Reseñas

Reseñas

Gómez-Hurtado, I. y García-Prieto, F.J. (Coords.) (2021). Manual de didáctica general para la diversidad. Madrid: Pirámide. 273 pp. ISBN: 978-84-368-4414-6

La educación inclusiva constituye hoy día una de los principales retos y, a su vez, exigencias de la sociedad actual y de la escuela, entendida como un espacio que respeta y valora la diversidad, ofreciendo una atención personalizada para que cada discente pueda alcanzar el desarrollo óptimo de sus capacidades cognitivas, físicas, sociales y emocionales.

El manual reseñado, coordinado por la Dra. Inmaculada Gómez Hurtado y el Dr. Francisco Javier García Prieto, da una respuesta integral a la diversidad en el ámbito formal de la educación desde todos sus elementos, partiendo de un análisis epistemológico y legislativo de cada uno de ellos para su posterior proyección en la práctica. Cada uno de sus doce capítulos cuenta con una serie de cuestiones previas de las que partir para su lectura, además de actividades iniciales y de síntesis para su desarrollo en las aulas universitarias de formación inicial docente.

El contenido del libro podría organizarse en dos bloques en función de la temática del capítulo. El primero de ellos, que abarca del primer al octavo capítulo, incluyendo el undécimo, se corresponde con un análisis de todos los elementos del currículum educativo y la propuesta de alternativas para su adecuación a la atención a la diversidad. Así, los dos primeros capítulos abordan la organización del centro escolar entendido como núcleo comunitario en el que deben implementarse acciones didácticas colaborativas que conecten a todos los miembros y elementos de la comunidad educativa para que el discente aprenda.

Los capítulos tres y cuatro describen el contenido curricular y los modelos didácticos, planteando la necesidad de establecer un diálogo entre docente y currículum de modo que este sea integrador, conectando todas las áreas curriculares a partir de centros de interés motivadores, e inclusivo, adaptándose a los ritmos de aprendizaje, necesidades e intereses del alumnado.

El capítulo quinto, por su parte, describe todos los elementos del currículum y su modo de concretarlos en las propuestas educativas inclusivas, prestando especial atención a la evaluación como pieza clave para guiar el proceso educativo y para motivar al alumnado.

En los capítulos seis, siete y ocho se explicitan los distintos aspectos de la metodología de enseñanza que se puede seguir, incluyendo los métodos, estrategias y técnicas metodológicas, los recursos didácticos y los espacios, agrupamientos y tiempos para el aprendizaje. Además del uso de metodologías activas de aprendizaje y la disposición de espacios equilibrados y accesibles, para atender a la diversidad se hace especial mención al paradigma educativo inclusivo actual, conocido como DUA, que propone múltiples formas de representación, acción, expresión e implicación para que todo el alumnado pueda aprender y comunicar sus aprendizajes.

El capítulo undécimo, por otro lado, aborda la coeducación como clave para la equidad y la inclusión, partiendo de la conceptualización de términos propios de los estudios de género y exponiendo experiencias coeducativas reales y recomendaciones para educar en y para la igualdad en la escuela.

El segundo bloque temático, que incluye los capítulos nueve, diez y doce, se ocupa de exponer aspectos prácticos de una educación inclusiva desde diferentes ópticas. En el capítulo noveno se describen diversas experiencias de enseñanza online durante el periodo de confinamiento por la pandemia por COVID-19 en distintos centros educativos de Educación Infantil y Primaria, destacando el aprendizaje basado en retos y la gamificación a partir de recursos digitales. El capítulo diez, por su parte, establece una caracterización de la gamificación como técnica para mejorar la accesibilidad de los contenidos y la motivación ante los mismos, aportando un ejemplo de gamificación para escolares y otro para maestros y maestras en formación inicial. Por último, el doceavo capítulo del libro consiste en el desarrollo de una programación didáctica completa basada en el trabajo por proyectos para su implementación en un aula de 6.º de Educación Primaria.

Este manual, por todo lo expuesto, se configura como una herramienta con un inmenso potencial para que docentes en formación inicial y en activo puedan desarrollar, a partir de conceptos teóricos, experiencias prácticas y reflexiones, acciones educativas que atiendan a la totalidad de su alumnado bajo los principios de inclusión y equidad.

Elisa Arroyo Mora

Santos Rego, M. A., Lorenzo Moledo, M., y Mella Núñez, Í. (2020). El aprendizaje-servicio y la educación universitaria. Hacer personas competentes. Barcelona: Octaedro. 193 pp. ISBN: 978-84-18615-00-9

El aprendizaje-servicio se asume en esta obra coparticipada como una alternativa al aprendizaje convencional, que se integra en el currículo universitario e intensifica la relación entre la dimensión académica y la cívico-social. Así pues, la complejidad de esta metodología, donde la inclusión de la vida comunitaria presenta un notable aporte al plano académico, establece un vínculo intencionadamente educativo entre universidad y sociedad.

Este volumen, cuya oportunidad está más que justificada en el contexto de una universidad más comprometida y socialmente responsable, se postula como una revisión de la capacidad del aprendizaje-servicio para afrontar una concepción integral del aprendizaje, contribuyendo, en los términos que refieren los autores, a la formación de “personas competentes”.

Estructuralmente, la publicación se articula en torno a cuatro capítulos. El primero, presenta un oportuno análisis de la Educación Superior del siglo XXI, reparando en su evidente transformación para configurar una universidad en la que la investigación se orienta a la transferencia de conocimiento y, por tanto, al avance social. Se alude, igualmente, al papel de la Academia en la disposición de iniciativas y estrategias de carácter pedagógico necesarias para que un nuevo paradigma formativo tenga su consecuente reflejo en la realidad de las aulas, y no solamente en los documentos y discursos oficiales.

Ya en el segundo capítulo, se abordan los principales ejes epistémicos del aprendizaje-servicio, junto a las posibilidades de esta metodología en el nuevo modelo de universidad que surge tras la aparición del Espacio Europeo de Educación Superior, insistiendo en la capacidad que presenta el aprendizaje-servicio para transitar de un modelo de extensión universitaria a otro centrado en la responsabilidad social. Ahora bien, como apuntan los autores, ello exige una base sólida dentro y fuera de la universidad que permita unos adecuados niveles de complicidad entre los agentes e instancias implicadas.

Por su parte, en el tercero de los capítulos, se informa de las claves para la puesta en práctica de un proyecto de aprendizaje-servicio. Específicamente, se describen las fases que guían su desarrollo y se analiza de un modo prístino la reflexión de la experiencia como paso imprescindible e ineludible en la construcción de los aprendizajes derivados de esta metodología. De igual forma, se alude a la necesidad de establecer un continuo evaluativo en su aplicación, así como a los efectos que esta metodología tiene para el desarrollo de ciertas competencias de interés para los universitarios, informando de su contribución a una formación integral desde la perspectiva cívico-social, académica y profesional.

El cuarto y último de los capítulos, se ocupa de la dimensión institucional del aprendizaje-servicio, al objeto de dar continuidad a la utilización de este tipo de iniciativas, promoviendo el compromiso de las diferentes instituciones que garantizan su sostenibilidad en la educación universitaria. Al respecto, y como se afirma, lo deseable es obtener resultados a partir de la implementación de proyectos y programas de aprendizaje-servicio, al margen de su ámbito disciplinar, que generen un caldo de cultivo para una adecuada gestión del cambio en la Educación Superior.

En definitiva, estamos ante una obra bien articulada que identifica importantes coordenadas que sirven de guía y orientación para el avance y progreso del aprendizaje-servicio en la universidad, institución llamada a formar personas no solo en el plano intelectual. Y esto es justamente lo que mueve a los autores, con cuya obra se demanda una pretensión epistémicamente razonable que, como se ha puesto de manifiesto, no es otra que la de proporcionar crédito y practicidad a la dimensión social y cívica de la educación universitaria.

Jesús García-Álvarez

Santos-Rego, M.A., Lorenzo-Moledo, M., y Miguez-Salina, G. (2022). Fondos de conocimiento familiar e intervención educativa. Madrid: Narcea. 141 pp. ISBN: 9788427728820

Los Fondos de Conocimiento tienen su origen en la antropología, aunque progresivamente la pedagogía los ha ido incorporando a su objeto de estudio como una vía para indagar en grupos culturales y/o familiares con características concretas. En este sentido, cabe señalar la antropología de la educación como área de confluencia de ambas disciplinas científicas donde el foco se pone en los procesos de adquisición y transmisión cultural para los cuales los procesos educativos resultan básicos. El libro aquí reseñado pretende avanzar en este ámbito de conocimiento a partir del rigor y la evidencia que las autoras/es demuestran en su discurso, avalados por su trayectoria investigadora en las Ciencias de la Educación.

Tal y como se dice en la introducción del libro, la estructura de la obra se mueve bajo un paraguas epistemológico que tiene su raíz en la antropología de la educación y en la pedagogía intercultural. El derrotero por el que nos llevan las 141 páginas presentadas tiene origen en las bases teóricas de los fondos de conocimiento, para llegar a buen puerto con la implicación práctica de los mismos a partir de un ejemplo desarrollado con un grupo de etnia gitana en Pontevedra (Galicia).

Por este camino los autores son capaces de suscitar en el lector múltiples interrogantes que van resolviendo con una solvencia dialéctica ciertamente vehemente. Por ejemplo, son capaces de justificar la utilidad de este enfoque de trabajo en el ámbito de la educación familiar, abordado en el segundo de los capítulos de la obra. Así, indican como los Fondos de Conocimiento pueden servir como punto de encuentro para la intervención socioeducativa con comunidades de aprendizaje donde se implique a familia, escuelas y comunidades en proyectos mancomunados y con finalidades pedagógicas.

Continuando la singladura, los profesores Santos-Rego, Lorenzo y Miguez, nos llevan a la siguiente parada, el tercer capítulo donde hacemos un recorrido global por diferentes experiencias de gran valor que se han basado en este enfoque epistémico para conquerir éxitos de intervención con diversos grupos culturales. De este modo, el viaje nos lleva desde España a sus antípodas en Nueva Zelanda o Australia, pasando por Uganda y también pisando el continente americano, donde tienen su origen aplicado. De mano de estos profesores de la Universidade de Santiago de Compostela podemos sumergirnos en casos concretos que ayudan a vislumbrar la utilidad de este recurso en su dinámica social.

Continuando con el argumentario, son muchas las ventajas que se nombran del uso de los Fondos de Conocimiento, algunas como el empoderamiento de los/las participantes en sus dinámicas más cotidianas, o el claro avance hacia la mejora de equidad contribuyendo a la construcción de la tan ansiada justicia social. El uso de este recurso contribuye a un avance sólido en el conocimiento de algunos grupos concretos, citadamente en esta obra la de estudiantes en situación de vulnerabilidad, y también su entorno familiar.

Es muy relevante citar el momento contextual donde nace este libro. En un clima de conflicto internacional, donde se ha demostrado que la educación para la paz sigue siendo una necesidad; junto con la situación socioeconómica que se deriva de la COVID-19, las desigualdades sociales no han hecho más que agudizarse evidenciando las carencias de un sistema que parecía incuestionable. En este marco, educadoras y educadores tendrán que construir su intervención a partir de principios de equidad y justicia, donde el conocimiento de esas situaciones de riesgo individuales y/o comunitarias se convierte en el pilar sobre el que cimentar sólidos programas socioeducativos.

En definitiva, nos situamos ante una obra con un marcado carácter pedagógico, esto es normativo y contructivo, que nos abre una puerta para adentrarnos en los Fondos de Conocimiento como un recurso al servicio de la educación. Para ello, los autores nos proponen una praxis bien justificada que será replicable en otros ámbitos, y al fin, sostenible en su aplicabilidad.

Alexandre Sotelino Losada