eISSN: 1989-9742 © SIPS. DOI: 10.7179/PSRI_2024.46.01

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Presentación del Monográfico

La formación de profesionales en la intervención socioeducativa preventiva con familias basada en la evidencia


Los programas socioeducativos familiares basados en la evidencia científica permiten una adecuada inversión de recursos teniendo en cuenta que se trata de intervenciones que demuestran su efectividad (Pinto et al., 2023). Este criterio es especialmente relevante en el ámbito de la prevención de comportamientos de riesgo, adicciones y comportamientos antisociales. La trayectoria de investigación y resultados de las distintas versiones del Programa de Competencia Familiar (Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social, Universitat de les Illes Balears) lleva a los coordinadores de este monográfico a la conclusión de la necesidad de poner el foco en los procesos formativos de los facilitadores y profesionales en su conjunto. Una mejora de la formación que estos reciben se traduce en el avance en la mejora de los programas, junto con las investigaciones relativas a la calidad de la implementación, así como el ajuste de los instrumentos de evaluación, y la mejora de los procesos de participación (reclutamiento y retención) de las familias, entre otros.

Esta constatación está alineada con los debates teóricos específicos de este ámbito de estudio, que consideran crucial progresar en las contribuciones científicas sobre cómo mejorar la formación de formadores. Autores como Mauricio et al. (2019) constatan que es imprescindible una adecuada capacitación de los profesionales para garantizar la efectividad y mayor aprovechamiento de las intervenciones por parte de las familias. A pesar de existir iniciativas en esta dirección, llama la atención la poca información sistematizada recogida al respecto. Por ello se planteó el presente monográfico, con los principales objetivos de conocer cuáles son los aspectos fundamentales de la formación que reciben los formadores, las metodologías formativas más efectivas, y cuáles son los componentes clave de la formación que tienen mayor probabilidad de repercutir en mejores resultados en las familias.

En el primero de los artículos, Orte et al. realizan una revisión sistemática sobre las características de las formaciones de formadores en el ámbito basado en la evidencia científica de la educación familiar y la educación para la salud. Dedican especial atención a conocer las metodologías formativas utilizadas, así como qué variables de resultados se están midiendo. Constatan que la mayoría de las formaciones todavía están principalmente orientadas al aprendizaje de los currículos de los programas o intervenciones a implementar. Un menor número de las formaciones se orientan al aprendizaje competencial. En cuanto a las variables de resultados, a partir de lo analizado, señalan la importancia de mejorar los diseños evaluativos, así como la oportunidad de las autoevaluaciones (rigurosas y bien definidas) para mejorar los procesos formativos de los profesionales.

En el segundo artículo, Amer et al., a partir de la consulta de expertos que llevan a cabo con profesiones y académicos del ámbito de la intervención socioeducativa familiar, destacan la relevancia de una formación de profesionales con mayor acento en el entrenamiento de las competencias. En concreto, los expertos consultados subrayan especialmente la necesidad de capacitar y/o mejorar la preparación en habilidades comunicativas, la detección de necesidades específicas, la implicación del profesional o la capacidad de vincular con las familias. A partir del diagnóstico, los autores se encuentran en el proceso de diseñar un currículo formativo para profesionales familiares que pone el acento en la capacitación de las habilidades.

En tercer lugar, Stormshak et al. exponen las bases teóricas, los modelos de implementación, los resultados y las estrategias formativas del programa norteamericano Family Check-Up. Se trata de un programa con tres décadas de trayectoria. Los autores constatan en el marco norteamericano un déficit de profesionales debidamente formados en programas e intervenciones basadas en la evidencia. Fruto de su investigación y experiencia, transitan de formatos presenciales a un formato a distancia de formación de profesionales que les permite disponer de mayor número de facilitadores.

En el cuarto artículo, Hidalgo et al. estudian las necesidades formativas de los profesionales a partir de una autoevaluación en el marco de una guía de buenas prácticas en parentalidad positiva. De las distintas necesidades detectadas, cabe destacar la demanda de metodologías experienciales para el trabajo grupal con familias. Otras necesidades subrayadas son: i) la formación orientada a mejorar los canales de sensibilización en prevención universal y ii) el entrenamiento en diseñar estructuras organizativas para el apoyo a las competencias parentales.

En quinto lugar, MacGowan et al. desarrollan un instrumento para promover la implicación en el trabajo grupal con familias, basado en la evidencia científica. Se trata del proceso de validación de la adaptación de un instrumento existente, el Group Engagement Measure, a la población española. Para ello prestan atención a una acertada adecuación cultural y a una traducción rigurosa de los materiales. Un trabajo grupal con familias bien evaluado y medido aporta informaciones de mucho valor a los profesionales, de cara a la mejora. Además, eventualmente podrá facilitar las condiciones para que las familias participantes obtengan mayor aprovechamiento.

En el sexto artículo, Martín et al. investigan el impacto de los formadores en las habilidades parentales de los participantes en el programa “Vivir la Adolescencia en Familia”. Los autores hallan en su estudio que una menor experiencia docente por parte de los facilitadores repercute en un mejor resultado en las competencias parentales de los participantes. De acuerdo con sus resultados, la menor trayectoria docente podría propiciar escenarios más horizontales con las familias, permitiendo mejores relaciones de confianza.

Por último, Balcells et al. abordan otro de los retos que plantea la investigación internacional, el ajuste entre las exigencias científicas y la realidad profesional en la implementación de los programas de apoyo familiar. Aplicando una metodología participativa basada en la práctica reflexiva, se exploran las vías para establecer un diálogo iterativo entre investigadores, responsables institucionales y profesionales de la práctica, posibilitando tanto la adaptación de los programas preventivos basados en la evidencia al contexto, como la adaptación de la organización de los servicios.

En conjunto, las aportaciones del monográfico destacan diferentes componentes clave para el diseño, implementación y evaluación de formaciones de formadores más efectivas. A modo de cierre, se quieren subrayar de manera especial dos componentes: el entrenamiento de habilidades y los procesos de seguimiento y supervisión. Primero, los formatos de aprendizaje más orientados al currículo de las intervenciones a aplicar deben complementarse con aprendizajes más competenciales que pongan el acento en el entrenamiento de las habilidades de los profesionales. Segundo, distintos artículos del monográfico señalan la importancia de incorporar procesos de acompañamiento y supervisión a los formadores, conjuntamente a las formaciones iniciales. Estos procesos de seguimiento podrán posibilitar recorridos más largos de aprendizaje por parte de los profesionales.

Financiación

Este monográfico se ha llevado a cabo en el marco del proyecto de investigación PID2023-147011OB-I00 “Las competencias de los formadores en la intervención socioeducativa familiar ante los nuevos retos de la prevención de comportamientos de riesgo en adolescentes” financiado por MICIU/AEI/10.13039/501100011033/FEDER, UE. También ha contado con una ayuda para la publicación del área de Teoría e Historia de la Educación del departamento de Pedagogía y Didácticas Específicas de la Universitat de les Illes Balears.

Referencias

Mauricio, A. M., Rudo-Stern, J., Dishion, T. J., Letham, K., y Lopez, M. (2019). Provider readiness and adaptations of competency drivers during scale-up of the family check-up. The Journal of Primary Prevention, 40(1), 51-68. https://doi.org/10.1007/s10935-018-00533-0

Pinto, R., Canário, C., Leijten, P. et al. Implementation of Parenting Programs in Real-World Community Settings: A Scoping Review. Clinical Child and Family Psychology Review, 27, 74-90 (2024). https://doi.org/10.1007/s10567-023-00465-0