El que fuese presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, se ha convertido en los últimos años en uno de los mitos fundacionales de la democracia española. A pesar de salir en 1981del Gobierno, enormemente desprestigiado, al fallecer se presentaba en todos los medios de comunicación como el auténtico artífice de la Transición a la democracia y como un modelo de virtudes políticas. En este trabajo pretendemos estudiar la construcción de la narrativa sobre Suárez y su memoria a partir de su abandono del Gobierno. Para ello hemos elegido cinco fechas que creemos pueden servirnos con claridad para mostrar ese camino: su dimisión; su actuación en el 23F; su dimisión definitiva de la política con el CDS; la concesión del Premio Príncipe de Asturias; y su fallecimiento. Para el análisis hemos elegido los diarios de mayor circulación en España y Portugal. Hemos querido hacer un estudio comparativo para ver si la memoria de Suárez también cambió en el exterior. Tras su análisis hemos podido comprobar que los pasos en esa construcción del mito comienzan unas semanas después de salir de la presidencia, en el golpe del 23F. Su abandono definitivo de la política permitió que se pudiera valorar su figura sin partidismos y entonces llegaron los reconocimientos y los premios. Su fallecimiento, en plena crisis política, aumentó el valor de su figura, en el que también influye la nostalgia de la Transición como etapa de concordia y consenso y la necesidad de símbolos de unidad entre los españoles.
The former Prime Minister of Spain, Adolfo Suárez, has become one of the founding myths of Spanish democracy in recent years. In spite of leaving the government in 1981, in great disrepute, when the former president died he was presented in all the media as the true architect of the Transition to democracy, and as a model of political virtues. In this paper we aim to study the construction of the narrative about Suárez and his memory after his departure from government. To do so, we have chosen five dates that we believe can clearly show such path: his resignation; his actions in the 23F; his definitive resignation from politics with the CDS; the awarding of the Prince of Asturias Prize; and his death. For the analysis we have chosen the newspapers with the highest circulation in Spain and Portugal between 1981 and 2014. We have intended to carry out a comparative study to see whether the memory of Suárez also changed abroad. After our analysis, we have been able to verify that the steps in the construction of the myth began a few weeks after his departure, almost through the back door of politics, in the 23F coup d’état. His departure from politics allowed his figure to be appreciated without partisanship, and then the recognition and awards came. His death, in the midst of the political crisis, increased the value of his figure, which was also influenced by the nostalgia for the Transition as a period of harmony and consensus and the need for symbols of unity among Spaniards.
El funeral de Estado que el Gobierno de Mariano Rajoy organizó a Adolfo Suárez en 2014 marca el final de la trayectoria vital de una figura, sin lugar a dudas, clave en la Transición política española, y de su conversión en mito de la etapa.
De ser un político popular, pasó al desencanto que rodeó a su figura en los últimos meses de su Gobierno (expresión utilizada por Santos Juliá
Intentar acercarnos a un personaje tan relevante como Adolfo Suárez en la historia de España es bastante arriesgado. Y no por la importancia aceptada o no de su labor como político, sino porque en los últimos años la Transición se ha convertido en tema central de la historiografía española. No solo por los estudios que han trabajado la Transición en general, y el papel de Suárez en ella; también por los que, como veremos, se han dedicado a su relación con la prensa. Aun así, y precisamente por la relevancia del personaje, creemos que sigue siendo necesario su estudio. En nuestro caso no nos proponemos valorar su obra política o su legado. Lo que pretendemos, modestamente, es algo bien distinto: estudiar la memoria de la figura de Adolfo Suárez. Para ello acudimos a la memoria que ha ido creando (y recogiendo) la prensa. Queremos entender si la prensa, en general, comparte una memoria o memorias del político español y cómo ha ido construyendo la narrativa en torno a su figura. Una figura que pasó del prestigio al desprestigio; del protagonismo a la casi irrelevancia, y del escarnio a la mitificación.
Nos interesa en este artículo una aproximación a Suárez como mito fundacional de la Transición. No tanto su fase como presidente o post-UCD con el CDS, sino el
Para ello, vamos a trabajar en perspectiva comparada (o conectada
Para completar el estudio de las imágenes e identidades creadas en esta etapa histórica en ambos países, nos parece que la prensa es una fuente de primera magnitud por la presencia que innegablemente tuvo, no solo como observador de los rápidos cambios vividos, sino como actor de dichos cambios.
Partimos de la idea de que fue tras su abandono de la política, y conforme fue avanzando la democracia española, cuando se fue creando el mito sobre el papel de Suárez en la Transición. Y ello relacionado con los sucesos de la política española posterior. Si Suárez abandonó el poder en medio del mayor desprestigio producto de su última etapa como presidente del Gobierno —y tras unos comienzos espectaculares por sus grandes logros
Este es un trabajo sobre prensa: la prensa es la fuente principal y también el objeto de estudio. No nos interesa usar la prensa para completar el conocimiento sobre una etapa, sino conocer la narración que la prensa ofreció para entender cómo reflejó (o ayudó a construir) la imagen, la representación de Adolfo Suárez.
Aunque en todos los estudios de historia de la comunicación partimos de la necesidad de prestar especial a los medios en sí (empresa editora, comité de redacción, tipo de publicación, línea editorial, características de la información y análisis de contenido, tiradas y circulación, formato, tipo de discurso, etc.
En este sentido, compartimos las ideas de Federico Bellido sobre la relevancia que tienen los medios en la construcción de la memoria de la Transición. En su tesis sobre la memoria de la Transición a través de la televisión, parte de la idea de que «los medios, al construir determinadas narrativas mediáticomemorísticas sobre el pasado, más allá de su carácter informativo o estrictamente divulgativo, actúan con una finalidad mucho más decididamente política, que tiene que ver principalmente con lo ideológico, pero también con lo memorístico y lo identitario»
Considerada por muchos como el acto fundacional del actual régimen político ha sido y sigue siendo constantemente sometida a una multitud de mitos, críticas y lecturas de toda índole. Fuente de legitimación de las actuales instituciones y de multitud de sus actores políticos, la producción y difusión de sus innumerables relatos mediáticomemorísticos siguen poseyendo a su vez un elevado grado de funcionalidad institucional y política y, en ese sentido, los medios de comunicación...
Es este el punto de partida de este trabajo donde se mezclan la historia, la memoria, y la representación o la narración de la historia que los medios de comunicación elaboraron. Y ello porque, volviendo al trabajo de Bellido (
Adolfo Suárez ha sido objeto de numerosos trabajos. Libros, artículos, tesis doctorales… Es difícil resumir en este trabajo todas las opiniones que se han vertido sobre su figura y toda la historiografía centrada en su figura
Son numerosos los estudios que defienden el papel de la prensa en la Transición y los análisis de medios o de etapas. También encontramos estudios específicos tanto del periodo en que Suárez fue presidente del Gobierno como trabajos que analizan etapas concretas o puntos de vista concretos de su papel público. Sobre cómo contaron distintos periódicos los gobiernos de Suárez hay varios trabajos.
En cuanto a los últimos, encontramos tesis doctorales como las de Bazán Franco (
Además de los anteriores, hemos de indicar que son numerosos los estudios que se centran en la relación de Adolfo Suárez con los medios. Siguiendo la cronología de su mandato tendríamos que comenzar citando el de Ricardo Zugasti
La línea editorial de
Herrero y Reguero
Las relevantes relaciones de Suárez con la televisión han sido analizadas por Martín Jiménez y Bellido Peris, ambos autores de sendas tesis doctorales sobre la televisión y la Transición
Esta autora, en este caso junto con Pelaz López, nos ofrece una comparación en el tratamiento que de TVE hicieron los dos primeros presidentes de la democracia española. Martín Jiménez y Pelaz confirman la relevancia del uso que Suárez hizo de la televisión en su Gobierno del que llamaron el «primer presidente televisivo de España». Subrayan su telegenia y afirman que estas alocuciones «constituyeron para él su “principal arma” ante los ciudadanos»
Otro investigador que ha centrado su tesis doctoral en la televisión y la Transición ha sido Bellido Peris. Ya hemos citado su tesis doctoral al hablar de memoria y medios de comunicación en la introducción. En esta tesis dedica un capítulo a la relación de Suárez con el medio. Bellido parte de la hipótesis de que los líderes políticos se hacen, «o más bien se construyen mediáticamente», y que, en el caso de Suarez, «esta construcción mediática corrió a cargo principalmente de la comunicación audiovisual y, más precisamente, de la televisión»
Esas apariciones se han seguido utilizando en televisión para rememorar la etapa de la Transición. Queremos destacar algunas ideas que tienen relación con el estudio que presentamos:
La fuerza comunicativa y el atractivo mediático-político que adquirió el presidente Adolfo Suárez durante su primer mandato fue de tal magnitud que todavía hoy se admira su capacidad telegénica. Ésta llegó a marcar la percepción de una época durante varias generaciones, algunas de ellas nacidas incluso tras el periodo transicional. Lógicamente, como hemos tratado de poner igualmente de relieve a lo largo de nuestro trabajo, ello tampoco habría sido posible sin un intenso ejercicio de construcción memorística realizado en clave retrospectiva años más tarde, a través, nuevamente, de la televisión pública y de sus políticas conmemorativas. [...]. El expresidente Adolfo Suárez empezó a partir de mediados de los años noventa a destacar al lado del monarca como una de las figuras destinada a ocupar un lugar privilegiado en el panteón mediático de la Transición
Aunque casi todos los estudios se centran en los años de la Transición, hasta la dimisión de Suárez, el investigador Díez Miguel, de la Universidad de Valladolid, ha analizado en su tesis doctoral la etapa de Suárez en el Centro Democrático y Social (CDS)
En un segundo trabajo, Diez trabaja la proyección internacional de Suárez en los años ochenta
Aunque su título no lo denote, hay otro trabajo que estudió las relaciones de Suárez con la televisión. Se trata del capítulo que su mejor biógrafo, Juan Francisco Fuentes, escribió dentro del libro
Por último, tendríamos que citar dos trabajos sobre su muerte que utilizaremos en el apartado correspondiente: el capítulo de De la Gala Morales (
Para el estudio de la narrativa de Suárez en la prensa española y portuguesa hemos elegido los periódicos más relevantes de cada país por tirada y por prestigio. Además, presentan líneas editoriales diversas, lo que enriquece el análisis.
Los periódicos españoles que se trabajan son los madrileños
De la prensa portuguesa
Como ya indicamos en la introducción, no pretendemos hacer una descripción de la imagen de Adolfo Suárez ni de la Transición en la prensa. Solo queremos entender cómo se fue forjando el mito de Adolfo Suárez desde su definitivo abandono de la presidencia del Gobierno, primero, y de la política después, hasta su fallecimiento en 2014. Dada la gran cantidad de información y la necesidad de ajustarnos a un artículo académico, hemos elegido algunas fechas que nos parecen decisivas. Pasemos a su estudio.
Para entender la construcción de Suárez como mito fundacional de la democracia española hemos decidido comenzar por el momento en que toca fondo. Tras dos años de éxitos que culminan en la aprobación de la Constitución en referéndum en 1978, su etapa como presidente constitucional dejó mucho que desear. Las criticas arreciaron, tanto desde su propio partido (por las luchas de poder entre los distintos barones, algunos muy críticos), como en otros ámbitos sociales, financieros, eclesiásticos (ley del aborto), militares (atentados de ETA), etc., alcanzando hasta al propio monarca, que se distancia del presidente.
Recordemos que en la tarde del 29 de enero, Suárez comunicó su dimisión por televisión, su medio favorito como hemos visto. Posiblemente pensaba lanzar la bomba en el congreso del partido que iba a celebrarse en Palma, pero una huelga de controladores aéreos obligó a cancelarlo
Los periódicos le prestaron gran atención en la edición del 30 de enero y se siguieron publicando análisis del asunto los días siguientes, aunque el foco de atención pasó entonces a las propuestas de formación de Gobierno que hizo González y a la elección de Calvo-Sotelo como candidato por el rey. Como es bien sabido, tras una primera votación el 19 de febrero sin lograr la mayoría, el 23 de febrero se celebraba la segunda vuelta cuando el pleno fue interrumpido por los golpistas.
Si comenzamos analizando las portadas de las ediciones del 30 de enero, ya tenemos un adelanto de las líneas editoriales de los periódicos. Todos usan imágenes de Suárez y titulares de gran tamaño. Si
Es llamativo que
En cuanto a los contenidos de estos números, todos dedican varias páginas a explicar lo sucedido (en la sección de información) y el editorial. En las siguientes jornadas se siguieron sucediendo los artículos de opinión sobre el asunto.
En general encontramos varias ideas:
La dimisión de Suárez, de un presidente, era algo normal en las democracias y por tanto no era algo negativo, sino que consolidaba el sistema democrático (
Todos le reconocían que había hecho cosas muy positivas y que pasaría a la historia de España por ello (
Todos culpaban a la crisis de UCD como motivo de la dimisión (la portada de
Pero también surgen dudas por las verdaderas razones y críticas a que no las explique (
A ellas se suman las críticas por la mala gestión de la última etapa de presidente. Surge ya la idea de que su presidencia se dividía en dos etapas: una brillante hasta la Constitución, y una segunda negativa. Se repite el término desencanto, como veremos en los ejemplos.
El rey (buen rey Juan Carlos, en el editorial
Ningún periódico ni periodista pide la continuación de Suárez. Casi todos creen que su dimisión era necesaria o imprescindible… Incluso los que le defienden.
Algunos se preguntan si ese gesto es semejante al que realizó Felipe González en el XXVIII congreso del PSOE, cuando se retiró para imponer sus tesis (Pilar Urbano en
La situación fue seguida con gran atención y de forma diaria por la prensa portuguesa. Todos los periódicos destacaron las manifestaciones del presidente de la República Eanes lamentado el suceso.
En general, entre la gran cantidad de comentarios, podemos ver claramente una actitud positiva y otra negativa. Comenzando por los comentarios negativos, hemos de indicar que, en general, los diarios que se mostraron más críticos fueron
Su dimisión para
Efectivamente, algunos creyeron que la marcha era una maniobra para recuperarse y poder regresar, como señaló Pilar Cernuda en
La dimisión motivó duros calificativos contra el presidente. El editorial de
Y aquí encontramos otra idea repetida: la división en dos grandes etapas de su labor política. Una primera positiva y una segunda negativa. Claramente lo explica en
Por último, entre los comentarios que se hicieron también hubo descripciones de su carácter como político. Así, por ejemplo,
Por último, es interesante ver que son dos textos los que le califican de ídolo caído.
El periódico más positivo con Suárez en la hora de su dimisión fue
El editorial de
Algunos valoraron su dimisión como un servicio positivo. Jaime Capmany en «El inicio del martirologio» reconocía la elegancia con que había dimitido y agregaba: «Suarez ha presentado su dimisión como quien realiza un servicio a su país y quizá también a su partido»
En el análisis de Justino Sinova antes citado de
Incluir este momento está un poco influido por el libro de Javier Cercas,
En general, en la crónica del golpe de Estado (muchos periódicos sacaron ediciones especiales) se atendió a narrar los hechos más inmediatos. Será en los días siguientes cuando, ya vistas las imágenes del asalto al Congreso en televisión por los españoles, su protagonismo (siempre muy por detrás del rey e, incluso, de Gutiérrez Mellado) se reconozca.
En el caso de la prensa fue muy importante ver las imágenes, hoy famosas, realizadas por los fotógrafos de EFE, Manuel Pérez Barriopedro y Manuel Fernández de León (que lograron sacar del Congreso). Una de ellas es la de Suarez tirando de Gutiérrez Mellado para evitar que los militares le hicieran algo. Es significativo que
En ese número,
Actitud digna la del presidente Suárez. En el momento en que, imperiosamente, recibió, como todos los demás diputados, la orden de sentarse en su escaño, Adolfo Suárez permaneció de pie y dijo «Soy el presidente» y pidió explicaciones. Después, cuando fue sacado del hemiciclo, el jefe del Ejecutivo en funciones se levantó con tranquilidad y salió sin dar muestras del menor nerviosismo. Su gesto, tangible para toda la Cámara, es encomiable. Suárez se comportó como presidente de un Gobierno que, precisamente, esa misma tarde cesaba oficialmente de sus funciones
Es interesante que otros periódicos, los que vivieron desde dentro el acontecimiento, fueran los que empezaron a destacar la dignidad del ya expresidente. Es lo que ocurre con
Por eso es más llamativo el editorial de
Los siguientes días van surgiendo voces que reivindican o aplauden el gesto del ya expresidente. La más llamativa es la de Carmen Rico-Godoy: «¡Bravo por Suárez!» en
El abandono de la presidencia del CDS se produjo el 26 de mayo de 1991 como consecuencia de los catastróficos resultados del partido en las elecciones municipales de ese domingo. El mismo día de las elecciones, nada más saber los resultados, Suárez dimitió como presidente del partido, asumiendo toda la responsabilidad. Mantuvo que lo hacía porque en un partido presidencialista como el suyo correspondía al presidente el varapalo recibido.
Aunque su dimisión abrió las informaciones sobre las elecciones en casi todos los periódicos, no se comenta mucho más. Después, los problemas dentro del CDS por buscar sustituto y la fuga de figuras en el partido copan las informaciones. Apenas algunos comentarios entre muchos artículos informativos.
Destacamos, sin embargo, dos textos insertados en
Los años noventa fueron los del reconocimiento. O de la canonización, como lo denomina Gregorio Morán, para quien también influyó la victoria del PP, pero, sobre todo, su tragedia familiar
El listado de premios que recibió Adolfo Suárez es muy considerable. De entre ellos hemos elegido, de los muchos que recibió en los años noventa, el Príncipe de Asturias de la Concordia por ser uno de los más relevantes. El 13 de septiembre de 1996 se anunció el premio. Se afirmaba que se concedía por la «trascendencia de su aportación personal a la concordia democrática entre los españoles, que se proyecta como ejemplo en el ámbito internacional». La candidatura había sido promovida por un amplio número de personalidades de todos los ámbitos y contó con el respaldo, entre otros, del presidente del Gobierno, José María Aznar; de su antecesor en el cargo, Felipe González, y del exsecretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo. Como todos los premios de esta etapa, era un premio a su carrera después de haberse retirado de la política en 1991.
Encontramos información y comentarios sobre el premio en dos momentos: cuando se anuncia la concesión en septiembre y cuando se entrega en el Teatro Campoamor, el 8 de noviembre. Fueron más las reseñas al anunciarse el premio, por lo que vamos a incluir solo esa fecha. Los que más opiniones insertan fueron
El diario que se volcó con Suárez con motivo del premio fue
Nos parece interesante esa nostalgia de la Transición que veremos en otros autores y, sobre todo, en 2014. El resto de políticos que colaboran en este especial de reconocimiento a Suárez venían casi todos de la UCD. Todos ellos, como los anteriores, exaltarán la concordia como uno de los rasgos de la acción política de Suárez en la Transición.
Rodolfo Martín Villa en «El ejercicio de la libertad» identifica a Suárez como el hacedor de todo el cambio político, junto con el rey y ambos como símbolos de la concordia. Por su parte, el que fuese ministro y alcalde de Madrid, José Luis Álvarez, en «Palabra frente a violencia» se muestra muy satisfecho por el premio, pues reconoce que había sido uno de sus proponentes y miembro del jurado. Álvarez indicaba que la historia de España había estado llena de grandes hazañas y de grandes genios, pero que habían abundado menos los pacificadores, y que con Suárez, por primera vez en siglos, no hubo exiliados políticos. El resto, Alfonso Ossorio, Gabriel Cisneros (que le calificó como «un proyectista de la reconciliación») y Jaime García Añoveros, incidieron en hablar de su capacidad de diálogo y de la concordia que consiguió gracias al consenso. Más interés tienen las palabras de quien fuese oponente político, y otro de los padres de la Constitución, el socialista Gregorio Peces Barba. En «Garantía viva de concordia nacional» afirmaba que la transición había sido una obra colectiva «donde muchos tuvieron un papel, pero alguno fue insustituible. Adolfo Suárez lo fue, sin duda, de manera eminente». Peces Barba reconocía que ambos habían llegado a ser amigos, y que ese era «el sueño que muchos tuvimos en la transición», que adversarios políticos pudiesen ser amigos y mantener la comunicación
El otro diario que más atención dedicó a la concesión del premio y convirtió la noticia en un homenaje fue
Por su parte, del diario
El anuncio unos días antes de su inminente fallecimiento por su hijo (lo hizo el viernes y murió el domingo) puede explicar el que todos los periódicos estuviesen preparados para publicar números extraordinarios. También lo estaba el rey, que tenía un mensaje grabado y que se emitió en televisión apenas 45 minutos después del óbito. Igualmente, todas las autoridades relevantes emitieron comunicados de forma inmediata repitiendo los elogios, desde Felipe González a los líderes autonómicos y nacionalistas (llamativo el de Artur Mas queriendo identificarse con él por su desmonte del sistema anterior y justificando así su política). La prensa recogió estos mensajes y los unió a la información sobre sus últimos momentos (con imágenes de líderes notorios visitando a la familia en el tanatorio) y a los reportajes sobre su vida y obra política y a los numerosísimos artículos de opinión que escribieron políticos de todos los colores. De hecho, parece que nadie quiso quedarse atrás en ese homenaje. Rajoy y Aznar enviaron sus artículos a todos los periódicos.
En general, podemos afirmar que todos los grandes diarios españoles publicaron números especiales (sobresalen los de
Es imposible resumir en pocas páginas todos los calificativos que recibe el político de Cebreros en esa jornada (siguieron los artículos en las posteriores, pero no vamos a incluirlo en este trabajo). Desde luego, se repiten muchas ideas. Joaquín Prieto las resumía muy bien en su artículo de
En resumen, las ideas expuestas fueron:
Suárez fue el responsable primero (con el rey en casi todos los artículos en un momento en que Juan Carlos ya estaba viendo declinar su estrella) de la Transición y de traer la democracia a España.
Su principal virtud fue la del consenso: la de entenderse con el adversario político y tratarlo con respeto.
Todos le pusieron como ejemplo, como modelo de hombre de Estado y de político. Todos añoraron su actitud de concordia y diálogo. Sobre todo, porque son muchos (editorial de
De sus rasgos más destacados: el diálogo, el encanto, la prudencia, el coraje, la dignidad (en especial en el recuerdo del 23F).
Se coincide en la reivindicación de la Transición como un gran logro español en un momento que estaba siendo atacada por muchos y olvidada o desconocida por las nuevas generaciones. Una transición que no fue tan sencilla y tan fácil, pero que salió adelante.
Son muchos los colaboradores, políticos o editoriales que aprovechan para recordar los valores de la Transición —diálogo, consenso, respeto por el adversario— y compararlos con la crispación presente para reivindicarlos (editorial de
No son pocos los que recuerdan que Suárez fue muy mal recibido en su elección y luego muy maltratado por toda la oposición y por su propio partido. Algunos reconocen que fueron injustos con él (Guerra).
De la labor de Suárez se reivindica sobre todo la Transición y, en especial, su primer bienio de 1976 a 1978, en el que se consiguieron los logros fundamentales. Pocos hablan de su etapa en el CDS, pero los que lo hacen la señalan como algo digno, pero ya sin sentido. Su tiempo había pasado (el editorial de
Algunos comentaristas y editoriales recuerdan algunas sombras, pero pequeñas siempre frente a los logros.
Todos quieren estar. Muchos publican artículos (en especial, los antiguos políticos de la UCD), pero los pocos que no lo hacen, emiten comunicados de pésame loándolo (caso de Felipe González, por ejemplo). Los políticos nacionalistas también lo alabaron, como Jordi Pujol en un artículo en
Además de los artículos, los titulares de las portadas y, sobre todo, las imágenes elegidas son muy relevantes. Entre las numerosas fotografías de su biografía hay dos que se colocan, por todos los periódicos, en lugar destacado: su foto intentado rescatar a Gutiérrez Mellado de los golpistas, y aquella tomada por su hijo en la visita del rey ya enfermo de alzhéimer.
Entre los diarios españoles,
El editorial se destinó a subrayar que Suárez dejaba «un legado histórico», y ese lugar privilegiado en la historia de España por su papel en la Transición, de la que «el rey fue piloto e impulsor del cambio desde su posición institucional y suprapartidista», pero Suárez dirigió el proceso «con mano maestra», a pesar de la extraordinaria dificultad que encontró «para conducir el régimen autoritario hasta la democracia plena». Para
Entre el mar de halagos y recuerdos, Juan Manuel de Prada fue el único que esbozó críticas en
Por orden de número de páginas dedicadas al homenaje, el segundo periódico que destaca fue
El editorial es un buen resumen de todas las ideas que se repiten por los autores y nos vamos a centrar en él. Con el título «Un político de consensos», recorría todos los ángulos del expresidente y todas las ideas que se remachan en el resto de artículos. En primer lugar, el periódico aprovecha para comparar las formas de Suárez y la Transición y las malas formas de la España de esa etapa, a la que critica duramente. Afirmaba que su muerte suponía no solo la «emoción por el recuerdo del pasado», sino sobre todo «la oportunidad colectiva de reflexionar sobre el valor del acuerdo y de la concordia en un país que, en pleno siglo
Por su parte, el diario
En este periódico, además del editorial, queremos destacar la columna de Pedro G. Cuartango «¿Existió Suárez?». Cuartango, ante el «proceso de beatificación a Suárez», recordó que había sido «el político más denostado de la historia de España»
Por último, llama la atención que
Para finalizar, queremos destacar que la prensa portuguesa también repitió algunos de estas ideas. De los cuatro periódicos analizados, y exceptuando
Cuando ya teníamos muy adelantado este trabajo, nos topamos con la crónica de Enric Juliana en la muerte de Suárez afirmando que fue «un hombre que murió cuatro veces». Lo que nos llamó la atención fue la coincidencia de Juliana con el punto de partida, o casi, de este artículo.
Un intenso recordatorio finalmente jalonado por el fallecimiento de un hombre que murió cuatro veces: el 29 de enero de 1981, cuando se vio obligado a dimitir como presidente, en medio de fuertes rumores de golpe de Estado (rumores materializados el 23 de febrero de aquel año); en 1991, durante su definitivo alejamiento de la política, tras los flojos resultados de su partido de bolsillo, el Centro Democrático y Social; en el 2003, al iniciar un progresivo alejamiento del mundo consciente, como consecuencia del alzhéimer y, finalmente, la muerte clínica, ayer, 23 de marzo del 2014, al filo de las tres de la tarde
Como puede comprobarse, Juliana y yo hemos coincidido en las tres primeras fechas, de 1981 y 1991, y en la última. Queremos confesar que barajamos estudiar el momento en que su hijo anunció su enfermedad, pero una primera búsqueda no nos ofreció un material tan interesante.
En general, hemos observado que
Si cuando dimite
Apenas unas semanas después, cuando tiene lugar el golpe de Estado, las imágenes de TV y sus fotos con Gutiérrez Mellado comienzan a provocar comentarios sobre su coraje y dignidad, inmediatos en
Sin embargo, su continuidad en la política (que algunos se atreven a criticar en su muerte) impide que se le reconozca más aquella labor. Habrá que esperar a 1991, a su salida tras el fracaso electoral del CDS, para que esto cambie, aunque en ese momento, en 1991, apenas haya algunos comentarios en su despedida que recuerden su primera etapa.
Si en la concesión del Premio Príncipe de Asturias vemos como la prensa más conservadora se volcó para rendirle tributo (en especial
En general, la prensa portuguesa repitió las opiniones de la española. Se nota que sigue los acontecimientos hispanos con mucha atención en los años ochenta (en los que no solo es diaria la inserción de noticias, sino que aparece en portada casi todos los días entre la dimisión y el golpe de Estado). Del resto de informaciones apenas se recoge en un par de líneas su dimisión del CDS en 1991: ya no es una figura relevante (no aparece nada sobre el premio). Cuando fallece, también le rinden homenaje y le dan gran protagonismo.
La prensa fue, con sus informaciones y opiniones, grandes titulares e imágenes, mediadora entre la sociedad y la política. Pero fue más: no solo fuente de la narración, sino creadora de la misma y constructora de la memoria. En esto compartimos la opinión de Bellido en su estudio sobre la televisión y la memoria porque los periódicos, además de palabras, incluyeron imágenes. No es casual que ciertas fotografías se repitan aumentando su valor simbólico (23F, la amistad con el rey). Esas imágenes han pasado a convertirse en referentes de la
Un Suárez convertido en mito, en símbolo, en padre fundacional de la democracia, en la voz de todos los periódicos y de los políticos que en ellos publicaron, aunque solo algunos recordasen que esas mismas voces le denigraron durante su presidencia. Y es que había pasado del desprestigio a los altares de la patria.
Esta investigación se inserta en el marco del proyecto de investigación «Construir democracias. Actores y narrativas en los procesos de modernización y cambio en la península ibérica (1959-2008)». Ref. PID2019-107169GB-I00.
Redero San Román (
Entrevista realizada por la periodista de
Bertrand (
Luis (
Sabater (
El año milagroso, según González de la Vega (
Gregorio Morán (
Véase Almuiña (
Bellido (
Alguna de ella se comenta en Pasamar (
Si se observan sus biografías, casi todas salidas de manos de antiguos colaboradores y políticos de la UCD y otras de periodistas, se puede ver cómo los libros biográficos aparecieron en tres grandes hornadas. Los primeros en los años ochenta, tras dejar la presidencia (en lo que Pasamar denomina el «periodo de la satisfacción» (
Cordero Pérez (
Zugasti (
Sanmartí (
Herrero Izquierdo (
Herrero y Reguero (
Bellido (
Martín Jiménez (
Pelaz y Martín Jiménez (
Bellido (
Díez Miguel (
Díez Miguel (
Díez Miguel (
Aparecido en 1976, fue desde pronto un periódico muy influyente, con colaboradores de variada procedencia, lo que junto a la calidad de su sección de opinión le dio gran prestigio (
Nacido en 1989, pronto consiguió grandes tiradas gracias a sus reportajes sobre los escándalos de los Gobiernos socialistas, a los que atacó duramente. Está más cercano en su línea editorial al centroderecha.
Los datos de tiradas en Portugal son muy accesibles gracias a la página de la Associação Portuguesa para o Controlo de Tiragem e Circulação (
El
En 1979 nació
Aunque no existía en 1981, hemos decidido incluir el diario
Justino Sinova: «Ídolo caído»,
«Sorpresa pero no tanto»,
Jaime Capmany: «El inicio del martirologio»,
Justino Sinova: «Ídolo caído»,
«Adolfo Suárez, una digna actitud»,
«Defender la democracia»,
«Respeto a Suárez»,
Julián Lacalle: «¡A buenas horas!»,
Gregorio Morán (
José M.ª Aznar: «Por la concordia».
Gregorio Peces Barba: «Garantía viva de concordia nacional»,
«Suárez reconocido»,
Javier Tusell: «Un truhan en el pedestal»,
Joaquín Prieto: «El líder que cambió la historia de España»,
«Madrid y Ávila Despiden a Suárez con agradecimiento y «Vivas a la Democracia»,
«Un legado histórico»,
«Un legado histórico»,
Juan Manuel de Prada: «Panegiristas»,
«Un político de consensos»,
«Con Adolfo Suárez se va la manera más noble de hacer política»,
Pedro G. Cuartango: «¿Existió Suárez?»,
«El diálogo como legado»,
Enric Juliana: «La España en crisis eleva a Adolfo Suárez a la categoría de mito»,
Aunque en el Congreso no hubo unidad en la declaración institucional por la negativa de los republicanos catalanes de ERC y los nacionalistas de Amaiur (