RESUMEN

Este artículo se centra en la desafección política entendida como un sentimiento negativo hacia los políticos, la política y sus procesos, y hacia un sistema incapaz de enfrentar las demandas y las necesidades de los ciudadanos. La desafección política ha crecido significativamente en España durante el período de crisis reciente, lo que contradice las tesis culturalistas defendidas anteriormente. Los componentes de esta actitud —desconexión política y desafección institucional— también presentan tendencias contrapuestas. Hasta ahora, ambos mostraban un comportamiento paralelo, aumentando o disminuyendo al mismo tiempo. Actualmente, sin embargo, se ha producido una disrupción. En consecuencia, y dada la importancia de la coyuntura, este artículo trata de comprobar si los cambios en la desafección están influenciados en mayor medida por las coyunturas económicas (como sostiene ampliamente parte de la literatura) o por las políticas. Metodológicamente, se utiliza el análisis discriminante para conocer a nivel individual los factores que determinan la naturaleza y características de la desafección política en España. La conclusión principal apunta a la importancia que la coyuntura política tiene en el perfil de los españoles desafectos.

Palabras clave: desafección política, actitudes políticas, análisis discriminante, descontento, desafección institucional.

ABSTRACT

This article focuses on political disaffection understood as a negative feeling towards politicians, politics and its processes, and towards a system incapable of facing the citizens’ needs and demands. Political disaffection has grown significantly in Spain during the recent period of crisis; what contradicts the culturalist theses previously held. The components of this attitude —political disengagement and institutional disaffection—present opposing tendencies, too. Up until now, both of them showed parallel trends, increasing or decreasing at the same time. At present, however, a disruption has occurred. Consequently, and given the importance of the juncture, this article tries to verify whether changes in disaffection are more influenced by economic junctures (as it is widely held in literature) or by political ones. Methodologically, discriminant analysis is used to know at an individual level the factors that determine the nature and characteristics of political disaffection in Spain. The main conclusion points to the importance of the political situation in the profile of disaffected Spaniards.

Keywords: political disaffection, political attitudes, discriminant analysis, political disengagement, institutional disaffection.

Cómo citar este artículo / Citation: Megías, A. (2020). No es la economía, estúpido. Una evolución del perfil del desafecto español pre y postcrisis. Revista Española de Ciencia Política, 52, 85-‍120. Doi: Disponible en: https://doi.org/10.21308/recp.52.04

SUMARIO

  1. RESUMEN
  2. ABSTRACT
  3. INTRODUCCIÓN
  4. DESAFECCIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA
  5. CONCEPTUALIZACIÓN
  6. METODOLOGÍA
    1. Variables dependientes e independientes
  7. EL PERFIL DEL DESAFECTO EN 2006
  8. EL PERFIL DEL DESAFECTO EN 2011
  9. EL PERFIL DEL DESAFECTO EN 2016
  10. CONCLUSIONES
  11. NOTAS
  12. Referencias
  13. ANEXO

INTRODUCCIÓN[Subir]

Las movilizaciones del 15M en España, Occupy Wall Street en EE. UU, los indignados en Grecia, pero también en Roma, Londres, Berlín o, más recientemente, los chalecos amarillos en Francia, han plasmado el distanciamiento existente entre ciudadanos y políticos. Una distancia traducida en incomprensión, en un sentimiento de utilización electoral de los ciudadanos en periodos electorales, al tiempo que se desatienden las necesidades ciudadanas y aumenta el conocimiento de casos de corrupción política.

El funcionamiento ideal de las democracias se encuentra en entredicho

La nota media de la democracia española se sitúa en 0,46 en una escala de 0 a 1 según datos del CIS (

Palacios Brihuega, Irene. 2016. Los españoles y la calidad de la democracia. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

Palacios Brihuega, 2016
).

‍[1]
. Al periodo de euforia democrática capitalista le ha seguido «una percepción generalizada de que las instituciones democráticas se han quedado lejos de cumplir con los resultados prometidos y apenas se preocupan por atender sus intereses y demandas» ( ‍Palacios Brihuega, Irene. 2016. Los españoles y la calidad de la democracia. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Palacios, 2016: 7); por no hablar de uno de los aspectos más controvertidos de las democracias actuales: el alejamiento entre ciudadanía y clase política

No solo es que los ciudadanos tengan cada vez menos confianza en los políticos, sino que la ciudadanía no siente que los políticos les representen adecuadamente, bien porque «se centran sólo en sus intereses personales» o porque «no se preocupan por la gente como uno», bien porque representan en gran medida al partido político al que pertenecen (

CIS. 2012. Congruencia ideológica entre electores y representantes políticos. Estudio 2930. Disponible en: http://analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=2930

CIS, 2012
).

‍[2]
. Este alejamiento al que se hace referencia no es otra cosa que nuestro objeto de estudio: la desafección política.

La desafección parece, pues, la respuesta social al problema actual de la política; es el síntoma de su enfermedad. Sin embargo, se da una paradoja entre quienes rechazan la política y no paran de exigir de ella. La desafección presenta una disrupción entre sus indicadores personales-internos y los públicos-externos. En España se ha detectado un incremento considerable del interés por la política junto con una mayor implicación política subjetiva, mientras que se produce un descenso de la confianza en las instituciones y en la actuación de los políticos. Este cambio es evidente desde el comienzo de la crisis política y económica iniciada en 2008, y todo ello a pesar de las hipótesis de su estabilidad. En consecuencia, para muchos ha sido la crisis económica el principal causante de la desafección política en España. Sin embargo, estas afirmaciones conducen inexorablemente a un determinismo económico, al tiempo que constituye una tendencia maximalista cuestionable.

Son varios los estudios que recogen la evolución de la desafección política y otras actitudes negativas, cuyas explicaciones han tenido inicialmente su origen en los procesos socializadores y, más recientemente, en la crisis económica como principal factor explicativo ( ‍Bargsted, Matias y Mariano Torcal. 2015. «Explicando la confianza política: ¿economía o política?», en Ludolfo Paramio (ed.), Desafección política y gobernabilidad: el reto político. Madrid: Marcial Pons.Bargsted y Torcal, 2015;  ‍Llera, Francisco. 2016. Desafección política y regeneración democrática en la España actual: diagnósticos y propuestas. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.Llera Ramo, 2016;  ‍Lorente Fontaneda, Javier e Irene Sánchez-Vítores. 2018. «La desafección en las urnas: las elecciones generales de 2015 en España», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 161: 41-62. Disponible en: http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.161.41Lorente Fontaneda y Sánchez-Vítores, 2018;  ‍Montero, Jose Ramón, Richard Gunther y Mariano Torcal. 1998. «Actitudes hacia la democracia en España: legitimidad, descontento y desafeccion», Revista Española de Investigaciones Sociales, 83: 9-49. Disponible en: https://doi.org/10.2307/40184120Montero et al., 1998;  ‍Paramio, Ludolfo. 2015. Desafección política y gobernabilidad: el reto político. Madrid: Marcial Pons.Paramio, 2015;  ‍Torcal, Mariano. 2003. Political disaffection and democratization history in new democracies. Working Papers. Notre Dame: Kellogg Institute. Torcal, 2003,  ‍Torcal, Mariano. 2006. «Desafección institucional e historia democrática en las nuevas democracia», Revista SAAP, 2 (3): 591-634.2006,  ‍Torcal, Mariano. 2014. «The Decline of Political Trust in Spain and Portugal: Economic Performance or Political Responsiveness?», American Behavioral Scientist, 58 (12): 1542-1567. Disponible en: https://doi.org/10.1177/00027642145346622014,  ‍Torcal, Mariano. 2016. «Desafección Política en España en una perspectiva comparada», en Francisco J. Llera Ramo (ed.), Desafección política y regeneración democrática en la España actual: diagnósticos y propuestas. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.2016). Frente a estos y otros estudios, que postularon la existencia en España de un antecedente cultural en contra de la política ( ‍Montero, Jose Ramón, Richard Gunther y Mariano Torcal. 1998. «Actitudes hacia la democracia en España: legitimidad, descontento y desafeccion», Revista Española de Investigaciones Sociales, 83: 9-49. Disponible en: https://doi.org/10.2307/40184120Montero et al., 1998;  ‍Offe, Carl. 2006. «Political Dissaffection as an Outcome of Institutional Practices? Some post-Toquevillean Speculations», en Mariano Torcal y José Ramón Montero (eds.), Political Disaffection in Contemporary Democracies. Social Capital, Institutions, and Politics. Londres: Routledge.Offe, 2006;  ‍Torcal, Mariano y Jose Ramón Montero. 2006. Political Disaffection in Contemporary Democracies: Social Capital, Institutions and Politics. Londres: Routledge. Disponible en: https://doi.org/10.4324/9780203086186Torcal y Montero, 2006;  ‍Torcal, Mariano. 2003. Political disaffection and democratization history in new democracies. Working Papers. Notre Dame: Kellogg Institute. Torcal, 2003,  ‍Torcal, Mariano. 2006. «Desafección institucional e historia democrática en las nuevas democracia», Revista SAAP, 2 (3): 591-634.2006), nuestras hipótesis de partida establecen que la desafección se debe en gran medida a unos efectos de periodo —como he defendido en otros artículos ( ‍Megías, Adrián. 2020. «Una década de crisis desafecta: los cambios en su naturaleza», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 169: 103-122. Disponible en: http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.169.103Megías, 2020)— y que la atribución a la crisis económica de ese carácter catalizador supone obviar lo principal: no es la economía, sino la gestión que de la misma se ha venido realizando por parte de la clase política. En consecuencia, sería la política y no la economía la que determinaría el perfil del individuo desafecto de la última década.

No obstante, teniendo presente que la asignación de la culpa constituye un comportamiento sesgado de acuerdo a la psicología social, habrá que ser cuidadoso a la hora de atribuir responsabilidades. Así, este artículo se vale del análisis discriminante para trazar el perfil característico del individuo desafecto, observando sus elementos de cambio en el periodo 2002-‍2016 para determinar si el principal elemento caracterizador de la desafección política en los individuos es la economía o en cambio lo es la política, como sostenemos aquí.

A través de diversos Barómetros del CIS tratamos de conformar y distinguir aquellos indicadores que determinan el perfil del individuo desafecto hacia la política desde el año 2002 hasta la actualidad. Para ello el artículo se estructura como sigue: tras repasar el estado de la cuestión sobre la desafección, la siguiente sección aborda el marco teórico, con una revisión de la literatura fundamental. La metodología, con la creación de un índice de desafección política (IDP) que actuará como variable dependiente, se presenta a continuación. Le sigue la fase de análisis, discriminante en este caso, y finalmente el texto concluye con una discusión sobre los resultados.

DESAFECCIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA[Subir]

Algunos estudios señalan que la desafección política en España presentaba una clara naturaleza coyuntural ( ‍Megías, Adrián. 2020. «Una década de crisis desafecta: los cambios en su naturaleza», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 169: 103-122. Disponible en: http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.169.103Megías, 2020). Este hecho ha conducido, de forma general, a hablar de la influencia de la crisis económica y sociopolítica sobre las actitudes desafectas. Sin embargo, hemos de establecer algunas consideraciones previas.

En primer lugar, la desafección política no es algo nuevo ni algo que haya cobrado un especial impulso en el último medio siglo, pues las condiciones políticas e históricas de España apenas han provocado el desarrollo de actitudes positivas hacia la democracia y sus instituciones; de hecho, parece ser que el trasfondo histórico es el origen de las actitudes desafectas en nuestro país ( ‍Torcal, Mariano. 2003. Political disaffection and democratization history in new democracies. Working Papers. Notre Dame: Kellogg Institute. Torcal 2003,  ‍Torcal, Mariano. 2006. «Desafección institucional e historia democrática en las nuevas democracia», Revista SAAP, 2 (3): 591-634.2006). Sin embargo, las tendencias observadas en los indicadores que componen la desafección política muestran un incremento constante de la misma a partir del año 2008.

En segundo lugar, se ha discutido ampliamente sobre la estabilidad de valores y actitudes, como la desafección política. Así, por ejemplo, en el caso español Torcal ( ‍Torcal, Mariano. 2003. Political disaffection and democratization history in new democracies. Working Papers. Notre Dame: Kellogg Institute. 2003,  ‍Torcal, Mariano. 2006. «Desafección institucional e historia democrática en las nuevas democracia», Revista SAAP, 2 (3): 591-634.2016), Montero et al. ( ‍Montero, Jose Ramón, Richard Gunther y Mariano Torcal. 1998. «Actitudes hacia la democracia en España: legitimidad, descontento y desafeccion», Revista Española de Investigaciones Sociales, 83: 9-49. Disponible en: https://doi.org/10.2307/401841201998) y Montero y Torcal ( ‍Montero, Jose Ramón y Mariano Torcal. 1990. «La cultura política de los españoles: pautas de continuidad y cambio», Sistema: Revista de Ciencias Sociales, 99: 33-74.1990) han concluido, en línea con Inglehart ( ‍Inglehart, Ronald. 1991. El cambio cultural en las sociedades industriales avanzadas. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. 1991), que las cohortes españolas reflejan unas diferencias intergeneracionales y una estabilidad intrageneracional que hacen que las diferencias permanezcan transcurrido el tiempo. De facto, la cultura política en España se ha venido calificando como apática, cínica, desafecta, ajena a lo público, pasiva o de súbdito ( ‍Galais, Carolina. 2008. ¿Socialización o contexto? La implicación política subjetiva de los españoles (1985-2006). Fraile Maldonado, Marta (dir.), Universidad Pompeu Fabra, Barcelona.Galais, 2008), además de estable.

En tercer lugar, aunque la desafección constituye una de las actitudes negativas de las que se han hecho eco los estudios clásicos sobre la cultura política en España, también lo es el hecho de que las pautas y explicaciones dadas a este fenómeno parecen haber perdido potencial explicativo toda vez que el comportamiento de la desafección ha cambiado sensiblemente. En la última década las pautas evolutivas de los indicadores de desafección en sus dos dimensiones experimentan una disrupción, mostrando tendencias dispares. Si desapego político y desafección institucional habían mostrado trayectorias paralelas hasta 2011, desde entonces parecen haber adoptado direcciones divergentes (ver gráfico 1). Además, si bien ha venido aceptándose la relativa estabilidad temporal de la desafección política en España, lo que ha llevado a considerarla por muchos como estructural ‍[3], es a raíz de la crisis cuando los niveles de desafección experimentan un crecimiento notable, lo que cuestiona las concepciones precedentes y abre una ventana de oportunidad para quienes sostenemos que se trata de una actitud variable en el tiempo y de claro contenido político.

Cabe recordar que todos estos estudios beben del paradigma dominante en los clásicos de cultura política ( ‍Almond, Gabriel y Sidney Verba. 1970. La cultura cívica: estudio sobre la participación política democrática en cinco naciones. Madrid: Euramérica.Almond y Verba, 1970,  ‍Almond, Gabriel y Sidney Verba. 1989. The Civic culture revisited. Londres: Sage.1989). Las actitudes cambian lentamente dado que las mismas dependen de rasgos culturales que son resultado del proceso de socialización, lo cual les da un carácter estable que se reproduce en el tiempo ( ‍Eckstein, Harry. 1988. «A Culturalist Theory of Political Change», The American Political Science Review, 82 (3): 789-804. Disponible en: https://doi.org/10.2307/1962491Eckstein, 1988;  ‍Mishler, William y Richard Rose. 2001. «What are the origins of political trust? Testing institutional and cultural theories in post-communist societies», Comparative Political Studies, 34 (1): 30-62. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0010414001034001002Mishler y Rose, 2001). Las diferencias entre países y la razón de su estabilidad son, por tanto, consecuencia de los distintos acontecimientos vividos en cada país y de sus legados históricos ( ‍Inglehart, Ronald. 1991. El cambio cultural en las sociedades industriales avanzadas. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. Inglehart, 1991,  ‍Inglehart, Ronald. 1998. Modernización y posmodernización: el cambio cultural, económico y político en 43 sociedades. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.1998;  ‍Inglehart, Ronald y Christian Welzel. 2006. Modernización, cambio cultural y democracia: la secuencia del desarrollo humano. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Inglehart y Welzel, 2006;  ‍Putnam, Robert. D. 2011. Para que la democracia funcione: las tradiciones cívicas en la Italia moderna. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Putnam, 2011). Así, la naturaleza actitudinal del objeto de investigación nos sitúa en el campo de la cultura política, lo que consecuentemente subraya la debilidad de esta corriente para explicar el cambio de actitudes. Pero dentro de la coyuntura, ¿es la economía el principal responsable del incremento de la desafección o, por el contrario, son la reacción de los políticos y la política en general los principales determinantes del individuo desafecto? ¿Cómo se determina su perfil? ¿Cuáles son los elementos más discriminantes?

Gráfico 1.

Evolución de los componentes de desafección política

media/image1.png

Fuente: elaboración propia a partir de datos del CIS.

En consecuencia, para responder a estas preguntas y testar nuestra hipótesis, llevamos a cabo un análisis discriminante para determinar el perfil de la ciudadanía desafecta en la España pre y postcrisis, identificando cuáles son los principales elementos de cambio y las principales variables explicativas de estos sentimientos de alejamiento de la política, los políticos y sus procesos. El objetivo es, por consiguiente, dar respuesta a la pregunta sobre si son la gestión y la respuesta económica a la crisis económica las que han determinado el incremento de la desafección institucional y descenso del desapego o, por el contrario, serían la política y los políticos los que estarían detrás de los cambios individuales en las pautas desafectas de la ciudadanía española.

CONCEPTUALIZACIÓN[Subir]

La desafección política se ha utilizado con frecuencia como sinónimo de descontento, falta de legitimidad, desconfianza hacia la democracia, cinismo o apatía; algo que no es de extrañar, pues muchas de estas actitudes muestran cómo la ciudadanía responde a la política, cómo se posiciona ante sus procesos y cuál es su predisposición a participar en ellos. A pesar de su proximidad, la desafección es considerada en la literatura como un componente diferenciado y separado de dichas dimensiones actitudinales; de hecho, suponen dimensiones conceptual y empíricamente distintas ( ‍Montero, Jose Ramón, Richard Gunther y Mariano Torcal. 1998. «Actitudes hacia la democracia en España: legitimidad, descontento y desafeccion», Revista Española de Investigaciones Sociales, 83: 9-49. Disponible en: https://doi.org/10.2307/40184120Montero et al., 1998). La desafección se relacionaría, pues, con una serie de actitudes negativas de la cultura política de los ciudadanos y que se focalizan hacia el sistema político, o como diría Di Palma, supone un «sentimiento subjetivo de ineficacia, cinismo y falta de confianza en el proceso político, los políticos y las instituciones democráticas, pero sin que ello implique cuestionar la legitimidad del régimen político» ( ‍Di Palma, Giuseppe. 1970. Apathy and Participation: Mass Politics in Western Societies. Nueva York: The Free Press. Macmillan Company.1970: 30).

Queda claro, por tanto, que estamos ante conceptos diferentes. En este artículo la desafección política es entendida como el sentimiento negativo hacia los políticos, la política y sus procesos, y hacia un sistema incapaz de hacer frente a las demandas y necesidades de los ciudadanos, y está formada por dos dimensiones relativamente independientes ( ‍Torcal, Mariano, Laura Morales y Santiago Perez-Nievas. 2005. España: sociedad y política en perspectiva comparada: un análisis de la primera ola de la Encuesta Social Europea. Valencia: Tirant lo Blanch. Torcal et al., 2005;  ‍Torcal, Mariano. 2006. «Desafección institucional e historia democrática en las nuevas democracia», Revista SAAP, 2 (3): 591-634.Torcal y Montero, 2006). Una primera, que hace alusión al distanciamiento o falta de interés de la ciudadanía por la política y su autoevaluación como actores políticos, así como a las críticas hacia el proceso político y los políticos que podemos agrupar bajo la etiqueta de desapego político —medida a través de indicadores de interés por la política y eficacia política interna—. Y otra segunda, que se refiere a los sentimientos de desconfianza hacia los representantes e instituciones políticas a las que se imputa una creciente falta de responsabilidad ( ‍Torcal, Mariano, Laura Morales y Santiago Perez-Nievas. 2005. España: sociedad y política en perspectiva comparada: un análisis de la primera ola de la Encuesta Social Europea. Valencia: Tirant lo Blanch. Torcal et al., 2005) —medida por los indicadores de confianza institucional y eficacia política externa— ( ‍Torcal, Mariano. 2003. Political disaffection and democratization history in new democracies. Working Papers. Notre Dame: Kellogg Institute. Torcal, 2003).

METODOLOGÍA[Subir]

Para trazar el perfil característico del individuo desafecto, observando sus elementos de cambio en el periodo 2002-‍2016, emplearemos una técnica de clasificación conocida como análisis discriminante. Desarrollada por Fisher en 1936, esta técnica nos permite en su labor descriptiva valorar el grado en que las variables independientes contribuyen a la diferenciación de los grupos. A diferencia de la regresión lineal, se pretende predecir la pertenencia, bien a la categoría de personas desafectas, bien al grupo de implicados. En otros términos, se trata de especificar los elementos de variabilidad en el nivel individual, dibujando el perfil del cambio desafecto de la ciudadanía española producido tras la crisis y en los momentos de disrupción de las pautas paralelas entre desafección institucional y desapego político. Se busca comprobar, también, la influencia que la crisis económica ha podido jugar sobre la desafección, validando, o no, las opiniones económico-deterministas imperantes sobre la configuración de actitudes negativas hacia la política.

A tal efecto, la evidencia empírica utilizada en la estimación de nuestro modelo discriminante proviene de los Barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), números 2450, 2632, 2736, 2860, 2914, 2920, 3126 y 3145, que abarcan el periodo 2002-‍2016. Nuestro interés, sin embargo, se centra en los momentos en que la desafección política ha experimentado los cambios más destacados, ya que será en ellos en los que el perfil del individuo se modificará, siendo de menor dificultad su determinación. El gráfico1 nos permite distinguir cuatro momentos de cambio: 2006, 2011 e inicios y finales de 2016. Dichos cambios son significativos en tanto en cuanto coinciden con las situaciones en que se producen y amplían las distancias entre dimensiones de la desafección. Asimismo, y de forma coherente con la naturaleza disruptiva que presentan los componentes de la desafección política, el análisis discriminante se realizará también separadamente para cada dimensión (en Anexo).

Antes bien, conviene presentar algunas consideraciones sobre el tipo de variables que se emplean en el análisis.

Variables dependientes e independientes[Subir]

La realización y aplicación del análisis discriminante (AD) implica la asunción de una serie de requisitos entre los cuales se incluyen condicionantes para la desafección política. A lo largo de este artículo emplearemos lo que se ha dado en llamar el IDP (índice de desafección política), construido a partir de la operacionalización de Montero et al. ( ‍Montero, Jose Ramón y Mariano Torcal. 1990. «La cultura política de los españoles: pautas de continuidad y cambio», Sistema: Revista de Ciencias Sociales, 99: 33-74.1990) y Torcal y Montero ( ‍Torcal, Mariano. 2006. «Desafección institucional e historia democrática en las nuevas democracia», Revista SAAP, 2 (3): 591-634.2006) —combinando la confianza en las instituciones, el interés por la política y las eficacias políticas interna y externa—, y que oscila entre 0 —ausencia de desafección política— y 1 —máxima presencia de la misma—. Así, el IDP queda compuesto de los subíndices desapego político y desafección institucional

Para el despego, las preguntas utilizadas son: «En líneas generales, ¿la política le interesa mucho, bastante, algo, poco o nada?» y «A continuación le voy a leer una lista de afirmaciones sobre distintas cuestiones. Por favor, dígame si está Ud. de acuerdo o en desacuerdo con cada una de ellas». Las afirmaciones son: «Generalmente, la política le parece tan complicada que la gente como Ud. no puede entender lo que pasa». «En general, se considera un ciudadano que entiende de política». Las categorías de respuesta en ambos casos son: muy de acuerdo, de acuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo, muy en desacuerdo. Para la desafección institucional se empleó la pregunta: «A continuación me gustaría que me dijese el grado de confianza que tiene Ud. en una serie de instituciones, utilizando una escala de 0 a 10 en que el 0 significa que Ud. no tiene “ninguna confianza” en ella y 10 que tiene “mucha confianza”», utilizando en este caso el Parlamento y los partidos políticos; y la pregunta: «¿Podría decirme si está muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo con las siguientes afirmaciones?». En referencia a «Los/as políticos/as no se preocupan mucho de lo que piensa la gente como Ud.», o «El voto es la única forma en que la gente como Ud. puede influir en lo que hace el Gobierno». En ambos casos, las variables se recodifican en una nueva variable métrica de forma que oscilan entre valores 0 y 1, en la que 0 significa ausencia de actitud desafecta y 1 máxima presencia de la misma.

‍[4]
, siguiendo la siguiente fórmula:

media/image2.png

Esta variable de escala exige, por los requisitos del AD, su reconversión en una variable dependiente categórica, por lo que se adopta como solución una doble transformación en dos variables: una con dos categorías (desafecto, no desafecto) y otra con tres (desafecto, algo desafecto e implicados).

La fortaleza y validez del índice es avalada y calculada a través de un análisis factorial confirmatorio —bajo el software SPSS Amos— cuyos coeficientes se muestran en la tabla1. El modelo presenta unos adecuados niveles de ajuste, indicando que al menos el 90 % de la covarianza en los datos puede ser reproducida por el modelo

Más información acerca de su construcción puede verse en el anexo.

‍[5]
.

En cuanto a las variables independientes, los modelos incluyen como variables estructurales el sexo y el nivel de estudios, a los que se añaden la edad y el nivel económico y socioeconómico. Y como restantes variables explicativas se utilizan la confianza interpersonal, satisfacción con el Gobierno, con el estado de la economía y con el funcionamiento de la democracia —variables que podrían recoger la influencia de la coyuntura y situación política, económica y social actuales—. Por último, se añaden variables de participación política ‍[7] como el voto, la participación en manifestaciones y la firma de peticiones, o las preferencias por el modelo de política gubernamental y/o sindical.

En todo caso, se exige que todas las variables sean de tipo métrico, de modo que aquellas que no lo son se reconvertirán en variables ficticias

Por variable ficticia se entiende una variable dicotómica que se crea a partir de una variable cualitativa, nominal u ordinal (

Cea D’Ancona, M. Ángeles. 2016. Análisis discriminante. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

D’Ancona, 2016
).

‍[8]
que tomarán valores entre 0 y 1 —presencia y ausencia del fenómeno concreto—. Por otro lado, si bien las variables ordinales no permiten el cálculo necesario de medias y varianzas grupales, sí que se puede establecer una relación ordenada entre sus categorías, por lo que en estos casos se reordenarán las mismas al objeto de que sus valores presenten un orden lógico, posibilitando así su tratamiento como variable continua.

EL PERFIL DEL DESAFECTO EN 2006[Subir]

Determinadas las principales variables explicativas a la luz de la teoría, conviene analizar de manera preliminar y por separado cada una de ellas y para cada dimensión de la desafección. Prestaremos especial atención a sus medias y desviaciones típicas

«Interesan desviaciones típicas pequeñas porque indican homogeneidad grupal respecto a dicha variable, siendo la media relevante» (ibid.: 54).

‍[9]
, que nos permiten conocer la configuración de los grupos y la existencia de diferencias grupales entre las variables independientes ( ‍Cea D’Ancona, M. Ángeles. 2016. Análisis discriminante. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Cea D’Ancona, 2016). Para ello, una vez realizado el análisis univarible, se procede a la estimación de las funciones discriminantes. En este caso se opta por derivarlas con un procedimiento secuencial

Mediante este procedimiento, primero se aplica un procedimiento secuencial de pasos «hacia adelante» y, después, «hacia atrás», con lo que se comprueban y eliminan las variables que no son capaces de discriminar. El orden de entrada o salida se determina por criterios estadísticos que gradúan ese poder discriminante (

Cea D’Ancona, M. Ángeles. 2016. Análisis discriminante. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

D’Ancona, 2016
). Además, la secuencialidad permite controlar la multicolinealidad.

‍[10]
y bajo el criterio de Lamba de Wilks, dado que estos pasos nos permiten eliminar una hipotética multicolinealidad

En análisis discriminante es condición indispensable que la variable independiente no sea una combinación lineal de otras variables. Se requiere, en consecuencia, que las variables independientes no estén excesivamente correlacionadas.

‍[11]
que un procedimiento simultaneo introduciría muy probablemente. La tabla 2 recoge los predictores que se han incluido en el modelo aplicando el estadístico lambda de Wilks.

Tabla 2.

Análisis discriminante (AD): desafección institucional

Paso Introducidas Lambda de Wilks
Estadístico gl1 gl2 gl3 F exacta
Estadístico gl1 gl2 Sig.
1 Satisfacción gobierno ,922 1 1 991,357 83,681 1 991,357 ,000
2 Los partidos solo sirven para dividir a la gente ,893 2 1 991,357 59,540 2 990,357 ,000
3 Confianza interpersonal ,877 3 1 991,357 46,194 3 989,357 ,000
4 Gracias a los partidos la gente puede participar en la vida política ,868 4 1 991,357 37,675 4 988,357 ,000
5 Participación política partido ,859 5 1 991,357 32,434 5 987,357 ,000
6 Frecuencia con la que se hablaba de política en colegio o instituto ,854 6 1 991,357 28,026 6 986,357 ,000
7 Gobierno Social ,851 7 1 991,357 24,707 7 985,357 ,000

En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.

Fuente: elaboración propia con datos de CIS ( ‍CIS. 2006. Ciudadanía y participación. Estudio 2632. Disponible en: http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=26322006).

La satisfacción con el Gobierno es la variable de mayor poder discriminante, seguida a cierta distancia por la opinión negativa hacia las formaciones políticas y la confianza interpersonal. Si comparamos estos resultados con los de la siguiente tabla, se aprecia que en la última se han incluido más variables (un total de trece) y a continuación se exponen las razones por las que no se incorporan más predictores al modelo.

La fortaleza de cada una de las funciones discriminantes que diferencian a los grupos o individuos entre desafectos y no desafectos viene determinada por los coeficientes de estructura. Su valor oscila entre 0 y ± 1, siendo 0 un indicador de inexistencia de correlación y 1 el indicador de la mayor correlación posible. Los mismos deben ser ≥± 30 para ser considerados relevantes y, elevándose al cuadrado, nos dan la proporción de varianza de la variable que es explicada por la función discriminante.

Tabla 3.

Análisis discriminante (AD): desapego político enero 2006

Paso Introducidas Lambda de Wilks
Estadístico gl1 gl2 gl3 F exacta
Estadístico gl1 gl2 Sig.
1 Lee las secciones políticas del periódico ,861 1 1 1011,461 163,512 1 1011,461 ,000
2 Frecuencia con la que se hablaba de política en casa ,806 2 1 1011,461 121,920 2 1010,461 ,000
3 Los partidos solo sirven para dividir a la gente ,776 3 1 1011,461 96,884 3 1009,461 ,000
4 Estudios ,758 4 1 1011,461 80,522 4 1008,461 ,000
5 Aparte de las noticias, escucha o ve otros programas sobre política ,739 5 1 1011,461 71,002 5 1007,461 ,000
6 Participación política partido ,729 6 1 1011,461 62,313 6 1006,461 ,000
7 Gracias a los partidos la gente puede participar en la vida política ,720 7 1 1011,461 55,849 7 1005,461 ,000
8 Gobierno liberal ,710 8 1 1011,461 51,169 8 1004,461 ,000
9 Uso internet obtención información política ,705 9 1 1011,461 46,672 9 1003,461 ,000
10 Gobierno social ,699 10 1 1011,461 43,163 10 1002,461 ,000
11 Escucha o ve las noticias en radio o la televisión ,695 11 1 1011,461 40,009 11 1001,461 ,000
12 Pensionista ,690 12 1 1011,461 37,461 12 1000,461 ,000
13 Los partidos se critican mucho entre sí, pero en realidad son todos iguales ,687 13 1 1011,461 35,061 13 999,461 ,000

En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Barómetro del CIS núm. 2632.

De este modo, se desprende de los datos presentados en la tabla 4 que las variables que más contribuyen al poder discriminante de la función son las opiniones negativas acerca de los partidos políticos (-0,546 y -0,527), el pasado de la socialización política medido a través de la frecuencia con la que se hablaba con amigos sobre política (0,479) y en casa con la familia (0,441), seguido de la confianza interpersonal (0,369) y de los indicadores relacionados con el interés en cuanto al seguimiento de noticias sobre política (0,366). Estas variables discriminantes ponen de manifiesto y corroboran las hipótesis sostenidas de que la desafección presentaba un sustrato cultural importante, al menos, en el periodo de tiempo inmediatamente anterior a la crisis económica. El modelo cuenta asimismo de plena significatividad estadística, además de alcanzar un notable porcentaje de éxito al clasificar a los individuos en cada uno de los grupos.

Tabla 4.

Análisis discriminante (AD): desafección política enero 2006

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coef. estructura
1 Los partidos solo sirven para dividir a la gente ,873 138,071 -0,546
2 Frecuencia con la que se hablaba de política con sus amigos ,816 107,050 0,479
3 Aparte de las noticias, escucha o ve otros programas sobre política ,783 88,054 0,366
4 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,757 76,131 0,288
5 Frecuencia con la que se hablaba de política en casa ,739 67,075 0,441
6 Participación política partido ,721 61,180 0,316
7 Los partidos se critican mucho entre sí, pero en realidad son todos iguales ,708 55,888 -0,527
8 Ingresos persona entrevistada ,696 51,600 0,315
9 Estudiante ,689 47,357 0,126
10 Confianza interpersonal ,682 44,005 0,369
11 Lee las secciones políticas del periódico ,677 40,868 0,381
12 Los trabajadores necesitan sindicatos fuertes para proteger sus condiciones de trabajo y sus salarios ,673 38,120 0,18
Relevancia del modelo
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-06 ,486 0,572 374,835 80,3 79,8

En resumen, los resultados obtenidos enfatizan que el perfil del individuo desafecto es el de una persona que manifiesta una alto grado de acuerdo con opiniones negativas sobre los partidos políticos, a los que considera como una forma de dividir a la gente, que no miran por los intereses de la gente y que, en realidad, «son todos iguales»; recalca las opiniones que en mayor medida se han venido escuchando en España sobre los partidos políticos y que confirmarían, al menos parcialmente, las hipótesis que hablaban de un franquismo sociológico ( ‍Juliá, Santos. 2006. «En torno a los proyectos de transición y sus imprevistos resultados», en Carmen Molinero (ed.), La transicion, treinta años después. 1975-1986. Barcelona: Ediciones Península.Juliá, 2006). Asimismo, los desafectos son personas que no han recibido una socialización política y que no tienen ningún tipo de implicación política, pues no se sienten atraídos por ella. Se cumplen, consecuentemente, los rasgos típicos de una actitud de naturaleza más estructural y, en cierto sentido, también las hipótesis culturalistas. Ahora bien, recordemos que nos encontramos en el año 2006, justo antes de la crisis económica. ¿Qué ocurre en el perfil de los individuos desafectos una vez que comienza la crisis?

Si nuestras hipótesis son correctas, la activación cognitiva producida como respuesta a la coyuntura económica y política llevará a cambios importantes en la desafección política y sus dimensiones, poniendo de manifiesto la mayor importancia de los factores coyunturales (y no solo económicos). Por tanto, podría esperarse que el perfil del desafecto cambie en 2011 y 2016.

EL PERFIL DEL DESAFECTO EN 2011[Subir]

De acuerdo con la tendencia mostrada por desapego político y desafección institucional durante el periodo 2002-‍2016, el siguiente año en el que nuestra variable dependiente experimenta un cambio tendente a modificar de forma sustancial el perfil de nuestro individuo desafecto es el del año 2011

Cabe recordar que en los inicios de 2011 España continuaba sumergida en una crisis económica que llevaba las tasas de paro a niveles no alcanzados hasta la fecha. Concretamente, el paro se situaba en 4,7 millones y los Barómetros del CIS lo registran como el principal problema de los encuestados (82,4 %), seguidos de los problemas de índole económica (53,1 %).

‍[12]
. Como resultado, sería de esperar que el perfil del individuo desafecto se halle fuertemente influido por las valoraciones negativas de las situación política y económica. Las tablas 5 y 6 resumen los resultados del modelo discriminante para la predicción de ser un individuo con desafección política (Y = 1) o no serlo (Y = 0). La única función discriminante se obtiene, nuevamente, mediante un procedimiento por pasos; resulta ser plenamente significativa y alcanza un valor predictivo del 83 % y 81 % tras la validación cruzada.

Las variables que mayor homogeneidad provocan entre los integrantes del grupo de desafectos y, simultáneamente, mayor heterogeneidad con respecto a los no desafectos en función de su coeficiente de estructura son: el nivel de estudios del entrevistado, la valoración de los políticos como corruptos y la implicación política, seguidas por la valoración del poder político en España, la confianza interpersonal y la satisfacción con la democracia. Puede comprobarse, en efecto, cómo las variables del contexto político y social condicionan la probabilidad de que el individuo acabe dentro del grupo de los desafectos. Ello confirmaría las hipótesis aquí propuestas.

Tabla 5.

Análisis discriminante (AD): desafección política enero 2011

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Estudios ,922 79,545 0,446
2 Escucha o ve las noticias en radio o la televisión ,872 68,919 0,399
3 Valoración de los políticos como corruptos ,831 63,411 -0,403
4 Valoración situación económica general España Retrospectiva ,802 57,673 0,332
5 Valoración dejar que los gobernantes tomen las decisiones ,785 51,343 0,302
6 Se siente incómodo cuando la gente discute sobre política ,770 46,650 -0,298
7 Confianza interpersonal ,758 42,664 0,363
8 Cercanía partido político ,748 39,358 0,286
9 Asistir a una reunión política o mitin ,740 36,380 0,268
10 Opinión acerca del poder de los políticos en España ,733 33,990 -0,382
11 Elegir a los políticos que deberán tomar las decisiones ,727 31,682 0,223
12 Capacidad de los políticos para llegar a acuerdos ,722 29,810 0,185
13 La gente tiene poca información sobre política como para tomar decisiones importantes sobre asuntos importantes ,717 28,164 -0,211
14 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,713 26,709 0,342
15 Asistir manifestación autorizada ,709 25,376 0,329
16 A la gente le falta tiempo para dedicarse a tomar decisiones sobre asuntos políticos importantes ,705 24,144 -0,161
17 Aparte de las noticias, escucha o ve otros programas sobre política ,702 23,092 0,355
Relevancia del modelo AD Desafección política
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-11 ,425 0,546 329,814 83 81,8

Si nos atenemos a los modelos discriminantes para cada uno de los componentes de la desafección política —desapego político y desafección institucional— en este 2011 (anexo), es para la desafección institucional para la que se logra un mayor éxito en la clasificación con un 84,9 % en la validación cruzada, mientras que para el desapego este valor es sustancialmente menor, con un 69,4 %. Así, el análisis discriminante muestra de nuevo un gran peso de las variables de coyuntura a la hora de explicar la varianza de la función, de forma que son las opiniones acerca del poder político y ciudadano, junto con las valoraciones del sistema democrático y la consideración de los políticos como corruptos y, aunque en menor medida, pero también con poder discriminante, la importancia de la situación económica, las que marcan el perfil del desafecto institucional en este 2011.

Por lo que respecta al perfil de los no apegados, este presenta pautas de continuidad comparado con el registrado para el año 2006. Son de nuevo los estudios y la implicación política las que determinan la distinción entre los que no se sienten interesados y no logran comprender lo que ocurre en la política y los que sí muestran apego hacia ella. No obstante, ahora se comprueba que el peso de los estudios es mayor en los coeficientes de estructura

Sin embargo, dudamos que la estructura formativa española haya podido cambiar tanto en apenas cinco años, luego sostenemos la existencia de mecanismos activadores de mayor influencia.

‍[13]
, lo que indica que es mayor el porcentaje de varianza explicado, en este caso, por los estudios (33,4 % frente al 21,2 % de 2006), y en comparación con las variables de implicación política como el seguimiento de noticias y la opinión acerca de los partidos y políticos.

EL PERFIL DEL DESAFECTO EN 2016[Subir]

Hasta aquí los modelos discriminantes han presentado como característica común una predicción buena a través de una clasificación en dos grupos, presencia y ausencia del fenómeno objeto de estudio. Sin embargo, a diferencia de estas dos primeras encuestas en las que la desafección política sufría cambios que nos llevaban a estudiar el posible cambio de perfil, en las siguientes que vamos a trabajar una de las pautas de cambio en la actitud ha sido la utilidad y la necesidad de emplear clasificaciones discriminantes a partir de una variable de desafección política formada por tres grupos: no desafectos, algo desafectos y desafectos.

Este hecho ya es de por sí significativo. Si bien antes la población española se clasificaba de una forma que podíamos llamar dicotómica —tenencia de actitudes desafectas hacia la política o ausencia de las mismas—, ahora comienza a aparecer un importante conjunto de individuos que se sitúan en una franja intermedia entre los dos extremos anteriores. En todo caso, y a pesar de los cambios observados, la población española presenta una cierta prevalencia hacia la desafección —un porcentaje importante se sitúa en esa posición intermedia— que sigue corrigiéndose en la actualidad.

La particularidad de las nuevas funciones discriminantes que se derivan para construir los modelos expuestos en las tablas 7 y 9 es que al existir tres grupos se derivarán dos funciones. Los principales resultados de estas tablas se hacen siguiendo el criterio lambda de Wilks, seleccionando secuencialmente aquellas variables que cumplen el doble requisito de tener el valor F más alto y el lambda más bajo. En estas tablas el poder discriminante viene determinado por el índice de potencialidad, que es igual al cuadrado del coeficiente de estructura multiplicado por el autovalor relativo de la función discriminante. Si bien este valor no tiene un significado real, sí que tiene la importancia de otorgar un valor intrínseco que nos permite ponderar el peso de cada variable en la función discriminante.

Tabla 7.

Variables discriminantes en la desafección política, enero 2016

Paso Variables Lambda de Wilks F Función discriminante 1 Función discriminante 2 Índice potencialidad compuesto
Coeficiente estructura Autovalor relativo Índice potencialidad simple Coeficiente
estructura
Autovalor relativo Índice potencialidad simple
1 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,921 115,524 ,569* 0,620 0,201 0,265 0,380 0,027 0,227
2 Cercanía partido político ,888 82,564 ,359* 0,620 0,080 -0,063 0,380 0,002 0,081
3 Vota tanta gente, que su voto no influye en los resultados ,865 67,868 ,345* 0,620 0,074 -0,157 0,380 0,009 0,083
4 Valoración situación económica ,842 60,746 ,474* 0,620 0,139 0,015 0,380 0,000 0,139
5 Participar foro de discusión política en Internet ,826 54,084 ,241* 0,620 0,036 0,101 0,380 0,004 0,040
6 Confianza interpersonal ,815 48,506 0,277 0,620 0,048 -,326* 0,380 0,040 0,088
7 Votar contribuye a sostener la democracia ,807 43,523 -0,262 0,620 0,043 ,509* 0,380 0,098 0,141
8 Estudios ,800 39,722 ,278* 0,620 0,048 -0,238 0,380 0,221 0,269
9 Sentimiento españolista/nacionalista ,795 36,312 -0,119 0,620 0,481 -,592* 0,380 0,133 0,614
10 Escala ordinal Valoración situación política ,791 33,424 ,434* 0,620 0,117 0,152 0,380 0,504 0,621
11 VotoPP ,788 30,884 0,218 0,620 0,920 ,407* 0,380 0,063 0,983
12 Asistir manifestación autorizada ,785 28,764 ,188* 0,620 0,022 -0,056 0,380 0,339 0,361
13 Estudiante ,783 26,915 0,091 0,620 0,738 -,118* 0,380 0,005 0,743
14 Sexo ,781 25,313 ,091* 0,620 0,005 0,031 0,380 0,404 0,409
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desafección política enero 2016
Correlación canónica Lambda de Wilks Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Función 1 Función 2 Contraste funciones 1 a la 2 Contraste de la función 2 Contraste funciones 1 a la 2 Contraste de la función 2 Muestra original Validez cruzada
Ene-16 0,455 0,126 0,781 0,984 667,397 43,378 70,2 70

En la tabla 7 también se ven, junto a la relevancia de la clasificación en términos de varianza, las significaciones estadísticas de cada función discriminante. Los asteriscos, por su parte, indican la pertenencia bien a la función 1, bien a la 2, ubicándose cada variable en la función donde su coeficiente es más elevado. Recordemos que es la primera función la que mayor poder discriminante tiene, y que distingue a los desafectos de los algo desafectos y no desafectos. Finalmente, son catorce las variables con poder discriminante significativo, de las cuales, el voto al Partido Popular (PP), ser estudiante y el sexo son las que más discriminan, junto con la valoración de la situación política y el sentimiento de pertenencia en el cleavage centro-periferia que se ha denominado sentimiento nacionalista-españolista. Las variables de menor poder son la implicación política mostrada a través de la participación en foros de discusión política y sentirse cercano a un partido político.

Tabla 8.

Funciones en los centroides de los grupos

Desafección política Función
1 2
No desafecto ,925 ,221
Algo desafecto ,034 -,082
Desafecto -,948 ,173

Funciones discriminantes canónicas no tipificadas evaluadas en las medias de los grupos.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de CIS ( ‍CIS. 2016a. Postelectoral elecciones generales 2015 (Panel 2.ª fase). Estudio 3126. Disponible en: http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=31262016a).

La primera de las funciones distingue a los desafectos de los desafectos parciales y de los no desafectos (de acuerdo con los centros de los conglomerados). Una función integrada por nueve variables combinadas linealmente que definen la satisfacción con el sistema democrático en España, seguido por las valoraciones de la situación económica y política, la cercanía a un partido político, considerar que el voto propio no es suficientemente importante, la participación política en determinadas acciones y, por último, el sexo. Lo que distingue al desafecto del que no lo es, así como de los que comienzan a situarse a partir de este año 2016 en un punto intermedio queda marcado, sobre todo, por tener una condición socioeconómica distinta a la del estudiante, estar muy descontento con el funcionamiento de la democracia y valorar como muy mala la situación política y económica. De nuevo, puede apreciarse que el perfil esbozado del individuo desafecto en 2016 responde a las hipótesis planteadas y que subrayaban la importancia de la coyuntura política y económica a la hora de predecir la naturaleza de la desafección política en España.

La segunda de las funciones distingue, por el contrario, a los que se ha considerado aquí como «algo desafectos» respecto de los desafectos y los no desafectos. Esta función se compone de una combinación lineal de las siguientes variables: sentimiento nacionalista, la consideración de que el voto propio contribuye a sostener la democracia, el voto al Partido Popular, la confianza interpersonal y tener como condición socioeconómica la de estudiante. Los algo desafectos se distinguen especialmente de los no desafectos por ser nacionalistas

Cuando decimos ser nacionalista nos referimos al hecho de tener un sentimiento de pertenencia diferente al español, no al hecho de que considerarse un ciudadano español no sea nacionalismo. En otras palabras, tenemos claro que nacionalistas son tanto los españoles, como lo catalanes, gallegos, vascos, etc.

‍[14]
intermedios, por no haber votado al PP (sus votantes son, precisamente, los menos desafectos) y tener una elevada confianza en el resto de personas. Estas variables discriminantes indican la importancia de las variables políticas. El voto al PP lejos de ser una variable discriminante anecdótica muestra que el voto por una opción política que, además, es la que ostenta el gobierno, ubica al individuo en una posición de identificación con los suyos, lo que pondría de manifiesto que la desafección política responde a las teorías del etiquetaje, de tal modo que los individuos tenderían a mostrarse menos desafectos si su opción política es la que ostenta el poder en ese momento. Y, de manera análoga, confirmaría que la desafección política presenta una naturaleza cambiante que responde al periodo más que a la cultura y estructura de una sociedad. En suma, el análisis discriminante vuelve a indicar lo acertado de nuestras hipótesis que vinculan la relevancia de las variables coyunturales en la predicción de la desafección y su naturaleza cambiante.

Tabla 9.

Variables discriminantes en la desafección política julio 2016

Paso Variables Lambda de Wilks F Función discriminante 1 Función discriminante 2 Índice potencialidad compuesto
Coeficiente estructura Autovalor relativo Índice potencialidad simple Coeficiente
estructura
Autovalor relativo Índice potencialidad simple
1 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,893 164,062 ,587* 0,671 0,231 0,081 0,329 0,002 0,233
2 Cercanía partido político ,859 108,061 ,336* 0,671 0,076 0,282 0,329 0,026 0,102
3 Vota tanta gente, que su voto no influye en los resultados ,831 88,512 ,363* 0,671 0,088 -0,091 0,329 0,003 0,091
4 Estudios ,809 76,208 0,26 0,671 0,045 ,262* 0,329 0,023 0,068
5 Votar contribuye a sostener la democracia ,791 68,089 -0,392 0,671 0,103 ,444* 0,329 0,065 0,168
6 Valoración situación económica ,775 62,003 ,432* 0,671 0,125 -0,062 0,329 0,289 0,415
7 Participación en elecciones generales ,764 56,279 0,32 0,671 1,169 -,472* 0,329 0,073 1,243
8 Confianza interpersonal ,755 51,578 ,306* 0,671 0,063 -0,094 0,329 0,270 0,333
9 Participar foro de discusión política en Internet ,747 47,531 0,212 0,671 0,030 ,275* 0,329 0,025 0,055
10 Estudiante ,742 43,996 0,151 0,671 0,015 ,319* 0,329 0,033 0,049
11 Asistir manifestación autorizada ,737 40,858 ,212* 0,671 0,030 -0,069 0,329 0,002 0,032
12 Escala ordinal Valoración situación política ,732 38,278 ,409* 0,671 0,112 -0,021 0,329 0,000 0,112
13 Ingresos persona entrevistada ,730 35,716 0,161 0,671 0,905 ,327* 0,329 0,035 0,940
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desafección política julio 2016
Correlación canónica Lambda de Wilks Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Función 1 Función 2 Contraste funciones 1 a la 2 Contraste de la función 2 Contraste funciones 1 a la 2 Contraste de la función 2 Muestra original Validez cruzada
Jul-16 0,508 0,128 0,73 0,984 859,398 45,437 68,7 68,3

En lo que respecta a las funciones discriminantes para julio de 2016, su composición se muestra en la tabla 9. Como es habitual en este tipo de análisis, la primera función es la que tiene una mayor relevancia en la diferenciación de los tres grupos, explicando el mayor porcentaje de la desafección política (su correlación canónica es igual a 0,508), y ambas funciones son significativas de acuerdo a los contrastes tanto de lambda de Wilks como chi-cuadrado. Sin embargo, a diferencia de las anteriores encuestas, no se logra una discriminación tan perfecta. No obstante, ahora hemos de tener en cuenta que estamos ante una clasificación en tres grupos en lugar de en dos, por lo que el porcentaje de éxito, que debe calcularse a partir de un 25 % superior a la del tamaño de los grupos, comienza a ser válido a partir de un 58 % (1/3 = 0,33 + 0,25 = 58 %).

Tabla 10.

Funciones en los centroides de los grupos

Desafección política Función
1 2
No desafecto 1,119 ,345
Algo desafecto ,230 -,085
Desafecto -,857 ,086

Funciones discriminantes canónicas no tipificadas evaluadas en las medias de los grupos.

Fuente: elaboración propia a partir de CIS ( ‍CIS. 2016b. Postelectoral elecciones generales 2016. Estudio 3145. Disponible en: http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=31452016b).

La composición de cada función se muestra en la tabla 10. La primera de nuestras funciones diferencia, de acuerdo a los centros de sus conglomerados, a los desafectos de los intermedios y los no desafectos. Son siete las variables discriminantes que la integran: la satisfacción con la democracia, la valoración de la situación política, la escasa importancia del voto, seguidos de la cercanía a un partido político, la confianza interpersonal y participar en manifestaciones. Así, podemos concluir que el desafecto se diferencia de los no desafectos y los intermedios por: estar completamente insatisfecho con el funcionamiento de la democracia en España, tener una valoración muy negativa de la situación política del momento, una creencia muy baja en la importancia de su voto como elemento de cambio, no mostrar cercanía hacia ningún partido, ni tener una implicación política suficiente como para haber participado en manifestaciones y, sobre todo, por no tener ninguna confianza en la gente.

En lo que respecta a la segunda función, esta distingue a los intermedios de los no desafectos y desafectos. Es una función integrada por la combinación lineal de seis variables que definen la participación electoral, la creencia de que votar contribuye al mantenimiento de la democracia, los ingresos de la persona entrevistada, ser estudiante, participar en un foro político y el nivel de estudios alcanzado. De este modo, el intermedio se distingue por ser votante habitual, creer que el voto contribuye a la democracia, tener ingresos medios-altos, ser estudiante y participante ocasional de foros políticos, y tener un alto nivel de estudios.

Si se comparan los resultados de las dos encuestas de 2016 y al margen de las similitudes, puede observarse que la valoración de la situación económica y política continúan siendo variables con poder discriminante en la determinación del perfil del desafecto. Por otro lado, en la segunda función pierde poder el ser votante de un determinado partido, como es el PP, o presentar un sentimiento nacionalista, y lo adquiere el nivel educativo, y los ingresos.

Prestando una atención más detalladas a las dimensiones de la desafección para el año 2016, se aprecia que en el caso de la desafección institucional destaca la influencia de la satisfacción con la democracia a la hora de establecer la clasificación entre desafecto y no desafecto (coeficientes de estructura iguales a 0,702 para la primera encuesta y 0,738 para la segunda de 2016). Sin embargo, cambia el peso de las valoraciones de la situación política y económica. Mientras en enero de 2016 la situación política se erige como elemento de distinción (coeficiente estructura igual a 0,483), en junio desaparece dejando su lugar a la valoración de la situación económica (coeficiente estructura 0,606), algo que por otra parte parece lógico toda vez que el horizonte político parece más claro tras la celebración de las segundas elecciones en las que el PP lograría formar Gobierno.

Si comparamos los resultados del perfil del desafecto institucional de este año con los de 2011, podemos ver que cambian los pesos de la satisfacción con el funcionamiento de la democracia y de la situación económica. En 2016 estás variables adquieren mayor importancia al dibujar el perfil del desafecto.

Para el perfil de las personas con desapego político en 2016, se destaca la continuidad en los coeficientes de estructura y variables discriminantes excepto para la proporción explicada por la creencia en la importancia del voto para cambiar los resultados electorales o para mantener la democracia. Si se comparan estos perfiles con los de 2011, es de destacar la perdida de importancia del nivel de estudios para explicar el perfil del no apegado a la política, algo que parece indicar la pérdida de peso de las variables estructurales también en el caso de la dimensión del desapego.

CONCLUSIONES[Subir]

Este análisis permite concluir que los españoles muestran un alto nivel de desafección institucional, compatible con un menor desapego hacia la política, cada vez más patente con el paso del tiempo. Así, cabe hablar de un español desafecto institucionalmente, pero competente desde el punto de vista político. Estamos, consecuentemente, acercándonos al modelo de ciudadanos críticos. En una línea paralela al consenso establecido en Democratic Deficit ( ‍Norris, Pippa. 2011. Democratic Deficit: Critical Citizens Revisited. Massachusetts: Cambridge University Press.Norris, 2011) —los ciudadanos cuestionan las instituciones centrales de la democracia representativa, en especial los partidos, Parlamentos y Gobiernos, al tiempo que demandan más democracia y muestran un apoyo inquebrantable a los principios democráticos—, el perfil de la ciudadanía desafecta que aquí se ha visto pone de relieve una tensión nueva y no revelada por la cual los españoles presentan una ligera disminución, casi cierta estabilidad, en su crítica hacia las instituciones y sobre todo a la clase política (calificada, a veces, incluso como corrupta), mientras se produce un descenso vertiginoso en el desapego político.

En resumen, dichas tendencias suponen romper las persistentes inclinaciones hacia la apatía y el desapego que caracterizaron la cultura política española ( ‍Bonet, Eduard, Irene Martín y Jose Ramón Montero. 2006. «Las actitudes políticas de los españoles», en José Ramón Montero, Joan Font y Mariano Torcal (eds.), Ciudadanos, asociaciones y participación en España. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Bonet et al., 2006;  ‍Gunther, Richard, Jose Ramón Montero y Joan Botella. 2004. Democracy in Modern Spain. New Haven: Yale University Press. Gunther et al., 2004;  ‍Galais, Carolina. 2012. «¿Cada vez más apáticos? El desinterés político juvenil en España en perspectiva comparada», Revista Internacional de Sociología, 70 (1): 107-127. Disponible en: https://doi.org/10.3989/ris.2011.05.07Galais, 2012) y suponen también traer de nuevo a colación la hipótesis esbozada por Gamson ( ‍Gamson, William. A. 1968. Power and discontent. Homewood, Illinois: Dorsey Press. 1968), de acuerdo a la cual desapego y desafección institucional no tienen por qué ir siempre unidas. Este hecho debe llevarnos, necesariamente, a plantear estudios sobre desafección diferenciados para cada dimensión y abordados desde una perspectiva comparada, a los efectos de determinar la universalidad de estas pautas.

El análisis desarrollado dibuja un perfil cambiante del desafecto español que puede calificarse, sobre todo desde 2006 en adelante, como de desafección reactiva. Estamos ante una sociedad española más heterogénea y moderada en sus pautas desafectas, condicionada por la caída en el desapego político y la moderación de su desafección institucional, lo que conduce a modelos discriminantes de mayor éxito a partir de 2011, con una clasificación en tres grupos, donde los algo desafectos se han convertido en el grupo más numeroso, acabando con la polarización entre desafectos y no desafectos. En suma, el análisis discriminante nos ha permitido profundizar sobre el carácter coyuntural de la desafección política en España, mostrando que esta se ha explicado mayoritariamente por las variables que recogían información acerca del contexto político, económico y social.

Asimismo, el análisis discriminante nos ha permitido conocer la probabilidad de pertenencia de los individuos a cada grupo a partir de las variables predictoras, mostrándonos como han ido cambiando la importancia de las mismas a la hora de clasificar individuos en cada momento del tiempo. El éxito de estas clasificaciones ha sido notable, aunque no tanto como nos hubiese gustado. Los resultados y porcentajes de éxito en dichas clasificaciones han oscilado entre el 81 % y 69 % (si bien este porcentaje era para una clasificación en tres grupos). Un resumen de la construcción del perfil desafecto en España se muestra en la tabla 11, donde las variables aparecen ordenadas por año y de acuerdo a sus coeficientes de estructura.

Si se comparan resultados, en 2006 lo que diferencia al grupo desafecto de los no desafectos eran las opiniones negativas acerca de los partidos políticos, la importancia de la socialización política y, en último lugar, la satisfacción con el funcionamiento de la democracia; mientras que en 2011 entran en juego otras variables como las valoraciones de la situación política y económica, que en 2016 suponen el mayor elemento discriminante entre los algo desafectos y los no desafectos, destacándose también la pérdida de importancia del nivel de estudios alcanzado. Todo ello dibuja un perfil del desafecto más volátil y marcado por las opiniones y valoraciones sobre lo que ocurre accidentalmente en el contexto sociopolítico.

En resumen, se concluye que los rasgos característicos del desafecto español a finales de 2016 quedan condicionados por las influencias de unas variables coyunturales —valoración de la situación política y económica, satisfacción con el funcionamiento de la democracia— que lo diferencian del individuo desafecto de hace más de una década, en el que las actitudes de alejamiento y cansancio hacia la política venían determinadas por otros componentes de carácter estructural como la implicación política socializada, la confianza interpersonal y otras pautas de participación política. Se confirma así la conversión de un perfil desafecto estructural hacia un desafecto reactivo que exige mecanismos de mayor calidad democrática, transparencia, rendición de cuentas y participación política.

Tabla 11.

Composición de las funciones discriminantes canónicas en la explicación de la desafección política

Función discriminante 1 Función discriminante 2
2006 Los partidos solo sirven para dividir a la gente
Los partidos se critican mucho entre sí, pero en realidad son todos iguales
Frecuencia con la que se hablaba de política con sus amigos
Frecuencia con la que se hablaba de política en casa
Lee las secciones políticas del periódico
Confianza interpersonal
Aparte de las noticias, escucha o ve otros programas sobre política
Participación política partido
Ingresos persona entrevistada
Satisfacción funcionamiento de la democracia en España
2011 Estudios  
Valoración de los políticos como corruptos
Escucha o ve las noticias en radio o la televisión
Opinión acerca del poder de los políticos en España
Confianza interpersonal
Aparte de las noticias, escucha o ve otros programas sobre política
Satisfacción funcionamiento de la democracia en España
Valoración situación económica general España retrospectiva
Asistir manifestación autorizada…
Valoración dejar que los gobernantes tomen las decisiones
Se siente incómodo cuando la gente discute sobre política
Cercanía partido político  
2016 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España Votar contribuye a sostener la democracia
Valoración situación económica VotoPP
Escala ordinal Valoración situación política Sentimiento españolista/nacionalista
Cercanía partido político Confianza interpersonal
Vota tanta gente, que su voto no influye en los resultados Estudiante
Estudios
Distingue a los desafectos de los desafectos parciales y de los no desafectos (al ser los centros de los conglomerados: -0,948; 0,034 y 0,925) Distingue a los «algo desafectos» respecto de los desafectos y los no desafectos (al ser los centros de los conglomerados: -0,082; 0,173 y 0,221)
Satisfacción funcionamiento de la democracia en España Participación en elecciones generales
Valoración situación económica Votar contribuye a sostener la democracia
Escala ordinal valoración situación política Ingresos persona entrevistada
Vota tanta gente, que su voto no influye en los resultados Estudiante
Cercanía partido político Participar foro de discusión política en internet
Confianza interpersonal Estudios
La primera de nuestras funciones diferencia a los desafectos de los intermedios y los no desafectos (al ser los centros de los conglomerados: -0,857; 0,230 y 1,119) Distingue a los intermedios de los no desafectos y desafectos (al ser los centros de los conglomerados: -0,085; 0,086 y 0,345)

Fuente: elaboración propia a partir de datos del CIS.

NOTAS[Subir]

[1]

La nota media de la democracia española se sitúa en 0,46 en una escala de 0 a 1 según datos del CIS ( ‍Palacios Brihuega, Irene. 2016. Los españoles y la calidad de la democracia. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Palacios Brihuega, 2016).

[2]

No solo es que los ciudadanos tengan cada vez menos confianza en los políticos, sino que la ciudadanía no siente que los políticos les representen adecuadamente, bien porque «se centran sólo en sus intereses personales» o porque «no se preocupan por la gente como uno», bien porque representan en gran medida al partido político al que pertenecen ( ‍CIS. 2012. Congruencia ideológica entre electores y representantes políticos. Estudio 2930. Disponible en: http://analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=2930CIS, 2012).

[3]

Véase, Montero et al. ( ‍Montero, Jose Ramón, Richard Gunther y Mariano Torcal. 1998. «Actitudes hacia la democracia en España: legitimidad, descontento y desafeccion», Revista Española de Investigaciones Sociales, 83: 9-49. Disponible en: https://doi.org/10.2307/401841201998); Torcal ( ‍Torcal, Mariano. 2003. Political disaffection and democratization history in new democracies. Working Papers. Notre Dame: Kellogg Institute. 2003,  ‍Torcal, Mariano. 2016. «Desafección Política en España en una perspectiva comparada», en Francisco J. Llera Ramo (ed.), Desafección política y regeneración democrática en la España actual: diagnósticos y propuestas. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.2016: 94), y Torcal et al. ( ‍Torcal, Mariano, Laura Morales y Santiago Perez-Nievas. 2005. España: sociedad y política en perspectiva comparada: un análisis de la primera ola de la Encuesta Social Europea. Valencia: Tirant lo Blanch. 2005). En este último artículo Torcal afirma que «parece que el desapego político ha sido alto, estable y con grandes diferencias entre los países del norte y centro de Europa occidental». Esto podría darse hasta 2008, pero no a partir de entonces, tal y como demuestran los cambios de tendencia.

[4]

Para el despego, las preguntas utilizadas son: «En líneas generales, ¿la política le interesa mucho, bastante, algo, poco o nada?» y «A continuación le voy a leer una lista de afirmaciones sobre distintas cuestiones. Por favor, dígame si está Ud. de acuerdo o en desacuerdo con cada una de ellas». Las afirmaciones son: «Generalmente, la política le parece tan complicada que la gente como Ud. no puede entender lo que pasa». «En general, se considera un ciudadano que entiende de política». Las categorías de respuesta en ambos casos son: muy de acuerdo, de acuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo, muy en desacuerdo. Para la desafección institucional se empleó la pregunta: «A continuación me gustaría que me dijese el grado de confianza que tiene Ud. en una serie de instituciones, utilizando una escala de 0 a 10 en que el 0 significa que Ud. no tiene “ninguna confianza” en ella y 10 que tiene “mucha confianza”», utilizando en este caso el Parlamento y los partidos políticos; y la pregunta: «¿Podría decirme si está muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo con las siguientes afirmaciones?». En referencia a «Los/as políticos/as no se preocupan mucho de lo que piensa la gente como Ud.», o «El voto es la única forma en que la gente como Ud. puede influir en lo que hace el Gobierno». En ambos casos, las variables se recodifican en una nueva variable métrica de forma que oscilan entre valores 0 y 1, en la que 0 significa ausencia de actitud desafecta y 1 máxima presencia de la misma.

[5]

Más información acerca de su construcción puede verse en el anexo.

[6]

«El CFI compara la discrepancia entre la matriz de covarianzas que predice el modelo y la matriz de covarianzas observada, con la discrepancia entre la matriz de covarianzas del modelo nulo y la matriz de covarianzas observadas para evaluar el grado de perdida que se produce en el ajuste al cambiar del modelo del investigador al modelo nulo. Este modelo esta corregido con respecto a la complejidad del modelo. Los valores del índice varían entre 0 y 1. Por convención, el valor de CFI debe ser superior a 0,90 indicando que a menos el 90 % de la covarianza en los datos puede ser reproducida por el modelo» ( ‍Lara Hormigo, Antonio. 2014. Introduccion a las ecuciones estructurales en AMOS y R. Guia de referencia. Disponible en: http://bit.ly/2VmXw38Lara Hormigo, 2014: 20).

[7]

Podría argumentarse que la desafección desincentiva la participación; sin embargo, no está claro el sentido de la causalidad. De hecho, no solo tener un sentimiento de eficacia política elevado fomenta la participación, sino que el hecho de participar favorece dicho sentimiento. Por tanto, implicarse en política puede afectar a determinadas actitudes políticas como la desafección ( ‍Finkel, Steven. E. 1987. «The Effects of Participation on Political Efficacy and Political Support : Evidence from a West German Panel», The Journal of Politics, 49 (2): 441-464. Disponible en: https://doi.org/10.2307/2131308Finkel, 1987,  ‍Finkel, Steven. E. 1985. «Reciprocal Effects of Participation and Political Efficacy. A Panel Analysis», American Journal of Political Science, 29 (4): 891-913. Disponible en: https://doi.org/10.2307/21111861985;  ‍Madsen, Douglas. 1987. «Political Self-Efficacy Tested», The American Political Science Review, 81 (2): 571-582. Disponible en: https://doi.org/10.2307/1961970Madsen, 1987).

[8]

Por variable ficticia se entiende una variable dicotómica que se crea a partir de una variable cualitativa, nominal u ordinal ( ‍Cea D’Ancona, M. Ángeles. 2016. Análisis discriminante. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.D’Ancona, 2016).

[9]

«Interesan desviaciones típicas pequeñas porque indican homogeneidad grupal respecto a dicha variable, siendo la media relevante» (ibid.: 54).

[10]

Mediante este procedimiento, primero se aplica un procedimiento secuencial de pasos «hacia adelante» y, después, «hacia atrás», con lo que se comprueban y eliminan las variables que no son capaces de discriminar. El orden de entrada o salida se determina por criterios estadísticos que gradúan ese poder discriminante ( ‍Cea D’Ancona, M. Ángeles. 2016. Análisis discriminante. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.D’Ancona, 2016). Además, la secuencialidad permite controlar la multicolinealidad.

[11]

En análisis discriminante es condición indispensable que la variable independiente no sea una combinación lineal de otras variables. Se requiere, en consecuencia, que las variables independientes no estén excesivamente correlacionadas.

[12]

Cabe recordar que en los inicios de 2011 España continuaba sumergida en una crisis económica que llevaba las tasas de paro a niveles no alcanzados hasta la fecha. Concretamente, el paro se situaba en 4,7 millones y los Barómetros del CIS lo registran como el principal problema de los encuestados (82,4 %), seguidos de los problemas de índole económica (53,1 %).

[13]

Sin embargo, dudamos que la estructura formativa española haya podido cambiar tanto en apenas cinco años, luego sostenemos la existencia de mecanismos activadores de mayor influencia.

[14]

Cuando decimos ser nacionalista nos referimos al hecho de tener un sentimiento de pertenencia diferente al español, no al hecho de que considerarse un ciudadano español no sea nacionalismo. En otras palabras, tenemos claro que nacionalistas son tanto los españoles, como lo catalanes, gallegos, vascos, etc.

Referencias[Subir]

[1] 

Almond, Gabriel y Sidney Verba. 1970. La cultura cívica: estudio sobre la participación política democrática en cinco naciones. Madrid: Euramérica.

[2] 

Almond, Gabriel y Sidney Verba. 1989. The Civic culture revisited. Londres: Sage.

[3] 

Bargsted, Matias y Mariano Torcal. 2015. «Explicando la confianza política: ¿economía o política?», en Ludolfo Paramio (ed.), Desafección política y gobernabilidad: el reto político. Madrid: Marcial Pons.

[4] 

Bonet, Eduard, Irene Martín y Jose Ramón Montero. 2006. «Las actitudes políticas de los españoles», en José Ramón Montero, Joan Font y Mariano Torcal (eds.), Ciudadanos, asociaciones y participación en España. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

[5] 

Cea D’Ancona, M. Ángeles. 2016. Análisis discriminante. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

[6] 

CIS. 2006. Ciudadanía y participación. Estudio 2632. Disponible en: http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=2632.

[7] 

CIS. 2011. Preferencias políticas sobre los procesos de toma de decisiones políticas. Estudio 2860. Disponible en: http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=2860.

[8] 

CIS. 2012. Congruencia ideológica entre electores y representantes políticos. Estudio 2930. Disponible en: http://analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=2930.

[9] 

CIS. 2016a. Postelectoral elecciones generales 2015 (Panel 2.ª fase). Estudio 3126. Disponible en: http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=3126.

[10] 

CIS. 2016b. Postelectoral elecciones generales 2016. Estudio 3145. Disponible en: http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp?ESTUDIO=3145.

[11] 

Di Palma, Giuseppe. 1970. Apathy and Participation: Mass Politics in Western Societies. Nueva York: The Free Press. Macmillan Company.

[12] 

Eckstein, Harry. 1988. «A Culturalist Theory of Political Change», The American Political Science Review, 82 (3): 789-‍804. Disponible en: https://doi.org/10.2307/1962491.

[13] 

Finkel, Steven. E. 1985. «Reciprocal Effects of Participation and Political Efficacy. A Panel Analysis», American Journal of Political Science, 29 (4): 891-‍913. Disponible en: https://doi.org/10.2307/2111186.

[14] 

Finkel, Steven. E. 1987. «The Effects of Participation on Political Efficacy and Political Support : Evidence from a West German Panel», The Journal of Politics, 49 (2): 441-‍464. Disponible en: https://doi.org/10.2307/2131308.

[15] 

Galais, Carolina. 2008. ¿Socialización o contexto? La implicación política subjetiva de los españoles (1985-‍2006). Fraile Maldonado, Marta (dir.), Universidad Pompeu Fabra, Barcelona.

[16] 

Galais, Carolina. 2012. «¿Cada vez más apáticos? El desinterés político juvenil en España en perspectiva comparada», Revista Internacional de Sociología, 70 (1): 107-‍127. Disponible en: https://doi.org/10.3989/ris.2011.05.07.

[17] 

Gamson, William. A. 1968. Power and discontent. Homewood, Illinois: Dorsey Press.

[18] 

Gunther, Richard, Jose Ramón Montero y Joan Botella. 2004. Democracy in Modern Spain. New Haven: Yale University Press.

[19] 

Inglehart, Ronald. 1991. El cambio cultural en las sociedades industriales avanzadas. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

[20] 

Inglehart, Ronald. 1998. Modernización y posmodernización: el cambio cultural, económico y político en 43 sociedades. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

[21] 

Inglehart, Ronald y Christian Welzel. 2006. Modernización, cambio cultural y democracia: la secuencia del desarrollo humano. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

[22] 

Juliá, Santos. 2006. «En torno a los proyectos de transición y sus imprevistos resultados», en Carmen Molinero (ed.), La transicion, treinta años después. 1975-‍1986. Barcelona: Ediciones Península.

[23] 

Lara Hormigo, Antonio. 2014. Introduccion a las ecuciones estructurales en AMOS y R. Guia de referencia. Disponible en: http://bit.ly/2VmXw38.

[24] 

Llera, Francisco. 2016. Desafección política y regeneración democrática en la España actual: diagnósticos y propuestas. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

[25] 

Lorente Fontaneda, Javier e Irene Sánchez-Vítores. 2018. «La desafección en las urnas: las elecciones generales de 2015 en España», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 161: 41-‍62. Disponible en: http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.161.41.

[26] 

Madsen, Douglas. 1987. «Political Self-Efficacy Tested», The American Political Science Review, 81 (2): 571-‍582. Disponible en: https://doi.org/10.2307/1961970.

[27] 

Megías, Adrián. 2020. «Una década de crisis desafecta: los cambios en su naturaleza», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 169: 103-‍122. Disponible en: http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.169.103.

[28] 

Mishler, William y Richard Rose. 2001. «What are the origins of political trust? Testing institutional and cultural theories in post-communist societies», Comparative Political Studies, 34 (1): 30-‍62. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0010414001034001002.

[29] 

Montero, Jose Ramón, Richard Gunther y Mariano Torcal. 1998. «Actitudes hacia la democracia en España: legitimidad, descontento y desafeccion», Revista Española de Investigaciones Sociales, 83: 9-‍49. Disponible en: https://doi.org/10.2307/40184120.

[30] 

Montero, Jose Ramón y Mariano Torcal. 1990. «La cultura política de los españoles: pautas de continuidad y cambio», Sistema: Revista de Ciencias Sociales, 99: 33-‍74.

[31] 

Norris, Pippa. 2011. Democratic Deficit: Critical Citizens Revisited. Massachusetts: Cambridge University Press.

[32] 

Offe, Carl. 2006. «Political Dissaffection as an Outcome of Institutional Practices? Some post-Toquevillean Speculations», en Mariano Torcal y José Ramón Montero (eds.), Political Disaffection in Contemporary Democracies. Social Capital, Institutions, and Politics. Londres: Routledge.

[33] 

Palacios Brihuega, Irene. 2016. Los españoles y la calidad de la democracia. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

[34] 

Paramio, Ludolfo. 2015. Desafección política y gobernabilidad: el reto político. Madrid: Marcial Pons.

[35] 

Putnam, Robert. D. 2011. Para que la democracia funcione: las tradiciones cívicas en la Italia moderna. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

[36] 

Torcal, Mariano. 2003. Political disaffection and democratization history in new democracies. Working Papers. Notre Dame: Kellogg Institute.

[37] 

Torcal, Mariano. 2006. «Desafección institucional e historia democrática en las nuevas democracia», Revista SAAP, 2 (3): 591-‍634.

[38] 

Torcal, Mariano. 2014. «The Decline of Political Trust in Spain and Portugal: Economic Performance or Political Responsiveness?», American Behavioral Scientist, 58 (12): 1542-‍1567. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0002764214534662.

[39] 

Torcal, Mariano. 2016. «Desafección Política en España en una perspectiva comparada», en Francisco J. Llera Ramo (ed.), Desafección política y regeneración democrática en la España actual: diagnósticos y propuestas. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

[40] 

Torcal, Mariano y Jose Ramón Montero. 2006. Political Disaffection in Contemporary Democracies: Social Capital, Institutions and Politics. Londres: Routledge. Disponible en: https://doi.org/10.4324/9780203086186.

[41] 

Torcal, Mariano, Laura Morales y Santiago Perez-Nievas. 2005. España: sociedad y política en perspectiva comparada: un análisis de la primera ola de la Encuesta Social Europea. Valencia: Tirant lo Blanch.

ANEXO[Subir]

Tabla 12.

Análisis discriminante AD desafección institucional enero 2006

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Satisfacción con el Gobierno ,923 82,939 0,692
2 Los partidos solo sirven para dividir a la gente ,893 59,135 -0,574
3 Confianza interpersonal ,878 45,863 0,486
4 Gracias a los partidos la gente puede participar en la vida política ,868 37,467 0,438
5 Participación política partido ,859 32,253 0,331
6 Frecuencia con la que se hablaba de política en colegio o instituto ,855 27,851 0,235
7 El Gobierno debería tomar medidas para reducir las diferencias en los niveles de ingresos ,851 24,559 -0,085
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desafección institucional enero 2006
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-06 0,175 0,386 158,838 75,9 75,5

Tabla 13.

Análisis discriminante AD desapego político enero 2006

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Lee las secciones políticas del periódico ,861 163,512 0,595
2 Frecuencia con la que se hablaba de política en casa ,806 121,920 0,435
3 Los partidos solo sirven para dividir a la gente ,776 96,884 -0,391
4 Estudios ,758 80,522 0,467
5 Aparte de las noticias, escucha o ve otros programas sobre política ,739 71,002 0,41
6 Participación política partido ,729 62,313 0,264
7 Gracias a los partidos la gente puede participar en la vida política ,720 55,849 -0,087
8 Cuanto menos intervenga el Gobierno en la economía, mejor será para España ,710 51,169 -0,298
9 Usa internet para obtener información acerca de la política o la sociedad ,705 46,672 0,409
10 El Gobierno debería tomar medidas para reducir las diferencias en los niveles de ingresos ,699 43,163 0,099
11 Escucha o ve las noticias en radio o la televisión ,695 40,009 0,279
12 Pensionista ,690 37,461 -0,238
13 Los partidos se critican mucho entre sí, pero en realidad son todos iguales ,687 35,061 -0,353
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desapego político enero 2006
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-06 0,456 0,56 377,588 78,3 77,5

Tabla 14.

Análisis discriminante AD desafección institucional enero 2011

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Opinión acerca del poder de los políticos en España ,806 85,713 -0,672
2 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,759 56,509 0,438
3 Opinión acerca del poder de los ciudadanos en España ,727 44,545 0,507
4 Valoración dejar que los gobernantes tomen las decisiones ,710 36,123 0,465
5 Pertenencia partido político ,698 30,518 0,218
6 VOTOPSOE ,689 26,522 0,263
7 Valoración de los políticos como corruptos ,679 23,710 -0,412
8 Capacidad de los políticos para llegar a acuerdos ,671 21,454 0,218
9 Valoración organización reuniones para tomar decisiones entre todos ,662 19,802 -0,091
10 Importancia de la situación económica ,653 18,481 -0,203
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desafección institucional enero 2011
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-11 0,531 0,589 149,938 85,9 84,9

Tabla 15.

Análisis discriminante AD desapego político enero 2011

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Estudios ,913 47,969 0,578
2 Usa internet para obtener información acerca de la política o la sociedad ,795 21,413 0,492
3 Escucha o ve las noticias en radio o la televisión ,866 38,695 0,461
4 Pertenencia partido político ,833 33,452 0,42
5 Confianza interpersonal ,805 24,250 0,395
6 Participación en elecciones generales ,819 27,569 0,329
7 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,788 19,074 -0,033
8 Grado confianza partidos políticos ,778 17,702 -0,269
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desapego político enero 2011
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-11 0,286 0,471 125,330856 70,5 69,4

Tabla 16.

Análisis discriminante AD desafección institucional enero 2016

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,910 95,005 0,702
2 Valoración situación política ,894 57,211 0,483
3 VotoPP ,880 43,798 0,427
4 Confianza interpersonal ,867 36,881 0,257
5 Participación partido político ,856 32,346 0,212
6 Vota tanta gente, que su voto no influye en los resultados ,847 28,924 -0,272
7 Cercanía partido político ,841 25,948 0,2
8 Estudios ,837 23,301 0,177
9 Orgullo nacional ,834 21,254 0,38
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desafección institucional enero 2016
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-16 0,2 0,408 175,033 79,2 78,6

Tabla 17.

Análisis discriminante AD desapego político enero 2016

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Cercanía partido político ,968 33,512 0,596
2 Asistir manifestación autorizada ,927 13,066 0,377
3 Votar contribuye a sostener la democracia ,914 10,414 0,377
4 Ingresos persona entrevistada ,947 18,605 0,332
5 VOTOUP ,940 15,986 0,29
6 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,934 14,110 0,2
7 VOTOCS ,922 11,948 0,109
8 Votar le cuesta mucho tiempo y esfuerzo ,918 11,014 0,076
9 Vota tante gente, que su voto no influye en los resultados ,955 23,344 -0,39
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desapego político enero 2016
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
ene-16 0,95 0,294 89,871 75 74,5

Tabla 18.

Análisis discriminante AD desafección institucional julio 2016

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Satisfacción funcionamiento de la democracia en España ,902 86,343 0,738
2 Valoración situación económica ,876 56,404 0,606
3 Vota tanta gente, que su voto no influye en los resultados ,852 46,081 -0,366
4 VotoCS ,841 37,521 -0,128
5 Participación partido político ,834 31,550 0,214
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desafección institucional julio 2016
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
jul-16 0,2 0,408 144,13 82,3 82

Tabla 19.

Análisis discriminante AD desapego político julio 2016

Paso Introducidas Estadístico Lambda de Wilks Estadístico F Coefic. estructura
1 Votar contribuye a sostener la democracia ,948 45,529 0,556
2 Participar enviando mensajes campaña ,891 33,708 0,432
3 Confianza interpersonal ,878 28,714 0,384
4 Cercanía partido político ,867 25,152 0,378
5 Asistir manifestación autorizada ,853 20,240 0,318
6 Ingresos persona entrevistada ,849 18,274 0,303
7 Valoración situación política ,859 22,396 0,255
8 Vota tanta gente, que su voto no influye en los resultados ,914 38,797 -0,528
En cada paso se introduce la variable que minimiza la lambda de Wilks global.
Relevancia del modelo AD Desapego político julio 2016
Autovalor Correlación canónica Chi-cuadrado % casos clasificados correctamente
Muestra original Validez cruzada
jul-16 0,178 0,389 135,007 71,3 70,4

Figura 1.

Representación gráfica de las variables latentes del constructo de desafección política

media/image3.png

A1: Interés por la política; A2: Eficacia política interna; B1: Confianza en las instituciones; B2: Eficacia política externa.

Fuente: elaboración propia.

Tabla 20.

Muestras por estudio

Estudios CIS 2450 2620 2632 2736 2860 2914 3126 3145
N 3388 2600 3331 2274 2133 5386 5559 5410

Fuente: elaboración propia.

Biografía[Subir]

[a]

Profesor asociado de la Universidad de Murcia, doctor en Ciencias Políticas y premio extraordinario de doctorado por esta misma universidad. Ha sido becario del CIS y está especializado en el campo de la metodología de la investigación en ciencias sociales. Sus intereses de investigación se centran en la cultura y actitudes políticas, con especial atención en la aplicación de nuevos métodos y procedimientos.