RESUMEN
España es un país en el que el cleavage nacionalista tiene una importancia fundamental para entender los sistemas de partidos y las dinámicas de competición electoral en algunas comunidades autónomas. Este artículo realiza un análisis de las bases electorales de los principales partidos nacionalistas en España y, concretamente, centra su interés en las bases electorales de Coalición Canaria (CC). Este partido, a pesar de su importancia en el nivel regional, ha recibido una escasa atención por la literatura académica. En este trabajo se confirma la idea de que CC es un partido capaz de movilizar a un electorado cuyas preferencias se inclinan por una forma de organización territorial más descentralizada que la actual. Sin embargo, el principal hallazgo consiste en que, a diferencia de lo que sucede con los principales partidos nacionalistas en España, el sentimiento de identidad asociado a la comunidad autónoma no resulta un factor explicativo del voto a CC, evidenciando así que la identidad canaria no está políticamente activada.
Palabras clave: partidos nacionalistas, Coalición Canaria, cleavage, centro-periferia, elecciones autonómicas.
ABSTRACT
Spain is a country where the nationalist cleavage has a fundamental importance to understand the party systems and the dynamics of electoral competition in some Autonomous Communities. This article analyzes the electoral bases of the main regionalist parties in Spain and, specifically, it focuses on the electoral bases of Canary Coalition (CC). Despite its importance at the regional level, this party has received little attention by the academic literature. This article confirms the idea that CC is a party able to mobilize an electorate whose preferences are for a more decentralized territorial organization than the current one. However, the key finding is that, unlike what happens with the main regionalist parties in Spain, the identity associated with the Autonomous Community is not an explanatory factor of the vote for CC, what shows that the Canarian identity is not politically activated.
Keywords: regionalists parties, Canary Coalition, cleavage, center-periphery, regional elections.
Que en España existen múltiples sensibilidades territoriales y que estas son canalizadas en la arena política por los denominados partidos etnorregionalistas[1] es algo que ha sido extensamente abordado por los trabajos sobre comportamiento político ( Montero, José R. y Mariano Torcal. 1990. «Autonomías y Comunidades Autónomas en España: preferencias, dimensiones y orientaciones políticas», Revista de Estudios Políticos, 70: 33-91. Montero y Torcal, 1990; Pallarés, Francesc. 1991. «Estado Autonómico y sistema de partidos: una aproximación electoral», Revista de Estudios Políticos, 73: 281-323.Pallarés, 1991; Alcántara, Manuel y Antonia Martínez. 1998. Las elecciones autonómicas en España, 1980-1997. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. Alcántara y Martínez, 1998; Pérez-Nievas, Santiago y Eduard Bonet. 2006. «Identidades regionales y reivindicación de autogobierno. El etnorregionalismo en el voto a partidos nacionalistas de Bélgica, España y Reino Unido», Revista Española de Ciencia Política, 15: 123-161.Pérez-Nievas y Bonet, 2006). Si bien es cierto que existe una amplia literatura tanto a nivel conceptual como empírico sobre nacionalismo y partidos nacionalistas en España, no lo es menos que algunos casos, como el de Coalición Canaria (CC) —principal partido nacionalista de las islas Canarias—, han recibido una insuficiente atención.
La importancia de abordar el caso de CC estriba en su propia génesis y en el contexto sociopolítico que posibilita que un partido estrictamente nacionalista haya sido durante tantos años la fuerza hegemónica del sistema de partidos canario. Esto se explica, en parte, por los hechos diferenciales que presenta el archipiélago atlántico respecto al resto del Estado español, y que en diferentes momentos históricos han actuado como acicate para el surgimiento de movimientos soberanistas, nacionalistas y/o regionalistas. Así, particularidades como el pasado aborigen precolonial y el proceso de asimilación cultural castellana, la lejanía entre el archipiélago y el continente europeo, el ser un territorio geográficamente fragmentado, la existencia de una diáspora concentrada principalmente en América, o el poseer un Régimen Económico y Fiscal (REF) exclusivo, son todos ellos elementos que singularizan al paisaje político canario y a su sociedad. Una sociedad que, precisamente por ello, ha desarrollado una acusada identidad propia; lo cual favorece la movilización electoral hacia formaciones que incorporen en sus idearios la politización de estos factores idiosincráticos ( Voituriez, Antonio y Oswaldo Brito. 1982. Canarias. Encrucijada internacional. Santa Cruz de Tenerife: Ecotopia.Voituriez y González, 1982).
Ahora bien, estos hechos diferenciales no siempre han sido interpretados de la misma
forma por parte de los partidos políticos canarios, por lo que hay divergencias en
la manera e intensidad con que han sido instrumentalizados también entre las formaciones
nacionalistas ( Garí, Domingo. 1992. Historia del nacionalismo canario. Historia de las ideas y de la estrategia política
del nacionalismo canario en el siglo xx. Las Palmas de Gran Canaria: Benchomo.Garí, 1992). En todo caso, puede afirmarse que, desde la aprobación de la Constitución española
de 1978 y con la progresiva consolidación del Estado autonómico, en la sociedad canaria
ha preponderado una identidad híbrida («tan español como canario»), aunque con niveles
considerables de identificación dual asimétrica («más canario que español»). A ello
habría que sumar la estabilidad de las preferencias territoriales que reivindican
mayores niveles de descentralización política del Estado. Consecuentemente, tanto
la identidad canaria como el deseo de profundización del autogobierno han configurado
una arena política regional marcada por una considerable fragmentación electoral,
dada la amplia gama de organizaciones subestatales (nacionalistas e insularistas) que compiten en ella ( Hernández, Juan. 1994. «Las elecciones en Canarias: autonomía e insularismo», en Pilar
del Castillo (ed.), Comportamiento político y electoral. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Hernández, 1994, Hernández, Juan. 1998. «La construcción electoral de Canarias en la autonomía: una
cuestión no resuelta», en Manuel Alcántara y Antonia Martínez (eds.), Las elecciones autonómicas en España, 1980-1997. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.1998). Tanto es así, que en los estudios comparativos de los sistemas de partidos autonómicos
se ha encuadrado al canario dentro de los modelos «excéntricos» ( Ocaña, Francisco A. y Pablo Oñate. 2000. «Las elecciones autonómicas de 1999 y las
españas electorales», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 90: 183-228. Disponible en:
A pesar de su indudable interés, el caso canario ha recibido escasa atención en las
investigaciones comparativas. Sirvan los ejemplos de distintos estudios que analizan
la movilización nacionalista periférica o las identidades nacionales subjetivas, y
que soslayan el caso de Canarias (entre otros De Winter, Lieven y Huri Türsan. 1998. Regionalist parties in Western Europe. Londres: Routledge. Disponible en:
Según la definición común, los PANE son partidos «cuyo ámbito de solidaridad comunitaria
básica es territorialmente distinta (inferior) a la del Estado» ( Molas, Isidre. 1977. «Los partidos de ámbito no estatal y los sistemas de partidos»,
en Pedro de Vega (ed.), Teoría y práctica de los partidos. Madrid: Cuadernos para el Diálogo.
Barrio, Astrid, Montserrat Baras, Óscar Barberà y Juan Rodríguez-Teruel. 2009. «Partidos
de ámbito no estatal y gobernabilidad multi-nivel: el caso de España (1977-2008)»,
en Congreso Español de Ciencia Política y de la Administración AECPA. Málaga.
Este trabajo se propone abordar el análisis de las bases electorales de CC y compararlas
con las de otros partidos etnorregionalistas españoles. La pregunta es clara: ¿son
los factores que explican el voto a CC los mismos que los que explican el voto a otros
partidos etnorregionalistas? Según los posicionamientos ideológicos oficiales del
partido, este desarrolla un discurso que pivota en torno a tres ejes fundamentales:
a) ser el principal partido que reivindica la canariedad, término acuñado para referirse a la identidad canaria; b) exigir que las decisiones
políticas se adopten en un contexto de máximo autogobierno para el archipiélago, donde
Canarias se identifique como «nuestro país» y España como «el Estado del que formamos
parte», y por último c) la defensa del blindaje y profundización del REF como marco
de reconocimiento histórico en términos financieros de la dificultades económicas
derivadas de la lejanía e insularidad Ponencia ideológica de CC, 2012.
Sin embargo, este estudio propone la idea de que, aunque CC haya utilizado la defensa
de la identidad canaria como issue ownership Los issue ownership son aquellos temas en los que un partido político tiene más credibilidad que el resto
de fuerzas políticas. Por ejemplo, se presupone que un partido nacionalista subestatal
tendrá mayor credibilidad que los partidos estatales en los temas propios de la defensa
del territorio donde se circunscribe su acción.
Consideramos que la dinámica de la VIII legislatura canaria (2011-2015) es idónea para nuestro fin, puesto que se caracterizó por una fuerte confrontación entre el Ejecutivo autonómico (CC y PSC-PSOE) y el nacional (PP), a raíz, sobre todo, de la decisión de este último de conceder autorización a una empresa privada para realizar prospecciones petrolíferas cerca de las costas de Lanzarote y Fuerteventura. Este hecho desencadenó la convocatoria de importantes manifestaciones de rechazo, que pudieron exacerbar los sentimientos vinculados a la identidad canaria. En el contexto de esa contestación ciudadana, CC apostó por activar el cleavage centro-periferia, orquestando para ello una estrategia orientada a la polarización identitaria y territorial. El ejemplo que mejor ilustra esta estrategia fue el intento de aprobación de un referéndum en el año 2014 para consultar a la ciudadanía sobre las prospecciones petrolíferas, llegando incluso a plantear la posibilidad de pedir la soberanía compartida para el archipiélago.
Por otro lado, las elecciones autonómicas y locales de 2015 y 2016 cobran especial
relevancia por ser consideradas unas elecciones de cambio. Estos comicios llevaron
a un realineamiento en los diferentes sistemas de partidos del Estado, con formaciones
como Podemos y Ciudadanos entrando en prácticamente todos los Parlamentos autonómicos
y aumentando exponencialmente la fragmentación partidista ( Gómez, Braulio e Ignacio Urquizu. 2015. «Political Corruption and the End of two-party
system after the May 2015 Spanish Regional Elections», Regional and Federal Studies, 25 (4): 379-389. Disponible en:
Ciudadanos no obtuvo representación al no superar la barrera legal del 6 % de los
votos a nivel autonómico.
Por ello, resulta importante analizar los componentes del voto a los principales partidos etnorregionalistas en España en un contexto de cambio, puesto que se ha evidenciado cómo la irrupción de los partidos emergentes condicionó la lógica de bloques ideológicos e identitarios establecidos hasta el momento ( Gómez, Braulio, Laura Cabeza y Sonia Alonso (eds.). 2019. En busca del poder territorial: Cuatro décadas de elecciones autonómicas en España. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. Gómez et al., 2019; Lagares, Nieves, Carmen Ortega y Pablo Oñate (eds.). 2019. Las elecciones autonómicas de 2015 y 2016. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. Lagares et al., 2019). Además, los comicios de 2015 y 2016 son los últimos de los que disponemos de datos de recuerdo de voto en comunidades como País Vasco y Galicia, donde existen importantes partidos de ámbito no estatal.
Tomando como referencia al resto de partidos nacionalistas españoles relevantes que concurrieron a las elecciones autonómicas celebradas en 2015 y 2016, realizamos un estudio comparativo entre el electorado de CC en Canarias y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) en Galicia, PNV y Bildu en el País Vasco, la coalición electoral de CiU y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Junts pel Sí (JxSí) y Candidatura de Unidad Popular (CUP) en Cataluña. De esta forma, pretendemos comprobar si CC, como el resto de partidos etnorregionalistas, se caracteriza por una movilización identitaria-cultural o, más bien, por factores políticos e institucionales como la organización territorial del Estado, elemento también común para las formaciones nacionalistas aquí analizadas.
Para dar respuesta a estas cuestiones estructuramos el artículo en cinco apartados. Después de esta introducción, examinamos las principales características de la movilización etnorregionalista en España, haciendo especial referencia a las dimensiones del cleavage centro-periferia en un intento de esbozar un estado de la cuestión. En el segundo apartado abordaremos el estudio de CC, desde su conformación como partido político hasta sus principales rasgos constitutivos y, con ello, presentamos nuestras hipótesis. En el apartado tercero describimos los datos y la metodología utilizada. En el siguiente apartado presentamos los principales hallazgos. El artículo termina con un apartado dedicado a las conclusiones e implicaciones del estudio.
España se ha erigido como un caso claro de país en el que existen tensiones derivadas
de las divisiones sociopolíticas entre el centro y la periferia. A partir de la aprobación
de la Constitución española de 1978, el Estado se dotó de una forma de organización
territorial compuesta, el Estado autonómico, donde se trata de integrar a los movimientos
políticos periféricos con su reconocimiento como «nacionalidades históricas» (fundamentalmente
el vasco, el catalán y el gallego); unos movimientos periféricos que en la etapa de
la transición tenían como objetivo la autonomía política, la autodeterminación o incluso
la independencia ( Linz, Juan J. 1981. «La crisis de un Estado unitario: nacionalismos periféricos y
regionalismo», en La España de las autonomías (pasado, presente y futuro) (Vol. 2). Madrid: Espasa-Calpe.Linz, 1981; Solé Tura, Jordi. 1985. Nacionalidades y nacionalismos en España: autonomías federalismos y autodeterminación.
Madrid: Alianza Editorial.Solé Tura, 1985; Linz, Juan J. y Alfred Stepan. 1992. «Political Identities and Electoral Sequences:
Spain, the Soviet Union, and Yugoslavia», Deadalus, 121 (2): 123-139.Linz y Stepan, 1992; Moreno, Luis. 1998. Etnoterritorial concurrence in plural societies: the Spanish Comunidades Autónomas.
Documentos de trabajo. Madrid: CSIC (Unidad de Políticas Comparadas).Moreno, 1998; Montero, José R., Francisco J. Llera y Francesc Pallarés. 1998. «Los partidos de ámbito
no estatal en España: notas actitudinales sobre nacionalismos y regionalismos», en
Robert Agranoff y Rafael Bañon i Martínez (eds.), El estado de las autonomías: ¿hacía un nuevo federalismo? Bilbao: Instituto Vasco de Administración Pública. Montero et al., 1998). Así pues, se establece un modelo de organización territorial descentralizado basado
en las comunidades autónomas (CC. AA.), las cuales poseen un elevado nivel de autogobierno
y están dotadas de Asambleas representativas elegidas por sufragio universal, que
pueden legislar en sus respectivos ámbitos competenciales ( Martínez-Herrera, Eric. 2002. «From nation-building to building identification with
political communities: Consequences of political decentralisation in Spain, the Basque
Country, Catalonia and Galicia 1978-2001», European Journal of Political Research, 41 (4): 421-453. Disponible en:
Esta nueva estructura territorial trajo consigo la creación de espacios de competición
electoral regional en los que se articularon nuevos sistemas de partidos El trabajo de De Winter y Gómez-Reino ( De Winter, Lieven y Margarita Gómez-Reino. 2002. «European Integration and Ethnoregionalist
parties», Party Politics, 8 (4): 483-503.
Elias, Anwen. 2008. «From Euro-enthusiasm to Euro-scepticism? A Re-Evaluation of Minority
Nationalism Party Attitudes Towards European Integration», Regional and Federal Studies, 18 (5): 557-581. Disponible en: https://doi.org/10.1080/13597560802351598
Desde el inicio de la democracia, los PANE han sido relevantes en las diferentes contiendas
electorales. Estos sentaron las bases para establecer el «principio de la presión
centrífuga», que fue aplicado por las élites políticas etnoterritoriales no solo como
herramienta de negociación, sino como elemento disuasorio ante una posible recentralización
de los recursos ( Moreno, Luis. 1998. Etnoterritorial concurrence in plural societies: the Spanish Comunidades Autónomas.
Documentos de trabajo. Madrid: CSIC (Unidad de Políticas Comparadas).Moreno, 1998; Verge, Tània. 2013. «Party strategies on territorial reform: state-wide parties and
the state of autonomies in Spain», West European Politics, 36 (2): 317-337. Disponible en:
El concepto de EOP hace referencia a una serie de factores políticos, estratégicos
e institucionales que facilitan o dificultan el desarrollo de la movilización nacionalista
( Tilly, Charles. 1978. From Mobilization to Revolution. Nueva York: Addison.
El cleavage territorial es una división sociopolítica central para comprender las dinámicas electorales
en España. Ahora bien, es posible identificar tres dimensiones del eje centro-periferia
de las cuales hacen uso tanto los partidos nacionalistas como su electorado: la cultural,
la institucional y la fiscal ( Alonso, Sonia, Braulio Gómez y Laura Cabeza. 2013. «Measuring Centre-Periphery Preferences:
The Regional Manifestos Project», Regional and Federal Studies, 23 (2): 189-211. Disponible en:
En primer lugar, la dimensión cultural hace referencia a los aspectos identitarios
de la región. Esto puede analizarse a través de la teoría de la identidad social,
que subraya que un individuo puede percatarse de que comparte sentimientos, creencias
e intereses con otros miembros de un grupo solo si compara su grupo con otro diferente
( Tajfel, Henri. 1984. Grupos humanos y categorías sociales. Barcelona: Herder.Tajfel, 1984; Pérez-Nievas, Santiago y Eduard Bonet. 2006. «Identidades regionales y reivindicación
de autogobierno. El etnorregionalismo en el voto a partidos nacionalistas de Bélgica,
España y Reino Unido», Revista Española de Ciencia Política, 15: 123-161.Pérez-Nievas y Bonet, 2006). Por ejemplo, según Conversi ( Conversi, Daniel. 1997. The Basques, the Catalans and Spain. Alternative routes to nationalist mobilisation.
Reno: University of Nevada Press.1997), la lengua vernácula actuaría como un valor principal que refuerza los lazos étnicos o identitarios de la población de la región, frente
a los de la población del conjunto de la politeia. Por otro lado, el origen también es un marcador importante de esta dimensión, puesto
que este construye identidad e identificación grupal. No obstante, y aunque se ha
constatado que la identidad regional refuerza las preferencias por implementar políticas
públicas que favorezcan, protejan y promuevan la lengua minoritaria ( Chernyha, Lachen y Steven Burg. 2012. «Accounting for the Effects of Identity on Political
Behavior», Comparative Political Studies, 45 (6): 774-803. Disponible en:
La segunda dimensión, la institucional, se identifica con un aspecto fundamental dentro
de las características básicas de los partidos de ámbito no estatal o nacionalistas:
el estatus político que debe tener la comunidad minoritaria dentro del Estado o, en
otras palabras, cuál debe ser el encaje de la región dentro de la organización territorial
del Estado en la que se inserta. En la mayoría de los casos, estas demandas se traducen
en el deseo de mayores niveles de autogobierno y de incremento de las competencias
( Pérez-Nievas, Santiago y Eduard Bonet. 2006. «Identidades regionales y reivindicación
de autogobierno. El etnorregionalismo en el voto a partidos nacionalistas de Bélgica,
España y Reino Unido», Revista Española de Ciencia Política, 15: 123-161.Pérez-Nievas y Bonet, 2006). En este sentido, dicha dimensión está directamente relacionada con la cultural,
al influir la identidad regional en las demandas de mayor descentralización o incluso
independencia ( Serrano, Ivan. 2013. «Just a matter of identity? Support for independence in Catalonia»,
Regional and Federal Studies, 23 (5): 523-545. Disponible en:
Por último, la dimensión fiscal resalta los aspectos de la política económica que
se deben llevar a cabo bajo el autogobierno. Los partidos nacionalistas reivindicarían
mayor capacidad para recaudar y gestionar impuestos, así como una mayor autonomía
de gasto, con el fin de mejorar la eficiencia asignativa Para Sandra León ( León, Sandra. 2009. «¿Por qué el sistema de financiación es inestable?», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 128: 57-87.
Aunque el conflicto centro-periferia estructure buena parte de la competición del
sistema de partidos en España, no podemos obviar la relevancia que ejercen los mismos
partidos políticos a la hora de intensificar o disminuir ese cleavage. Como ha descrito Hierro ( Hierro, María J. 2012. Change in National Identification: A Study of the Catalan Case. Montero Gibert, José R. (dir.), Universidad Autónoma de Madrid. 2012), existen ciertos periodos en los que un tema o política cobra relevancia, avivando
el conflicto y estimulando la alineación de los individuos con las posiciones que
toman los partidos políticos. Asimismo, Torcal y Mota ( Torcal, Mariano y Fabiola Mota. 2014. «The role of political parties in shaping citizens´
political preferences for the territorial organization of the state: the Spanish case»,
European Political Science Review, 6 (3): 477-502. Disponible en:
CC es una formación política que surgió en 1993 como un conglomerado de partidos de ámbito canario e insular, tales como Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), Iniciativa Canaria Nacionalista (ICAN), Centro Canario Independiente (CCI), Asamblea Majorera (AM) o el Partido Nacionalista Canario (PNC). La mayoría de estas fuerzas políticas contaba con representación en el Parlamento canario, por lo que en marzo de 1993 decidieron impulsar conjuntamente una moción de censura con la que arrebataron la Presidencia del Gobierno canario al PSC-PSOE.
En ese histórico suceso para la política canaria se encuentra el germen de CC, que se presentaría por primera vez en las elecciones generales de junio de 1993 como coalición electoral ( Báez, Alberto J. 2014. Una historia de Coalición Canaria. Creación y evolución de una fuerza política nacionalista (1993-2010). Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones Idea.Báez, 2014). Al calor de los procesos de descentralización del Estado de las autonomías en la década de los noventa del pasado siglo, la coalición se iría consolidando tanto a nivel nacional como autonómico. En el ámbito regional, CC lograría vencer por primera vez en las elecciones de 1995. Desde esa fecha, CC ha gobernado en Canarias ininterrumpidamente hasta el año 2019. Así, a partir de las elecciones autonómicas de 1995, CC se convirtió en el eje sobre el que han pivotado los pactos de Gobierno regional ( García, José A. y Alberto J. Báez. 2014. «La inevitable necesidad de pactar: acuerdos políticos y producción de gobierno en las Islas Canarias», en Josep M. Reniu (Ed.), Los Gobiernos de coalición de las Comunidades Autónomas españolas. Barcelona: Editorial Atelier.García y Báez, 2014). En este periodo, el partido apostó por la centralidad en el eje ideológico izquierda-derecha, para así poder acceder al gobierno tanto con el PSC-PSOE como con el PP.
En la dimensión identitaria, CC comienza a impulsar el concepto de canariedad en la segunda mitad de la década de 1990. La idea de canariedad se centra en la geografía como principal elemento diferenciador del pueblo canario, sin apelar excesivamente a los sentimientos, la historia o las raíces etnográficas. Como ha señalado Carballo, la canariedad no es más que un cliché convencional alimentado y ensalzado por los líderes nacionalistas ( Carballo, Pedro. 2010. Nacionalidad, nacionalismo y autonomía en Canarias. Valencia: Tirant lo Blanch.2010: 107). Desde esta lógica, en el proyecto de CC tendrían cabida una amplia gama de posicionamientos identitarios, desde los que proponen que Canarias es una nación que debe ser soberana, pasando por los que abogan por una mayor autonomía dentro del marco constitucional, hasta los que consideran que el actual modelo de organización territorial y estatus político de Canarias son los óptimos. En suma, el partido canario ha adoptado una posición transversal en este punto, en aras de abarcar el máximo espacio posible en el eje de competición territorial.
En la parte derecha del gráfico 1 se observa que desde 1992 a 1998 los niveles de identificación exclusivamente canaria aumentan considerablemente, a la par que se incrementa ligeramente la identidad dual y se mantiene la canaria asimétrica. En el mismo gráfico, en su parte izquierda, se ilustran las preferencias de los canarios en torno a la organización territorial del Estado. Así, mientras que en 1992 existía una preponderancia de las actitudes favorables a que las CC. AA. tuvieran mayor autonomía, dos años más tarde ya se situaban ligeramente por encima las preferencias por el statu quo. Este hecho es interesante, puesto que coincide con la entrada de CC en el Gobierno autonómico y la obtención de grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados. Es posible que los ciudadanos canarios valorasen de forma positiva la apertura del Estado autonómico y la capacidad del partido nacionalista de obtener beneficios competenciales y financieros para el archipiélago, recompensándolo en consecuencia en las elecciones autonómicas de 1999.
A partir de entonces, la formación canaria entra en una nueva fase de afianzamiento
y reformulación de estrategias. A medida que el proceso de institucionalización se
fue consolidando, CC se desplazó hacia posiciones más moderadas. Como han argumentado
Elias y Tronconi ( Elias, Anwen y Filippo Tronconi. 2011. «From protest to power: Autonomist parties
in government», Party Politics, 17 (4): 505-524. Disponible en:
La centralidad de CC en el sistema de partidos canario se vio reforzada progresivamente por el aglutinamiento de distintos partidos de radicación insular en la disciplina de CC, así como por la dinámica de simplificación del número de fuerzas políticas en el sistema de partidos canario, que durante muchas legislaturas quedó reducido a tres partidos relevantes con un peso electoral similar (CC, PP y PSC-PSOE). Esta situación ha propiciado que se haya ido imponiendo una política de pactos de gobierno de carácter autonómico en la que CC ha adquirido una posición de centralidad, debido a la importancia de su apoyo para que el PSOE o el PP pudiesen gobernar en el nivel nacional ( García, José A. y Alberto J. Báez. 2014. «La inevitable necesidad de pactar: acuerdos políticos y producción de gobierno en las Islas Canarias», en Josep M. Reniu (Ed.), Los Gobiernos de coalición de las Comunidades Autónomas españolas. Barcelona: Editorial Atelier.García y Báez, 2014). Los dos últimos Gobiernos de coalición se han producido entre PSC-PSOE y CC (2011-2015; 2015-2016), tras cuatro legislaturas autonómicas de coaliciones de gobierno entre PP y CC (1996-1999; 1999-2001; 2003-2005; 2007-2010).
Ahora bien, a pesar de que CC ha conservado la Presidencia del Gobierno de Canarias durante veinticinco años, su fuerza electoral y parlamentaria ha ido menguando progresivamente. Especialmente a partir de la escisión en 2005 del sector más progresista y vinculado a la isla de Gran Canaria, que se mostraba crítico con la deriva conservadora de CC, y que dio lugar a la creación del partido Nueva Canarias (NC). A partir de 2002, los niveles de identidad preferentemente canaria tienden a aumentar, lo cual se explica por la existencia de dos partidos nacionalistas disputándose el mismo espacio electoral que intensifican los issues ligados al territorio y a lo identitario. El gráfico 1 muestra que entre 2011 y 2012 la identificación «más canario que español» llegó a uno de sus máximos históricos de la serie analizada (37,1 %), mientras que la dual cayó ligeramente del 53,9 % al 49,3 %. Por su parte, las preferencias sobre la organización territorial del Estado no presentan variaciones considerables, siendo la disminución del apoyo al statu quo la más llamativa de las oscilaciones. Consecuentemente, este aumento de las preferencias identitarias exclusivas pudo deberse a la activación del conflicto territorial, gracias al esfuerzo estratégico de CC por abanderar la causa e iniciar un camino de reconversión hacia posiciones de partido nicho en aras de presentarse como único defensor de los intereses de la sociedad de las islas.
Aunque los partidos de ámbito no estatal en España conceden mayor importancia a sus
respectivas arenas autonómicas que a la nacional, conviene subrayar también el rol
desempeñado por CC en el Congreso de los Diputados. Al igual que ha sucedido con otros
partidos nacionalistas como CiU o el PNV, la estrategia de CC se ha basado en disponer
de grupo parlamentario propio y, ante todo, en contar con un número de escaños suficiente
como para que eventuales Gobiernos en minoría del PP o del PSOE necesitasen de dichos
apoyos para poder sacar adelante su programa político ( Detterbeck, Klaus. 2012. Multilevel party politics. Basingstoke: Palgrave Macmillan. Disponible en:
Pues bien, este es precisamente el papel que CC ha jugado en el Congreso de los Diputados. Primero, respaldando junto a CiU y PNV al Gobierno en minoría de José María Aznar en la VI legislatura (1996-2000). Posteriormente, prestando apoyos puntuales a los Gobiernos en minoría de José Luis Rodríguez Zapatero en la VIII (2004-2008) y IX legislaturas (2008-2011), en lo que se conoció como la estrategia de alianzas de geometría variable. Y, más recientemente, con el apoyo brindado por la única diputada de CC, Ana Oramas, tanto a la investidura como candidato a la Presidencia del Gobierno del socialista Pedro Sánchez (en la XI legislatura, la fallida), como a la del primer presidente del Gobierno de la XII legislatura, Mariano Rajoy. Entre las contrapartidas exigidas tradicionalmente por CC, se encuentran la protección del REF, la defensa de las particularidades de las islas y de su estatus diferenciado en el conjunto de España y de Europa en su condición de región ultraperiférica (RUP), así como otras reivindicaciones de carácter regional relativas a inversiones e infraestructuras, enmarcadas dentro de la denominada «agenda canaria».
Como se observa, CC se ha esforzado por desarrollar un mensaje político de carácter nacionalista en varias etapas, tanto a nivel regional como nacional. Esto encuentra su reflejo en la evolución experimentada por los ciudadanos canarios en sus identidades colectivas y en las preferencias territoriales desde la aparición de CC (gráfico 1). Sin embargo, aun teniendo en cuenta que CC ha buscado atraer hacia sí al sector identificado exclusivamente con Canarias, auguramos que el sentimiento identitario vinculado a la Comunidad Autónoma de Canarias no explica el voto a la formación nacionalista en las elecciones de 2015, a pesar de que el cleavage identitario se habría acentuado en ese periodo previo a las elecciones. Ello podría deberse a la existencia de fuertes identidades insulares en la sociedad canaria, que habrían dificultado la creación de una identidad colectiva regional bien arraigada entre los ciudadanos de las distintas islas del archipiélago ( Hernández, Juan. 1994. «Las elecciones en Canarias: autonomía e insularismo», en Pilar del Castillo (ed.), Comportamiento político y electoral. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.Hernández, 1994, Hernández, Juan. 1998. «La construcción electoral de Canarias en la autonomía: una cuestión no resuelta», en Manuel Alcántara y Antonia Martínez (eds.), Las elecciones autonómicas en España, 1980-1997. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.1998). De ahí que formulemos la siguiente hipótesis:
H1. No esperamos ninguna relación entre identidad canaria y voto a CC, en contraste con las demás formaciones nacionalistas donde sí esperamos una vinculación entre voto e identidad regional.
Además, teniendo en cuenta que los sentimientos identitarios exclusivos no tienen
por qué ser el único determinante de las preferencias territoriales ( Rodon, Toni y Marc Guinjoan. 2018. «When the context matters: Identity, secession
and the spatial dimension in Catalonia», Political Geography, 63: 75-87. Disponible en:
H2. Esperamos una relación negativa entre preferencias por una mayor centralización del Estado y voto a las formaciones nacionalistas del País Vasco, Galicia, Cataluña y Canarias.
Esperamos, en definitiva, que lo que configure el perfil del electorado de CC, por encima de la existencia de una identidad regional fuerte, sean los factores político-instrumentales relacionados con el estatus de Canarias dentro de la organización territorial del Estado y el reconocimiento de sus hechos diferenciales. Esto es algo que, de confirmarse, resultaría discordante dentro del universo de los partidos nacionalistas subnacionales.
Para comprobar nuestras hipótesis, hemos recurrido a los estudios postelectorales del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de los últimos comicios autonómicos disponibles, que se celebraron en el mismo ciclo electoral en las cuatro comunidades autónomas analizadas. Concretamente, se trata del estudio 3155 de las elecciones al Parlamento de Galicia de 2016; el estudio 3091 de las elecciones autonómicas Canarias de 2015; el estudio 3113 de las elecciones al Parlament de Cataluña de 2015, y el estudio 3154 de los comicios autonómicos vascos de 2016.
A partir de los datos de estas encuestas recurrimos a la regresión no lineal, es decir, aquella cuya variable dependiente no es continua, para testar las hipótesis 1 y 2. De esta forma, construimos seis variables dependientes dicotómicas diferentes. Siguiendo las preguntas de recuerdo de voto en los distintos cuestionarios postelectorales, hemos codificado como 1 (presencia del atributo que queremos explicar) el recuerdo de voto a BNG, CC, JxSí, CUP, PNV y Bildu, y asignado el valor 0 al resto de entrevistados que declararon haber votado a otra formación o haberse abstenido.
Variables | N.º observaciones | Media | Desviación típica | Mínimo | Máximo |
---|---|---|---|---|---|
Variables independientes | |||||
Edad | 7515 | 0,41 | 0,22 | 0 | 1 |
Mujer | 7515 | 0,52 | 0,50 | 0 | 1 |
Urbano | 7515 | 0,76 | 0,43 | 0 | 1 |
Estudios | 7492 | 0,95 | 0,68 | 0 | 1 |
Situación Política | 7345 | 0,59 | 0,49 | 0 | 1 |
Valoración Gobierno | 7352 | 0,70 | 0,46 | 0 | 1 |
Sentimiento nacional | 7180 | 1,54 | 0,75 | 1 | 3 |
Organización territorial | 6858 | 2,32 | 0,68 | 1 | 3 |
Ideología | 6122 | 0,37 | 0,22 | 0 | 1 |
Variables dependientes | |||||
CC | 788 | 0,10 | 0,30 | 0 | 1 |
JxSi | 1392 | 0,35 | 0,48 | 0 | 1 |
CUP | 1392 | 0,10 | 0,30 | 0 | 1 |
BNG | 2865 | 0,06 | 0,23 | 0 | 1 |
PNV | 2470 | 0,24 | 0,43 | 0 | 1 |
BILDU | 2470 | 0,15 | 0,36 | 0 | 1 |
Fuente: elaboración propia en base a los estudios postelectorales autonómicos del CIS.
Por su parte, como variables independientes principales para explicar el voto a las formaciones nacionalistas seleccionadas, introducimos (hipótesis 1) el sentimiento nacional (es una variable nominal que toma como categoría de referencia el «sentimiento únicamente español, más español que de la CA o igual de español que de la CA», y en la que hemos introducido como variables dicotómicas «sentimiento más de la CA que español» y sentimiento «sólo de la CA»); y (hipótesis 2) la preferencia por la organización territorial del Estado (es una variable nominal en la que hemos establecido como categoría de referencia «un Estado más descentralizado» y hemos introducido como variables dicotómicas la preferencia por un «Estado organizado como el actual» y la preferencia por «una mayor centralización del Estado»).
Como elementos de control hemos seleccionado dos tipos de variables. Por un lado, y siguiendo la gran mayoría de trabajos empíricos sobre comportamiento político y electoral, controlamos por las características sociales y demográficas de los individuos: edad (variable continua); género (variable dicotómica en la que 1 = mujer y 0 = hombre); nivel educativo (variable nominal en la que la categoría de «sin estudios o estudios primarios» actúa como categoría de referencia sobre la que comparamos el efecto en la variable dependiente de tener «educación secundaria/formación profesional» y «educación universitaria»); tamaño del municipio (variable dicotómica en la que 1 = zona urbana, es decir, mayor de 10 000 habitantes y 0 = zona rural, entre menos de 2000 y 10 000 habitantes). Y, por otro lado, controlamos por variables de tipo político: ideología (es una variable continua que se mueve en una escala de 1, izquierda, a 10, derecha); valoración actual de la situación política en la CA (es una variable dicotómica en la que 1 = muy buena, buena o regular y 0 = mala o muy mala); y valoración del Gobierno autonómico (es una variable dicotómica en la que 1 = muy buena, buena o regular y 0 = mala o muy mala). La tabla 1 muestra información sobre el número de casos, media, desviación típica, mínimo y máximo de las variables.
Como hemos mencionado, este estudio se basa en el análisis de CC a través de su comparación
con BNG, PNV, Bildu, JxSí y CUP. La selección de estos casos se ha llevado a cabo
bajo la lógica del most similar system design (MSD en sus siglas en inglés), o también denominado método de la concordancia, cuyo propósito, a partir de casos similares, es evidenciar la circunstancia común
a todos ellos ( Anckar, Carsten. 2008. «On the Applicability of the Most Similar Systems Desingn and
the Most Different Systems Design in Comparative Research», International Journal of Social Research Methodology, 11 (5): 389-401. Disponible en:
Los seis casos mantienen algunas diferencias reseñables que merecen ser atendidas.
En primer lugar, el contexto socioeconómico en sus respectivos territorios no es similar.
Si bien Cataluña y País Vasco son regiones con un nivel de renta per cápita superior
a la media del Estado, Canarias y Galicia poseen un nivel de renta más bajo. Por otro
lado, Galicia, País Vasco y Cataluña poseen una lengua propia, mientras que Canarias
carece de ella, aunque, a priori, no debería de ser un impedimento dada la disparidad
de extensión de las mismas ( Penadés, Alberto. 2017. La diversidad lingüística y las élites: preliminares. Disponible en web:
No obstante, estos partidos también comparten una serie de rasgos comunes. Los seis
son considerados los principales partidos nacionalistas en sus respectivas regiones.
De hecho, estas formaciones han conseguido representación parlamentaria en todos los
comicios en los que se han presentado, obteniendo varios de ellos alguna vez posiciones
en el Gobierno regional, o siendo clave para ello. PNV, JxSí (principalmente CDC)
y CC han gobernado la mayor parte de las legislaturas (en solitario o en coalición
con otras formaciones) los respectivos Gabinetes autonómicos de País Vasco, Cataluña
y Canarias. Además, han tenido un protagonismo considerable en la política estatal,
puesto que han sido claves para la gobernabilidad en diferentes momentos donde el
Ejecutivo nacional estaba en minoría parlamentaria. Por último, los seis casos compiten
en sistemas de partidos considerados «excéntricos» ( Ocaña, Francisco A. y Pablo Oñate. 2000. «Las elecciones autonómicas de 1999 y las
españas electorales», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 90: 183-228. Disponible en:
El gráfico 2, que es un gráfico de coeficientes Para hacer el gráfico hemos combinado las cuatro bases de datos del CIS con la opción
merge de STATA:
Santana, Andrés y José Rama. 2017. Manual de análisis de datos con Stata. Madrid: Tecnos.
Los diferentes modelos de regresión logística se muestran en la tabla A.1. del anexo.
En primer lugar, si atendemos a las variables de control representadas en el gráfico 2,
podemos destacar varias cuestiones: la edad, el sexo y el nivel educativo no revelan
importancia a la hora de votar a partidos nacionalistas. Sí tiene relevancia el tamaño
de la población, puesto que para el caso de CC se refleja una tendencia negativa en
los núcleos urbanos, evidenciándose que la probabilidad de decantarse por la formación
canaria se aleja según aumenta el número de habitantes del municipio. No obstante,
el hecho de que no se constate ninguna vinculación en los demás casos no deja de ser
llamativo, puesto que se ha considerado que estos partidos tienen mayor relevancia
en núcleos rurales, en contraste con los partidos estatales que concentran su apoyo
en las áreas urbanas y metropolitanas, espacios con mayor heterogeneidad electoral
( Muñoz, Jordi y Marc Guinjoan. 2013. «Accounting for internal variation in nationalist
mobilization: Unofficial referendums for independence in Catalonia (2009-11)», Nations and Nationalism, 19 (1): 44-67. Disponible en:
En segundo lugar, las variables de tipo político muestran que una percepción positiva tanto de la situación política de la comunidad autónoma como de la gestión del Gobierno autonómico, revierte en el voto a CC, PNV y JxSí. Este hecho clarifica el apoyo retrospectivo que estos votantes otorgan a la gestión de los partidos nacionalistas, puesto que los tres ocupaban el Gobierno regional en el periodo analizado. Por contra, al estar el BNG, CUP y Bildu en la oposición, sus votantes parecen tener opiniones pesimistas sobre la situación política de Galicia, Cataluña y País Vasco y disconformidad con la gestión del Gobierno regional (aunque no significativas estadísticamente). Por su parte, en relación con la ideología, nuevamente, CC, PNV y JxSí tienen en común que movilizan a un tipo de electorado más conservador, especialmente en el caso de la formación vasca. Esto puede ser debido al «conservadurismo» que poseen los partidos que tienen posiciones de poder, puesto que esta situación los lleva a moderarse y ser más pragmáticos en sus políticas.
Si nos adentramos en las variables principales de este estudio, se desprende que para el caso de CC no existe significatividad estadística entre tener una identidad primordialmente canaria (más canario que español y exclusivamente canario) y votar a esta formación. Este hallazgo corrobora nuestra primera hipótesis, que vaticinaba que no habría vinculación entre identidad y voto a CC. Por otro lado, cabe resaltar que para los demás casos de estudio tanto las identificaciones regionales asimétricas como las exclusivas correlacionan con el voto a los partidos políticos nacionalistas, teniendo la identidad exclusiva catalana y vasca una fuerte significatividad en los casos de JxSí y Bildu, respectivamente.
Con el objetivo de comprobar de forma más explícita la H1, el gráfico 3 muestra las
probabilidades predichas de que un elector vote a uno de los seis partidos nacionalistas
en función de su sentimiento nacional. Así, para el caso de CC vemos que no existen
diferencias estadísticamente significativas entre electores que se sitúan en las distintas
categorías de sentimiento identitario, lo que contribuye a esclarecer la relación
que se observa en el gráfico 2. Por tanto, los que tienen una identificación más canaria
no son más propensos a votar a CC frente a los que votan a otro partido o se abstienen.
Si atendemos a los demás casos, observamos que un aumento de las identificaciones
con su CA viene aparejado con mayores probabilidades de votar a los partidos nacionalistas.
No obstante, si para el caso de JxSí la evidencia es muy significativa, para los de
BNG y CUP es de menor relevancia. Miley ( Miley, Thomas J. 2007. «Against the Thesis of the Civic Nation: The Case of Catalonia
in Contemporary Spain», Nationalism and Ethnic Politics, 13 (1): 1-37. Disponible en: https://doi.org/10.1017/S0003055405051701
Retomando las representaciones de los modelos (gráfico 2), las variables sobre preferencias territoriales añaden más evidencias a este estudio. Así, en todos los casos se demuestra que los electores que están a favor de un Estado centralizado son menos proclives a dar su apoyo a las formaciones nacionalistas. Nuevamente, y en aras de evidenciar mejor estos resultados, en el gráfico 4 se representan las probabilidades de que un votante se decante por las formaciones nacionalistas según las preferencias por la organización territorial del Estado. Se observa que en todos los casos existe una tendencia hacia la movilización nacionalista según aumenta el grado de descentralización, siendo acusada en JxSí, PNV y Bildu, y moderada en BNG, CUP y CC, en este último caso sin una tendencia clara entre las categorías de statu quo y máxima descentralización. Cabe destacar el caso catalán, puesto que la probabilidad de votar a JxSí según las preferencias por máxima descentralización territorial es prácticamente un 40 % mayor que la oposición al statu quo. Esto puede ser causa de la fuerte polarización en el eje territorial en las elecciones autonómicas de 2015, con una monopolización de la cuestión secesionista.
De esta forma, nuestras dos hipótesis quedarían confirmadas: mientras que los electores canarios que están a favor de una mayor descentralización del Estado son aquellos con una mayor inclinación a votar a CC, los que manifiestan una identidad exclusivamente canaria no muestran dicha propensión.
Ahora bien, con el fin de robustecer nuestros hallazgos, las tablas A.2., A.3., A.4. y A.5. muestran distintos modelos multinomiales en los que se toma como referencia el partido nacionalista con más apoyo en las elecciones analizadas de las cuatro CC. AA. seleccionadas y se compara con el resto de partidos nacionalistas y no nacionalistas. Estos modelos subrayan que las variables principales (identidad nacional y preferencia por la organización territorial) ayudan a explicar el voto a los partidos nacionalistas frente al resto de formaciones. Sin embargo, en el caso de nuestro partido objeto de interés, CC, observamos que, tal y como formulamos en la H1, pese a poder ser considerado un partido nacionalista, la probabilidad de votar a CC no es mayor entre aquellos que se sienten más canarios que españoles. Por contra, en Canarias, aquellos que están a favor de una mayor centralización del Estado sí exhiben una mayor propensión a votar a Ciudadanos y PP, tomando como referencia a CC (ver tabla A.2. en el anexo).
En este trabajo se ha demostrado que el electorado de CC presenta peculiaridades si se compara con las bases electorales de otras formaciones políticas nacionalistas de ámbito subestatal en España. Atendiendo a los resultados obtenidos en este estudio, podría decirse que CC es la excepción que confirma la regla.
El sentimiento identitario asociado a la comunidad autónoma no resulta un factor explicativo principal del apoyo a CC. Este hecho resulta paradójico. Por un lado, porque el sentimiento identitario sí constituye un fuerte predictor en la movilización etnorregional para el resto de formaciones nacionalistas analizadas y, por otro, porque pese a que CC ha abanderado el sentimiento de la canariedad, no ha sido capaz de captar el voto de ese sector de la población canaria que sí posee una identidad preferente o exclusiva hacia su región frente a otros partidos. Se evidenciaría así que la identidad regional canaria no está políticamente activada. Ello podría deberse a que dicha identidad regional podría estar siendo afectada o incluso eclipsada por las identidades insulares existentes en las distintas islas del archipiélago. Sin embargo, la ausencia de preguntas que interroguen a los encuestados canarios sobre su identidad insular en las encuestas del CIS nos obliga a ser cautelosos a la hora de dar por buena esa posible interpretación.
No sucede lo mismo, sin embargo, con los ciudadanos que se muestran partidarios de mayores niveles de descentralización. En este sentido, CC, en contraposición a otras opciones políticas con las que compite a nivel regional, sí es capaz de movilizar a un electorado que se sitúa a favor de este tipo de preferencias que abogan por una mayor cuota de poder para la comunidad autónoma. Este dato nos lleva a considerar que el partido canario, «defensor» de las singularidades económicas del archipiélago en el Congreso de los Diputados y en las propias islas, ha conseguido que este elemento sea suficiente para movilizar a sus votantes. Mayor nivel de autogobierno para la Comunidad Autónoma de Canarias, según las preferencias nacionalistas, puede ser favorable para la economía y la sociedad canaria, que no vería en ello rasgos identitarios excluyentes, sino más bien de reconocimiento de hechos diferenciales tanto territoriales como económicos.
Otro aspecto destacable es el hecho de que CC sea el único entre todos los partidos analizados que consigue atraer el voto de ciudadanos residentes en zonas rurales. Esto, de nuevo, es algo sorprendente. Máxime si se tiene en cuenta que la literatura ha subrayado que los electores de zonas rurales muestran una mayor propensión a votar a los partidos nacionalistas. Esto podría estar apuntando la existencia de cierta relación clientelar en las zonas rurales del archipiélago bajo el apoyo del asociacionismo rural, importante para entender las redes de compromiso cívico en las islas Canarias.
En definitiva, este trabajo sienta las bases para futuras investigaciones sobre partidos nacionalistas en España y, más concretamente, sobre CC. Pese a que la formación nacionalista ha gobernado ininterrumpidamente durante aproximadamente veinticinco años en Canarias, siendo además un actor parlamentario relevante en varias legislaturas nacionales, CC no ha sido lo suficientemente estudiada a nivel comparado con relación a otros partidos nacionalistas españoles. De modo que los próximos trabajos que aborden la cuestión nacionalista en España deberían considerar la inclusión de formaciones políticas relevantes como CC, pero también de otros nuevos partidos como la CUP, que han surgido y/o ganado apoyo electoral en los últimos tiempos. Asimismo, otra agenda de investigación futura podría ser la del estudio del fenómeno del insularismo político tanto en Canarias como en Islas Baleares. En este sentido, sería interesante esclarecer qué repercusiones tiene la insularidad en el diseño institucional de estas comunidades autónomas, en la creación de dinámicas y estrategias de competición de partidos de radicación exclusivamente insular o, en fin, en la creación de identidades territoriales insulares entre los ciudadanos isleños.
[1] |
El término «etnorregionalista» ha sido ampliamente utilizado para clasificar tanto
a partidos que se definen estrictamente como nacionalistas como aquellos que rechazan
ese calificativo ( Hooghe, Liesbet. 1992. «Nationalist movements and social factors: a theoretical perspective»,
en John Coakley (ed.), The social origins of nationalist movements. Londres: Sage Publications.Hooghe, 1992; De Winter, Lieven y Huri Türsan. 1998. Regionalist parties in Western Europe. Londres: Routledge. Disponible en:
|
[2] |
Según la definición común, los PANE son partidos «cuyo ámbito de solidaridad comunitaria básica es territorialmente distinta (inferior) a la del Estado» ( Molas, Isidre. 1977. «Los partidos de ámbito no estatal y los sistemas de partidos», en Pedro de Vega (ed.), Teoría y práctica de los partidos. Madrid: Cuadernos para el Diálogo.Molas, 1977:188). Hemos seguido el modelo propuesto por Barrio et al. ( Barrio, Astrid, Montserrat Baras, Óscar Barberà y Juan Rodríguez-Teruel. 2009. «Partidos de ámbito no estatal y gobernabilidad multi-nivel: el caso de España (1977-2008)», en Congreso Español de Ciencia Política y de la Administración AECPA. Málaga. 2009) para clasificar a los PANES en España. |
[3] |
Ponencia ideológica de CC, 2012. |
[4] |
Los issue ownership son aquellos temas en los que un partido político tiene más credibilidad que el resto de fuerzas políticas. Por ejemplo, se presupone que un partido nacionalista subestatal tendrá mayor credibilidad que los partidos estatales en los temas propios de la defensa del territorio donde se circunscribe su acción. |
[5] |
Ciudadanos no obtuvo representación al no superar la barrera legal del 6 % de los votos a nivel autonómico. |
[6] |
El trabajo de De Winter y Gómez-Reino ( De Winter, Lieven y Margarita Gómez-Reino. 2002. «European Integration and Ethnoregionalist
parties», Party Politics, 8 (4): 483-503. 2002) también señala la importancia de la Unión Europea para estructurar la competición
política de los partidos etnorregionalistas. De hecho, como muestra el trabajo de
Elias ( Elias, Anwen. 2008. «From Euro-enthusiasm to Euro-scepticism? A Re-Evaluation of Minority
Nationalism Party Attitudes Towards European Integration», Regional and Federal Studies, 18 (5): 557-581. Disponible en:
|
[7] |
El concepto de EOP hace referencia a una serie de factores políticos, estratégicos e institucionales que facilitan o dificultan el desarrollo de la movilización nacionalista ( Tilly, Charles. 1978. From Mobilization to Revolution. Nueva York: Addison.Tilly, 1978). |
[8] |
Para Sandra León ( León, Sandra. 2009. «¿Por qué el sistema de financiación es inestable?», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 128: 57-87.2009:60), «la eficiencia asignativa se refiere al ajuste de las decisiones de los políticos a las preferencias de los ciudadanos (responsiveness). La eficiencia asignativa es mayor en un sistema descentralizado porque el gobierno se traslada a un nivel más próximo a los ciudadanos». |
[9] |
Para hacer el gráfico hemos combinado las cuatro bases de datos del CIS con la opción merge de STATA: https://www.stata.com/manuals13/dmerge.pdf. Para más información véase Santana y Rama ( Santana, Andrés y José Rama. 2017. Manual de análisis de datos con Stata. Madrid: Tecnos.2017). |
[10] |
Los diferentes modelos de regresión logística se muestran en la tabla A.1. del anexo. |
[11] |
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|
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Modelo 1 | Modelo 2 | Modelo 3 | Modelo 4 | Modelo 5 | Modelo 6 | |
---|---|---|---|---|---|---|
CC | JxSi | CUP | BNG | PNV | BILDU | |
Edad | 1.001 (1.20) |
0.217 (0.46) |
-0.237 (-0.37) |
0.495 (0.85) |
1.643 p<0.001. (4.94) |
-1.567 p<0.001. (-3.52) |
Mujer | 0.278 (0.92) |
0.130 (0.73) |
-0.286 (-1.25) |
0.114 (0.59) |
0.190 (1.55) |
0.117 (0.74) |
Estudios Medios | -0.358 (-0.85) |
0.289 (0.97) |
1.055 p<0.1, (1.79) |
0.273 (0.81) |
0.105 (0.57) |
-0.0546 (-0.19) |
Estudios Superiores | -0.130 (-0.25) |
-0.384 (-1.16) |
2.007 p<0.001. (3.31) |
0.292 (0.79) |
0.0348 (0.17) |
-0.196 (-0.64) |
Urbano | -1.119 p<0.05, (-2.19) |
-0.306 (-1.44) |
-0.108 (-0.40) |
-0.418 p<0.1, (-1.93) |
0.0957 (0.59) |
0.118 (0.66) |
Sit. Política | 0.585 p<0.1, (1.71) |
0.461 p<0.05, (2.33) |
0.223 (0.83) |
-0.190 (-0.76) |
0.544 p<0.01, (3.03) |
0.392 p<0.1, (1.87) |
Valoración Gob. | 0.830 p<0.05, (2.23) |
1.639 p<0.001. (7.37) |
-1.244 p<0.001. (-4.48) |
-0.102 (-0.41) |
1.577 p<0.001. (4.39) |
-0.351 (-1.43) |
Ideología | 1.878 p<0.05, (2.52) |
2.913 p<0.001. (5.59) |
-7.007 p<0.001. (-8.41) |
-3.742 p<0.001. (-6.12) |
3.817 p<0.001. (10.52) |
-4.760 p<0.001. (-9.23) |
p<0.1, |
-0.412 (-1.00) |
1.442 p<0.001. (6.15) |
1.432 p<0.001. (4.13) |
0.539 p<0.05, (2.50) |
0.926 p<0.001. (5.60) |
1.210 p<0.001. (4.02) |
Sólo CA | -0.0321 (-0.07) |
2.546 p<0.001. (9.83) |
1.335 p<0.001. (3.67) |
1.054 p<0.001. (3.32) |
0.350 p<0.1, (1.88) |
2.797 p<0.001. (9.60) |
Estado autonomías | -0.627 p<0.1, (-1.80) |
-2.831 p<0.001. (-5.15) |
-1.253 (-1.62) |
-1.466 p<0.001. (-6.32) |
-0.636 p<0.001. (-3.77) |
-1.280 p<0.001. (-3.41) |
Centralización | -1.273 p<0.05, (-2.39) |
-3.836 p<0.001. (-3.69) |
-1.372 (-1.29) |
-1.812 p<0.001. (-4.07) |
-1.846 p<0.001. (-4.49) |
-1.960 p<0.1, (-1.73) |
Constante | -2.315 p<0.01, (-2.64) |
-3.604 p<0.001. (-7.24) |
-1.661 p<0.05, (-2.26) |
-0.857 (-1.61) |
-5.320 p<0.001. (-11.00) |
-1.097 p<0.05, (-2.15) |
N | 497 | 1100 | 1100 | 2183 | 1697 | 1697 |
Modelo 0 | Modelo 1 | Modelo 2 | Modelo 3 | Modelo 4 | |
---|---|---|---|---|---|
CC | PP | PSOE | Podemos | Ciudadanos | |
Edad | -0.490 (-0.40) |
-2.209 p<0.1, (-1.93) |
-3.179 p<0.05, (-2.36) |
-1.811 (-1.07) |
|
Mujer | -0.0327 (-0.07) |
-0.0739 (-0.18) |
-0.0237 (-0.05) |
0.267 (0.45) |
|
Estudios bajos | 0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Estudios medios | -0.144 (-0.25) |
0.284 (0.52) |
0.884 (1.20) |
1.377 (1.16) |
|
Estudios superiores | -1.024 (-1.36) |
-0.179 (-0.26) |
0.472 (0.55) |
1.081 (0.86) |
|
Urbano | 1.671 (1.40) |
0.934 (1.25) |
1.426 (1.58) |
16.46 (0.01) |
|
Situación política | -0.559 (-1.12) |
-0.522 (-1.18) |
-0.947 p<0.1, (-1.77) |
-1.503 p<0.05, (-2.07) |
|
Valoración Gobierno | -0.600 (-1.17) |
-0.729 (-1.59) |
-0.926 p<0.1, (-1.78) |
-0.993 (-1.52) |
|
Ideología | 4.233 p<0.001. (3.33) |
-8.939 p<0.001. (-5.49) |
-12.32 p<0.001. (-6.55) |
-2.041 (-1.05) |
|
Sólo ESP o p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Igual ESP que CA | -0.0498 (-0.08) |
-0.323 (-0.59) |
0.0507 (0.09) |
-0.210 (-0.25) |
|
p<0.1, |
-0.767 (-0.90) |
-0.233 (-0.37) |
-0.206 (-0.28) |
-15.58 (-0.01) |
|
p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Statu quo | 0.340 (0.57) |
0.697 (1.52) |
0.212 (0.40) |
0.0166 (0.02) |
|
p<0.1, |
1.902 p<0.01, (2.62) |
-0.0484 (-0.07) |
0.229 (0.30) |
2.221 p<0.01, (2.64) |
|
Constante | -3.364 p<0.05, (-2.13) |
4.308 p<0.001. (3.42) |
4.484 p<0.01, (3.00) |
-16.32 (-0.01) |
|
N | 293 | 293 | 293 | 293 |
Modelo 0 | Modelo 1 | Modelo 2 | Modelo 3 | Modelo 4 | Modelo 5 | |
---|---|---|---|---|---|---|
JxCat | Cs | PSC | ECP | PP | CUP | |
Edad | -0.0591 (-0.07) |
2.090 p<0.05, (2.22) |
-0.561 (-0.64) |
3.757 p<0.05, (2.51) |
-0.289 (-0.42) |
|
Mujer | -0.367 (-1.12) |
-0.227 (-0.70) |
0.260 (0.82) |
-0.819 (-1.44) |
-0.332 (-1.32) |
|
Estudios bajos | 0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Estudios medios | -0.0974 (-0.19) |
-0.555 (-1.15) |
0.341 (0.60) |
0.701 (0.90) |
0.961 (1.54) |
|
Estudios superiores | -0.168 (-0.27) |
-0.244 (-0.41) |
0.568 (0.89) |
-0.683 (-0.62) |
2.110 p<0.01, (3.24) |
|
Urbano | 0.903 p<0.1, (1.85) |
0.923 p<0.1, (1.90) |
1.241 p<0.05, (2.54) |
0.923 (1.14) |
0.185 (0.63) |
|
Situación política | -0.913 p<0.05, (-2.30) |
-1.269 p<0.01, (-3.10) |
-1.133 p<0.01, (-2.99) |
-2.076 p<0.05, (-2.46) |
-0.0306 (-0.11) |
|
Valoración Gobierno | -1.538 p<0.001. (-4.01) |
-1.633 p<0.001. (-4.36) |
-1.581 p<0.001. (-4.35) |
-1.178 (-1.57) |
-1.861 p<0.001. (-6.00) |
|
Ideología | 3.661 p<0.01, (3.25) |
-3.734 p<0.001. (-3.41) |
-7.432 p<0.001. (-6.48) |
12.69 p<0.001. (6.61) |
-8.364 p<0.001. (-8.65) |
|
Sólo ESP o p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Igual ESP que CA | -2.217 p<0.001. (-5.35) |
-1.913 p<0.001. (-4.75) |
-0.905 p<0.05, (-2.51) |
-15.93 (-0.02) |
0.268 (0.68) |
|
p<0.1, |
-18.29 (-0.02) |
-4.869 p<0.001. (-4.63) |
-4.871 p<0.001. (-4.61) |
-3.662 p<0.05, (-2.38) |
-0.430 (-1.06) |
|
p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Statu quo | 3.226 p<0.001. (4.78) |
3.125 p<0.001. (4.55) |
2.604 p<0.001. (3.59) |
4.557 p<0.001. (4.79) |
1.191 (1.26) |
|
p<0.1, |
3.626 p<0.001. (3.42) |
3.175 p<0.01, (2.91) |
2.234 p<0.1, (1.91) |
4.779 p<0.001. (3.86) |
1.765 (1.19) |
|
Constante | -0.830 (-0.86) |
0.920 (1.02) |
1.405 (1.54) |
-9.931 p<0.001. (-5.13) |
0.872 (1.08) |
|
N | 905 | 905 | 905 | 905 | 905 |
Modelo 0 | Modelo 1 | Modelo 2 | Modelo 3 | |
---|---|---|---|---|
BNG | PPdeG | En Marea | PSdeG | |
Edad | -0.196 (-0.28) |
-1.617 p<0.05, (-2.49) |
1.941 p<0.01, (2.85) |
|
Mujer | 0.0533 (0.22) |
-0.281 (-1.33) |
-0.126 (-0.57) |
|
Estudios bajos | 0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Estudios medios | -0.508 (-1.32) |
-0.0187 (-0.05) |
0.1000 (0.27) |
|
Estudios superiores | -0.498 (-1.15) |
0.0698 (0.17) |
-0.158 (-0.39) |
|
Urbano | -0.355 (-1.36) |
0.875 p<0.001. (3.47) |
0.205 (0.82) |
|
Situación política | 0.777 p<0.01, (2.64) |
0.00443 (0.02) |
-0.120 (-0.44) |
|
Valoración Gobierno | 1.595 p<0.001. (4.84) |
-0.430 (-1.64) |
0.283 (1.07) |
|
Ideología | 14.65 p<0.001. (16.53) |
-0.576 (-0.77) |
1.708 p<0.05, (2.22) |
|
Sólo ESP o p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Igual ESP que CA | -0.916 p<0.01, (-3.24) |
-0.396 p<0.1, (-1.66) |
-0.561 p<0.05, (-2.23) |
|
p<0.1, |
-1.049 p<0.1, (-1.77) |
-1.045 p<0.01, (-2.87) |
-1.425 p<0.01, (-2.91) |
|
p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Statu quo | 1.970 p<0.001. (6.38) |
0.820 p<0.01, (3.25) |
1.600 p<0.001. (6.16) |
|
p<0.1, |
2.232 p<0.001. (4.36) |
1.019 p<0.05, (2.11) |
1.854 p<0.001. (3.89) |
|
Constante | -6.855 p<0.001. (-9.59) |
0.930 (1.53) |
-1.302 p<0.05, (-2.11) |
|
N | 2183 | 2183 | 2183 |
Modelo 0 | Modelo 1 | Modelo 2 | Modelo 3 | Modelo 4 | |
---|---|---|---|---|---|
PNV | Bildu | Podemos | PSE-EE | PP | |
Edad | -2.919 p<0.001. (-5.10) |
-2.946 p<0.001. (-5.10) |
0.0745 (0.12) |
-0.323 (-0.33) |
|
Mujer | -0.0321 (-0.16) |
-0.300 (-1.48) |
-0.216 (-0.96) |
-0.443 (-1.15) |
|
Estudios bajos | 0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Estudios medios | -0.102 (-0.30) |
-0.212 (-0.61) |
-0.0890 (-0.27) |
-0.445 (-0.84) |
|
Estudios superiores | -0.0850 (-0.23) |
-0.124 (-0.33) |
-0.0259 (-0.07) |
0.639 (1.15) |
|
Urbano | 0.111 (0.46) |
0.430 (1.55) |
0.392 (1.15) |
0.953 (1.31) |
|
Situación política | -0.323 (-1.09) |
-0.297 (-1.01) |
-0.515 p<0.1, (-1.68) |
0.206 (0.34) |
|
Valoración Gobierno | -1.776 p<0.001. (-3.77) |
-1.746 p<0.001. (-3.89) |
-1.052 p<0.05, (-2.17) |
-2.483 p<0.001. (-3.55) |
|
Ideología | -8.844 p<0.001. (-12.16) |
-8.092 p<0.001. (-11.13) |
-4.851 p<0.001. (-6.37) |
7.939 p<0.001. (6.03) |
|
Sólo ESP o p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Igual ESP que CA | 0.695 p<0.05, (2.01) |
-0.857 p<0.001. (-3.36) |
-1.781 p<0.001. (-5.40) |
-2.002 p<0.05, (-2.49) |
|
p<0.1, |
2.312 p<0.001. (6.59) |
-1.724 p<0.001. (-4.83) |
-3.168 p<0.001. (-4.23) |
-13.64 (-0.03) |
|
p<0.1, |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
0 (.) |
|
Statu quo | -0.857 p<0.05, (-2.05) |
-0.0364 (-0.14) |
0.954 p<0.001. (3.57) |
1.897 p<0.001. (3.53) |
|
p<0.1, |
-1.792 (-1.29) |
0.642 (1.00) |
1.415 p<0.05, (2.46) |
2.742 p<0.001. (3.68) |
|
Constante | 4.074 p<0.001. (5.51) |
5.219 p<0.001. (7.20) |
1.980 p<0.05, (2.53) |
-5.264 p<0.001. (-3.68) |
|
N | 1183 | 1183 | 1183 | 1183 |
[a] |
Graduado en Ciencia Política y Administración Pública por la Universidad Autónoma
de Madrid (UAM) y máster en Análisis Político por la Universidad Complutense de Madrid
(UCM). Actualmente cursa el Doctorado en Ciencia Política en la Universidad Nacional
de Educación a Distancia (UNED). Ha sido galardonado con accésit en el VII Premio
Joven Investigador que otorga la Revista Jurídica de la Universidad Autónoma de Madrid en la categoría Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Sus temas de interés
incluyen a los partidos políticos de ámbito no estatal dentro de sistemas de organización
territorial multinivel, así como el estudio de las identidades subjetivas y su incidencia
en la movilización electoral, concretamente, en espacios insulares y archipiélagos.
Recientemente ha publicado en International Journal of Research Into Island Cultures, Revista Española de Ciencia
Política y Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas. |
[b] |
Graduado en Derecho y Ciencia Política por la UAM, máster en Derecho Constitucional
por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y máster en Derecho Parlamentario,
Elecciones y Estudios Legislativos por la UCM. Ha realizado estancias de investigación
en la Universidad Libre de Bruselas y LUISS Guido Carli de Roma. Actualmente, es investigador
predoctoral (FPI-UAM) en el Departamento de Ciencia Política de la UAM y profesor
tutor de Derecho Constitucional en el Centro Asociado de Madrid de la UNED. Sus líneas
de investigación giran en torno a los sistemas electorales y sus reformas, los partidos
y los sistemas de partidos y el derecho electoral y parlamentario. |
[c] |
Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid. También ha sido
investigador visitante en el Nottingham Interdisciplinary Centre for Economic and
Political Research de la Universidad de Nottingham. Sus temas de interés incluyen
el estudio de los partidos y sistemas de partido de los países de Europa Occidental,
concretamente las formaciones populistas y los nuevos partidos que han surgido tras
la gran recesión de 2008. Recientemente ha publicado en Government and Opposition; Representation. The Journal of Representative Democracy;
European Politics and Society; Revista Española de Ciencia Política; Opinao Pública,
y Revista de Derecho Político, entre otras. Es coautor del Manual de Análisis de Datos con Stata (2017). En 2019 recibió el Premio al Mejor Artículo de Revista en Lengua Extranjera
de la Asociación Española de Ciencia Política. |