia a las bajas propias, y (iii) Intolerancia a los conocidos como daños colaterales, esto es, tener presentes los objetivos militares y evitar víctimas civiles (
Por último, tenemos que estudiar los actores. Tradicionalmente, los ejércitos han sido entrenados, estructurados y equipados para enfrentarse a actores o adversarios de sus mismas características y estrategias, pero no para relacionarse con otro tipo de actores como por ejemplo las organizaciones no gubernamentales (ONG). Sin embargo, en los conflictos contemporáneos, por un lado se enfrentan a grupos armados no estatales como los «señores de la guerra», grupos armados criminales, grupos paramilitares, grupos terroristas, insurgencia, etc., y por otro lado tienen que mantener relaciones cordiales con las poblaciones locales, los líderes políticos y religiosos, las FF. AA. locales, las organizaciones como ONG locales e internacionales y, además, coordinarse con las organizaciones internacionales. Como consecuencia de estos cambios, desde hace varias décadas la formación desarrollada con los militares ha sido de una intensidad evidente, de forma que se ha ido adecuando a los
contextos variables. Los militares han tenido que formarse en conceptos nuevos como la cooperación civil-militar (CIMIC) o
Una vez obtenida la financiación para desarrollar el proyecto, desde el MADOC se cursaron los trámites pertinentes para solicitar al Estado Mayor del Ejército los permisos necesarios para la realización de las entrevistas, así como el oficial de enlace del Ejército propuesto para esta investigación.
Las características requeridas para los entrevistados eran: (i) que estuvieran activos en su profesión en el momento de la entrevista; (ii) que tuviesen experiencia en misiones internacionales con las características de conflicto asimétrico, y (iii) que fuesen miembros o hubiesen estado en alguna ocasión en unidades especiales. Este último requisito era necesario, al menos en una muestra significativa, para oír experiencias de oficiales que hubiesen experimentado vivencias de complejidad. Por ello, se prefirió realizar una parte importante de las entrevistas en la Brigada de la Legión en Almería. El resto se desarrollaron entre el MADOC (Granada) y otras unidades (el desglose por rangos de los entrevistados puede apreciarse en la
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Generales | 2 |
Coroneles | 7 |
Tenientes coroneles | 5 |
Comandantes | 15 |
Capitanes | 12 |
Tenientes | 9 |
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La totalidad de las entrevistas ha sido conducida con confidencialidad
Todos los militares entrevistados han participado en al menos una misión internacional (algunos hasta en siete misiones) y han respondido a todas las preguntas. Si alguna pregunta ha quedado sin contestación, es porque no habían tenido esa experiencia o contacto durante la misión. También es interesante indicar que todos los entrevistados son varones. No hemos tenido la oportunidad de entrevistar a ninguna mujer oficial, lo cual hubiera sido imprescindible, cuando menos para comprobar si se ofrecían respuestas diferenciadas, pero no dependía de nosotros y no fue posible. En cualquier caso, el número de misiones acumuladas por los cincuenta entrevistados es de 175, lo cual nos permite un análisis de muchos más casos que los iniciales cincuenta (
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Afganistán | 56 | 32 |
Irak | 34 | 19 |
Kosovo | 28 | 16 |
Líbano | 26 | 15 |
Bosnia – Herzegovina | 19 | 11 |
RD Congo | 5 | 3 |
Macedonia | 2 | 1 |
Croacia | 1 | 1 |
Paquistán | 1 | 1 |
Sarajevo | 1 | 1 |
Sudán | 1 | 1 |
Uganda | 1 | 1 |
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Como se puede apreciar, nuestra muestra abarca sobre todo misiones realizadas en Afganistán, Irak (2004 y 2015), Kosovo, Líbano y Bosnia-Herzegovina. Las misiones de la República Democrática del Congo, Macedonia, Croacia, Paquistán, Sarajevo, Sudán y Uganda, han sido agrupadas en nuestro análisis con la etiqueta de «Otras misiones». Debemos tener en cuenta que estas «Otras Misiones», por un lado, representan únicamente el 9 % del total de operaciones realizadas y, por otro, no son representativas de conflictos asimétricos.
La entrevista constaba de 33 preguntas, agrupadas en torno a una serie de bloques que pretendían dar respuesta a los procedimientos utilizados, las limitaciones en el desarrollo de la misión y a los actores locales e internacionales con los que se ha interactuado. Finalmente, se añadía un último apartado de valoraciones globales que buscaba obtener información complementaria.
A los efectos de esta nota destacaremos únicamente las diez principales evidencias que se aprecian tras el análisis los datos y que caracterizan la participación de los oficiales españoles en los conflictos asimétricos. Estas diez evidencias las clasificamos como hemos mencionado en: (i) procedimientos; (ii) limitaciones, y (iii) actores.
Gracias a la experiencia adquirida en las misiones internacionales, se han introducido reformas en los procesos formativos previos al despliegue con el objetivo de reducir el periodo de adaptación de las tropas desplegadas en el terreno y de mejorar la formación específica adecuada a cada misión. En el caso español, como consecuencia de la evolución en la capacitación y formación específica para las misiones, destaca la implantación desde el año 2008 del entrenamiento –de contenido teórico y práctico– conocido como «4+2», que comienza seis meses antes del despliegue. En él, a lo largo de los cuatro primeros meses se realizan rutinas de ambientación (procedimientos, reglas, obligaciones, etc.). Después, durante los dos meses siguientes se recibe una formación específica o de integración conforme a las particularidades de la misión que realizar, terminando el entrenamiento con un ejercicio práctico. Dos semanas antes de la partida, los mandos realizan una visita de reconocimiento de la zona para preparar el relevo. No obstante, hay que señalar que, por diferentes razones, no siempre se puede ofrecer este entrenamiento previo.
La valoración global de esta capacitación previa es mayoritariamente positiva y tiene muy pocas valoraciones negativas. Quizás lo más destacable es el porcentaje del 20 % de militares destinados en la misión de Irak que estiman que la preparación debería mejorar. Todo ello en el contexto de unas igualmente elevadas valoraciones positivas.
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Muy positiva | 7,1 | 15,8 | 5,9 | 10,7 | 26,9 | 25,0 |
Positiva (sin más) | 51,8 | 47,4 | 47,1 | 53,6 | 50,0 | 41,7 |
Positiva con matices | 12,5 | 10,5 | 11,8 | 3,6 | 7,7 | 8,3 |
Mejorable | 10,7 | 15,8 | 20,6 | 10,7 | 7,7 | 8,3 |
Negativa (sin más) | 3,6 | 0 | 2,9 | 3,6 | 3,8 | 0 |
Escasa / Inexistente | 5,4 | 5,3 | 2,9 | 10,7 | 3,8 | 8,3 |
Ns/Nc | 8,9 | 5,3 | 8,8 | 7,1 | 0 | 8,3 |
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En la entrevista se preguntaba, además, sobre la formación recibida en cuestiones sociopolíticas y
Por otra parte, dentro de las actividades formativas, los idiomas constituyen un bloque crucial para un mejor desempeño de la misión. A este respecto, casi un 40 % afirma haber tenido algún tipo de formación idiomática previa a la misión, de los cuales, el 85 % se formó en inglés o francés. Sólo un 25 % recibió una formación previa en el idioma local de la zona en la que se iba a realizar la misión. Al hilo de la cuestión idiomática, se les interrogó sobre la existencia de problemas comunicativos durante la misión y, de ser así, cómo pudieron solventarlos. En este sentido se ha puesto de manifiesto la importancia de la figura del intérprete. Además, se ha obtenido un elevado porcentaje de entrevistados (92,6 %) a los que se les proporcionó algún tipo de formación en habilidades comunicativas interculturales.
Otro elemento que resaltar como característico de los conflictos asimétricos es la dispersión de la autoridad a medida que descendemos en la cadena de mando (
En este ámbito también se cuestionó sobre si habían estado sometidos a fuego enemigo. Un 66 % de los oficiales han vivido esa experiencia, siendo Afganistán el escenario con mayor frecuencia (
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Sí | 83,9 | 52,6 | 67,6 | 35,7 | 50,0 | 50,0 |
No | 12,5 | 36,8 | 26,5 | 57,1 | 50,0 | 41,7 |
Ns/Nc | 3,6 | 10,5 | 5,9 | 7,1 | ,0 | 8,3 |
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Más de dos tercios de los oficiales han respondido con un mismo patrón al ser preguntados por sus unidades: «Bien formadas, bien equipadas y con la moral alta». No obstante, al ser preguntados más concisamente han ido surgiendo elementos que mejorar. Así, se hablaba de la necesidad de incrementar el adiestramiento previo y, sobre todo, circunscribirlo en todo lo posible a la misión que realizar. También se ha sugerido que el entrenamiento previo se lleve a término con el mismo material que se va a utilizar en la misión. Por último, pese a que han percibido alta la moral de sus unidades, hay coincidencia en que tres hechos son determinantes para que esta se deteriore: (i) la pérdida de la cohesión de la unidad, (ii) las malas condiciones de vida en la base y (iii) los problemas con la familia que, a tantos kilómetros de distancia, son vividos con mucha impotencia.
De las diferentes opciones de estilo de mando que se les ofrecieron durante el transcurso de las entrevistas, se han inclinado por el modelo ejemplarizante. La autoridad prefieren alcanzarla siendo un ejemplo para sus subordinados. Con ello se obtiene su respeto y confianza, elementos que cimientan su mando. No obstante, en situaciones críticas, cuando la coyuntura cambia drástica y fulgurantemente, el estilo de mando preferido varía según el rango. Así, los tenientes optan por un estilo de mando impositivo, mientras que los coroneles prefieren, incluso en situaciones críticas, seguir dando ejemplo, y los generales, en cambio, creen más válida en esas coyunturas la persuasión.
En la primera oleada de este estudio que se realizó en el año 2012 vimos cómo tres quintas partes de la tropa y suboficiales tenían problemas con la aplicación de las ROE. En cambio, en el presente estudio entre los oficiales solo viven como problemática la aplicación las dos quintas partes del total. Por otro lado, hay coincidencia con el estudio actual en que la restricción en la respuesta es percibida como problema, pero entre los oficiales entrevistados que ven las ROE como una herramienta problemática, la principal queja es su carácter inespecífico. Es decir, el diseño generalista que busca que sirvan para varias misiones y no se centra en la concreta misión en la que ellos se ven obligados a aplicarla. Por otro lado, ante las quejas de sus subordinados por la aplicación de las ROE suelen optar por tres modelos de respuesta. El predominante es ser ellos mismos los que resuelven la controversia. Las otras dos vías son elevar la queja a la inmediata autoridad o invitar a la resignación: «Es lo que hay».
En las dos últimas décadas, tanto en España como en ámbitos internacionales, se replanteó completamente el concepto de logística para hacerlo más eficaz en los nuevos escenarios de las misiones internacionales en entornos asimétricos. En concreto, en España, a partir de la
A pesar de esto, de los datos se pueden obtener dos conclusiones genéricas al respecto: (i) la logística ha mejorado, pero (ii) sigue siendo una asignatura pendiente de las FF. AA. En el 64 % de los casos, los oficiales indicaron que existían problemas logísticos, aunque en la mayor parte de los casos no se especifican cuestiones concretas, sino se habla de «fallos genéricos» (
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Fallos generalizados | 57,1 |
Problemas logísticos propios de una misión internacional | 32,1 |
Inadecuación de los medios | 23,2 |
Fallos logísticos al comenzar las misiones | 18,8 |
Dinero | 7,1 |
Falta de previsión e información | 7,1 |
Derivados de la organización institucional de la misión | 5,4 |
Falta de munición | 4,5 |
Llegada de materiales y paquetería | 2,7 |
Alimentación | 2,7 |
Falta de cultura logística | 0,9 |
Problemas de orografía | 0,9 |
Dentro de la logística es muy importante la interoperabilidad, imprescindible en escenarios de operaciones multinacionales: es clave poseer unas capacidades logísticas con los mismos niveles de disponibilidad que las unidades que se van a apoyar. La cooperación internacional reclama una máxima interoperabilidad (
Como se ha apuntado anteriormente, la notoria presencia en los conflictos de una amplia variedad de actores, como tropas internacionales, OO. II., ONG, asesores políticos y militares, periodistas o compañías privadas, ha supuesto para los miliares un aumento de sus relaciones y sus habilidades sociales en el «teatro de operaciones». En este sentido, nuestro trabajo ha analizado las relaciones de los oficiales del Ejército de Tierra español con toda esta amalgama de actores. Hemos clasificado a los actores entre: locales (autoridades, FF. AA., población) e internacionales (tropas, OOII, ONG).
Las relaciones con los actores locales se caracterizan tanto por un elevado número de contactos –sobre todo con las poblaciones locales–, como por la positividad y la excelencia de las mismas. No obstante, hay excepciones con las autoridades y FF. AA. La explicación puede radicar en que las relaciones con estos actores son eminentemente por trabajo y de carácter continuado. En cambio, las interacciones con las poblaciones locales son más agradecidas: temas culturales, deportivos y en algunos casos de seguridad. Además, pese a ser muy frecuentes, no son continuadas con las mismas personas, lo cual evita las fricciones típicas de la reiteración. Por otro lado, existe la necesidad, para no ser considerados intrusos, de estar «ganándose» continuamente la simpatía de la población local.
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Positiva (sin más) | 55,1 | 73,7 | 77,4 | 70,8 | 52,0 | 75,0 |
Positiva por cercanía, cordialidad, fluidez | 18,4 | 15,8 | 16,1 | 29,2 | 28,0 | 16,7 |
Positiva por idiosincrasia cultural española | 10,2 | 15,8 | ,0 | ,0 | 12,0 | 8,3 |
Positiva por obtención de beneficios | 10,2 | ,0 | ,0 | ,0 | 8,0 | ,0 |
Negativa (sin más) | ,0 | ,0 | ,0 | ,0 | ,0 | ,0 |
Negativa por desconfianza | 6,1 | ,0 | 6,5 | ,0 | ,0 | ,0 |
Con las autoridades locales, las respuestas negativas suelen ser por intereses divergentes o por conflicto de autoridad. Con las FF. AA. locales la discrepancia la hemos detectado en la desconfianza, poca productividad o diferencia culturales. Sin embargo, es de destacar que en el análisis del discurso de las respuestas de nuestros entrevistados encontramos con frecuencia conceptos como «respeto», «confianza», «educación», «flexibilidad», «paciencia» o «empatía». Esta generalización de elevada sensibilidad y competencia cultural de la oficialidad en las misiones internacionales es fruto de un adiestramiento cada vez más incisivo en la adecuación de los oficiales al sistema cultural de los agentes locales (
En referencia a los actores internacionales, las relaciones más frecuentes y positivas han acontecido con las FF. AA. internacionales. Las relaciones con las OO. II. y las ONG se caracterizan por un trato cordial en general, pero las valoraciones negativas –que es en el sector que mayor porcentaje alcanzan– apuntan hacia las diferencias en objetivos, cultura organizativa y valores.
En cuanto a la relación con periodistas durante la misión, los datos obtenidos muestran que el 65,1 % de los oficiales –en todos los rangos entrevistados– ha tenido contacto con periodistas en alguna de las misiones en las que ha participado. Casi un 40 % valora esa relación como negativa por considerar que (i) existe una cierta desconfianza, (ii) que no se puede garantizar su seguridad o (iii) bien que distorsionan lo que se les dice. No obstante, cabe destacar que subiendo en el escalafón aparecen opiniones más positivas en las que se considera que (i) la colaboración con los periodistas ha mejorado, (ii) que debe ser fluida, que estos (iii) muestran interés por el trabajo de las FF. AA., y que (iv) pueden ayudar a dar a conocer la labor de los militares en las misiones. La divergencia de opiniones en función del rango, en lo que a la relación con los periodistas concierne, puede deberse a los protocolos y restricciones existentes, que impiden atender a los medios de comunicación sin la autorización expresa de un superior.
Un elemento muy importante que hay que analizar, son los impactos que las operaciones internacionales pueden tener a posteriori sobre los ámbitos más privados de los oficiales. En este sentido son dos las cuestiones sobre las que hemos inquirido, y que derivan de lo que tropa y suboficiales reconocieron en la primera oleada de este estudio internacional: (i) los problemas que se han podido generar en el entorno familiar por una ausencia prolongada del hogar y (ii) los problemas psicológicos o de estrés, por la exposición a situaciones traumáticas o tensas, durante o después de la misión; es decir, la adaptación a la vida normal después de la misión. En cuanto a la primera, casi el 70 % de los oficiales indican que no han tenido problemas familiares derivados de las misiones. Sin embargo, que casi el 30 % admita que sí los ha tenido es muy relevante dado lo dificultoso que resulta que un militar reconozca, fuera de una conversación informal y de mucha confianza, que su desempeño profesional le genera problema personal alguno. La mayor parte de estos problemas están referidos a la necesaria readaptación al entorno familiar después de pasar unos meses fuera; principalmente por las cuestiones derivadas del comportamiento de los hijos y, si la misión ha sido especialmente compleja, la readaptación misma a la vida normal. No obstante, el reconocimiento de graves problemas de estrés es menor y, casi siempre, referido a terceros.
En términos generales se puede considerar que los oficiales valoraron positivamente su papel en las misiones internacionales. Esta valoración se estructuró en torno a dos dimensiones subjetivas: (i) la valoración de qué le reportó cada misión en el plano personal, profesional y cultural, y (ii) la autoevaluación de su aportación al logro de los objetivos de la/s misión/es en la/s que participó.
En términos generales, los oficiales valoran muy positivamente su participación en las misiones internacionales. Los niveles de satisfacción personal «muy alto» y «alto», constituyen más del 95 % de las consideraciones, representando la primera casi más del 57 %. Estas experiencias positivas se articulan en torno a tres ideas fundamentales: (i) por el enriquecimiento personal (73,2 %), (ii) por el enriquecimiento profesional (68,6 %) y, en menor medida, (ii) por el enriquecimiento cultural (22,2 %). La gran mayoría no tiene problema alguno en repetir e incluso volverían a ser voluntarios. También una mayoría contundente de oficiales están satisfechos con su labor individual dentro de las misiones, un 87 % evalúa su aportación al logro de los objetivos de la misión en de forma «muy alta» o «alta».
Los resultados obtenidos nos aportan una valiosa información de cada una de los indicadores estudiados que caracterizan a los conflictos asimétricos y que pasamos a detallar brevemente.
En el aspecto de la formación y la capacitación previas recibidas por los entrevistados, se constata una mejora en la valoración de las mismas tras la implantación a partir del año 2008 del entrenamiento conocido como 4+2. Sin embargo, es preciso señalar que dada la urgencia de movilización de algunas misiones –principalmente en sus primeros movilizados–, no siempre pueden seguir este entrenamiento. En el caso de valoraciones negativas, las razones alegadas aluden a que la formación recibida no se ajustaba a la realidad de la zona de operaciones.
Las relaciones con los actores locales (autoridades, fuerzas armadas y poblaciones) se consideran excelentes, aunque pueden existir algunas salvedades con las dos primeras. Las relaciones con los actores internacionales se califican igualmente como buenas, sobre todo con las tropas internacionales. En este sentido, cabe destacar que las relaciones positivas y cordiales que se tejen con el entorno crean sinergias valiosas y de seguridad hacia la misión. En lo que a la relación con los periodistas se refiere, las respuestas oscilan entre la relación de desconfianza, comunes en los entrevistados de menor rango, y la propuesta de colaboración como medio para dar a conocer la labor de los militares en la misión.
En los escenarios de las «nuevas guerras», la logística y la interoperabilidad representan elementos clave. En este sentido la consideración subjetiva de los oficiales es que, pese a que se puede trazar una evolución positiva, aún quedan cuestiones que mejorar. En cuanto a las ROE, lo más destacable por parte de los entrevistados es que, en ocasiones, resultan inespecíficas ya que no siempre tienen en cuenta las peculiaridades y necesidades propias de cada misión. En estos casos, entre los modelos de respuesta que se ofrecen, predomina la iniciativa a la hora de resolver la controversia, aunque también encontramos quienes optan por transmitir la queja a la autoridad superior o quienes invitan a la resignación. Por otra parte, la consideración sobre la autonomía en la toma de decisiones es un elemento al que los oficiales otorgan gran importancia y una valoración positiva. A pesar de ello, existe aquí un sesgo claro de institucionalización en las respuestas.
Preguntados por la valoración de las unidades, en general se observa una tendencia muy positiva. No obstante, se ponen de manifiesto aspectos que suelen influir negativamente en la moral de las mismas tales como: la pérdida de la cohesión de la unidad, las malas condiciones de vida en la base o problemas con la familia, en ese orden. En lo que al estilo de mando se refiere, la mayoría se inclina por el modelo ejemplarizante. Si bien, en caso de que las circunstancias en la misión cambien, son los tenientes y entrevistados de menor empleo los que optan por el modelo impositivo.
También es muy interesante considerar las valoraciones generales aportadas al finalizar la entrevista. La valoración general de su desempeño individual es muy positiva, tanto por lo que implica de enriquecimiento personal y profesional, como por considerar que cumplieron, en una buena medida, los objetivos individuales que les estaban marcados. Esto, entre otras causas, lleva a que la predisposición de los oficiales a participar en nuevas misiones sea elevadísima, casi unánime. Sin embargo, los oficiales consideran que las profundas complicaciones que sobre la cotidianidad supone una misión internacional, recaen sobre las familias.
Finalmente pedimos en cada entrevista que sugiriesen propuestas de mejora a la luz de su experiencia. Como no podía ser de otro modo, lo apuntado concuerda con las valoraciones ya expuestas. Concretamente, las propuestas de mejora más reiteradas han sido: (i) mejorar y potenciar la preparación, así como el conocimiento más concreto de la misión que realizar y del escenario que con que se van a encontrar, y (ii) mejorar el equipo, los materiales, las cuestiones logísticas y la calidad de vida de los soldados durante las misiones. Cuando alguien está seis meses en una base en medio de Afganistán, cuestiones a priori tan poco vinculadas al éxito de la misión como poder conectar con los seres queridos vía Skype cobran una relevancia esencial en la moral de la unidad y de los miembros del contingente y, por ende, en el éxito de la misión.
En definitiva, podemos colegir que la participación de los oficiales españoles en los conflictos asimétricos representa una experiencia general positiva en las distintas dimensiones de análisis expuestas que caracterizan a estos conflictos.
Los autores quieren agradecer el apoyo y la financiación prestados por el CEMIX, que en convocatoria pública de octubre de 2015 financió el proyecto PIN36: «Officer and Commander in Asymmetric Warfare Operations».
Entre los años que se indaga sobre estas cuestiones, los diferentes miembros del proyecto han acumulado una amplia experiencia en la línea de investigación de las Fuerzas Armadas y la Sociedad, intervenido en las siguientes investigaciones: (i) Proyecto 14/1998 del Instituto Universitario Gutiérrez Mellado, «Perfil socio político del siglo XXI» (donde se entrevistaron a 2500 cadetes); (ii) proyecto «Cultural Gap Between the Military and their Parent Society», ERGOMAS 2004/2005; (iii) «Las relaciones entre las Fuerzas Armadas y las ONG: repercusiones en las operaciones de paz», financiado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) en 2005; (iv) «Relaciones civiles-militares en potenciales escenarios de conflictos multiculturales» (2003-2006), financiado por el MADOC y la Universidad de Granada; (v) «Multinational Experiment MNE-6: Cross-Cultural Awareness» (2009-2010), financiado por la Unidad de Transformación de las Fuerzas Armadas (UTRAFAS), MADOC y Universidad de Granada, y (vi) «Lessons Learned in Asymmetric Warfare», auspiciado por ERGOMAS, Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP) e IEEE (2010RICIP13).
Somos conscientes de la multitud de conceptos y debates sobre los calificativos de las guerras contemporáneas y así lo hemos manifestado en otras publicaciones y en la publicación del informe de investigación de este proyecto. Para más información al respecto se pueden ver los conceptos de «nuevas guerras» (
En el
Los resultados del proyecto se presentaron en junio de 2015 en el Congreso Internacional Bianual de ERGOMAS, que tuvo lugar en la Open University de Tel Aviv. Igualmente se presentaron en el MADOC en junio de 2015 en un seminario organizado al efecto.
Este dato habría que matizarlo porque en muchas de las entrevistas, se indica que este problema ha ido solventándose y además no ha sido un impedimento infranqueable, muchas de las respuestas fueron del tipo [«¿Había problemas de interoperabilidad?] «Sí, en ocasiones pero siempre con solución».
Es profesora acreditada titular del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Granada y doctora en Ciencia Política por la Universidad de Granada. Sus principales líneas de investigación son la seguridad internacional y la política comparada, áreas en las que posee numerosos artículos y obras especializadas. En 2015 fue una de las diez mujeres líderes europeas seleccionadas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos para participar en el programa «International Visitor Leadership Programme. Women Leaders in Peace and Security». Su última publicación junto con Rafael Martínez es «International Missions as a Way to Improve Civil–Military Relations: The Spanish Case (1989–2015)», en la revista
Es doctora en Historia Contemporánea por las Universidades de Zaragoza y Nantes (Francia). Licenciada en Historia por la Universidad de Zaragoza, máster en Relaciones Internacionales en el Institut de Barcelona d’Estudis Internacionals y máster en Estudios Culturales en la Universidad de Nantes. Actualmente es investigadora del Group of Research and Analysis on Public Administration de la Universidad de Barcelona. Ha sido profesora en la Universidad de Nantes y doctoranda en el Centre de Recherche sur les Identités Nationales et l’Interculturalité de esa misma universidad. Autora de diversos artículos e investigaciones en torno a la enseñanza militar en España y al estudio de las Fuerzas Armadas, es socia fundadora de la Asociación Española de Historia Militar y ha participado en varios grupos de investigación, tanto nacionales como internacionales.
Es catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Barcelona. Ganó el premio extraordinario de doctorado en el área de humanidades y ciencias sociales en la Universidad de Zaragoza (1995) y el Premio Nacional de Investigación de la Paz, Seguridad y Defensa del Ministerio de Defensa de 2003. Ha sido profesor visitante en numerosas universidades extranjeras y ha ocupado cargos de gestión en diversas áreas. Ha obtenido diversos premios en reconocimiento a sus publicaciones, como su artículo «Subtipos de golpes de Estado: transformaciones recientes de un concepto del siglo XVII», publicado en la revista
Es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III de Madrid, doctor por la Universidad de Granada y magister por la Universidad Complutense y el Centro de Estudios de la Defensa. Ha sido investigador visitante en la LSE, la Universidad de Tromso en Noruega y la Universidad de Cardiff. Fue investigador del Centro de Análisis de Seguridad de la Universidad de Granada y analista del Observatorio Permanente del Ejército de Tierra. Está especializado en seguridad internacional, relaciones internacionales y estudios de área. Posee publicaciones especializadas en estos temas, así como ponencias en congresos científicos.