RESUMEN
Durante décadas, el País Vasco ha experimentado el fenómeno directo de la violencia terrorista entre cuyos efectos se encuentra el desarrollo de la conocida como «espiral del silencio» (Noelle-Neumann, 1974) y el consecuente sentimiento de falta de libertad para hablar de política. Este artículo pretende contrastar los resultados de la medición del miedo para hablar de política (medición directa) con aquellos otros empleados en una investigación anterior, donde la variable dependiente también se refería al miedo, pero desde un punto de vista indirecto (percepción en el entorno de dicho sentimiento). Con dicho objetivo, se ha procedido a replicar la metodología ya aplicada en el informe del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo (Llera y Leonisio, 2017) utilizando los datos provenientes de los estudios semestrales del equipo Euskobarómetro.
Palabras clave: Centro Memorial Víctimas del Terrorismo, comportamiento político, espiral del silencio, Euskobarómetro, miedo, País Vasco, terrorismo.
ABSTRACT
For decades, the Basque Country has experienced the direct phenomenon of terrorist violence, the effects of which include the development of what is known as the «spiral of silence» (Noelle-Neumann, 1974) and the consequent feeling of lack of freedom to talk about politics. This article aims to compare the results of the measurement of fear to talk about politics (direct measurement) with the results of a previous research, where the dependent variable also referred to fear but from an indirect point of view (perception of this feeling in the environment). For that purpose, the methodology already applied in the report by the Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo (Llera and Leonisio, 2017) has been replicated, making use of data from the biannual studies of the Euskobarometro team.
Keywords: Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, political behavior, spiral of silence, Euskobarometro, fear, Basque Country, terrorism.
Uno de los fenómenos más presentes y relevantes para la vida política y social vasca ha sido la experiencia de décadas de terrorismo. La existencia de efectos directos, visibles en las víctimas del terrorismo, es el argumento fundamental para justificar los estudios sobre el mismo. Sin embargo, otros efectos indirectos, en el comportamiento político y en los fundamentos de este, también requieren de análisis politológicos. La propia polarización política multidimensional (sobre todo, ideológica e identitaria) y su resultante de competición electoral son otro de los efectos contextuales de tales comportamientos. En el caso de las consecuencias del terrorismo sobre la manera de actuar de la ciudadanía destaca la implantación de un estado de miedo y ausencia de libertad para expresarse en determinados contextos sociales, como efecto perseguido por la utilización de la estrategia de guerra asimétrica por aquel. Miedo y falta de libertad son indicios claros de la llamada «espiral del silencio» (Noelle-Neumann, 1974). En el último periodo ambos han sido medidos de múltiples maneras, siendo en el caso del equipo de investigación Euskobarómetro, en sus referentes y clásicos estudios periódicos de la opinión pública vasca, una doble vía mediante preguntas directas e indirectas. Así, la investigación se basó en una doble vertiente, inspirada en las propuestas del profesor Linz (1986). Una primera consistía en la sensación del miedo percibido en el entorno para participar en política, y una segunda sobre la existencia de un sentimiento de falta de libertad para hablar de política.
El análisis utiliza datos ofrecidos por el citado equipo de investigación, con un doble propósito: en primer lugar, describir el modo de medición que el Euskobarómetro ha diseñado y aplicado, tanto de la percepción de la existencia de miedo en el entorno del individuo a participar en política como del sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política. En segundo lugar, y puesto que el primero ya fue comprobado por Llera y Leonisio (2017), contrastar los resultados de este último mecanismo de medición a través de una doble estrategia metodológica (bivariable y multivariable), idéntica a la ya utilizada por los autores citados[1] para el indicador de miedo percibido en el entorno a participar en política, para ver qué coincidencias pueden darse. Ello permitirá establecer si el indicador directo sobre el sentimiento de falta de libertad es válido para explicar la espiral del silencio, como ocurría con la pregunta de carácter indirecto. Se entiende que, si los resultados obtenidos para el nuevo indicador convergen con los obtenidos para aquel ya validado en 2017, este otro contará con cierto grado de respaldo, siendo ambos útiles para el análisis de la realidad del miedo en Euskadi.
Para ello, el resto del artículo se estructura de la siguiente manera: el apartado segundo desarrolla el marco conceptual, que parte del estudio sobre el miedo en el País Vasco en los años de la violencia terrorista realizado para el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo (en adelante, CMVT) por Llera y Leonisio (íd.). A continuación, se exponen las consideraciones analíticas y metodológicas, con especial referencia al modo de medición de las variables —y una breve lectura diacrónica de las mismas— como al método seguido para validarlo. El cuarto apartado ofrece los resultados empíricos a partir de la aplicación de la metodología propuesta. Finalmente, el último apartado sintetiza los principales hallazgos obtenidos.
El miedo es un arma estratégica de la guerra asimétrica que suelen plantear los grupos terroristas y se corresponde, a su vez, con una forma de victimización difusa que condiciona opiniones, actitudes y comportamientos sociales de una forma más o menos generalizada o, en su caso, segmentada para determinados colectivos de una sociedad que buscan fragmentar y segregar. Así es como el terrorismo trata de alcanzar fácticamente sus objetivos con el efecto amplificador sobre la dinámica de sus acciones violentas por parte de sus adeptos, al tiempo que, por un lado, se excluye la presencia de cualquier oposición del espacio público y, por otro lado, someten a la ley del silencio, cómplice o no, al resto de la sociedad (Llera, 2013).
La lucha asimétrica por el control del entorno público en el que la opinión pública juega asimismo un papel fundamental ha sido abordada, sobre todo, en las sociedades democráticas, y así lo han entendido y estudiado autores de referencia como Schmid y De Graf (1982) o Hewitt (1990, 1993) en el plano internacional, mientras en el ámbito nacional destacan, además de Linz (1986: 617-665), Muñoz Alonso (1982, 1985, 1986, 1988) o, más recientemente, Cuesta et al. (2012). Todos ellos evidencian que el estudio de la formación de los climas de opinión en los procesos comunicativos en que interviene la acción terrorista es un objetivo científico y politológico de primer orden.
Con esta misma perspectiva, aunque en un contexto distinto, Elisabeth Noelle-Neumann, desde el Centro de Investigación Demoscópica Allensbach que ella fundara en 1947, y tras una larga trayectoria de estudios, sobre todo, del comportamiento electoral en Alemania y los efectos de los procesos comunicativos en la creación de los climas de opinión, desarrolló su paradigma explicativo de la llamada «espiral del silencio»[2]. Este viene a describir cómo los individuos tienden a ocultar sus opiniones en un grupo o contexto social en el que se sienten «minorizados», por miedo a ser estigmatizados, aislados o reprimidos por la mayoría hegemónica. Pronto el profesor Linz, con su equipo demoscópico de Data, se hizo eco de los hallazgos de la citada profesora alemana y, entre otras aportaciones, creó un indicador para tratar precisamente de aplicar el modelo alemán a la realidad que se vivía en Euskadi al final de la década de los setenta. Así es como se fraguó y se testó por primera vez en su encuesta de 1979[3] la pregunta seriada que el Euskobarómetro ha venido utilizando sistemáticamente y que ya fue objeto de análisis con anterioridad (Llera y Leonisio, 2017). Precisamente, de sus primeros análisis de la misma se va a subrayar el impacto asimétrico del miedo en la sociedad vasca (Linz, 1986). Años más tarde, será Alejandro Muñoz Alonso quien escribirá más ampliamente sobre «la espiral del silencio en el País Vasco» (1988), y una década después M.ª Jesús Funes caracterizará las movilizaciones de la sociedad civil contra el terrorismo como una «salida del silencio» (1998).
Infundir miedo es uno de los principales objetivos de los terroristas (De la Calle y Sánchez-Cuenca, 2011: 456) y uno de los elementos fundamentales para definir el propio concepto de terrorismo (Krause, 2016: 81; Schmid, 2013: 87; Weinberg et al., 2004: 781-785). En efecto, los ataques terroristas constituyen acciones que influyen en la sociedad, aumentado la atención de esta al propio fenómeno terrorista (Nussio et al., 2021). En este sentido, el miedo es una de las consecuencias del terrorismo en las sociedades donde tiene presencia. De hecho, para Max Abrahms (2016), si se midiera el éxito del terrorismo según el miedo que provoca, podría decirse que la táctica alcanza su máximo grado. Su generalización produce en muchas ocasiones la aparición de la denominada «espiral del silencio». Siguiendo la teoría de Elisabeth Noelle-Neumann (1974), cabe afirmar que Euskadi no ha sido una excepción, ya que los sectores no nacionalistas han visto su libertad de expresión coaccionada por efecto de la violencia terrorista (Spencer y Croucher, 2008). Así, Juan Linz y su equipo reconocían en 1986 que las respuestas que parte de la ciudadanía vasca daba a preguntas relativas al terrorismo que ellos analizaban en su estudio de la opinión pública, podrían estar mediatizadas por esa falta de libertad. En concreto, señalaban que existía temor por las presiones de los sectores próximos a ETA o que aquellas personas que se sentían españolas no podían hacer gala de sus sentimientos de identidad sin que ello fuera percibido como un acto hostil hacia lo vasco, contribuyendo todo ello a la producción de esa excepcionalidad (Linz, 1986: 625).
Por tanto, el miedo y su correlato —la falta de libertad— es uno de los efectos más importantes del terrorismo. Debido a ello, ha recibido cierta atención por parte de la psicología en general a través de experimentos (Kim, 2016; Martín-Peña y Varela-Rey, 2014, Small et al., 2006), pero también por las ciencias sociales a través del recurso a metodologías de análisis cuantitativo (Friedland y Merari, 1985; Skitka et al., 2006). La investigación en materia de opinión pública ha sido más escasa y, por norma general, la ciencia política o la sociología no han dado excesiva importancia a esta cuestión. Algunas excepciones son los estudios de Bozzoli y Müller (2011), Davis y Silver (2004), Hetherington y Suhay (2011), Huddy et al., (2005) o Robinson (2009); aunque en estos casos se abordan las consecuencias del miedo en el apoyo o no a ciertas medidas antiterroristas. Para el caso vasco, sí ha habido aproximación científica con otros múltiples estudios (Llera, 1992b, 2012, entre otros).
Sin embargo, este indicador sobre la «percepción de la existencia de miedo» en la búsqueda del impacto sociopolítico del terrorismo de ETA sobre la sociedad civil vasca ha ido completándose con otros, de los que se destacará los más específicos y de más largo recorrido temporal. Así, el estudio de 1987 del equipo Euskobarómetro, encargado[4] por el Gobierno Vasco, introdujo un nuevo indicador sobre el «sentimiento de libertad para hablar de política», que completaba y enriquecía el anterior en la búsqueda, precisamente, de los efectos de la espiral del silencio en la sociedad vasca y del que se cuenta con una larga serie temporal. Al mismo tiempo, en las encuestas de 1978 y 1979 Linz incluyó su pregunta sobre la «imagen de los activistas de ETA», un préstamo tomado de otro estudio de esa época en Irlanda del Norte (1986: 630s)[5] y cuya reproducción tiene su origen en 1989 en otro cuestionario elaborado conjuntamente con el profesor Linz para el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y más tarde en el propio equipo de investigación vasco.
También existen otras fuentes que abordan el tema, como aquel indicador muy directo sobre la «actitud ante ETA» que con un amplio recorrido longitudinal se encuentra en una encuesta encargada por el Ministerio del Interior desde 1981. Y, finalmente, en el mismo estudio n.º 1795 del CIS de 1989 se introdujo el indicador sobre «la posibilidad de defender todas las ideas sin necesidad de recurrir a la violencia», que ha seguido utilizando con periodicidad hasta el final del terrorismo. Con posterioridad, y ya en la serie propiamente dicha, el equipo Euskobarómetro de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, ha creado dos nuevos indicadores: uno sobre la percepción del incremento de la crispación social por razones políticas (desde 1999) y otro sobre la predisposición a irse a vivir fuera del País Vasco (desde 2000). Finalmente, hay que señalar que el análisis continuado de estos indicadores está contenido en toda una serie de publicaciones, ya sea en libros (Llera, 1994; Llera y Retortillo, 2005, 2006)[6], capítulos de libros colectivos (Llera, 2003, 2010, 2012, 2016; Shabad y Llera, 1995) o en artículos de revistas académicas (Llera, 1989, 1992a, 1992b, 1992c, 2013).
Por último, la dinámica política y competitiva sobre la que opera el terrorismo, que se retroalimenta en sus efectos de segmentación, es la polarización —sobre todo identitaria— en el caso del terrorismo de inspiración nacionalista o étnica. La confrontación identitaria, alimentada por el terrorismo con su estrategia antisistema, produce una evidente asimetría competitiva, como se ha podido comprobar y evidenciar repetidamente en el caso del pluralismo polarizado vasco desde sus inicios en la transición democrática (Llera, 1986, 1994, 2016). En este contexto segmentador, la espiral del silencio impacta asimétricamente sobre la igualdad de oportunidades políticas de los sectores ubicados en el polo no nacionalista de esta sociedad, infundiéndoles miedo, condicionando sus libertades, minorizando y estigmatizando sus opiniones y preferencias, truncando sus expectativas y, en último extremo, expulsando a quienes no encuentran otra forma de subsistir en tales condiciones sociopolíticas.
Explicada la progresión histórica de la construcción de las preguntas existentes para medir la espiral del silencio, es preciso incidir en el diseño metodológico que ha sido empleado para la medición de las variables y para la consecución del objetivo del presente trabajo. Las expresiones directa e indirecta del miedo social derivado del terrorismo en el País Vasco han sido operacionalizadas por el equipo Euskobarómetro de la siguiente forma: en primer lugar, y de forma directa, durante más de dos décadas se ha preguntado a una muestra representativa de la población vasca qué grado de miedo percibe en su entorno a participar en política. Se trata de una variable[7] ordinal con cuatro categorías: mucho, bastante, poco o ningún temor.
En el gráfico 1 puede observarse cómo la ciudadanía vasca ha percibido en su entorno el miedo a participar en política, especialmente en los momentos de mayor actividad terrorista, como los años previos al cambio de siglo. Así, treguas como las de 2006 (de fin de «alto el fuego permanente») y la del «cese definitivo» declarado por ETA de su actividad terrorista a partir de 2011 marcan descensos en la percepción social del miedo derivado de la violencia en Euskadi. Si bien, al menos hasta 2004 una mayoría de la población vasca había percibido bastante miedo en su entorno a participar en política, será a partir del cese de la actividad terrorista en la última década cuando comience un lento fortalecimiento de la percepción de ningún temor en el entorno a la expresión pública de las preferencias políticas. Sin embargo, es destacable la permanencia de cierto temor percibido en el entorno hasta fechas tempranas, cuyas consecuencias se pueden detectar en diferentes sectores sociales.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Euskobarómetro.
En segundo lugar, más allá de la percepción sobre el entorno de las personas entrevistadas, y de forma indirecta, se pidió a los mismos que detallaran su sentimiento personal de falta de libertad para hablar de política[8]. En este caso, se trata de una variable ordinal con cuatro categorías: con todo el mundo, con algunas personas, con casi nadie y con nadie. El gráfico 2 evidencia que el modo directo de medición del miedo social goza de mayor estabilidad a lo largo del tiempo. Además, dos sentimientos han sido los predominantes en el País Vasco: (1) el de aquellos que sentían libertad para hablar de política con todo el mundo; y (2) el de aquellos que sentían libertad para hablar de política con algunas personas. Nuevamente se observa que este indicador varía de acuerdo con el grado de la actividad terrorista ETA y la existencia o no de treguas, particularmente en los casos de 2006 y de 2011. De forma convergente con lo dicho sobre la variable de medición de tipo indirecto, y si bien desde el citado «cese definitivo» de 2011 han disminuido los sentimientos de falta de libertad para hablar de política tanto con algunos como con nadie, persisten porcentajes destacables de estos tipos de sentimientos entre la sociedad vasca.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Euskobarómetro.
Como ya se ha indicado, este trabajo trata de contrastar los resultados a través del modo de medición directo del miedo social producto del terrorismo en el País Vasco, ya que el indicador de tipo indirecto ya fue analizado y comprobado profusamente por los profesores Llera y Leonisio (2017). Para ello, se debe aplicar una estrategia empírica que explique, a través de otras variables centrales en el comportamiento político vasco, el citado sentimiento personal de falta de libertad para hablar de política. Para que dicha estrategia sea lo más completa posible, se ha optado por prestar atención al periodo temporal de 1997 a 2019 —ampliando el analizado por por Llera y Leonisio (íd.)—. Esto permite cubrir un ciclo de más de dos décadas de política vasca en las que se incluyen periodos de actividad terrorista con otros de inactividad e, incluso, el periodo posterior al anuncio del «cese definitivo de la actividad armada» de ETA (2011). Con todo, se ha llevado a cabo una doble estrategia metodológica bivariable y multivariable. En ambos casos la variable dependiente, es decir, el citado sentimiento, se ha convertido en una escala, donde 1 es mínimo sentimiento de falta de libertad y 4 máximo sentimiento de falta de libertad. Ello permite observar de forma más clara, siguiendo la propuesta metodológica de la anteriormente citada publicación en su informe para el CMVT (2017), la evolución del indicador, con el cálculo de la media y la apertura de la posibilidad de la aplicación de la técnica estadística de la regresión lineal.
Por un lado, la aproximación bivariable trata de relacionar la variable dependiente con otras variables que se espera guarden relación con aquella, tanto de naturaleza individual como contextual. Al igual que Llera (2013) y Llera y Leonisio (2017), se espera que el citado sentimiento no sea igual en todos los sectores de la sociedad y política vascas, puesto que la acción terrorista de ETA se dirigió a determinados grupos sociales y políticos. De esta forma, en el ejercicio bivariable se relaciona la variable dependiente con las mediciones de identidad nacional subjetiva, sentimiento nacionalista y recuerdo de voto[9]. Además, se ha incluido en el análisis los periodos de gobierno o legislaturas vascas y la actividad de ETA como forma de diferenciar diacrónicamente el comportamiento de la interacción del sentimiento de falta de libertad con las tres variables anteriores. Se espera, en este sentido, que los periodos en los que ETA esté activa (hasta 2011) coincidan con aquellos en los que el sentimiento de falta de libertad sea mayor.
Por otro lado, en el ejercicio multivariable se ha procedido a la construcción de un único modelo de regresión lineal en el que la variable dependiente es el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política y las variables independientes se dividen entre variables actitudinales, contextuales y sociodemográficas. Las primeras son las variables identidad nacional subjetiva, sentimiento nacionalista y recuerdo de voto[10]. Se espera que se reproduzcan los patrones de comportamiento que se prevén para la parte bivariable. Las variables contextuales son: alcaldía IA, porcentaje de voto IA, atentados de ETA por cada 1000 habitantes, atentados de la kale borroka por cada 1000 habitantes, muertos por ETA en los seis meses previos, muerto en municipio en los dos años anteriores[11]. Se esperan en este caso dos tipos de patrones. Por un lado, se prevé, del mismo modo que en el ejercicio bivariable y como ya planteara Llera (2013), que la mayor actividad de ETA (en muertos o atentados, por ejemplo) conlleva un mayor grado de sentimiento de falta de libertad para hablar de política. Por otro, se espera que ese patrón esté mediado, como ya aplicaran los profesores Llera y Leonisio (2017) para la percepción de miedo en el entorno a participar en política, por la proximidad hacia el atentado y por el tamaño poblacional (control social más eficaz), de forma que cuanto más cerca se esté del acto terrorista y menor sea el tamaño poblacional donde se resida, mayor será el citado sentimiento. Además, se incorporan dos variables que introducen la hipótesis de que la mayor fortaleza de la IA en un municipio conlleva mayores niveles de sentimientos de falta de libertad personal para hablar de política, por la vinculación de la IA con la subcultura de la violencia en el País Vasco (Llera, 2013, 2016).
Por último, como variables sociodemográficas, con el objetivo de ejercer cierto control analítico, se introducen las siguientes: escala ideológica, origen, nivel de estudios, religión, sexo, edad y Territorio Histórico[12]. Como último apunte, se han incluido en el análisis de regresión las categorías de NS/NC en aquellas variables propuestas en el informe del CMVT, ya que puede ser una categoría refugio de aquellos grupos que sienten que deben optar en mayor medida, en una situación de espiral del silencio, por ocultar sus preferencias políticas en cuestiones sometidas al citado proceso, formulado teóricamente por Noelle-Neumann (1974).
Para completar todo este mismo análisis, se propuso reforzar los resultados de la mencionada regresión lineal a través de una regresión logística. Bien es cierto que por el objetivo final del presente estudio la atención se centra en la primera de ellas, siguiendo el esquema del informe del CMVT, y la primera ha sido realizada solo como contraste.
De este modo, las hipótesis que este estudio plantea son las siguientes:
H1. El sentimiento de falta de libertad para hablar de política será mayor en aquellos ciudadanos con una identidad nacional española o dual y aquellos con un sentimiento no nacionalista.
H2. El sentimiento de falta de libertad para hablar de política será mayor en aquellos ciudadanos vascos votantes de aquellas fuerzas políticas de tipo no nacionalista, es decir, la derecha española y el PSE-PSOE.
H3. El sentimiento de falta de libertad para hablar de política será mayor en los momentos de mayor actividad de ETA, aunque estará mediado por la proximidad hacia el atentado y el tamaño poblacional del hábitat del ciudadano, y de la kale borroka, aunque estará mediado por el tamaño poblacional del hábitat del ciudadano.
H4. El sentimiento de falta de libertad para hablar de política será mayor cuanto mayor sea el apoyo electoral de la IA.
En este apartado se muestran los resultados empíricos del análisis, a través de los cuales validar las hipótesis planteadas en el anterior apartado. En un primer momento se aborda el análisis bivariable como aproximación al fenómeno, para posteriormente llevar a cabo un desarrollo estadístico más sofisticado.
El gráfico 3 presenta las medias anuales del sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política en el País Vasco en el periodo 1997-2019, con indicación a los diferentes ciclos de presidencia del Gobierno Vasco de cada momento, que coinciden con las etapas en la configuración del sistema de partidos vasco definidas por Llera (2016). Así, se observa que el sentimiento de falta de libertad para hablar de política se mantiene prácticamente inalterado hasta el relevo del lehendakari Ibarretxe (PNV) por el lehendakari López (PSE-EE) en 2009 y la declaración del «cese definitivo» de ETA de octubre de 2011. Los niveles máximos de este índice se hayan en el ciclo de los mandatos finales del lehendakari José Antonio Ardanza (PNV), así como en todo el periodo de máxima polarización del ciclo del Pacto de Lizarra de 1998. Con el periodo de alternancia, iniciado tras el pacto entre PSE-EE y PP y el primer relevo del nacionalismo del Gobierno autonómico vasco de 2009 (Llera et al., 2009, 2014), comienza un lento declive del sentimiento de los vascos de falta de libertad personal para hablar de política, que continúa y se consolida tras el citado cese de la banda terrorista ETA. Sin embargo, se percibe un aumento de tal sentimiento a partir de 2017, lo que puede relacionarse con la nueva dinámica competitiva y polarizadora a nivel nacional tras la irrupción de nuevos actores políticos de ámbito nacional como Ciudadanos y Podemos (Llera y Leonisio, 2016). Así, el crecimiento de 2017 a 2019 provoca que el escenario actual se equipare con el previo a 2011, momento de fin del terrorismo en Euskadi. Bien es cierto que en todo el periodo temporal analizado este índice no se haya por encima del 2 —salvo los mencionados casos de 2001 y 2009— ni por debajo del 1,5 (siendo el dato más bajo 2016).
El cruce entre esta variable, cuya lectura diacrónica acaba de realizarse, con el sentimiento nacionalista de los vascos en el periodo 1997-2019 muestra también ciertas diferencias que pueden apreciarse en el siguiente gráfico 4. Antes de su lectura, es preciso apuntar que la evolución diacrónica del indicador es parecida al indicador indirecto del miedo social analizado en el informe citado del CMVT (2017), aunque con una menor variabilidad en todo el periodo. Así, mientras el modo de medición directo está entre el mínimo de 1,52 de 2016 y el máximo de 2,09 de 2001, el modo de medición indirecto está en la escala entre el mínimo de 1,76 de 2016 y el máximo de 2,85 de 1998. Se observa que en todo el periodo el citado sentimiento no ha sido homogéneo en función del sentimiento nacionalista de los vascos, de forma que aquellos no nacionalistas han tenido sistemáticamente un mayor sentimiento de falta de libertad para hablar de política. Más allá de ese patrón general, se observa que los no nacionalistas tuvieron un sentimiento de libertad menor con respecto a los nacionalistas en el periodo que va desde 1997 hasta 2007; es decir, durante buena parte del periodo de la denominada «política de frentes» (Llera, 2016) inaugurado con el Pacto de Lizarra entre las fuerzas nacionalistas, en el que desde el nacionalismo vasco se planteaban proyectos como la Asamblea de Municipios Vascos (o Udalbiltza, en euskera), la Propuesta de Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi y la ley de consultas que pretendió dar cobertura legal a un referéndum de independencia (Llera et al., 2017). Este patrón se reprodujo hasta la tregua de ETA, durante la presidencia de Rodríguez Zapatero e Ibarretxe como lehendakari, que comenzó el 22 de marzo de 2006.
Ese diferencial en el sentimiento de libertad entre no nacionalistas y nacionalistas vuelve a recuperar parte de su magnitud tras la ruptura de la tregua en junio de 2007 y hasta el alto el fuego de 2010. Como se ha indicado ya, tras el «cese definitivo» de octubre de 2011 los niveles de sentimiento de falta de libertad van disminuyendo progresivamente hasta 2016. Nuevamente se observa el patrón de crecimiento a partir de 2017, crecimiento que vuelve a presentar un comportamiento diferenciado según el sentimiento nacionalista, de forma que crece en mayor medida en aquellos que se identifican como «no nacionalistas», en un contexto de ausencia de violencia. Este aumento a partir de 2016 es un dato que requerirá de una explicación y que puede estar relacionado con la ligazón del sentimiento de falta de libertad para hablar de política con otras variables no directamente vinculadas al fenómeno terrorista, como la polarización política.
La tabla 1 ofrece resultados empíricos sobre la relación entre el sentimiento de falta de libertad de nacionalistas y no nacionalistas por periodos de actividad de ETA en todo el ciclo analizado, en el periodo en que la banda terrorista está activa, en el que se celebra una tregua y en el que ETA no existe (tras octubre de 2011)[13]. De forma convergente con lo planteado, y coincidiendo[14] con los resultados del informe sobre el miedo del CMVT (Llera y Leonisio, 2017), los no nacionalistas no solo han tenido un mayor sentimiento de falta de libertad que los nacionalistas en cualquier ciclo considerado de la actividad de la banda terrorista, sino que el paso de una ETA activa a dejar de existir tuvo un mayor efecto en los no nacionalistas, reduciendo en mayor medida que los nacionalistas su sentimiento de falta de libertad para hablar de política. Además, se observa que entre los periodos de ETA activa y con tregua no se dan diferencias sustantivas, siendo algo mayor el sentimiento de falta de libertad en las etapas de tregua[15]. Las medias de la categoría originaria de la investigación de 2017 ETA inactiva o en tregua para el presente caso hubieran sido de 1,63 para el colectivo nacionalista y 1,77 en el caso de los no nacionalistas.
Media Libertad | ||
---|---|---|
TOTAL PERIODO | Nacionalista | 1,73 |
No nacionalista | 1,97 | |
ETA ACTIVA | Nacionalista | 1,75 |
No nacionalista | 2,03 | |
ETA TREGUA | Nacionalista | 1,80 |
No nacionalista | 2,05 | |
ETA NO EXISTE | Nacionalista | 1,63 |
No nacionalista | 1,77 |
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Euskobarómetro.
El gráfico 5 ofrece el cruce entre la variable de sentimiento de falta de libertad para hablar de política y la identidad nacional subjetiva de los vascos en el periodo 1997-2019. Se observa que, sistemáticamente, según se acerca el análisis a las categorías más cercanas al exclusivismo vasco, los sentimientos de falta de libertad para hablar de política disminuyen. Todas las líneas avanzan de forma paralela y sin cruzarse excepto en el año 2007, hacia el final de la tregua de ETA con el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, momento en el cual quienes se ubicaban en una identidad española exclusiva o más española que vasca mantenían una esperanza de finalización de la actividad terrorista mayor. La diferencia entre los grupos en función de su identidad nacional subjetiva va diluyéndose según avanza la finalización de la actividad de ETA, siendo mayores tales diferencias en el periodo central del Gobierno Ibarretxe, lo que cabe relacionar con la deriva soberanista del nacionalismo vasco antes descrita.
La tabla 2, de forma convergente con lo realizado anteriormente, muestra las medias del sentimiento de libertad para hablar de política de cada grupo en función de su identidad nacional en el periodo completo considerado, en el periodo con ETA activa, con tregua y con ETA inexistente. De nuevo, se observa en todos los periodos analizados que según se avanza en las categorías de identidad nacional hacia el exclusivismo vasco, el sentimiento de falta de libertad es menor. Así mismo, el paso de una ETA activa a una inexistente lo notó en mayor medida el segmento de la sociedad vasca con una identidad con mayor predominio de la identidad española, de forma que con la desaparición de los actos terroristas los «solo españoles» y los «más vascos que españoles» redujeron en mayor medida su sentimiento de falta de libertad para hablar de política que los «solo vascos» y los «más vascos que españoles». Además, se observa que en los periodos de tregua el sentimiento de falta de libertad es algo mayor que en los de ETA activa para todos los segmentos en función de su identidad nacional[16]. Al igual que se procedió en el punto anterior con la tabla 1, en el caso de la categoría originaria del informe del CMVT ETA inactiva o en tregua los resultados serían 2,05 para la categoría solo español, 1,85 para los más español que vasco, 1,8 para tan vasco como español, 1,64 para más vasco que español y 1,57 para solo español. Con ello, se aprecian algunas diferencias entre categorías.
Media Libertad | ||
---|---|---|
TOTAL PERIODO | Solo español | 2,22 |
Más español que vasco | 2,13 | |
Tan vasco como español | 1,97 | |
Más vasco que español | 1,78 | |
Solo vasco | 1,66 | |
ETA ACTIVA | Solo español | 2,25 |
Más español que vasco | 2,18 | |
Tan vasco como español | 2,02 | |
Más vasco que español | 1,82 | |
Solo vasco | 1,69 | |
ETA TREGUA | Solo español | 2,29 |
Más español que vasco | 2,21 | |
Tan vasco como español | 2,05 | |
Más vasco que español | 1,85 | |
Solo vasco | 1,74 | |
ETA NO EXISTE | Solo español | 2,07 |
Más español que vasco | 1,86 | |
Tan vasco como español | 1,80 | |
Más vasco que español | 1,64 | |
Solo vasco | 1,57 |
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Euskobarómetro.
Por último, en este apartado de análisis bivariable se cruzan el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política con el recuerdo de voto en elecciones autonómicas del periodo 1997-2019, centrando la atención en los cuatro clásicos electorados que han configurado la competición política vasca: nacionalismo conservador o tradicional, izquierda abertzale, izquierda española y derecha española (Llera, 2016). Se percibe que aquellos electores con mayores sentimientos de falta de libertad son los votantes de la derecha española y el PSE y, en menor medida, los votantes del PNV y la IA. Estas diferencias son mayores en el periodo central del Gobierno de Ibarretxe, cuando se propone la oferta por parte del nacionalismo antes descrita. Se observa, nuevamente, en este gráfico que el brusco cambio de 2007 se debe, fundamentalmente, al desplazamiento del indicador en el caso de los votantes de la derecha española (de -0,43), lo que refuerza la hipótesis de que la mayor esperanza de este sector de la población en torno al fin de la actividad de terrorista le predispusiera a una reducción más sustantiva del sentimiento de falta de libertad para hablar de política. Por su parte, se observan también los descensos en el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política, particularmente en el caso de la derecha española, de 1998 (-0,12) y 2011 (-0,44), que se corresponden precisamente con las treguas de ETA de los mismos años
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Euskobarómetro.
Con los datos presentados en este apartado, se puede detallar el perfil de quienes sintieron en el periodo 1997-2019 un mayor sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política. Son aquellos sectores de la población que votaron no nacionalista (tanto a partidos de la derecha española como al PSE), con una identidad nacional subjetiva que incluyera, de uno u otro modo, la identidad española y con un sentimiento no nacionalista. Se ha observado asimismo que la presencia de una ETA activa tuvo un impacto diferencial en la existencia de un mayor sentimiento de falta de libertad.
Análisis multivariable
Tras la primera aproximación, en la que se constata la convergencia de la evolución temporal del indicador del sentimiento de falta de libertad personal con aquellas otras variables que se proponían en las hipótesis de partida, exponemos aquí los resultados empíricos del análisis multivariable, con objeto de comprobar definitivamente las conclusiones preliminares. Como ya se ha indicado, se estudia la relación entre la variable principal del trabajo, es decir, el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política, con variables actitudinales, contextuales y sociodemográficas. En este punto se requiere un análisis multivariable[17] que determine qué variable y en qué dirección se relaciona, en mayor medida, con un incremento de la intensidad en los sentimientos de falta de libertad. Como se ha indicado, esperamos que se compruebe nuevamente la relación descrita de variables de tipo actitudinal, es decir, el sentimiento nacionalista, la identidad nacional subjetiva y el recuerdo de voto, y de variables de tipo contextual referidas a la actividad de ETA, la kale borroka, la presencia de la izquierda abertzale (IA), etc., en el ya citado sentimiento de falta de libertad en el periodo 1995-2019. En este caso, el periodo de análisis se adelanta un par de años respecto a todos los análisis previos para ajustarse a una exploración más amplia.
B (error) | Beta | |
---|---|---|
Identidad nacional subjetiva | ||
Solo español | 0,105[***] (0,024) |
0,027 |
Más español que vasco | 0,089[***] (0,023) |
0,023 |
Más vasco que español | -0,073[***] (0,016) |
-0,037 |
Solo vasco | -0,173[***] (0,017) |
-0,099 |
NS/NC | -0,077[*] (0,034) |
-0,013 |
(Ref.: Tan vasco como español) | ||
Sentimiento nacionalista | ||
No nacionalista | 0,016 (0,015) |
0,009 |
NS/NC | -0,121[***] (0,025) |
-0,028 |
(Ref.: Nacionalista) | ||
Recuerdo de voto | ||
Derecha española | 0,279[***] (0,024) |
0,098 |
PSE | 0,095[***] (0,020) |
0,044 |
PNV | 0,030 (0,017) |
0,018 |
IA | 0,004 (0,020) |
0,002 |
(Ref.: Otros) | ||
Alcaldía IA (ref.: otros partidos) | -0,039[*] (0,018) |
-0,015 |
Porcentaje voto IA | 0,000 (0,001) |
0,002 |
Atentados ETA por cada 1.000 habitantes | -0,338[**] (0,130) |
-0,015 |
Atentados ‘kale borroka’ por cada 1.000 habitantes | 0,192[***] (0,027) |
0,045 |
Muertos por ETA seis meses previos | 0,003[*] (0,001) |
0,013 |
Muerto en municipio 2 años anteriores (ref.: no muerto) | -0,022 (0,017) |
-0,08 |
Ideología | 0,025[***] (0,003) |
0,056 |
Origen | ||
Vasco (padres no vascos) | 0,029 (0,016) |
0,012 |
Vasco (padres mixtos) | 0,009 (0,016) |
0,003 |
No vasco | -0,019 (0,014) |
-0,010 |
(Ref.: Vasco de padres vascos) | ||
Nivel de estudios | ||
Sin estudios | 0,315[***] (0,026) |
0,077 |
Estudios primarios | 0,123[***] (0,014) |
0,066 |
FP | -0,049[**] (0,015) |
-0,024 |
Estudios superiores | -0,066[***] (0,014) |
-0,034 |
NC | 0,243 (0,128) |
0,011 |
(Ref.: Secundarios) | ||
Religión | ||
Católico practicante | 0,065[***] (0,013) |
0,033 |
Ateo | -0,017 (0,016) |
-0,007 |
Otras respuestas | -0,018 (0,016) |
-0,007 |
(Ref.: Católico cultural) | ||
Sexo (Ref.: Mujer) | -0,103[***] (0,010) |
-0,062 |
Edad | 0,002[***] (0,000) |
0,033 |
Provincia | ||
Vizcaya | 0,044[***] (0,013) |
0,025 |
Álava | 0,044[**] (0,013) |
0,024 |
(Ref.: Guipúzcoa) | ||
(Constante) | 1,612 (0,033) |
— |
R2 | 0,092 | |
N | 51.365 |
La tabla 3 presenta los resultados del modelo de regresión lineal construido con el objetivo de diferenciar entre las variables significativas seleccionadas para este análisis. En todo caso, la primera cuestión que ha de mencionarse se refiere a la R² cuyo coeficiente se corresponde con 0,092, es decir, el modelo aquí utilizado ha conseguido[18] explicar el 9,2 % de la variabilidad de la variable dependiente. Esta tasa se sitúa por debajo de la constatada en el modelo de medición indirecta del miedo (16,1 %), en el que, como ya se ha indicado, se inspira este mismo estudio. Aun siendo un porcentaje moderado, se considera de utilidad proceder a un discernimiento sobre el fenómeno que estudiar, comprobando, en cierta medida, las coincidencias ente ambas vías directa e indirecta.
Dicho lo anterior, los resultados de la regresión lineal evidencian que las variables de identidad nacional subjetiva, junto a recuerdo de voto en elecciones autonómicas son significativas y el sentido de las mismas en lo esperado, en forma convergente al planteamiento inicial. Así, aumenta el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política el identificarse como «solo español» y «más español que vasco» (un 0,105 y un 0,089 respectivamente con respecto a aquellos que se sienten «tan vascos como españoles»). Del mismo modo, haber votado a partidos de la derecha española y al PSE (un 0,279 y un 0,095 respectivamente con respecto a aquellos que votan a otras formaciones políticas). De forma contraria, se reduce el citado sentimiento al identificarse como «solo vasco» o «más vasco que español» (un -0,173 y un -0,073 respectivamente con respecto a aquellos que se sienten «tan vascos como españoles»), siendo más fuerte, como se puede observar, la variación en el caso de la identidad exclusivamente vasca. Sin embargo, no se ha encontrado que el sentimiento nacionalista sea una variable que influencie significativamente el sentimiento de falta de libertad, aunque vaya en la dirección esperada.
En cuanto a las variables de tipo contextual introducidas en el modelo, se obtiene una evidencia mixta. Por un lado, se evidencia que la experiencia cercana de atentados de kale borroka[19] incrementa el sentimiento de falta de libertad, de forma que cada atentado por cada mil habitantes supone un incremento de 0,192 en el sentimiento personal de falta de libertad para hablar de política. Por su parte, ni la experiencia cercana de atentados de ETA[20] ni el hecho de que haya un mayor número de muertos en el propio municipio en los dos años anteriores, aun siendo variables significativas, producen mayores sentimientos de falta de libertad para hablar de política. Este resultado paradójico cabe explicarlo porque los atentados de la banda y las propias muertes por la actividad terrorista podrían no tener un impacto personal en el sentimiento de falta de libertad para hablar de política, puesto que los individuos podrían entender que ese hecho, si bien provoca una mayor percepción de miedo en el entorno (Llera y Leonisio, 2017[21]), no guarda relación con la libertad para expresarse políticamente a nivel personal. En cambio, la subcultura de la violencia que cristaliza en los actos de kale borroka es percibida por los vascos como un factor limitante de la libertad personal para hablar de política, por su mayor capacidad de afección a diferentes estratos sociales. Por su parte, el número de muertos por ETA en los últimos seis meses y el hecho de que la alcaldía sea de la IA no parecen ser factores con niveles de influencia elevados, aunque guardan relación significativa. Por último, el mayor porcentaje de voto a la IA y el hecho de que haya habido uno o varios muertos en los dos años anteriores en el municipio de las personas entrevistadas no son variables que influencien el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política de los vascos.
En cuanto a las variables de control —aquellas con un carácter sociodemográfico—, se comprueba que la ideología, el nivel de estudios, la religión, el sexo, la edad y la provincia tienen impacto significativo en el sentimiento de falta de libertad. En este caso, destaca el mayor sentimiento de falta de libertad que se siente cuanto más se avanza en la escala ideológica hacia la derecha (un 0,025 por cada avance en la citada escala), cuanto menor es el nivel de estudios[22] (de forma que no tener estudios y tener estudios primarios aumenta un 0,315 y 0,123 respectivamente el sentimiento de falta de libertad con respecto a los secundarios), de quienes se integran en la etiqueta catolicismo practicante (un 0,065 con respecto a los católicos culturales[23]), de la mujer (0,103 con respecto al hombre), cuanta más edad se tenga (de forma que cada año aumenta un 0,002 el citado sentimiento) y de la población vizcaína y alavesa con respecto a la guipuzcoana (de forma que el ser vizcaíno o alavés aumenta un 0,044 el sentimiento de falta de libertad con respecto a los guipuzcoanos). El origen, por su parte, no parece tener influencia en esta materia.
El estudio de Llera y Leonisio (2017) ha evidenciado que el modo de medición indirecto del miedo social que ha utilizado el equipo investigación Euskobarómetro, es decir, la percepción de la existencia de miedo en el entorno del individuo a participar en política, es válido y es un indicador cuya evolución se explica de forma armoniosa con el paradigma analítico de la «espiral del silencio» de Noelle-Neumann (1974). A partir de tal evidencia, el propósito de esta contribución ha sido, por un lado, describir el mecanismo de medición a través de un indicador directo del mismo fenómeno y, mediante la misma doble estrategia bivariable y multivariable aplicada a datos desde 1995, realizar una comprobación de la variable en paralelo a la anterior. A continuación, se detallan las principales conclusiones que se pueden extraer de la lectura de los datos presentados a lo largo del trabajo de investigación.
En primer lugar, la existencia en Euskadi del sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política se ha debido a la actividad terrorista de ETA en un contexto de enfrentamiento identitario. Ese sentimiento de falta de libertad tiene una evolución temporal muy clara. A partir del cese del terrorismo en noviembre de 2011, dicha apreciación va disminuyendo hasta alcanzar, en los últimos tiempos, niveles muy inferiores a los existentes con una ETA activa. Antes de esa fecha y del mismo modo, en los periodos de tregua o de cierta inactividad letal de ETA ese sentimiento de falta de libertad a nivel personal se veía reducido, definiendo oscilaciones.
En segundo término, el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política no se ha distribuido de forma homogénea en todos los sectores sociales. Si bien es cierto que los modelos multivariables no nos ofrecen una evidencia suficiente para distinguir en este sentido en función del sentimiento nacionalista, se ha demostrado que aquellos que se sentían solo españoles o más españoles que vascos tenían mayor sentimiento de falta de libertad para hablar de política. Del mismo modo, pero en sentido contrario, aquellos que se sentían solo vascos o más vascos que españoles han sentido un mayor sentimiento de libertad para expresarse políticamente. Asimismo, esta asimetría por sectores sociales vascos en la distribución del miedo social también se comprueba en función de los electorados. En concreto, los electorados del PP y PSE se sintieron, personalmente, menos libres para expresar sus preferencias políticas que entre quienes afirmaron haber votado al PNV y a la izquierda abertzale.
En tercer lugar, el hecho de que haya existido esa sensación asimétrica nos lleva a pensar que la libertad para hablar de política, elemento clave de cualquier sociedad democrática, se ha visto gravemente coartada en el País Vasco. Es decir, ETA supuso una merma de los derechos democráticos más básicos, además de no respetar el derecho fundamental a la vida. El hecho de que ese sentimiento de falta de libertad no fuera homogéneo, afectando de manera desigual a los diferentes electorados, lleva a pensar que hubo fuerzas políticas, vinculadas con sentimientos de identidad minorizados, que partían con desventaja en la contienda electoral y, por tanto, puede considerarse que en parte se desvirtuó el principio de la igualdad política.
En torno a las variables contextuales referidas a la actividad de ETA y de la subcultura de la violencia generada en torno a ella, se ha obtenido una evidencia mixta. Así, si bien no se comprueba que los atentados de ETA (sean cercanos o a nivel general) ahondaran en el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política —al igual que tampoco lo hace un mayor número de muertos por ETA ni una mayor fortaleza representativa de la IA a nivel municipal—, los actos propios de la subcultura de la violencia, cristalizada en los actos violentos de kale borroka, sí profundizaron en el ya citado sentimiento entre los vascos.
Finalmente, estos resultados, y su diferencia con respecto a los obtenidos por Llera y Leonisio (2017), cabe explicarlos por las características, directa (percepción de miedo en el entorno) o indirecta (sentimiento personal de falta de libertad), del modo de medición de la espiral del silencio en la sociedad vasca; de modo que los vascos quizá no evaluaron de la misma forma el impacto en su sentimiento personal de falta de libertad para hablar de política de los actos de ETA frente a los realizados por la kale borroka.
Este estudio ha sido posible gracias a las ayudas económicas recibidas, entre otros, de los fondos de investigación de los proyectos de investigación de los planes nacionales (SEC94-0247, SEC2001-0425, BSO000-0490-C03-03, SEJ2006-15076-C03-01, CSO2009-14381-C03-01), de la UPV (UPV110323-G57/98, UPV00110.32310104/98, UPV00110.323-13637/2001) y del Gobierno Vasco (EX1999-126, PI1999-112 y PI1999-93), así como los fondos asignados por el Gobierno Vasco para los grupos de investigación consolidados para los periodos 2007-2012 (IT-323-07) y 2013-2018 (IT-610-13).
[1] |
Como se verá más adelante, la decisión metodológica final será el proceder a la réplica exacta del análisis a fin de evitar cualquier interferencia metodológica, así como poder encontrar los puntos de conexión reales. Sin embargo, en ocasiones se ha optado por incluir alguna limitada alteración como recomendación de las personas evaluadoras del texto, a quienes les agradecemos sus comentarios. |
[2] |
Hecha pública en la década de los setenta en dos textos académicos iniciales en inglés (1974 y 1977), y desarrollada posteriormente en su obra Die Schweigespirale. Öffentliche Meinung-unsere soziale Haut (1980), la cual sería publicada en inglés (1985), así como en español (la última de 2010). |
[3] |
El mismo inicia su Conflicto en Euskadi con un epígrafe revelador («El miedo, un factor en la vida política en Euskadi»), en el que explica el porqué de este indicador y los primeros resultados de su análisis. |
[4] |
Creado conjuntamente por los profesores Juan José Linz y Francisco J. Llera en la Universidad de Yale |
[5] |
Northern Ireland Attitude Survey, 1978. |
[6] |
Estas dos publicaciones, coordinadas por los profesores de la UPV/EHU, Francisco J. Llera y Alfredo Retortillo (2005, 2006), corresponden a una serie de cinco estudios nacionales realizados y publicados con el apoyo de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT). Para más información, consultar: https://fundacionvt.org (sección Publicaciones). |
[7] |
La formulación concreta ha sido la siguiente: «Se dice que en el País Vasco algunas personas tienen miedo de participar activa o públicamente en la política. ¿Diría Ud. que hoy en su entorno más cercano (pueblo, barrio o ciudad), en general, la gente tiene mucho, bastante, poco o ningún temor a participar activa y públicamente en la política?». |
[8] |
La formulación concreta ha sido la siguiente: «¿Diría Ud. que se siente libre para hablar de política con todo el mundo, con algunas personas, con casi nadie o con nadie?». |
[9] |
La primera variable es una escala que va del 1 al 5, siendo 1 solo español, 2 más español que vasco, 3 tan vasco como español, 4 más vasco que español y 5 solo vasco; la segunda es dicotómica, siendo 0 no nacionalista y 1 nacionalista; y la tercera se ha agrupado en cuatro grandes bloques o partidos políticos —los centrales en la política vasca: derecha española, PSE, PNV e IA, excluyéndose la categoría de «otros», que incluye al resto de partidos—. Las opciones «No recuerda» y «NC» no se han considerado de forma separada por no constituir categorías significativas para los electorados concretos analizados. |
[10] |
Las categorías son naturalmente las mismas que las ya citadas para el análisis bivariable, pero las referencias tomadas son las siguientes: en el caso de la identidad nacional subjetiva, la categoría «tan vasco como español»), en el caso del sentimiento nacionalista, la categoría «nacionalista» y en el caso del recuerdo de voto, la categoría «otros». |
[11] |
Exceptuando las variables numéricas, que no precisan de una referencia, las variables de alcaldía IA y de muerto en municipio en los 2 años anteriores tienen como categoría de referencia «otros» y «no muerto» respectivamente. |
[12] |
La escala ideológica va del 1 al 10, siendo 1 extrema izquierda y 10 extrema derecha. Origen tiene como categorías «vasco de padres mixtos», «vasco de padres no vascos» y «no vasco» (ref.: vascos de padres vascos); nivel de estudios tiene como categorías «sin estudios», «primarios», «superiores» y «FP» (ref.: secundarios); religión tiene como categorías «católico practicante», «ateo» y «otras respuestas» (ref.: católico cultural); sexo tiene como categoría de referencia «mujer») y provincia tiene como categorías «Álava» y «Vizcaya» (ref.: Guipúzcoa). La edad, por su parte, es una variable numérica. |
[13] |
En origen, el informe del CMVT incluía tres categorías («Total periodo», «ETA activa» y «ETA inactiva o en tregua»). Sin embargo, con el fin de presentar datos más precisos se ha decidido reconfigurarlas de acuerdo a lo explicado. |
[14] |
Aunque el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política es menor que la percepción de miedo en el entorno a participar en política. Este resultado podría achacarse a una mayor proyección pública de la participación en política con respecto a la acción de hablar de política. |
[15] |
Todos los resultados obtenidos se han verificado a través de la utilización del test de diferencia de proporciones (z). |
[16] |
Los resultados obtenidos se han verificado a través de la utilización del test de diferencia de proporciones (z). |
[17] |
El objetivo del presente análisis ha consistido en una comprobación de la totalidad de las variables, a fin de diferenciar entre aquellas las que resultan significativas, así como la dirección de dicha influencia. Por ello, se ha optado por un único modelo de regresión logística ordinal, a través del uso del método «Intro». Se han comprobado los resultados realizando un modelo de regresión lineal, del que se derivan las mismas conclusiones. |
[18] |
Construido el modelo de regresión lineal (que agrupe en el 0 a aquellos que sienten que pueden hablar de política con todo el mundo y con algunos y en el 1 a aquellos que siente que pueden hablar de política con casi nadie o con nadie), la variabilidad de la variable dependiente explicada se incrementa ligeramente hasta el 0,101 (R2 de Nagelkerke). No obstante, las conclusiones son sustancialmente las mismas que las expuestas con el modelo de regresión lineal seleccionado previamente. |
[19] |
Atentados de kale borroka por cada mil habitantes. |
[20] |
Atentados de ETA por cada mil habitantes. |
[21] |
En efecto, Llera y Leonisio (2017) demostraron que tanto el número de muertos provocados por ETA en los seis meses anteriores como el número de atentados de ETA por cada 1000 habitantes aumentaron la percepción de miedo en el entorno a participar en política, de forma que cada atentado aumentaba un 0,108 y un 0,380 respectivamente la citada percepción. |
[22] |
Así mismo, tener estudios de FP y superiores reduce el sentimiento de falta de libertad personal para hablar de política, de forma que se reduce un 0,049 y un 0,066 respectivamente si lo comparamos con los que tienen estudios secundarios. |
[23] |
Bajo la etiqueta catolicismo cultural queda englobada toda la población que, identificándose con dicho credo, no desarrolla la práctica. Desde otras ópticas también han sido nombrados como no practicantes. |
Abrahms, Max. 2016. «El terrorismo es eficaz en la teoría, pero no en la práctica», Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 112: 45-68. Disponible en: https;//doi.org/10.24241/rcai.2016.112.1.745. |
|
Bozzoli, Carlos y Cathérine Müller. 2011. «Perceptions and attitudes following a terrorist shock: Evidence from the UK», European Journal of Political Economy, 27 (1): s89-s106. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.ejpoleco.2011.06.005. |
|
Cuesta, Ubaldo, M. José Canel y Mario García Gurrionero (eds.). 2012. Comunicación y terrorismo. Madrid: Tecnos. |
|
Davis, Darren W. y Brian D. Silver. 2004. «Civil liberties vs. security: Public opinion in the context of the terrorist attacks on America», American Journal of Political Science, 48: 28-46. Disponible en: https://doi.org/10.2307/1519895. |
|
De la Calle, Luis e Ignacio Sánchez-Cuenca. 2011. «What we talk about when we talk about terrorism», Politics and Society, 39: 451-472. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0032329211415506. |
|
Friedland, Nehemia y Ariel Merari. 1985. «The psychological impact of terrorism: A double-edged sword», Political Psychology, 6: 591-604. Disponible en: https://doi.org/10.2307/3791018. |
|
Funes, M. Jesús. 1998. La salida del silencio: movilizaciones por la paz en Euskadi, 1986-1998. Madrid: Akal. |
|
Hetherington, Marc J. y Elizabeth Suhay. 2011. «Authoritarianism, threat, and Americans’ support for the war on terror», American Journal of Political Science, 55: 546-560. Disponible en: https://doi.org/10.1111/j.1540-5907.2011.00514.x. |
|
Hewitt, Christopher. 1990. «Terrorism and Public Opinion: A five country study», Terrorism and Political Violence, 2 (2): 145-170. Disponible en: https://doi.org/10.1080/09546559008427059. |
|
Hewitt, Christopher. 1993. Consequences of Political Violence. Aldershot: Darthmouth. |
|
Huddy, Leonie, Stanley Feldman, Charles Taber y Gallya Lahav 2005. «Threat, anxiety, and support of antiterrorism policies», American Journal of Political Science, 49: 593-608. Disponible en: https://doi.org/10.2307/3647734. |
|
Kim, Jaeshin. 2016. «The effects of collective anger and fear on policy support in response to terrorist attacks», The Journal of Social Psychology, 156: 455-468. Disponible en: https:/ doi.org/10.1080/00224545.2015.1119669. |
|
Krause, Peter. 2016. «Cuando el terrorismo es eficaz: éxitos y fracasos para objetivos distintos», Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 112: 69-97. Disponible en: https://doi.org/10.24241/rcai.2016.112.1.69. |
|
Linz, Juan J. 1986. Conflicto en Euskadi. Madrid: Espasa-Calpe. |
|
Llera, Francisco J. 1986. Postfranquismo y fuerzas políticas en Euskadi. Sociología electoral del País Vasco. Bilbao: Universidad del País Vasco. |
|
Llera, Francisco J. 1989. «Continuidad y cambio en la política vasca: notas sobre identidades sociales y cultura política», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 47: 107-135. Disponible en: https://doi.org/10.2307/40183410. |
|
Llera, Francisco J. 1992a. «ETA: ejército secreto y movimiento social», Revista de Estudios Políticos, 78: 161-193. |
|
Llera, Francisco J. 1992b. «Violencia y opinión pública en el País Vasco: 1978-1992», Revista Internacional de Sociología, 3: 83-111. |
|
Llera, Francisco J. 1992c. «Conflicto en Euskadi, diez años después», Inguruak, 7: 83-118. |
|
Llera, Francisco J. 1994. Los vascos y la política. Bilbao: Universidad del País Vasco. |
|
Llera, Francisco J. 2003. «La red terrorista: subcultura de la violencia y nacionalismo en Euskadi», en Antonio Robles (ed.), La sangre de las naciones: identidades nacionales y violencia política. Granada: Universidad de Granada. |
|
Llera, Francisco J. 2010, «Public Opinionand Terrorism: The Spanish Experience», en Gabriel Castor y Jesús de Miguel (eds.), Spain in America. The first decade of the Prince of Asturias Chair in Spanish studies at Georgetown University. Madrid: Fundación ENDESA. |
|
Llera, Francisco J. 2012. «Terrorismo y opinión pública en España», en Ubaldo Cuesta, María José Canel y Mario Gurrionero (eds.), Comunicación y terrorismo. Madrid: Tecnos. |
|
Llera, Francisco J. 2013. «ETA: medio siglo de terrorismo y limpieza étnica en Euskadi», Sistema, 231: 3-46. |
|
Llera, Francisco J. (ed.). 2016. Las elecciones autonómicas en el País Vasco, 1980-2012. Madrid: CIS. |
|
Llera, Francisco J. y Rafael Leonisio. 2016. «Las elecciones generales de 2015 en el País Vasco: Podemos asalta el cielo», Cuadernos de Alzate, 48-49: 295-313. |
|
Llera, Francisco J. y Rafael Leonisio. 2017. «La estrategia del miedo. ETA y la espiral del silencio en el País Vasco», en Informe del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, 1. |
|
Llera, Francisco J., Rafael Leonisio y Jonatan García Rabadán. 2009. «Cambio de ciclo en las elecciones vascas de 2009», Cuadernos de Alzate, 40:103-148. |
|
Llera, Francisco J., Rafael Leonisio y Jonatan García Rabadán. 2014. «Las elecciones autonómicas vascas de 2012: alternancia en un nuevo ciclo político», Sistema, 236: 3-25. |
|
Llera, Francisco J., Rafael Leonisio y Sergio Pérez. 2017. «The influence of the elites’discourse in political attitudes: Evidence from the Basque Country», National Identities, 19 (4): 367-393. Disponible en: https://doi.org/10.1080/14608944.2016.1177006. |
|
Llera, Francisco J. y Alfredo Rertortilllo. 2005. Los españoles y las víctimas del terrorismo. Madrid: CIS. |
|
Llera, Francisco J. y Alfredo Rertortilllo. 2006. Los españoles ante el terrorismo y sus víctimas. Madrid: Fundación de Víctimas del Terrorismo; Euskobarómetro. |
|
Martín-Peña, Javier y Ana Varela-Rey. 2014. «Terrorist threats in the Basque Country: Its impact on the psychosocial sphere of victims», Oñati Socio-Legal Series, 4: 507-524. |
|
Muñoz Alonso, Alejandro. 1982. El terrorismo en España. Barcelona: Planeta. |
|
Muñoz Alonso, Alejandro. 1985. «Terrorismo y opinión pública», Ideas, 2: 137-150. |
|
Muñoz Alonso, Alejandro. 1986. «Golpismo y terrorismo en la transición democrática española», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 36: 25-33. Disponible en: https://doi.org/10.2307/40183244. |
|
Muñoz Alonso, Alejandro. 1988. «La espiral del silencio en el País Vasco», Cuenta y Razón, 33: 45-52. |
|
Noelle-Neumann, Elisabeth. 1974. «The spiral of silence: A theory of public opinion», Journal of Communication, 24: 43-51. Disponible en: https://doi.org/10.1111/ j.1460-2466.1974.tb00367.x. |
|
Nussio, Enzo, Tobias Böhmelt y Vincenzo Bove. 2021. «Do terrorists get the attention they want? Comparing effects of terrorism across Europe», Public Opinion Quarterly, 85 (3): 900-912. Disponible en: https://doi.org/10.1093/poq/nfab046. |
|
Robinson, Kristopher. 2009. «Terror’s true nightmare? Reevaluating the consequences of terrorism on democratic governance», Terrorism and Political Violence, 22: 62-86. Disponible en: https://doi.org/10.1080/09546550903409593. |
|
Schmid, Alex P. 2013. «The definition of terrorism», en Alex P. Schmid (ed.), The Routledge handbook of terrorism research. Londres: Routledge. |
|
Schmid, Alex P. y Janny De Graf. 1982. Violence as Communication. Beverly Hills, CA: Sage. |
|
Shabad, Goldie y Francisco J. Llera. 1995. «Political violence in a democratic State: Basque terrorism in Spain», en Martha Crenshaw (ed.), Terrorism in context. Pennsylvania: University of Pennsylvania State Press. |
|
Skitka, Linda, Christopher W. Bauman, Nicholas P. Aramovich y G. Scott Morgan. 2006. «Confrontational and preventative policy responses to terrorism: Anger wants a fight and fear wants “them” to go away», Basic and Applied Social Psychology, 28: 375-384. Disponible en: https://doi.org/10.1207/s15324834basp2804_11. |
|
Small, Deborah, Jennifer S. Lerner y Baruch Foschhof. 2006. «Emotion priming and attributions for terrorism: Americans’ reactions in a national field experiment», Political Psychology, 27: 289-298. Disponible en: https://doi.org/10.1111/j.1467-9221.2006.00007.x. |
|
Spencer, Anthony T. y Stephen M. Croucher. 2008. «Basque nationalism and the spiral of silence: An analysis of public perceptions of ETA in Spain and France», The International Communication Gazette, 70: 137-153. Disponible en: https://doi.org/10.1177/1748048507086909. |
|
Weinberg, Leonard, Ami Pedahzur y Sivan Hircsh-Hoefler. 2004. «The challenges of conceptualizing terrorism», Terrorism and Political Violence, 16: 777-794. Disponible en: https://doi.org/10.1080/095465590899768. |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Solo español | 5,3 | 2.823 |
Más español que vasco | 4,9 | 2.585 |
Tan vasco como español | 35,1 | 18.627 |
Más vasco que español | 21,4 | 11.375 |
Solo vasco | 28,9 | 15.325 |
NC | 4,4 | 2.359 |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Sí | 41,9 | 22.272 |
No | 51,3 | 27.271 |
NS/NC | 6,8 | 3.587 |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Categorías | Porcentaje | N |
Derecha no nacionalista | 9,2 | 3.009 |
PSE | 18,3 | 6.000 |
PNV | 42,8 | 14.008 |
IA | 16,5 | 5.393 |
Otros | 13,2 | 4.307 |
NS/NC |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Vasco (padres no vascos) | 15,2 | 8.239 |
Vasco (padres mixtos) | 12 | 6.535 |
No vasco | 23,9 | 12.998 |
Vasco padres vascos | 46,3 | 25.151 |
NS/NC | 0,4 | 192 |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Sin estudios | 4,5 | 2.388 |
Estudios primarios | 25,2 | 13.375 |
Secundarios | 25,7 | 13.671 |
FP | 20,5 | 10.913 |
Estudios superiores | 23,8 | 12.639 |
NC | 0,2 | 131 |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Católico prácticante (muy buen católico y católico practicante) | 11.452 | 21,6 |
Católico cultural (católico poco practicante y católico no practicante) | 27.139 | 51,1 |
Ateo | 7.016 | 13,2 |
Otras respuestas (indiferente, otra religión y NC) | 7.514 | 14,1 |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Hombre | 49,2 | 26.156 |
Mujer | 50,8 | 26.971 |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Álava | 31 | 16.464 |
Bizkaia | 34,7 | 18.449 |
Gipuzkoa | 34,3 | 18.217 |
Categorías | Porcentaje | N |
---|---|---|
Con todos | 39 | 20.246 |
Con algunos | 41 | 21.299 |
Con casi nadie | 12,9 | 6.683 |
Con nadie | 6 | 3.137 |
NS/NC | 1,1 | 565 |
[a] |
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración (1992) de la Universidad del País Vasco, donde ha fundado y dirige el Euskobarometro (www.ehu.es/euskobarometro). Visiting Scholar en la Yale University (1987) y Catedrático Príncipe de Asturias en Georgetown (2002). Entre sus publicaciones destacan: Las elecciones generales de 2015 y 2016 (2018), Desafección política y regeneración democrática en la España actual (2016); Las elecciones autonómicas en el País Vasco, 1980-2012 (2016); Política comparada. Entre lo local y lo global (2005); Los españoles y las víctimas del terrorismo (2005); Los españoles y la universidad (2004); Los vascos y la política (1994); Postfranquismo y fuerzas políticas en Euskadi. Sociología electoral del País Vasco (1985). |
[b] |
Profesor ayudante doctor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la UPV/EHU. Doctor en Ciencia Política por la UPV/EHU, posgraduado por la Universidad de Deusto y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), además de contar con el Certificado de Estudios Políticos del IEP de Burdeos. Forma parte del equipo Euskobarometro y ha dirigido o colaborado en diferentes proyectos de investigación de universidades e instituciones públicas. Cuenta con múltiples publicaciones académicas y es colaborador en diferentes medios de comunicación. Entre sus intereses de investigación se encuentran la relación entre política y religión en el País Vasco, el comportamiento electoral, la opinión pública o el federalismo. |
[c] |
Investigador predoctoral en el Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la UPV/EHU y beneficiario del Programa Predoctoral de Formación de Personal Investigador no Doctor del Departamento de Educación del Gobierno Vasco. Másteres en Gobierno, Liderazgo y Gestión Pública por el Instituto Atlántico de Gobierno (IADG) y en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). |