Reseña

Reseña

Dans Álvarez de Sotomayor, I. y Varela Portela, C. (2022). La programación didáctica. Elementos básicos. Madrid: Editorial Universitas, S. A., 122 pp. ISBN: 9788479915858.

El libro es el resultado del trabajo de la teoría y de la práctica educativa de dos docentes universitarios que destacan por su actitud innovadora y experiencia docente así como la investigación realizada en el ámbito de la didáctica como instrumento de mejora para la programación de clases en los Grados aplicando los criterios actualizados del curriculum, su justificación legal junto con el desarrollo de las competencias, contenidos y metodologías teniendo presente la atención a la diversidad.

El libro comienza con una introducción donde se expone la importancia del profesor a la hora de programar sus clases para que pueda realizar con calidad su materia y pueda conducir al estudiante. Se explicitan todos los elementos curriculares para realizar una correcta planificación didáctica. Además, ambas autoras conjugan la innovación metodológica de las aulas y la pedagogía tradicional sabiendo combinar ambas sin necesidad de despreciar ninguna para lograr un currículo flexible integrando a cada uno de los alumnos teniendo en cuenta sus capacidades cognitivas, afectivas, intelectuales y los cambios socioculturales.

Por este motivo, el siguiente capítulo versa sobre la contextualización junto con toda la comunidad educativa indicando su importancia antes de programar, por ello se recomienda incluir la estructura de la organización escolar que implica la presencia de los órganos de gobierno tanto los unipersonales que están integrados por el equipo directivo y coordinadores (equipos o departamentos y tutores de curso) junto con los colegiados que hacen referencia al claustro, consejo escolar y AMPA. Se indica que cada centro tiene una cultura propia que participa de una cultura institucional, administrativa y legislativa, siempre con la presencia de la inclusión en las aulas.

En el tercer capítulo se recoge los niveles curriculares con una visión más contemporánea (Priestley et al., 2021) para que el docente pueda implementar en su programación matizando cada uno de los niveles (supra, macro, meso, micro y nano). Este planteamiento nos ofrece un panorama internacional ya que, se especifica la influencia de las diferentes organizaciones internacionales encargadas de la educación como son la OCDE, UNESCO y recogiendo esos objetivos del 2020-2030 para el Desarrollo Sostenible, en concreto en el objetivo 4 de la Agenda 2030 que se recoge aspectos para una educación de calidad. Además, se recoge las diferentes leyes educativas españolas, destacando las dos últimas: la LOMCE y la LOMLOE, destacando tres conceptos esenciales: educación inclusiva, competencias y diversidad. Así pues, se concreta cómo para realizar una buena programación didáctica completa y realista se debe incluir las referencias legales junto con conjunto de documentos de organización del centro para poder aplicar el currículo correspondiente.

En el cuarto capítulo se matiza uno de los conceptos esenciales de la LOMLOE: las competencias que suponen la combinación de habilidades, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes y emociones que deben adquirir tanto docentes como alumnos. Además, se distinguen las diferentes competencias profesionales tanto las genéricas como las instrumentales o transversales, aunque se hace hincapié en la competencia digital que afecta a toda la sociedad donde queda subdividida en seis áreas: compromiso profesional; contenidos digitales; enseñanza y aprendizaje; evaluación y retroalimentación; empoderamiento del alumnado y el desarrollo de la competencia digital del alumnado. Todo esto comporta distinguir que cualquier competencia debe incluir 4 saberes básicos: saber conocer; saber hacer; saber estar y saber ser.

El quinto capítulo se indican los objetivos que debería enmarcarse la coherencia de la programación ya que estos comportan los pasos intermedios para conseguir los resultados finales, se trata de concretar el proceso de enseñanza-aprendizaje por lo que se tendrá en cuenta cada una de las etapas educativas que se imparten clases junto con el desarrollo psicoevolutivo del alumno, concretando se recogen: los objetivos generales de etapa, específicos de cada área para la etapa, los específicos del ciclo y los objetivos didácticos para cada tema, unidad didáctica o proyecto.

En el siguiente capítulo se hace referencia a los contenidos que estos tienen en cuenta los objetivos metacurriculares que son esenciales para el aprendizaje. Por este motivo, los contenidos aparecen recogidos, publicados o expresados en los materiales curriculares. De esta forma, se precisa que existen contenidos específicos que son propios de cada disciplina, contenidos tradicionales o perpetuos frente a los nuevos contenidos que surgen como respuesta a una enseñanza flexible y situada en un contexto cultural y los transversales que responden con flexibilidad.

En el séptimo capítulo versa sobre la metodología que es el máximo exponente de autonomía del docente ya que es el conjunto de estrategias, procedimientos y acciones organizadas para facilitar el aprendizaje del disidente teniendo en cuenta los diferentes métodos de enseñanza: inductivo, deductivo, analítico y sintético. Dependiendo de cada uno de estos métodos, se utilizarán distintas estrategias metodológicas como exposición de contenidos. Por este motivo, las autoras exponen diferentes estrategias como son: los contratos de aprendizaje, aprendizaje cooperativo, aprendizaje basado en proyectos, flipped classroom, gamificación, design thinking, aprendizaje basado en el pensamiento y aprendizaje-servicio entre otras.

En el octavo capítulo se expone la evaluación que “es el proceso mediante el cual se recoge, analiza e interpreta información relativa a una determinada actividad, con el doble objetivo de emitir juicios y facilitar una toma de decisiones, en términos de ajustes temáticos, reorientación de objetivos, reformulación de perfiles, selección y reorganización de recursos etc.” (Roldán, 2005). Se matiza la diferencia entre evaluación formativa, sumativa, continua y la final siempre teniendo en cuenta que, tanto para el profesor como para el estudiante, la evaluación potencia la mejora y la toma de decisiones siempre focalizándose en el aprendizaje del alumno. Además, se indican técnicas e instrumentos que podrían ser útiles para llevar a cabo como son: pruebas sumativas, observación, entrevista, trabajos, portafolio, diario reflexivo, mapa conceptual entre otros.

En el siguiente capítulo se concreta esos elementos transversales que podría contener una unidad didáctica y de los que cualquier docente tendría que velar por integrarlos dentro del aula y del curriculum. Por ende, en el capítulo diez se matiza los recursos, materiales y medios didácticos que los docentes pueden utilizar para potenciar una buena programación didáctica teniendo en cuenta los rasgos que caracterizan los objetivos digitales del aprendizaje ofreciendo una buena selección bibliográfica que acompaña especialmente a asignaturas más enfocadas en la comunicación, cultura o literatura. Por este motivo, se indica en el antepenúltimo capítulo la atención a la diversidad valorando las capacidades, motivaciones, cognición y otras diferencias individuales, siempre teniendo en cuenta las diferentes etapas educativas: infantil, primaria, secundaria y educación especial.

En los dos últimos capítulos nos encontramos con unas propuestas de mejora enfocadas aquellas personas que están en la docencia teniendo en cuenta el prisma legislativo y facilitando un listado de referencias bibliográficas que pueden ayudar a integrar y profundizar en la tarea docente. En definitiva, se trata de una obra útil para docentes de cualquier nivel educativo y área de conocimiento pues el objetivo es lograr planificar una programación docente.

Gloria Gallego Jiménez