SUMARIO

  1. Referencias

El libro que se reseña supone un necesario, interesante y profundo estudio sobre la extrema derecha en Europa, en concreto sobre el despliegue del Frente Nacional (FN) francés. Hablamos de un libro bien escrito, que maneja una importante dosis de información y que se adentra con audacia en un asunto complejo y de suma actualidad. Este libro se ha convertido en una referencia obligada si se quiere tener un buen conocimiento de dicha formación política, y donde el autor refleja su elocuente dominio de dicha literatura.

La temática del libro se ubica dentro de los estudios sobre la extrema derecha y su relación con ciertas formas de populismo. Tanto uno como otro tienen clara raigambre dentro de la ciencia política como disciplina académica, con estudios clásicos sobre el populismo ruso o estadounidense que forman parte de la literatura politológica desde hace algo más de un siglo (Venturi, Franco. 1981. El populismo ruso (2 vols). Madrid: Alianza.‍Venturi, 1981; Kazin, Michael. 1998. The Populist Persuasion: An American History. Nueva York: Cornell University Press.‍Kazin, 1998). Pero ha sido a raíz de la obra de autores como Francisco Panizza (Panizza, Francisco (comp.). 2009. El populismo como espejo de la democracia. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.‍2009), Chantal Mouffe (Mouffe, Chantal y Ernest Laclau. 1987. Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Madrid: Siglo XXI.‍1987) o Ernest Laclau (Laclau, Ernest. 2005. La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.‍2005) cuando este debate entró de lleno en el ámbito más académico, recorrido este del que hacen una buena síntesis Fernando Vallespín y Máriam Martínez-Bascuñan (Vallespín, Fernando y Máriam Martínez-Bascuñan. 2017. Populismos. Madrid: Alianza.‍2017). Como indica Pablo Simón en el prólogo, «el libro de Guillermo Fernandez-Vázquez está escrito desde una posición determinada (combativa y, diría, cercana a la tradición de la Escuela de Essex)» (p. 17). Partiendo de dicha tradición de discurso (Howarth, David. 2000. Discourse. Philadelphia: Open University Press.‍Howarth, 2000), el autor se aproximará al estudio de la extrema derecha como fenómeno político actual. La forma de calificar y considerar a dichas formaciones también ha dado lugar a una prolija literatura en el campo de la ciencia política: unas veces quedando más relacionadas con el experimento fascista (Payne, Stanley G. 1982. El fascismo. Madrid: Alianza.‍Payne, 1982) y otras alejándose de esta, que es la perspectiva en la que se ubica el autor del libro y que tiene una historia más reciente en su proceder analítico. Desde esta perspectiva teórica, se ha producido una serie de cambios en el seno de la extrema derecha que permite diferenciar entre una vieja y nueva extrema derecha (alt right); siendo ejemplos del estudio de tales variaciones las obras de autores como Ignazi y Ysmal (Ignazi, Piero y Colette Ysmal. 1992. «New and old extreme right parties. The French Front National and the Italian Movimiento Sociale», European Journal of Political Research, 22 (1): 101-121. Disponible en: https://doi.org/10.1111/j.1475-6765.1992.tb00307.x‍1992), Betz (Betz, Hans-Georg. 1994. Radical Right-Wing Populism in Western Europe. Nueva York: St Martin´s Press. Disponible en: https://doi.org/10.1007/978-1-349-23547-6‍1994) o las más recientes de Mudde (Mudde, Cas (ed.). 2017. The Populist Radical Right: A Reader. Nueva York: Routledge. Disponible en: https://doi.org/10.4324/9781315514574‍2017) y Traverso (Traverso, Enzo. 2018. Las nuevas caras de la derecha. Buenos Aires: Siglo XXI.‍2018), entre otras.

El libro de Fernández-Vázquez está dividido en cinco capítulos, precedidos de una introducción. En esta se comienza señalando el fin que la extrema derecha persigue en Europa. Según Fernández-Vázquez, a medio plazo su objetivo es la «disgregación de la derecha clásica y la absorción de una parte de la misma» (p. 30), azuzando sus contradicciones internas con la intención de dividirla para así terminar hegemonizándola; un objetivo que pretende romper con el eje izquierda/derecha y desplazarlo hacia la controversia nacionalistas vs. globalizadores (p. 30). A partir de ahí, el autor contrapone dos tesis a la hora de estudiar dicho fenómeno. Por un lado, estaría la tesis más común según la cual el éxito de las formaciones de extrema derecha se debería a tres razones: «1) su capacidad de conectar con una ciudadanía cabreada a partir de líderes campechanos y outsiders que dicen algo cualitativamente nuevo y distinto; 2) su habilidad para enhebrar un discurso potente de impugnación del orden existente, y 3) su pericia a la hora de dar una forma política a los deseos de seguridad, identidad y cohesión social de una parte notable del electorado» (p. 32). Una forma de entender la extrema derecha que, incluso partidos muy contrapuestos a esta —como es Podemos— comparten (pp. 33 y ss.).

Por otro lado, está la tesis que el autor defiende, constituyendo dicha defensa la novedad y relevancia del libro. Para Fernández-Vázquez, siendo cierto que los partidos ultraderechistas tienen capacidad para poner en marcha «una retórica antiestablishment y de ejercer de correa de transmisión del descontento de las sociedades europeas», tal consideración es insuficiente para explicar su éxito. Si bastara con cuestionar los consensos dominantes del statu quo, entonces «los partidos de extrema derecha europeos de los años ochenta y noventa hubieran escalado hasta las posiciones electorales» más ventajosas (p. 34). Y, sin embargo, esto no fue así, de ahí la necesidad de buscar una explicación alternativa. En este sentido, Fernández-Vázquez sostiene que si tales formaciones «han logrado llegar hasta donde están, [es] precisamente por no haber sido solo fuerzas políticas meramente antiestablishment o contestatarias. Todos estos partidos se han lanzado en los últimos años a conquistar un sentido común que antes les estaba completamente vedado (y que además ellos rechazaban). Tres grandes acontecimientos han facilitado esta operación: la caída de las Torres Gemelas, la crisis económica que comenzó en 2008 y la crisis de los refugiados» (p. 35); todo lo cual le ha permitido a la extrema derecha europea, aunque cabría preguntarse si a toda la extrema derecha o a una parte de esta (a la que sigue el modelo del Frente Nacional), «reelaborar su discurso y propuestas de tal manera que fueran capaces de atraer una parte del sentido sedimentado en nuestras sociedades» (p. 35).

A partir de ahí, el autor hace un recorrido minucioso por la evolución del Frente Nacional francés desde la época de Jean-Marie Le Pen hasta la actual, capitaneada por su hija Marine. En este recorrido histórico hay que destacar el detallado estudio que hace del primer Frente Nacional, donde aporta unas claves muy relevantes para entender sus limitaciones políticas. El Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen se adaptó satisfactoriamente a la «espectacularización de la política» (p. 42), así como al «registro de la provocación» que caracterizaba su comunicación política (p. 42), construyendo su identidad sobre tres ejes concretos: «[…] seguridad, identidad e inmigración» (p. 48). Tal experimento produjo un partido-nicho (p. 54) que quedó atrapado en sus propias contradicciones y limitado por su discurso identitario. Ejemplo de ello son las palabras de Jean-Marie Le Pen cuando afirmaba que en el Frente Nacional «siempre hemos sido y tenemos que seguir siendo un partido de derecha nacional, social y popular» (p. 57).

No obstante, esta jaula no cayó en vano y fue necesaria para la etapa posterior, ya que fijó un electorado que le permitió al partido buscar, más adelante, en otros lugares con la intención de ampliar su campo de acción. Esta labor le correspondió a Marine Le Pen, quien pensaba que era «imposible ganar unas elecciones oponiéndose diametralmente a los significantes estructurales de una comunidad política», de tal modo que para vencer había que «robarle las palabras al adversario» (p. 65). Un empeño que muestra, desde el primer momento, que la aventura populista del marinismo implicaba hacer de la victoria un elemento central de su planteamiento.

Para alcanzar dicha meta, el Frente Nacional de Marine Le Pen se apoyó en lo que el autor califica como la «hipótesis Philippot», según la cual en Francia «existen condiciones para la articulación de una mayoría política transversal a partir de los ingredientes que sazonaron el voto del no al proyecto de Constitución europea de 2005» (p. 70) que traspase las etiquetas de izquierda y derecha (p. 71). Como bien señala Fernandez-Vázquez, esta hipótesis exige que el discurso lepenista esté compuesto por elementos «fuertemente anclados en la cultura francesa (laicidad, Estado del bienestar, respeto de la ley o igualdad)» y «todo ello frente a un otro (la globalización) con dos caras: una oligarquizante (la UE) y otra predemocrática (el islam radical)» (p. 75). Esto suponía la búsqueda de un «patriotismo nuevo» (74) que quedará sintetizado en la idea del Estado de bienestar chovinista (p. 76).

La defensa de dicho Estado se apoyará en ciertas identificaciones simbólicas, como la que se da entre Francia, «matria» y una casa a la que hay que devolverle las llaves para que los franceses dejen de vivir como alquilados (pp. 79 y 80), defendiendo el sentido de la propiedad y de la soberanía y ligándolas a una idea de libertad (pp. 84-91). De este modo, y aunque el autor no lo señale, se detecta aquí una mezcla de una perspectiva aristotélica (que identifica política y familia) con elementos típicamente presbiterianos de los freeman (personas propietarias de su destino), lo que lo convierte en un cóctel un tanto explosivo: un cóctel cargado de omnipotencia, donde el hiperliderazgo y la capacidad de poder gobernar absolutamente la vida campará a sus anchas por todo su ideario político.

Nada de esto impidió que se dieran discrepancias profundas en el seno del Frente Nacional, hasta el punto de que podemos hablar de dos corrientes: la del conservadurismo integral (sectores tradicionales del Frente Nacional) y la del soberanismo integral (la nueva propuesta que pretende abanderar Marine y su equipo) (p. 96). Con todo, este impulso sirvió al nuevo Frente Nacional para obtener buenos resultados, pero no para ganar las elecciones presidenciales de 2017, lo que conllevó una serie de críticas internas que, después de 2017, supusieron la vuelta a las concepciones tradicionales de la extrema derecha. A partir de ahí, el libro se adentra en las campañas de dichas elecciones recogiendo sus artículos publicados en prensa con una notable brillantez literaria, pese a que en cuanto a la dimensión teórica pierde algo de fuelle.

El cuarto capítulo está dedicado a la izquierda, y concretamente al hecho de que Jean-Luc Mélenchon, con una estrategia «populista de izquierdas» inspirada en las obras de Laclau (Laclau, Ernest. 2005. La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.‍2005), Mouffe y Errejón (Mouffe, Chantal e Iñigo Errejón. 2015. Construir pueblo. Hegemonía y radicalización de la democracia, Barcelona: Editorial Icaria.‍2015), y que dirigida por Manuel Bompard consiguió parar el avance del Frente Nacional, arrinconándolo discursivamente e intentando llevar a cabo una política hegemónica dentro de la izquierda (pp. 148-165). Aun así, no pudo alcanzar su objetivo de ganar, ni tampoco el de pasar a la segunda vuelta. En el capítulo final, Fernández-Vázquez reflexiona sobre si el populismo ha llegado a su fin o, si por el contrario, cabe aprender cuestiones positivas de dicho experimento para un proyecto político progresista renovado y «valiente», sustentado en la «transversalidad» y en los «olvidados» (p. 181), una vez que la derecha radical vuelve al estilo político de los noventa, dejando así cierto espacio libre. Esta propuesta que hubiera precisado de un mayor desarrollo.

Tras este somero recorrido por el libro, conviene realizar varias consideraciones generales. En primer lugar, el título del libro incita a pensar que vamos a encontrar propuestas sobre cómo hacer frente al Frente Nacional; sin embargo, en un acto de prudencia, el autor nos hace pisar suelo señalando que su libro, certeramente, no es un manual al uso para saber cómo derrotar al Frente Nacional. En segundo lugar, aunque el objeto del libro es la extrema derecha, hubiera sido deseable que le dedicara más tiempo a por qué Mélenchon no consigue su objetivo principal. Señala la relevancia de Emmanuel Macron, pero no ahonda lo suficiente en ello como para darnos algunas claves teóricas y prácticas que nos permitan comprender mejor lo ocurrido. En tercer lugar, el gran conocimiento empírico de que se dispone actualmente sobre el fenómeno estudiado le podría haber permitido extraer más conclusiones teóricas de las que se señalan. Por ejemplo, se echan en falta precisiones teóricas sobre categorías importantes como populismo o sentido común.

En línea con lo anterior, cabe preguntarse por cómo se relaciona la concepción teórica del populismo con el hecho de que algunas formaciones de esta índole no consigan alcanzar su objetivo de ganar elecciones. ¿La necesidad de ganar es solo algo accidental a dicha teoría o es tan intrínseca a ella que, si no se consigue dicho objetivo, entonces yerra en su parte fundamental? Es decir, ¿qué lugar ocupa la victoria en los planteamientos populistas? Todo parece indicar que esta cuestión no es algo menor, sino más bien trascendental para su propia consideración, como reza el título de algún libro a este respecto (Iglesias, Pablo. 2014. Ganar o morir. Lecciones políticas en Juego de tronos. Madrid: Akal. ‍Iglesias, 2014). Ello implicaría reconocer la intrínseca relación entre ganar y el populismo, lo que hace del ascenso repentino, rápido y directo al poder político (o blitz) un factor completamente determinante, sin el cual pierde su sentido.

En cualquier caso, estas consideraciones no afectan a la buena labor académica e intelectual del libro recensionado, el cual supone una aportación sobresaliente al estudio de la extrema derecha en Europa y en concreto del fenómeno del Frente Nacional francés, por lo que es una referencia obligada para las ciencias sociales.

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[1] 

Betz, Hans-Georg. 1994. Radical Right-Wing Populism in Western Europe. Nueva York: St Martin´s Press. Disponible en: https://doi.org/10.1007/978-1-349-23547-6.

[2] 

Howarth, David. 2000. Discourse. Philadelphia: Open University Press.

[3] 

Iglesias, Pablo. 2014. Ganar o morir. Lecciones políticas en Juego de tronos. Madrid: Akal.

[4] 

Ignazi, Piero y Colette Ysmal. 1992. «New and old extreme right parties. The French Front National and the Italian Movimiento Sociale», European Journal of Political Research, 22 (1): 101-‍121. Disponible en: https://doi.org/10.1111/j.1475-6765.1992.tb00307.x.

[5] 

Kazin, Michael. 1998. The Populist Persuasion: An American History. Nueva York: Cornell University Press.

[6] 

Laclau, Ernest. 2005. La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

[7] 

Mouffe, Chantal y Ernest Laclau. 1987. Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Madrid: Siglo XXI.

[8] 

Mouffe, Chantal e Iñigo Errejón. 2015. Construir pueblo. Hegemonía y radicalización de la democracia, Barcelona: Editorial Icaria.

[9] 

Mudde, Cas (ed.). 2017. The Populist Radical Right: A Reader. Nueva York: Routledge. Disponible en: https://doi.org/10.4324/9781315514574.

[10] 

Panizza, Francisco (comp.). 2009. El populismo como espejo de la democracia. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

[11] 

Payne, Stanley G. 1982. El fascismo. Madrid: Alianza.

[12] 

Traverso, Enzo. 2018. Las nuevas caras de la derecha. Buenos Aires: Siglo XXI.

[13] 

Vallespín, Fernando y Máriam Martínez-Bascuñan. 2017. Populismos. Madrid: Alianza.

[14] 

Venturi, Franco. 1981. El populismo ruso (2 vols). Madrid: Alianza.