Ciberacoso y Funciones Ejecutivas en niños y adolescentes: una revisión sistemática
Cyberbullying and Executive Functions in children and adolescents: a systematic review
https://doi.org/10.4438/1988-592X-RE-2022-397-540
Marta Real Fernández
https://orcid.org/0000-0001-6755-8082
Ignasi Navarro Soria
https://orcid.org/0000-0001-5966-9604
Universidad de Alicante
Joshua Collado-Valero
https://orcid.org/0000-0002-8171-1511
Rocío Lavigne-Cervan
https://orcid.org/0000-0003-3271-8239
Universidad de Málaga
Beatriz Delgado Domenech
https://orcid.org/0000-0003-1174-0314
Universidad de Alicante
Resumen
El ciberacoso, entendido como conducta de acoso a través de las tecnologías, se ha convertido en uno de los problemas psicosociales más frecuentes durante la infancia y la adolescencia. Los mecanismos cerebrales implicados en la aparición de conductas agresivas demuestran la existencia de una relación entre el acoso y el Funcionamiento Ejecutivo. El objetivo de esta investigación fue realizar una revisión sistemática de los estudios publicados que relacionan el ciberacoso y las Funciones Ejecutivas (FE) en niños y adolescentes. Se realizó una revisión sistemática siguiendo la guía de revisión Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses (PRISMA). La búsqueda de información se efectuó en la base de datos de Web of Science (WOS), Scopus, y Psycinfo. La selección de trabajos se compuso de 32 artículos que cumplieron los criterios de inclusión. Los estudios analizados indican que existe una moderada relación entre un perfil específico de FE y el encontrarse involucrado en una situación de ciberacoso. Los resultados revelan que una menor capacidad de inhibición, autocontrol y resolución de problemas puede llevar a los menores a participar como cibervíctimas, ciberagresores o ciberagresores-victimizados. Los hallazgos se discuten considerando la importancia del funcionamiento ejecutivo en la prevención e intervención del ciberacoso.
Palabras clave: ciberacoso, Funciones Ejecutivas, revisión sistemática, infancia, adolescencia
Abstract
Cyberbullying, understood as bullying behavior through technologies, has become one of the most frequent psychosocial problems during childhood and adolescence. The brain mechanisms involved in the appearance of aggressive behaviors demonstrate the existence of a relationship between bullying and Executive Functioning. The aim of this research was to perform a systematic review of published studies relating cyberbullying and Executive Functioning (EF) in children and adolescents. A systematic review was conducted following the Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses (PRISMA) review guide. The information search was carried out in the Web of Science (WOS), Scopus, and Psycinfo databases. The selection of papers consisted of 32 articles that met the inclusion criteria. The studies analyzed indicate that there is a moderate relationship between a specific EF profile and being involved in a cyberbullying situation. The results reveal that a lower capacity for inhibition, self-control and problem-solving may lead minors to participate as cybervictims, cyberaggressors or cyberaggressors-victimized. The findings are discussed considering the importance of executive functioning in cyberbullying prevention and intervention.
Key words: cyberbullying, Executive Functioning, systematic review, childhood, adolescence
El uso masivo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) ha llevado a un incremento en los riesgos relacionados con la ciberseguridad, como es el caso del ciberacoso (Olweus y Limber, 2018), un acto agresivo, intencionado, repetitivo y constante en el tiempo, realizado por un individuo o grupo de individuos, a través de medios de comunicación electrónica, contra una víctima que no puede defenderse fácilmente.
El ciberacoso se ha convertido en uno de los problemas psicosociales más frecuentes de la población infanto-juvenil, soliendo superar el 20% de incidencia y alcanzando prevalencias de hasta el 72% (Escortell, Delgado, y Martínez-Monteagudo, 2020). Dichos porcentajes suelen presentar notables variaciones entre estudios (Chun et al., 2020; Lozano-Blasco, Cortes-Pascual y Latorre-Martínez, 2020), debidas principalmente a las medidas de análisis utilizadas y a los criterios de inclusión considerados, como la frecuencia o intensidad de las conductas agresivas. Los principales roles implicados en el fenómeno del acoso electrónico son la víctima, quien sufre el acoso, el agresor quien ejerce la acción hostil, y el agresor-victimizado, quien desarrolla simultáneamente ambos roles (Escortell et al., 2020).
Dado que se trata de un fenómeno reciente, su investigación ha aumentado en los últimos años, incluyendo estudios de revisión (Camerini, et al., 2020; Chun et al., 2020; Kwan, et al., 2020). Camerini et al. (2020) encontraron que el ciberacoso se relaciona con estrés, ansiedad, depresión, hostilidad, soledad, problemas sociales, baja autoestima, consumo de sustancias, insatisfacción vital e ideación suicida; y se asocia también con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Chun et al. (2020) destacaron que el ciberacoso es un fenómeno en crecimiento exponencial. También indicaron que su medición presenta inconsistencias, pues muchas de sus investigaciones emplean pruebas ad hoc o generan un cuestionario propio a través de diferentes fuentes. Por su parte, Kwan et al. (2020), hallaron que muchos de los estudios longitudinales evaluaban el acoso tradicional y los problemas de interiorización como factores de riesgo, pero había poca evidencia sobre la relación causal con el uso problemático de Internet, y otros factores ambientales como las relaciones con los padres y los compañeros. Todos ellos subrayan que aún quedan lagunas por cubrir en este campo de investigación.
Las Funciones Ejecutivas (FE en adelante) son un conjunto de procesos cognoscitivos que conforman un complejo sistema multimodal relacionado con la capacidad de autorregulación y la conducta dirigida a meta, que nos permite regular nuestro pensamiento y nuestra conducta (Miyake y Friedman, 2012).
Para la medición de las FE, por un lado, existen pruebas psicométricas que evalúan individualmente sus componentes básicos, y baterías neuropsicológicas que valoran todos los procesos implicados; sin embargo, el único inconveniente de estas últimas es que son bastante largas de implementar (Navarro-Soria et al., 2019). Por otro lado, existen escalas de observación que permiten medir las FE a través de la percepción de síntomas característicos. Estas últimas parecen ser la opción más efectiva en cuanto al balance entre tiempo de implementación y riqueza de resultados.
Se identifican diferentes componentes de las FE, recogidos en la literatura científica (Arán Filippetti y López, 2013; Davidson, Amso, Anderson y Diamond, 2006) relacionados frecuentemente con la conducta agresiva y prosocial: la inhibición (capacidad de ignorar los impulsos o la información irrelevante tanto interna como externa cuando está realizando una tarea); el autocontrol (conductas de inhibición, impulsividad y la necesidad de refuerzo a corto plazo); la resolución de problemas (organización de los pensamientos y la planificación de las acciones para la consecución de los objetivos planteados); la gestión del tiempo (capacidad de estimar el transcurso del mismo, planificación de las actividades y finalización de conductas en el periodo estimado); y la motivación/activación (concentración mantenida a lo largo del tiempo mientras se trabaja).
Las FE se encargan de regular la conducta, la gestión de las emociones y el control de la agresividad, por tanto, juegan un papel importante en la prevención del acoso. Atendiendo a esta relación, llaman especialmente la atención las investigaciones de Rivera (2018) y Linero-Racines (2019), que encontraron que el rol de víctima o agresor se relaciona con un déficit en el Funcionamiento Ejecutivo. Rivera (2018) evaluó a 76 alumnos, de los cuales 26 eran espectadores, 24 agresores y 26 víctimas. Se les aplicó una batería de pruebas, entre ellas, la Escala de Agresión entre Pares para Adolescentes, el Mapa del Zoo, las Torres de Hanói y el Test Stroop, encontrando que las víctimas tenían más dificultades de planificación, y los agresores menos capacidad de inhibición conductual y más frecuencia de decisiones impulsivas arriesgadas. En contraste, los espectadores tenían una mayor regulación y planificación, un buen control de la interferencia y un nivel menor de toma de decisiones. Linero-Racines (2019) examinó a 101 adolescentes en situación de acoso. Estudió la relación de las FE, el desajuste conductual y la funcionalidad familiar con la cognición social. Utilizó un protocolo de evaluación neuropsicológica para evaluar las FE y los elementos de la cognición social, la Escala Multimodal de la Conducta para valorar los indicadores clínicos y adaptativos, y el Cuestionario de Convivencia Escolar. Encontró correlaciones estadísticamente significativas moderadas entre las FE, como la velocidad de procesamiento, el control inhibitorio y la memoria de trabajo, y el acoso.
Estos estudios muestran la relación entre las FE y las conductas de acoso tradicional, pero no indagan sobre el acoso online, el ciberacoso. Por esto, el objetivo principal del presente estudio se centra en desarrollar una revisión sistemática que examine los estudios publicados que analizan la relación entre el Funcionamiento Ejecutivo y las conductas de ciberacoso (victimización, agresión, y agresión-victimización) en niños y adolescentes. Los objetivos específicos del estudio se enfocan en analizar la inhibición, el autocontrol, la resolución de problemas, la gestión del tiempo, y la motivación/activación de las menores víctimas, agresores, y agresores-victimizados en situaciones de ciberacoso. Considerando los escasos hallazgos previos, se espera encontrar que los niños y adolescentes en una situación de ciberacoso presenten un perfil de Funcionamiento Ejecutivo menos ajustado.
Para realizar la revisión sistemática se ha seguido la guía de revisión Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses (PRISMA). La búsqueda de información fue realizada por dos investigadores. Los criterios de inclusión de los artículos fueron:
Por tanto, fueron excluidos todos los trabajos sin carácter científico, redactados en otros idiomas, sin texto completo accesible, con participantes adultos o no relacionados de forma directa con la temática de la presente investigación.
Después de establecer los descriptores idóneos para la búsqueda de artículos, a través del Medical Subject Headings (MeSH), se procedió a realizar una primera exploración, con el objetivo principal de encontrar estudios que, con carácter general, relacionaran el ciberacoso y las FE (título, resumen, palabras clave y texto completo). La ecuación de búsqueda fue la siguiente: “cyberbullying” o “online bullying” o “virtual bullying” o “cyber victimization” y “executive function”. Sin embargo, no se encontraron resultados que abordaban dicho asunto.
Por esto, se procedió a realizar una segunda búsqueda basada en los principales componentes de las FE y su relación con el ciberacoso. La ecuación de búsqueda estaba compuesta en una primera parte por “cyberbullying” o “online bullying” o “virtual bullying” o “cyber victimization” y en una segunda parte, de manera individual, por “inhibition”, “self control”, “problem solving”, “time management” y “motivation/activation”.
La búsqueda de información resultó en la identificación de 229 artículos. Después de revisar los diferentes estudios, se eliminaron 10 trabajos duplicados, 187 por no cumplir los criterios 19 de inclusión (Gráfico I). La selección final se compuso de un total de 32 artículos.
GRÁFICO I. Diagrama de flujo de selección de artículos
A continuación, se presenta tanto el análisis cualitativo sobre los aspectos técnicos de las investigaciones, como el origen, fecha de publicación o cantidad de muestra de las mismas, como los resultados extraídos en relación con el ciberacoso y las FE.
Respecto al país de origen de las investigaciones, se encuentra un predominio de trabajos publicados en Estados Unidos (n=7) y Corea (n=5), seguidos por Reino Unido (n=4), Italia, España, Alemania, Portugal (n=3) y Turquía (n=2). Sin embargo, los países con menos representados son Brasil, Bélgica, Irlanda, Países Bajos, Rumanía, Polonia, China, Canadá y Nueva Zelanda (n=1). Por tanto, la mayor concentración de publicaciones sobre la temática se ubica en el continente europeo (55%), seguido de Norte América (23%) y Asia (16%). En África y Oceanía solo se ha hallado un estudio publicado por continente (6%).
Sobre la muestra, el 34% de los trabajos evalúan a niños, un 40% adolescentes, un 26% combinan niños y adolescentes. El predominio de un tipo de muestra sobre otro puede deberse a una mayor prevalencia de involucrados en situaciones de ciberacoso identificados en ese rango de edad. Respecto al año de publicación, se observa una tendencia al incremento desde el año 2015 al 2019, seguido de un descenso gradual a partir del mismo. La disminución de investigaciones sobre ciberacoso y FE coincide con la pandemia por COVID-19.
En cuanto a las herramientas empleadas en los estudios analizados, se encuentran algunas pruebas que miden directamente el ciberacoso, como Cyberbullying Questionnaire (CBQ), CyberVictimization and Bullying Scale (CVBS), Bullying and Cyberbullying Behaviors Questionnaire (QCBC), Revised Cyberbullying Inventory (RCBI), y Online Hate Involvement Scale. Sin embargo, la mayoría de estudios emplea cuestionarios de elaboración propia o creados a través de otras fuentes (Li et al., 2016; You y Lim, 2016; Wachs et al., 2019; Wachs y Wright, 2019).
En cuanto a las medidas utilizadas para evaluar los componentes de las FE, se encuentran pruebas que evalúan la impulsividad, Barrat Impulsiveness Scale (BIS-11); la inhibición, Behavioral Inhibition and Behavioral Activation (BIS/BAS); el autocontrol, Low Sel-Control Scale (LSC) o Brief Self-Control Scale (BSCS); la resolución de problema, Problem Solving Inventory (PSI); la agresión, Buss-Perry Aggression Questionnaire (BPAQ) o la violencia, Maudsley Violence Questionnaire. En conclusión, se constata la elevada disparidad entre las medidas de evaluación, fruto de la falta de acuerdo para la definición del fenómeno de las FE y del ciberacoso.
Debido a la carencia de trabajos en los que se evalúa el Funcionamiento Ejecutivo como constructo global en relación con el ciberacoso, a continuación, se presentan los resultados analizados por separado, teniendo en cuenta tanto los principales componentes de las FE como los distintos roles del ciberacoso (véase Tabla 1).
Inhibición
La desinhibición online es el predictor más fuerte de la perpetración del ciberacoso (Lee, 2017). Otros autores parecen estar de acuerdo con este hecho. Así, Wachs y Wright (2019) añaden que esta desinhibición tóxica online y el sexo tienen un efecto moderador entre la victimización online del odio y la interpretación que se tiene desde el punto de vista externo de esa conducta. Especialmente los varones son más propensos a perpetrar odio online cuando experimentan victimización. Wachs et al. (2019) también afirman que el aumento de la perpetración de ciberacoso y la desinhibición tóxica online se relacionan positivamente con la perpetración de odio manifestado a través de las redes. Harriman et al. (2020) encontraron que la desinhibición en línea también se ve afectada por la exposición a los mensajes de odio en el espacio online y el tiempo que se pasa en internet, el rendimiento académico, la comunicación con un extraño en las redes sociales.
Resolución de problemas
Los diez estudios que analizan la relación de la resolución de problemas con el ciberacoso valoran la eficacia de programas de prevención. Utilizan diferentes técnicas, una de las más usadas es el Quality Circle (QC; Hamilton et al., 2020; Paul, 2012; Paul et al. 2010) que consiste en la reunión de pequeños grupos para mejorar las habilidades de resolución de problemas. Otro frecuentemente empleado es la práctica de estrategias de afrontamiento (Armstrong et al., 2019; Buils et al., 2020; Jose y Vierling, 2018; Bradbury, 2018). Las que obtienen mejores resultados son la resolución de problemas, la búsqueda de apoyo social y el autocontrol. Asimismo, muchos de los programas incluyen el componente de trabajo en habilidades sociales como medida de prevención del acoso (Ferreira, et al., 2019; Palladino et al., 2012; Vives-Cases et al., 2019). El punto común en todos ellos es que coinciden en considerar los beneficios que el desarrollo de la habilidad de resolución de problemas reporta sobre la prevención y/o intervención en ciberacoso.
Autocontrol
Todos los estudios apuntan a que la capacidad de autocontrol deriva en una disminución del riesgo de ciberacoso en los menores. Así, Camacho et al. (2021) señalan que existe un efecto del autocontrol sobre la rumiación de la ira, la cual está asociada con la cibervictimización y la ciberagresión. En esta misma línea, Kyobe et al. (2018) hallan que la falta del autocontrol es el mayor predictor del ciberacoso a través de los smartphones.
Además, el autocontrol también ha demostrado ser una estrategia de afrontamiento efectiva y preventiva para el ciberacoso (Adorjan y Ricciardelli, 2019; Louise et al., 2018), al igual que para el desarrollo de habilidades sociales positivas (Coelho y Marchante, 2018; Li et al., 2016). Estos trabajos también han encontrado que otros factores muy ligados al autocontrol son la agresividad, la desinhibición y la impulsividad (Peker, 2017; You y Lim, 2016).
Los estudios han destacado que el problema de déficits de FE de autocontrol no solo afecta a los agresores, si no también se ha encontrado que los adolescentes más impulsivos son menos propensos a ayudar a la cibervíctima entre los observadores del ciberacoso (Erreygers et al, 2016).
TABLA I. Ciberacoso y componentes de las FE
Autores |
Componente de FE |
Muestra |
Objetivo/s |
Herramientas |
Resultados |
Paul et al. (2010) |
Resolución de problemas |
N= 32 11-14 años Reino Unido |
Analizar cómo participantes del Quality Circle (QC) creaban un pequeño grupo de trabajo contra el acoso, y luego, con la orientación de un facilitador, observar si eran capaces de embarcarse en un ejercicio de resolución de problemas durante un periodo de tiempo. |
– QC |
QC es útil en la prevención del ciberacoso |
Palladino et al. (2012) |
Resolución de problemas |
N= 375 14-18 años Italia |
Describir y evaluar un modelo de lucha contra el acoso y el ciberacoso dirigido por los propios compañeros |
– Escalas de Bullying y victimización (Menesini, Calussi y Nocentini, 2012) – Escala de Ciberacoso (Menesini, Nocentini y Calussi, 2011) – Indicador de Estrategias de Afrontamiento (Amirkhan, 1990) |
Aumentar las estrategias de afrontamiento adaptativas, como la resolución de problemas, y una disminución significativa de las estrategias de afrontamiento desadaptativas, son medidas para prevenir el ciberacoso |
Paul et al. (2012) |
Resolución de problemas |
N= 30 11-14 años Reino Unido |
Explorar más el uso de los QC como un medio eficaz de recoger información sobre el acoso y el ciberacoso |
– QC |
QC es útil en la prevención de ciberacoso |
Vazsonyi et al. (2012) |
Autocontrol |
N=25 142 9-16 años 25 Países Europeos |
Comprobar la importancia del bajo autocontrol en la perpetración y victimización del ciberacoso |
– Adolescent Family Process (AFP) – Low Self-Control (LSC) – Bully/Victim Questionnaire (Olweus) |
Efectos indirectos negativos del bajo autocontrol en la perpetración y victimización del ciberacoso |
Rivituso (2014) |
Autocontrol |
N= 4 16-19 años Estados Unidos |
Explorar las experiencias vividas y el impacto psicológico de la victimización por ciberacoso |
– Entrevista semiestructurada |
1) el autocontrol en respuesta a la falta de control sobre los casos de ciberacoso; 2) la desconfianza en la tecnología y la desconfianza en las personas; 3) el valor de los amigos en la universidad y su impacto en la autoestima de la víctima; 4) los casos repetidos que conducen a sentimientos de vulnerabilidad y miedo; 5) los sentimientos de estrés, depresión y vergüenza; 6) la frustración que conduce a la autoculpabilidad. |
Bayraktar et al. (2015) |
Autocontrol |
N= 2 092 12-18 años República Checa |
Discriminar entre los grupos de participantes en el ciberacoso (ciberacosadores, cibervíctimas y ciberacoso-víctimas) a nivel individual y relacional controlando la edad y el género |
– Buss–Perry Aggression Questionnaire scale (BPAQ; Buss y Perry, 1992) – Self-Esteem Scale (Rosenberg, 1965) – Parental Attachment Subscale of Parental and Peer Attachment Scale (Armsden y Greenberg, 1987) – Ad hoc |
Los acosadores y las víctimas de ciberacoso son similares entre sí en cuanto a su bajo autocontrol, su agresividad fuera de la red y su género, y tienen puntuaciones más altas en las medidas de baja autoestima y agresividad fuera de la red. |
Erreygers et al. (2016) |
Autocontrol |
N=2 309 9-17 años Bélgica |
Examinar la relación entre la impulsividad y la conducta de ayuda en los espectadores del ciberacoso. |
– Barrat Impulsiveness Scale (BIS-11; Stanford et al., 2009) – mpathic Responsiveness Scale (Olweus y Endresen, 2001) – Ad hoc |
Los adolescentes más impulsivos son menos propensos a ayudar a la cibervíctima. |
Li et al. (2016) |
Autocontrol |
N=518 11-18 años Estados Unidos |
Utilizar las teorías del bajo autocontrol y del aprendizaje social en un intento de comprender mejor por qué los adolescentes se involucran en el ciberacoso. |
– Ad hoc |
Los componentes de la teoría del aprendizaje social median el efecto del bajo autocontrol. |
You y Lim (2016) |
Autocontrol |
N= 3 449 11-14 años Corea |
Efectos de los factores individuales y psicológicos en la perpetración del ciberacoso |
– Ad hoc |
Un uso más prolongado de Internet, un mayor número de experiencias previas de acoso y de víctimas, un mayor nivel de agresividad y la falta de autocontrol se asocian a una mayor perpetración de ciberacoso. |
Lee (2016) |
Inhibición |
N= 321 M= 21.52 Estados Unidos |
Examina los patrones de ciberacoso y victimización |
– ciberacoso Questionnaire (CBQ; Calvete – et al., 2010) – Buss–Perry Aggression Questionnaire scale (BPAQ; Buss y Perry, 1992) |
La desinhibición online es el factor que más predice la perpetración del ciberacoso |
Peker (2017) |
Autocontrol |
N=353 14-18 años Turquía |
Examinar el efecto predictivo del autocontrol sobre la cibervictimización |
– Brief Self-Control Scale (BSCS; Nebıoglu, Konuk, – Akbaba y Eroglu, 2012). – Cyber Victimization and Bullying Scale (CVBS; Cetın, Yaman y Peker, 2011) |
Relación negativa entre la impulsividad y la autodisciplina (subescalas de autocontrol) y la cibervictimización. |
Vazsonyi et al. (2017) |
Autocontrol |
N= 546 14- 18 años Turquía |
Analizar la relación entre la crianza materna y paterna, el autocontrol y el bullying/ciberacoso |
– Health Behaviour in School-aged Children Survey – Ad hoc |
La aprobación paterna de los compañeros predice el acoso tanto directa como indirectamente a través del bajo autocontrol. El bajo autocontrol predice tanto las conductas de acoso como las de ciberacoso. |
Bradbury (2018) |
Resolución de problemas |
N= 329 11-14 años Estados Unidos |
Comprender las estrategias de afrontamiento más comunes de los adolescentes, identificar de quién aprenden los jóvenes las estrategias de afrontamiento de la cibervictimización |
– Internet Experiences Questionnaire (Raskauskas y Stoltz, 2007) – Experiences with Cyber-victimization Measure – Self-report Coping Measure for youth |
La resolución de problemas y la búsqueda de apoyo social se utilizan con mayor frecuencia como estrategias de afrontamiento. |
Coelho y Marchante (2018) |
Autocontrol |
N= 455 11-15 años Portugal |
Investigar cómo se desarrollan las competencias sociales y emocionales en función de la implicación en el ciberacoso |
– Social and Emotional Competencies Evaluation Questionnaire (QACSE; Coelho et al. 2015; Coelho y – Sousa 2016) – Self-Description Questionnaire-II (Marsh et al., 1983) – Bullying and Ciberacoso – Behaviors Questionnaire (QCBC; Coelho et al., 2016) |
La participación en el ciberacoso (cualquier rol) se asocia con trayectorias negativas en el autocontrol y la conciencia social. Las víctimas y los acosadores-víctimas muestran una disminución más pronunciada de la autoestima y las habilidades de relación. |
Jose y Vierling (2018) |
Resolución de problemas |
N= 2 179 10-15 años Nueva Zelanda |
Determinar si la capacidad de la cibervictimización de la cibervictimización para predecir la adecuación del sueño estaría mediada por el afrontamiento adaptativo (la resolución de problemas) así como por el afrontamiento desadaptativo (la rumiación). |
– Ad hoc |
La cibervictimización predice niveles más bajos de sueño un año después la rumiación. La resolución de problemas, media en la relación temporal de la cibervictimización con la adecuación del sueño. |
Kyobe et al. (2018) |
Autocontrol |
N= 3 500 14-18 años Sudáfrica |
Investigar el acoso móvil entre los estudiantes rurales de secundaria, los factores que influyen, la aplicabilidad de las teorías anteriores y las implicaciones legales y políticas. |
– Ad hoc |
Los acosadores móviles son usuarios intensivos de chats, Facebook y Twitter. El acoso mediante burlas aumentó hasta los 14 años, descendió a los 15 pero volvió a aumentar de los 16 a los 18 años. Los acosadores proceden principalmente de zonas residenciales inestables y la falta de autocontrol es lo que más predice el acoso por móvil. |
Louise et al. (2018) |
Autocontrol |
N= 273 13-18 años Brasil |
Investigar la prevalencia del ciberacoso y su relación con estrategias de afrontamiento |
– Revised Cyberbullying Inventory (RCBI; (Topcu y Erdur-Baker, 2010) – Inventario de Estrategias de Afrontamiento de Folkman y Lazarus (Savóia, Santana y Mejias, 1996) |
Prevalencia del 58%. Estrategias afrontamiento más usadas: autocontrol, soporte social y escape-huida (víctimas) y confrontación (víctimas y agresores). |
Armstrong et al. (2019) |
Resolución de problemas |
N= 321 11-15 años Estados Unidos |
Comparar el uso y la eficacia de las estrategias de afrontamiento en contextos de victimización presencial y cibernética |
– Self-Report Coping Scale for Youth (Causey y Dubow, 1992) – Stress Questionnaire (RSQ; Connor-Smith et al., 2000) |
La resolución de problemas está asociada a la eficacia de afrontamiento de la cibervictimización. |
Adorjan y Ricciardelli (2019) |
Autocontrol |
N= 115 13-19 años Canadá |
Analizar la eficacia de los programas de ciberseguridad en las escuelas |
– Grupo focal |
Los alumnos adquieren un sentido de prudencia y autocontrol. |
Cho y Galehan (2019) |
Autocontrol |
N= 2 351 14-19 años Corea |
Examinar la influencia del comportamiento delictivo anterior en el comportamiento delictivo posterior |
– Ad hoc |
La relación entre el bajo autocontrol y el ciberacoso está parcialmente mediada por los estilos de vida cibernéticos. La perpetración previa de ciberacoso influye en la perpetración posterior de ciberacoso. |
Ferreira et al. (2019) |
Resolución de problemas |
N= 676 10-18 años Portugal |
Analizar la relación entre las fases del modelo de intervención de los testigos y el papel mediador de las creencias de autoeficacia de los adolescentes. |
– Ad hoc |
El ciberacoso presenta un efecto directo e indirecto sobre el comportamiento agresivo, y un efecto indirecto sobre la denuncia y la resolución de problemas comportamiento. |
Vives-Cases et al. (2019) |
Resolución de problemas |
N=270 13-17 años España, Italia, RU, Rumanía Polonia, Portugal |
Evaluar la prevención de la violencia de pareja (VD) mediante el fomento de factores de protección: habilidades de comunicación, empatía y capacidad de resolución de problemas. |
– Student Social Support Scale- Assesses (Nolten, 1995) – Questionnaire for Evaluating School Social Climate (Trianes, Blanca, De la Morena, Infante y Raya. 2006) – Maudsley Violence Questionnaire (Walker y Bowes, 2013) – Ambivalent Sexism Inventory (Glick y Fiske, 1996) |
El programa es efectivo |
Wachs et al. (2019) |
Inhibición |
N= 1 480 12-17 años Alemania |
Comprobar la relación entre el ciberacoso y el ciberodio y si esta relación estaba moderada por la desinhibición tóxica en línea. |
– Ad hoc |
El aumento en la perpetración del ciberacoso y la desinhibición tóxica en línea se relacionan positivamente con la perpetración del ciberodio. |
Wachs y Wright (2019) |
Inhibición |
N= 1 480 12-17 años Alemania |
Estudiar la relación entre la victimización y la perpetración del odio en línea y los posibles efectos de moderación de la desinhibición tóxica en línea en esta relación |
– Ad hoc |
La desinhibición tóxica en línea y el sexo, a modo de efectos moderadores, afectan a la relación entre la victimización y la perpetración del odio en línea. |
Buils et al. (2020) |
Resolución de problemas |
N= 159 8-12 años España |
Evaluar el efecto de un programa de prevención del ciberacoso |
– Emotional Education Questionnaire (EEQ; Álvarez, 2011) – Cyberbehavior Quality Assessment Scale(Ortega, Del Rey y Sánchez, 2012) |
Se obtienen diferencias significativas en las siguientes dimensiones: autoconciencia emocional, resolución de problemas, uso responsable, tutoría digital y supervisión familiar. El programa es eficaz. |
Cho y Rustu (2020) |
Autocontrol |
N= 2 351 14-19 años Corea |
Enfoque integrado de las teorías del autocontrol y la oportunidad sobre el ciberacoso |
– Ad hoc |
El menor autocontrol y la menor supervisión de los padres, así como la participación en más actividades en línea hacen más probable ser ciberagresor. |
Hamilton et al. (2020) |
Resolución de problemas |
N= 2 658 14-16 años Irlanda, Inglaterra, Alemania, Italia, Países Bajos |
Abordar el ciberacoso de forma innovadora mediante un enfoque coparticipativo y de Círculo de Calidad |
– Ad hoc |
QC es útil en la prevención de ciberacoso |
Harriman et al. (2020) |
Inhibición |
N= 320 14-19 años Estados Unidos |
Explorar los predictores de la exposición a material de odio en el espacio online, incluyendo las características demográficas (edad, sexo y raza), el rendimiento académico, los comportamientos online, la desinhibición online, la percepción del riesgo y la supervisión de las actividades online por parte de los padres. |
– Hawdon’s Online Hate Involvement Scale |
Asociación positiva entre la exposición a mensajes de odio en el espacio en línea y el tiempo que se pasa en línea, el rendimiento académico, la comunicación con un extraño en las redes sociales y la desinhibición benigna en línea. |
Wood y Graham (2020) |
Autocontrol |
N= 9 122 14-17 años Estados Unidos |
Explora los vínculos entre la victimización por ciberacoso y un de conductas de riesgo para la salud asociadas a la delincuencia juvenil (consumo de (fumar cigarrillos, consumo de marihuana, consumo de alcohol y frecuencia sexual). |
– Ad hoc |
La victimización por ciberacoso aumenta la probabilidad de que un estudiante sea clasificado en el grupo de “riesgo”. Este efecto se mantiene al controlar el acoso físico, una medida de autocontrol y variables demográficas. |
Camacho et al. (2021) |
Autocontrol |
N = 3 017 11-16 años España |
Investigar las asociaciones entre cibervictimización, rumiación de ira y ciberacoso |
– European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire (Del Rey et al., 2015) – Anger Rumination Scale (Sukhodolsky et al., 2001) |
La cibervictimización predice la rumiación de ira y la ciberagresión. La rumiación de la ira se asocia con un aumento posterior de la cibervictimización y la ciberagresión. La cibervictimización media en la asociación entre la rumiación de la ira y la ciberagresión. Los programas de intervención deberían centrarse en potenciar el autocontrol. |
Cho y Glassner (2021) |
Autocontrol |
N= 2 351 14-19 años Corea |
Examinar si existen trayectorias de crecimiento únicas para la perpetración del ciberacoso cuando se tiene en cuenta el bajo autocontrol y los factores de oportunidad |
– Ad hoc |
El bajo autocontrol se asocia positivamente con el inicio temprano/ disminución del ciberacoso. |
Wang y Ngai (2021) |
Autocontrol |
N= 1 103 12-18 años China |
Desarrollo de un marco integrado para investigar los efectos del desequilibrio de poder, el efecto de desinhibición en línea, los estados internos y la mediación de los padres en el ciberacoso |
– Physical Self-perception Profile Scale (Lindwall et al., 2011) – Advanced Knowledge of the Internet Scale (Vandebosch y Van Cleemput, 2009) – Self-perceived Social Status Scale (Lee et al., 2018) – Toxic Online Disinhibition Scale (Udris, 2014). – Cyberbullying Perpetration Scale (Wong y McBride, 2018) – Self-Control Scale (Wong et al., 2018) |
El estatus social entre los compañeros se relaciona directamente con el ciberacoso, y a través del bajo autocontrol para predecir el ciberacoso. El efecto de desinhibición en línea no correlaciona directamente con el ciberacoso, sino que lo hace a través de la desvinculación moral y el bajo autocontrol para predecir el ciberacoso. El poder físico no se correlaciona directamente con el ciberacoso. La mediación de los padres modera los efectos de la desinhibición en línea sobre el ciberacoso y no tuvo efectos de amortiguación al examinar las relaciones entre el poder físico, el estatus social, el uso de la tecnología y el ciberacoso. |
Fuente: Elaboración propia
Por otro lado, existen también otras publicaciones que señalan la importancia de variables complementarias que afectan a la relación entre las FE y el ciberacoso. Song y Lee (2020) destacan que la moralidad de los menores juega un papel importante, mientras que Cho y Rutsu (2020), Vazsonyi et al. (2017) y Wang y Ngai (2021) señalan que el control parental afecta inversamente sobre el acoso a través de internet. Por su parte, Wood y Graham (2020) confirman el papel del consumo de sustancias y cómo el hecho de ser víctima de ciberacoso puede llegar a ser un factor de riesgo para ser ciberagresor. Esto concuerda con lo afirmado por Cho y Galeman (2019) quienes hallan que el estilo de vida actúa como un mediador significativo entre el autocontrol y el ciberacoso.
El principal objetivo de este trabajo ha sido realizar una revisión sistemática para indagar sobre la relación entre las FE y el ciberacoso en sus diferentes roles (víctimas, agresores y agresores-victimizados). El primer aspecto a destacar es la existencia de una carencia de estudios de revisión sobre el perfil ejecutivo en niños y adolescentes que se han visto involucrados en situaciones de acoso online. Por ello, se ajustó la búsqueda para considerar la relación del ciberacoso junto a los distintos componentes de las FE (solución de problemas, inhibición y autocontrol), y de él se obtuvieron 32 trabajos publicados. Ante este hecho, es importante destacar la novedad y relevancia de este trabajo ya que sus hallazgos permiten explorar una parte del ciberacoso que no ha sido analizado y que podría ser de especial relevancia para su prevención e intervención.
De los estudios analizados podemos observar que el mayor porcentaje de publicaciones se encuentran en Estados Unidos y Corea. Esto puede deberse a que son dos de los países con mayor población y producción científica en esta área de conocimiento. También podemos observar que es Europa el continente que más publicaciones muestra. Respecto al año de publicación, observamos una tendencia al incremento desde el año 2015 al 2019 con un ligero descenso en el año 2020. Este último hecho puede deberse a la situación de confinamiento derivado de la pandemia del COVID-19. Debido al cierre tanto de centros escolares como centros de investigación, los estudios en este campo se han visto disminuido, mostrando una carencia de información a este respecto. El rango de muestra está bastante equilibrado entre los diferentes grupos de edad, lo cual nos revela que no es un fenómeno que se acote a un solo rango, sino que se muestra constante a lo largo de la infancia y la adolescencia.
Las FE son el resultado de procesos psicológicos complejos que, unido al problemático fenómeno del ciberacoso, hace que sea especialmente importante analizar estudios que abarquen diferentes dimensiones y variables dotándolo de mayor riqueza. A la luz de los resultados encontrados sobre la relación con los diferentes componentes de las FE, se destaca que los menores con deficiencias en el perfil ejecutivo como la falta de control de impulsos, la ausencia de habilidades de resolución de problemas, la carencia en la capacidad de inhibición, etc., tienen una relación directa y positiva con verse involucrados en una situación de ciberacoso en cualquiera de los diferentes roles.
La inhibición permite a la persona obviar estimulación irrelevante que proceda tanto de fuentes externas como internas a la hora de llevar a cabo una actividad (Miyake y Friedman, 2012). Esta FE está muy ligada al control de impulsos y, por lo tanto, al autocontrol. Es por ello que cabría esperar que fueran los agresores los que mostrasen una mayor carencia en este aspecto, y les costase inhibir/controlar determinadas conductas que no encajan en el contexto social en el que se hallan, como insultos, amenazas o, dado que se trata de una modalidad online, envío de imágenes o contenido indebido. El área del cerebro encargada de realizar dicha tarea es la corteza prefrontal, la cual permite o no la realización de conductas que surgen como respuesta a la hora de decidir cómo enfrentarnos ante una determinada situación, teniendo en cuenta también las circunstancias ambientales (Gutiérrez y Solís, 2011). Estas zonas cerebrales son de las últimas en culminar su desarrollo, no alcanzando su madurez hasta los 21-23 años. Si nos fijamos en este hecho, podremos comprender por qué son los grupos más jóvenes los considerados más impulsivos. Esto explica el hecho de la elevada incidencia de ciberacoso durante la adolescencia (Blakemore y Robbins, 2012). Desde el punto de vista del agresor, es común encontrarse con una ausencia de filtro en su autocontrol. Esto se ve reforzado también por el anonimato que otorga internet, ya que, como hemos visto, la desinhibición online es uno de los más fuertes predictores de ciberacoso (Wachs y Wright, 2019). En cuanto a la víctima, la forma de enfrentar las ciberagresiones varía en función del grado de desarrollo de su CPF, encontrándonos con mayores probabilidades de ignorar los mensajes y provocaciones en el caso de los adultos, no siendo así con la población más joven, quienes acaban cayendo y viéndose inmersos en el círculo de agresión-victimización.
El concepto de resolución de problemas está ligado al procedimiento que permite solucionar -e incluso prevenir- una situación no deseada. Comienza con la identificación del inconveniente en cuestión. Una vez identificado, es necesario establecer una planificación para desarrollar la acción que derive en la resolución. Dependiendo del contexto, la resolución de problemas puede llevar a seguir determinados pasos a veces ya aprendidos o puede depender de una única acción o de una decisión repentina. En el caso del ciberacoso, pueden darse ambos. En cualquiera de ellos, la persona necesita tomar decisiones. Existen diferentes formas de entender el concepto de toma de decisiones ya que puede referirse tanto a las alternativas de decisión como a la velocidad con que se dan o la calidad de estas entre los diferentes actores en el contexto del acoso. Así, la impulsividad derivada de la ausencia de inhibición o autocontrol de los agresores, los lleva a tomar decisiones más arriesgadas que hacen que se vean involucrados en este tipo de situaciones.
Hasta ahora hemos visto los diferentes factores de riesgo relacionados con el ciberacoso. Pero los estudios también encontraron que existen factores individuales, sociales y familiares que actúan como protectores y disminuyen la probabilidad de que los niños, niñas y adolescentes se vean inmersos en ciberacoso. Entre los factores personales encontramos unas buenas estrategias de afrontamiento (Bradbury, 2012; Louise at al., 2018; Palladino, 2012), una elevada autoestima (Bayraktar et al., 2015), capacidad de empatía (Erreygers et al., 2016) y una adecuada competencia socioemocional (Buils et al., 2020; Coelho y Marchante, 2018). Contar con un buen ambiente y apoyo familiar (Bayraktar et al., 2015; Vazsonyi et al., 2012, Vives-Cases et al. 2019).
En este trabajo existen algunas limitaciones. En primer lugar, encontramos gran variabilidad en la conceptualización y la medición tanto de las FE como el ciberacoso, este fenómeno dificulta la generalización de los resultados y la comparación de estos de distintos estudios. Además, se debería incluir algunos componentes que conforman las FE (p. ej., atención, memoria de trabajo, velocidad de procesamiento) y que, debida a la extensión del estudio han sido descartados. Igualmente, el diseño en la mayoría de los trabajos es transversal, lo que hace imposible examinar la causalidad de los hallazgos. Además, para futuras investigaciones, se tendrá en cuenta incluirlas previamente en PROSPERO. Igualmente, aunque hubo dos investigadores en la selección de trabajos para eliminar posibles duplicados, no se calculó el Índice Kappa. Finalmente, cabe destacar también que no se ha tenido en cuenta la dispersión cultural, pese a ser un factor que puede estar influenciando a la activación de las FE y al ciberacoso, ya que en las diferentes culturas la moralidad varía y, por tanto, las conductas de ciberacoso pueden modificar la interpretación de los resultados. Por todo ello, este estudio puede considerarse una revisión exploratoria inicial respecto a la relación de las funciones ejecutivas y el ciberacoso que deberá concretarse en una mayor sistematización en futuros estudios.
A pesar de dichas limitaciones, este estudio es pionero en la temática y tiene especial relevancia ya que cubre la necesidad de una revisión que aúne tanto los diferentes componentes de las FE como el ciberacoso. Además, estos datos pueden ser de especial relevancia para los diferentes agentes que intervienen con niños, niñas y adolescentes. Profesores/as, psicólogos/as, psicopedagogos/as, orientadores/as y todo el personal especializado que interviene en este tipo de conflictos puede trabajar desde sus diferentes disciplinas para suplir estas carencias en alumnado que se haya visto inmerso en este tipo de situaciones. Además, también puede ser muy útil en materia de prevención, ya que un programa que incluya el desarrollo del autocontrol, resolución de problemas e inhibición puede tener efectos positivos en la reducción del ciberacoso en la infancia y la adolescencia. Desarrollar estas acciones de prevención, especialmente en los centros escolares de Educación Primaria, podría ayudar a reducir los altos índices de prevalencia que se están observando, dotando a los alumnos de herramientas para evitar que se vean involucrados en situaciones de acoso cibernético (Rivera et al., 2018).
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Información de contacto: Beatriz Delgado Domenech, Universidad de Alicante, Facultad Educación, Departamento de Psicología Evolutiva y Didáctica. Carretera de San Vicente del Raspeig, s/n, CP 03690, Alicante. E-mail: beatriz.delgado@ua.es