La globalización ha traído consigo vertiginosos cambios socioeconómicos, políticos, tecnológicos y culturales a lo largo de las últimas décadas que han llevado a repensar ciertas coordenadas de índole educativo con el fin de potenciar una educación en red. Por un lado, con el desarrollo de las nuevas tecnologías han aparecido nuevas formas de aprendizaje que se vinculan con la construcción del conocimiento en la red, entendida como internet y las redes sociales, así como nuevas necesidades allá donde la alfabetización digital no ha logrado llegar. Por otro lado, la educación presta cada vez más atención a nuevas formas con las que construir redes en el tejido comunitario, lo cual se vincula estrechamente con los aprendizajes que tienen lugar en los contextos no formales e informales.
En cualquier caso, los diversos significados atribuidos al término red conllevan para la educación el reto de favorecer experiencias centradas en la interacción social y la construcción del conocimiento por parte del alumnado como protagonistas de su aprendizaje. Es en estos desafíos donde la obra que aquí reseñamos centra su análisis a lo largo de once capítulos.
En la primera parte encontramos diversos posicionamientos en el abordaje de la educación en red. En el capítulo uno se realiza una aproximación a la educación emprendedora desde una perspectiva ecológica, reconociendo la influencia de los contextos sobre la configuración de la identidad emprendedora. El segundo capítulo aborda la formación en red de los/as profesionales de la educación, exponiendo ejemplos de experiencias de agrupación estratégica. El capítulo tres se centra en las posibilidades educativas de las TIC, atendiendo a una serie de principios para la consolidación de la formación con las nuevas tecnologías. El cuarto capítulo se ocupa de las comunidades de práctica profesional, definidas como grupos de profesionales comprometidos/as con la construcción de conocimiento, y profundiza en el funcionamiento de estos espacios y las ventajas que ofrecen. El capítulo cinco trata el impacto de la educación no formal en la generación de capital social, al funcionar como soporte del trabajo en red y propulsor de lazos de colaboración en el contexto socio-comunitario. El último capítulo de esta primera parte analiza las remesas pedagógicas de tres personajes históricos que otorgaron especial importancia a la educación interconectada.
Trasladando el foco de análisis al plano de la educación superior, la segunda parte del libro comienza examinando los fundamentos de una educación a lo largo de la vida y los cambios que deben darse en la universidad para dar respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad. El capítulo ocho plantea la importancia del establecimiento de redes entre universidades y otras instituciones educativas, cuestión que ganó especial interés tras la pandemia del COVID-19. El noveno capítulo expone una investigación sobre las ecologías de aprendizaje de docentes universitarios/as, aludiendo al papel que juegan las nuevas tecnologías en la formación de este perfil profesional. El penúltimo capítulo describe las redes europeas de cooperación que han surgido para apoyar y promover la formación profesional para el empleo. La obra culmina con un estudio que investiga la capacidad del aprendizaje-servicio para el establecimiento de redes de colaboración entre universidad y comunidad, evidenciando, además, su efectividad para fomentar el trabajo en red, la conexión de los aprendizajes con contextos reales, y el diálogo con el estudiantado.
Consideramos, por tanto, que se trata de una obra que invita a reflexionar sobre el nuevo escenario de interconexión en el que se encuentra la práctica educativa y que ha obligado a las instituciones de educación superior a remodelar filosofías y marcos de actuación. A la vez, los autores exploran nuevas vías para tejer redes entre el entramado universitario y otros agentes educativos, así como para favorecer un aprendizaje en red al servicio de la innovación educativa. Sin duda, es una lectura que resultará atractiva para todas aquellas personas interesadas en el desarrollo de prácticas educativas de calidad.
Anaïs Quiroga-Carrillo