RESUMEN
La irrupción de Vox en la política española ha suscitado un debate en torno a la propia naturaleza ideológica de este nuevo partido. Este artículo aborda esta cuestión a través de un análisis cualitativo de contenido de sus programas electorales y discursos, basado en el método de la cadena causal. Los resultados muestran que Vox es una organización de ultraderecha, que se ajusta a las características de la familia de partidos de la derecha radical. Su ideología está basada en una combinación de nacionalismo y xenofobia (nativismo) y de una visión autoritaria de la sociedad, apegada a los valores de ley y orden. Este autoritarismo, sin embargo, no se manifiesta como voluntad de instaurar un régimen autocrático ni se hace uso de la violencia con fines políticos. Este matiz alejaría a Vox de los elementos más extremistas de la ultraderecha. Por otro lado, el nativismo es el elemento que diferencia a Vox de los partidos conservadores convencionales. Finalmente, cabe apuntar dos especificidades del representante en España de la derecha radical: primero, y a diferencia de muchos de sus homólogos en Europa, el populismo está muy poco presente en su discurso; la retórica de Vox es mucho más nacionalista que populista. En segundo lugar, mientras que muchos representantes de esta familia de partidos tratan de desdibujar sus postulados socioeconómicos para atraer a una base de votantes más amplia, Vox muestra desacomplejadamente una actitud claramente conservadora en temas como los valores tradicionales o una agenda económica de carácter neoliberal.
Palabras clave: derecha radical, partidos políticos, inmigración, nacionalismo, España.
ABSTRACT
The emergence of Vox in Spanish politics has raised a debate around the very ideological nature of this new party. This article addresses this concern by performing a qualitative content analysis of its party manifestos and discourses, based on the causal chain method. The findings show that Vox is a far-right organization as it fits the characteristics of the radical right party family. Its ideology is based on a combination of nationalism and xenophobia (nativism) and an authoritarian view of society, attached to the values of law and order. This authoritarianism, however, represents neither the willingness to establish an autocratic regime nor the use of violence to reach political goals. This nuance moves Vox away from the most extremist elements of the far right. On the other hand, nativism is the element which distinguishes Vox from the mainstream conservative parties. Finally, two specificities of the Spanish representative of the radical right are worth pointing out: Firstly, unlike many of its counterparts in Europe, populism is not very present in its discourse; the rhetoric of Vox is far more nationalist than populist. Secondly, while many representatives of this party family try to blur their socioeconomic position to attract a broader base of voters, Vox shows without complex a clear conservative stance in issues such as traditional values and a neoliberal economic agenda.
Keywords: radical right, political parties, immigration, nationalism, Spain.
SUMARIO
El fenómeno del surgimiento y auge de la ultraderecha en Europa ha suscitado el interés
de numerosos expertos en la academia y también de ciudadanos y periodistas en los
medios de comunicación ( Acha, Beatriz. 2019. «No, no es un partido (neo)fascista». Agenda Pública, 6-1-2019. Disponible en:
En este contexto, sin embargo, el caso español —junto con otros pocos países como Portugal— ha sido siempre una excepción destacada. La ultraderecha en España ha estado muy fragmentada y ha presentado habitualmente un claro sesgo antidemocrático, muchas veces relacionado con la nostalgia por las dictaduras militares del siglo pasado ( Casals, Xavier. 2000. «La ultraderecha española: una presencia ausente (1975-1999)», Historia y Política: Ideas,Procesos y Movimientos Sociales, 3: 147-174.Casals, 2000). El partido Plataforma per Catalunya (PxC) fue la única organización a la derecha del PP relativamente exitosa, aunque básicamente a nivel local, a principios del siglo xxi. En contraste con la extrema derecha tradicional, PxC presentó un aparato ideológico y discursivo parecido al de los partidos de derecha populista radical del resto de Europa ( Casals, Xavier. 2009. La Plataforma per Catalunya: la eclosión de un nacional-populismo catalán (2003-2009). Barcelona: Institut de Ciències Polítiques i Socials.Casals, 2009; Hernández-Carr, Aitor. 2011. «¿La hora del populismo? Elementos para comprender el «éxito» electoral de Plataforma per Catalunya». Revista de Estudios Políticos, 154: 47-74.Hernández-Carr, 2011). Aun así, nunca superó la barrera electoral del 3 % para obtener representación parlamentaria.
A pesar de estos fracasos —que llevaron a Xavier Casals a definir la situación de
la extrema derecha española como «una presencia ausente» ( Casals, Xavier. 2000. «La ultraderecha española: una presencia ausente (1975-1999)»,
Historia y Política: Ideas,Procesos y Movimientos Sociales, 3: 147-174.2000: 148)—, en un importante artículo sobre el tema, Alonso y Rovira ( Alonso, Sonia y Cristóbal Rovira. 2014. «Spain: no country for the Populist Radical
Right?», South European Society and Politics, 20 (1): 21-45. Disponible en:
Tomando en cuenta todos estos datos, Alonso y Rovira se atrevieron a formular el siguiente pronóstico sobre el futuro de la derecha radical en España:
A la cuestión esencial, «¿cabe la posibilidad de que el populismo de derecha radical gane influencia en España en los próximos años?» Nuestra respuesta general es por tanto «sí», pero con un matiz. Dado que en la España contemporánea el potencial electoral de estos partidos guarda más relación con el populismo que con el nativismo y dado que la gran recesión está trayendo al frente preocupaciones políticas materiales en lugar de postmateriales, no sería sorprendente si el país experimentara el auge y consolidación de un partido populista de izquierda a nivel nacional en el futuro próximo (ibid.: 22)[1].
Los autores no estaban equivocados en absoluto. Un año después de esta publicación, surgió un nuevo partido a la izquierda del PSOE que llegó a convertirse en el tercer grupo de la Cámara. En 2019, sin embargo, las proyecciones de los autores deberían ser matizadas. Si las elecciones de 2015 se caracterizaron por la aparición de Podemos, las de 2019 han presenciado otro terremoto político: la entrada de Vox, una nueva formación política a la derecha del Partido Popular. Liderada por Santiago Abascal, antiguo dirigente del PP, la naturaleza ideológica de esta organización ha suscitado numerosos debates. Mientras que algunos comentaristas sostienen que nos encontramos frente al genuino representante de la derecha radical populista en España, otros argumentan que Vox es meramente una versión más dura del conservadurismo tradicional.
Teniendo esto en cuenta, el objetivo del presente artículo es dilucidar la naturaleza
ideológica de Vox, a fin y efecto de clasificar esta nueva formación política dentro
de alguna de las existentes familias de partidos. La investigación es relevante tanto
desde un punto de vista social como académico. Por un lado, el análisis de la ideología
de Vox contribuye a informar el debate político y, en la medida de lo posible, a elevar
la calidad de nuestra esfera pública. En términos académicos, no solo se proporcionan
datos originales sobre una organización de reciente surgimiento y escasamente estudiada
aún, sino que el método de la cadena causal —donde se jerarquizan los diferentes componentes
ideológicos del partido— ofrece una excelente oportunidad a los comparativistas para,
a partir del presente estudio de caso, conocer mejor el núcleo ideológico de los partidos
de derecha radical y así robustecer el campo de los European radical right studies ( Arzheimer, Kai. 2018. «Conceptual Confusion is not Always a Bad Thing: The Curious
Case of European Radical Right Studies», en Karl Marker, Annette Schmitt y Jürgen
Sirsch, (eds.), Demokratie und Entscheidung. Wiesbaden: Springer. Disponible en:
El artículo empieza con un breve comentario histórico sobre Vox, desde su surgimiento en 2013. En la siguiente sección se aborda el marco teórico, con una profusa revisión de literatura sobre la derecha radical. El diseño de investigación y los métodos utilizados se presentan a continuación. En la quinta sección se presenta el análisis empírico de la ideología de Vox y se discuten sus implicaciones teóricas. Finalmente, el texto termina con un breve resumen y con las conclusiones.
Vox se fundó en diciembre de 2013 como escisión derechista del Partido Popular, con la participación de algunos de sus antiguos cuadros más conservadores. Próximos al expresidente José María Aznar, estos criticaban al PP de Rajoy por ser demasiado moderado en cuestiones como los valores tradicionales, la unidad nacional o la libertad económica. La expresión que hizo fortuna más tarde, ya creado Vox, fue la de referirse al PP como «la derechita cobarde». Implícitamente reivindicando estar a la derecha de los populares —por el supuesto viaje al centro de éstos últimos— evitaron, sin embargo, situarse al lado de la ultraderecha y preferían llamarse a sí mismos «el centro-derecha nacional». Su primer manifiesto, en este sentido, se formuló en términos relativamente aceptables para el gran público al declarar que Vox era un proyecto que tenía por objetivos «cohesionar la Nación, conseguir la eficiencia del Estado, mejorar la calidad de las instituciones, garantizar la honradez de los responsables públicos e impulsar el crecimiento económico en beneficio de todos los ciudadanos»[2].
Las primeras elecciones en las cuales se presentó Vox fueron las europeas de mayo de 2014. El candidato fue Alejo Vidal-Quadras, antiguo presidente del Partido Popular en Cataluña (1991-1996) y miembro de su ala más conservadora. La nueva formación política se quedó a tan solo 2000 votos de conseguir un escaño en Bruselas. Pocos meses más tarde, Vidal-Quadras abandonó el partido alegando que no quería contribuir a la dispersión del voto de la derecha ante el emergente «extremismo de izquierda de tintes totalitarios», en clara alusión al auge de Podemos. Cuando el exlíder del PP catalán abandonó Vox, el antiguo parlamentario vasco, Santiago Abascal, ya había sido elegido presidente del partido, y volvería a ser reelegido en marzo de 2016. Junto con otros dirigentes como Ortega Lara, Abascal procedía de las filas del PP de línea dura contra el nacionalismo vasco en los años del terrorismo de ETA.
Bajo el liderazgo de Abascal, Vox se ha presentado a todas las contiendas electorales que han tenido lugar, pero no consiguieron ningún éxito hasta las elecciones autonómicas andaluzas de diciembre de 2018. Espoleados por la crisis secesionista en Cataluña, la nueva formación fue ganando momentum y dio la sorpresa al conseguir más del 10 % de los votos y hasta doce escaños en el Parlamento andaluz (tabla 1). En las elecciones generales repitieron resultados en términos relativos, pero un mes después disminuyó sustancialmente su porcentaje de voto en las elecciones europeas, autonómicas y municipales. Aun así, consiguieron superar el 6 % del voto —excepto en las locales— y obtuvieron representación en los distintos niveles de gobierno.
Año | Elecciones | Votos | % | Escaños/Concejales |
---|---|---|---|---|
2014 | Europeas | 244.929 | 1,56 | 0/54 |
2015 | Municipales | 64.385 | 0,29 | 22/67.515 |
2015 | Regionales (10 comunidades autónomas) | 75.486 | 0,62 | 0/620 |
2015 | Regionales (Andalucía) | 18.017 | 0,45 | 0/109 |
2015 | Generales | 58.114 | 0,23 | 0/350 |
2016 | Generales | 47.182 | 0,20 | 0/350 |
2016 | Regionales (País Vasco) | 774 | 0,07 | 0/75 |
2018 | Regionales (Andalucía) | 395.978 | 10,97 | 12/109 |
2019 | Regionales (Cortes Valencianas) | 278.947 | 10,44 | 10/99 |
2019 | Generales | 2.664.325 | 10,26 | 24/350 |
2019 | Europeas | 1.388.681 | 6,20 | 3/54 |
2019 | Regionales (14 comunidades autónomas) | 684.312 | 6,67 | 35/767 |
2019 | Municipales | 659.736 | 2,90 | 530/66.787 |
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Ministerio del Interior.
En el proceso de asalto a las instituciones, especialmente desde que Abascal se consolidó
como líder del partido, Vox fue radicalizándose de forma progresiva ( Casals, Xavier. 2018. Claves para comprender el ascenso de Vox. Disponible en:
La implicación política de esta decisión es ambigua y refuerza la necesidad de investigar
mejor el núcleo ideológico de Vox, que es precisamente el objeto del presente artículo.
Si el grupo de ID es claramente el representante de la derecha populista radical en
Europa, los CRE son más heterogéneos e integran desde miembros del Partido Conservador
británico hasta la formación polaca Ley y Justicia o los Demócratas Suecos. Los CRE
están claramente a la derecha del Partido Popular Europeo y les une una posición antifederalista,
pero no todos sus integrantes —empezando por los conservadores británicos— podrían
ser llamados ultraderechistas ( Whitaker, Richard y Philipp Lynch. 2013. «Understanding the Formation and Actions
of Eurosceptic Groups in the European Parliament: Pragmatism, Principles and Publicity»,
Government and Opposition, 49 (2): 232-263. Disponible en:
Más material para el debate es la acción institucional que recientemente viene desarrollando Vox después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019. La nueva formación de la derecha española ha priorizado pactos de estabilidad parlamentaria con el Partido Popular y Ciudadanos para desalojar a la izquierda de las instituciones. Los temas que han puesto sobre la mesa para llegar a acuerdos coinciden plenamente con su discurso y propuestas de campaña: la derogación de las «leyes de género» y LGTBI, la defensa de la unidad de España, la rebaja de impuestos y el apoyo a la iniciativa empresarial, la lucha contra la inmigración ilegal o la protección de la cultura tradicional.
Para clasificar a Vox en alguna de las existentes familias de partidos, así como para conocer la jerarquía de sus distintos componentes ideológicos, la siguiente sección desarrolla el marco teórico de la investigación.
Cas Mudde identificó docenas de etiquetas diferentes para nombrar a las nuevas formaciones
de carácter xenófobo y autoritario que pueblan los parlamentos de toda Europa: desde
la clásica «extrema derecha» al singular «tribalismo reaccionario», pasando por «ultraderecha»,
«partidos antiinmigración» o «populismo exclusivista» ( Mudde, Cas. 2007. Populist Radical Right Parties in Europe. Cambridge: Cambridge University Press. Disponible en:
Por un lado, la expresión «extrema derecha» había sido hasta tiempos recientes la
nomenclatura dominante para designar a estos nuevos partidos ( Arzheimer, Kai. 2018. «Conceptual Confusion is not Always a Bad Thing: The Curious
Case of European Radical Right Studies», en Karl Marker, Annette Schmitt y Jürgen
Sirsch, (eds.), Demokratie und Entscheidung. Wiesbaden: Springer. Disponible en:
A pesar de que Mudde había sido un proponente de la expresión «extrema derecha» ( Mudde, Cas. 1996. «The War of Words. Defining the Extreme Right Party Family», West European Politics, 19: 225-248.1996, Mudde, Cas. 2000. The ideology of the extreme right. Manchester: Manchester University Press.2000), en su nueva obra apuntó que estos partidos eran junto a la derecha radical un subgrupo de la más amplia familia de la ultraderecha. La diferencia fundamental es que los partidos de la derecha radical rechazan algunos aspectos de la democracia liberal —como el pluralismo político, las instituciones contramayoritarias o la protección de las minorías—, pero no el conjunto del sistema democrático. Expresado de otro modo, no proponen la sustitución de los regímenes actuales por dictaduras u otras formas políticas autoritarias que suspendan la celebración de elecciones libres y el ejercicio de los derechos fundamentales para el conjunto de la población. Este último tipo de partidos serían «extremistas», mientras que los primeros serían «radicales».
Pippa Norris apuntó otra característica de la extrema derecha, que no solo sería contraria
al sistema democrático en su conjunto, sino que sería proclive a perpetrar crímenes
de odio y a utilizar métodos violentos como la vandalización de sinagogas o mezquitas,
el acoso a las comunidades de inmigrantes o las agresiones indiscriminadas contra
las minorías propias de las bandas neonazis ( Norris, Pippa. 2005. Radical Right: Voters and Parties in the Electoral Market. Cambridge: Cambridge University Press. Disponible en:
Por su progresiva generalización ( Arzheimer, Kai. 2018. «Conceptual Confusion is not Always a Bad Thing: The Curious
Case of European Radical Right Studies», en Karl Marker, Annette Schmitt y Jürgen
Sirsch, (eds.), Demokratie und Entscheidung. Wiesbaden: Springer. Disponible en:
En contraste con la distinción entre extremismo y radicalismo, la característica o el ser «de derechas» es más sencillo de definir teóricamente. Bobbio ( Bobbio, Norberto. 1996. Left and Right: The Significance of a Political Distinction. Chicago: University Chicago Press.1996) distingue la izquierda como una ideología igualitaria mientras que la derecha se relaciona con la desigualdad y el privilegio. En la mayoría de estudios empíricos, es el componente socioeconómico el que prevalece sobre otras consideraciones para establecer la diferencia entre ambas tendencias políticas. Así pues, la izquierda es partidaria de la intervención del Estado en la economía, mientras que la derecha apoya un marco de mercado libre ( Schwartz, Joseph M. 1993. «Left», en The Oxford Companion to Politics of the World. Oxford: Oxford University Press: 531-532.Schwartz, 1993). En la práctica, sin embargo, existen algunos partidos de derecha radical que no están en contra del Estado de bienestar, siempre y cuando este proteja a los «nativos» y no a los inmigrantes. Consecuentemente, este hecho nos retrotrae a las reflexiones de Bobbio: la defensa del llamado «chovinismo de bienestar» es la expresión de una visión del mundo no igualitaria, donde los autóctonos ocupan un lugar superior a los inmigrantes en la jerarquía social.
A modo de resumen, la familia de partidos de la derecha radical rechaza algunos aspectos de la democracia liberal, pero no el sistema democrático en su conjunto (radicalismo vs. extremismo), y comparte una visión no igualitaria del mundo (derecha). La siguiente subsección va más allá de esta mera definición de los términos nominales al presentar las características esenciales de su ideología. Siguiendo a los autores más reputados de la literatura académica, sostengo que lo que define a esta familia de partidos es una combinación de nacionalismo y xenofobia (nativismo) y una aproximación autoritaria hacia la política y el orden social.
Si existen docenas de etiquetas para nombrar a las formaciones de ultraderecha, los
números no se quedan cortos a la hora de intentar enumerar sus componentes ideológicos.
De nuevo, Cas Mudde encontró en la literatura especializada hasta 58 diferentes características
imputables a estos partidos ( Mudde, Cas. 2000. The ideology of the extreme right. Manchester: Manchester University Press.2000: 11). Estas definiciones pueden ser simples, como la de Macridis: «Ideología que pivota
alrededor de los mismos temas de siempre: racismo, xenofobia, y nacionalismo» ( Macridis, Roy C. 1989. Contemporary political ideologies: movements and regimes. 4th Edition. Glennview, Scott: Foresman and Company.1989: 231) Traducción propia del texto original: «Ideology [that] revolves around the same old
staples: racism, xenophobia, and nationalism».
Traducción propia del texto original: «Extreme nationalism, ethnocentrism, anti-communism,
anti-parliamentarism, anti-pluralism, militarism, law-and-order thinking, a demand
for a strong political leader and/or executive, anti-Americanism and cultural pessimism».
La tarea que emprendió Mudde, en este sentido, fue la de buscar las cinco características
que de algún modo u otro aparecían en casi todas las definiciones: nacionalismo, racismo,
xenofobia, antidemocracia y Estado fuerte ( Mudde, Cas. 1995. «Right-wing extremism analyzed. A comparative analysis of the ideologies
of three alleged right-wing extremist parties (NPD, NDP, CP’86)», European Journal of Political Research, 27 (2): 203-224. Disponible en:
Jens Rydgren empieza su reciente libro asegurando que «los partidos y movimientos
de la derecha radical comparten un énfasis en el etnonacionalismo arraigado en mitos
sobre el pasado» ( Rydgren, Jens. 2018. The Oxford Handbook of the Radical Right. Oxford: Oxford University Press. Disponible en:
Cabe destacar, sin embargo, que en algunos casos este proyecto nacionalista puede
solaparse con el de los partidos conservadores clásicos. Es por este motivo que, a
fin de diferenciar la derecha radical de la convencional cabe añadir otro elemento
en la ecuación: la xenofobia. La combinación de ambos elementos —nacionalismo y xenofobia—
es lo que la literatura especializada ha venido a llamar «nativismo» ( Akkerman, Tjitske, Sarah L. de Lange y Matthijs Rooduijn. 2016. Radical right-wing populist parties in Western Europe: into the mainstream? Londres: Routledge. Disponible en:
Traducción propia del texto original: «nativism is an ideology that holds that states
should be inhabited exclusively by members of the native group («the nation») and
that non-native elements (persons and ideas) are fundamentally threatening to the
homogenous nation-state».
Por otro lado, el autoritarismo es la segunda característica nuclear que define a
la derecha radical. Este se puede definir como «la creencia en una sociedad estrictamente
ordenada, donde las infracciones a la autoridad tienen que ser severamente castigadas»
(ibid.: 23) Traducción propia del texto original: «the belief in a strictly ordered society, in
which infringements of authority are to be punished severely».
Así pues, nativismo y autoritarismo son condiciones necesarias y suficientes para que una organización política sea tildada de derecha radical. Sin embargo, el
mapa de los partidos políticos de esta tendencia es muy heterogéneo, y más allá de
estas dos características pueden presentar otras que son complementarias: populismo,
neoliberalismo, antiparlamentarismo, etc. En este sentido, hay autores que se han
aventurado a establecer diferentes subfamilias, pero no hay consenso sobre ellas en
la literatura. Por ejemplo, Kitschelt ( Kitschelt, Herbert. 1995. The Radical Right in Western Europe: a Comparative Analysis. Ann Arbor: The University of Michigan Press. Disponible en:
Ideology | Key additional festure |
---|---|
Extreme right Radical right Nativism Nationalism |
Anti-democracy Authoritarianism Xenophobia |
Pippa Norris, más prudente, no se decide a establecer categóricamente distintos subtipos,
pero sugiere que «sería más preciso discernir entre dos o tres distintas «subfamilias»,
por ejemplo, entre las vertientes «neoliberal», «antiinmigración» o «populista»» ( Norris, Pippa. 2005. Radical Right: Voters and Parties in the Electoral Market. Cambridge: Cambridge University Press. Disponible en:
Traducción propia del texto original: «It might be more precise to discern two or
three distinct «subfamilies», for example «neoliberal», «anti-immigrant», or «populist»
strands».
Aunque la principal hipótesis de este artículo es que Vox es el representante de la derecha radical en España, creo imprescindible repasar brevemente las características del conservadurismo tradicional para robustecer las conclusiones y evitar que la investigación se dirija deliberadamente en un sentido concreto. Esta necesidad teórica y empírica, que aporta más honestidad intelectual al trabajo, es además razonable por dos motivos: el primero, porque parte del debate social y político en España ha girado en torno a la pregunta de si Vox es un partido de ultraderecha o «solo» una versión más severa del conservadurismo tradicional. En segundo término, porque el propio origen de Vox como escisión del Partido Popular —la organización conservadora mainstream— podría llevar a los primeros a compartir su núcleo ideológico con los populares más que con la derecha radical europea.
En este sentido, una de las definiciones clásicas de conservadurismo es la de Michels
( Michels, R. 1931. «Conservatism», en: Encyclopaedia of the Social Sciences. Londres: s. n: 230-232.1931), que sostiene que esta doctrina expresa una tendencia a mantener el statu quo así como un apego a la autoridad y a la tradición. Layton-Henry ( Layton-Henry, Zig. 1982. Conservative Politics in Western Europe. Nueva York: St. Martin’s. Disponible en:
El nacionalismo aquí, sin embargo, es diferente del de la derecha radical en el sentido
de que los conservadores no son xenófobos —o en todo caso, la xenofobia no es nuclear
en su ideología— y por lo tanto no son nativistas. Su lealtad hacia la nación es además
presentada en términos más cívicos que étnicos, una idea que Mudde resumió como «nacionalismo
liberal» ( Mudde, Cas. 2007. Populist Radical Right Parties in Europe. Cambridge: Cambridge University Press. Disponible en:
Por último, cabe añadir que autores como Girvin hablan de una «transformación» del conservadurismo contemporáneo desde la década de los años setenta y ochenta ( Girvin, Brian. 1988. The Transformation of Contemporary Conservatism. Londres: Sage.1988). Esta alteración se arraiga en la llamada revolución conservadora de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, que consolidaron en el núcleo de esta ideología una defensa a ultranza del sistema capitalista y de libre mercado. Estos cambios afectaron a algunas ramas de la democracia cristiana de las décadas anteriores, que favorecían un cierto tipo de capitalismo social. La práctica totalidad de los partidos de derecha y centro-derecha actuales se definen, en cambio, por una agenda claramente neoliberal en el aspecto económico.
A modo de resumen, si Vox fuese un partido de derecha radical debería presentar una combinación de nacionalismo «étnico» y xenofobia (nativismo), junto a una aproximación al orden social basada en la ley y el orden. Su versión extremista añadiría una característica más: antidemocracia. En caso de que pudiera ser clasificado como conservador, cuatro serían las características necesarias: nacionalismo —presentado retóricamente en términos «cívicos»—, autoritarismo, valores tradicionales y neoliberalismo. La tabla 2 resume las características de las que hemos estado hablando, incluyendo el populismo por su importancia teórica y empírica en los estudios sobre la derecha radical. Para cada uno de los componentes se ha indicado si es nuclear en una ideología dada y por lo tanto DEBE estar presente (SÍ), si su presencia es indiferente (-) o si NO DEBE estar presente (NO) en la ideología bajo análisis.
Características | Derecha Radical | Extrema Derecha | Conservadurismo |
---|---|---|---|
Nacionalismo | SÍ | SÍ | SÍ |
Nativismo | SÍ | SÍ | NO |
Autoritarismo | SÍ | SÍ | SÍ |
Antidemocracia | NO | SÍ | NO |
Populismo | — | — | — |
Valores tradicionales | — | — | SÍ |
Neoliberalismo | — | — | SÍ |
Fuente: elaboración propia.
La investigación toma la forma de un estudio de caso ideográfico guiado por la teoría
( Levy, Jack S. 2008. «Case studies: Types, designs, and logics of inference», Conflict management and peace science, 25 (1): 1-18. Disponible en:
En este sentido, Mair y Mudde resumieron en un importante artículo los cuatro enfoques
principales que se utilizan para clasificar a un partido político dentro de una «familia»
concreta: los orígenes y la sociología, los vínculos transnacionales, la ideología
y las propuestas políticas, y el nombre del partido. Los autores enfatizan que es
importante observar lo que los partidos son más que lo que hacen, por lo que el estudio de los orígenes y de la ideología son los mejores enfoques para
clasificar a los partidos políticos ( Mair, Peter y Cas Mudde. 1998. «The party family and its study», Annual Review of Political Science, 1 (1): 211-229. Disponible en:
Aunque hay muchos estudios sobre la derecha radical que también se centran en la cuestión
de la «demanda», es decir, las actitudes y comportamientos del electorado ( Arzheimer, Kai y Elisabeth Carter. 2006. «Political opportunity structures and right-wing
extremism party success», European Journal of Political Research, 45 (3): 419-443. Disponible en:
Por lo que hace a los métodos, estos se basan en un análisis cualitativo de contenido
de cinco fuentes distintas, cuatro documentales y una audiovisual. La audiovisual
es el mitin de más de dos horas que Vox llevó a cabo en el pabellón de Vistalegre
en Madrid el 7 de octubre de 2018 ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
Cada fragmento del discurso y propuestas de los documentos analizados va a ser estudiado
según el marco teórico desarrollado en la sección tercera. La parte empírica de la
investigación se subdividirá pues en siete partes: nacionalismo, nativismo, autoritarismo,
antidemocracia, populismo, valores tradicionales y neoliberalismo. Para cada una de
esas características, se codificará si es central en el discurso del partido (C);
si está presente, pero no es central (p); si está indicada, pero no es explícita (i);
o si no está presente (-). El método utilizado es el de la cadena causal ( Mudde, Cas. 2000. The ideology of the extreme right. Manchester: Manchester University Press.Mudde, 2000: 23-40). Este enfoque se propone descubrir «la jerarquía de varias características que forman
parte de la ideología. Esto se realiza siguiendo la dirección de la argumentación
y evaluando cual es el primer argumento, cual es el segundo, etc» ( Mudde, Cas. 2000. The ideology of the extreme right. Manchester: Manchester University Press.2000: 23) Traducción propia del texto original: «The hierarchy of the various features that
are found to be part of the ideology. This is done by following the direction of the
argumentation and assessing what is the prime argument, what is the secondary, etc».
Esta pieza discursiva tiene, al menos, tres características que analizar. En primer término, los «políticos» son criticados, hecho que podría introducir un elemento populista. No obstante, esta idea surge en realidad de la defensa de un marco económico neoliberal, donde la «libertad» es reivindicada y los impuestos son percibidos como una «confiscación» de la legítima riqueza. El mensaje principal sería, pues, el apoyo a un programa de libre mercado, en el cual el populismo estaría indicado, pero no sería explícito. Más relevante es, sin embargo, la segunda parte de la sentencia, ya que Abascal proyecta un nacionalismo español muy claro al defender la hegemonía del castellano frente a les demás lenguas del Estado. Así pues, la idea principal no sería ni el populismo ni el neoliberalismo: pagar impuestos está mal principalmente porque los políticos utilizan el dinero de todos para complacer a los nacionalismos periféricos.
Si este párrafo fuese el discurso entero, el nacionalismo sería el primer argumento; el neoliberalismo el segundo, y el populismo el tercero. Sería codificado como sigue:
Nacionalismo: central (C)
Neoliberalismo: presente, pero no central (p)
Populismo: indicado, pero no explícito (i)
Un desacomplejado nacionalismo español vertebra y está constantemente presente en
el discurso, las propuestas y la escenografía de Vox. La organización apoya un estado
mononacional y centralizado ( Vox. 2019b. Programa electoral para las elecciones autonómicas de 2019. Disponible en:
Paralelamente, el partido pretende dotar de mayor protección jurídica a los símbolos
nacionales, especialmente el himno, la bandera y la Corona, aseverando que «ninguna
afrenta a ellos debe quedar impune» ( Vox. 2018a. 100 medidas para la España viva. Disponible en:
Su concepción de la españolidad está, además, fuertemente arraigada en mitos etnonacionales. Mientras que el resto de partidos de ámbito estatal mencionan la constitución de 1978
como fuente «cívica» para la unidad nacional ( Druliolle, Vincent. 2008. «Democracy Captured by its Imaginary: the Transition as
Memory and Discourses of Constitutionalism in Spain», Social and Legal Studies, 17 (1): 75-92. Disponible en:
La combinación de una posición etnonacionalista con un mensaje xenófobo es lo que convierte a Vox en una organización nativista. El
secretario general del partido, Ortega Smith, claramente combina ambos elementos en
su discurso: «[Tenemos] un objetivo muy claro: los españoles estarán primero! Y un
compromiso irrenunciable, el de que juntos haremos a España grande otra vez! ¡Viva
España y viva el rey!» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
Más allá de la islamofobia, el partido apunta hacia la «invasión migratoria» en general.
En el programa de las elecciones europeas, por ejemplo, declaran que «las fronteras
exteriores de la Unión deben convertirse en una puerta infranqueable para cualquier
nacional de tercer Estado que quiera entrar […] al margen de la legalidad» ( Vox. 2019a. Programa electoral para las elecciones europeas de 2019. Disponible en:
Por último, y dado que el nativismo rechaza a personas, pero también a ideas extranjeras,
en su ideología está presente también el componente antiglobalista. Abascal, por ejemplo,
pide «a la Unión Europea y a cualquier otra institución internacional respeto por
nuestra soberanía, identidad y leyes» (ibid.: min 1:56:10). George Soros, el billonario progresista que suele ser blanco de los
ataques del conjunto de la ultraderecha europea, es aquí también criticado por Rocío
Monasterio (ibid.: min 29:58). La propuesta 83 de su programa reza que Vox antepondrá «las necesidades
de España y de los españoles a los intereses de oligarquías, caciques, lobbys u organizaciones supranacionales» ( Vox. 2018a. 100 medidas para la España viva. Disponible en:
A modo de resumen, tanto en la subsección 1 como en la 2 he demostrado que Vox combina una concepción esencialista de la nación con una postura xenófoba contra los inmigrantes, especialmente los musulmanes. Vox es por tanto una organización nativista. En este sentido, podría haber reunido ambas partes en una sola subsección, pero las he mantenido separadas en aras de un análisis más honesto. En este sentido, si Vox fuera un partido conservador y no de derecha radical, presentaría un cierto grado de nacionalismo, aunque de carácter más «cívico» (1), pero no de xenofobia ni por tanto de nativismo (2).
Un modelo de sociedad basado en la ley y el orden está presente en la mayoría de las
posiciones políticas de Vox. La violación de la ley debe ser severamente castigada
en relación al secesionismo, la inmigración, el crimen, el terrorismo y para el conjunto
de los «enemigos» de España. Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la asamblea de Madrid,
declaró en Vistalegre que «[un país] se tiene que liderar con una mano de hierro para
así garantizar a los nuestros un espacio de seguridad y de libertad» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
El líder del partido, Santiago Abascal, subraya igualmente la importancia de estos
temas: «La España viva quiere poder defender su hogar cuando un ladrón violento entra
a asaltar su casa, y quiere tener el derecho, si tiene medios de hacerlo, de poder
defender su vida y su propiedad dentro de su casa» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
Más allá de la lucha contra el crimen, una moral autoritaria está también presente
en diversos campos de la política pública, como por ejemplo el sistema educativo,
en el que se defiende un modelo donde prosperar «con esfuerzo, con mérito y con disciplina.
Con disciplina. Para eso tenemos que recuperar la autoridad del profesor y la autoridad
de los padres» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
No es ningún secreto que parte de la derecha española hunde sus raíces en el franquismo. El Partido Popular, sin ir más lejos, fue fundado por un exministro de Franco —Manuel Fraga—, y algunos de sus cuadros provienen de ascendencia franquista. Sin embargo, participaron del proceso constituyente de 1978 y de la construcción del nuevo régimen democrático. En la actualidad, el Partido Popular es una organización virtualmente homologable a cualquier partido conservador del resto de Europa. Vox, originalmente escindido del PP, comparte con este último la misma tradición política y agrupa, además, a los votantes más conservadores del país ( CIS. 2019. Barómetro de julio. Madrid: Gobierno de España.CIS, 2019).
Los líderes de Vox, sin embargo, practican un revisionismo histórico explícito en
relación con el pasado autoritario de España. Están en contra de la ley de memoria
histórica, que entre otros elementos reconoce a las víctimas del franquismo, porque
«no puede utilizarse el pasado para dividirnos, al contrario, hay que homenajear conjuntamente
a todos los que, desde perspectivas históricas diferentes, lucharon por España» ( Vox. 2018a. 100 medidas para la España viva. Disponible en:
A pesar de eso, y a diferencia de la extrema derecha tradicional, no hay ninguna evidencia ni implícita ni explícita de que Vox quisiera regresar a los tiempos de Franco o propusiera la instauración de un régimen autocrático en España. Como sus homólogos de la derecha radical en Europa, están en contra de algunos aspectos del orden constitucional y liberal, pero no del régimen democrático en sí. En el caso de Vox, pretenden eliminar el Estado de las autonomías consagrado en la constitución de 1978, presentan un serio desdeño hacia las minorías y los derechos de las mujeres y su retórica es claramente dañina respecto el principio del pluralismo político. Por el contrario, no utilizan métodos violentos para alcanzar fines políticos y de forma implícita apoyan el principio mayoritario y la soberanía popular como fuente del poder político. Por estos motivos Vox sería una organización de derecha radical autoritaria e iliberal en muchos aspectos, pero no antidemocrática.
El populismo como una ideología fina que contrasta un pueblo «puro» contra una élite corrupta no está casi presente en
el discurso de Vox. La palabra «pueblo» no es mencionada nunca, en comparación con
apelaciones constantes a «España» —más incluso que a «los españoles»—. Su retórica
es mucho más nacionalista que populista. La palabra «corrupción», clave para la ideología
populista, no se menciona ni una vez en el programa electoral de Vox para las generales
de 2019, y solo una vez en el de las europeas, dos en el de las municipales y dos
también en el de las autonómicas ( Vox. 2018a. 100 medidas para la España viva. Disponible en:
Se puede ver un ejemplo de retórica populista en el discurso de Rocío Monasterio en
Vistalegre, pero solo durante unos segundos: «Los grandes partidos han caducado. Han
caducado víctimas de la metástasis, de la carcoma de la corrupción […]. Han caducado
por su aburguesamiento» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
Por ejemplo, en la siguiente sentencia el discurso antiélites es realmente una crítica
a los nacionalismos minoritarios: «Conseguiremos que los ciudadanos vuelvan a creer
que la política no es un medio para garantizar el bienestar de una élite política
que plaga nuestros diecisiete Parlamentos» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
Tanto los programas políticos como los mítines de Vox tienen como aspecto central
la defensa de los valores tradicionales en forma de antifeminismo, antiabortismo,
defensa de la familia y de las tradiciones y el mundo rural. Especialmente es destacable
la cruzada de esta organización contra la llamada «ideología de género» y el «lobby
LGTB», un tema que ha sido nuclear en las negociaciones para formar Gobierno en distintos
municipios y comunidades autónomas. Vox pretende eliminar las subvenciones a las asociaciones
feministas y LGTBI, que son a menudo descritas como «comunistas y radicales» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
El aborto es otro aspecto clave del discurso de la organización. Ortega Smith, su
secretario general, habló apasionadamente en el mitin sobre «esas jóvenes madres abandonadas
en sus dificultades, o directamente, empujadas sin piedad […] a la tragedia de permitir
la muerte de su propio hijo para beneficio de esas malditas clínicas abortistas» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
Por otro lado, y aunque no es central, la religión también está presente en las propuestas
y discursos de la organización. Por ejemplo, y siguiendo el ejemplo de Viktor Orbán
en Hungría, proponen a nivel comunitario la creación de una agencia para la ayuda
a las minorías cristianas amenazadas ( Vox. 2019a. Programa electoral para las elecciones europeas de 2019. Disponible en:
Vox presenta una agenda claramente neoliberal en términos económicos. Su defensa del libre mercado, de la libertad individual y de la propiedad privada es incuestionable. Sin embargo, este elemento se ha codificado como «presente, pero no central» porque tanto en las propuestas como en el discurso de Vox no es un asunto tan relevante como el nacionalismo, la xenofobia o la defensa de la ley y el orden. En algunos casos, además, la defensa de una agenda neoliberal se coloca dentro de un marco retórico nacionalista, por lo que jerárquicamente es menos importante.
La organización propugna una «drástica reducción del gasto político» ( Vox. 2018a. 100 medidas para la España viva. Disponible en:
En sus mítines se refieren a esta cuestión de forma meridianamente clara: después
de citar a Ronald Reagan, un orador aseguró en Vistalegre que «el compromiso de Vox
es llevar a cabo una importante rebaja fiscal y así aumentar la renta disponible,
es decir, aumentar la riqueza de todos los españoles» ( Vox. 2018b. Gran acto de VOX en Vistalegre #EspañaViva. Disponible en:
La tabla 3 resume los resultados en relación al estudio de la ideología de Vox. De acuerdo con el método de la cadena causal y con el marco teórico, solo los aspectos codificados como Central (C) son nucleares en la ideología del partido y por tanto imprescindibles para su clasificación en alguna de las familias de partidos existente. Las categorías que aparecen que no son centrales se consideran tangenciales o directamente irrelevantes para nuestros propósitos clasificatorios, pero igualmente interesantes en el sentido de que contribuyen a trazar la naturaleza exacta de Vox, muy útil en términos comparativos.
Características | Presencia en Vox |
---|---|
Nacionalismo | Central (C) |
Nativismo | Central (C) |
Autoritarismo | Central (C) |
Antidemocracia | No presente (-) |
Populismo | Indicado, pero no explícito (i) |
Valores tradicionales | Central (C) |
Neoliberalismo | Presente, pero no central (p) |
Fuente: elaboración propia.
Así pues, en la ideología de Vox son centrales los siguientes aspectos: nacionalismo, nativismo, autoritarismo y defensa de los valores tradicionales. La agenda neoliberal también es importante para el partido, aunque en menor medida que los elementos previos. El populismo, factor complementario de una parte importante de los partidos de derecha radical en Europa, no es explícito en Vox y cuando aparece lo hace casi siempre subordinado a la retórica nacionalista. Por último, no se ha detectado ninguna propuesta ni fragmento discursivo que nos hiciera pensar que la organización pretende instaurar un régimen dictatorial en España, ni el uso de la violencia forma parte de su modus operandi habitual (antidemocracia).
Teniendo en cuenta todos estos resultados, la discusión teórica está dividida en dos partes: por un lado, en la distinción entre derecha radical y conservadurismo. Se sostiene, de acuerdo con las expectativas teóricas, que Vox es un partido de la derecha radical y no «solamente» una versión más ortodoxa del conservadurismo tradicional. Por otro lado, se analizan las características de Vox a fin y efecto de, dentro de la más amplia familia de la ultraderecha, distinguir al partido de la extrema derecha y subrayar sus singularidades en términos comparados.
Sobre la primera cuestión, Vox comparte con los conservadores el nacionalismo, una
aproximación autoritaria al orden social, la defensa de los valores tradicionales
y una agenda económica de carácter neoliberal. Si hay autores que sostienen que la
ultraderecha se ha venido moderando en los últimos años, el conservadurismo tradicional
ha recorrido el camino contrario en parte por la influencia de los primeros ( Bale, Tim. 2003. «Cinderella and her ugly sisters: the mainstream and extreme right
in Europe’s bipolarising party systems», West European Politics, 26 (3): 67-90. Disponible en:
Por otro lado, se ha comprobado que la organización bajo estudio presenta una aproximación autoritaria al orden social, y en algunos puntos podría calificarse como iliberal y contraria al sistema constitucional vigente. Esto se hace especialmente visible en cuestiones como la ordenación territorial del Estado, los derechos de las mujeres y de las minorías o los ataques al pluralismo político y su retórica contra «los enemigos de España» —la izquierda y los nacionalistas—. Sin embargo, ni utilizan la violencia para conseguir fines políticos ni hay ninguna evidencia que nos hiciera pensar que pretender instaurar un régimen autocrático. Siguiendo el marco teórico, Vox sería por tanto un partido radical, pero no extremista.
Dentro de los partidos de la derecha radical, como se ha visto en el marco teórico, hay poco consenso acerca de las subfamilias que la componen. Sin embargo, hay tres aspectos destacables que tienen interés en términos comparados. El primero es que el elemento populista no es explícito en Vox y cuando aparece lo hace subordinado a la retórica nacionalista. Esto les distingue de una parte importante de la ultraderecha europea y de muchos de los estudios especializados, que asumen el conjunto de «derecha populista radical» como familia de partidos.
En segundo lugar, sabemos que hay muchas organizaciones de este tipo que tratan de difuminar su programa económico —o incluso llegan a defender lo que se ha llamado «chovinismo de bienestar» ( Mudde, Cas. 2000. The ideology of the extreme right. Manchester: Manchester University Press.Mudde, 2000: 174)— con el fin de atraer una base más amplia de votantes, especialmente aquellos de la clase obrera. Vox, sin embargo, aboga sin complejos por una agenda neoliberal a través de un programa de reducción del gasto público y de drástica rebaja de impuestos. Por último, su enfoque conservador en la defensa de los valores tradicionales también es explícito, en contraste con otras organizaciones de ultraderecha que, o bien són más progresistas en cuestiones morales o, en aras de ganar más votos, como con la cuestión económica, evitan establecer una posición clara en estos asuntos.
Después de que el nuevo partido político Vox entrase en el parlamento de Andalucía en diciembre de 2018, alcanzando así una repercusión mediática nacional, se abrió un debate alrededor de su naturaleza política e ideológica. Mientras que algunos comentaristas aseguraban que esta organización era la representante de la ultraderecha en España, otros sostenían que Vox no era más que una versión más ortodoxa y desacomplejada del conservadurismo tradicional. El objetivo de este artículo ha sido precisamente el estudio de la ideología de Vox a fin y efecto de clasificarlo dentro de alguna de las familias de partidos existentes, así como jerarquizar por orden de importancia sus distintos componentes ideológicos.
A través del análisis, mediante el método de la cadena causal, de siete características doctrinales —nacionalismo, nativismo, autoritarismo, antidemocracia, populismo, valores tradicionales y neoliberalismo— se han trazado las fronteras políticas de Vox y ha sido posible su clasificación como partido de ultraderecha, y más concretamente, de derecha radical. Para tal efecto se han usado cinco fuentes documentales representativas del partido. Los dos aspectos necesarios y suficientes para catalogar a una organización como de derecha radical es presentar un núcleo ideológico basado en una combinación de nacionalismo étnico y xenofobia, lo que se ha venido llamando nativismo, junto con una aproximación autoritaria hacia el orden social. Aunque se parecen a los conservadores clásicos en muchos aspectos, el elemento nativista es clave para diferenciar ambas tradiciones políticas, pues este no está presente entre los partidos de centro-derecha mayoritarios.
Por lo que hace a las subfamilias de la ultraderecha, se ha distinguido a la derecha radical que aquí representaría Vox de la extrema derecha tradicional. En este sentido, las organizaciones extremistas propugnan la abolición del sistema democrático y suelen utilizar métodos violentos para alcanzar fines políticos. Muchas de ellas tienen vínculos históricos o políticos con el fascismo clásico. La derecha radical, en cambio, presenta tintes iliberales en relación al pluralismo político o a la protección de las minorías, pero no propone la instauración de un régimen autocrático ni hace un uso habitual y sistemático de la violencia.
Por último, se han subrayado las peculiaridades de Vox en relación con el conjunto de partidos de la derecha radical europea con un interés manifiestamente comparativo. Dos conclusiones son relevantes de este análisis: por un lado, el discurso de la nueva formación española de ultraderecha es mucho más nacionalista que populista. Las apelaciones a «España» son constantes —más que a «los españoles»—, pero no hay una contraposición retórica entre un pueblo puro y unas élites corruptas. Cuando la hay, además, suele estar subordinada a un marco discursivo nacionalista. Esto diferencia a Vox de muchos de los partidos de la derecha radical europea, que son considerados populistas.
Por otro lado, muchos partidos de ultraderecha suelen difuminar su posición en el eje izquierda-derecha tanto por lo que hace a cuestiones socioeconómicas como a aspectos morales, con la intención de ensanchar su base de electores. Vox, sin embargo, presenta una desacomplejada agenda neoliberal en términos económicos y es claramente conservador en la defensa de los valores tradicionales. Esto colocaría a Vox entre los partidos de la derecha radical con un sesgo marcadamente conservador.
Las conclusiones de este estudio pretenden contribuir a un debate social y político más informado, y en términos académicos ofrecen un análisis original de un partido de nueva cuña, escasamente estudiado. La jerarquización de sus componentes ideológicos mediante el método de la cadena causal, además, facilita la singularización de las características de este partido para así disponer de datos comparativos en relación al resto de formaciones de la ultraderecha en Europa. Futuras investigaciones en política comparada podrían pues incluir los datos que aquí se ofrecen en un análisis más amplio, cuestión que no impediría la aparición de más estudios de caso sobre Vox, como por ejemplo aquellos dedicados a conocer mejor cómo son sus votantes o cuál es efecto de su institucionalización en los partidos de centro-derecha en España.
[1] |
Traducción propia del texto original: «To the basic question, “is there a chance that the PRR will gain influence in Spain in the coming years?” Our general answer is therefore “yes”—but with a twist—. Given that in contemporary Spain the electoral potential of the PRR is related more to populism than to nativism and the Great Recession is bringing to the fore material instead of post-material politics, it will be not surprising if the country experiences the rise and consolidation of a leftist populist party at the national level in the near future». |
[2] |
Vox. Manifiesto fundacional ( Vox. 2014. Manifiesto fundacional. Disponible en:
|
[3] |
Traducción propia del texto original: «Ideology [that] revolves around the same old staples: racism, xenophobia, and nationalism». |
[4] |
Traducción propia del texto original: «Extreme nationalism, ethnocentrism, anti-communism, anti-parliamentarism, anti-pluralism, militarism, law-and-order thinking, a demand for a strong political leader and/or executive, anti-Americanism and cultural pessimism». |
[5] |
Traducción propia del texto original: «nativism is an ideology that holds that states should be inhabited exclusively by members of the native group («the nation») and that non-native elements (persons and ideas) are fundamentally threatening to the homogenous nation-state». |
[6] |
Traducción propia del texto original: «the belief in a strictly ordered society, in which infringements of authority are to be punished severely». |
[7] |
Traducción propia del texto original: «It might be more precise to discern two or three distinct «subfamilies», for example «neoliberal», «anti-immigrant», or «populist» strands». |
[8] |
Traducción propia del texto original: «The hierarchy of the various features that are found to be part of the ideology. This is done by following the direction of the argumentation and assessing what is the prime argument, what is the secondary, etc». |
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[a] |
Profesor asistente e investigador predoctoral en la Universidad de Kent en Canterbury
(Reino Unido). Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Girona, un máster en
Comunicación y Estudios Culturales en la misma universidad y tiene estudios de máster
en Política y Democracia por la UNED. Anteriormente a su puesto en Kent trabajó como
profesor asociado de Ciencia Política en la Universidad de Girona. Su campo de estudio
es la política comparada, con un interés sustantivo en el nacionalismo, la secesión
y los partidos políticos. |