Cómo citar este artículo / Citation: Del Palacio Martín, J. y Rico Motos, C. (2017). Introducción. Revista Española de Ciencia Política, 44, 211-‍217. Doi: https://doi.org/10.21308/recp.44.08

Copyright © 2017:  La Revista Española de Ciencia Política tiene el derecho de primera publicación del trabajo, el cual está simultáneamente sujeto a la licencia de reconocimiento de Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obra derivada 4.0 Internacional, que permite a terceros compartir la obra siempre que se indique su autor y su primera publicación en esta revista. 

SUMARIO

  1. Referencias

Desde la caída del muro de Berlín hasta la llegada de la crisis económica y financiera iniciada en 2008, los partidos de la izquierda en Europa se han visto inmersos en un proceso de constante reformulación de sus programas, objetivos y estrategias. En este sentido, el hundimiento del bloque soviético produjo una fuerte crisis de identidad en los partidos comunistas y socialdemócratas: existencial para los primeros, coyuntural para los segundos. Dicha convulsión sirvió como catalizador de un cambio ideológico que también tuvo su reflejo en el ámbito de las ciencias sociales, dando lugar a trabajos que trataron de capturar l’esprit du temps. Quizás el más conocido, o al menos el más citado (aunque no siempre el más leído), fue el polémico artículo «The End of History?» (Fukuyama, Francis. 2015 [1989]. ¿El fin de la Historia? Y otros ensayos. Madrid: Alianza Editorial.1989), publicado por Francis Fukuyama en la revista conservadora norteamericana The National Interest. El ensayo, que venía a proclamar con fundamentación filosófica el carácter inevitable de la hegemonía liberal, fue considerado «uno de los textos claves de nuestra época» por un referente progresista como The Guardian. Desde una perspectiva netamente socialdemócrata, trabajos como Derecha e izquierda (Bobbio, Norberto. 2014 [1994]. Derecha e izquierda. Madrid: Taurus1994) de Norberto Bobbio, Más allá de la izquierda y la derecha (Giddens, Anthony. 1994. Más allá de la izquierda y la derecha: el futuro de las políticas radicales. Madrid: Cátedra.1994) de Anthony Giddens o Entre la modernidad y el postmaterialismo: la socialdemocracia europea al final del siglo xx (Merkel, Wolfgang. 1994. Entre la modernidad y el postmaterialismo. La socialdemocracia europea. Madrid: Alianza Editorial.1994) de Wolfgang Merkel, respondían a la misma preocupación por entender y sistematizar qué significaba el eje clásico de orientación izquierda-derecha tras la implosión de la URSS.

Lo característico de la transformación programática y estratégica que se produjo en los partidos de izquierda en los años noventa es que cristalizó en una pauta de cambio común: los partidos comunistas se refundaron; nacieron formaciones de nueva izquierda asociadas a valores postmaterialistas, como los verdes, y los partidos socialdemócratas tradicionales se rearmaron con las tesis centristas y liberales de la «Tercera Vía» promocionada por Bill Clinton y Tony Blair. Durante la década de los noventa del pasado siglo y principios del siglo xxi, buena parte de las formaciones socialdemócratas trataron de acomodar sus programas a un proyecto que hacía del mercado y la creación de riqueza aliados para la consecución de la justicia social. Desde la Neue Mitte del SPD de Gerhard Schröeder hasta la «Nueva Vía» de José Luis Rodríguez Zapatero que, según su manifiesto, pretendía recuperar «el mejor liberalismo». Sin olvidar el esfuerzo de Romano Prodi, líder de la coalición electoral de centro-izquierda El Olivo, por difundir las tesis de Giddens al prologar la versión italiana de La Tercera Vía. La renovación de la socialdemocracia, publicado en 2001. Para entender el calado del movimiento por la reforma de la socialdemocracia de los años noventa merece la pena echar mano de las hemerotecas y recuperar el encuentro que, en noviembre de 1999, reunió en el Palazzo Vecchio de Florencia a Tony Blair, Bill Clinton, Lionel Jospin, Massimo D’Alema, Gerhard Schröeder, António Guterres y Henrique Cardoso para proclamar al mundo la buena nueva de la «Tercera Vía».

La crisis del sistema financiero iniciada en 2008 y sus consecuencias económicas y sociales han vuelto a catalizar una intensa transformación ideológica de los partidos de izquierda en Europa. Sin embargo, si en los noventa la socialdemocracia asumió mayoritariamente la hegemonía liberal, la actual crisis ha revitalizado aquellas narrativas que cuestionan la capacidad del liberalismo económico para dar una respuesta a las aspiraciones de justicia social. De hecho, la novedad estriba en que, en esta ocasión, la crisis no se ha traducido en un patrón común de transformación de los programas y estrategias de la izquierda europea. Por citar dos ejemplos antagónicos, mientras que en Francia la elección de Emmanuel Macron como presidente de la República tras su paso por el Partido Socialista Francés ejemplifica la victoria de un tipo de socialdemocracia de corte centrista y liberal, la reelección de Jeremy Corbyn como líder laborista en el Reino Unido acredita el éxito de una identidad política que hace de la negación del programa de la Tercera Vía su razón de ser.

En este monográfico se presentan tres artículos que contribuyen a analizar la dinámica de cambio y transformación que la crisis ha producido en los partidos de la izquierda en España e Italia. Al acercarnos a la izquierda mediterránea seguimos a Bosco y Verney (Bosco, Anna y Susannah Verney. 2012. «Electoral epidemic: The political cost of economic crisis in Southern Europe, 2010–11», South European Society and Politics, 17 (2): 129-‍154. Disponible en: https://doi.org/10.1080/13608746.2012.747272.2012) para señalar que el punto de inflexión que determina un nuevo equilibrio de fuerzas se encuentra en la segunda mitad del año 2011. Ese periodo supone un antes y un después para los sistemas de partidos del sur de Europa, pues tanto Portugal, como España, Italia y Grecia sufrieron cambios de Gobierno forzados por la crisis de la deuda soberana en la eurozona. En concreto, noviembre de 2011 marcó un momento excepcional: Papandreu, Rodríguez Zapatero y Berlusconi dejaron el poder en un lapso de dieciocho días. La caída en cadena de los cuatro Gobiernos del sur de Europa –el portugués José Sócrates dimitió en marzo de 2011– generó un descrédito generalizado de los partidos tradicionales y puso su autonomía frente a la troika en entredicho (Bosco y Verney, Bosco, Anna y Susannah Verney. 2012. «Electoral epidemic: The political cost of economic crisis in Southern Europe, 2010–11», South European Society and Politics, 17 (2): 129-‍154. Disponible en: https://doi.org/10.1080/13608746.2012.747272.2012). Este contexto explica el nacimiento (o reformulación) de izquierdas alternativas como el Bloco de Esquerda, Syriza o Podemos, que aprovecharon el declive de las fuerzas socialdemócratas para ensanchar su base electoral a través de un discurso de izquierda radical y/o populista. Junto a ello, en un contexto de crisis de la representación y auge de nuevas formas de participación y comunicación política, tanto el relato como las estrategias organizativas de estas formaciones han tenido un impacto nada desdeñable en los partidos socialdemócratas.

Tal y como han señalado Olsen, Kob y Hough en su libro Left Parties in National Governments (Olsen, Jonathan, M. Kob y Dan Hough (eds.). 2010. Left Parties in National Governments, New York: Palgrave McMillan.2010), la posibilidad de éxito electoral de los partidos de izquierda radical y/o populista viene determinada en buena medida por la ausencia de un partido socialdemócrata fuerte que pueda capitalizar el voto de la izquierda en un sentido amplio. Los casos de España e Italia que se traen a colación en este monográfico avalarían esta tesis. En España la debacle electoral del PSOE en 2011, tras gobernar desde 2004, dejó un amplio espacio para el crecimiento de Podemos pocos años después. Y el éxito de esta nueva formación no solo se ha visto reflejado en las urnas, sino que su discurso ha terminado influyendo en el comportamiento ideológico y organizativo de los socialistas, como su 39º Congreso Federal –precedido por el regreso de Pedro Sánchez a la Secretaría General– ha puesto de manifiesto (Rodríguez Teruel, Juan. 2017. «¿Qué significará el 39º Congreso Federal para el PSOE? Concentración de poder y plurinacionalidad», Agenda Pública, 19. Disponible en: http://agendapublica.elperiodico.com/significara-39o-congreso-federal-psoe-concentracion-poder-plurinacionalidad/Rodríguez Teruel, 2017). En Italia, por el contrario, el Partito Democratico (PD) resultó vencedor de las elecciones de 2013, si bien con una mayoría simple, a pesar de haber sido el principal apoyo del Gobierno tecnocrático de Mario Monti y sus políticas de ajuste. Tanto con Bersani, primero, como con Renzi, después, el PD sigue siendo el partido hegemónico en la izquierda. Eso ha permitido a Matteo Renzi, en parte, tratar de ampliar el consenso hacia el centro con una agenda reformista de naturaleza liberal sin otra oposición a sinistra que la de algunas corrientes de su partido que, con el tiempo, han cristalizado en escisión.

En el caso español, los artículos del número centran su atención en los nuevos equilibrios dentro de la izquierda, especialmente en lo que atañe a la relación existente entre la socialdemocracia clásica representada por el PSOE y una izquierda de corte postmaterialista articulada en torno a Podemos. En este sentido, el artículo de Javier Franzé, que abre esta sección monográfica, analiza la evolución del discurso de la nueva formación política desde sus inicios en enero de 2014 hasta la investidura de Rajoy en octubre de 2016. El enfoque de este autor aborda la política como una «lucha por el sentido», esto es, una competición entre los distintos actores para imponer sus respectivos marcos de comprensión de los hechos sociales. Así, este trabajo muestra con detenimiento los cambios en la estrategia comunicativa de Podemos, íntimamente conectada con las tesis de autores postmarxistas como Gramsci, Laclau o Mouffe, los cuales ejercen una notable influencia intelectual en los líderes de esta formación.

Partiendo de este marco analítico, Franzé sostiene que la definición ideológica o el propio programa de la formación morada resultan elementos contingentes al servicio de un discurso contrahegemónico que busca resignificar conceptos asentados en el imaginario político español, como el consenso de la Transición –presentado como «Régimen del 78»– o introducir estratégicamente términos como «casta», «patria» o «pueblo». En este sentido, la exitosa irrupción de Podemos en mayo de 2014 se debería en buena medida a su capacidad inicial para imponer, gracias a su potente presencia mediática, nuevos marcos interpretativos en un contexto de profunda crisis económica e institucional que minaba los pilares del bipartidismo.

Franzé concluye que la impugnación del orden establecido que caracterizó la primera etapa de Podemos dejó paso, a partir de enero 2015, a un discurso de regeneración más atemperado que reconoce la legitimidad del marco institucional heredado de la Transición y en el que es posible establecer compromisos con actores políticos como el PSOE o IU. Desde esta perspectiva, este autor argumenta que la dicotomía «arriba-abajo» característica del populismo puede ser planteada tanto en términos antagonistas como agonistas, esto es, presentando al «otro» como un enemigo con el que la convivencia es imposible o, por el contrario, como un adversario con el que caben ciertos consensos en torno a un terreno democrático compartido. El cambio de discurso de la formación morada evidenciaría su dominio del juego comunicativo al servicio del tacticismo electoral, pero abre también incertidumbres ante una nueva etapa marcada por el fin del ciclo electoral 2014-‍2016 y la coyuntura de excepcionalidad política. Las contradicciones que la presencia institucional de Podemos genera en su discurso populista ha abierto una brecha interna en torno a cuál deba ser la estrategia de la formación en lo sucesivo.

La evolución del discurso de Podemos se produce en paralelo a las dificultades del PSOE para mantener su tradicional posición de aglutinador del centro-izquierda español. Aquí, el artículo de Santiago Delgado analiza la profunda crisis de este partido desde 2008, e intenta arrojar luz sobre las causas que pueden explicar su declive electoral. Así, nuestro autor separa los factores explicativos en dos grandes grupos: exógenos y endógenos. Dentro de los primeros se ubicarían la crisis económica y la irrupción de Podemos y Ciudadanos, situados respectivamente a la izquierda y la derecha del PSOE y beneficiarios de una parte sus votantes desafectos. Entre los factores de tipo endógeno, Delgado estudia el impacto de la desorientación ideológico-programática y los liderazgos fallidos en la pérdida de credibilidad de los socialistas.

En lo que respecta a la dimensión ideológica, ni los congresos federales ni las conferencias políticas celebradas desde el giro de Rodríguez Zapatero en mayo de 2010 en pro de las políticas de austeridad habrían supuesto un rearme ideológico capaz de sacar al partido de los lugares comunes de la socialdemocracia clásica. Junto a ello, Delgado sostiene que la falta de consolidación de los sucesivos liderazgos socialistas tras la marcha de Felipe González puede aportar claves complementarias para entender los problemas del partido. En especial, los cambios en su estructura orgánica para satisfacer las demandas de mayor horizontalidad y participación tras el 15M llevaron a la elección en 2014 de Pedro Sánchez como secretario general mediante primarias abiertas a la militancia. Esta nueva forma de elección del líder del PSOE terminó generando tiempo después un choque de legitimidades entre las bases y «el aparato» con efectos profundos en la cultura política de esta formación. Todas estas variables explicativas son analizadas en el trabajo de Delgado para determinar su respectivo impacto en el declive socialista.

En el caso italiano, el artículo de Gianfranco Pasquino y Marco Valbruzzi pone el acento sobre la falta de un modelo de partido definido como principal debilidad del PD. El artículo pone sobre la mesa la corta y particular historia del PD, señalando su origen en la «fusión fría» –es decir, sin demasiado entusiasmo– de los grupos excomunistas y exdemocristianos que a lo largo de la Segunda República habían dado vida a distintas coaliciones como estrategia de adaptación a la lógica de la competición bipolar –que no bipartidista– que ha presidido la política italiana desde la refundación del sistema de partidos tras la crisis de los años noventa. La tesis que sostienen los autores es que la falta de un modelo definido ha llevado a que en el PD convivan dos modelos de partido que, además, apuntan a dos fuentes de legitimidad distintas. El primero, representado por las secretarías de Walter Veltroni (2007-‍2009) y Matteo Renzi (2013-‍2017), es un modelo de partido de inspiración norteamericana, diseñado para ganar elecciones y orientado a los votantes. El segundo, inspirado en la secretaría de Bersani (2009-‍2013), defiende un modelo de partido orientado a los militantes. El primero, reforzado por el método de elección directa del secretario del partido en elecciones abiertas a simpatizantes, tiene una clara vocación mayoritaria y busca ir más allá del electorado natural del centro-izquierda. El segundo, por el contrario, se muestra atento a los intereses de los grupos a los que representa –por ejemplo, los sindicatos– y busca armonizar sus intereses con los objetivos del partido.

También en referencia al caso italiano, hemos decidido no tratar en esta sección monográfica el caso del Movimiento 5 Estrellas (M5S). Sobre todo, porque el partido fundado por Beppe Grillo no puede identificarse claramente con una formación de izquierda, a pesar de que le corresponde, como al Bloco de Esquerda, Podemos y Syriza, haber capitalizado el voto de protesta contra los partidos tradicionales durante la crisis económica en el sur de Europa. En principio, el M5S encaja mejor con el modelo de partido populista que rechaza el eje izquierda-derecha como criterio de orientación política. Al punto que, según el profesor Marco Tarchi, encarna el «populismo allo stato puro» (Tarchi, Marco. 2015. Italia populista. Dal Qualunquismo a Beppe Grillo, Bologna: Il Mulino.Tarchi, 2015). Ciertamente, el M5S incorpora demandas que –como la defensa de la democracia directa y de la filosofía decrecionista (Bordignon, Fabio y Luigi Ceccarini. 2015. «The Five-Star Movement: A hybrid actor in the net of state institutions», Journal of Modern Italian Studies, 20 (4): 454-‍473. Disponible en: https://doi.org/10.1080/1354571X.2015.1066112.Bordignon y Ceccarini, 2015)– podrían formar parte de los programas de partidos de izquierda radical post comunista. Además, el propio Grillo trató de presentarse, sin éxito, a las primarias del PD (Biorcio, Roberto. 2015. Il populismo nella politica italiana. Da Bossi a Berlusconi, da Grillo a Renzi. Milano: Mimesis.Biorcio, 2015). Sin embargo, en la medida en que su protesta contra el sistema incluye a partidos, sindicatos o la inmigración ilegal puede afirmarse que el M5S ha mantenido una puerta abierta a los votantes de la derecha. De hecho, tanto el actual como el potencial electorado de esta fuerza política se distribuye de manera bastante homogénea entre la izquierda (36’3 %), el centro (27’3 %) y la derecha (20’8 %) (Emanuele, Vincenzo y Nicola Maggini. 2015. «Il Partito della Nazione? Esiste e si chiama Movimento 5 Stelle». Firenze: Centro Italiano Studi Elettorali. Disponible en: http://cise.luiss.it/cise/2015/12/07/il-partito-della-nazione-esiste-e-si-chiama-movimento-5-stelle/.Emanuele y Maggini, 2015). En todo caso, lo dicho es compatible con señalar que el consenso antipolítico que el M5S ha ampliado en Italia sí ha determinado la retórica, la estrategia y el estilo de liderazgo de Matteo Renzi. al punto de que su estilo ha sido considerado un «populismo institucional» por algunos analistas (Tarchi, Marco. 2015. Italia populista. Dal Qualunquismo a Beppe Grillo, Bologna: Il Mulino.Tarchi, 2015).

Como coordinadores de la sección monográfica nos satisface que la Revista Española de Ciencia Política haya considerado oportuno dedicar su atención a este tema. Por ello queremos agradecer al Consejo de Redacción su esfuerzo para que nuestro proyecto haya visto finalmente la luz. Sin su ayuda, paciencia y consejo no habría sido posible. Somos conscientes de que las investigaciones aquí presentadas no agotan en modo alguno la conversación académica sobre las transformaciones de la izquierda mediterránea tras años de convulsión económica, política y social. Nos damos por satisfechos si esta aportación sirve para estimular un debate que pueda ser enriquecido por futuras contribuciones desde las páginas de la RECP.

Referencias[Subir]

[1] 

Biorcio, Roberto. 2015. Il populismo nella politica italiana. Da Bossi a Berlusconi, da Grillo a Renzi. Milano: Mimesis.

[2] 

Bobbio, Norberto. 2014 [1994]. Derecha e izquierda. Madrid: Taurus

[3] 

Bordignon, Fabio y Luigi Ceccarini. 2015. «The Five-Star Movement: A hybrid actor in the net of state institutions», Journal of Modern Italian Studies, 20 (4): 454-‍473. Disponible en: https://doi.org/10.1080/1354571X.2015.1066112.

[4] 

Bosco, Anna y Susannah Verney. 2012. «Electoral epidemic: The political cost of economic crisis in Southern Europe, 2010–11», South European Society and Politics, 17 (2): 129-‍154. Disponible en: https://doi.org/10.1080/13608746.2012.747272.

[5] 

Emanuele, Vincenzo y Nicola Maggini. 2015. «Il Partito della Nazione? Esiste e si chiama Movimento 5 Stelle». Firenze: Centro Italiano Studi Elettorali. Disponible en: http://cise.luiss.it/cise/2015/12/07/il-partito-della-nazione-esiste-e-si-chiama-movimento-5-stelle/.

[6] 

Fukuyama, Francis. 2015 [1989]. ¿El fin de la Historia? Y otros ensayos. Madrid: Alianza Editorial.

[7] 

Giddens, Anthony. 1994. Más allá de la izquierda y la derecha: el futuro de las políticas radicales. Madrid: Cátedra.

[8] 

Merkel, Wolfgang. 1994. Entre la modernidad y el postmaterialismo. La socialdemocracia europea. Madrid: Alianza Editorial.

[9] 

Olsen, Jonathan, M. Kob y Dan Hough (eds.). 2010. Left Parties in National Governments, New York: Palgrave McMillan.

[10] 

Rodríguez Teruel, Juan. 2017. «¿Qué significará el 39º Congreso Federal para el PSOE? Concentración de poder y plurinacionalidad», Agenda Pública, 19. Disponible en: http://agendapublica.elperiodico.com/significara-39o-congreso-federal-psoe-concentracion-poder-plurinacionalidad/

[11] 

Tarchi, Marco. 2015. Italia populista. Dal Qualunquismo a Beppe Grillo, Bologna: Il Mulino.

Biografía[Subir]

[a]

Jorge del Palacio Martín es licenciado en Filosofía por la Universidad de Deusto y doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido becario FPI y visiting fellow en la European University Institute (Florencia). Actualmente es profesor asociado en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III de Madrid donde imparte los cursos «Teoría política e Ideologías I» y «Teoría política e Ideologías II». Entre sus últimos trabajos cabe mencionar la edición de la colección de trabajos de Michael Oakeshott Ser conservador y otros ensayos escépticos (2018) y la dirección del libro colectivo Geografía del populismo. Un viaje por el universo del populismo desde sus orígenes hasta Trump (2017).

[b]

Carlos Rico Motos es doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Ha sido profesor de Ciencia Política en la Saint Louis University (campus de Madrid) y en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Actualmente desarrolla su docencia en la Universidad Pontificia Comillas (ICAI-ICADE), donde imparte las asignaturas «Sistemas Políticos Comparados» y «Teoría Política Contemporánea». Entre sus publicaciones más recientes cabe destacar su libro Deliberación parlamentaria y democracia representativa (2016) y su contribución «The changing nature of the Spanish left: an uncertain balance», en la obra The Left and the Crisis (2018).