SUMARIO

  1. Referencias

América Latina y la ciencia política, ambas definidas por su diversidad, conjuntan un maravilloso modelo para armar. El libro editado por Flavia Freidenberg constituye un esfuerzo notable en la articulación de las piezas. Con una introducción a cargo de la editora y veintidós trabajos ordenados en cuatro secciones, la obra contiene un enriquecedor diagnóstico de la ciencia política latinoamericanista y representa una significativa contribución para una empresa común en la región: una mayor institucionalización de la disciplina, esto es, el robustecimiento de las instituciones académicas, las comunidades científicas, las publicaciones y las redes de conocimiento.

El debate sobre el estado de la ciencia política ha ido in crescendo en las últimas décadas. Uno de los ejes de la polémica, avivado sobre todo por Sartori ( ‍Sartori, Giovani. 1986. «Dove va la szienza politica?», en Luigi Graziano (ed.), La scienza politica in Italia: bilancio e prospettive. Milán: F. Angeli.1986), gira alrededor de la consistencia epistemológica, teórica y metodológica, los progresos científicos y la penetración en diferentes latitudes del llamado modelo estadounidense de ciencia política, caracterizado por el uso de métodos estadísticos y modelos teóricos formales ( ‍Mahoney, James. 2007. «Debating the State of Comparative Politics: Views from Qualitative Research», Comparative Political Studies, 40 (1): 32-38.Mahoney, 2007). Azuzados a menudo por la americanización de la ciencia política, en años recientes los estudiosos de la realidad política latinoamericana han emprendido ejercicios críticos sobre los modos de producción del conocimiento científico, la vinculación entre ese conocimiento y la solución de los problemas públicos, las condiciones en que se desarrolla el trabajo académico y las cualidades de la producción académica en los diferentes países de la región, entre otras cuestiones.

En consonancia con otros trabajos recientes (por ejemplo ‍Altman, David. 2005. «La Institucionalización de la Ciencia Política en Chile y América Latina: una mirada desde el Sur», Revista de Ciencia Política, 25 (1): 3-15., Altman, 2005;  ‍Barrientos del Monte, Fernando. 2015. «La institucionalización de la Ciencia Política en América Latina», en Francisco Reveles Vázquez (ed.), La Ciencia Política en México hoy: ¿qué sabemos? México: UNAM-FCPyS. Barrientos del Monte, 2015;  ‍Hartlyn, Jonathan. 2008. «Tendencias de la ciencia política en Norteamérica y diálogos con la ciencia política en América Latina», en Simón Pachano (ed.), Tendencias actuales y tendencias en la ciencia política. Quito: Flacso Ecuador/Ministerio de Cultura.Hartlyn, 2008;  ‍Munck, Gerardo. 2007. «Agendas y estrategias de investigación en el estudio de la política latinoamericana», Revista de Ciencia Política, 27 (1): 3-21.Munck, 2007), el libro editado por Freidenberg privilegia un acercamiento empírico y metodológico; es decir, su línea conductora es la recopilación ordenada de evidencias y datos que permiten deducir conclusiones sobre el status de la ciencia política latinoamericanista. Esta cualidad contrasta con aportaciones que recuperan discusiones eminentemente teóricas y epistemológicas sobre la materia (por ejemplo ‍Retamozo, Martín. 2009. «La Ciencia Política contemporánea: ¿constricción de la ciencia y aniquilamiento de lo político? Apuntes críticos para los estudios políticos en América Latina», Andamios. Revista de Investigación Social, 6 (11): 71-100. , Retamozo, 2009). La obra recensionada contrasta también con algunas visiones pesimistas sobre el status de la Ciencia Política en el mundo y en la región (por ejemplo ‍Cansino, César. 2008. La muerte de la ciencia política. Buenos Aires: Sudamericana., Cansino, 2008), ya que permite sostener una postura esencialmente optimista, al revelar una disciplina vibrante y en expansión, aunque sin perder de vista las desigualdades entre los países de América Latina y los enormes retos por delante, particularmente en términos institucionales y profesionales.

La primera sección del libro editado por Freidenberg está dedicada a uno de los temas más conspicuos entre los especialistas: la enseñanza, los programas curriculares y el progreso general de la disciplina en estudios de caso (Argentina, Brasil, Chile, México, Venezuela, entre otros). Los trabajos en esta sección son esencialmente descriptivos y permiten reconocer particularidades nacionales sobre el estado de la disciplina y su relación con las ciencias sociales, la producción de revistas científicas, las características de los planes de estudio, las preocupaciones temáticas más recurrentes y los alumnos matriculados en pregrado y posgrado, entre otras cuestiones. Estos elementos abonan, sin duda, al reconocimiento de las características institucionales de la ciencia política en los países de la región. Los trabajos que forman esta sección muestran no solo las particularidades nacionales, sino la diversidad de perspectivas de análisis. Sin embargo, las disparidades en los abordajes sobre los estudios de caso complican la visión del panorama general.

La segunda sección de la obra recensionada recorre la investigación politológica que sobre América Latina se realiza en países fuera de la región. En este apartado se muestran no solo algunas de las experiencias más enraizadas en la materia —Estados Unidos, España, Francia, Alemania—, sino núcleos de estudio menos conocidos, como los existentes en Noruega y República Checa. Esta es, probablemente, una de las aportaciones más originales de la obra editada por Freidenberg. La ciencia política latinoamericanista se desarrolla e institucionaliza en geografías no solo distantes, sino infrecuentes en este campo. La migración internacional dentro de la comunidad politológica regional, tratada con mayor detenimiento en la cuarta sección de la obra, es otro tema destacable por su relativa novedad.

Con esos elementos, el libro editado por Freidenberg permite enfatizar una idea básica, aunque a veces soslayada: la ciencia política latinoamericanista se nutre del trabajo de profesionales y centros de investigación localizados por todo el mundo. A pesar de ello, hasta ahora son realmente limitados los análisis críticos sobre la producción, investigación y enseñanza de la ciencia política latinoamericanista más allá de la región. Estos esfuerzos foráneos implican, entre otras cuestiones, que los fenómenos políticos en la región encuentran, casi de manera natural, una pluralidad de visiones conceptuales, teóricas y metodológicas; y esta condición plantea el reto de construir puentes de comunicación e intercambios académicos. En este sentido, el trabajo editado por Freidenberg es un fruto maduro del diálogo establecido desde hace algunos años por una red de investigadores distribuida por los principales puntos de América y Europa.

La tercera y cuarta secciones de la obra a cargo de Freidenberg presentan estudios eminentemente comparativos sobre las publicaciones y sobre los niveles de institucionalización de la disciplina en la región. El libro en conjunto, aunque sobre todo en estas secciones finales, permite reiterar que la ciencia política latinoamericanista es más boyante que nunca. En las últimas décadas, con el impulso de los procesos democratizadores, la disciplina vivió una notoria expansión regional que se refleja no solo en mayor número de espacios académicos, cursos, asociaciones, revistas, libros y artículos, sino en una mayor visibilidad social de la profesión. Sin embargo, existen notorias diferencias nacionales. Algunos países —Argentina, Brasil y Chile, por ejemplo— han experimentado avances importantes y sus retos están relacionados con la expansión de la disciplina. Mientras que otros, Venezuela sería el ejemplo más notorio, han sufrido en los últimos años procesos de desinstitucionalización y enfrentan un panorama oscuro; por último, países como Honduras, Panamá y Paraguay ni siquiera han logrado construir una comunidad politológica autónoma.

En suma, la disciplina en la región enfrenta un horizonte de contrastes, con avances sobresalientes en algunos casos, mientras que en otros casos aún luchan por el establecimiento de programas de grado disciplinarios o la presencia de una auténtica comunidad politológica. Más todavía, en otros casos se encuentran francos retrocesos. Esto recuerda que los contextos sociopolíticos particulares, sobre todo el ejercicio de las libertades civiles, repercuten de manera sobresaliente sobre la ciencia política y el quehacer académico.

Una parte importante de los trabajos contenidos en el libro recensionado fueron presentados en el seminario internacional «El estado de la ciencia política: desafíos y oportunidades de la docencia y la investigación en perspectiva comparada», organizado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo y el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, en Santo Domingo (República Dominicana), el 27 y 28 de enero de 2010. El tiempo transcurrido entre dicho encuentro académico y la publicación de la obra se traduce a menudo en el añejamiento de las referencias consultadas y la información contenida. No obstante, la obra tiene el potencial para convertirse en una referencia no solo para estudiosos y practicantes de la disciplina, sino para autoridades académicas, diseñadores de políticas públicas y personas interesadas en el progreso científico de América Latina, sobre todo por sus empeños para discutir aspectos sustantivos de la docencia y la investigación, brindar elementos para realizar una evaluación sistemática del estado de la ciencia política en los países de la región y consignar lo que sobre América Latina es realizado por la academia politológica internacional.

La obra editada por Freidenberg, además, podría ser la simiente de proyectos futuros; por ejemplo, la elaboración de un índice de institucionalización de la ciencia política en América Latina; el análisis de la ciencia política sobre América Latina que es hecha o apoyada por fundaciones y organismos de cooperación internacional; el estudio comparado de la disciplina al interior de cada país, es decir, diagnósticos subnacionales sobre la ciencia política, ya que en el interior de un mismo país frecuentemente coexisten desarrollos disciplinarios heterogéneos. El progreso de la ciencia política sobre y desde América Latina habrá de ser posible, o menos azaroso y complicado, en la medida en que se tenga un mejor entendimiento de sus condiciones, tendencias y desafíos más acuciantes.

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[1] 

Altman, David. 2005. «La Institucionalización de la Ciencia Política en Chile y América Latina: una mirada desde el Sur», Revista de Ciencia Política, 25 (1): 3-‍15.

[2] 

Barrientos del Monte, Fernando. 2015. «La institucionalización de la Ciencia Política en América Latina», en Francisco Reveles Vázquez (ed.), La Ciencia Política en México hoy: ¿qué sabemos? México: UNAM-FCPyS.

[3] 

Cansino, César. 2008. La muerte de la ciencia política. Buenos Aires: Sudamericana.

[4] 

Hartlyn, Jonathan. 2008. «Tendencias de la ciencia política en Norteamérica y diálogos con la ciencia política en América Latina», en Simón Pachano (ed.), Tendencias actuales y tendencias en la ciencia política. Quito: Flacso Ecuador/Ministerio de Cultura.

[5] 

Mahoney, James. 2007. «Debating the State of Comparative Politics: Views from Qualitative Research», Comparative Political Studies, 40 (1): 32-‍38.

[6] 

Munck, Gerardo. 2007. «Agendas y estrategias de investigación en el estudio de la política latinoamericana», Revista de Ciencia Política, 27 (1): 3-‍21.

[7] 

Retamozo, Martín. 2009. «La Ciencia Política contemporánea: ¿constricción de la ciencia y aniquilamiento de lo político? Apuntes críticos para los estudios políticos en América Latina», Andamios. Revista de Investigación Social, 6 (11): 71-‍100.

[8] 

Sartori, Giovani. 1986. «Dove va la szienza politica?», en Luigi Graziano (ed.), La scienza politica in Italia: bilancio e prospettive. Milán: F. Angeli.