Pensar las crisis políticas en la España contemporánea
Antonio Robles Egea y Manuel Menéndez Alzamora (Directores). Madrid: Tecnos, 2024, 545 pp.
Hace unos meses la Editorial Tecnos publicó en su colección Biblioteca de Historia y Pensamiento Político la obra titulada Pensar las crisis políticas en la España Contemporánea, dirigida y coordinada por Antonio Robles Egea y Manuel Menéndez Alzamora. Es una obra coral en el que participan dieciséis autores/as, incluyendo a los dos directores, que analizan las causas, desarrollo y consecuencias de las crisis políticas más relevantes que ha conocido la historia contemporánea de España. Los capítulos abordan las crisis a través del estudio de varias modalidades de pensamiento. En primer lugar, desde las ideas de los intelectuales y políticos que vivieron las crisis como Blanco White, Ramón de la Sagra, Donoso Cortés, Emilio Castelar y Pi y Margall, la generación del 98 (Ganivet, Unamuno, Azorín, Maeztu), Rafael Altamira, Ortega y Gasset, Adolfo Posada, Fernando de los Ríos, Marcelino Domingo y Villar Mir. En segundo lugar mediante la visión ideológica que expresaron el republicanismo, regeneracionismo, totalitarismo y el franquismo. Tercero, con la ayuda proporcionada por la existencia de tendencias políticas, como el inmovilismo, aperturismo y rupturismo durante la última transición democrática; de partidos políticos, como Podemos y su idea de nación en el contexto de la crisis de 2017 en Cataluña; y de fenómenos como el terrorismo en momentos específicos. Sin duda, representa una contribución significativa al conocimiento de las crisis políticas, muy estudiadas en lo relativo a su persistente realidad, numerosa diversidad y compleja fenomenología, pero escasamente tratadas desde una perspectiva teórica y conceptual, es decir, como realidades significativas en el mundo mental de los individuos, sobre todo de aquellos que han reflexionado o reflexionan sobre la política.
Este libro es una aportación científica que se podría considerar como idiosincrática de la factoría AECPA. Procede de las contribuciones, en forma de ponencia, que los autores presentaron en el Grupo de Trabajo “Pensar las crisis políticas en la España de los siglos XIX y XX” del XV Congreso de la AECPA (7-9 de julio de 2021) celebrado virtualmente debido las restricciones derivadas de la pandemia. Y en el Grupo de Trabajo “Las crisis políticas: Teorías, historia y pensamiento” del XVI Congreso de la AECPA que tuvo lugar en Girona (7-9 de septiembre de 2022). En ellos nació la idea de esta publicación que aportaría una visión panorámica y plural de diferentes autores y formas de pensar las crisis en la historia española contemporánea, La originalidad de los trabajos expuestos fue concluyente para editarlos tras las necesarias revisiones y adaptaciones a las características de un capítulo de libro.
Cuando un lector se aproxima a una obra que tiene este origen, lo hace con cierta preocupación, ya que, con los actuales criterios de acreditación universitaria, hay un gran número de empresas y editoriales dispuestas a realizar congresos en línea que den lugar a obras colectivas sin coherencia alguna. Sin embargo, este no es el caso. Pensar las crisis políticas en la España contemporánea es una obra ambiciosa y rigurosa, que no solo traza una historia de las ideas, sino que también recorre la propia historia de las crisis que han marcado España en los últimos tres siglos.
Estamos ante una obra que hace al lector recuperar la esperanza en las formas clásicas de investigación colectiva. Demuestra que los congresos, bien llevados y con buenas intenciones, pueden ser un espacio de debate y reflexión colectiva que produzca grandes investigaciones y enriquezca a sus participantes. El libro es, por tanto, una obra sistemática y coherente, en la que se narra la historia reciente de España a través de sus crisis y sus pensadores. Es una cartografía del pensamiento político español contemporáneo, pero a la vez de su historia, puesto que el ejercicio contextualizador de los autores consigue que el lector se sitúe perfectamente en el momento histórico en el que se elabora cada una de las ideas narradas.
La crisis ha sido un tema ampliamente tratado por la Ciencia Política, tanto a nivel global como nacional. La crisis de los regímenes políticos es un tema recurrente (Alcántara, 1994; Linz, 2021), así como la crisis de la democracia, sobre la cual se han publicado numerosos estudios en el último decenio (Forti, 2024; Levitsky y Ziblatt, 2018). Sobre la crisis en España también se han escrito innumerables obras, sobre todo a raíz de la crisis económica de 2011 (Politikon, 2014), que parece haber sumido al país en una sensación de crisis permanente. Ante este contexto de sobreproducción académica y mediática en torno a la crisis, uno podría preguntarse por qué es relevante esta obra. Pues bien, existen numerosas razones que justifican la importancia de este texto, y a continuación procederemos a señalarlas.
En primer lugar, en demasiadas ocasiones se habla de crisis sin definir claramente a qué nos referimos. Para solventar dicha carencia, los profesores Robles y Menéndez introducen su obra con una delimitación conceptual del término crisis. Analizan la idea de crisis en distintas disciplinas y autores, desde las ciencias sociales hasta la filosofía, pasando por la historia, para, finalmente, centrarse en la idea de crisis en dos ámbitos concretos: la historia de las ideas políticas y las crisis en España. Cuando llegan al caso del país ibérico, dan respuesta a la sensación permanente de crisis, señalando que “esa sensación aguda y generalizada de crisis es una constante en la historia española desde los diagnósticos arbitristas de comienzos del siglo XVII” (2024: 30). Por ello, al estudiar las ideas sobre la crisis en España, los investigadores narran gran parte de la historia del país. Esta es la magia de esta obra colectiva: atravesar las crisis es atravesar la historia.
Tras esta introducción conceptual, el libro se estructura en tres grandes secciones: El torbellino de la irrupción del liberalismo, El interregno de entresiglos y entreguerras, y Franquismo y democracia. La estructura de la obra es, quizás, uno de sus elementos más endebles. Cada sección incorpora entre cuatro y seis capítulos en los que se analizan diferentes pensadores. Sin embargo, en la segunda sección, la mitad de los capítulos —tres— tratan la crisis de la Restauración. Es comprensible que este tema sea recurrente, ya que en esta época se enmarcan los autores regeneracionistas, quienes han sido grandes crisólogos. No obstante, períodos mucho más extensos, como los acontecimientos narrados en la tercera sección, que abarcan más de noventa años de historia, son despachados con menos capítulos; además, algunas crisis son omitidas, como la de la II República española. Esto, obviamente, se debe a la forma de trabajo de un congreso, que si bien permite el feedback entre autores y el enriquecimiento colectivo de los capítulos, también otorga demasiadas libertades a nivel estructural.
Con independencia de lo anterior, el lector encontrará en cada sección un gran número de temas y autores de sumo interés. En la primera sección, El torbellino de la irrupción del liberalismo, se abarcan los procesos de implantación y primeros desarrollos del liberalismo en España durante los tres primeros cuartos del siglo XIX y sus consecuencias sociales y políticas. Santiago Delgado Fernández escribe el primero de los capítulos sobre “Blanco White: Una lectura apasionada y polémica de la crisis del sistema colonial español”; el segundo, de Katia Esteve Mallent, trata de “La crisis política como oportunidad para el cambio. El utopismo decimonónico español y las reformas de Ramón de la Sagra”; Yesurún Moreno Gallardo, en el tercero, presenta el tema “La Dictadura en Donoso Cortés: Una política katechóntica contra la crisis en la España del XIX”; y, por último, Gregorio de la Fuente Monge y Antonio Robles Egea analizan la “Crisis política en el Sexenio democrático: La perspectiva republicana”, con especial atención a Emilio Castelar y Francisco Pi y Margall.
La segunda sección del volumen, El interregno de entresiglos y entreguerras, comprende desde la llamada crisis o desastre de 1898 hasta la Segunda República, periodo reconocido por la progresiva desintegración de la Restauración durante el reinado de Alfonso XIII y el comienzo de la llamada “crisis de España del siglo XX” o, desde otra perspectiva más benévola, “Edad de plata de la cultura española”. En cualquier caso, época de incertidumbres y fuertes pasiones en un clima de cambios ideológico-políticos, sobre la que versan los capítulos de Manuel Menéndez Alzamora, “Sobre la crisis intelectual de la generación de 1898 en el marco de la pérdida de los restos coloniales”; José Ferrándiz Lozano, “Rafael Altamira, diagnósticos y respuestas en las crisis políticas de la Restauración”; José Francisco Jiménez Díaz, “La crisis del régimen de la Restauración a la luz del pensamiento orteguiano, 1914-1917”; Álvaro López Osuna, “ Fernando de los Ríos ante la crisis de la Restauración o como iniciar el tránsito de un sistema oligárquico a una democracia plena”; Alec Dinnin, “La España en crisis de Posada: Insinceridad, represión y reforma” y, por último, Manuela Ortega Ruiz, “La visión política de Marcelino Domingo en la crisis del periodo de entreguerras. De la Dictadura militar a la República parlamentaria”.
La tercera y última sección titulada Franquismo y democracia, abarca el período más extenso, desde el origen del franquismo hasta la actualidad. Analizar un lapso histórico tan amplio hace que esta parte no luzca tanto como las anteriores. El contenido de los capítulos es de sumo interés, y los autores analizan diversas crisis de manera detallada, reflejando algunas de sus tipologías: la crisis psicológica creada en la población por efecto de la represión franquista; la crisis política del Régimen durante el último gobierno de Arias Navarro; la crisis en forma de incertidumbre durante la Transición propiamente dicha; la crisis de seguridad del 11-M devenida crisis intelectual por la necesidad de un cambio de paradigma científico en los estudios del terrorismo; y, finalmente, la crisis provocada en el imaginario nacionalista a raíz del proceso de independencia iniciado en Cataluña, especialmente en el caso de Podemos. Pues bien, de estas crisis tratan los capítulos de esta tercera sección: Jediael Álvarez de Dompablo estudia “La crisis social y política que supuso el terror franquista. La senda del totalitarismo español”; Francisco Javier Luque Castillo analiza “El fugaz momento thatcherista del Gobierno Arias: una respuesta fallida a la crisis económica en el ocaso del franquismo”; David García Pérez profundiza en “La crisis del régimen tras la muerte de Franco y la reforma política como alternativa al inmovilismo y el rupturismo”; Alberto Bueno se centra en el “11 de marzo de 2004: consecuencias multidimensionales de una crisis de seguridad”; y, en último lugar, el capítulo de Emilio Daniel Villarreal versa sobre “La crisis de la nación como escenario y concepto político: Podemos y la plurinacionalidad”. En fin, pese a que estos últimos cinco capítulos del libro reflejan bien algunos momentos específicos del franquismo y la democracia durante casi todo el último siglo, es lógico adivinar que no todas las crisis habidas han sido tratadas, lo que da pie a pensar que es posible continuar trabajando en estos temas, porque habría sido de gran interés incluir crisis tan relevantes como las del asesinato de Carrero Blanco, la provocada por el golpe militar del 23-F, la Guerra del Golfo, la crisis económica de 2008-2011 y sus efectos políticos, la pandemia del Covid-19, por citar solo algunas.
El lector encontrará en este libro un trabajo riguroso sobre las crisis en España. Particularmente, podrá conocer el pensamiento y las ideas políticas de distintos autores que han estudiado este concepto en los últimos tres siglos. Además, leerá una obra colectiva en el mejor sentido de la palabra, fruto del trabajo, la reflexión y el debate común de todos los autores. No estamos ante un simple libro de actas, sino ante una obra congresual en el sentido clásico, en la que dos directores se han encargado de que la coherencia sea su valor esencial.
En suma, Pensar las crisis políticas en la España contemporánea es una obra que merece ser leída tanto por su profundidad analítica como por su capacidad de diálogo entre historia, pensamiento político y ciencia política. El libro no solo ofrece un recorrido intelectual por las principales crisis de la historia española, sino que también invita a reflexionar sobre la persistencia de la noción de crisis como categoría central del pensamiento político contemporáneo. Su valor reside en recuperar la dimensión teórica de un concepto habitualmente abordado de forma descriptiva, aportando así un marco interpretativo que enriquece el debate académico y ayuda a comprender mejor los desafíos políticos del presente.