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SUMARIO

  1. Referencias

The Left Divided es un libro principalmente histórico, pero de rabiosa actualidad. Su publicación llega en un momento en el que la izquierda española está dividida entre una opción reformista, el PSOE, y una opción más radical, Podemos. De esto último, de la fragmentación de la izquierda, es de lo que trata el libro. Conocedora de la actualidad política española, la autora de The Left Divided, Sara Watson, no ha querido pasar sin decir unas palabras sobre el tema, y en las páginas finales habla de la aparición de Podemos y de las posibles estrategias de las que dispondría el PSOE de aquí en adelante en el marco de la competición política.

Lo que no se podría imaginar la autora es que el PSOE está realmente dividido entre las dos estrategias que ella propone: acercarse a Podemos y atraer al votante de izquierda o excluir a Podemos y pelear por el centro político. Para saber hacia dónde girará finalmente el Partido Socialista tendremos que esperar a que pase el tiempo, pero de lo que no cabe duda es que los científicos sociales que analicen este fenómeno en un futuro tendrán que utilizar este libro como referencia.

The Left Divided nos da las claves para entender la evolución de la izquierda en España y Portugal desde las transiciones postautoritarias de ambos países desde finales de los años setenta del pasado siglo hasta los primeros años del presente siglo. Aunque la autora hace referencia en algunas ocasiones a la reciente gran recesión, el libro es sobre todo un análisis histórico. El argumento, planteado por Sara Watson en la introducción del libro, es que la división de la izquierda ha dado lugar a la existencia de diferentes estrategias electorales y partidistas en los dos países que, a su vez, han tenido un impacto distinto en el diseño e implementación de las políticas sociales. De esta forma, las diferentes formas de división de la izquierda presentadas como variable independiente, sirven a la autora para explicar por qué en Portugal se ha desarrollado un estado de bienestar liberal mientras que en España se ha creado un estado de bienestar protector.

En el plano teórico, el objetivo es argumentar que las explicaciones existentes en la literatura no son adecuadas para entender la existencia de estados de bienestar dispares. Para ello, la autora realiza un buen resumen de las hipótesis rivales que han intentado explicar el desarrollo de diferentes modelos de bienestar en base a argumentos económicos, sociológicos o culturales. De entre ellas, el libro presta especial atención a la teoría de recursos de poder, que explica el desarrollo de modelos de bienestar protectores debido a la existencia de una izquierda fuerte. Esta explicación es insuficiente para Watson, pues en su opinión la izquierda no defiende las políticas de protección social de forma homogénea. Al contrario, son las divisiones en la izquierda las que determinan las estrategias de los partidos políticos en una dirección u otra, es decir, en defensa de políticas que expandan o no la protección social.

El libro está organizado en nueve capítulos. En el primero de ellos se describen los modelos de estado de bienestar desarrollados en Portugal como liberal y en España como protector, sobre la base del análisis de dos tipos de políticas concretos. Por un lado, las políticas de mercado de trabajo y de protección de salarios, con especial atención a los sistemas de la negociación colectiva y, por otro lado, las políticas de protección de empleo y desempleo. Según Watson, en España se habrían desarrollado una serie de instituciones que protegen a los trabajadores en mayor medida que en Portugal.

Este es quizás el punto más controvertido del libro, ya que tradicionalmente la literatura ha clasificado los sistemas de bienestar de los dos países de la península ibérica dentro de la misma categoría. Por una parte, durante mucho tiempo los científicos sociales han encontrado dificultades para situar los modelos de bienestar del Sur de Europa en las categorías creadas por Esping-Andersen, Gosta. 1990. Three Worlds of Capitalism. Cambridge: Polity Press.Esping-Andersen (1990): liberal, conservadora o socialdemócrata. Ferrera, Maurizio. 1996. «The ‘Southern model’ of welfare in social Europe», Journal of European social policy, (6): 17-37.Maurizio Ferrera (1996) consiguió superar esa dificultad argumentando que tanto España como Portugal pertenecen a una nueva categoría en la que están incluidos todos los sistemas de bienestar del Sur de Europa. Sin embargo, y aunque Watson admite que a partir de finales de los noventa del pasado siglo los sistemas de protección portugués y español empezaron a converger hacia un modelo más parecido, su explicación no se basa en factores institucionales o de clientelismo político a la Ferrera, sino en las estrategias partidistas derivadas de los diferentes tipos de división existentes en la izquierda. Por otra parte, la capacidad de Watson para persuadir al lector de que existe un tipo de bienestar liberal portugués y otro protector español estriba en que no analiza el estado de bienestar en su conjunto sino que elige, conscientemente, una serie de políticas públicas concretas.

En el segundo capítulo, Sara Watson presenta su modelo teórico. Aquí argumenta que cuando la izquierda está dividida entre reformistas y radicales en el ámbito electoral, en el sindical o en ambos, esto puede dar lugar a que la izquierda reformista no persiga los objetivos tradicionalmente considerados de izquierdas, como la protección social. La construcción del estado de bienestar depende de cómo estén situados los partidos en el sistema político y de la posición de los sindicatos dentro del mercado laboral. Así, dependiendo del tipo de división en la izquierda, los partidos desarrollan diferentes estrategias.

La primera división sería el «impasse en la izquierda» (intraleft stalemate) y se da cuando la izquierda radical tiene un apoyo electoral importante, además de lazos fuertes con los sindicatos. En esta situación emerge una estrategia de exclusión de la izquierda radical por parte del resto de los partidos políticos (exclusionary strategy). La siguiente modalidad de izquierda es el socialismo electoral (electoral socialism), que se caracteriza por la existencia de una izquierda radical débil y una izquierda moderada (socialdemócrata) que domina el espacio electoral, pero no tiene mucha influencia sobre los sindicatos. En este escenario de socialismo electoral pueden darse diferentes estrategias partidistas dependiendo del «dilema dual» (dual dilemma) en el que se ven atrapados los partidos, tanto en el plano económico respecto de los sindicatos, como en el plano electoral en relación con los votantes. Si hay un partido de centro-derecha en el poder, esto puede resultar, en contra de lo esperado, en una extensión de la protección social, ya que dicho partido intentará ganarse los votos del partido de izquierda moderada. Por otra parte, si el partido socialdemócrata está en el poder, éste también implementará políticas de expansión de bienestar. Sin embargo, su estrategia dependerá de su relación con los sindicatos. En concreto, si los socialdemócratas tienen lazos con las organizaciones sindicales harán todo lo posible para reforzar su posición en el mercado laboral. Por el contrario, en presencia de un sindicato radical fuerte de tendencia comunista, los socialdemócratas podrían aplicar políticas para debilitarlo.

Por último, el tercer tipo de izquierda identificado por la autora es el «radicalismo de izquierdas electoral» (electoral left radicalism). En este caso, existiría una izquierda radical sin vínculos con los sindicatos, pero con una presencia importante en las elecciones (como el caso de Podemos en la actualidad). El partido socialdemócrata podría optar por ignorarla, por aliarse con ella o por cooptarla con propuestas socioeconómicas afines.

Los cuatro capítulos siguientes ponen a prueba el modelo teórico y sus hipótesis. Los capítulos tercero y cuarto están dedicados a analizar las dinámicas políticas de las transiciones postautoritarias y su efecto en la distribución del poder en la izquierda. Por un lado, la autora identifica en Portugal el desarrollo de un «impasse en la izquierda». Durante las décadas de los setenta y los ochenta del pasado siglo, la fortaleza y radicalidad tanto del Partido Comunista portugués (PCP) como de su organización sindical hermana, la Intersindical, hizo que su rivales de izquierda moderada, el Partido Socialista Portugués (PSP), y de centro, el Partido Social Demócrata (PSD), adoptaran una estrategia de exclusión del PCP y se escoraran hacia la derecha para ganar el centro político. Esto dio lugar a la creación de un tipo de regulación del mercado de trabajo laxa, sin reglas claras de representatividad, con el objetivo de debilitar al sindicato comunista y permitir la emergencia de sindicatos más moderados. La intención de debilitar a la Intersindical era tan clara que el PSP acabó creando un sindicato alternativo, la Unión General de Trabajadores.

Por el contrario, en España emergió un tipo de «socialismo electoral». En los años en los que la UCD estuvo en el poder, la autora explica la estrategia de la «pinza», a través de la cual el partido de centro-derecha ayudó al Partido Comunista (que era débil electoralmente y moderado en sus demandas) y a su sindicato hermano, CC. OO., para debilitar al PSOE, su único rival real en las elecciones. Esa ayuda vino en forma de expansión de políticas sociales y de reconocimiento de derechos políticos tanto del partido como del sindicato. Paradójicamente, la izquierda española, aunque más débil que la portuguesa tanto electoral como sindicalmente, obtuvo una regulación laboral más protectora y reglas de representatividad que acabaron fortaleciendo a CC. OO. (y más tarde también a la UGT española) en el plano institucional.

Los capítulos quinto y sexto explican el impacto de las dinámicas de división de la izquierda en el desarrollo de los sistemas de protección de empleo y desempleo en ambos países. En Portugal, el «impasse de la izquierda» está relacionado con la aparición de un modelo de protección social liberal. La búsqueda del centro político por parte del PSP y del PSD y la exclusión de los comunistas trajeron consigo la creación de sistemas de desempleo y de protección de empleo que dejaban a amplias capas de trabajadores desprotegidos. Por el contrario, en España, con el «socialismo electoral» se desarrollaron una serie de instituciones más protectoras. Así, por ejemplo, mientras que la capacidad de despido era mayor en Portugal que en España, las prestaciones por desempleo eran más generosas en éste último. Por otra parte, la convergencia de los sistemas de protección portugués y español a partir de los primeros años del siglo veintiuno, se debe, según Watson, a un cambio en Portugal del «impasse de la izquierda» a un tipo de «socialismo electoral» que utilizó la expansión de los derechos sociales para desmovilizar (demobilizing protection) al movimiento obrero.

Tal y como la misma autora reconoce, su argumento pierde capacidad explicativa en los últimos años analizados del caso español. La aparición de otros actores importantes como la Unión Europea o la CEOE complican el modelo teórico de Watson. En este sentido, la autora podría haberse apoyado más en la literatura de pactos sociales (Avdagic, Sabina, Martin Rhodes y Jelle Visser (eds.). 2011. Social Pacts in Europe: Emergence, Evolution and Institutionalization. Oxford, New York: Oxford University Press.Advagic, Rhodes and Visser, 2011) o de concertación social en el Sur de Europa (Molina, Oscar y Martin Rhodes. 2002. «Corporatism: the past, present and future of a concept», Annual Review of Political Science, 5 (1): 305-31.Molina and Rhodes, 2002).

Llama la atención que el libro hable de intercambio político sin apenas hacer referencia a dicha literatura, que serviría para explicar las negociaciones entre partidos políticos, sindicatos y empresarios. Aun así, la capacidad explicativa de sus mecanismos vuelve a quedar demostrada en el capítulo séptimo, que se centra en la cuestión agraria. Aquí, Watson muestra cómo las dinámicas de la división de la izquierda dieron lugar a la creación de un sistema liberal en Portugal, con ayudas sociales limitadas, mientras que en España se implementaron los subsidios agrícolas para compensar los salarios de los agricultores.

La capacidad explicativa de los mecanismos causales se ve reafirmada en el capítulo octavo, donde la autora testa su variable independiente con un análisis cuantitativo y ofrece una serie de estudios de caso de otros países. Este análisis le sirve para confirmar la idea de que la fuerza o debilidad de la izquierda radical tiene consecuencias en las estrategias que adoptan el resto de partidos respecto a las políticas públicas. Este es el argumento central de la obra, como queda explicitado en el capítulo noveno de conclusión, donde de una forma general Sara Watson habla de la capacidad explicativa de la competición partidista respecto a los diferentes modelos de estado de bienestar.

En definitiva, a pesar de la complejidad del argumento y de la riqueza empírica del texto, The Left Divided está escrito con un grado exquisito de parsimonia. Y aunque los mecanismos causales diseñados por Watson parecen ser más persuasivos en su primera parte, la que se refiere a los diferentes tipos de izquierda y sus estrategias, que en la segunda, la que conecta con los modelos de bienestar, esto no le resta capacidad de convicción a la explicación global. De ahí que, a partir de ahora, todas las investigaciones sobre los cambios en el estado de bienestar deberán estar muy atentas a las divisiones entre los partidos de izquierda.

Referencias [Subir]

[1] 

Avdagic, Sabina, Martin Rhodes y Jelle Visser (eds.). 2011. Social Pacts in Europe: Emergence, Evolution and Institutionalization. Oxford, New York: Oxford University Press.

[2] 

Esping-Andersen, Gosta. 1990. Three Worlds of Capitalism. Cambridge: Polity Press.

[3] 

Ferrera, Maurizio. 1996. «The ‘Southern model’ of welfare in social Europe», Journal of European social policy, (6): 17-37.

[4] 

Molina, Oscar y Martin Rhodes. 2002. «Corporatism: the past, present and future of a concept», Annual Review of Political Science, 5 (1): 305-31.