RESUMEN
Esta investigación analiza el estado de la investigación producida en ciencia política y cuyo objeto de estudio es América Latina. Para ello, presentamos una base de datos inédita en la que incluimos los artículos publicados en revistas en español y portugués que se encuentran en los índices JCR o Scimago. En primer lugar, los resultados reflejan una disciplina dinámica, plural en términos teóricos, inclinada prioritariamente al estudio de los temas clásicos de la disciplina y con falencias en el orden metodológico. Por otro lado, constatamos que existen muy pocas revistas para la publicación, por lo que urge la creación de revistas especializadas. Además, nuestros hallazgos empíricos dan cuenta de la necesidad de incluir en las agendas de investigación tanto a países menos estudiados como temas que, a pesar de ser relevantes (v. g. corrupción), han sido poco explorados. Finalmente, este trabajo plantea la urgencia de fomentar la cooperación institucional.
Palabras clave: ciencia política, América Latina, investigación.
ABSTRACT
This research analyzes the state of Political Science research with a focus on Latin America. To this aim, an unpublished database is presented containing articles published in Spanish and Portuguese journals that are included in JCR or Scimago indexes. First of all, the results show a discipline which is dynamic, theoretically plural, mainly inclined to the study of classic issues within the discipline, and with some methodological failures. On the other hand, it is confirmed the existence of very few journals where to publish, so the creation of specialized ones seems urgent. Furthermore, our empirical findings point out to the necessity of including both under-researched countries and relevant yet underexplored topics (e. g. corruption) in the research agenda. Finally, this work raises the urgency of promoting cooperation at institutional level.
Keywords: political science, Latin America, research.
SUMARIO
Durante las últimas décadas la ciencia política ha crecido exponencialmente en América
Latina. A pesar de que el desarrollo de la disciplina es aún asimétrico en los distintos
países, en general se observa una mejoría tanto en el plano de la docencia como en
el de la investigación[1]. La oferta académica de programas de pregrado y posgrado ha crecido y al mismo tiempo
la investigación se ha expandido en cuanto a temáticas estudiadas, países analizados
y metodologías utilizadas para el abordaje empírico ( Altman, David. 2012. «Where is Knowdledge Generated? On the Productivity and Impact
of the Political Science Department in Latin America», European Political Science, 11 (1): 1-17. Disponible en:
De las distintas aristas que permiten observar el desarrollo de la ciencia política cuyo objeto de estudio es América Latina, nos concentramos en la investigación científica y específicamente en los trabajos divulgados a través de revistas especializadas publicadas en español y portugués. Identificamos los principales temas y países estudiados, las perspectivas teóricas a las que se suele recurrir y los enfoques metodológicos privilegiados por los autores. Adicionalmente, junto a observar la presencia de mujeres en la producción académica de la región, analizamos tanto la procedencia institucional de los investigadores como el grado de coautoría existente. Finalmente, proponemos algunas ideas de política investigativa que podrían ayudar a la formación de una agenda de trabajo que permita consolidar la ciencia política en la región.
El artículo se estructura alrededor de siete apartados. En el primero detallamos las decisiones metodológicas asumidas para la selección de las revistas incorporadas al análisis. En el segundo apartado discutimos los principales temas estudiados en la región. En el tercero abordamos los enfoques teóricos prioritariamente utilizados. La cuarta sección estudia los principales componentes metodológicos de los artículos analizados. La quinta analiza los países mayoritariamente estudiados, mientras la sexta discute quiénes son los autores de los trabajos, su procedencia institucional y el grado de coautoría existente. La última sección presenta conclusiones y algunas ideas de cara a una agenda de políticas de investigación que fortalezcan la ciencia política latinoamericana.
Para el análisis consideramos los artículos que, desde la ciencia política, presentan
resultados de investigación sobre América Latina, escritos en español o portugués,
y publicados en revistas especializadas incluidas en los índices Journal Citation Report (JCR) o Scimago. Una ventaja de estudiar las revistas mencionadas es que todas son de libre acceso.
Observar solamente resultados de investigación excluye, por tanto, los manuscritos
que se centran en análisis de coyuntura y que suelen ser publicados por invitación
de los editores de las revistas Un ejemplo de este caso es el Anuario Político de América Latina, exitosamente publicado por la Revista de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Como mencionamos, para la observación nos restringimos a aquellas revistas que están incluidas en los dos índices mencionados, por lo que existiría una presunción objetiva de que son publicaciones periódicas, provistas de doble arbitraje ciego y con parámetros de selección más rigurosos. Dado que la ciencia política llegó a América Latina de forma tardía en comparación con Estados Unidos o Europa, incluir solamente revistas de la disciplina restringía demasiado el número de trabajos para analizar. Por ello, decidimos añadir también revistas de estudios de área o regionales (v. g. América Latina Hoy) y otras genéricas de ciencias sociales pero que incluyen trabajos en ciencia política (v. g. Revista de Estudios Sociales). En total valoramos 22 revistas y dentro de ellas identificamos 531artículos (n=531).
Para la selección de artículos analizamos en primer lugar el resumen. Los manuscritos referidos a temas diferentes de los considerados (v. g. estudios culturales o literarios) fueron excluidos. El gráfico 1 presenta el porcentaje de trabajos publicados durante el período 2011-2016 en las revistas consideradas para el análisis. En el anexo 1 incluimos el país en el que está anclada la revista y el grado de impacto en cuartiles a partir de la información reportada por Scimago.
Como se observa, más de la mitad de los artículos publicados se concentran en cinco
revistas. De ellas, solamente la Revista de Ciencia Política es una publicación especializada en la materia, mientras que las restantes son de
ciencias sociales o de estudios regionales, aunque con cierto énfasis hacia la ciencia
política El hecho que los editores de América Latina Hoy, Colombia Internacional y Perfiles Latinoamericanos sean politólogos puede haber incidido en que la orientación de los trabajos allí publicados
se haya concentrado en alguna medida en la ciencia política.
Para identificar los temas estudiados elaboramos una taxonomía que busca ser lo más inclusiva posible y que se refleja en el gráfico 2. Para el efecto, observamos las temáticas consideradas como ejes para la presentación de ponencias o mesas de trabajo en los congresos internacionales de ciencia política. En ese aspecto, nuestro punto de partida fueron los eventos organizados tanto por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (AECIP) como también, en la parte pertinente, por la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA). Posteriormente agregamos algunas categorías temáticas extraídas de congresos nacionales de ciencia política, como el organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) o el que auspicia la Asociación Brasileña de Ciencia Política (ABCP). Por la naturaleza heurística de la taxonomía propuesta, hay temas más analíticos y otros que se encuentran en un mayor nivel de agregación. Sin embargo, hay que apuntar que en ningún caso un artículo aparece incluido en más de una temática, evitando de esa manera problemas metodológicos de sobre o subestimación de los valores constantes en el gráfico 2.
Dentro de las temáticas más estudiados se encuentran los partidos políticos, los procesos
electorales y la democracia. En conjunto, estos tres ejes abarcan casi la tercera
parte de la muestra analizada y dan cuenta de la preferencia de los investigadores
por los temas más clásicos de la disciplina. Dentro de los estudios sobre partidos
encontramos análisis endógenos de las estructuras partidistas como también aquellos
que observan la interacción respecto a otros partidos y al conjunto del sistema político.
En el caso de los trabajos sobre elecciones no solo hay atención a los procesos electorales
como tales, sino también al comportamiento de los electores y a la influencia de las
reglas electorales sobre los resultados políticos. La preeminencia otorgada al estudio
de partidos y elecciones tiene un símil en el trabajo realizado por Boncourt ( Boncourt, Thibaud. 2008. «Is European Political Science Different from European Political
Sciences? A Comparative Study of the European Journal of Political Research, Political
Studies and the The Revue francaise de science politique, 1973-2002», European Political Science 7 (3): 366-381. Disponible en:
Un segundo conjunto de temas incluye el estudio de la estructura, funcionamiento e interacciones de las legislaturas, las cortes de justicia y el poder ejecutivo. Los estudios legislativos enfatizan el comportamiento de los diputados en cuanto al voto y la formación de coaliciones frente al presidente, mientras que los relacionados con el campo conocido como «políticas judiciales» —judicial politics— se centran en la relación de los jueces respecto a los políticos en temas como la independencia judicial o la judicialización de la política desde las cortes constitucionales. En cuanto a los trabajos sobre presidencialismo, se observa un incremento en el estudio tanto de los gabinetes ministeriales como respecto al funcionamiento de las casas presidenciales. No obstante, la pregunta sobre cuán presidencialistas son los países de la región sigue siendo el eje de la investigación en este campo.
Por otro lado, están los trabajos sobre teoría política y políticas públicas. En el primer caso, la principal estrategia utilizada por los investigadores radica en el estudio de determinados autores clásicos del pensamiento político y su posible interpretación a la luz de los eventos contemporáneos. En el segundo caso, los trabajos se refieren esencialmente a la gobernanza en sus distintos niveles y a la formulación y evaluación de políticas públicas. En términos empíricos, se trata de investigaciones aplicadas a diferentes sectores como el de hidrocarburos, salud pública o educación superior. Un hallazgo interesante es que los estudios de teoría política y, fundamentalmente, los de políticas públicas, se encuentran bien situados dentro de las preferencias de los investigadores a pesar de no ser parte de los temas clásicamente abordados por la ciencia política. El tercer grupo de temas incluye trabajos sobre la presencia de mujeres en diferentes arenas de toma de decisión política, las transformaciones del Estado, los estudios de opinión pública y también las investigaciones relacionadas con las élites políticas.
Junto a los temas ya mencionados, el gráfico 2 describe otros tópicos que, por el contrario, han sido marginalmente analizados por la ciencia política latinoamericana a pesar de su trascendencia. Entre ellos se encuentra el estudio de la corrupción, una de las grandes problemáticas de la región, y que a pesar de ello registra apenas el 1,08 % del total de artículos analizados. Un argumento parecido aplicaría para el caso de los estudios relacionados con la confianza ciudadana, tanto en el régimen democrático como inter pares (1,26 %), el clientelismo político (0,90 %) o los trabajos en los que se vinculan las interacciones entre variables económicas y políticas como elemento clave para la comprensión de distintos fenómenos sociales (0,90 %). Finalmente, la evidencia empírica ofrecida da cuenta de la escasez de trabajos que discuten cuestiones metodológicas (0,72 %).
En cuanto a las teorías más utilizadas por los investigadores, las preferencias están
entre los enfoques sistémicos (29,56 %), neoinstitucionales (27,60 %) y del elector
racional (25,65 %). Una porción más reducida de artículos asume teorías propias de
los estudios de cultura política (11,08 %), mientras que el 6,08 % incluye otras perspectivas
teóricas. Dentro del enfoque prioritariamente abordado se encuentran tanto los trabajos
derivados del estudio de los sistemas políticos y específicamente del régimen democrático
como aquellos interesados en observar los partidos en su mutua interacción y respecto
a los sistemas electorales. La extensa obra de Sartori ( Sartori, Giovanni. 2005. Partidos y sistemas de partidos. Madrid: Alianza Editorial.2005), Easton ( Easton, David. 1965. A Systems Analysis of Political Life. New York: John Wiley and Sons.1965; Easton, David. 1999. Esquema para el análisis político. Buenos Aires: Amorrortu.1999; Easton, David. 1997. «Categorías para el análisis sistémico de la política», en David
Easton (comp.), Enfoques sobre teoría política. Buenos Aires: Amorrortu.1997) o Rapoport ( Rapoport, Anatol. 1997. «Algunos enfoques sistémicos de la teoría política», en David
Easton (comp.), Enfoques sobre teoría política. Buenos Aires: Amorrortu.1997) y la influencia de la vertiente europea en la formación académica de las primeras
generaciones de politólogos de América Latina, explicarían el espacio aún influyente
de dichas perspectivas teóricas Una de las obras clásicas de Sartori ( Sartori, Giovanni. 2005. Partidos y sistemas de partidos. Madrid: Alianza Editorial.
Easton, David. 1999. Esquema para el análisis político. Buenos Aires: Amorrortu.
Respecto a los artículos escritos desde el enfoque neoinstitucionalista ( March, James G. y Johan P. Olsen. 2008. Elaborating the «new institutionalism», en Sarah A. Binder, R. A. W. Rhodes, y Bert A. Rockman (eds.), The Oxford Handbook of Political Institutions. Nueva York: Oxford University Press.March y Olsen, 2008), no existe una preferencia específica hacia alguna de las distintas perspectivas que se inscriben en dicha tradición. De hecho, hallamos trabajos fundamentados tanto en el institucionalismo histórico como en el analítico o el de actores racionales. Aunque en menor medida, también se reportaron artículos que corresponderían a lo que Peters ( Peters, Guy. 2003. El nuevo institucionalismo: teoría institucional en Ciencia Política. Barcelona: Gedisa.2003) denomina institucionalismo empírico. En cuanto a las investigaciones ancladas en la tradición del elector racional ( Riker, William H. 1962. The theory of political coalitions. New Haven y Londres: Yale University Press.Riker, 1962) —dentro de las que se incluyeron los trabajos que se sustentan en la teoría de juegos — son menos frecuentes las que recurren a modelos formales y análisis cuantitativo. En la mayoría de los casos los artículos que utilizan este enfoque teórico asumen la perspectiva de la racionalidad limitada ( Elster, Jon. 1988. Uvas amargas: sobre la subversión de la racionalidad. Barcelona: Península, Ideas.Elster, 1988) y en lo metodológico recurren a narrativas analíticas ( Bates, Robert H., Avner Greif, Margaret Levi y Jean-Laurent Rosenthal. 1998. Analytic Narratives. Princeton: Princeton University Press.Bates et. al., 1998). En resumen, desde el punto de vista teórico, la ciencia política latinoamericana es bastante plural, por lo que no existe un paradigma imperante.
En cuanto al nivel de acercamiento a la realidad, aunque la mayoría de los trabajos
analizados son deductivos (61,20 %), una porción importante plantea perspectivas inductivas
(38,80 %) En el citado trabajo de Munck y Snyder ( Munck, Gerardo L. y Richard Snyder. 2007. «Who Publishes in Comparative Politics?
Studying the World from the United States», Comparative Political Studies, 40 (1): 5-31. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0010414006294815.
Para valorar la propuesta metodológica hallada en los artículos seleccionados, consideramos
varias dimensiones de análisis. En primer lugar, observamos los métodos a los que
prioritariamente recurren los investigadores. Un primer hallazgo da cuenta de la ausencia
de experimentos —naturales, de laboratorio o vía encuestas de opinión pública— y la
total preferencia por métodos observacionales. Esta deficiencia en cuanto al uso de
experimentos da cuenta de la necesidad de incorporar esta temática a la discusión
metodológica de la ciencia política latinoamericana. Dentro de los métodos observacionales
o cuasi experimentales, el 66,29 % de los trabajos analizados se corresponden con
estudios de caso, mientras que solamente el 33,71 % recurren al método comparado.
Incluimos en esta categoría tanto a las investigaciones con pocas unidades de análisis
como a aquéllas con n grande. Si partimos de la idea de que la comparación es el método que de mejor forma
nos permite acercarnos a resultados con menor sesgo y mayor control sobre las variables,
este hallazgo es llamativo, pues refleja la necesidad de incentivar este tipo de diseño
de investigación en América Latina. La referida prioridad otorgada a los estudios
de caso en esta región es un fenómeno similar al observado hasta la década de los
noventa en la ciencia política alemana ( Pehl, Malte. 2012 «The Study of Politics in Germany: A Bibliometric Analysis of Subfields
and Methods», European Political Science, 11 (1): 57-70. Disponible en:
Dentro de los artículos que recurren a la comparación, el 81,9 % lo hace entre países y apenas el 18,1 % se concentra en el análisis subnacional. Puesto que la comparación de unidades de análisis dentro de un país aumenta la precisión y especificidad de los diseños de investigación, dado el control que se mantiene sobre variables que podrían cambiar al observar varios países —v. g. diseño institucional— o por posibles sesgos de equivalencia, en esta parte señalamos la necesidad de prestar mayor atención a este tipo de perspectivas. En cuanto al espacio temporal utilizado para el análisis, el 61,93 % de los trabajos observados se desarrollan desde un enfoque sincrónico y solamente el 38,07 % utilizan una perspectiva diacrónica. En este aspecto, es indispensable fortalecer las investigaciones que observen procesos de mediano y largo plazo, pues esto incrementa la capacidad de comprensión de los fenómenos políticos a partir de la incorporación de variables contextuales y de la comparación de diferentes períodos temporales.
En cuanto al tipo de herramientas utilizadas para el análisis, un poco más de la mitad
de los trabajos observados recurren a técnicas cualitativas como las narrativas históricas,
el rastreo de procesos o las cadenas causales (59,35 %). La mayoritaria presencia
de trabajos de orden cualitativo también es un rasgo distintivo del estado de la investigación
en Francia ( Billordo, Libia. 2005. «Publishing in French Political Science Journals: an Inventory
of Methodsand Sub-fields», French Politics 3 (2): 178-186. Disponible en:
Boncourt ( Boncourt, Thibaud. 2008. «Is European Political Science Different from European Political
Sciences? A Comparative Study of the European Journal of Political Research, Political
Studies and the The Revue francaise de science politique, 1973-2002», European Political Science 7 (3): 366-381. Disponible en: https://doi.org/10.1057/palgrave.eps.2210185.
Antes de analizar los países que con mayor frecuencia han sido seleccionados como
unidades de análisis, hemos tomado algunas decisiones metodológicas adicionales a
las ya citadas. En primer lugar, y únicamente para el análisis que sigue, descartamos
tanto los trabajos de teoría política como aquellos en los que no existía una constatación
empírica. Adicionalmente, dejamos de lado las pocas investigaciones de n grande pues allí cada país constituye solamente una observación. Con dichos presupuestos,
y al igual que en investigaciones focalizadas en el estudio de legislaturas ( Alemán, Eduardo. 2013. «Latin American Legislative Politics: A Survey of Peer-Reviewed
Publications in English», Journal of Politics in Latin America, 5 (1): 15-36.Alemán, 2013), cortes de justicia ( Kapiszewski, Diana y Matthew M. Taylor. 2008. «Doing Courts Justice?: Studying Judicial
Politics in Latin America», Perspectives on Politics, 6 (4): 741-767. Disponible en:
Un segundo grupo incluye a Uruguay (4,43 %), Ecuador (3,69 %), Venezuela (2,95 %) y Bolivia (2,46 %). Este hallazgo empírico es llamativo, pues revela un mayor interés por países como Ecuador y Bolivia, que hasta hace pocos años atrás habían sido poco estudiados. Desde luego, el hecho de que sean considerados como unidades de análisis no implica necesariamente la existencia de un mayor número de investigadores ecuatorianos y bolivianos, pero al menos es un indicio respecto al desarrollo que podría adquirir la disciplina en ambos países. La presencia de asociaciones nacionales de ciencia política tanto en Ecuador como en Bolivia constituye otro elemento de juicio que amplía las expectativas ya citadas. Conforme consta en el gráfico 5, el resto de países de la región tienen menos del 2 % de trabajos en los que se los considera como unidades de análisis. Entre ellos, sobresalen Perú y Costa Rica, pues ambos han recibido una mayor atención en mediciones más específicas, como la de Alemán ( Alemán, Eduardo. 2013. «Latin American Legislative Politics: A Survey of Peer-Reviewed Publications in English», Journal of Politics in Latin America, 5 (1): 15-36.2013) respecto al estado de la investigación en legislaturas.
En esta parte observamos algunas dimensiones de análisis relacionadas tanto con los autores de los artículos como con su pertenencia institucional. Para la codificación consideramos algunas variables. En primer lugar, se capturó el sexo del autor del artículo. Posteriormente, consideramos una variable dicotómica que refleja si el manuscrito ha sido escrito por uno o más autores. En cuanto a la pertenencia institucional, observamos el espacio geográfico en el que está la universidad o centro de investigación en el que trabaja el investigador. Por tanto, no se capturó información sobre la nacionalidad de los autores. En los casos en los que hay coautoría y los investigadores pertenecen a instituciones geográficamente distintas elaboramos categorías de análisis específicas, tal cual consta en el gráfico 6.
En cuanto al sexo de la autoría del artículo, la información recopilada revela que
cerca de las dos terceras partes de los trabajos son escritos por hombres (60,26 %),
mientras que apenas el 22,97 % corresponden a mujeres. Esta asimetría se correlaciona
con la deficitaria presencia de politólogas latinoamericanas y, a la vez, da cuenta
de la reproducción en el mundo académico de las históricas desigualdades existentes
en la región. La autoría del restante 16,76 % de artículos corresponde al trabajo
conjunto de hombres y mujeres. Un dato llamativo es que los estudios desde la ciencia
política relacionados con la mujer y su incidencia sobre diferentes arenas de toma
de decisión pública no son el campo temático que mayor interés suscita entre las politólogas
latinoamericanas. Otro dato interesante es que la asimetría entre producción de hombres
y mujeres en Latinoamérica es menor que la reportada por Munck y Snyder ( Munck, Gerardo L. y Richard Snyder. 2007. «Who Publishes in Comparative Politics?
Studying the World from the United States», Comparative Political Studies, 40 (1): 5-31. Disponible en:
El trabajo citado recurre al análisis de tres de las más importantes revistas en habla
inglesa (Comparative Politics, Comparative Political Studies y World Politics). En función de dicho criterio de selección, la asimetría entre la producción de hombres
(74,3 %) y mujeres (18,5 %) es mayor que en América Latina ( Munck, Gerardo L. y Richard Snyder. 2007. «Who Publishes in Comparative Politics?
Studying the World from the United States», Comparative Political Studies, 40 (1): 5-31. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0010414006294815.
Por otro lado, para valorar en qué medida se ha generado una comunidad académica alrededor
de la ciencia política latinoamericana, observamos las coautorías constantes en los
artículos analizados. A diferencia de lo que señalan Pehl ( Pehl, Malte. 2012 «The Study of Politics in Germany: A Bibliometric Analysis of Subfields
and Methods», European Political Science, 11 (1): 57-70. Disponible en:
Hay que considerar que si bien McDermott y Hatemi ( McDermott, Rose y Peter K. Hatemi. 2010. «Emerging Models of Collaboration in Political
Science: Changes, Benefits, and Challenges», PS: Political Science and Politics, 43 (1): 49-58. Disponible en: https://doi.org/10.1017/S1049096510990811.
En cuanto a la ubicación geográfica de las instituciones donde se genera la producción académica, e independientemente de la nacionalidad de los investigadores, más de las tres cuartas partes de los artículos provienen de universidades o centros de estudios ubicados en América Latina (76,08 %). En Europa se produce el 13,18 % de los trabajos analizados y apenas el 3,76 % se ubica en instituciones ubicadas en Estados Unidos. La débil presencia de artículos escritos en Estados Unidos resulta contraintuitiva por al menos dos razones. En primer lugar, porque los politólogos latinoamericanos residentes fuera de la región se asientan prioritariamente en ese país y se podría pensar que al menos parte de su producción se divulgaría en revistas en español o portugués. En segundo lugar, porque los centros de investigación y universidades con departamentos de Ciencia Política interesados en América Latina están en Estados Unidos y ello haría suponer que, en alguna medida, los artículos allí generados se difundirían en revistas de la región estudiada. Además, resulta llamativo el número de artículos provenientes de investigadores residentes en Europa, pues dadas las razones ya mencionadas, era esperable que la cantidad de trabajos generados en dicho continente fuese comparativamente menor que los procedentes de Estados Unidos. El gráfico 6 describe la discusión precedente.
Las distancia entre la producción académica generada en América Latina respecto de Estados Unidos se torna más pronunciada si se agrega que el tipo de lector de las publicaciones en inglés respecto a las de español o portugués es marcadamente diferente. Lo dicho se sustenta en al menos dos razones. Por un lado, y a diferencia de las revistas en español o portugués, la gran mayoría de publicaciones en inglés no son de libre acceso. Este es un hecho clave, pues muchas universidades latinoamericanas carecen de fondos para pagar suscripciones, tanto a revistas como a bases de datos (v. g. JSTOR o SAGE) que permitan a sus estudiantes acceder gratuitamente a la información. Por otro lado, el bajo nivel de lectura en inglés de los latinoamericanos constituye una barrera adicional para acceder al conocimiento escrito en ese idioma.
Sobre este último aspecto, el informe de Napoleón Katsos, socio directivo del Centro
de Investigación de Inglés y Lingüística Aplicada de la Universidad de Cambridge,
evidencia que ninguno de los trece países latinoamericanos incluidos en su estudio
tiene nivel «muy alto» o «alto» de inglés. Los países mejor situados son Argentina
y México, y apenas se ubican en la categoría de nivel «medio». Costa Rica, Guatemala,
El Salvador y Brasil están en nivel «bajo», mientras que Dominicana, Perú, Chile,
Ecuador, Venezuela, Panamá y Colombia son colocados en un nivel de inglés «muy bajo» Se puede acceder a la investigación referida en el link:
Este artículo analiza el estado de la investigación generada por la ciencia política latinoamericana a lo largo del período 2011-2016. A partir de la valoración efectuada, podemos identificar tanto los avances como los desafíos que se presentan a la disciplina a corto y mediano plazo. En primer lugar, la variedad de temáticas abordadas, la recurrencia a diferentes perspectivas teóricas y la cada vez mayor presencia de evidencia empírica que acompaña a los trabajos dan cuenta de avances importantes en la ciencia política de la región. A pesar de que la aparición de la disciplina en América Latina es tardía, el proceso de institucionalización en el plano de la docencia, investigación y generación de comunidad académica es sostenido, aunque puede ser fortalecido desde diferentes áreas.
En el plano de la divulgación, una posibilidad es la creación de revistas generales de ciencia política, por un lado, y especializadas en diferentes subdisciplinas por otro. Salvo la Revista de Ciencia Política y Política y Gobierno, en América Latina no se dispone de más espacios para publicar la investigación sobre la disciplina. Aunque el apoyo de las otras revistas analizadas en este artículo ha sido clave, el hecho de no ser publicaciones especializadas hace que los espacios tengan que ser compartidos con otras disciplinas, lo que genera un problema de incentivos selectivos para unos y otros. En esta misma línea, otro reto que afronta la investigación de la ciencia política latinoamericana tiene que ver con el incremento en la calidad, visibilidad e impacto de la producción científica ( Buquet, Daniel. 2013. Producción e impacto de las ciencias sociales en América Latina. Documento de Trabajo. Buenos Aires: CLACSO.Buquet, 2013). Un camino para resolver, al menos parcialmente, las deficiencias anotadas, está en la cooperación interinstitucional o el apoyo de las asociaciones nacionales de ciencia política, desde donde se podrían dar los primeros pasos para el establecimiento de revistas que cubran los parámetros mínimos para ser agregadas a los índices JCR o Scimago.
En cuanto a los temas estudiados, y sin que esto implique dejar de lado los campos más tradicionales de la ciencia política, este artículo ha constatado poca atención hacia temas clave como la corrupción, el clientelismo, la representación política de mujeres o la relación entre desempeños económicos y resultados políticos. En el campo teórico se ha evidenciado que los enfoques sistémicos junto a los neoinstitucionales y del elector racional comparten las preferencias de los investigadores. No obstante, si la prevalencia del enfoque sistémico tiene relación con la conjetura que hemos planteado, en el sentido de que esta orientación corresponde a la formación académica de los primeros politólogos de la región, es de esperar que los próximos años la ciencia política latinoamericana cuente con una perspectiva más analítica. Consideramos que la mayor presencia de enfoques más analíticos, servirán para ganar en precisión en cuanto a los argumentos y a la observación empírica de variables o procesos. Adicionalmente, los datos aportados en este artículo dan cuenta de la presencia marginal de perspectivas teóricas estructuralistas dentro de la ciencia política de la región.
La metodología es el campo que más trabajo requiere y constituye el mayor desafío
para la ciencia política de América Latina. Una necesidad imperiosa está en fomentar
la investigación comparada y reorientar el estudio de caso con una observación hacia
otros estudios en los que existan más unidades de análisis para poder comparar inclusive
dentro de un mismo país o entidad ( Gerring, John. 2004. «What is a Case Study and What Is Good For?», American Political Science Review, 98 (2): 341-354.Gerring, 2004) No obstante, la ausencia relativa de investigación comparada es un fenómeno trasladable,
al menos hasta fines de la década de los noventa del siglo pasado, a la ciencia política
norteamericana y europea ( Norris, Pipa. 1997. «Toward a More Cosmopolitan Political Science?», European Journal of Political Research, 31: 17-34. Disponible en: https://doi.org/10.1111/ j.1475-6765.1997.tb00761.x.
Al igual que en estudios previos, constatamos que Brasil es la unidad de análisis más estudiada de la región, mientras que es muy poco lo que conocemos de los países centroamericanos. El que las revistas tengan mayores incentivos para publicar artículos de investigación sobre países poco estudiados, pues ello afectaría positivamente a su tasa de citaciones, debería motivar a los investigadores a prestar mayor interés respecto a unidades de análisis menos exploradas de América Latina. Adicionalmente, fomentar la extracción y producción de información y datos desde las instituciones académicas de los países menos estudiados podría facilitar que investigadores locales e internacionales se acercaran más al estudio de dichas unidades de análisis. No obstante, la desatención que se observa hacia varios países de América Latina se podría explicar por los altos costos de transacción que conlleva obtener evidencia empírica.
Finalmente, la deficitaria presencia de artículos publicados por politólogas y aquellos que son resultado de la cooperación entre universidades y centros de investigación dan cuenta de espacios en los que se debe trabajar intensamente en el futuro inmediato. No obstante, la promoción que han recibido durante los últimos años los congresos disciplinarios por países, los grupos de trabajo auspiciados desde diferentes organizaciones y la articulación de ambas actividades alrededor de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política son signos positivos en el sentido de que estas carencias pueden irse superando. Independientemente de lo dicho, la reducción de las asimetrías de diverso orden, el incremento de la confianza interpares y su efecto directo en términos de cooperación son temas estructurales en los que la evidencia empírica que hemos expuesto no es más que el reflejo de un problema social de mayores dimensiones dentro de la región.
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Para una revisión histórica de las trayectorias asumidas por la ciencia política en
América Latina se puede recurrir a Bulcourf et al., ( Bulcourf, Pablo, Enrique Gutiérrez Márquez y Nelson Cardozo. 2014. «El desarrollo
de la ciencia política en Argentina, Brasil y México: construyendo una mirada comparada»,
Anuario Latinoamericano. Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, 1 (1): 155-184.2014) o Barrientos ( Barrientos del Monte, Fernando. 2013. «La Ciencia Política en América Latina. Una
breve introducción histórica», Convergencia: Revista de Ciencias Sociales, 20 (61): 105-133.2013). Análisis por países se encuentran en los volúmenes 35 (1) de 2015 y 25 (1) de 2005
de la Revista de Ciencia Política. Altman ( Altman, David. 2012. «Where is Knowdledge Generated? On the Productivity and Impact
of the Political Science Department in Latin America», European Political Science, 11 (1): 1-17. Disponible en:
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Un ejemplo de este caso es el Anuario Político de América Latina, exitosamente publicado por la Revista de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile. |
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El hecho que los editores de América Latina Hoy, Colombia Internacional y Perfiles Latinoamericanos sean politólogos puede haber incidido en que la orientación de los trabajos allí publicados se haya concentrado en alguna medida en la ciencia política. |
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Una de las obras clásicas de Sartori ( Sartori, Giovanni. 2005. Partidos y sistemas de partidos. Madrid: Alianza Editorial.2005) y que generó gran influencia en los estudios políticos sobre América Latina fue «Partidos y sistemas de partidos». En el caso de Easton ( Easton, David. 1999. Esquema para el análisis político. Buenos Aires: Amorrortu.1999) quizás la obra que capturó mayor atención en esa región fue «Esquema para el análisis político». |
[5] |
En el citado trabajo de Munck y Snyder ( Munck, Gerardo L. y Richard Snyder. 2007. «Who Publishes in Comparative Politics?
Studying the World from the United States», Comparative Political Studies, 40 (1): 5-31. Disponible en:
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[6] |
Boncourt ( Boncourt, Thibaud. 2008. «Is European Political Science Different from European Political
Sciences? A Comparative Study of the European Journal of Political Research, Political
Studies and the The Revue francaise de science politique, 1973-2002», European Political Science 7 (3): 366-381. Disponible en:
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El trabajo citado recurre al análisis de tres de las más importantes revistas en habla
inglesa (Comparative Politics, Comparative Political Studies y World Politics). En función de dicho criterio de selección, la asimetría entre la producción de hombres
(74,3 %) y mujeres (18,5 %) es mayor que en América Latina ( Munck, Gerardo L. y Richard Snyder. 2007. «Who Publishes in Comparative Politics?
Studying the World from the United States», Comparative Political Studies, 40 (1): 5-31. Disponible en:
|
[8] |
Hay que considerar que si bien McDermott y Hatemi ( McDermott, Rose y Peter K. Hatemi. 2010. «Emerging Models of Collaboration in Political
Science: Changes, Benefits, and Challenges», PS: Political Science and Politics, 43 (1): 49-58. Disponible en:
|
[9] |
Se puede acceder a la investigación referida en el link: https://bit.ly/2NxDxbv. |
[10] |
No obstante, la ausencia relativa de investigación comparada es un fenómeno trasladable,
al menos hasta fines de la década de los noventa del siglo pasado, a la ciencia política
norteamericana y europea ( Norris, Pipa. 1997. «Toward a More Cosmopolitan Political Science?», European Journal of Political Research, 31: 17-34. Disponible en:
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Fuente: elaboración propia a partir de datos de Scimago.
[a] |
Coordinador del máster en Política Comparada y profesor titular del Departamento de
Estudios Políticos en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede de Ecuador. Sus áreas de investigación se concentran en las relaciones entre
política y justicia, presidencialismo y estudios legislativos. Algunas de sus investigaciones
recientes han sido publicadas en revistas académicas como Latin American Research Review, Political Research Quarterly, Journal of Latin American
Studies, Justice System Journal, Revista de Ciencia Política y Política y Gobierno.
|
[b] |
Estudiante del máster en Política Comparada en la Facultad Latinoamérica de Ciencias
Sociales (FLACSO), sede de Ecuador. Politólogo de la Universidad del Tolima (Colombia).
Sus líneas de investigación son los estudios legislativos, las relaciones ejecutivo-legislativo
y la historia y desarrollo de la ciencia política en América Latina. Pertenece al
Grupo de Investigación sobre Historia de la Ciencia Política en América Latina (GIHCIPOLAL)
de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP). |