SUMARIO

  1. NOTAS
  2. Referencias

El análisis geopolítico sobre Oriente Medio suscita mucho interés en España, como destaca el autor de El tapiz de Oriente Medio. Geopolítica. Poder. Religión. Quizás fruto de una paradoja que nos hace estar muy lejos y a la vez muy cerca. Es una región con la que compartimos monoteísmo, siglos de historia y mucho más, y de la que nos separan también multitud de factores. Lo anterior produce una analogía con lo que los franceses denominan faux-amis y los ingleses false friends. No es posible analizar una realidad completamente desconocida utilizando un prisma eurocéntrico y parcialmente viciado desde el origen.

La obra que nos presenta Jesús Romero es fruto de un gran esfuerzo, palpable en todo su contenido, que consigue sistematizar una visión hegemónica liberal-occidental sobre Oriente Medio, lo que lo convierte en un libro clave e imprescindible para cualquiera que quiera entender de qué manera perciben la mayoría de los españoles (ampliable quizás a Occidente) la región. Lo anterior no se demuestra solamente a través de su contenido, sino mediante la sensibilidad que se percibe en el libro y de su correspondiente —e inevitable— sesgo en el análisis, junto con un error de circunscripción geográfica al considerar a Marruecos y a sus vecinos como parte de Oriente Medio.

El autor nos indica desde el prefacio que «la sociedad occidental, la europea, la española, ha secado sus lágrimas» (p. 17) y añade que escribió el libro por la necesidad de sus alumnos, quienes «necesitaban llorar, necesitaban cebollas» y que «trataba de despertar los corazones aletargados de [sus] alumnos» (p. 18). Quizás la parte más cuestionable es aquella en la que se atribuye neutralidad porque alguien que tiene un objetivo (hacer llorar, despertar corazones) con una acción (la escritura de un libro) no puede atribuirse neutralidad.

En el primer apartado, que sirve como introducción, el autor denomina al grupo terrorista Hamás «que se encuentra en la lista de grupos terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea» una «organización palestina» (p. 29), aunque posteriormente consigue matizarlo refiriéndose a él como «asociación yihadista» junto con Al Qaeda (p. 35). Uno de los temas que subyace a toda la obra se inicia cuando denuncia la descontextualización tendenciosa de los israelíes —buenos— y palestinos —malos—, de donde surge la pregunta sobre cuál va a ser la amplitud de las etiquetas de buenos y malos y sobre quién va a ocupa qué lugar. Sorprende positivamente el uso del realismo como marco de análisis, con el que el autor evidencia la importancia del poder y los intereses, aunque hace un juicio moral y en negativo sobre lo anterior, como revelan afirmaciones como: «EE. UU. y otras potencias occidentales [...] apoyaron a Irak frente a Irán sin importarles el autoritarismo despiadado de Sadam» (p. 55).

El tratamiento que se hace de la situación de palestinos, kurdos y saharauis, «la triple entente liberal», nos recuerda el concepto de liberal guilt y victimhood culture desearrollados por Zizek (Zizek, Slavoj. 2011. «The violence of the liberal utopia», Distinktion: Journal of Social Theory. 9 (2): 9-‍25. Disponible en: https://doi.org/10.1080/1600910X.2008.9672962.‍2011). Está claro que el material se circunscribe a Oriente Medio (y norte de África) porque si no, se trataría de una entente ampliada con uygures y rohinyá. Se ha demostrado muchas veces la tendencia de liberales occidentales de escribir sobre y preocuparse de causas de pueblos minoritarios, oprimidos y que acaban convirtiéndose en más o menos populares dependiendo de las agendas de los medios de comunicación. ¿Quién escribía sobre los kurdos desde poco después de Anfal hasta antes de DAESH? ¿Sufren más ahora los kurdos que hace diez años? ¿Por qué reciben ahora más interés? ¿Los bereberes en el norte de África viven una vida plácida y llena de lujos? ¿Qué ocurre con otras minorías como los drusos? Además, en el escenario actual las minorías preocupan más o menos dependiendo de las sensibilidades de quien las analiza. Si alguien se preocupa por las decadentes comunidades judías de Iraq, será etiquetado como sionista; si muestra un interés por los grupos cristianos en Siria, será acusado de reaccionario. Hay minorías que reciben más atención porque venden mucho más; en definitiva, hay grupos humanos que son más iguales que otros. No es curioso que los tres grupos mencionados por el autor sean de mayoría musulmana —los uigures y rohinyá también. Y esto puede explicarse como parte del discurso hegemónico liberal occidental.

El segundo apartado está destinado a la geopolítica. Tras una revisión conceptual e histórica, la obra incurre en la repetición de hechos sacados de contexto, como: «Aprovechando el conflicto entre Irak e Irán, el pueblo kurdo inició una ofensiva en defensa de sus aspiraciones de autonomía e independencia, que fue duramente reprimida por Sadam Husein en la llamada campaña de Anfal» (p. 161). El autor nos presenta al presidente Saddam Hussein como un autoritario despiadado que lleva en el poder desde 1979, aunque decide esperar hasta 1988 para llevar a cabo un ataque contra los kurdos que, por otra parte, también han aguardado pacientes al final del conflicto para plantearse sus aspiraciones. Deseos que el autor plantea comunes a un pueblo kurdo que contaba con facciones cercanas a Saddam, como el mayoritario y proturco Partido Democrático del Kurdistán (KDP) frente al proiraní Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), que controlaba, precisamente, la hoy gobernación de Halabja, en la que se produjo el ataque químico en marzo de 1988 como represalia a la colaboración con Irán. El tratamiento que de ese tema han conseguido hacer las élites kurdas ha sido, por otra parte, digno de alabanza y ha establecido las bases de su campaña de diplomacia pública (De Castro, Andrés. 2020. «The Security Apparatus of Northern Iraq: One Thousand and One Kurdish leaders and the allure of the East», The International Journal of Intelligence, Security and Public Affairs, 22 (2): 104-‍118. Disponible en: https://doi.org/10.1080/23800992.2020.1776999.‍De Castro, 2020).

El tercer apartado se dedica al poder. Esta división resulta cuestionable, ya que la geopolítica trata de analizar lo anterior. El autor lo justifica estableciendo que trata de abordar el «poder y los métodos de organizarlo» (p. 179). Se complejiza la discusión cuando atribuye a la nación la condición de grupo étnico que reivindica un territorio. Si consideramos válida la definición de etnia que hace la RAE como «comunidad que tiene afinidades raciales, lingüísticas y culturales», podríamos acabar cuestionando la existencia de varias naciones en el mundo y entrar en un terreno pantanoso que ya tuvo que evitar el nacionalismo árabe y los nacionalismos de los Estados nación, asunto que se trata en la obra. El tema religioso se aborda con poca profundidad en este apartado, ya que le dedica la parte final del libro. Aún así, llega a afirmar que existen islamistas moderados que funcionan dentro de sistemas democráticos. La dicotomía entre Islam y democracia ha sido tratada extensamente en la literatura con conclusiones definitorias, por lo que sorprende que el autor no las mencione.

Este tercer apartado termina con un capítulo dedicado al problema kurdo y a la Primavera Árabe, las sempiternas dos piezas del rompecabezas buzz del tiempo coincidente con las fases finales del conflicto con DAESH. En este caso, los kurdos son agraciados con las etiquetas de «pueblo, nación o grupo étnico» más grande del mundo sin Estado propio (p. 242), dando así comienzo al tópico bien extendido. A ello le sigue su origen histórico diferenciado como descendientes de ¡nada menos que de los medos! Pese a incluir a los yazidíes como parte de los kurdos, el autor sí consigue describir acertadamente la división tribal de la sociedad y hacer una revisión histórica bastante exhaustiva. Se echa en falta que no se mencione que fueron precisamente los kurdos los que tuvieron la responsabilidad más táctica en el genocidio armenio (Yildiz, Efrem. 2019. «La academia de Urhay (Edesa)», en Et amicorum. Estudios en homenaje al profesor Carlos Carrete Parrondo. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.‍Yildiz, 2019). Pero los armenios son cristianos como la mayoría de los españoles y, por tanto, parece que se prefiere centrar la mirada en los diferentes. De hecho, a lo largo del libro los grupos cristianos de Oriente Medio quedan descritos como si se tratara de una ficha técnica, sin entrar a analizar en ningún momento sus retos y las amenazas a su supervivencia. Tampoco se cita la pervivencia de la mutilación genital femenina, que según datos del Gobierno británico de febrero de 2020

https://www.justice.gov/eoir/page/file/1249886/download

[1]
, es del 98,1 % en la zona kurda de Pishdar y del 0,1 % en Bagdad. Unos supuestos orígenes históricos ligados a los medos puede que no justifiquen la posible y presunta vulneración de los derechos humanos de las mujeres y niñas.

Sobre la mal llamada Primavera Árabe, el autor vuelve a caer en tópicos occidentales sobre la verdadera naturaleza y aspiraciones de los habitantes de Oriente Medio, cuyos problemas, según el autor, son la falta de democracia real, la participación ciudadana y los derechos sociales. Resulta curioso que si esa fuera la intención, se hayan mantenido regímenes no democráticos-liberales todos estos años, incluso después del desastre producido en países como Egipto, donde llegaron a gobernar los Hermanos Musulmanes. La hegemonía liberal descrita por Mearsheimer (Mearsheimer, John J. 2018. The Great Delusion. Liberal dreams and international realities. New Haven: Yale University Press. Disponible en: https://doi.org/10.2307/j.ctv5cgb1w.‍2018) carece de límites y tiene su origen en occidentales liberales con vocación de salvadores universales. Quizás factores que no están ligados con la democracia ni con la sociedad civil ni con la participación ciudadana, como las crisis económicas y las falta de perspectivas en la sociedades tradicionales, puedan estar en el origen de las revueltas.

La democratización de los países árabes no ha sido particularmente exitosa y ha generado dramas sociales mayores a los que generaban unos sistemas como los que le son propios. Iraq después de 2003 y Siria desde 2011 no se cuentan entre los casos de éxito. Según datos del Global Terrorism Database de la Universidad de Maryland

https://www.start.umd.edu/research-projects/global-terrorism-database-gtd

[2]
, el año con más víctimas mortales en atentados terroristas durante el Gobierno de Saddam Hussein fue de 156 en 1996 en el contexto de la guerra civil kurda, frente a los 13 965 de 2014. Para el lector occidental medio, Saddam era un dictador que se negaba a democratizar su país. Es curioso, sin embargo, que haya múltiples publicaciones sobre la nostalgia que muchos iraquíes de todas las edades, pero en especial los jóvenes

https://warontherocks.com/2018/07/authoritarian-nostalgia-among-iraqi-youth-roots-and-repercussions/

[3]
—que no lo conocieron— sienten de la figura del que llaman alsyd alrayiys (el señor presidente). Maslow (Maslow, Abraham H. 1962. Toward a Psychology of Being. Nueva York: D. Van Nostrand. Disponible en: https://doi.org/10.1037/10793-000.‍1962) podría explicar por qué mantenerse con vida puede resultar más valorado que la democracia para pueblos que aún no la han conocido y cuyas estructuras y valores distan bastante de los cimientos sociales, culturales y políticos.

El último apartado trata sobre la religión, que es, verdaderamente, uno de los pilares de la región y para cuyo análisis utiliza la aportación de la Paloma García Picazo (García Picazo, Paloma. 2013. Teoría breve de las relaciones internacionales, ¿una anatomía del mundo? Madrid: Tecnos. ‍2013). Lo anterior fortalece su marco de análisis que, sin embargo, resulta disperso, ya que es difícil parcelar cuestiones que son tan interdependientes. La indagación que se realiza sobre Iraq bajo la hipótesis de que muchos Estados estarían interesados en que permanezca el caos no es cierta y se explica en una lógica de pérdida de poder de Occidente en espacios que están siendo ocupados por Irán en contra de lo que piensa el autor de que «la estrategia norteamericana para conseguir estabilidad exigía permitir cierta influencia de Irán en el país» (p. 360) Es difícil entender y explicar que Occidente haya jugado tan mal sus cartas. Pero la explicación no se basa en ninguna exigencia, sino en una falta de capacidad y de entendimiento que se ilustra, por otra parte, en la tendencia occidental a creer lo que se nos dice, como demuestra que el autor valide las declaraciones de Sadr en las que critica —para desviar la atención— la importante presencia de Irán en Iraq. Reproducir lo que se dice en Oriente Medio y hacerlo con visos de veracidad nos ilustra de qué manera la verdad es aún un valor más en auge en Occidente que en otros lugares.

La conclusión es que se trata de un libro que ha conseguido sistematizar el pensamiento liberal occidental sobre una región tan compleja como es Oriente Medio, y eso lo ha hecho de manera brillante, ya que la mayoría de los datos cuantitativos son exhaustivos y hay un gran dominio del uso de las fuentes bibliográficas. Un conocimiento sólido sobre el terreno y una diferenciación entre el ser y el deber ser y entre el intelecto y las emociones permitirán al autor escribir un verdadero manual de análisis de la región Oriente Medio y norte de África para europeos que quieran entender MENA en vez de para orientales que quieran entender cómo pensamos, o mejor, cómo no pensamos los occidentales. Y como el autor está aún a tiempo, le animo a ello y confío en que veamos pronto una aportación que ilumine nuestro camino. Sobre lo de llorar, que sea de alegría, fruto de entender bien la región y a sus gentes.

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[1] 

De Castro, Andrés. 2020. «The Security Apparatus of Northern Iraq: One Thousand and One Kurdish leaders and the allure of the East», The International Journal of Intelligence, Security and Public Affairs, 22 (2): 104-‍118. Disponible en: https://doi.org/10.1080/23800992.2020.1776999.

[2] 

García Picazo, Paloma. 2013. Teoría breve de las relaciones internacionales, ¿una anatomía del mundo? Madrid: Tecnos.

[3] 

Maslow, Abraham H. 1962. Toward a Psychology of Being. Nueva York: D. Van Nostrand. Disponible en: https://doi.org/10.1037/10793-000.

[4] 

Mearsheimer, John J. 2018. The Great Delusion. Liberal dreams and international realities. New Haven: Yale University Press. Disponible en: https://doi.org/10.2307/j.ctv5cgb1w.

[5] 

Yildiz, Efrem. 2019. «La academia de Urhay (Edesa)», en Et amicorum. Estudios en homenaje al profesor Carlos Carrete Parrondo. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.

[6] 

Zizek, Slavoj. 2011. «The violence of the liberal utopia», Distinktion: Journal of Social Theory. 9 (2): 9-‍25. Disponible en: https://doi.org/10.1080/1600910X.2008.9672962.