Estudios

CIUDAD Y TERRITORIO

ESTUDIOS TERRITORIALES

ISSN(P): 1133-4762; ISSN(E): 2659-3254

Vol. LV, Nº 218, invierno 2023

Págs. 1071-1086

https://doi.org/10.37230/CyTET.2023.218.5

CC BY-NC-ND

Componiendo el barrio: la unidad socioespacial participativa de análisis

Vicente Díaz-García (1)
María
López-de-Asiain-Alberich (2)

(1) Profesor Contratado Doctor

(2) Profesora Ayudante Doctor

(1) (2) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Resumen: La unidad socioespacial de análisis es un concepto que pretende poner en relación el factor espacial (la escala) y el factor temporal (el proyecto), con técnicas propositivas propias de las políticas y herramientas relacionadas con la participación ciudadana. Se pone en valor el uso de la unidad socioespacial de pequeña escala, la calle, como estrategia para el estudio de procesos participativos autoinducidos y su potencial para la sensibilización en materia de políticas urbanas de mayor escala, barrio o ciudad, relativas a dimensiones culturales, patrimoniales, económicas, y sociales, y a menudo representadas mediante mapas urbanos, con gran impacto mediático. Se presentan dos ejemplos prácticos de intervención en una unidad socioespacial, una calle, en Las Palmas de Gran Canaria. Se demuestra la importancia de considerar los parámetros vinculados a la forma urbana y su escala, como marco de actuación para la mediación y resolución de conflictos.

Palabras clave: Participación ciudadana; Gobernanza; Morfología urbana; Sostenibilidad urbana; Diseño urbano.

Composing the neighbourhood: the socio-spatial participative unit of analysis

Abstract: The socio-spatial unit of analysis is a concept that aims to relate the spatial factor (the scale) and the temporal factor (the project), with purposeful techniques, to the policies and tools related to citizen participation. The present research highlights the use of the small-scale socio-spatial unit, the street, as a strategy for the study of self-induced participatory processes and its potential for raising awareness of larger-scale urban policies, neighbourhood or city scale, related to cultural, patrimonial, economic, social dimensions, etc. currently represented and with great media impact through urban maps. Two practical examples of intervention in a socio-spatial unit, a street, in Las Palmas de Gran Canaria, are presented. The importance of considering the parameters linked to the urban form is demonstrated, like action framework for mediation and conflict resolution, to encourage citizen participation to become a true engine of social change.

Keywords: Citizen participation; Governance; Urban morphology; Urban sustainability; Urban design.1. Introducción

Recibido: 19.07.2022; Revisado: 04.04.2023

Correo electrónico: vicente.diaz@ulpgc.es; Nº ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8073-6338

Correo electrónico: mlasiain@ulpgc.es; Nº ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9422-394X

Los autores agradecen los comentarios y sugerencias realizados por los evaluadores anónimos, que han contribuido a mejorar y enriquecer el manuscrito original.

1. Introducción

Abordaremos esta investigación en relación con dos ejes teóricos que se encuentran interrelacionados. El primero referido al auge que han adquirido los mapas comparativos como herramientas de información y sensibilización, legítimos herederos del ‘mapa del cólera’ de John Snow (Cerda Lorca & Valdivia C., 2007) y del ‘mapa de la pobreza de Londres’ de Charles Booth (Steven, 2008), y ampliamente extendidos en ejemplos como el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas1 (Conceição & al., 2020) o, más recientemente, los mapas que monitorizan la incidencia de la COVID2. Nos interesa destacar la capacidad comunicativa e informativa de este modo de expresión, originalmente una herramienta técnica, que permite en gran medida la comunicación y transferencia de información técnica de una manera amable y directa hacia la sociedad. Fomentar y capacitar esta comunicación proporciona un marco de trabajo fundamental para el posterior desarrollo potencial de procesos participativos, por lo que el uso de este tipo de herramientas resulta de relevancia en términos del perfil del actor dinamizador de dichos procesos (Díaz García & López De Asiain, 2022).

El segundo eje teórico se refiere a la dimensión socioespacial (Ibarra, 2020) y su relevancia para la intervención directa sobre la ciudad desde el ámbito participativo que propone Arnstein (1969), lo que en urbanismo y arquitectura se relaciona con estrategias de intervención y planteamientos como los de la activista Jane Jacobs (1973) o más institucionales como la acupuntura urbana de Jaime Lerner (2003) y que, en la actualidad encontramos en el denominado urbanismo táctico o en la ciudad de los 15 minutos (Córdoba Hernández & al., 2020). Estaríamos poniendo de relevancia la escala idónea para ciertos procesos, contenidos, acotados pero muy efectivos según se ha estudiado en esta investigación.

1.1. Pertinencia, relevancia y actualidad de los mapas

Las diferentes disciplinas interpretan los mapas desde sus propios puntos de vista. Para la geografía los mapas suelen ser el resultado de una investigación, son un fin en sí mismos. Para la historia los mapas serían representaciones de un medio social y cultural dados en una determinada etapa. Para otras ciencias sociales los mapas son herramientas útiles para ilustrar argumentos (Vaughan, 2018).

En el caso de la arquitectura los mapas son también herramientas que sirven de base, como un punto de partida, para analizar, diagnosticar y, en último término, tomar decisiones, proyectar y/o actuar.

En lo que se refiere a la vigencia de los mapas comparativos, nos parece interesante seguir su evolución reciente en España. En el año 2015 el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó por un lado el Atlas de la Vulnerabilidad Urbana en España 2001 y 2011 (Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana, s. f.) y por otro lado un visor (Instituto Nacional de Estadística, s. f.) que permitía consultar diferentes mapas basados en el Censo 2011, con datos de población, número de viviendas o porcentaje de extranjeros3.

En ambos casos la unidad básica de análisis y comparación eran las secciones censales4, extrapolables a cualquier rincón de España.

Ya en 2019, bajo la denominación de Estadística experimental y el título Atlas de Distribución de Renta de los Hogares (ADRH), el INE volvió a lanzar una serie de mapas comparativos que contenían indicadores estadísticos de renta media5 y su distribución a nivel de municipios, distritos y secciones censales.

En septiembre diferentes medios de comunicación lanzaron titulares como “¿Cuánto cobra tu vecino?”6, basados en el ADRH. Unos meses antes, entre abril y mayo de 2019, con motivo de las elecciones del 28 de abril ya habían aparecido titulares de prensa con preguntas como: ¿Qué votaron tus vecinos en las elecciones generales?7. Algo similar volvió a suceder en el mes de noviembre con la celebración de una nuevas elecciones generales8, en diciembre con el estudio de la mortalidad en España9 ; en febrero de 2020 con las diferencias de edad o las calles con más niños y más mayores10 o en junio, con el índice de precios del alquiler, nuevamente utilizando titulares como “Alquileres de ricos y pobres: el mapa de precios calle a calle” y en el destacado: “Consulta lo que pagan los inquilinos por sus casas en las secciones censales de toda España”11.

En julio de 2020 el periódico El País12 se hizo eco del estudio realizado por la fundación Felipe González (Llaneras & al., s. f.) bajo el título “Atlas de Oportunidades” y presentado como “el primer análisis de movilidad social en España basado en datos de rentas de padres e hijos, proporcionados por la Agencia Estatal de Administración Tributaria y no explorados hasta la fecha”. Nuevamente uno de los elementos centrales del análisis volvió a ser un mapa comparativo a nivel nacional, en esta ocasión utilizando el código postal como unidad básica de medida.

Por una parte, nos encontramos ante una tendencia que consagra esta forma comparativa de mostrar los datos mediante mapas como referencia para la sensibilización en materia urbano-territorial relativa a diferentes escalas de entendimiento de la ciudad y sus barrios (Moulaert & al., 2014), estableciendo un marco informativo adecuado para el desarrollo potencial de políticas y dinámicas participativas que involucren a la ciudadanía en la mejora del ámbito urbano.

En todos estos ejemplos es claro que se está apelando al interés de la población por comparar su situación con la de las personas que les rodean, con la correspondiente difusión en los medios de comunicación.

Sin embargo, a pesar del valor potencial informativo de esta herramienta, éstos datos mostrados mediante mapas, utilizan como escala de referencia de medida mayoritariamente las secciones censales, cuestión que la presente investigación pone en crisis, y propone una alternativa de Unidad Socioespacial de Análisis (USA) y trabajo para el desarrollo de casos de participación ciudadana autoinducidos y autogestionados (Pérez Valecillos, 2001), como oportunidad complementaria a las políticas de mejora de la gobernanza urbana que desarrollan procesos participativos a mayor escala.

De esta forma, la presente investigación pretende por un lado, poner en valor la importancia de la herramienta mapa para la información y comunicación en procesos participativos. Por otro lado, pretende reivindicar la USA como escala apropiada para el desarrollo de procesos participativos autoinducidos, de pequeña escala y gran efectividad.

1.2. La unidad socioespacial como catalizador de experiencias

Como ya hemos visto, la unidad de análisis en la que se basan la mayoría de los mapas es la sección censal, sin embargo, como unidad mínima de análisis estadístico presenta la dificultad de transformar la información en percepción social, ya que la ciudadanía ni las conoce, ni las percibe como propias o apropiadas.

Por contra, el municipio (Salvador & al., 2019), el barrio (López De Asiain & Díaz García, 2020) o la calle (Bird & Rogers, 2010) son otras unidades sociales con mayor aceptación entre la ciudadanía.

En el apartado anterior vimos cómo, mientras que los análisis e investigaciones utilizan principalmente la sección censal (Aguilera Arilla & González Yanci, 1991; Córdoba Hernández & al., 2020; Pérez Morales & al., 2021; Pesaresi & al., 2020; Serrano, 2020), los medios de comunicación apelan al “vecino”, al “vecindario”, a la “calle” o al “calle a calle”, para hacer más atractiva la información a sus lectores. Nos interesa la relación específica que se puede establecer entre la calle y el vecindario (Sánchez Pérez, 1990), trabajando desde la pequeña escala pero manteniendo esta referencia identitaria al vecindario. De esta forma, el estudio de los procesos de reterritorialización resulta pertinente, tal y como los enfocan Anzoise, Barberi y Scandurra (2017) en la búsqueda de esa unidad de actuación más adecuada para los procesos participativos autónomos de menor escala.

Ésta dualidad se viene planteando desde finales del siglo pasado, habiéndose estudiado las ventajas y desventajas de las diferentes escalas de estudio (Copano Ortiz & Ventura Fernández, 2020) y la dificultad de recabar datos en relación con cada una de ellas, no estando aún definida la idoneidad generalizada de ninguna de ellas en materia de investigación.

En esta propuesta tratamos de situarnos en un punto intermedio entre la línea más emocional de los artículos de prensa y la más académica de las investigaciones y análisis comentados. Es precisamente esta disfunción la que tratamos de visibilizar, reflexionando sobre la idoneidad de la sección censal como unidad social de análisis frente a otras formas de subdividir el territorio, en la que se basan la mayoría de los mapas, más acordes con el tejido urbano o con la identificación de la comunidad (Rivas, 2015; Rodríguez- Villasante, 2014).

Frente al carácter más estático de las secciones censales, actualmente disponemos de los medios técnicos suficientes para que estas subdivisiones adopten un carácter más dinámico, en línea con otras cartografías que, apelando a las emociones (Taboada Molina, 2019) (procedente del verbo latino emovere) se insertan en el componente más activo de la participación ciudadana (Martínez Vérez & Montero Seoane, 2020), al estilo de la psicogeografía situacionista de Debord (1958), la Geografía Emocional de Russell (Hochschild, 1996), la ciudad emocional de Caruso (2001) o el biomapping de Nold (2004); o bien grupos como Domestic data streamers que se dedican, según sus palabras a “transformar datos en emociones(2020).

1.3. Un seguimiento desde lo local: el caso de La Isleta

Metodológicamente, se realiza un seguimiento desde lo local, dada su singularidad y las oportunidades que de estos casos específicos se vislumbran y que posteriormente se desarrollarán, pero con un enfoque generalista. Desde dos casos de estudio en los que se ha tenido oportunidad de participar en el ámbito de investigaciones de un carácter más amplio (posteriormente se apuntan aunque no son motivo de este artículo) y relativas siempre a procesos participativos, se realiza deductivamente una correlación entre el éxito de estos dos procesos autogestionados en los que uno de los investigadores se ve además involucrado de manera casi involuntaria o accidental, y la escala específica en la que se producen. La involucración del investigador permite, desde un punto de vista pragmático, la incorporación de herramientas a modo de mapas de información (planificación de acción en un caso y visualización de problemática en otro), que articulan y facilitan la puesta en marcha de la acción participativa propuesta desde el proceso.

Esta investigación pone de manifiesto así, que las oportunidades que se desarrollan partiendo de la pequeña escala de actuación, la unidad socioespacial ‘calle’, por su singularidad y éxito en términos de autogestión y autoinducción de procesos dinámicos de participación ciudadana, sugieren un nuevo campo de estudio e investigación hasta ahora escasamente abordado y al mismo tiempo potencialmente exitoso. Igualmente, pone de manifiesto como ciertas herramientas propias de la disciplina arquitectónica como los planos / mapas, apoyan y facilitan la comunicación e información necesaria en este tipo de procesos (Díaz García & López De Asiain, 2022).

En el contexto del barrio de La Isleta, desarrollado como caso de estudio en investigaciones paralelas y previas13, se detecta la existencia de múltiples subdivisiones del tejido urbano realizadas por las diferentes administraciones y servicios públicos, lo que a su vez redunda en la forma en que se organiza la información disponible (Díaz García, 2011).

Para la empresa pública Correos, en La Isleta existen dos códigos postales; para el INE hay trece secciones censales; para la Consejería de Educación hay tres áreas de influencia de los centros educativos; para la Diócesis de Canarias existen cinco parroquias; para el Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas, hay al menos tres unidades urbanísticas y cinco ordenanzas edificatorias diferentes, así como doscientas manzanas y ochenta calles.

Igualmente, los servicios de agua, energía, telecomunicaciones, limpieza, reciclaje, medio ambiente o movilidad tienen su propia subdivisión del barrio. Incluso las empresas privadas que allí trabajan organizan sus tareas y repartos en función de sus propios mapas.

Los mapas comparativos, si bien se trata de herramientas que explotan la información de forma cuantitativa y por lo tanto, en su traducción a un entorno local, deben ser complementados con otros indicadores, no es menos cierto que tienen, como uno de sus propósitos, el hacer más transparente la información disponible y servir como herramienta pedagógica o de educación colectiva.

En diversas investigaciones desarrolladas desde hace una década para el fomento de la participación ciudadana en el barrio de La Isleta14, dichos mapas han proporcionado una herramienta de interés para tratar de comprender mejor la realidad del barrio, en primer lugar, consultándolos poniendo el foco en el barrio; y en segundo lugar, tratando de propiciar que toda la información disponible sobre el barrio también pueda ser traducida a dicho formato de referencia para su difusión a la ciudadanía. En concreto, en los dos casos de estudio que se analizan, dichos mapas, generados en el marco de investigaciones previas, han permitido el conocimiento del barrio y la implicación en gran medida de los participantes en estas acciones, quienes, conociendo dicha información, han trabajado en diversas ocasiones en debates y reuniones participativas sobre el barrio en su conjunto.

Partiendo de estas investigaciones previas locales y algunas otras foráneas, aunque escasas desarrolladas por otros autores (Bird & Rogers, 2010; Rivas, 2015), la escala de la sección censal nos parece excesiva para activar la dimensión participativa de manera autónoma y autoinducida. Involucrar a la diversidad de perfiles, situaciones e intereses del barrio de la Isleta no ha sido una situación que se haya dado potencialmente hasta la fecha con motivo de carencias o problemáticas locales ni con motivo de celebraciones o encuentros.

Sin embargo, otro tipo de acontecimientos participativos que se han desarrollado a escala menor, por ejemplo, la escala de la calle, sí pueden arrojar reflexiones de interés sobre las oportunidades que suponen. La presente investigación analiza por tanto los resultados de dos experiencias en las que la USA es la calle.

2. Unidad socioespacial de análisis para la participación

Si bien las calles del barrio tradicional de La Isleta ya reunirían las cuatro condiciones básicas para la diversidad que proponía Jane Jacobs (1961): usos primarios mezclados y localizados en una escala de proximidad; tramos de calles cortos; diferentes edades en las edificaciones y densidad de población suficiente, podemos añadir otras cuatro razones para interpretar, experimentalmente, este tramo de calle como una unidad socioespacial con características propias.

La primera referida a la configuración del tejido urbano del barrio con calles estrechas que propician los encuentros y la interacción entre vecinos; la segunda sería la dimensión de los tramos de calle, que permiten una extrapolación de resultados también desde el punto de vista cuantitativo; la tercera el fuerte sentido de comunidad de sus habitantes, bien sea por los lazos familiares o por el tiempo que llevan viviendo en la calle; y la cuarta referida a la oportunidad de desarrollar una intensa observación participante, al ser el lugar de residencia de un integrante del equipo de investigación.

En dichos tramos de calle se manifiesta algo similar a lo que Francisco Parada define como “sistemas urbanos autopoiéticos”, esto es, “procesos urbanos espontáneos e informales (auto-organizados), surgidos fuera del determinismo estructural de la ciudad” y que en su opinión “constituyen una clave fundamental de la mecánica evolutiva de las ciudades” (Parada Pino, 2020, p. 36). Citando a autores clásicos de las ciencias humanas y naturales como Humberto Maturana (autopoiesis), Michel Baranger o Edgar Morin (complejidad), Ilya Prigogine (Caos y entropía) o Johan Huizinga (Homo Ludens), pero también a arquitectos como Christopher Alexander (La ciudad no es un árbol), Constant Nieuwenhuys (la Nueva Babilonia), Aldo Van Eyck (Playgrounds) o Alejandro Zaera (Orden desde el caos), Parada se acerca a los conceptos de complejidad, caos y entropía en la evolución de la ciudad, llegando a proponer que “Los futuros procesos de transformación urbana deben intentar desarrollarse lejos del amparo determinista con que se han llevado a cabo la mayor parte, otorgando el espacio para que los sistemas urbanos autopoiéticos surjan al interior del sistema (ciudad)” (Parada Pino, 2020, p. 38).

En este caso hemos querido descender a una posible unidad social que nos permite avanzar en la comprensión del papel que juega esa complejidad en el actual tejido urbano de nuestros barrios. Concretamente haremos referencia a un segmento de calle que tiene 155 metros de largo y entre 6 y 10 metros de ancho, con 43 parcelas edificadas (19 de ellas son casas terreras tradicionales (Fernández Albaladejo, 1996)) y un total de 75 viviendas en las que viven entre 100 y 150 personas. La investigación, aborda dos acontecimientos sucedidos en los meses de septiembre y octubre de 2020 en dicho tramo de calle: primero la okupación15 de una casa abandonada y segundo la elaboración de una “alfombra humana” por parte de los vecinos con motivo conmemorativo.

Se trata de dos hechos que nos acercan a esas dos dimensiones específicas del urbanismo y la arquitectura, como son la escala y el proyecto, y nos permiten extraer una serie de conclusiones con implicaciones urbanas, arquitectónicas, sociales, jurídicas, mediáticas, políticas o económicas. En el primer caso estamos hablando de un acontecimiento que provoca un comportamiento emergente, como una de las “características comunes que definen el comportamiento de los sistemas complejos16(Parada Pino, 2020, p. 30) tal y como los define Michel Baranger (2000).

Para acercarnos al estudio de los acontecimientos sucedidos en dicho tramo de calle nos planteamos metodológicamente el cruce de tres ejes que contienen pares de conceptos enfrentados, siguiendo, en gran medida, la propuesta de matrices y tetralemas de Tomás Villasante (Rodríguez-Villasante Prieto & Valle Rojas, 2008).

El primer eje, referido al objeto de estudio relacionándolo con la dicotomía propiedad-uso, esto es, el derecho de propiedad frente al derecho de uso, para una edificación tradicional. Equiparable al producto/proceso, o tal y como lo define Ibáñez (1998), acumulación de objetos como capital (en este caso una edificación). Siguiendo la etnografía multisituada de Marcus, en esta primera parte nos encargaremos de “seguir al objeto” (Marcus, 1995).

El segundo eje, referido al sujeto siguiendo el binomio actor-espectador, en torno al papel que juegan los diferentes actores implicados, y según lo que Ibáñez (1998), define como “acumulación de sujetos como poder” y que Marcus plantea como “seguir a las personas” (Marcus, 1995).

El tercer eje, referido a los acontecimientos y su repercusión mediática, siguiendo la dicotomía hechos-relato, o lo que Ibáñez (1998) denomina “acumulación de mensajes como saber” y Marcus definiría como “seguir la historia” (Marcus, 1995).

De esta forma, a continuación se relatan los acontecimientos siguiendo este modo de acercamiento – análisis, que nos permite entender la realidad desde una perspectiva compleja y registrar los hechos. Se trata de dos acontecimientos que suceden en un periodo de tiempo muy corto y, aunque de naturaleza muy diferente, nos muestran la capacidad de la USA escala ‘calle’ como elemento singular y diferenciador. Esta USA calle ha sido identificada socialmente por la ciudadanía y los vecinos en cuestión implicados gracias a numerosas actividades vinculadas a procesos previos de participación ciudadana, mediados por planimetría y mapas comparativos.

El plano a continuación (Fig. 1) es el resultado de la investigación desarrollada en el barrio de La Isleta17 en la que se refleja una de las posibles subdivisiones en Unidades Sociales de Análisis, en este caso relacionadas con aspectos sociales, ambientales y urbanísticos. Se trata de una subdivisión “líquida” que en otros contextos podría ser modificada y no inducida por parte de los investigadores sino extraída como apreciación al entendimiento que los propios vecinos realizan del barrio.

Fig. 1 / Plano de las posibles subdivisiones en Unidades Sociales de Análisis del barrio de la Isleta, relacionadas con aspectos sociales, ambientales y urbanísticos. Proyecto Iura-La Isleta

Fuente: Elaboración propia con base en los documentos del Proyecto Iura-La Isleta (Díaz García & al., 2017)

Esta identificación no ha sido dirigida, sino que se ha producido naturalmente desde un acercamiento técnico en la escala barrio y que, sin embargo, por razones de convivencia e interrelación, se concreta y reproduce autónomamente a escala calle. Se trata de un hallazgo, de alguna forma, propio del estudio y acercamiento desde la arquitectura y la antropología al caso de estudio con las dos acciones mencionadas.

3. De la okupación a la fiesta

La Isleta es un barrio mayoritariamente residencial conformado por una cuadrícula de manzanas con viviendas unifamiliares entre medianeras de entre una y cuatro plantas de altura. Originalmente el barrio estaba conformado por las conocidas como casas terreras, edificaciones de una planta construidas entre 1900 y 1930 a partir de una parcelación previa con formato de ensanche (Domínguez Mujica & Gironés Montesdeoca, 2001).Todavía en el archivo histórico de la ciudad podemos encontrar los expedientes de proyectos firmados por arquitectos locales como Laureano Arroyo (1848-1910), Fernando Navarro (1864-1925), Rafael Massanet (1890-1966) o Eduardo Laforet (1892-1954)18, de gran interés arquitectónico, y sin embargo, de escasa apreciación vecinal y reconocimiento patrimonial.

Aunque el imaginario urbano del barrio, desde hace un siglo, está formado por calles estrechas llenas de gente y con estas casas como telón de fondo, en los últimos años venimos asistiendo a su lenta y progresiva transformación. Algunas casas en no muy buen estado de conservación, permanecen vacías, a la espera de la oportunidad para sus dueños de recuperarlas en el mejor de los casos o de reconvertirlas tras su venta, en edificaciones más desafortunadas.

El punto de partida o detonante de este caso es la okupación de una casa terrera en estado de abandono en septiembre de 2020. Dicha casa había sido objeto de debate en un artículo de prensa sobre la importancia de la preservación de este tipo de edificaciones19. Sin entrar en el complejo fenómeno de la okupación, lo cierto es que en dicho tramo de calle provocó un efecto mediático y político que va más allá del hecho en sí. En pocos días se pasó de un fenómeno localizado en una edificación a ser el foco de atención de los medios de comunicación tanto de ámbito local como nacional.

En segundo lugar, nos fijamos en la acción que llevan a cabo los/as vecinos/as, preocupados por una situación que empieza a afectar la tranquilidad de la calle. Ante las actuaciones de los okupas, protagonizando enfrentamientos verbales, generando ruidos, realizando fiestas en la casa okupada o requiriendo en varias ocasiones la presencia de la policía en la calle, e incluso intentando ocupar otras dos casas en la misma calle, un grupo de vecinos decide mantener una reunión en la puerta del centro educativo más cercano y, entre otras cosas, crean un grupo de WhatsApp, un hecho insólito en la historia de la calle, en el que se agregan vecinos que habitan dicho tramo de calle, incluido el propietario del inmueble okupado.

Los primeros momentos del uso de esta nueva herramienta de comunicación son de conocimiento del grupo, pero también son momentos en los que libremente los vecinos y vecinas comienzan a proponer soluciones al problema, algunas de ellas más extremas, como cerrar la calle, hacer una sentada delante de la edificación, o incluso otras soluciones no detalladas explícitamente, pero sí insinuadas como más eficaces para revertir la situación. En el otro extremo, también se realizan las primeras llamadas a la prudencia o a esperar por las indicaciones del abogado del propietario. Al día siguiente en el grupo se cuelgan los primeros videos y fotografías que registran lo que sucede en el inmueble y en su entorno.

Se propone avisar al periodista que publicó el artículo del día 6 de septiembre, en el que casualmente aparecía la fachada, en rosa (Fig.2), de la casa okupada (Ayala, 2020). Tras un primer contacto, se concierta una cita con una periodista y un fotógrafo el sábado 3 de octubre, dando como resultado la publicación de un artículo el domingo 4 de octubre, reflejando el planteamiento de los vecinos (Jaspe, 2020a).

Fig. 2 / Fachada de la casa okupada 1(fachada rosa). Tradicional casa terrera en la Isleta

Fuente: Elaboración propia

Sin entrar en más detalles, la decisión de los vecinos y la publicación del artículo en la prensa local provoca una serie de acontecimientos en los días posteriores, como llamadas de diferentes medios de comunicación, tanto locales como nacionales, interesados por ampliar la información aparecida en el artículo del periódico, la aparición por la calle de diferentes cadenas de televisión para cubrir la noticia, consiguiendo alguna entrevista a través del portero automático. Ante la evasiva de los vecinos, los medios centraron su atención en las personas que okupaban la vivienda, permitiendo conocer también su punto de vista. En días posteriores aparecieron fragmentos de entrevista de las personas que okupaban el inmueble. Incluso se realizó, delante de la casa, una rueda de prensa de algunos diputados nacionales, pertenecientes al partido de la oposición municipal, con el objetivo de alertar sobre este tipo de acciones e informar de las iniciativas que están presentando a nivel nacional para su resolución (Darriba, 2020b; LP/DLP, 2020).

Puede ser en parte por este bombardeo mediático o por otros motivos, lo cierto es que el sábado 10 de octubre, los propietarios de la casa llegan a un acuerdo con las personas que ocupan el inmueble, procediendo finalmente a desalojar la casa (Jaspe, 2020b). El domingo 11 el asunto está solucionado.

Si la ocupación y desocupación de la casa se puede presentar como una reacción colectiva ante un problema que afecta a la comunidad, a continuación, podemos también mostrar una propuesta colectiva que tiene relación con la unidad social y que se vale igualmente del grupo de WhatsApp como herramienta ya incorporada a la interacción de la calle. Se trata de la elaboración de una alfombra humana propiciada por el contacto creciente entre los vecinos a través del grupo de WhatsApp. En este caso el mismo día 10 de octubre en que se resolvía el conflicto de la okupación, en circunstancias normales, se debería haber estado celebrando en la calle la construcción de una alfombra de sal que, cada cuatro años (en años bisiestos y de olimpiadas), rinde homenaje al paso de la Virgen de La Luz con motivo de las fiestas del barrio. Sin duda se trata de un momento colectivo único, de carácter tradicional y fundamentalmente cultural, en el que los vecinos comparten esfuerzos por conseguir un objetivo común.

Como investigadores observadores, pero también de algún modo participantes en lo que estaba sucediendo, se propuso, a través del grupo de WhatsApp, no dejar pasar la conmemoración de dicho evento y realizar una acción participativa. La idea consistía en hacer la alfombra incluso cuando la procesión no se iba a celebrar por las restricciones por la COVID. Sería una alfombra humana creada por los vecinos y vecinas de la calle, aunque respetando las restricciones sanitarias que las circunstancias exigían. Concretamente, cumpliendo todos los protocolos de la COVID, los vecinos y vecinas saldrían por turnos a confeccionar la base de la alfombra (realizada con tiza sobre el suelo, siguiendo el diseño del vecino y artista Pepe Dámaso) delante de cada una de las casas (Fig. 3).

Fig. 3 / Tramo de la calle Tauro comprendido entre las calles Artemi Semidán y Benecharo. Largo: 155 m. Imagen de situación y panel explicativo del proyecto de Alfombra Humana basado en el diseño del vecino y artista Pepe Dámaso. Mapa en el que se apoyan los vecinos para la acción

Fuente: Elaboración propia

Finalmente, tras recibir el permiso municipal para cerrar la calle y celebrar el evento, el proyecto se desarrolló el sábado 17 de octubre y contó con la asistencia de un número considerable de vecinos (Fig. 4), participando incluso aquellos que todavía no habían comenzado a vivir en la calle.

Fig. 4 / Imagen final de la alfombra humana

Fuente: Póster de elaboración propia con fotografías del vecino Diego Arencibia

El proceso fue fotografiado desde algunos balcones y montado posteriormente como una alfombra, con presencia de todos los vecinos en la calle, aunque estos habían intervenido en tiempos diferentes. Se solicitaron los correspondientes permisos a la administración pública y se dieron todas las explicaciones necesarias para que los técnicos municipales permitieran, en medio del confinamiento domiciliario, que se celebrara dicho acto.

4. Discusión y conclusiones

Nos encontramos ante un problema que combina componentes arquitectónicos y antropológicos. La socialización de la arquitectura y el urbanismo pasa por un aumento de la participación ciudadana en estas disciplinas. Si bien en las últimas décadas ha ido consolidándose un cierto consenso sobre la incorporación de herramientas y mecanismos de participación de la ciudadanía en la gestión pública y en la toma de decisiones20, no es menos cierto que, en términos generales, apenas se ha superado el peldaño más básico de dicha participación, esto es, la información (Arnstein, 1969). Para hacer posible procesos más complejos de gobernanza urbana, será necesario utilizar herramientas más transparentes de comunicación social, tales como los mapas, específicos y útiles para expresar y apoyar argumentos (Vaughan, 2018) incluso en términos organizativos tal y como se describe en el segundo caso de estudio.

El urbanismo y la participación ciudadana deben confluir aún más y mejor de lo que ya lo hacen. El punto de partida es la necesidad de activar la ingente cantidad de información de la que disponemos sobre cualquier fragmento de ciudad y sobre su realidad social, para ello, estas herramientas de mapeo dirigido pueden ser una base sólida con la que informar, transmitir de manera directa, sencilla y simplificada información local a la ciudadanía (Moulaert & al., 2014). Se activa dicha información en dos sentidos: como herramienta práctica para las administraciones públicas y como mecanismo de transferencia y devolución hacia la ciudadanía. Los mapas informativos pueden así permitir una mayor implicación ciudadana en la toma de decisiones, bien al establecer los fundamentos para la localización de problemáticas y visualización de alternativas por comparación (Vaughan, 2018) o bien al permitir visualizar posibilidades y potencialidades de actuación en el espacio urbano (Díaz García & López De Asiain, 2022).

Durante el análisis de los casos de estudio se detecta igualmente el potencial de los mapas o representaciones gráficas locales de colaborar con los vecinos del barrio en la creación de su propia cartografía, esto es, una cartografía social (también emocional) que les involucre en los procesos que ya están en marcha y que les afectarán en el futuro. Para ello deberemos acercarnos a mapas de escala apropiada, vinculados a la USA analizada, la calle, más acorde con el tejido urbano y la identificación de la comunidad tal y como reivindicaban Rivas (2015) y Rodríguez-Villasante (2014) en relación con la escala de dichos mapas.

En lo que se refiere a las unidades socioespaciales de análisis y su relación con los mapas comparativos, ante la constatación de un auge de este formato de difusión (Llaneras & al., s. f.) y su utilidad expresiva (Vaughan, 2018), es importante potenciar su relación con el tejido urbano (Díaz García & al., 2017), y, por lo tanto, con las características morfológicas de cada fragmento de ciudad en relación con su realidad histórico-sociológica (Artázcoz García, 2020). Para cada caso potencial de acción participativa, será necesario entonces adaptar la unidad de medida de referencia para la construcción de dichos mapas, tal y como indicaban Copano Ortiz & Ventura Fernández (2020) y considerar una escala más vinculada a la idiosincrasia del vecindario y su propio entendimiento del barrio, de su calle (Bird & Rogers, 2010), y en definitiva, de su espacio urbano. Se constata así la inutilidad en muchos casos de la escala de la sección censal como instrumento de referencia (Aguilera Arilla & González Yanci, 1991; Córdoba-Hernández & al., 2020; Pérez Morales & al., 2021; Pesaresi & al., 2020; Serrano, 2020) para la elaboración de mapas, reforzando la necesidad de adecuar la escala a cada actuación o caso específico de desarrollo del proceso participativo para poder representar acciones más vinculadas con las situaciones y procesos emocionales vecinales, tal y como lo plantean Taboada Molina (2019), Russell según Hochschild (1996), Caruso (2001) o Nold (2004). Transformando ‘datos en emociones’ tal y como proponen en Domestic Data Streamears (2020). La acción realizada en el caso estudiado no podría haberse definido sin esa visualización de conjunto, inicialmente dibujada y planificada y posteriormente documentada como acción participativa barrial. Barrial ya que representa al barrio, su idiosincrasia, más allá de su desarrollo acotado operativamente por afinidad y pragmatismo a la USA calle donde surge y se autogestiona.

En el caso estudiado, la dimensión de la USA, la calle, ha permitido por un lado abordar un problema tan complejo como la okupación de una casa, al mismo tiempo que ha facilitado la elaboración de un proyecto participativo en positivo (ayudado de herramientas informativas y comunicativas: mapa de actuación) y dicha acción no ha surgido de una estrategia planificada, sino que ha surgido de manera espontánea y auto gestionada en el marco de estudio más general en el que los investigadores estaban trabajando sobre participación ciudadana y patrimonio.

En relación con la escala definida, la USA, en lo que se refiere al uso de un tramo de calle en una población de la Serranía de Ronda en Málaga, en ‘La liturgia del espacio’, Sánchez Pérez (1990) realiza un acercamiento al concepto de calle relacionada con la vecindad o el vecindario, situándola en un término intermedio entre “la casa y el pueblo” (Sánchez Pérez, 1990, p. 130). En el caso del barrio de La Isleta, igualmente entre la casa y el barrio, existe este límite difuso, impreciso, que es la calle o bien el tramo de calle que comparten dos manzanas. Dicho tramo, sería ese “segmento intermedio entre otros dos que tienen una enorme fuerza definitoria, así como un gran potencial simbólico, como son la casa y el pueblo” (Sánchez Pérez, 1990, p. 130). Sin embargo, en La Isleta tal vez podemos matizar a Sánchez cuando afirma que “Ni siquiera la calle, en tanto que accidente urbanístico bien definido, llega a constituirse en factor de identificación” (Sánchez Pérez, 1990, p. 117). Muy al contrario, en este trabajo queremos encontrar en ese límite difuso o impreciso de la calle, líquido diría Bauman, un nuevo factor de identificación diferente al que proporciona el barrio o la casa. Estaríamos asistiendo a lo que afirman Anzoise, Barberi & Scandurra (2017, p. 118) “...la fuerza y la omnipresencia de los procesos de reterritorialización; estos procesos, aunque a menudo se dan en formas excluyentes, nos invitan a recordar cómo los actores sociales y los espacios interactúan constantemente entre sí.”

La USA calle definida en esta investigación, necesita un soporte cartográfico que la sostenga y refuerce. Hasta la fecha, la cartografía basada en mapas comparativos utiliza la escala de barrio como elemento de identidad, sin embargo, tal y como se ha descrito y comprobado, en ocasiones, la menor escala de la calle (Díaz García & al., 2017) permite mayor cohesión social y autonomía, incluso como representación (sin entrar en la discusión de su capacidad representativa del total) del propio barrio. Sin embargo, aún no es posible tener el apoyo y soporte generalizado de estos mapeos localizados a pequeña escala. En el caso estudiado, la ventaja técnica que supone el contar con un arquitecto vecino que proporciona el soporte cartográfico a escala calle, el mapeo, es crucial para el desarrollo de la acción. En el primer caso, para la identificación de la calle como unidad espacial a ‘proteger’, en el segundo caso, para identificarla como el lugar donde se realiza la acción y planificarla.

Con respecto a la protección del patrimonio tradicional, objetivo secundario de la investigación marco desarrollada por los investigadores, este tipo de acciones participativas nos demuestran que, en el medio plazo, habría al menos dos formas de evitar su deterioro o desaparición: la primera, más relacionada con la oportunidad específica que proporciona la dimensión de la USA, la calle, y por tanto, con esta investigación, tiene que ver con la capacidad de sensibilizar (Falls Valdivieso, 2016) en materia de educación y cultura de este tipo de iniciativas (López De Asiain & Latapié Sére, 2014) y de estas herramientas comunicativas e informativas que constituyen los mapas.

Se trata de sumar a más personas a la causa de salvaguardar el patrimonio cultural, apelando a que propietarios o promotores se convenzan del valor de esta arquitectura y estén dispuestos a desarrollar inversiones que incluyan su rehabilitación. En este sentido, la oportunidad que supone la involucración de la universidad en la vida ciudadana desde la investigación y transferencia sobre dinámicas participativas, resulta de gran relevancia e interés, y deberá ser motivo de futuras investigaciones.

El segundo camino concierne exclusivamente a las administraciones públicas, y por tanto es ajeno a la presente investigación, consistiendo en impulsar el desarrollo del Plan Especial del Barrio Tradicional de La Isleta (APR-17), ya contenido en el propio Plan General de Ordenación (PGO) de 2012 y la redacción de una nueva ordenanza que pudiera incluir incentivos, en forma de mayor edificabilidad, para aquellos/as propietarios/as que apuesten por la rehabilitación en lugar de la demolición. Si podría, sin embargo, ser complementado en su desarrollo con estrategias participativas que trabajaran conjuntamente con los vecinos del barrio en la definición de su ‘patrimonio cultural construido’ (Palacio, 2014).

Con respecto a las dos intervenciones descritas, en cuanto a su dimensión social creemos que se debe prestar atención tanto a las personas que okupan la vivienda, como a sus legítimos propietarios, o a los propios vecinos/as. La relevancia del proceso participativo descrito estriba en su capacidad de constituir un marco adecuado y acotado en su escala para la búsqueda del consenso y la resolución de conflictos de manera auto gestionada. Estaríamos automáticamente trasladándonos varios peldaños por encima en la escalera de Arnstein (1969), abordando, fundamentando y poniendo las bases para el desarrollo y surgimiento de procesos participativos autoinducidos y autogestionados tal y como propone Pérez Valecillos (2001) para mejorar ciertas condiciones o situaciones socioeconómicas.

Igualmente, en cuanto a la dimensión antropológica, pero también económica, vemos cómo la actuación de los vecinos y vecinas no se queda al margen del problema, sino que puede contribuir a su resolución, tanto en lo que se refiere a apoyar la okupación como a evitarla. En este sentido, en cuanto a la dimensión urbana, se demuestra de nuevo acertado el entendimiento y definición del fragmento de calle como USA, ya que ésta escala es la que permite el desarrollo autónomo de la acción participativa gracias a su pequeño tamaño, que fomenta la dimensión colaborativa y organizativa necesaria para la rápida toma de decisiones respecto a las acciones a desarrollar (Bird & Rogers, 2010).

La preservación de las casas terreras nos remite a la dimensión histórica pero también arquitectónica y patrimonial, habiendo encontrado tras esta investigación una oportunidad de desarrollo futuro de línea de investigación que vincule el enfoque participativo basado en la USA calle con potenciales procesos de recuperación y preservación patrimonial en los barrios coadyuvados por la administración y los vecinos.

Como referencia, en este mismo barrio existen muchos inmuebles con las mismas características potencialmente declarables como patrimoniales y la actual ordenanza no incentiva su rehabilitación. El trabajo con los vecinos podría incentivar procesos de protección patrimonial.

En su dimensión jurídica ha sido importante conocer las diferencias entre allanamiento de morada y okupación, así como los plazos y los pasos que se pueden o deben dar. De igual forma, el propio proceso participativo tiene sus implicaciones y límites jurídicos que debe cumplir y controlar, poniendo de relevancia la necesidad de informar y estudiar dicha dimensión en mayor profundidad.

También se pone de manifiesto la dimensión mediática y política de este tipo de situaciones y acciones participativas, cuando un artículo de prensa arrastra el interés de otros medios tanto locales como nacionales o cuando algunos grupos políticos aprovechan este problema para difundir sus mensajes.

Se constata igualmente la importancia de profundizar en la correcta gestión mediática de los procesos participativos para aprovechar las oportunidades que suponen para la consecución de objetivos de las acciones y controlar la posible desviación en los mismos por una potencial influencia mediática inadecuada o mal gestionada (De Frutos García, 2015).

Complementariamente, aunque no ha sido objeto de esta investigación, pero si un hallazgo interesante, podemos destacar el medio de comunicación utilizado, el WhatsApp, como facilitador en este caso muy oportuno de dicha comunicación. Su capacidad de comunicación en la inmediatez frente a acciones tanto no programadas (caso de la okupación) como aquellas sí programadas y organizadas (alfombra humana), ha permitido un correcto desarrollo de las mismas. A propósito de dicho uso que el colectivo realiza del grupo de WhatsApp, Monnet & Santamaría nos dicen que “la promesa más interesante de los hipermedias no reside tanto en sus potencialidades rizomáticas y polifónicas sino que recae más bien en el hecho de poder combinar distintos registros (como el audio, el visual y el gráfico)” (Monnet & Santamaría, 2011, p. 13).

Es precisamente esta combinación de registros, ese manejo de la complejidad, uno de los componentes metodológicos prospectivos más utilizados en el proyecto urbano y arquitectónico y por tanto herramienta posible para el perfil del potencial actor dinamizador de estos procesos, que podría ser el arquitecto, tal y como Díaz García y López De Asiain proponen (2022).

Como una reflexión derivada de este trabajo se plantea la importancia de señalar caminos posibles para el uso de la USA calle como unidad escalar apropiada de actuación en el momento en el que empiece a cambiar la actual relación entre el coche y el espacio libre. Tanto la antropología como la arquitectura disponen de herramientas para, a través de categorías analíticas, realizar las preguntas más adecuadas para afrontar los problemas a los que se enfrenta el barrio, pero ¿serán también capaces de aventurar algunas de las respuestas necesarias para avanzar? Las imágenes de la alfombra humana son un ejemplo de las posibilidades que brindan la participación y la colaboración entre actores en este momento de transición en las ciudades.

De esta forma, ha sido posible extraer efectivamente conclusiones y enseñanzas relativas a variados campos y dimensiones tales como la urbana, espacial, económica, social, antropológica, ética, cultural, mediática, arquitectónica, política e incluso jurídica en el ámbito de esta experiencia.

En conclusión, la dimensión que supone la USA calle, abordada en relación con el proyecto, así como las dos acciones participativas descritas, representa un claro acierto en términos de selección de la USA, demostrándose así su potencial como escala oportuna vinculada a las acciones que constituyen el proyecto objeto de estudio. Por otro lado, los mapas como herramientas de información y transferencia social resultan claves para establecer la comunicación entre agentes sociales y fomentar el desarrollo de potenciales acciones autoinducidas y autogestionadas.

5. Bibliografía

Aguilera Arilla, M. J. & González Yanci, M. del P. (1991): Las divisiones administrativas en las ciudades españolas, problemas que plantea su heterogeneidad, necesidad de un replanteamiento. Espacio Tiempo y Forma. Serie VI, Geografía, 4, 79-93. https://doi.org/10.5944/etfvi.4.1991.2490

Andrino, B. & Grasso, D. & Llaneras, K., & Sevillano, E. G. (2019, noviembre 12): Elecciones Generales 2019: El mapa del voto en toda España, calle a calle | Politica. EL PAÍS. https://elpais.com/politica/2019/11/11/actualidad/1573498548_290179.html

_____&Grasso, D. & Llaneras, K.& Saiz, E., & Vizoso, S. (2020, febrero 16): El mapa de la edad | Las calles con más niños y más mayores de España | Sociedad. EL PAÍS. https://elpais.com/sociedad/2020/02/14/actualidad/1581698557_236153.html

Ansede, M. & Andrino, B. & Grasso, D. & Llaneras, K. & Sevillano Pires, L. (2020, febrero 7): El mapa de la mortalidad en España, municipio a municipio | Ciencia. EL PAÍS. https://elpais.com/elpais/2020/02/05/ciencia/1580906716_232241.html

Anzoise, V. & Barberi, P. & Scandurra, G. (2017): City Visualscapes, an Introduction. Visual Anthropology, 30(3), 177-190. https://doi.org/10.1080/08949468.2017.1296284

Aragó, L. (2019, noviembre 12): ¿Qué votaron tus vecinos el 10-N? Consulta los resultados de las elecciones generales, calle a calle. LA VANGUARDIA. https://www.lavanguardia.com/politica/20191112/471531843141/elecciones-generales-2019-que-votaron-tus-vecinos-mapa-distrito-censal-resultados.html

Aranda, J. L. & Andrino, B. & Grasso, D. & Llaneras, K. (2019, septiembre 13): El mapa de la renta de los españoles calle a calle. El País.

_____ (2020, julio 3): Alquileres de ricos y pobres: el mapa de precios calle a calle | Economía. EL PAÍS. https://elpais.com/economia/2020-07-03/alquileres-de-ricos-y-pobres-el-mapa-de-precios-calle-a-calle.html

Arnstein, S. R. (1969): A Ladder of Citizen Participation. Journal of the American Planning Association, 35(4), 216-224.

Artázcoz García, X. (2020): Sociografías del espacio urbano contemporáneo: estudios iniciales sobre la representación de las estructuras relacionales que conforman la vida social. IV Congreso ISUF-H: Metrópolis en recomposición: prospectivas proyectuales en el Siglo XXI: Forma urbis y territorios metropolitanos, 1-34.

Ayala, M. (2020, septiembre 6): La Isleta pierde parte de su sabor. La Provincia, 4-5.

Baranger, M. (2000): Chaos, complexity, and entropy. New England Complex Systems Institute, Cambridge, 17.

Bird, J. & Rogers, Y. (2010): The Pulse of Tidy Street: Measuring and Publicly Displaying Domestic Electricity Consumption. Pervasive Interaction Lab, 1-6.

Caruso, A. (2001): The Emotional City. Quaderns, 228, 8-13.

Cerda Lorca, J., & Valdivia C., G. (2007): John Snow, la epidemia de cólera y el nacimiento de la epidemiología moderna. Revista Chilena de Infectologia, 24(4), 331-334. https://doi.org/10.4067/s0716-10182007000400014

Conceição, P. & Assa, J. & Calderón, C. & Pavez Esbry, F. & Fuentes, R. & Hsu, Y. & Kovacevic, M. & Lengfelder, C. & Lutz, B. & Mirza, T. & Nayyar, S. & Pasanen, J. & Rivera Vázquez, C. & Tapia, H. & Zhang, Y. (2020): La próxima frontera. El desarrollo humano y el Antropoceno. Informe sobre el Desarrollo Humano 2020. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Copano Ortiz, L. & Ventura Fernández, J. (2020): Criteria for determining sub-municipal boundaries. References applied in Andalusia. Investigaciones Geograficas, 2020(74), 113-137. https://doi.org/10.14198/INGEO2020.COVF

Córdoba Hernández, R. & Fernández Ramírez, C. & Hernández Aja, A., Sánchez Toscano, G. & Gómez Giménez, J. M. (2020): Áreas Urbanas frente a Barrios. Análisis de las características urbanas ante el reto de la ciudad post-COVID19: el caso de Madrid. Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, LII(205), 665-684. https://doi.org/10.37230/cytet.2020.205.13.2

Darriba, J. (2020a, marzo 5): El miniaturista de las casas de La Isleta. Canarias7, 13.

_____ (2020b, marzo 5): Luzardo plantea una ‘oficina antiokupa’ y una policía especial. Canarias7, 5.

De Frutos García, R. (2015). Indicadores mediáticos: herramientas para la participación ciudadana y el acceso a la información. Revista de Comunicación Vivat Academia, XVIII(130), 141-183.

Debord, G. (1958): Theory of the Dérive. Internationale situationniste, 2(20.05), 2015.

Díaz García, V. (2011): Indicadores Urbanos Activos (IURA): un camino hacia el Índice de Desarrollo Urbano. Proceedings of 7VCT, October, 529-532.

_____ & Cárdenes Macías, D. & Delisau Suárez, S. & Febles Arévalo, T. & Santana Santana, J. & Valido Medina, M. Y. (2017): Proyecto Iura-La Isleta. En IV Congreso sobre Arquitectura y Cooperación al Desarrollo, ArCaDia 4: Libro de actas (pp. 242-252). A Coruña : Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidade da Coruña, 2017.

az García, V. J. (2017): Participación ciudadana en la arquitectura y el urbanismo. El caso del barrio de la Isleta. En kultur revista interdisciplinària sobre la cultura de la ciutat (Vol. 4, Número 8). https://doi.org/10.6035/Kult-ur.2017.4.8

_____ & López De Asiain, M. (2022): Aprendizaje-servicio en la docencia de la arquitectura: presupuestos participativos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ACE: Architecture, City and Environment, 16(48), 0-1. https://doi.org/10.5821/ace.16.48.10528

Domestic Data Streamers (2020): Domestic Data Streamers - Independent Data Design Studio. https://domesticstreamers.com/

Domínguez Mujica, J., & Gironés Montesdeoca, N. (2001): Un estudio de geografía histórica: la génesis del barrio de La Isleta. El Museo Canario, 56, 233-260.

Falls Valdivieso, D. (2016): Los edificios de apartamentos del Movimiento Moderno en Camagüey: Un valioso patrimonio a conservar desde los proyectos y con la participación social. Arquitecturas del Sur, 34(49), 56-65. https://doi.org/10.22320/07196466.2016.34.49.06

Fernández Albaladejo, P. (1996): Desarrollo urbano y poder social: las Palmas de Gran Canaria en el siglo XVII. Actas de la IV Reunión Científica de la Asociación Española de Historia Moderna. Monarquía, imperio y pueblos en la España moderna, 298.

Hochschild, A. R. (1996): The Emotional Geography of Work and Family Life. En L. Morris & E. S. Lyon (Eds.), Gender Relations in Public and Private (pp. 13-32). Palgrave Macmillan UK. https://doi.org/10.1007/978-1-349-24543-7_2

Ibáñez, J. (1998): Nuevos avances en la investigación social: la investigación social de segundo orden. Anthropos Editorial.

Ibarra, S. (2020): La dimensión socioespacial del capital social. Análisis del capital social vecinal y la eficacia colectiva en ocho conjuntos de vivienda social en Chile. Eure, 46(138), 71-93. https://doi.org/10.4067/S0250-71612020000200071

Instituto Nacional De Estadística. (s. f.): Sistema de información de Censo 2011. [8 de marzo de 2021] https://www.ine.es/censos2011/visor/

Jacobs, J. (1961): The uses of sidewalks: safety. The city reader, 114-118.

_____ (1973): Muerte y vida de las grandes ciudades. Ediciones Península.

Jaspe, M. S. (2020a, octubre 4): Los vecinos se unen contra los okupas. La Provincia, 6-7.

____ (2020b, octubre 18): Los ‘okupas’ de una casa en la La Isleta se marchan tras hablar con los dueños. La Provincia, 8.

Lerner, J. (2003): Acupuntura urbana. Editora Record Rio de Janeiro.

Ley, M. & Guisado, P. & Garrido, H. (2019, mayo 29): 26-M: Así votaron tus vecinos en las elecciones municipales | España. EL MUNDO. https://www.elmundo.es/espana/2019/05/29/5cee506f21efa082778b4691.html

Llaneras, K. & Grasso, D. & Andrino, B. (2019, abril 8): Elecciones generales: El mapa del voto en toda España por vecindario | Politica | EL PAÍS. https://elpais.com/politica/2019/04/17/actualidad/1555522788_557334.html

_____ & Medina, O. (2020a, julio 15): El mapa de la renta de padres e hijos: cómo la riqueza de su familia influye en su futuro | Sociedad. EL PAÍS. https://elpais.com/sociedad/2020-07-14/el-mapa-de-la-renta-de-padres-e-hijos-como-la-riqueza-de-tu-familia-influye-en-tu-futuro.html

_____ (2020b, julio 17): ¿Los mejores y peores sitios para crecer? En qué barrios y ciudades prosperaron los hijos de los noventa | Sociedad. EL PAÍS. https://elpais.com/sociedad/2020-07-16/los-mejores-y-peores-sitios-para-crecer-en-que-barrios-y-ciudades-les-fue-mejor-a-los-hijos-de-los-noventa.html

Llaneras, K. & Medina, O. & Costas, E. (s. f.): Atlas de Oportunidades. Fundación Felipe González y Fundación Cotec. [8 de marzo de 2021] https://www.cotec.es/fundacionfelipegonzalez/oportunidades/

López De Asiain, M. & Latapié Sére, M. (2014): Propuestas para el empoderamiento de los ciudadanos; Participación social ante el cambio climático desde un enfoque arquitectónico y urbano. En R. Valladares Anguiano & M. E. Chávez González (Eds.), Memoria del XXXVI Encuentro de la Red Nacional de Investigación Urbana, AC. Cambio climático y expansión territorial (pp. 281-301): Programa Editorial de la Red de Investigación Urbana.

_____ & Díaz García, V. (2020): The Importance of the Participatory Dimension in Urban Resilience Improvement Processes. Sustainability, 12(18), 12. https://doi.org/10.3390/su12187305

LP/DLP. (2020, octubre 9): Luzardo solicita a Hidalgo acabar con las ocupaciones ilegales en la ciudad. La Provincia, 6.

Marcus, G. E. (1995): Ethnography in / of the World System : The Emergence of Multi-Sited Ethnography. Annual Review of Anthropology, 24, 95-117.

Martín Hernández, M. J. & Díaz García, V. (2007): Plan estratégico para La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria). 4ºCongreso Internacional Ciudad y Territorio Virtual, 340-351.

Martínez Vérez, V. & Montero Seoane, A. (2020): La voz del lugar, el lugar de la voz: Cartografías ciudadanas. Eure, 46(138), 175-190. https://doi.org/10.4067/S0250-71612020000200175

Ministerio De Transportes Movilidad Y Agenda Urbana. (s. f.): Atlas de la Vulnerabilidad Urbana. [8 de marzo de 2021] https://www.mitma.gob.es/areas-de-actividad/arquitectura-vivienda-y-suelo/urbanismo-y-politica-de-suelo/observatorio-de-la-vulnerabilidad-urbana/atlas-de-la-vulnerabilidad-urbana/atlas-de-las-vulnerabilidad-urbana-en-españa

Monnet, N. & Santamaría, E. (2011): Fotografía y alteridades. A vueltas con los usos de la fotografía y el sentido de los otros. Quaderns de l’Institut Catala d’Antropologia, 16(1-2), 1-15.

Moulaert, F. & Parra, C. & Swyngedouw, E. (2014): Ciudades, barrios y gobernanza multiescalar en la Europa urbana. Eure, 40(119), 5-24. https://doi.org/10.4067/S0250-71612014000100001

Nold, C. (2004): Bio mapping/emotion mapping. Biomapping. https://ddd.uab.cat/pub/disturbis/disturbis_a2011n9/disturbis_a2011n9a6/index.html.9

Palacio T., D. C. (2014): Dinámicas de participación en la formación de lugares-patrimonio: humedales y centro histórico en Bogotá. Revista PH, 78. https://doi.org/10.33349/2014.85.3452

Parada Pino, F. J. (2020): Complejidad, Caos, y Entropía : O cómo entender el orden evolutivo de las ciudades. VAD, 3, 28-39.

Pérez Morales, A. & Gil Guirado, S. & Quesada García, A. (2021): ¿Somos todos iguales ante una inundación? Análisis de la vulnerabilidad social en el litoral mediterráneo español. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 88, 1-39. https://doi.org/10.21138/bage.2970

Pérez Valecillos, T. (2001): Organización, participación y autogestión en la construcción del hábitat residencial: Mecanismos de superación de la pobreza en asentamientos urbanos precarios. Caso de estudio: Municipio Maracaibo del Estado Zulia. Venezuela. Revista INVI, 16(43), 63-75. https://doi.org/10.4067/invi.v16i43.413

Pesaresi, C. & Migliara, G. &, Pavia, D. & De Vito, C. (2020): Emergency Department Overcrowding : A Retrospective Spatial Analysis and the Geocoding of Accesses. A Pilot Study in Rome. International Journal of Geo-Information, 9(579), 1-26. https://doi.org/10.3390/ijgi9100579

Redacción (2019, septiembre 12): Renta media en España: El mapa calle a calle. ¿Cuánto gana tu vecino? La Vanguardia.

Rivas, J. L. (2015): Un urbanismo de la observación. Metodologías prospectivas en torno a la idea de calle ciudad en tres capitales andaluzas (Córdoba, Málaga y Granada). Eure, 41(123), 131-158. https://doi.org/10.4067/S0250-71612015000300006

Rodríguez-Villasante, T. (2014): Redes de vida desbordantes. Fundamentos para el cambio desde las redes cotidianas. Editorial Catarata.

_____ & Valle Rojas, C. del (ed. lit.. (2008): Las matrices y los tetralemas esquemas creativos para desbordad la complejidad social. En Contrapuntos y entrelíneas sobre cultura, comunicación y discurso (pp. 392-408). Chile: Universidad de la Frontera, 2008.

Salvador, Y. & Llanes, M. & Velázquez, R. (2019): Gestión por procesos en la participación ciudadana. Aplicación en el territorio Holguinero. Ingeniería Industrial, 40(1), 59-66.

Sánchez Pérez, F. (1990): La liturgia del espacio: Casarabonela, un pueblo aljamiado (Nerea (ed.)).

Sanchez, R. (2019, octubre 25): MAPA | ¿De qué viven tus vecinos? Los datos de renta por fuente de ingresos, calle a calle. eldiario.es.

_____ (2019, diciembre 11): MAPA | El 79% de los municipios españoles ha registrado más muertes que nacimientos en los últimos 20 años. elDiario.es. https://www.eldiario.es/sociedad/municipios-muertes-nacimientos-ultimos-veinte_1_1158300.html

_____ & Álvarez, P. J. (2020, enero 22): MAPAS | Radiografía de la población española: la brecha generacional, de origen y género, calle a calle. elDiario.es. https://www.eldiario.es/sociedad/mapa-radiografia-poblacion-calle-generacional_1_1068234.html

_____ & Figueroa, H. (2019, mayo 2): ¿Qué votaron tus vecinos en las elecciones generales? Los resultados del 28A por partido y por bloque izquierda-derecha, calle a calle. elDiario.es. https://www.eldiario.es/politica/votaron-elecciones-generales-resultados-calle_1_1162753.html

_____ Pardo, A. & Barrio, F. & Álvarez, P. J. (2019, noviembre 11): MAPA | ¿Qué votaron tus vecinos el 10N? Los resultados de las elecciones generales, calle a calle. elDiario.es. https://www.eldiario.es/politica/votaron-resultados-elecciones-generales-calle_1_1257177.html

Serrano, I. (2020): Ethnic alignment in divided regions : individual and contextual factors. Territory, Politics, Governance, 8(4), 532-552. https://doi.org/10.1080/21622671.2019.1582357

Steven, J. (2008): El mapa fantasma. En Madrid: Ilustrae.

Taboada Molina, A. (2019): La cartografía del no-lugar. Interpretaciones emocionales del territorio. Rita Revista Indexada de Textos Academicos, 11, 142-149.

Tristán Pita, A. (2020, marzo 4): Una Isleta de cartón Pluma. La Provincia, 4-5.

Vaughan, L. (2018): Mapping Society. The Spatial Dimensions of Social Cartography. En Mapping Society. UCL Press. https://doi.org/10.14324/111.9781787353053

6. Listado de Acrónimos/Siglas

ADRH Atlas de Distribución de Renta de los Hogares

INE Instituto Nacional de Estadística

IURA Indicadores Urbanos Activos

PGO Plan General de Ordenación

USA Unidad Socioespacial de Análisis


1 En 2020 se han cumplido 30 años desde la publicación del primer Informe sobre Desarrollo Humano que, entre otras cosas, establece comparaciones entre los países en función de diferentes parámetros.

2 Ya es mundialmente conocido el seguimiento que realiza la Universidad Johns Hopkins a través de su visor https://coronavirus.jhu.edu/map.html.

3 Los siete mapas eran: número de personas, número de viviendas, número de hogares, edad media de las personas, tamaño medio de los hogares, porcentaje de extranjeros y porcentaje de vivienda no principal.

4 La sección censal es en España la unidad mínima de análisis estadístico. Debe contener entre 1000 y 2500 personas. Se trata de una distribución dinámica del territorio basada en la población. Si el número de habitantes de una sección censal desciende por debajo del umbral mínimo, esta desaparece y la población es asignada a otra sección censal contigua.

5 Correspondiente a los ejercicios 2015 y 2016 en combinación con la población residente a 1 de enero de 2016 y 2017.

6 Titulares sobre la renta: La Vanguardia, 12/09/2019: “Renta media en España: El mapa calle a calle. ¿Cuánto gana tu vecino?” (Redacción, 2019); El País, 13/09/2019: “El mapa de la renta de los españoles calle a calle” (Aranda & al., 2019); eldiario.es, 25/10/2019:”MAPA | ¿De qué viven tus vecinos? Los datos de renta por fuente de ingresos, calle a calle” (Sanchez, 2019);

7 Titulares sobre el sentido del voto el 28A: El País, 18/04/2019: “El mapa del voto en toda España por vecindario” (Llaneras & al., 2019); eldiario.es, 02/05/2019: “¿Qué votaron tus vecinos en las elecciones generales? Los resultados del 28A por partido y por bloque izquierda-derecha, calle a calle” (Sánchez & Figueroa, 2019); El Mundo, 29/05/2019: “Así votaron tus vecinos en las elecciones municipales” (Ley & al., 2019)

8 Titulares sobre el sentido del voto el 10N: eldiario.es, 11/11/2019: “MAPA | ¿Qué votaron tus vecinos el 10N? Los resultados de las elecciones generales, calle a calle” (Sánchez & al., 2019); El País, 12/11/2019: “El mapa del voto en toda España, calle a calle” (Andrino & al., 2019); La Vanguardia del 13/11/2019: “¿Qué votaron tus vecinos el 10-N? Consulta los resultados de las elecciones generales, calle a calle” (Aragó, 2019).

9 Titulares sobre mortalidad eldiario.es, 11/12/2019: “MAPA | El 79% de los municipios españoles ha registrado más muertes que nacimientos en los últimos 20 años” (Sánchez, 2019); El País, 07/02/2020: “El mapa de la mortalidad en España, municipio a municipio.” (Ansede & al., 2020).

10 Titulares sobre la edad: El País, 17/02/2020: “El mapa de la edad | Las calles con más niños y más mayores de España” (Andrino & al., 2020); eldiario.es, 22/01/2020: “MAPAS | Radiografía de la población española: la brecha generacional, de origen y género, calle a calle” (Sánchez & Álvarez, 2020).

11 Titular en el periódico El País del 3 de julio de 2020 con datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Aranda & al., 2020).

12 Artículo titulado “El mapa de la renta de padres e hijos: cómo la riqueza de su familia influye en su futuro” (Llaneras & al., 2020a). En la entradilla se añade “¿Cuál es la renta de los jóvenes que se criaron en hogares pobres en los 90? ¿Funciona el ascensor social en España? Lo mostramos en un mapa por provincia, municipio y código postal.”, en El País, 14/07/2020. El 16 de julio El País vuelve a utilizar la misma fuente para el artículo “¿Los mejores y peores sitios para crecer? En qué barrios y ciudades prosperaron los hijos de los noventa” (Llaneras & al., 2020b) cuya entradilla reafirma que “Haber nacido en un hogar del barrio madrileño de Chamberí, criarse en los municipios del cinturón urbano de Barcelona o en la zona industrial de Jaén pueden ser factores clave para el ascenso social”.

13 En el año 2008-2010 se desarrolló un proyecto de investigación titulado “La Isleta Participa” (que obtuvo el segundo premio ciudad de Las Palmas de Participación Ciudadana en el año 2011). En este proyecto se desarrollan las primeras propuestas sobre la Unidades Sociales de Análisis e Indicadores Urbanos Activos (Díaz García & al., 2017).

14 Se puede seguir la trayectoria de dichas investigaciones previas realizadas en diferentes artículos como “Plan estratégico para La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria)” (Martín Hernández & Díaz García, 2007), “Indicadores Urbanos Activos (IURA): un camino hacia el Índice de Desarrollo Urbano” (Díaz García, 2011), “Participación ciudadana en la arquitectura y el urbanismo. El caso del barrio de La Isleta” (Díaz García, 2017), “Proyecto Iura-La Isleta” (Díaz García & al., 2017).

15 En este texto utilizaremos la expresión okupar contenida en el diccionario de la RAE como “Tomar una vivienda o un local deshabitados e instalarse en ellos sin el consentimiento de su propietario”, así como sus derivadas.

16 Baranger habla de 6 características: 1. Constituyentes interactuando no linealmente; 2. Estos constituyentes son interdependientes; 3. Sistema complejo con una estructura que atraviesa varias escalas; 4. Es capaz de un comportamiento emergente; 5. Involucra una interacción entre caos y no caos; 6. Involucra la interacción entre cooperación y competencia. En Michel Baranger, “Chaos, Comple-xity, and Entropy: A physics talk for non-physicists”, New England Complex Systems Institute (April, 2000): 9-11

17 Estos planos se elaboran como resultado o apreciación parte de las conclusiones del proyecto “Proyecto Iura-La Isleta” (Díaz García & al., 2017). Los planos utilizados para el trabajo con los vecinos siempre presentaron la totalidad del barro como unidad de análisis identificativa, que no el distrito vinculado a las secciones censales.

18 El catálogo de patrimonio arquitectónico contenido en el Plan General de Ordenación Municipal apenas incluye 15 de estas edificaciones con algún grado de protección.

19 Son varios los artículos de prensa que abordan este debate (Darriba, 2020a; Tristán Pita, 2020). Concretamente el día 6 de septiembre de 2020 la casa aparecía en un artículo en el que se habla sobre la importancia de las fachadas en la configuración de la esencia del barrio (Ayala, 2020) y cómo éstas forman parte del tejido emocional del barrio (Darriba, 2020a; Tristán Pita, 2020).

20 Recientemente la Agenda Urbana Española está planteando la importancia de que los Ayuntamiento desarrollen Plan de Acción, similares a los planes estratégicos, que potencien la participación ciudadana en los asuntos urbanos.