RESUMEN

Las últimas elecciones autonómicas de Andalucía de junio de 2022 han supuesto un vuelco electoral hacia la derecha sin precedentes. Al ser las primeras elecciones de un nuevo periodo electoral, este artículo, tras analizar los patrones de movilización, voto y transferencias de los comicios autonómicos, trata de analizar estadísticamente la influencia de varios componentes coyunturales del voto de la derecha en Andalucía —valoración de las situaciones económica y política, imagen de la gestión y el liderazgo y procedencia de los issues relevantes para el electorado—, tanto para el conjunto del electorado como para los segmentos específicos de los movilizados y los exvotantes de izquierda, para evaluar en qué medida la elección presagia un nuevo ciclo electoral a nivel andaluz y nacional, marcado por el retorno al bipartidismo imperfecto con un predominio electoral del centro-derecha. El artículo utiliza la Encuesta del CENTRA de septiembre de 2021 y los datos preelectorales del CIS para finalmente elaborar modelos de regresión logística binaria. Se concluye que los resultados de las primeras elecciones de reunificación del voto del centro-derecha están vinculados a la valoración retrospectiva de las situaciones económica y política, las valoraciones de la gestión e imagen de Juan Manuel Moreno y la mayor influencia de los temas nacionales para el electorado.

Palabras clave: Andalucía, centro-derecha, partidos políticos, elecciones autonómicas, voto.

ABSTRACT

The last regional elections in Andalusia in June 2022 have led to an unprecedented electoral shift to the right. Being the first elections of a new electoral period, this article, after analyzing the patterns of mobilization, voting and transfers of the regional elections, attempts to statistically analyze the influence of various conjunctural components of the right-wing vote in Andalusia —assessment of the situations economic and political, image of management and leadership and origin of issues relevant to the electorate—, both for the electorate as a whole and for specific segments of the mobilized and former left-wing voters, to assess to what extent the election portends a new electoral cycle at Andalusian and national level, marked by the return to imperfect bipartisanship with an electoral predominance of the center-right. The article uses the September 2021 CENTRA Survey and pre-election data from the CIS to finally build binary logistic regression models. It is concluded that the results of the first elections for the reunification of the center-right vote are linked to the retrospective assessment of the economic and political situations, the assessments of the management and image of Juan Manuel Moreno and the greater influence of national issues for the electorate.

Keywords: Andalusia, center-right, political parties, regional elections, vote.

Cómo citar este artículo / Citation: Llera-Ramo, F. J. y León-Ranero, J. M. (2023). Las elecciones autonómicas de Andalucía de 2022 consolidan el liderazgo de Juan Manuel Moreno y señalan el retorno al bipartidismo imperfecto. Revista Española de Ciencia Política, 63, 39-‍65. Doi: https://doi.org/10.21308/recp.63.02

1. INTRODUCCIÓN[Subir]

Tras la Gran Recesión desencadenada en 2008 se inició una situación de convergencia de una doble crisis económica y política (‍Vallés, 2015; ‍Vallespín, 2015; ‍Morlino, 2016; ‍Llera, 2017), que modificó la configuración del sistema de partidos español, tanto a nivel nacional (‍Llera, 2018) como autonómico (‍Llera, 2015; ‍Llera y León, 2022). La entrada de nuevos partidos a izquierda (Unidas Podemos, en adelante UP), centro (Ciudadanos, en adelante C’s) y derecha (Vox), por factores como la desafección política por la falta de respuestas a la crisis económica, la crisis territorial derivada del desafío independentista en Cataluña y las crisis estratégicas y de liderazgos de los dos grandes partidos nacionales (Partido Popular, en adelante PP y Partido Socialista Obrero Español, en adelante PSOE), ha constituido el gran acontecimiento político de la última década.

Las elecciones autonómicas andaluzas de junio de 2022 (‍Llera, 2022a) muestran indicios de que ese modelo de pluralismo polarizado, con fuertes efectos sobre la gobernabilidad y el rendimiento institucional, parece dar muestras de agotamiento. Los problemas derivados de la alta fragmentación y polarización del ciclo anterior pueden empujar al electorado, nuevamente, al refugio en las dos principales fuerzas políticas nacionales y, de este modo, restaurar el sistema de bipartidismo imperfecto existente hasta 2015 (‍Montabes y Trujillo, 2015a; ‍Montabes y Trujillo, 2015b) y lo que es más importante: una vuelta a la dinámica política de carácter centrípeto.

Es en esta clave donde el análisis de las elecciones autonómicas andaluzas recientes adquiere una especial significación, al situarse en el inicio del nuevo ciclo de competición, que ha culminado en las elecciones municipales y autonómicas de mediados del año 2023 y, especialmente, en las elecciones generales que han dado paso a la XV Legislatura nacional. Así, los objetivos de este artículo de investigación son, en primer lugar, describir las principales conclusiones de las elecciones autonómicas de Andalucía de 2022 y, en segundo lugar, identificar los factores explicativos del vuelco electoral andaluz hacia las fuerzas de derecha, tanto para el conjunto del electorado como para los segmentos específicos de los movilizados y los exvotantes de izquierda.

2. LAS PRIMERAS ELECCIONES DE REUNIFICACIÓN DEL CENTRO-DERECHA ANTE UNA IZQUIERDA DESMOVILIZADA Y DIVIDIDA[Subir]

En primer lugar, describiremos la evolución de los principales parámetros del comportamiento electoral andaluz en estas elecciones en comparación con las anteriores elecciones autonómicas de 2018 y en la perspectiva del ciclo político iniciado entonces[1], atendiendo, sobre todo, a la movilización electoral, al balance de los apoyos de los distintos competidores y la volatilidad del electorado.

a) Una alta desmovilización cuasi-estancada en perjuicio de la izquierda [Subir]

La movilización electoral era una incógnita importante, en primer lugar, por los precedentes del ciclo, en segundo lugar, por celebrarse en una sociedad en plena sexta ola, en tercer lugar, por no existir una tensión política que evidenciase la necesidad de abrir las urnas y, en cuarto lugar, por coincidir con la recién estrenada normalidad festiva y en el inicio de un verano adelantado por la ola de calor que llamaba a llenar de bañistas el litoral andaluz. Los precedentes de baja participación[2] de las elecciones de la pandemia en Galicia, País Vasco (‍Llera, 2020), Cataluña (‍Llera, 2021a) y Castilla y León (‍Llera, 2022b), que apuntalaban la hipótesis del posible miedo a acudir a los colegios electorales por efecto de la inseguridad, contrastaron con el récord de movilización[3] en las de Madrid (‍Llera, 2021b) por efecto de la mayor polarización política del momento[4]. Al final, el 56,1 %[5] de participación iguala, prácticamente, el récord de desmovilización de cuatro años atrás (54,5%), diferenciándose significativamente de lo sucedido en Madrid y asimilándose más al comportamiento de gallegos, vascos, castellanoleoneses y catalanes, donde se batieron récords de desmovilización[6].

Lo más significativo en el caso andaluz, por tanto, es, además del estancamiento de la desmovilización (con apenas 28.000 votantes más y un 1,6% de incremento), su carácter desigual para las opciones de centro-derecha (con un incremento de más de 400.000 electores y casi +11 puntos) y de izquierda (con un retroceso correlativo de más de 320.000 votantes y casi -10 puntos), como ya sucediera en el resto de casos, con la excepción catalana. Esta movilización diferencial[7] se constata al comparar los saldos entre los distritos, tradicionalmente, de mayoría de izquierda o centro-derecha, definiendo patrones muy distintos de fuerte retroceso en los primeros y ascenso en los segundos, respectivamente, lo que extendía la victoria de éstos, incluso, en buena parte de la geografía electoral de la izquierda. Las elecciones, por tanto, se han movido entre la continuidad expansiva de la mayoría de centro-derecha y el retroceso de la izquierda, junto al realineamiento entre los distintos competidores relevantes.

b) Un sólido triunfo del PP en el inicio del ciclo de concentración del voto del centro-derecha [Subir]

Estas elecciones autonómicas han dado como resultado una victoria contundente del PP (con más de un millón y medio de votantes y un crecimiento de aproximadamente 800.000 electores) frente a un PSOE, tradicionalmente hegemónico en la región, en retirada (con cerca de 900.000 votantes y una pérdida de más de 100.000 de electores). Este resultado, mostrado en la Tabla 1, en términos de representación parlamentaria, ha permitido la primera mayoría absoluta no socialista en Andalucía del conjunto del periodo democrático, al alcanzar el PP 58 diputados, lo que supone un crecimiento de 36 representantes con respecto a 2018.

Tabla 1.

Resultados electorales en Andalucía entre 2018 y 2022

A-2018 G-2019A M-2019 G-2019N A-2022
Votos %CEN. %VV Votos %CEN. %VV Votos %CEN. %VV Votos %CEN. %VV Votos %CEN. %VV
PSOE 1.012.272 14,9 27,9 1.568.682 23,9 34,22 1.434.953 22,42 36,92 1.425.126 21,66 33,36 888.325 13,4 24,1
PP 751.730 11,1 20,7 787.384 12 17,18 1.053.687 16,46 27,11 877.202 13,33 20,54 1.589.272 23,9 43,1
C’s 662.880 9,8 18,3 811.562 12,37 17,7 327.752 5,12 8,43 346.094 5,26 8,1 121.567 1,8 3,3
AA/UP/IU/Por And.(1) 587.660 8,7 16,2 654.944 9,98 14,29 521.065 8,1 13,4 559.628 8,51 13,1 284.027 4,3 7,7
AA 168.960 2,5 4,6
Vox 397.055 5,9 11 612.921 9,34 13,37 168.863 2,64 4,35 869.909 13,22 20,36 496.618 7,5 13,5
Más País And. 56.445 0,86 1,32
Otros 156.697 2,3 4,3 105.501 1,6 2,3 949.689 14,6 24,3 86.608 1,3 2,0 100.684 1,5 2,7
Provincialistas 28.296 0,4 0,8 11.407 0,2 0,3 50.760 0,8 1,3 14.566 0,2 0,3 207.157 3,1 5,6
Nacionales 3.539.998 52,2 97,6 4.529.587 69,0 98,8 3.801.316 59,2 97,7 2.781.320 42,3 65,1 3.442.296 51,8 93,4
Izquierda 1.736.047 25,6 47,9 2.261.576 34,5 49,3 866.520 13,3 22,2 2.127.807 32,3 49,8 1.414.507 21,1 38,0
Derecha 1.832.247 27,0 50,5 2.279.418 34,7 49,7 1.550.603 24,2 39,9 2.093.205 31,8 49,0 2.234.946 33,9 61,0
VOTANTES 3.699.962 56,6 4.645.373 70,8 3.930.260 61,4 4.336.724 65,9 3.728.155 56,1
CENSO 6.785.041 6.562.905 6.399.918 6.579.380 6.641.903
(1)

En las autonómicas de 2018 como Adelante Andalucía — Adelante Andalucía — Podemos — Izquierda Unida — Primavera Andaluza — Izquierda Andalucista; en las generales de abril de 2019 como Unidas Podemos-Equo-IU; en las municipales de 2019 en candidaturas separadas; en las generales de noviembre de 2019 como Unidas Podemos-IU; y en las autonómicas de 2022, las candidaturas Por Andalucía y Adelante Andalucía-Andalucistas por separado.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de las Juntas Electorales (en adelante, JJ.EE.) provinciales.

Además de los dos partidos principales, otros tres han logrado representación en la Cámara autonómica, Vox, Por Andalucía y Adelante Andalucía. Si Vox crece algo menos de 100.000 votantes, lo que supone un 2,5% del voto válido —un crecimiento tímido, aunque significativo, en un contexto de reunificación del voto en el centro-derecha—, la división de los partidos de izquierda en dos hace perder a las opciones situadas a la izquierda del PSOE-A más de 130.000 votantes, al pasar de los más de 580.000 de AA de 2018 a los 284.000 de Por Andalucía y los 168.000 de AA en 2022. Por su parte, la pérdida de 220.000 votos ha sacado a C’s del Parlamento autonómico, que logra retener a algo más de 120.000 electores —un 3,3% del voto válido—.

Gráfico 1.

Evolución del voto en las elecciones autonómicas de Andalucía (1982 -2022) (% VV.VV.)

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(1) En 1982 como AP y en 1986 como AP-PDP-UL; (2) En 1982 como PCA-PCE; de 1986 a 1990 como IU-CA; de 1994 hasta 2015 como IULV-CA; en 2018 se integró en la coalición AA; (3) en 1982 como PCA; de 1986 a 1990 como PA; en 1994 como PA-PAP; de 1998 a 2004 como PA; en 2008 como CA; de 2012 A 2015 como PA; en 2019 como AxSí; (4) en 1982 como UCD; de 1986 a 1990 como CDS; en 1994 como la coalición FORO y CDS; (5) En 2015 como Podemos, en 2018 como Adelante Andalucía — Podemos — IU — Primavera Andaluza — Izquierda Andalucista y en 2022 como Por Andalucía.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de las JJ.EE. provinciales.

Estas elecciones, de resultado relevante en términos de la historia política andaluza, deben situarse, como muestra el Gráfico 1, en un contexto electoral andaluz iniciado en 2004, a partir del cual el PSOE-A comienza un lento declive ininterrumpido, al evolucionar del 50,4% del voto válido en las autonómicas de 2004 al 24,1% en la actualidad, es decir, perdiendo la mitad de sus electores en poco más de quince años. Por su parte, el principal partido de centro-derecha español, si bien de 2004 a 2012 obtiene crecimientos en sus apoyos electorales —del 31,8% en 2004 al 40,6% de 2012—, sufrirá el desgaste del gobierno a nivel nacional formado a partir de 2011, que le llevará en Andalucía al 20,7% de 2018. Así, estas elecciones han supuesto la segunda victoria del PP en la Comunidad desde las primeras elecciones autonómicas de 1982. La primera fue la de 2012 del PP-A presidido por Javier Arenas con 50 escaños —algo menos de 50.000 votantes y un punto porcentual con respecto a su competidor—; victoria que no permitió configurar una mayoría alternativa de gobierno.

Gráfico 2.

Transferencias de voto 2018-‍2022

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Fuente: Elaboración propia a partir del Estudio núm. 3.365 del CIS: ‘Preelectoral de las elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma de Andalucía 2022’.

Estos comicios autonómicos, las sextas del ciclo de elecciones territoriales iniciado en 2019, se han celebrado tras la renovación del liderazgo del PP nacional, con la salida de Pablo Casado y el inicio de la presidencia de Alberto Núñez Feijóo. Celebrada tras la retirada del apoyo de Vox en la negociación presupuestaria y la configuración de una política de vetos entre bloques, constituye la primera elección del ciclo de reunificación del voto del centro-derecha en una única fuerza política. En efecto, como muestra el Gráfico 2, cerca de la mitad del voto de C’s en 2018, un tercio del de Vox y un 22% de los abstencionistas se refugió en 2022 en el PP. De este modo, el electorado popular, que dispuso de los votantes más fieles —un 79,6% repitió sufragio—, tuvo diversas procedencias, un 12,6% de C’s, un 10,2% del PSOE y un 7,2% de Vox, siendo tan sólo algo más de la mitad de los electores del PP de 2022 antiguos votantes de la formación.

La transferencia inter-bloques más relevante es la ya citada del PSOE al PP. El resto de formaciones pierde o gana votantes fundamentalmente, como es natural, dentro de su propio bloque ideológico o hacia la abstención. Así, como muestra el citado Gráfico 2, el PSOE-A pierde cerca de un 9% hacia la abstención, un 3,4% hacia Por Andalucía y un 1,9% hacia AA; Vox un 29% hacia el PP; y C’s un 50% hacia el PP. Mención especial merece el caso de los partidos a la izquierda del socialismo andaluz, cuyo electorado de 2018 se divide en tres espacios políticos en 2022, un 44,3% hacia Por Andalucía, un 18,5% hacia AA y un 8,6% hacia el PSOE. De este modo, tanto Por Andalucía como AA están compuestas por un electorado proveniente de antiguos electores de la coalición AA (algo más de un 70% en ambos casos) y, en segundo lugar, por antiguos electores socialistas (un 12,7% en Por Andalucía y un 16,8% en AA).

3. EL RETORNO AL BIPARTIDISMO IMPERFECTO: DE ANDALUCÍA A ESPAÑA[Subir]

Un repaso a los indicadores actualizados del sistema de partidos andaluz permite certificar una reaparición del bipartidismo andaluz anterior a la crisis del sistema de 2015. En efecto, las elecciones andaluzas de junio de 2022 han estado caracterizadas por una volatilidad agregada histórica (de 26,9 puntos), como se observa en la Tabla 4. Un tercio de tal intercambio de votos (30,6%) se explica por cambios entre los bloques ideológicos, fundamentalmente de izquierda a derecha. Por su parte, la fragmentación, aunque se mantienen los cinco partidos con representación parlamentaria (por la sustitución de C’s por el desgajamiento de la coalición AA), se ha reducido de un 0,78 a un 0,62 en el indicador de fragmentación de Rae. Ello tiene su correlato en el indicador de concentración parlamentaria, que informa que el porcentaje de escaños ocupado por una de las dos grandes fuerzas del bipartidismo (PP y PSOE) ha pasado del 54,2% de 2018 al 80,7% de la actualidad, empujado por el auge de la principal fuerza de centro-derecha española. Por último, destaca la menor polarización del sistema, que ha pasado del 0,61 al 0,54 a nivel del electorado, y la menor capacidad de intervención y chantaje de las opciones políticas más extremas del espectro ideológico, por la consecución de la mayoría absoluta por el PP.

Aunque las elecciones autonómicas, como elecciones de segundo orden, por principio tiendan a abordar cuestiones de ámbito regional, es indudable que las tendencias que muestran los comicios de junio de 2022, por el peso sociodemográfico y político de Andalucía, son extrapolables a nivel nacional. Así, se observan indicios que indican cambios significativos en la demanda y la competición políticas y que, en conjunto, parecen certificar el agotamiento del modelo de pluralismo polarizado[8] inaugurado en 2015 y la reinstauración del bipartidismo imperfecto en el conjunto de España: el papel decisivo del electorado moderado, la fatiga que la fragmentación produce por el bajo rendimiento institucional, el rechazo a la polarización de la política de bloques y el descrédito de las políticas de superoferta propias del populismo en un contexto de sucesivas crisis, que requieren más acuerdo y sinergias que nunca para una buena gobernanza de las mismas. Esa imagen general de la evolución de los patrones de competición no debe obviar las dificultades de extrapolación del resultado de las fuerzas políticas concretas en Andalucía. Así, es cierto que el componente de gestión del gobierno andaluz y los beneficios de una hipotética buena evolución del contexto político y económico no ha tenido par, al menos con la misma intensidad de influencia, entre los condicionantes de voto al PP en las elecciones generales de 2023. En lo que respecta al PSOE, y a pesar de la acelerada reconstrucción de los apoyos electorales del PP y el hundimiento definitivo de la denominada «nueva política» (UP y C’s), el socialismo español aún encuentra dificultades para conectar con su base electoral, desconectada por el desgaste de la gestión gubernamental y, en España interior, por la estrategia de pactos a nivel parlamentario con partidos nacionalistas y regionalistas.

4. LA CENTRALIDAD DEL CONTEXTO EN LA EXPLICACIÓN DEL VOTO AL CENTRO-DERECHA[Subir]

La acción de votar está determinada por una compleja cadena de causas y actores intervinientes que se transforman de elección a elección (‍Lago y Martínez, 2013). En efecto, se ha venido sosteniendo que la decisión de voto está compuesta por una cadena causal que une las decisiones de entrada de las élites de los partidos, las estrategias de campaña y las predisposiciones de los votantes (‍Lago y Martínez, 2013). Si bien, efectivamente, tales son los issues que influyen a la hora del voto, el desarrollo de este artículo indica que es preciso concentrarse en el tercero de los elementos.

La literatura académica de la Ciencia Política lleva décadas investigando las predisposiciones que ayudan a los votantes a tomar una decisión de voto. Hay tres grandes escuelas o explicaciones (‍Anduiza y Bosch, 2012; ‍Lago y Martínez, 2013). En primer lugar, la escuela de Columbia, partiendo de que el elector es un ser social, apuntó a las predisposiciones de naturaleza social y concluyó que, en efecto, la estructura social condiciona la pertenencia y los procesos de socialización, procesos que orientan, a su vez, la decisión electoral (‍Lago y Martínez, 2013). Así, la teoría de los cleavages (Lipset y Rokkan, 1967), a través de un estudio socio-histórico, construyó un aparato teórico de tres ejes o cleavages que dividen a las sociedades y que, a la postre, generan divisiones sociales de tipo electoral: el eje de clase, el eje religioso y el eje de origen —nacional, étnico, centro-periferia y rural-urbano—.

Una década más tarde, hacia los años cincuenta y sesenta del s. xx, surgió la conocida como escuela de Michigan, que sostiene como premisa que, dada la complejidad de la política contemporánea y los altos niveles de información disponible, el elector se orienta directamente a través de filtros. El argumento es que existen unos mapas o atajos cognitivos, con origen en las socializaciones primaria y secundaria, que originan el comportamiento electoral (‍Campbell et al., 1960). Tales atajos son las actitudes políticas o predisposiciones psicológicas, tales como la identificación partidista, la ideología, la identidad nacional, los valores postmaterialistas, etcétera.

Por último, de la mano del economista norteamericano Anthony Downs (‍1957) nació la escuela de la Elección Racional que da lugar al modelo electoral de tipo racional o económico. En este caso, la premisa es que el elector es un sujeto económico-racional y que, por tanto, el coste-beneficio o la racionalidad utilitaria rige el comportamiento electoral. De nuevo, como la adquisición de información nueva y su contraste exigen un esfuerzo o coste económico y/o temporal elevado, los electores se forman opiniones, relativamente poco formadas, sobre issues o candidatos, la coyuntura económica, la campaña y el entorno institucional (‍Anduiza y Bosch, 2012). Dado que, en efecto, «los votantes son crecientemente elásticos a medida que se suceden las elecciones, [por lo que cada vez más] los factores en el largo plazo pierden fuerza a favor de los que funcionan en el corto plazo» (‍Lago y Martínez, 2013: 88), esta investigación propone tres hipótesis, todas ellas de evaluación de factores coyunturales[9].

En primer lugar, la teoría del voto económico, planteada por primera vez por Bloom y Price (‍1975), señala que el impacto de los issues económicos en el voto es mayores en épocas de crisis en que periodos de prosperidad económica; teoría que ha sido recientemente contrastada para el caso español (‍Mora y Moreno, 2019). Los datos de la Encuesta AN2109 realizada para el CENTRA[10] señalan que algo más de un tercio (31,1%) de la ciudadanía andaluza califica como mala o muy mala y un 47,7% como regular la situación económica. Por su parte, la situación económica del conjunto de España se valora por un 51,8% de los andaluces como mala o muy mala y por un 39,1% como regular.

Gráfico 3.

Valoración de la situación política de Andalucía y de España en Andalucía en 2021

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Fuente: Encuesta AN2109, Septiembre 2021.

Por otro lado, las elecciones autonómicas andaluzas no se convocaron con una tensión política específica en la región. Sin embargo, la posición mayoritaria de la opinión pública andaluza sobre la situación política regional, como muestra el Gráfico 3, se mueve entre el optimismo (41,7%) y el escepticismo (40,5%) frente a una minoría de pesimistas (17,4%) y, por lo tanto, con un saldo positivo de más de +24 puntos en favor de los primeros, que multiplican por 2,3 a los pesimistas. Por su parte, la ciudadanía andaluza invierte el balance de la situación política española, sobre la que, por el contrario, predomina el pesimismo mayoritario (46,7%), al que se añade casi dos quintas partes de escépticos (39,3%) y siendo poco más de uno de cada diez los optimistas (13,5%), por lo que, en este caso, el saldo es, claramente, negativo (-33 puntos).

Esa diferente valoración de la situación política andaluza y española puede ser síntoma o bien de un mal rendimiento institucional a nivel nacional o bien de una buena evolución del rendimiento institucional en Andalucía. Al igual que con la valoración de la situación económica, esta investigación opta por esta segunda opción, ya que, como se verá las valoraciones retrospectivas negativas de las situaciones económica y política no son mayoritarias entre la ciudadanía andaluza. Tales consideraciones, además de la distancia y desafección de los antiguos abstencionistas con el ámbito político y la permanencia de las diferencias ideológicas en torno a la política económica, que plantea la impermeabilidad del exvotante de izquierdas a la mejora de la valoración de la situación económica, llevan a plantear la siguiente hipótesis:

H 1 : Hipótesis de la influencia de las valoraciones retrospectivas de las situaciones económica y política: H 1.1 : Una valoración positiva de la evolución de la situación económica aumenta la probabilidad de voto a la derecha del conjunto del electorado, pero no de los movilizados y los exvotantes de izquierdas; y H 1.2 : Una valoración positiva de la evolución de la situación política aumenta la probabilidad de voto a la derecha de todos los segmentos del electorado.

En segundo lugar, se ha venido afirmando que el líder tiene influencia en la decisión de voto. Así, Gunther y Montero (‍1994) demostraron que el líder en España, junto al partido y la ideología, eran razones de voto consideradas por los electores. No obstante, es cierto que el liderazgo es un factor más y a menudo, aunque significativo, no el más relevante. En efecto, «El liderazgo de partido es importante en el proceso electoral, pero es sólo uno de los factores que influyen en el resultado electoral… sus efectos están más sujetos a grandes oscilaciones en el tiempo que los derivados de la identificación de partido o de otros factores estructurales» (‍Graetz y McAllister 1987: 502).

A pesar de la escasez de estudios específicos sobre la influencia del líder y las opiniones sobre el mismo en el voto a nivel regional, sí existen algunos estudios a nivel nacional sobre la materia. En España, Bosch y Rico (‍2003) demostraron que los líderes regionales en el ámbito catalán sí tuvieron un cierto impacto la decisión electoral. Por su parte, el estudio de Caínzos y Jiménez (‍2003) demuestra que, al menos en las CC.AA. de régimen común[11], el líder regional sí tuvo impacto en el resultado de las elecciones. En el caso andaluz que nos ocupa, Juan Manuel Moreno, después de una larga trayectoria política, accede al cargo de presidente de la Junta de Andalucía en enero de 2019, como resultado del pacto entre el PP y C’s y el apoyo externo de Vox tras las elecciones autonómicas de 2018[12] (‍Trujillo y Montabes, 2019). Los resultados de su gestión y los altos niveles de valoración de la misma, como se verá, hacen plausible la hipótesis de la influencia de la valoración de su gestión y de su figura personal en las elecciones autonómicas de 2022 para el conjunto de votantes andaluces. Sin embargo, se espera que, dada la lejanía del sistema político de los antiguos abstencionistas, la gestión gubernamental del presidente no sea relevante para los mismos. Además, dado que la figura personal de un líder tiene una carga de significado político determinada, vinculada a una marca concreta, es plausible esperar que este no sea un factor significativo ni para los movilizados ni para los exvotantes de izquierdas. Por tanto, la segunda hipótesis que se propone es la siguiente:

H 2 : Hipótesis de la influencia de las valoraciones de la gestión gubernamental del presidente de la Junta y de su propia figura política: H 2.1. : Una mejor valoración de la gestión gubernamental de Juan Manuel Moreno aumenta la probabilidad de voto a la derecha, aunque no para los antiguos abstencionistas. H 2.2. : Una mejor valoración de Juan Manuel Moreno aumenta la probabilidad de voto a la derecha, aunque no para los antiguos abstencionistas ni para los exvotantes de izquierdas.

Gráfico 4.

Percepción de riesgo de ruptura de la unidad de España y valoración comparada del trato del gobierno de España a Andalucía en Andalucía en 2021

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Fuente: Encuesta AN2109, Septiembre 2021.

En tercer lugar, las elecciones autonómicas andaluzas de junio de 2022 se sitúan en el contexto del inicio del nuevo ciclo competitivo, caracterizado por la relevancia especial de issues nacionales, como la estrategia extractiva de ciertos nacionalismos o la desigualdad entre territorios dentro de la España de las Autonomías. En efecto, el Gráfico 4 comprueba que una mayoría de casi tres quintas partes de la ciudadanía andaluza percibe ese riesgo (56,4%) frente a dos quintas partes que no temen por la unidad nacional (39,7%). Además, se observa que la respuesta mayoritaria es de agravio comparativo por el peor trato recibido por Andalucía en el actual concierto autonómico (59%) frente a un mínimo 4% que piensa, exactamente, lo contrario y algo más de un tercio que no ven diferencia alguna (36%).

En este sentido, Alonso et al. (‍2015) plantearon que los partidos de derecha estatalista son más propensos a adoptar una estrategia de desenfoque en los issues territoriales, pues los partidos nacionales, por su tradición centralista, pueden tener más dificultades para adaptar sus propuestas sin contravenir la identidad de su rama nacional. Dada la oferta de los partidos de derecha, habitualmente más orientada a los temas de nivel nacional, se plantea la hipótesis de la influencia de la procedencia de los issues relevantes para el electorado. Sin embargo, de nuevo, la mayor distancia de los antiguos abstencionistas del ámbito político sugiere que este factor no sea especialmente significativo entre los antiguos abstencionistas. Por todo ello, se plantea la siguiente hipótesis:

H 3 : Hipótesis de la influencia de la procedencia de los issues relevantes para el electorado: La mayor relevancia otorgada a los temas nacionales frente a los andaluces en la decisión de voto general aumenta la probabilidad de voto a la derecha, aunque no entre los antiguos abstencionistas.

5. DISEÑO Y METODOLOGÍA[Subir]

En este artículo tratamos de responder a las dos preguntas expuestas con anterioridad para testar cuáles son los factores que influyen en que aumenten las probabilidades de voto a los partidos de la derecha en las elecciones autonómicas de Andalucía de 2022. Con el objetivo de discriminar qué variables influyen en según qué segmentos del electorado, se ha seguido una estrategia consistente en elaborar varios modelos de regresión logística binaria, uno para el conjunto de la muestra, otro para los movilizados o antiguos abstencionistas y otro para los exvotantes de izquierda. Además, se ha diseñado otro modelo que contiene únicamente las variables de control, lo que sirve para evaluar la capacidad explicativa de las variables principales. La construcción de estos cuatro modelos sirve a los efectos de comprobación de las hipótesis planteadas.

La base de datos seleccionada para realizar las pruebas estadísticas es el Estudio nº 3.365 del CIS, que corresponde a la Encuesta preelectoral de las elecciones autonómicas (en adelante, EE.AA.) de Andalucía de 2022. Se ha elegido esta base de datos por disponer, al mismo tiempo, de una pregunta sobre el voto en 2022 (en este caso, intención de voto) y de las variables correspondientes a la evaluación de las situaciones económica y política y las valoraciones de la gestión del presidente de la Junta de Andalucía y de su propia figura política personal.

La base cuenta con un número total de 7.539 casos. Esa cantidad se reduce en los cuatro modelos de regresión elaborados, debido a los encuestados que no responden en las categorías incluidas en los análisis, a 3.662 en el modelo con la muestra total, a 188 en el modelo de los movilizados, a 1.253 en el modelo de los exvotantes de izquierda y a 4.426 en el modelo sólo con las variables de control.

La variable dependiente ha sido la misma en los cuatro modelos de regresión. Así, se ha dicotomizado la variable intención de voto de la encuesta, de forma que 0 es voto a los partidos de izquierda (PSOE, Por And. y AA) y 1 es voto a los partidos de derecha (PP, Vox y C’s). Debido a esa dicotomización de la variable dependiente, utilizamos en nuestro análisis modelos de regresión logística binaria.

En primer lugar, para testar la hipótesis de la influencia en el voto de las valoraciones de las situaciones económica y política, se ha recurrido a las variables de valoración retrospectiva de la situación económica y de valoración retrospectiva de la situación política. En ambos casos, y a fin de garantizar el adecuado funcionamiento de los modelos (por la disponibilidad de muestra), se han recategorizado ambas variables de la misma forma, de forma que 1 es mucho mejor y mejor y 2 es igual (ref.: mucho peor o peor). Así mismo, también se ha añadido, a fin de evaluar la valoración de la situación personal, la variable sobre el optimismo o pesimismo personales (ref.: más bien pesimista).

En segundo lugar, para testar la hipótesis de la influencia en el voto de las valoraciones de la gestión gubernamental de Juan Manuel Moreno y de su propia figura política, se han añadido a los modelos las variables de valoración de la gestión del presidente de la Junta de Andalucía y de él de forma personal. En este caso, y al ser escalas que van de 1 a 10, donde 1 es ‘muy mal’ y 10 ‘muy bien’, se han incluido de forma no categórica en los modelos.

Por último, para testar la hipótesis de la procedencia de los issues relevantes para el electorado, se ha añadido a los modelos la variable sobre qué temas se cree que tendrán más en cuenta los electores a la hora de votar (ref.: los temas generales de España).

Las variables de control han sido sexo (ref.: mujer), edad, ideología (escala de 1 a 10, donde 1 es extrema izquierda y 10 extrema derecha), nivel educativo (secundarios y FP y Superiores; ref.: sin estudios y primarios), religiosidad (católico no practicante, creyente de otra religión, agnóstico, indiferente no creyente y ateo; ref.: católico practicante), situación laboral (jubilado, paro, estudiante y trabajo doméstico no remunerado; ref.: trabaja), clase social (clase media-alta/alta, clase media-media, clase media baja; ref.: clase trabajadora/obrera/proletariado/baja/pobre) y tamaño del municipio (menos o igual a 2.000 habitantes, 2.001 a 10.000 habitantes, 10.001 a 50.000 habitantes, 50.001 a 100.000 habitantes, 100.001 a 400.000 habitantes, 400.001 a 1.000.000 habitantes y más de 1.000.000 habitantes).

6. FACTORES EXPLICATIVOS DEL VUELCO A LA DERECHA[Subir]

En un contexto de gran heterogeneidad ideológica de los electorados (producida por la indefinición programática y contradicciones de los partidos) y de una sociedad andaluza moderada ideológicamente y en la que la dimensión identitaria no es competitiva, las elecciones autonómicas andaluzas de junio de 2022 dieron como resultado la confirmación y profundización en el vuelco hacia la derecha del electorado andaluz. En efecto, el Gráfico 5 señala que en las elecciones de 2022 el centro-derecha cosecha, en su conjunto, más de 2,2 millones de votos (un 61% y 72 escaños), al aumentar en 400.000 los electores de 2018, sumando casi 11 puntos porcentuales y 17 escaños. Estas elecciones suponen, así, el máximo histórico en porcentaje de voto válido de la derecha en unas autonómicas andaluzas (61%), superando el máximo de 2018, que se situaba en el 47,9%.

Gráfico 5.

Evolución del voto izquierda/derecha en las elecciones autonómicas de Andalucía, 1982-‍2022 (% VV.VV.)

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Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Junta Electoral.

Estos resultados, en los que la hegemonía del PP en la derecha deviene por el final de C’s —que no ha logrado lograr réditos electorales de la buena valoración de la gestión del gobierno autonómico—, el cuasi-estancamiento de Vox y el inicio del final de la etapa de brote de la derecha radical en España, la división de la izquierda y el transvase de voto de izquierda a derecha, los factores que este estudio propone como explicativos del vuelco a la derecha del electorado andaluz radican en el pesimismo y retorno del valor de la seguridad por la situación actual derivada de varias crisis sucesivas (dos económicas y una pandémica) y un contexto internacional inseguro; en la desafección política derivada de la polarización y fragmentación de las fuerzas políticas, que resulta en un bajo rendimiento institucional, y en un mayor juicio negativo sobre la situación política española que la andaluza; y en las altas valoraciones tanto de la gestión del gobierno andaluz como de la figura de Juan Manuel Moreno, que contrastan con el desgaste del PSOE por la corrupción y fatiga derivada de treinta años de gobiernos socialistas, así como el rechazo al discurso polarizador y el desgaste de la radicalización del gobierno de Sánchez.

Para evaluar la influencia de los citados factores, y antes de desarrollar los modelos de regresión logística binaria, se analizarán de forma descriptiva las valoraciones retrospectivas de las situaciones económica y política, las valoraciones de la gestión de Juan Manuel Moreno y de su figura política y la procedencia de los temas que se cree influyen en las EE.AA. de 2022. El Gráfico 6 muestra que una mayoría de votantes andaluces tienen una valoración de las situaciones económica y política mucho mejor o mejor con respecto a hace tres o cuatro años (un 37% y un 43% respectivamente). En otras palabras, en un contexto de empeoramiento del contexto económico y de la situación política a nivel nacional, el electorado andaluz cree mayoritariamente han mejorado o se mantienen igual las situaciones económica (61,9%) y política (68,2%) en la región.

Gráfico 6.

Valoraciones retrospectivas de las situaciones económica y política del total de votantes, movilizados y exvotantes de izquierda

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Estudio núm. 3.365 del CIS.

Por electorados, tanto los antiguos abstencionistas, es decir, los movilizados en junio de 2022, como los exvotantes de izquierda mantienen unas significativos altas valoraciones de las situaciones económica y política andaluza con respecto a hace tres o cuatro años. En concreto, los movilizados creen en un 55,6% que la situación económica ha mejorado o se ha mantenido igual la situación económica y un 63,6% consideran que la situación política ha mejorado o se ha mantenido igual. Por su parte, los exvotantes de izquierda, aun manteniendo una esperable peor valoración de ambos contextos, consideran en un 46,2% que los contextos económico y político han mejorado o se han mantenido igual.

Con respecto a la valoración de la gestión de Juan Manuel Moreno y la valoración del líder del PP andaluz, en todos los casos aprueba o roza el aprobado. Entre el conjunto del electorado andaluz, como muestra la Gráfico 7, la gestión del presidente de la Junta de Andalucía obtiene un 6,1 de valoración media y su figura política personal un 6,3 sobre 10. Por su parte, para los antiguos abstencionistas la evaluación de su gestión es de 5,8 de media y a nivel personal de 6. Por último, para los exvotantes de izquierda la valoración de Juan Manuel Moreno es de 4,8 sobre 10 y de su figura política de 4,9.

Gráfico 7.

Medias de valoración de la gestión de Juan Manuel Moreno y valoración del líder del total de votantes, movilizados y exvotantes de izquierda

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Estudio núm. 3.365 del CIS.

El Gráfico 8 desvela qué temas según su procedencia se cree que tendrían mayor influencia en las elecciones autonómicas andaluzas de 2022. Se observa que una mayoría de andaluces, el 77,2%, creía que tendrían mayor influencia los temas propios de Andalucía; porcentaje que se reduce entre los movilizados (67%) y aumenta en los exvotantes de izquierda (82%). Por su parte, el porcentaje de andaluces que creían que influirían más en las autonómicas los temas nacionales son el 22,8%, cifra que aumenta en el caso de los movilizados (33%) y se reduce entre los exvotantes de izquierda (18%).

Gráfico 8.

Opinión acerca de los temas que más se tendrán en cuenta a la hora de votar en las EE.AA. de Andalucía de 2022 del total de votantes, movilizados y exvotantes de izquierda

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Estudio núm. 3.365 del CIS.

Antes de pasar a la búsqueda de los factores explicativos del vuelco hacia la derecha del electorado andaluz es preciso analizar la distribución ideológica de los votantes, movilizados y exvotantes de izquierda de la muestra. La Tabla 2 señala que, del total de la muestra —entendiendo por total el conjunto de encuestados que iban a votar a una de las seis principales fuerzas políticas andaluzas—, el 61,6% de la misma se inclinaba por votar a uno de los partidos de derecha (PP, Vox y C’s) y un 38,4% a los partidos de izquierda (PSOE, Por And. y AA). Tal distribución es prácticamente similar en el caso de los antiguos abstencionistas, es decir, los movilizados, los que en un 68,4% señalaban que iban a votar a uno de los partidos de derecha y un 31,6% a uno de los de izquierda. Por último, los exvotantes de izquierda señalaron en un 85,6% que iban a apoyar electoralmente a uno de los partidos de izquierda y en un 14,4% a uno de los partidos de derecha.

Tabla 2.

Evolución de los indicadores del sistema de partidos autonómico de Andalucía, 2008-‍2022

2008 2012 2015 2018 2022
Fragmentación parlamentaria (Fp) 0,55 0,59 0,69 0,78 0,62
Dispersión Parl. Corregida (Dp) 0,77 0,80 0,85 0,89 0,81
Volatilidad (Vt) 6,6 9,6 25,06 21,16 26,91
Índice de Relieve (IR) 100 33,43 13,93 56,88 30,63
Índice de polarización 0,56 0,57 0,60 0,61 0,54
Número de partidos parlamentarios 3 3 5 5 5
Número Efectivo de Partidos 2,21 2,45 3,27 4,50 3,68
% de escaños del primer partido 51,4 45,9 43,1 30,3 53,2
% de escaños del segundo partido 43,1 43,1 30,3 23,9 27,5
Índice de competitividad 8,3 2,8 12,8 6,4 25,7
Primer partido PSOE-A PP PSOE-A PSOE-A PP
Segundo partido PP PSOE-A PP PP PSOE-A
% escaños entre ambos 94,5 89 73,4 54,2 80,7
Mínima mayoría parlamentaria 2 2 2 2 1
Nº partidos gobernantes 1 2 1 2 1
Composición del gobierno PSOE-A PSOE-A-IULV-CA PSOE-A PP-C’s PP

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de las JJ.EE. provinciales.

La Tabla 3 presenta cuatro modelos de regresión logística binaria, que permiten testar las hipótesis planteadas. El primer modelo presenta sólo las variables de control y tiene una R2 de 0,676, se observa que los hombres, los situados más a la derecha y las clases alta, media-alta y media-media son más proclives a votar a partidos de la derecha (PP, Vox y C’s). Del mismo modo, ser agnóstico, indiferente, o ateo y estar jubilado o ser estudiante son situaciones donde las probabilidades de voto a la derecha son menores que con respecto a ser católico practicante y trabajar, respectivamente.

Tabla 3.

Distribución ideológica del total de votantes, los movilizados y los exvotantes de izquierda

Total de muestra Movilizados Exvotantes de izquierda
Izquierda (PSOE-Por And.-AA) 38,4 (1935) 31,6 (97) 85,6 (1427)
Derecha (PP-Vox-C’s) 61,6 (3100) 68,4 (210) 14,4 (240)
Total 100 (5035) 100 (307) 100 (1667)
Nota: Por ‘total’ se ha entendido el conjunto de encuestados que señalan que van a votar a una de las principales formaciones políticas andaluzas (PP, PSOE, Vox, Por Andalucía, AA y C’s).

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del estudio núm. 3.365 del CIS.

Tabla 4.

Modelos de regresión logística binaria. Factores explicativos del voto a la derecha en las EE.AA. de Andalucía

Modelo 1
Controles
Modelo 2
Total muestra
Modelo 3
Movilizados
Modelo 4
Exvotantes de izquierda
Ref: Voto a la derecha B Exp(B) B Exp(B) B Exp(B) B Exp(B)
Sexo (Ref: Mujer) ,361[***] (0,100) 1,435 0,168 (0,148) 1,183 0,348 (0,837) 1,416 0,075 (0,251) 1,078
Edad -0,005 (0,005) 0,995 -0,008 (0,007) 0,992 -0,101 (0,053) 0,904 -0,005 (0,011) 0,995
Valoración retrospectiva situación económica (Ref: Mucho peor y peor)
Mucho mejor y mejor 0,468[*] (0,204) 1,597 0,244 (1,174) 1,276 0,506 (0,344) 1,658
Igual -0,750[***] (0,180) 0,472 -1,075 (1,106) 0,341 -0,251 (0,318) 0,778
Valoración retrospectiva situación política (Ref: Mucho peor y peor)
Mucho mejor y mejor 2,928[***] (0,235) 18,683 5,481[***] (1,483) 240,122 2,377[***] (0,412) 10,772
Igual 1,173[***] (0,195) 3,232 3,608[*] (1,508) 36,900 0,971[**] (0,358) 2,641
Optimismo / pesimismo personal (Ref: Más bien pesimista) -0,304 (0,209) 0,738 -0,861 (1,136) 0,423 -0,705[*] (0,334) 0,494
Valoración gestión gobierno 0,268[***] (0,073) 1,307 -0,197 (0,310) 0,821 0,390[**] (0,137) 1,476
Valoración Juan Manuel Moreno 0,177[**] (0,065) 1,194 0,610 (0,361) 1,841 0,163 (0,124) 1,178
Importancia temas AND-ESP (Ref: Los temas generales de España) -1,067[***] (0,184) 0,344 -1,314 (0,965) 0,269 -,883[**] (0,313) 0,414
Escala ideológica 1,009[***] (0,033) 2,742 0,799[***] (0,042) 2,224 1,545[***] (0,365) 4,690 0,467[***] (0,069) 1,594
Nivel educativo (Ref: Sin estudios y Primarios)
Secundarios -0,456 (0,216) 0,634 -0,550 (0,308) 0,577 -3,186 (1,796) 0,041 0,142 (0,497) 1,153
FP y Superiores -0,235 (0,212) 0,791 -0,349 (0,303) 0,706 -5,066[**] (1,839) 0,006 0,319 (0,488) 1,375
Religiosidad (Ref: Católicos practicantes)
Católico no practicante -0,115 (0,137) 0,891 0,353 (0,198) 1,423 -0,400 (1,401) 0,670 0,717[*] (0,348) 2,049
Creyente de otra religión -0,224 (0,348) 0,800 -0,113 (0,507) 0,893 2,511 (3,414) 12,316 -1,703 (1,070) 0,182
Agnóstico -0,988[***] (0,183) 0,372 -0,014 (0,269) 0,986 -0,583 (1,838) 0,558 0,587 (0,469) 1,799
Indiferente, no creyente -0,818[***] (0,185) 0,441 -0,313 (0,281) 0,731 -1,250 (1,417) 0,287 -0,045 (0,528) 0,956
Ateo -1,306[***] (0,186) 0,271 -0,860[**] (0,270) 0,423 -1,863 (1,894) 0,155 -0,027 (0,460) 0,974
Situación laboral (Ref: Trabaja)
Jubilado -0,598[***] (0,162) 0,550 -0,562[*] (0,245) 0,570 -0,495 (1,558) 0,609 -0,606 (0,396) 0,545
Paro -0,061 (0,158) 0,941 -0,128 (0,222) 0,880 -2,706[*] (1,266) 0,067 -0,281 (0,389) 0,755
Estudiante -0,526[*] (0,236) 0,591 -1,154[***] (0,322) 0,315 -2,901 (1,940) 0,055 0,301 (0,612) 1,352
Trabajo doméstico no remunerado 0,084 (0,263) 1,088 0,291 (0,379) 1,337 -5,492[*] (2,513) 0,004 0,735 (0,600) 2,086
Clase social (Ref: Clase baja…)
Clase media-alta/alta 0,552[*] (0,244) 1,737 0,063 (0,342) 1,065 1,241 (1,803) 3,459 0,873 (0,599) 2,395
Clase media-media 0,541[***] (0,138) 1,718 0,499[*] (0,202) 1,648 -2,922[*] (1,422) 0,054 0,206 (0,338) 1,229
Clase media-baja 0,071 (0,170) 1,074 0,062 (0,252) 1,064 -1,708 (1,438) 0,181 0,166 (0,417) 1,181
Tamaño municipio 0,001 (0,002) 1,001 0,000 (0,002) 1,000 0,002 (0,013) 1,002 0,003 (0,004) 1,003
Constante -3,926[***] (0,369) 0,020 -6,015[***] (0,637) 0,002 1,777 (3,085) 5,915 -7,261[***] (1,159) 0,001
X2 3031,858 3457,861 157,211 510,393
% Casos predichos 88 92,3 92,4 92,3
Pseudo R2 (Nagelkerke) 0,676 0,832 0,821 0,607
N 4426 3662 188 1253
Nota 1: Errores típicos entre paréntesis.[*] p<0,05, [**] p<0,01 [***] p<0.001

Nota 2: Por ‘movilizados’ se entiende el segmento del electorado que no votó en 2018 y sí lo planeaba hacer en 2022 y por ‘exvotantes de izquierda’ se entiende aquellos electores que votaron al PSOE o AA en 2018.

Nota 3: Por ‘total’ se ha entendido el conjunto de encuestados que señalan que van a votar a una de las principales formaciones políticas andaluzas (PP, PSOE, Vox, Por Andalucía, AA y C’s).

Nota 4: Se ha analizado la posible colinealidad entre todas las variables independientes. Las correlaciones entre ellas son bajas, por lo que se puede afirmar que los efectos observados de tales variables en la dependiente no están sesgados por hipotéticas relaciones entre las mismas.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Estudio núm. 3.365 del CIS.

En el segundo, tercer y cuarto modelos se han incorporado tanto las variables independientes principales —esto es, las que corresponden a las hipótesis— y las variables de control. El segundo modelo presenta una R2 superior al primer modelo, de 0,832, lo que indica que las variables incorporadas añaden explicación con respecto a las primeras variables añadidas. Para el conjunto de la muestra, tener una valoración retrospectiva mucho mejor o mejor de la situación económica con respecto a los que la tienen mucho peor o peor, los que valoran retrospectivamente mucho mejor o mejor o igual la situación política con respecto a los que la valoran mucho peor o peor, los que valoran mejor la gestión de Juan Manuel Moreno, los que valoran mejor su figura política y aquellos que consideran que influyen más en las elecciones autonómicas los temas nacionales frente a los andaluces tienen mayor probabilidad de voto a los partidos de derecha.

El tercer modelo presenta una R2 de 0,821, también superior a la del modelo con las variables de control. En este caso, para los antiguos abstencionistas, esto es, para los movilizados en las elecciones autonómicas andaluzas de 2022, valorar retrospectivamente mucho mejor o mejor o igual la situación política con respecto a los que la valoran mucho peor o peor aumenta la probabilidad de voto a los partidos de derecha. No se encuentra evidencia de que a los movilizados les influya ni positiva ni negativamente las valoraciones retrospectivas de la situación económica, ni el optimismo personal, ni las valoraciones de la gestión de Juan Manuel Moreno ni de su figura política personal.

Por último, el cuarto modelo presenta una R2 de 0,607, algo inferior al del primer modelo con las variables de control. En este caso, para los exvotantes de izquierda, los que valoran retrospectivamente mucho mejor o mejor o igual la situación política con respecto a los que la valoran mucho peor o peor, los que valoran mejor la gestión de Juan Manuel Moreno y aquellos que consideran que influyen más en las elecciones autonómicas los temas nacionales frente a los andaluces tienen mayor probabilidad de voto a los partidos de derecha. A diferencia de en el modelo con el conjunto de la muestra, los exvotantes de izquierda que tienen un mayor pesimismo a nivel personal tienen una probabilidad mayor de voto a la derecha frente a aquellos que presentan una visión optimista de su situación particular. Además, no se encuentra evidencia de que a los exvotantes de izquierda les influya ni positiva ni negativamente las valoraciones retrospectivas de la situación económica ni la valoración de la figura de Juan Manuel Moreno.

7. CONCLUSIONES [Subir]

Las pasadas elecciones autonómicas andaluzas, las sextas elecciones territoriales del ciclo electoral iniciado en 2019, se han movido entre la continuidad expansiva de la mayoría de centro-derecha y el retroceso de la izquierda, junto al realineamiento entre los distintos competidores relevantes. La movilización de la derecha, la desmovilización de la izquierda, las transferencias de voto de izquierda a derecha, la reunificación del voto centrista de C’s en el PP y la fatiga del hasta ahora vigoroso crecimiento electoral de Vox son los principales resultados de estos comicios. La reunificación del voto de centro-derecha en torno al PP y la pérdida de competitividad de las fuerzas políticas de carácter extremo y populista (UP y Vox) son sólidos indicadores de la restauración del bipartidismo imperfecto. Así mismo, y aunque deban mostrarse ciertas reservas en la extrapolación de los factores condicionantes de voto del nivel autonómico al nacional, la dificultad del socialismo español por configurar una oferta atractiva para su electorado tradicional apunta al predominio del centro-derecha en esa reconfiguración bipartidista del sistema de partidos.

En Andalucía la derecha (PP, Vox y C’s) ha obtenido un resultado histórico, al aunar un 61% del voto válido. Este resultado está vinculado a una buena valoración retrospectiva de las situaciones económica y política, una buena valoración tanto de la gestión del gobierno de Juan Manuel Moreno como del propio líder popular y a la opinión de que influyen más los temas de España que los andaluces en las elecciones. De forma adicional a estos factores de tipo coyuntural, y a pesar del cada vez mayor peso electoral de tales variables, el posicionamiento ideológico sigue siendo un factor de decisión de voto significativo. No obstante, es cierto que el socialismo andaluz ha obtenido un rendimiento decreciente en sus apoyos electorales desde comienzos de siglo.

En lo que respecta a los antiguos abstencionistas, es decir, los movilizados, se han visto influidos en su decisión de voto, fundamentalmente, por la valoración retrospectiva de la situación política andaluza. En otras palabras, una buena valoración de la evolución de la situación política en la región ha aumentado la probabilidad de voto a la derecha de los movilizados. Por otro lado, no parece haber tenido influencia ni la opinión acerca de la evolución de la situación económica, ni las valoraciones de la gestión de Juan Manuel Moreno y su figura política ni la opinión acerca de qué procedencia de temas serían más influyentes en las elecciones autonómicas.

Los exvotantes de izquierdas, por su parte, se han visto influenciados en su voto a las fuerzas liberal-conservadoras por la valoración retrospectiva de la situación política andaluza y por la evaluación de la gestión gubernamental del presidente de la Junta de Andalucía. De forma adicional, la probabilidad de voto a la derecha ha sido mayor si los exvotantes de izquierdas consideraban más relevantes los temas nacionales que los andaluces a la hora de votar en las pasadas elecciones autonómicas. Ello puede ser indicio del impacto del descontento de un segmento del electorado de izquierdas con decisiones de ámbito nacional y, particularmente, la estrategia de alianzas con fuerzas nacionalistas y regionalistas del gobierno formado por el PSOE y UP. Por último, se destaca que las valoraciones de la evolución de la situación económica y de la figura de Juan Manuel Moreno no han sido influyentes a la hora de determinar el voto de los exvotantes de izquierdas.

NOTAS[Subir]

[1]

El análisis de la última legislatura autonómica en el contexto de las transformaciones políticas y actitudinales de la sociedad andaluza en las últimas décadas lo tenemos en el Informe de José A. Peña-Ramos, Juan Diez-Nicolás y Francisco J. Llera-Ramo (‍2022) para el Centro de Estudios Andaluces (CENTRA).

[2]

En Galicia fue del 49%, en el País Vasco del 50,8%, en Cataluña del 51,3% y en Castilla y León del 58,2%.

[3]

En Madrid el 71,7% es el máximo de participación de toda la serie de elecciones autonómicas en esta comunidad, rozando el promedio de las generales celebradas en Madrid desde el fin del bipartidismo en 2015 (72,75%).

[4]

Conviene recordar que en España la movilización, en general, suele estar asociada a la mayor o menor incertidumbre en el resultado principal de las elecciones, sobre todo, cuando ésta está, directamente, relacionada con la formación de gobierno y, al mismo tiempo, suele ser mayor según se trate de elecciones de primer o segundo orden (generales y territoriales, respectivamente).

[5]

Tenemos en cuenta el resultado definitivo de participación referido al censo electoral completo, que incluye el Censo de Residentes Ausentes (CERA). En el caso de Andalucía son unos 263.430 electores (un 4% del censo electoral total), de los que solo han participado con su voto unos 17.546 (un 6,7%).

[6]

En Galicia la caída de la participación fue de 4,6 puntos, mientras que en Castilla y León alcanzó los 8 puntos y el País Vasco superó los 9, pero fue Cataluña la que batió el récord con un retroceso de 27,8 puntos. La primera menos azotada por la pandemia que la otras y, aunque en los tres primeros casos las elecciones resultaron ser de continuidad al revalidarse sus gobiernos, la necesaria mayoría absoluta de Núñez Feijoo generaba más incertidumbre movilizadora que el reforzamiento de los socios del gobierno encabezado por Urkullu o la mayoría suficiente a la que aspiraba Fernández Mañueco. En el caso de Cataluña, con mayor incidencia de la pandemia, estaba en juego, además de la continuidad de la mayoría de gobierno independentista, el realineamiento en las primeras posiciones y en todos los espacios políticos significativos.

[7]

La abstención diferencial en el caso andaluz deviene, además de la arena electoral, del grado de urbanización, de forma que el electorado urbano es más propenso a la abstención. Precisamente la mayor abstención del electorado urbano explica en 2012 la pérdida de apoyos electorales del PP (‍Trujillo et al., 2015). En el caso del PSOE-A, su voto ha sido más generalizado en los municipios de menor tamaño, además de en localidades con altos grados de precariedad e inestabilidad económica (‍Trujillo y Ortega, 2015).

[8]

Un modelo nutrido por componentes presentes desde 2015: malestar democrático, desconfianza institucional, desafección política y antipartidismo, fragmentación político-electoral, radicalización política, reforzamiento de partidos y movimientos antisistema y, volatilidad y desmovilización electorales (‍Llera, Jiménez y Peña-Ramos, 2014).

[9]

No obstante, en los modelos estadísticos se consideran variables de control propias de las escuelas sociológica y psicosociológica.

[10]

Los datos completos y el análisis de la encuesta AN2109 realizada por el CENTRA en septiembre de 2021 pueden verse en el Informe citado (‍Peña-Ramos, Diez-Nicolás y Llera-Ramo, 2022).

[11]

Mata y Ortega (‍2013) demostraron lo propio para las elecciones autonómicas de Galicia, País Vasco y Cataluña.

[12]

En las elecciones autonómicas de 2018 el PSOE-A —y no C’s— se vio penalizado por los efectos de la Gran Recesión (‍Cazorla et al., 2023).

Bibliografía[Subir]

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Biografía[Subir]

[a]

Catedrático Emérito de la Universidad del País Vasco, donde ha fundado y dirigido el EUSKOBAROMETRO (www.ehu.es/euskobarometro). Visiting Scholar en la Yale University (1987) y Catedrático Príncipe de Asturias en Georgetown (2002). Entre sus publicaciones destacan: «Las elecciones autonómicas (2017-‍2019» (2022), «Las elecciones generales de 2015 y 2016» (2018), «Desafección política y regeneración democrática en la España actual» (2016), «Las elecciones autonómicas en el País Vasco, 1980-‍2012» (2016), «Política comparada. Entre lo local y lo global» (2005), «Los españoles y las víctimas del terrorismo» (2005), «Los españoles y la universidad» (2004), «Los vascos y la política» (1994), «Postfranquismo y fuerzas políticas en Euskadi. Sociología electoral del País Vasco» (1985).

[b]

Investigador predoctoral en el Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Másteres en Gobierno, Liderazgo y Gestión Pública por el Instituto Atlántico de Gobierno (IADG) y en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Graduado en Ciencia Política y Gestión Pública por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) con Premio Extraordinario de Fin de Carrera y Mención de Graduado con Excelencia. Profesor y colaborador en tareas docentes.