SUMARIO

  1. Referencias

Desde que se firmó el alto al fuego entre Marruecos y el Frente Polisario en 1991, el conflicto territorial sobre el Sahara Occidental parecería haber quedado atascado en un callejón sin salida. Así lo han juzgado los analistas y observadores que, fijándose sobre todo en los esfuerzos frustrados de la diplomacia internacional y en los discursos dominantes de la dirigencia política, llevan años concluyendo que el conflicto se encuentra suspendido en un estado de «suma cero» muy poco esperanzador. Como señala Irene Fernández Molina en su introducción, una de las autoras y editoras de este volumen, durante un largo periodo la investigación científica sobre el Sahara Occidental no solo ha sido escasa, sino que, además, se ha visto bastante limitada al análisis macropolítico del contencioso. Como resultado se ha instalado una narrativa única que explica y retrata el conflicto como reflejo del dilema entre los principios éticos de la legalidad internacional y los imperativos de la realpolitik. Dicha narrativa, aun siendo válida, también es producto de una mirada alejada de las políticas locales y realidades sociales que rigen el día a día de las personas más afectadas por el conflicto.

Es precisamente la hipermetropía de este retrato anquilosado de la macropolítica la que viene a corregir Global, Regional and Local Dimensiones of Western Sahara’s Protracted Decolonization: When a Conflict Gets Old. Si bien es cierto que las reglas del tablero político mundial se han mantenido bastante estables desde 1991 hasta hoy, esta obra colectiva deja claro que reproducir un retrato estéril del conflicto oscurece la manera en la que el infatigable paso del tiempo está transformando el tablero político de facto. Junto a otras obras recopilatorias que se han publicado en los últimos cuatro años ( ‍Barreñada, Isaias y Raquel Ojeda (eds.) 2016. Sahara Occidental, 40 años después, Madrid: Los Libros de la Catarata.Barreñada y Ojeda, 2016;  ‍Boulay, Sébastien y Francisco Freire (eds.). 2017. Culture et Politique dans L’Ouest Saharien. Arts, Activisme et État Dans un Espace de Conflits (Algérie, Mali, Maroc, Mauritanie, Sahara Occidental). Igé: L’Étrave- La Talbotière.Boulay y Freire, 2017;  ‍Gimeno, Juan Carlos y Francesco Correale (coords.). 2015. «Sahara occidental: mémoires, culture, histoires», Les Cahiers d’EMAM, 24-25. Disponible en: https://bit.ly/2VyT3qG.Gimeno y Correale, 2015) este volumen es lectura obligada para cualquier persona que pretenda entender la complejidad política, económica y sociocultural del conflicto del Sahara más allá de la escasa y repetitiva información que facilitan los medios de comunicación.

En lugar de centrar su atención en las causas que se encuentran en la raíz del conflicto, las editoras privilegian el análisis diacrónico sobre el sincrónico, para no perder de vista el objetivo central, que consiste en ofrecer una descripción detallada de cómo ha madurado el conflicto e interrumpir el discurso dominante que lo imagina congelado en el tiempo. Con vistas a ofrecer un retrato «multidimensional» del conflicto, las editoras de este volumen reúnen los resultados de investigaciones provenientes de disciplinas académicas distintas (principalmente la ciencia política, la sociología y la antropología social) y las organizan en tres partes que corresponden a tres escalas geográficas diferentes: global, regional y nacional/local. Esta última escala, la nacional/local, la dividen, a su vez, en dos subapartados: el primero dedicado a la gobernanza actual del Sahara Occidental y el segundo al desarrollo de la identidad y la resistencia saharaui.

La primera parte, reservada a la escala de lo global («Global Level», pp 35-‍98) es quizás la que más continuidades apunta a la hora de evaluar la maduración del conflicto desde el alto fuego. Anna Theofilopoulou describe la evolución de proceso de paz desde 2004, apuntando que su ineficacia se debe principalmente a la pretensión de buscar soluciones técnicas para un problema de voluntades políticas. A su vez, Jacob Mundy explica la durabilidad del conflicto en función del papel que ha jugado para la reproducción de la hegemonía mundial de EE. UU. desde el final de la Guerra Fría hasta nuestros días. Por su parte, María Luisa Grande Gascón y Susana Ruiz Seisdedos hacen balance del papel que ha jugado la Unión Europea en el conflicto y caracterizan su postura de «ambivalente». En esta primera parte, se echa en falta un capítulo dedicado a analizar el papel que ha jugado España en la maduración del conflicto, tanto desde su Gobierno como desde su sociedad civil plurinacional.

La segunda parte del volumen está dedicada a la escala de lo regional, («Regional levels», pp 99-‍186). Inmaculada Szmolka analiza las consecuencias que ha tenido la protesta de Gdeim Izik y las protestas marroquíes del 20 de febrero de 2011 para el desarrollo del conflicto. Muestra cómo estas protestas desencadenaron una serie de reformas políticas que, sin embargo, ni lograron mejorar las condiciones socioeconómicas de los saharauis que viven bajo el régimen marroquí ni avanzaron la resolución del conflicto territorial. Centrándose en la cuestión de la seguridad, Luis Martínez y Rasmus Alenius Boserup desmontan el mito colonial de que el Sahel constituya una zona caótica y carente de gobierno, retratando la manera en la que desde su independencia los Estados de Libia y Argelia han llevado a cabo una estrategia gubernamental que convertía al Sahel en una franja de amortiguamiento entre el Magreb y el África subsahariana. Sin embargo, destacan la manera en la que el colapso del régimen de Qadhafi ha aumentado el poder y la presencia de distintos grupos armados a lo largo de la región.

A su vez, Miguel Guindo y Alberto Bueno desentrañan los factores que podrían conducir a la desestabilización del actual papel que desempeña el Frente Polisario desde la administración de la RASD dentro de la estrategia del seguridad e inteligencia argelina. Finalmente, en un capítulo centrado en la política exterior argelina, Laurence Thieux señala la continuidad de su compromiso por la defensa del principio de autodeterminación nacional y de su apoyo al liderazgo del Frente Polisario desde el inicio del contencioso hasta nuestros días. En esta parte de lo «regional», hubiera sido bien interesante y pertinente un capítulo dedicado a analizar el papel que juega el Estado mauritano, y mucho más importante quizFinalmente, ta esentarñiacall papel que juega la sociedad Mauritana en la reproducciás, el papel que juega la sociedad y la economía mauritana en el desarrollo del conflicto y en la reproducción de la identidad saharaui.

Como ya se ha indicado, la tercera parte del volumen se centra en los niveles nacional y local («National and Local Levels») y está a su vez dividida en dos subapartados. Dentro del primer subapartado, dedicado a la gobernanza actual del Sahara Occidental («Governance of the Western Sahara Territory», pp. 187-‍256), Raquel Ojeda García y Ángela Suárez Collado describen y valoran hasta qué punto el programa de «regionalización avanzada» que ejecuta el Gobierno de Marruecos desde principios del año 2010 ha aumentado la autonomía de sus provincias. Las autoras concluyen que la reforma actual provee de una autonomía menor de la que representaría la propuesta marroquí de autonomía para el Sahara Occidental.

Laura Feliu y María Angustias Parejo comparten los resultados de una investigación que trata de comprender cómo entienden su propia identidad los parlamentarios marroquíes para el Sahara Occidental (MMPWS). Aunque los mismos apuntan a que los MMPWS aceptan en general el discurso oficial del Gobierno marroquí y, más en concreto, el plan de autonomía para el Sahara que se propuso 2007, las autoras califican su posición de ambigua y paradójica, pues en su mayoría también avalan la identidad saharaui y defienden las demandas sociales y económicas de la población saharaui. Finalmente, Victoria Veguilla ofrece un riguroso retrato de las transformaciones demográficas, electorales y urbanísticas que vive la ciudad de Dakhla desde el alto al fuego hasta hoy, detallando la manera en la que la emergencia de una nueva generación, conocida como los dakhlan, nacidos en la ciudad, pero cuyos padres provienen de ciudades en territorio marroquí, comienzan a cambiar el equilibrio de poder que se vive en la ciudad.

La segunda subsección se centra en el desarrollo de la identidad y de la resistencia saharaui («Sahrawi resistance and Identity», pp. 257-‍333). Claudia Barona y Joseph Dickens Gavito repasan la trayectoria de la resistencia saharaui organizada en el territorio del Sahara Occidental desde sus inicios contra el Estado colonial español, y culminando con la protesta de Gdeim Izik. Por su parte, Isaías Barreñada comparte los resultados de su investigación con saharauis residentes en Tarfaya, la región que se convirtió en refugio y espacio de reorganización política para muchas familias que huyeron de la colonia del Sahara Español en el desenlace de las insurrecciones de 1956. El autor defiende que unos de los efectos colaterales de los esfuerzos del régimen marroquí por borrar la frontera entre el Sahara Occidental y la región de Tarfaya ha sido la de facilitar el contacto entre las familias saharauis dispersas a lo largo del territorio, lo que ha favorecido la resedimentación de su identidad y lucha común. Partiendo de sus conocimiento etnográfico, Konstantina Isidoros recalca que la geografía territorial del Sahara Occidental en torno a la que gira la disputa política no se corresponde con la geografía cultural desde la que emerge el sentido de lo autóctono entre los saharauis. En su análisis de cómo se construye la pertenencia entre las personas saharauis, la autora nos acerca a los lazos de parentesco, los espacios (destacando la importancia del espacio de la khayma, que en hassanía significa tienda, hogar y familia a la vez), las solidaridades (asabiya) y las economías políticas (siempre cruzadas por las relaciones de género) que construyen el sentimiento de pertenencia al territorio-espacio del Sahara. Por su parte, centrándose en el análisis etnográfico del sistema electoral que practica el Frente Polisario desde su estado en el exilio (la RASD), Alice Wilson demuestra que votar constituye una de las prácticas mediante la cual los saharauis reproducen su proyecto nacionalista desde el exilio, permitiéndoles además la posibilidad de imaginarse como una comunidad transterritorial y de ensayar su derecho (infringido) a la autodeterminación como pueblo.

A modo de conclusión, Francesco Cavatorta comparte una discusión general acerca del desarrollo del conflicto, pero los lectores no encontrarán en este volumen una reflexión que haga balance de la investigación que recoge el mismo. Leyéndose de principio a fin, no queda claro qué se gana con partir de una mirada más diacrónica que sincrónica para entender el conflicto del Sahara Occidental. En cambio, queda bastante claro que la fortaleza de la obra está en su atención a la escala y en su mirada multidisciplinar, lo que permite un retrato bastante único, no solo de cómo se desenvuelve el conflicto en sí, sino también del amplio abanico de perspectivas desde el que se vive y comprende el mismo. En este sentido, quizás la principal ausencia del volumen es una aportación que tuviera en cuenta la experiencia de un conjunto de actores que, no por encontrarse dispersos y entre escalas geográficas, ha dejado de jugar un papel crucial en el desarrollo del conflicto: la creciente diáspora saharaui.

El rigor y la amplitud de la investigación que recoge este volumen lo convierte en un recurso de enorme interés para un amplio espectro de lectores, a saber: expertos académicos en la región del Norte de África, profesionales de la política y del sector de la cooperación internacional, activistas de derechos humanos, asociaciones solidarias, y también para una nueva generación de dirigentes de la región que pronto tomarán las riendas del conflicto. Por último, este volumen será asimismo de gran interés para una nueva generación de investigadores provenientes de la región, que podrán también contribuir a este trabajo con sus propias aportaciones y perspectivas. Parece evidente que, solo construyendo sobre esta comprensión multidimensional del conflicto que nos ofrecen Raquel Ojeda García, Irene Fernández Molina y Victoria Veguilla en este esfuerzo colectivo, se podrán desarrollar voluntades, herramientas y senderos que conduzcan a la descolonización definitiva del Sahara Occidental.

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[1] 

Barreñada, Isaias y Raquel Ojeda (eds.) 2016. Sahara Occidental, 40 años después, Madrid: Los Libros de la Catarata.

[2] 

Boulay, Sébastien y Francisco Freire (eds.). 2017. Culture et Politique dans L’Ouest Saharien. Arts, Activisme et État Dans un Espace de Conflits (Algérie, Mali, Maroc, Mauritanie, Sahara Occidental). Igé: L’Étrave- La Talbotière.

[3] 

Boulay, Sébastien y Francesco Correale (coords). 2018. Sahara Occidental: Conflit Oublié, Population en Movement. Tours : Presses Universitaires Francois-Rabelais.

[4] 

Gimeno, Juan Carlos y Francesco Correale (coords.). 2015. «Sahara occidental: mémoires, culture, histoires», Les Cahiers d’EMAM, 24-25. Disponible en: https://bit.ly/2VyT3qG.