SUMARIO

  1. Referencias

Hasta el año 2013, la literatura académica dividía la historia de la democracia italiana de posguerra en dos periodos: la Primera y la Segunda República. La llamada Primera República comprende el periodo histórico que va desde la promulgación de la Constitución de 1948 hasta el colapso del sistema de partidos en el bienio 1992-‍1994. La Segunda, desde las históricas elecciones de 1994, que dieron la victoria a la coalición de derecha liderada por Forza Italia de Silvio Berlusconi, en adelante. Ciertamente, la crisis sistémica que vivió la política italiana en el periodo 1992-‍1994 no se tradujo en ninguna cesura constitucional. Podría parecer forzado, por tanto, hablar de un cambio de régimen político stricto sensu. Sin embargo, siguiendo la tesis del politólogo  ‍Grilli di Cortona, Pietro. 2015. Il cambiamento político in Italia. Dalla Prima alla Seconda Repubblica. Roma: Carocci EditoreGrilli da Cortona, expuesta en su trabajo clásico Il cambiamento político in Italia, la radical mutación del sistema de partidos que se produjo en el periodo 1992-‍1994 justifica utilizar tanto la distinción entre Primera y Segunda República, como la idea misma de transición como proceso de cambio de una a otra.

Este excurso sobre la historia de la política italiana puede parecer gratuito. Sin embargo, resulta un paso previo necesario a la hora de entender el enfoque del libro Le divergenze parallele de los profesores Bordignon, Ceccarini y Diamanti, un libro dedicado al análisis en profundidad de las elecciones celebradas en Italia el pasado 4 de marzo de 2018, pero que no rehúye en ningún momento un estudio de la trayectoria de la democracia en Italia y el modo en el que las elecciones de 2018 pueden ser interpretadas en clave histórico-política. Sobre todo, porque el ciclo político que se abre con las elecciones de 2013 y 2018 ha impreso un cambio de tal magnitud al sistema político italiano que, para algunos autores, resulta justificado cuestionar la vigencia de la llamada Segunda República. O, lo que es lo mismo, del sistema de partidos nacido en 1994. Abundando en este argumento, los autores señalan desde la misma introducción que los comicios de 2013 deben considerarse como unas elecciones de «fine di un ciclo», en la medida, apuntan, en que los resultados vinieron a poner en grave crisis los presupuestos políticos del sistema político.

Bordignon, Ceccarini y Diamanti no son los primeros que ponen el acento en el carácter histórico de las elecciones celebradas en 2018. En el libro Il vicolo cieco, publicado por la editorial Il Mulino a la vuelta de las elecciones de 2018, los profesores  ‍Valbruzzi, Marco y Vignati, Rinaldo. 2018. Il vicolo cieco. Le elezioni del 4 marzo 2018. Bolonia: Il MulinoMarco Valbruzzi y Rinaldo Vignati, ambos del Istituto Carlo Cattaneo de estudios electorales, también señalaban el carácter extraordinario de las elecciones de 2013 y 2018. Su juicio se basaba en que los comicios de 2013 abrieron la puerta a una nueva fase caracterizada por la ruptura de la dinámica política que presidió la política italiana entre 1994 y 2008: una nueva fase cuyos elementos de discontinuidad con la lógica política de la Segunda República las elecciones de 2018 no han hecho sino profundizar, si bien añadiendo nuevos ingredientes que a continuación serán comentados.

En este contexto, Le divergenze parallele analiza con maestría la doble ruptura con el sistema de la Segunda República que provocan las elecciones de 2013 y 2018: la primera tiene que ver con la lógica de la competición política; la segunda, con la naturaleza de los actores políticos. Y ello es así porque las elecciones de 2013, con la victoria histórica del M5S, provocaron la cancelación de la lógica de competición bipolar que había presidido la política italiana desde las elecciones de 1994 y la inauguración de un escenario tripolar. Una lógica bipolar entre dos coaliciones representativas de la izquierda y la derecha que también funcionó como fuerza centrípeta y dinámica aglutinadora de distintos partidos. Nótese, en este punto, que el Partito Democratico fue fundado en 2007 como suma de distintos grupos políticos de exdemocristianos y excomunistas, mientras que el Popolo della Libertà de Silvio Berlusconi nacía en 2008 incorporando a una nueva organización a distintos partidos de la centroderecha italiana. Esta lógica bipolar de la Segunda República llegó a su máximo rendimiento en las elecciones de 2008, en las que PdL y PD obtuvieron el mayor consenso jamás logrado por los partidos del sistema en Italia, el 83,1 %. Sin embargo, el capital político del PdL y PD ha desaparecido en una década, reduciéndose hasta el 41,6 % logrado en 2018.

El principal beneficiario de las pérdidas de consenso de los partidos tradicionales han sido dos challenger parties como el M5S fundado por el cómico Beppe Grillo y la nueva Lega de Matteo Salvini. El M5S fue capaz de sobresalir en las elecciones de 2013 como el partido más votado, repitiendo en las elecciones de 2018, mientras que la Lega (antes Lega Nord) ha pasado del 4 % de los votos en 2013, al 17 % en las elecciones de 2018 y el 34 % de las europeas de 2019. Ambos partidos, con todas sus diferencias, forman gobierno y se caracterizan por haber explotado con eficacia un discurso populista con un marcado acento anti-establishment o antielitista. Forman el tercer polo, también llamado polo populista y/o soberanista.

La espectacular pérdida de consenso de los partidos tradicionales PdL y PD a favor de los actores críticos con el sistema (cuando no, directamente antisistema) es un dato clave para conocer las claves de la radicalización de la política italiana. En particular, el auge de la antipolítica y su hermano mayor, el populismo. Ambos partidos tradicionales (o pro-establishment, dada su juventud como organizaciones) cumplían una clara función moderadora y centrípeta: es decir, canalizaban hacia el centro las diversas expresiones del voto de derecha e izquierda. Bordignon, Ceccarini y Diamanti analizan esta pérdida de consenso a través de la idea de «deshielo» de las culturas políticas tradicionales que hacían predecible el comportamiento de los partidos y los electores. Un hecho que permite entender la volatilidad del voto en clave postideología y que abre la puerta a comprender el comportamiento electoral en base a factores contingentes.

El libro de Bordignon, Ceccarini y Dimanti se estructura en torno a tres partes diferenciadas. La primera está dedicada al análisis de las tendencias antipolíticas presentes en la opinión pública italiana a partir de los datos del observatorio Demos-La Polis. Ofrece, en general, un cuadro elaborado de opinión políticas donde destaca progresiva erosión de la confianza de los italianos en sus instituciones políticas y la consolidación de la inmigración y la seguridad como parte de los principales problemas para los italianos. La segunda parte del libro está dedicada al análisis del comportamiento electoral de los italianos por territorios, donde emerge un nuevo mapa verde y amarillo que consolida a la Lega como el partido dominador del norte de Italia (haciendo suyas parte de las regiones que históricamente habían pertenecido a la izquierda) y el M5S del sur. Finalmente, la tercera parte del libro está dedicado a la interpretación del voto de las elecciones de 2018, donde los autores avanzan un nuevo cleavage que permitiría leer los resultados electorales en términos de victoria de los perdedores de la globalización. Es decir, aquellos italianos que en busca de seguridad territorial y económica han encontrado en Matteo Salvini y Luigi Di Maio a sus líderes de referencia.

En línea con el análisis del populismo, Divergenze parallele confluye con otras publicaciones que han llegado a las librerías a raíz del éxito del M5S y la Lega. Por ejemplo, La democrazia del narcisismo del historiador  ‍Orsina, Giovanni. 2018. La democrazia del narcisismo. Breve storia dell’antipolitica. Venecia: MarsilioGiovanni Orsina o el libro Popolocrazia de los profesores  ‍Diamanti, Ilvo y Marc Lazar. 2018. Popolocrazia. La metamorfosi delle nostre democrazie. Roma: LaterzaDiamanti y Lazar. Todos ellos ponen el foco en la larga tradición antipolítica que atraviesa la democracia italiana desde la crisis 1992-‍1994, en la presencia de factores como la galopante personalización de la política o la evaporación de las diferencias ideológicas a la hora de explicar el exitoso auge del populismo. Coincidiendo en que la fortaleza del M5S y la Lega, unido al hundimiento de los partidos tradicionales, ha provocado el vaciamiento del centro como espacio político de referencia de consenso y, por tanto, provocado la radicalización de la competición política.

Sin embargo, el valor añadido de de Divergenze parallele frente a otros libros similares son los capítulos en los que al análisis y cuadro general de la situación política generado por las elecciones de 2018 se suma una valiosa radiografía de la sociedad italiana, sobre todo de su relación con las instituciones políticas y basada en datos de opinión recogidos por el observatorio electoral Demos-La Polis, antes citado, del que Bordignon, Ceccarini y Diamanti forma parte. Se trata de una radiografía crucial sobre la opinión que a los italianos merecen instituciones clave como la democracia, los partidos o el Parlamento, y que permite reconstruir un contexto político que explica el éxito de los partidos populistas sin la necesidad de recurrir a teorizaciones más oscuras. Por ejemplo, dos datos relevantes: mientras un 43 % de los italianos piensa que la democracia puede funcionar sin partidos, para el 64 % Italia debe ser guiada por un líder fuerte. Aún más, los datos permiten observar una fractura en el universo de valores políticos que divide a los «viejos» partidos de los llamados «nuevos». Mientras el 53 % y el 56 % de los votantes de la Lega y el M5S, respectivamente, piensan que es mejor que las decisiones importantes las tomen los ciudadanos a través de un referéndum, solo el 23 % y el 36 % de los votantes del PD y de Forza Italia piensan lo mismo.

Estas fracturas señalan una poderosa fractura «política versus antipolítica» que opera en la base del sistema político italiano, y que, a juicio de quien firma estas líneas, expresa una ruptura política y social más honda de la que pueda dar a entender la fórmula vencedores frente a perdedores de la globalización con la que trabajan los autores del libro. Sobre todo porque la clave interpretativa de los autores vincula la crisis del sistema italiano con los efectos de la crisis económica surgida en 2008. En parte, les asiste la razón en tanto que la emergencia del populismo encarnado por el M5S y la Lega encuentra su oportunidad en el apoyo que los principales partidos del sistema brindaron al Gobierno técnico de Mario Monti (2011-‍2013). Sin embargo, los propios datos del observatorio Demos-La Polis, utilizados en perspectiva histórica, señalan un robusto consenso antipolítico presente en la sociedad italiana y que encuentra sus orígenes mucho antes que la crisis que nace en 2008 y sacude los cimientos la política italiana a partir de 2010. En ese sentido, quizás la principal clave interpretativa de las elecciones del 2018 que ofrecen Bordignon, Ceccarini y Diamanti podría ser matizada y releída a la luz de la fuerte presencia de la antipolítica, al menos, desde 1994.

En todo caso, el libro de Bordignon, Ceccarini y Diamanti es un libro fundamental para entender por qué Italia es un laboratorio de éxito para el populismo. Se inscribe, además, en la mejor tradición de la politología italiana: aquella que se arriesga para ofrecer explicaciones serias y rigurosas sobre los fenómenos más recientes, conscientes de la dificultad de la empresa y del carácter muchas veces contingente y provisional de las conclusiones, sin las cuales, de otra parte, no cabría ningún progreso en la comprensión de la política.

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[1] 

Grilli di Cortona, Pietro. 2015. Il cambiamento político in Italia. Dalla Prima alla Seconda Repubblica. Roma: Carocci Editore

[2] 

Diamanti, Ilvo y Marc Lazar. 2018. Popolocrazia. La metamorfosi delle nostre democrazie. Roma: Laterza

[3] 

Orsina, Giovanni. 2018. La democrazia del narcisismo. Breve storia dell’antipolitica. Venecia: Marsilio

[4] 

Valbruzzi, Marco y Vignati, Rinaldo. 2018. Il vicolo cieco. Le elezioni del 4 marzo 2018. Bolonia: Il Mulino