Estudios

CIUDAD Y TERRITORIO

ESTUDIOS TERRITORIALES

ISSN(P): 1133-4762; ISSN(E): 2659-3254

Vol. LV, Nº 216, verano 2023

Págs. 285-308

https://doi.org/10.37230/CyTET.2023.216.2

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Los viajes transnacionales de Catherine Bauer: de la política de vivienda a la planificación global

María Cristina García-González (1)
Salvador Guerrero (2)

(1) (2) Profesor/a Contratado/a Doctor/a. Universidad Politécnica de Madrid

Resumen: Este artículo se centra en mostrar las influencias foráneas presentes en los postulados de la houser Catherine Bauer (1905-1964) y cómo enriquecieron su discurso intelectual en el contexto de las redes internacionales del urbanismo y de la vivienda. Su nombre es sinónimo de vivienda social en Estados Unidos, pues dedicó toda su vida a institucionalizar las políticas públicas de vivienda a través del asesoramiento político, la acción propagandística y la praxis académica. Sus relaciones nos ayudan a comprender su adscripción a un determinado grupo o campo de ideas, lo que nos permite examinar la coherencia entre sus intenciones y sus acciones. Las reflexiones más destacadas de sus viajes transnacionales propiciaron que pasara de la consideración de la vivienda como un objeto arquitectónico a entenderse como un elemento aglutinador de la comunidad social en la década de 1930 y a una síntesis holística planteada como un proceso socioeconómico global a partir de la Segunda Guerra Mundial. Este discurso se vio bruscamente interrumpido con su fallecimiento en 1964.

Palabras clave: Catherine Bauer; Vivienda social; Urbanismo; Redes transnacionales; Siglo XX.

The transnational trips of Catherine Bauer: from housing to global planning

Abstract: This paper focuses on the evolution of the concept of housing through the studio of the issues that enriched the discourse on housing of the pioneering houser Catherine Bauer (1905-1964) in the context of transnational networks. Her name is synonymous with housing in the United States because she devoted her life to improving public housing policies through political and propaganda action. Her transnational trips tell the story of the progression of her ideas, involved meetings, opened labor paths, engendered skills, interests, and wove social networks. They help us understand her affiliation to a group, a field of ideas, which allows us to examine the coherence between his intentions and her actions. The passage from the fragmentary consideration of housing as an architectural object from an aesthetic point of view in the 1920s, the realm of community housing in the 1930s, and after World War II, the holistic synthesis of housing as a socio-economic process, can be glimpsed in the outstanding contributions of his international trips. Her death in 1964 interrupted the discourse.

Keywords: Catherine Bauer; Housing; Planning; Transnational networks; XX Century.

Recibido: 22.07.2022; Revisado: 03.11.2022

Correo electrónico (1): mariacristina.garcia@upm.es; N.º ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5381-7055

Correo electrónico (2): salvador.guerrero@upm.es; N.º ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6766-8695

Los autores agradecen los comentarios y sugerencias realizados por los evaluadores anónimos, que han contribuido a mejorar y enriquecer el manuscrito original.

1. Introducción

El periodo comprendido entre las décadas de 1930 y 1960 es considerado central en la historia de la vivienda social en Estados Unidos. Durante ese tiempo tuvo lugar el proceso de institucionalización de las políticas de vivienda social como responsabilidad pública a nivel federal. No parece casualidad que coincida con el desarrollo de la carrera profesional de la houser Catherine Bauer Wurster (1905-1964), una de sus más activas protagonistas. Aunque la influencia de Bauer se circunscribe a Estados Unidos, su carrera profesional contó con una notable influencia foránea: comenzó con la publicación de un artículo sobre la vivienda en Francia, “ Machine-Age Mansions for Ultra-moderns. French Builders Apply Ideas of the Steel and Concrete Era in Domestic Architecture” (1928), y finalizó con la publicación póstuma del trabajo titulado “The social Front of Modern Architecture in the 30s” (1965), transcripción de su discurso para el simposio dedicado a la arquitectura moderna que tuvo lugar en la Universidad de Columbia en 1964. Los resultados de su prolija actividad entre estos dos hitos no se pueden explicar sin sus viajes al extranjero. Estos viajes estuvieron vinculados a la evolución de su concepción de la vivienda social desde una escala doméstica hasta su consideración como una cuestión propia de los procesos socioeconómicos vinculados a la planificación global. La pregunta principal a la que se trata de responder con este artículo es cómo nuestra protagonista se involucró en las redes transnacionales de la vivienda y del urbanismo de su tiempo, y descubrir la panoplia de temas, propuestas y personas con los que contactó en cada uno de sus periplos al extranjero y que fueron desvelados en los principales textos publicados a lo largo de su carrera profesional.1

Bauer formó parte del grupo de mujeres que encontraron en la cuestión de la vivienda social un campo de desarrollo laboral (García González & Guerrero, 2017)2. Sus inicios profesionales coincidieron con el periodo de madurez de Edith Elmer Wood (1871-1945) (Cole, 1975; Birch 1989), uno de los principales referentes del movimiento a favor de la vivienda social en Norteamérica a partir de la década de 1920. Esto hace que Bauer sea considerada su sucesora y que la relación entre ambas ayude a entender el contexto en el que ésta última desarrolló su labor. De hecho, en la década de 1930, Wood trató de unir las dos facciones que amenazaban la oportunidad de obtener un programa público de vivienda social en Estados Unidos: la de los trabajadores sociales, como la propia Wood, Mary K. Simkhovitch3 y Helen L. Alfred, entre otros, quienes priorizaron la eliminación de la infravivienda, el slum clearance, para hacer frente a una buena política de vivienda social, y, en distinta posición, Bauer y la Regional Planning Association of America (RPAA) (Spann, 1996), más interesados en el aspecto de la modernidad arquitectónica y en la referencia de la ciudad-jardín, e inspirados en los avances pioneros de la cultura británica (Hoffman, 2000, p. 320).

Wood había decidido convertirse en profesional de la vivienda en 1917, y se doctoró en trabajo social por la Universidad de Columbia en 1919 con la tesis The Housing of the Unskilled Wage Earner. Fue además la promotora de trasladar la crisis de la vivienda social a una conciencia nacional con una campaña estadística contra la infravivienda en Estados Unidos, lo que tuvo un significativo impacto en la formulación de la política de vivienda del New Deal norteamericano. La dimensión del problema así lo requería: solo un tercio de la población del país podía acceder al mercado libre de la vivienda, otro tercio necesitaba algún tipo de subvención para acceder a ella y el tercio restante dependería totalmente de las ayudas públicas (Bauer, 1944, p. 36). Como señaló Eugenie L. Birch, Wood abordó el problema de los barrios marginales no solo como un problema moral y local, sino como un problema económico a nivel gubernamental; no era solo un problema de abuso de los promotores, sino del sistema de la industria de producción de viviendas (Birch,1978).

Primero Wood y luego Bauer estuvieron atentas a la escena internacional; ambas viajaron, observaron y asesoraron a los responsables públicos. Los viajes a través de redes institucionalizadas o contactos personales, con la asistencia a encuentros, viajes de estudio o encargos profesionales, facilitaron múltiples conexiones y consolidaron relaciones decisivas. Las ideas fluían en doble sentido por esas redes internacionales tejidas a través del Atlántico (Rodgers, 2000), las cuales se fueron consolidando después de la Primera Guerra Mundial en el contexto de la ayuda norteamericana a la reconstrucción europea, como el programa Renaissance des cités liderado por la Cruz Roja en Francia, los congresos interaliados de París (1919) y Londres (1920) o los congresos de la Federación Internacional de Urbanismo y de la Vivienda (IFHTP)4, que se convirtió en uno de los más activos foros de debate sobre la vivienda y el urbanismo en el periodo de entreguerras en Europa, y cuyo arraigo en Estados Unidos se vio favorecido por la celebración del congreso de Nueva York en 1925 y que asumiera la presidencia el paisajista norteamericano John Nolen en 1931. Así, Wood había participado en el Congreso de la IFHTP de Londres de 1922 junto con su compatriota el reformador social Lawrence Veiller, director de la National Housing Association, que abogaba como medio de aliviar la crisis de vivienda social por el refuerzo de las regulaciones más que por el establecimiento de programas de ayuda federal. En su libro Housing progress in Western Europe (1923),5 Wood describía las políticas públicas e iniciativas privadas sobre vivienda social que tenían lugar en Inglaterra, Francia, Bélgica, Holanda e Italia, países que había visitado en el contexto de la reconstrucción tras la Primera Guerra Mundial, con un breve anexo sobre el caso español —lo que constituye el primer ensayo crítico internacional sobre la vivienda en España centrado en la Ley de Casas Baratas promovida por el Instituto de Reformas Sociales—, el portugués y el suizo.

En el caso de Bauer, sus viajes internacionales se pueden agrupar en tres fases diferentes, en las que el orden cronológico deja ver la evolución de su posicionamiento ideológico, las cuales conforman la estructura de este artículo. Cada una de las fases se presenta con una introducción sobre el periodo abarcado, tras la que se expone el contexto profesional y personal y una descripción de cada uno de los viajes, en los que se presenta un epítome de las principales ideas de los encuentros y lugares que tuvieron influencia en su trabajo y que ella trasladó tanto a sus textos como a su acción pública. La primera fase corresponde a su viaje iniciático a París en 1926, con la consideración de la vivienda como una cuestión arquitectónica y entendida como objeto de diseño bajo la influencia del binomio antagónico formado por Frank Lloyd Wright y Le Corbusier. Este periodo, desarrollado desde una labor periodística y de crítica arquitectónica, finaliza con la crisis de 1929.

El conjunto de viajes a Europa en la década de los años treinta se genera desde el contexto del New Deal norteamericano y constituye la segunda fase. Se concentró en la consideración de la vivienda entendida como una preocupación social basada en la idea de vivienda comunitaria, community housing , y del vecindario entendido como unidad de medida, de la mano de Lewis Mumford. El patrón de vivienda de Bauer evolucionó desde los postulados de la ciudad-jardín inglesa hasta la vivienda comunitaria alemana y escandinava a partir de su participación en el Frankfurter Kurse für Neues Bauen y su visita a Estocolmo. En esta década, Bauer realizó sus contribuciones a la institucionalización de la vivienda social en Estados Unidos más reconocidas, como analista y hacedora de políticas públicas de vivienda, que fueron la publicación del influyente libro Modern Housing (1934), y su activa participación en la Wagner-Steagall Housing Act (1937), el primer programa de vivienda pública permanente subsidiado por el Gobierno Federal norteamericano, reforzando su papel de consultora y su compromiso sindicalista.

Finalmente, el tercer período comienza en la posguerra y parte de su asistencia al Congreso de la IFHTP en Hastings (1946). Fue en esos momentos cuando su reflexión sobre la vivienda social pasó a ser considerada desde la escala de la planificación global, esta vez con la acción académica, como asesora en iniciativas de posguerra en Estados Unidos y en la Organización de Naciones Unidas. La crisis de la vivienda como consecuencia de la guerra tuvo que resolverse compartiendo conocimientos y experiencias, y el modelo de planificación regional británico fue su referente. Sin embargo, ya nadie podía dudar de que había que tener en cuenta lo que estaba sucediendo en los países en vías de desarrollo y a partir de los años cincuenta, sus reflexiones abordaron la complejidad de las diferentes posibilidades de la planificación, centrada en las megalópolis que surgían en el sudeste asiático, pero sin obviar la identidad presente en los distintos contextos locales. (Fig. 1)

Fig.1/ Catherine Krause Bauer en su juventud y portada del folleto de una de sus últimas colaboraciones académicas con la Universidad de California-Berkeley

Fuente: Houser wins Guggenheim Award, 1936

2. La vivienda como una máquina estética (1926-1929)

Un breve apunte biográfico de los años de formación de Catherine Bauer introduce algunos aspectos que ayudan a entender ciertas actitudes personales que tienen un reflejo en su perfil profesional. Bauer nació y creció en Nueva Jersey en el seno de una familia de clase acomodada; su padre era un reconocido ingeniero y su madre una devota ama de casa sufragista que fomentaba la autoexpresión y el aprendizaje en sus tres vástagos. Así, las dos hijas Catherine y Elizabeth —más tarde conocida como Betty Mock, comisaria del Museum of Modern Art (MoMA)— accedieron a la educación superior. Tras iniciar sus estudios en Vassar College, Bauer se trasladó a la Universidad de Cornell para estudiar arquitectura, pero después de cursar el primer año tomó dos significativas decisiones. Por una parte, abandonó la arquitectura, porque renegaba de la combinación entre clasicismo y arqueología que predominaba en su enseñanza, y a nivel emocional, rompió su compromiso matrimonial con un compañero de estudios. Esta tríada de amor, amistad y trabajo fue una constante a lo largo de toda su vida. Un fiel reflejo de su personalidad, en cuanto a sus relaciones personales, es su frase: “Cada uno de mis amigos que se ha ido me ha dejado sus libros favoritos; y, así, he estado reuniendo una gran biblioteca y he mejorado mi intelecto” (Cole, 1975, p. 100).

Después de su estancia en París, a su vuelta a Nueva York durante el boom económico de 1927, Bauer estaba inmersa en la estética de la vida contemporánea, no solo en los diseños publicitarios derivados de su colaboración profesional con la firma editorial Hartcourt, Brace and Co., sino en la fotografía, el diseño industrial y la arquitectura moderna que había descubierto en Francia. Fue a través de este trabajo como conoció en 1928 a Lewis Mumford, el cual la convirtió en una especie de pupila aventajada. En una carta escrita a Frank Lloyd Wright en 1931, Mumford la definía como “la persona más prometedora de estos lugares: una mente real, un espíritu excelente y valiente, con grandes posibilidades de crecimiento, aunque, como con todas las chicas, las posibilidades de ser distraída y desviarse son mayores de lo que serían, creo, si fuera un hombre joven” (Wojtowicz, 2001, p. 121), mientras mantenía con ella una relación emocional y sexual con altibajos, en parte porque él estaba casado y porque ella era una profesional independiente que luchaba por salir adelante. Aunque su relación se forjó sobre discusiones estéticas, Mumford, interesado en los grandes debates sobre la tecnología y la comunidad, la introdujo en el debate de las ideas, lo que acentuó en ella una incipiente preocupación por la vivienda como objetivo social.

2.1. El placer de escribir sobre arquitectura moderna: París (1926-1927) 6

Tras graduarse en Literatura inglesa en 1926 por Vassar College, Bauer realizó un primer viaje a Europa, al París de los felices años veinte, donde disfrutó durante un año de su estancia más prolongada en un país extranjero. La vida de Bauer en la orilla izquierda del Sena fue una revelación personal y profesional. Oberlander y Newbrun, en su minuciosa reconstrucción biográfica, describieron con una detallada narrativa su aventura francesa (Oberlander & Newbrun, 1999). Introducida en la bohemia parisina, descubrió la magia del arte moderno que imbuía la ciudad. Con el fin de financiar su estancia, comenzó a producir textos escritos en un estilo informal, en los que describía su forma de vida, y otros más literarios, como un ensayo sobre Virginia Woolf, para los que no encontró mercado. Ante esa situación, con la búsqueda de un tema que suscitara más atención, retomó su interés por la arquitectura y comenzó a trabajar en un artículo sobre la vivienda moderna en Francia en comparación con los estándares estadounidenses. Mientras estudiaba en la Universidad de Cornell, y según su propio testimonio, había descubierto y admirado la arquitectura de Frank Lloyd Wright a través de las revistas de arquitectura extranjeras y a ese referente sumó el descubrimiento de la nueva arquitectura moderna francesa. Se interesó por las creaciones arquitectónicas de Le Corbusier, Robert Mallet-Stevens y André Lurçart, quienes le abrieron sus estudios al saber que el motivo de su visita era la elaboración de un artículo, lo que le permitió recopilar una gran cantidad de información. “Las casas de Le Corbusier, los mecanismos espléndidos de hormigón, acero y cristal me llenaron de la alegría profana de cualquier conversión filistea.” (Bauer, 1931, s. p.), escribió. Las fotografías, unas realizadas por ella y otras adquiridas, constituyeron un valioso recurso tanto para la elaboración de sus trabajos de investigación como para la difusión de sus textos. El artículo fue finalmente publicado en The New York Times Magazine cuando Bauer tenía veintitrés años.

Machine-Age Mansions for Ultra-Moderns” reveló su fascinación por el nuevo estilo arquitectónico. Encontró justificación para los nuevos principios de diseño revolucionarios a través de la disponibilidad de todo un nuevo vocabulario formal para los nuevos materiales de construcción. La influencia estadounidense en la arquitectura francesa no se debía a sus arquitectos, sino a sus técnicos: “El contorno de los rascacielos, nuestros elevadores de granos, nuestros embalses, nuestras fábricas, nuestras máquinas son descritas y alabadas en revistas de arte francesas. Además, las casas francesas ultramodernas han ido más allá de este mundo duro y eficiente del hormigón armado y acero.” (Bauer, 1928, p. 10). El uso del acero como material estructural había convertido en obsoletos los elementos constructivos anteriores, como cornisas, yesos, molduras, arcos, muros de carga, cubiertas inclinados y esquinas excesivamente enfatizadas que, razonaba Bauer, ya no tenían sentido. Aunque su principal interés en esta arquitectura funcional fue de carácter estético, comenzó a reconocer su importancia social y económica en ámbitos como el de la vivienda social, tal y como sugería Le Corbusier en sus proyectos de viviendas eficientes para el hombre corriente, como la Cité Frugès en Pessac, cuya construcción se había iniciado en 1920.

3. Del community housing al community planning (1930-1939)

En la década de 1930, Bauer viajó a Europa en cuatro ocasiones —1930, 1932, 1936 y 1939— para ser testigo de los avances europeos en políticas de vivienda social. A finales de los años veinte Alemania, Holanda y los países escandinavos (Suecia, Noruega y Dinamarca) —después del Congreso de la IFHTP en Gotemburgo de 1923, los países escandinavos se convirtieron en una referencia del movimiento cooperativo de vivienda social—, retomaron los pioneros impulsos de la tradición inglesa y francesa ante la crisis de vivienda que asolaba a Europa.

La década había comenzado con un cambio de pensamiento como consecuencia de la gran depresión económica de 1929. No había expectación de crecimiento económico y las esperanzas estaban puestas en la optimización de la gestión de los recursos disponibles. Este principio fue especialmente asumido por la cultura arquitectónica alemana a través de uno de sus principios rectores, el Existenzminimum, asumido por los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM), en cuyo entorno se realizaron valiosas contribuciones en términos de estándares que para Bauer se convirtieron en un vehículo de colaboración genuina sobre los problemas técnicos de la vivienda social (Bauer, 1943, p. 82). Esta nueva vía representó para la arquitectura el paso del art-déco a la neue-sachlichtkeit (Bauer, 1931, pp. 153-154). No obstante, cuando Bauer partió hacia Europa en 1930, después de perder su trabajo debido a la crisis económica, lo hacía para observar la arquitectura moderna “desde un ángulo puramente estético” (Bauer: 1946, p. 116).

En esos momentos Mumford introducía a Bauer en dos instituciones de gran importancia para ella y en las que pudo aplicar los conocimientos que adquirió en sus viajes por Europa. Por una parte, en la dirección de la Regional Planning Association of America (RPAA), asociación norteamericana de la ciudad-jardín creada en 1925 con la bendición de Patrick Geddes, de cuya junta ejecutiva ocuparía el cargo de secretaria a partir de 1931, a través de su papel como activista política y líder laboral, junto con Mumford, el geógrafo Benton MacKey, el economista Stuart Chase, el inversor inmobiliario Alexander Bing, los arquitectos Henry Wright, Clarence Stein, Frederick Ackerman y Robert Kohn, y Wood, no muy activa ésta última en la asociación. En su seno fue donde Bauer consolidó su interpretación del community housing de origen inglés, formalizado en el caso americano en Radburn, de Wright y Stein, además de sus trabajos en Sunnyside Gardens (Queens) y Chattam Village (Pittsburg) y Phipps Garden Apartments (Long Island City), de Stein (Bauer, 1934, pp. 46-47), con el cual colaboró en diversos estudios sobre vivienda, comercio y planificación comunitaria. Esas iniciativas eran consideradas por Bauer como excepcionales con respecto al escaso interés por la vivienda social en Norteamérica, aunque reconocía con pesar que esas implantaciones no estaban al alcance de las familias de renta limitada como lo estaban las promociones de vivienda social alemanas y escandinavas vinculadas al sindicalismo que había descubierto en su viaje europeo.

Por otra parte, Mumford la introdujo también en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York —donde se convertiría en miembro del Comité Asesor de Arquitectura y Arte Industrial hasta 1946— que concibió como una plataforma de difusión, una oportunidad para educar al público sobre los aspectos socioeconómicos de la vivienda social, junto con los principios estéticos del funcionalismo (Cole, 1975, p. 114); se trataba de fomentar la vivienda en el contexto de una nueva arquitectura basada en la conciencia de la producción en masa, la responsabilidad social, los nuevos materiales y las nuevas necesidades de la vida urbana. En sus aportaciones a las exposiciones sobre vivienda sumó su conocimiento europeo (Woudstra, 2018; Caramellino, 2012). En el MoMA coincidió con su hermana Betty Mock, que, interesada también en la arquitectura, había trabajado en Taliesin con Frank Lloyd Wright a principios de la década de 1930, y de 1937 a 1945 sería comisaria de exposiciones sobre arquitectura, como la muestra itinerante Stockholm Buildings (1941), y donde, entre 1943 y 1945, se convertiría en la jefa del Departamento de Arquitectura y Diseño para, finalmente, continuar su carrera en la Universidad de Princeton.

Fig. 2/ Análisis sobre la situación de la vivienda social en Estados Unidos expuesto en la sección de vivienda de la Modern Architecture: International Exhibition (1932) en el MoMA y publicado en Modern Housing

Fuente: Catherine Bauer (1934): Modern Housing, Nueva York, Houghton Mifflin; Modern Architecture: International Exhibition (1932). Digital image © date, The Museum of Modern Art/Scala, Florencia

La primera colaboración de Bauer con el MoMA fue la preparación, junto con Clarence Stein y Henry Wright, de una sección dedicada a la vivienda,7 encargada a Mumford, para la exposición Modern Architecture: International Exhibition (Woudstra, 2018, p.11), comisariada por Philip Johnson y Henry-Russell Hitchcock, para la cual recurrió a recursos gráficos y estadísticos para explicar la crisis habitacional y las posibles soluciones (Fig. 2); en su contribución al catálogo de la Housing Exhibition of the City of New York8 (1934) de Carol Aronovici, con la participación de Unwin, Kohn, Walter Gropius, Hegemann, Behrendt, Charles Ascher, Mumford, Wood y Henry Wright, entre otros, pidió cambios radicales en la política de vivienda pública en Estados Unidos, abogó por viviendas asequibles e hizo campaña a favor de la creación de viviendas subsidiadas por el Gobierno (Bauer, 1934a); en Architecture in Government Housing (1936), Bauer reunió ejemplos de viviendas estadounidenses para permitir que el movimiento a favor de la vivienda social “sea juzgado por sus casas, no por sus teorías” (Bauer, 1936: p. 1); y en su texto para la exposición Modern Architecture in England (1936) destacó los sentimientos ingleses por la tierra, la naturaleza y los espacios verdes, expresados no solo en los estándares espaciales y los principios de diseño de la ciudad-jardín, sino también en el progreso de la planificación regional geddesiana. Sin embargo, expresó las carencias en cuanto a las nuevas formas arquitectónicas del movimiento de vivienda en Inglaterra, a diferencia de los avances que Holanda, Alemania y Austria, con su política de vivienda pública habían experimentado gradual e ininterrumpidamente desde la década de 1920 (Bauer, 1937).

Bauer no representaba la única mirada hacia Europa desde Estado Unidos. En 1934 Bauer participó en la conferencia seminal de Baltimore, promovida por la National Association of Housing Officials (NAHO), y que dio lugar al opúsculo A Housing Program for the United States9. Para Cole10 este opúsculo sirvió de base a los anteproyectos de ley, bills, de vivienda de 1935, 1936 y 1937 (Cole, 1975, p. 362). Se contó con el asesoramiento internacional de Raymond Unwin, responsable de planeamiento del Ministerio de Salud inglés y anterior presidente del Royal Institute of British Architects y de la IFHTP, junto con Alice J. Samuel, responsable de la vivienda de Bebington, Inglaterra, y Ernst Kahn, economista y responsable de vivienda de Frankfurt, después de que previamente éstos hubieran recorrido catorce ciudades americanas, acompañados de un grupo de anfitriones como Henry Wright, para analizar la crisis de la vivienda social en Estados Unidos (Scott, 1969, p. 324).

3.1. De esteta a reformadora social: Francia, Alemania, Austria, Escandinavia y Holanda (junio-noviembre de 1930)

Para este viaje a Europa Lewis Mumford le preparó una lista de contactos, como Walter Gropius, Erich Mendelssohn, Walter Curt Behrendt (editor de la revista Die Forum) y Martin Wagner (Stadtbaudirektor en Berlín), Ernst May, responsable municipal de urbanismo en Frankfurt y Theo Wijdeveld en Ámsterdam. De su gira por las grandes ciudades alemanas, destacó la supermanzana de la colonia Siemensstadt de Wagner en Berlín, que contaba con dotaciones y servicios comunitarios asociados a las viviendas y por los artefactos arquitectónicos de los hermanos Rasch; pero su encuentro de mayor trascendencia fue el que tuvo lugar con Ernst May, que estaba a punto de partir hacia Leningrado como urbanista jefe de la ciudad y experto en vivienda social, con el fin de elaborar un plan de doscientas nuevas comunidades satélite para la Rusia soviética, en las cuales pretendía aplicar los principios de la ciudad-jardín inglesa —de hecho, May había trabajado con Barry Parker y Raymond Unwin en Hampstead Garden Suburbs en 1910 (Mumford, 2002, p. 31). Para Bauer, el empleo del rígido esquema geométrico alemán, el Zeileubau, y la incapacidad de hacer frente a una atrasada industria de la construcción soviética, abocaron al fracaso de la experiencia y a la reacción soviética contra la arquitectura moderna “en favor de Roma y Napoleón” (Bauer, 1965, p. 48).

Ernst May había persuadido a Bauer para regresar a Frankfurt tras su gira escandinava con la finalidad de asistir al Frankfurter Kurse für Neues Bauen organizado por la revista internacional Das Neue Frankfurt, adjunta al programa de vivienda pública desarrollado entre 1925 y 1930 por la autoridad municipal bajo el régimen de la República de Weimar, en el que destacaron las iniciativas de difusión como la citada revista, la publicación de folletos informativos y las emisiones de radio para informar al público de los objetivos del programa de viviendas sociales (May, 1930). Bauer acompañó a unos 150 arquitectos y periodistas, en su mayoría alemanes, pero también con presencia de participantes procedentes de Suiza, Holanda, Chequia, Italia, Austria y Dinamarca, que se reunieron para analizar los logros en la política de vivienda social de la Alemania de la República de Weimar.11 El curso comprendía debates sobre la responsabilidad municipal, el papel de las organizaciones de la ciudad-jardín, donde destacaba el papel de Hans Kampffmeyer, responsable municipal y de la asociación alemana de la ciudad-jardín, las nuevas escuelas y el planeamiento urbano y regional; además de una visita a los desarrollos del valle del Nidda, entre ellos Römerstad (Henderson, 2010). Para Bauer, el heliotrópico Zeileubau de los asentamientos del nuevo Frankfurt era una demostración del intento coherente de desarrollar formas contemporáneas de expresión donde la repetición y la igualdad mostraban una nueva sociedad democrática.

Fig. 3/ Una de las viviendas modelo de la exposición de Estocolmo, identificada como villa 45 tipo VIII, de Uno Åhrèn, y portada de la edición original de Acceptera, 1931

Fuente: Stockholmsutställningen_1930_Villa_45, Stockholmsutställningen 1930 Egna hem 45, behovstyp VIII (radhus). ArkDes

Por otra parte, en las principales ciudades de Escandinavia —Oslo, Estocolmo y Copenhague— Bauer se interesó por las comunidades residenciales para familias numerosas y por la implicación de los agentes públicos en la política de vivienda social; y de manera particular por la sección de vivienda experimental sueca en la Stockholmsutställningen, la Exposición Mundial de Estocolmo (1930) (Cregah, 2011; Tostrup, 1997) —que incluía la construcción de diez viviendas unifamiliares y dieciséis pisos en alquiler realizados cada uno por distintos arquitectos— cuyo responsable era un grupo de arquitectos formado por Gunnar Asplund, Gregor Paulsson, Eskil Sundahl y Wolter Gahn, además de los angloparlantes Sven Markelius, que había asistido al primer CIAM (Mumford, 2002) y Uno Åhrén (Rudberg, 2017), su guía sueco que se convertiría más tarde en un buen amigo. Este grupo daría lugar a Acceptera (1931), el manifiesto del funcionalismo sueco dedicado a la vivienda: un impulsivo anhelo a favor de aire, espacio y libertad (Åhrén & al., 2008). (Fig. 3)

Tras pasar sus últimas semanas en Holanda, donde mostró su clara preferencia por la labor desarrollada en Róterdam en el ámbito de la vivienda pública por J. J. P. Oud, quien ejerció de anfitrión, frente a los postulados de los estándares mínimos de Wijdeveld, para los que mantuvo una actitud muy crítica, volvió a Estados Unidos. En su papel como crítica de arquitectura, se hizo eco de la influencia de Wright en grandes arquitectos europeos, como Walter Gropius y Karl Schneider en Alemania; Le Corbusier y André Lurçat en Francia, y J. J. P. Oud y Mart Stam —compañero de May en su aventura rusa y asistente al Frankfurter Kurse für Neues Bauen— en Holanda, tanto en el manejo del espacio como en el de los materiales (Bauer, 1931a, pp.153-154).

Bauer descubrió un par de principios que dotaban a la palabra funcional de un doble significado: el uso pleno de la tecnología moderna y su expresión honesta en el diseño, y un enfoque científico de las necesidades en los programas, la planificación y el diseño. Tomó conciencia de que la vivienda era un problema complejo y no sólo de orden estético, y que la planificación de una buena vivienda requería de conocimientos en los ámbitos de la economía, de la sociedad y de la salud: “Más tarde, fui a Escandinavia, Alemania y Holanda, y en lugar de casas construidas no tanto en roca o arena, sino en manifiestos, vi comunidades enteras donde el plan de la ciudad, la economía de la construcción, e incluso los estándares de la vida de sus habitantes, eran tan naturales y esencialmente modernos que el resultado ni siquiera era controvertido. Simplemente era lo que era” (Bauer, 1931c).

A su regreso a Estados Unidos Bauer ofreció a la revista Fortune sus fotografías de viviendas alemanas, pero el editor le aconsejó que escribiera un artículo y lo enviara al concurso Art and Industry (Bauer, 1931b), patrocinado por Edgar Kaufmann. Para sorpresa de todos, especialmente de Mumford, que también había presentado una propuesta, ganó el premio con un ensayo sobre planificación y estética industrial en Römerstadt (Bauer, 1931b), donde realizó un estudio que plasmaba todas sus reflexiones. Sobre el papel que desempeñó este artículo en su carrera, escribió: “Ese golpe de suerte me convirtió en una experta en vivienda, lo quisiera o no” (Bauer, 1936c, p. 341).

3.2. Modern Housing: Alemania, Austria, Suiza, Países Escandinavos, Francia Inglaterra y Holanda (mayo-agosto de 1932)

A finales de 1931 Bauer pretendía volver a Europa para proseguir sus estudios sobre vivienda social. Para ello había solicitado una beca a la John Simon Guggenheim Memorial Foundation. No obstante, a pesar de la carta de recomendación de Frank Lloyd Wright, el proyecto no estaba suficientemente maduro y a la “comunista Catherine”,12 como se refirió a ella Wright —de hecho, Bauer fue perseguida por el macartismo—, se la denegaron. Sin embargo, le fue concedida la beca que la Federation of Women’s Clubs asignó de entre las listas de las postulantes a dichas ayudas. Por su parte, Mumford —que sí había obtenido la beca de la John Simon Guggenheim Foundation para la realización de un libro sobre la forma urbana mediante la adición de material obtenido de primera mano en Europa—13 contrató a Bauer para colaborar en el encargo que recibió de la revista Fortune para escribir una serie de artículos sobre los aspectos técnicos y de gestión del movimiento europeo a favor de la vivienda social. La remuneración de estas colaboraciones permitiría a Bauer quedarse en Europa durante unos meses.

En Inglaterra, donde un séptimo de la población residía en una vivienda con algún tipo de ayuda oficial, destacó los desarrollos del London County Council y del movimiento a favor de la ciudad-jardín de la mano de Frederick Osborn14 (Bauer, 1934c). En Francia se fijó en las acciones en el ámbito de la ciudad-jardín promovidas por el Département de la Seine (1931), con Henri Sellier, y las labores del Office Public d’Habitatione a Bon Marché, mientras que de Austria destacó implantaciones de vivienda social desarrolladas por el Ayuntamiento de Viena como la Karl-Marx-Hof. En Suiza visitó el siedlungen Neubühl, en Zúrich, del grupo suizo de los CIAM, que formaba parte de un programa de 4000 viviendas de bajo alquiler puestas a disposición por sociedades sin ánimo de lucro que contaban con subsidios de las administraciones estatal, cantonal y local.15

En este viaje Bauer empezó a profundizar más en los postulados de la vivienda promovidos en los países escandinavos, de los que valoró el trabajo colaborativo de los profesionales y su actitud hacia el ámbito público, en el que participaban los más distinguidos arquitectos (Bauer, 1961, p. 15), frente al individualismo que representaba el trabajo de algunos famosos arquitectos innovadores como Erich Mendelsohn, más próximo al papel de prima donna (Bauer, 1965). La vivienda cooperativa escandinava respondía, por el contrario, a los nuevos valores que se consolidaban, tanto los relativos a los instrumentos de financiación y gestión como a los equipamientos comunes, especialmente los espacios de juego infantil, incorporados a los bloques de viviendas a partir de finales de la década de 1920. Destacó además la implicación municipal en los proyectos de vivienda social a gran escala y el papel desempeñado por el movimiento cooperativista sueco Hyresgásternas Sparkasse-och Byggnadsf-rening (HSB), que era muy activo en las políticas de difusión. Bauer prestó también atención a la estandarización de los espacios domésticos, especialmente en la puesta en valor de la pieza arquitectónica de los balcones, y la aplicación de avances técnicos a los servicios domésticos, tanto en los suministros como el gas, los nuevos materiales y los equipamientos, como la cocina de acero, los fregaderos, la mecanización del lavado de la ropa y la estandarización y la prefabricación de la industria de la construcción en la vivienda. Todo desde un punto de vista tanto estético como práctico.

Después de publicar los tres artículos, la revista Fortune canceló la serie sobre la vivienda social, dado que los editores los consideraron demasiado radicales (Mumford, 1932; 1933a; 1933b). La política inglesa de las homes fit heroes (1919-1932) que dividió Inglaterra entre la nación negra y la nación verde bajo el liderazgo del modelo de la ciudad-jardín, el funcionalismo presente en Le Corbusier y en las heliotrópicas Zeileubau alemanas, y las formas de gestión de la vivienda desde los sectores privado y mixto en Holanda, Alemania, Francia, Austria e Inglaterra, sin olvidar los avances de los países escandinavos, representaban la síntesis entre la tradición culturalista de Mumford y el sistemático método comparativo de Bauer, que oscilaba entre lo conceptual y lo paramétrico. (Fig. 4)

Fig. 4/ Referentes europeos y comparativa norteamericana de bloques de vivienda social

Fuente: Catherine Bauer (1934): Modern Housing. Nueva York, Houghton Mifflin

En consecuencia, Bauer regresó a Estados Unidos después de casi cuatro meses de trabajo con una ingente cantidad de fotografías, planos, publicaciones, notas y datos sobre la vivienda social europea, que no iba a utilizar Fortune, por lo que Mumford la animó a reunirlo todo en un libro.16 El título inicial previsto para el libro era Modern Community Housing in Europe,17 y su intención era presentar un análisis crítico de los notables logros habidos en la posguerra europea, que se medía en términos de nuevos estándares y nuevas técnicas de planificación para la vivienda que podían servir de aplicación a Estados Unidos con la adecuada adaptación. Wood había sentado las bases, pero Bauer no centró su exposición en los casos europeos, considerados como referentes, y abordó el problema habitacional desde la perspectiva estadounidense, por lo que el título finalmente se simplificó como Modern Housing, recientemente reeditado con prólogo de Barbara Penner (Bauer, 2020). Bauer consideró los factores sociales, políticos y económicos de la política de vivienda social y definió el barrio como la unidad de medida de la vivienda comunitaria. El libro, financiado por la Carnegie Foundation, presenta un lenguaje fácil, con profusión de ilustraciones ejemplarizantes para las que usaba la comparación, a veces ciertamente maniquea, ajeno a tecnicismos, pero con sólidos estudios estadísticos, destinados a arquitectos, planificadores, sociólogos, técnicos municipales y público en general, que para bien o para mal, ha de vivir en casas y trabajar en ciudades. De hecho, Modern Housing se convirtió en una pieza clave de la historia de la vivienda en Estados Unidos (Scott, 1969, p. 324).

El trasfondo del libro estaba en el debate entre las políticas de recuperación de barrios marginales (slum clearance) y los nuevos asentamientos (housing). El objetivo de todas las políticas europeas de vivienda había sido proporcionar un gran número de viviendas modernas de la forma más rápida y barata posible y para eso se requería de la creación de nuevos barrios. Hasta entonces, sólo dos países, Gran Bretaña y Holanda, habían emprendido una rehabilitación importante de los distritos antiguos y, en ambos casos, estos esfuerzos eran de mucha menor calidad que el resto del programa de vivienda y representaban entre dos y cuatro veces el coste total para el Gobierno. Este último argumento económico era de suficiente peso como para justificar los distintos posicionamientos ante la vivienda.

Mientras tanto, Bauer había finalizado su colaboración con el Housing Study Guild (Meyer & al., 1934) —fundado por Lewis Mumford, Henry Wright y Albert Mayer en el seno de la RPAA como entidad especializada en los estudios de la vivienda para ser financiada con los fondos públicos del New Deal—, para el cual trabajó recopilando información sobre los casos de nuevas implantaciones de viviendas sociales en Europa durante un corto periodo de tiempo, y abordó con entusiasmo una nueva experiencia profesional donde confluían sindicalismo, vivienda social y ayudas públicas. Era un modo de materializar los cambios radicales en la política de vivienda pública en Estados Unidos que reclamaba (Bauer, 1934a). Así, Mumford, de quien ya se había separado emocionalmente, le presentó a Oskar Stonorov18, el cual le ofreció colaborar para desarrollar un proyecto de viviendas —junto con su socio el arquitecto Alfred Kastner—, encargado por la American Federation of Hosiery Workers, Carl Mackley Houses en Filadelfia (Sandeen, 1985), y por tanto vinculado al sindicalismo y más próximo a su interés en la vivienda social que las acciones de la RPAA y el Housing Study Guild. Este sería el primer proyecto de vivienda social realizado con la ayuda de un préstamo de la Public Works Administration (PWA), entidad del programa New Deal responsable de las implantaciones de nuevas viviendas sociales —Kohn, jefe de División de la PWA de 1933 a 1934, le sirvió de aliado. Debido al valor arquitectónico, y a la financiación pionera, Carl Mackley House fue uno de los proyectos más destacados del New Deal. Como primer resultado, Bauer fue nombrada secretaria ejecutiva de la Labor Housing Conference creada por la Pennsylvania Federation of Labor. (Fig. 5)

Fig. 5/ The Carl Mackley Houses, Hosiery Union, Filadelfia, 1934

Fuente: Philadelphia. Temple University Library; (1935): The Carl Mackey houses. A Public Works Administration (PWA) Limited Divided Corporation. Architectural Record, noviembre, 288-298

3.3. La inevitable necesidad de un nuevo entorno urbano: Francia, Suiza, Alemania nazi, Escandinavia y (no) Rusia (julio-septiembre
de 1936)

Cuando en 1936 Bauer partió hacia Europa por un año con una beca de la Guggenheim Foundation con el fin de incluir en una nueva edición de su libro Modern Housing, que nunca llegó a publicar, un estudio en profundidad sobre la vivienda en Escandinavia y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) —de hecho, barruntaba el especial interés de la política soviética de vinculación de la vivienda social con la planificación regional y otras actividades económicas más amplias—, dejaba en fase de trámite la aprobación de la Wagner-Steagall Housing Act (1937) (Hoffman, 2000, p. 302), el primer programa de vivienda pública permanente subsidiado por el Gobierno Federal en el que había participado activamente. El nuevo papel federal fue el producto de los esfuerzos de la amalgama que conformaba el movimiento de la vivienda social estadounidense, cuyos objetivos eran los “hogares decentes, seguros y sanos” (Birch, 1978, p. 130). Estos objetivos eran compartidos por los diseños de la vivienda de la Alemania pre-nazi, con el añadido del sol, como destacó Bauer (Bauer, 1965).

En este viaje constató que la Alemania nazi se habían limitado a fagocitar los avances socialdemócratas de la República de Weimar, como expresa el título del artículo titulado “Unions, not Hitler built Onkel Tom’s” en defensa del papel desempeñado por el urbanista Martin Wagner19 en Berlín, conservado en su archivo personal. En Francia destacó el programa quinquenal de vivienda, particularmente para las zonas rurales, de la recientemente aprobada Ley de Obras Públicas, con el liderazgo de Henri Sellier, entonces ministro de Salud Pública, y recogió información de piezas arquitectónicas como la escuela de Suresnes y el complejo de La Muette, ambos de Eugène Beaudouin y Marcel Lods. Se interesó especialmente por el compromiso político de Le Corbusier asociado a la Maison de la Culture (Bauer, 1937, pp. 8-9).

En Gotemburgo, Åhrén, en esos momentos responsable municipal de planificación urbana, le mostró los intentos del municipio de esponjar la ciudad vieja y potenciar la densidad de las nuevas áreas suburbanas, y el asociacionismo del inquilinato, capaz de negociar con los grandes propietarios de apartamentos convenios tales como satisfacer la demanda de inodoros con descarga en cada piso en lugar de retretes en el patio. Bauer profundizó en la política de vivienda escandinava basada en subsidios y apoyada por la Ley de Vivienda Sueca (1936), especialmente para familias numerosas —a pesar de los esfuerzos, y quizás por ello, los estándares espaciales en Suecia eran de los más bajos de Europa y la mitad de las familias vivían en viviendas de una habitación y cocina o menos. Antes de la nueva ley, la única ayuda importante del Gobierno a la vivienda social estaba en el uso de préstamos estatales a las cooperativas y otras empresas sin fines de lucro, y en la provisión de terrenos a los municipios. Tras visitar Estocolmo, Bauer fue invitada a la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología de Trondheim para explicar la política de vivienda social en Estados Unidos. Así mismo, destacó su admiración por el papel que había jugado en Noruega la revista Plan, liderada por el activo gremio de los arquitectos.

Decidió interrumpir su gira europea y posponer su viaje a Rusia cuando Kohn, entonces vicepresidente de la Feria Mundial de Nueva York de 1939, la reclamó para asumir la responsabilidad del diseño de la sección de vivienda moderna de la muestra. La idea original de Bauer era encargar la construcción de un barrio modelo, Shelter Sector, y finalmente propuso realizar una película, The city,20 pero no se adaptaría al desempeño como burócrata profesional y pronto renunció al cargo, como haría dos años después de haber sido nombrada en 1937 directora de Investigación e Información de la USA Housing Authority (USHA), entidad implementada por la Ley Wagner-Steagall, en Washington, con responsabilidades en política general, establecimiento de procedimientos de análisis del mercado inmobiliario, investigación socioeconómica y publicaciones (Bauer, 1939). (Fig. 6)

Fig. 6/ Gráfico de la relación de ingresos familiares y construcción de viviendas en Estados Unidos

Fuente: Catherine Bauer (1939): Architectural opportunities in Public Housing. Architectural Record, enero, 65-69

3.4. La Segunda Guerra Mundial y la crisis de la vivienda social: Inglaterra, Escandinavia y Rusia (julio-septiembre de 1939)

En la primavera de 1939 Bauer decidió completar el trabajo de campo pendiente en Escandinavia y Rusia. Aprovecharía la ocasión para asistir a la conferencia de la IFHTP celebrada en Estocolmo como consultora especial de la USHA-Washington, junto con Wood, que asistía como consultora PhD de la USHA-Nueva York, entre otros, y manifestar su malestar con la politización del movimiento de la vivienda social por parte del régimen alemán y el socavamiento sistemático de los programas de vivienda progresista del período de la República de Weimar. Pero a su paso por Londres, sus planes se truncaron al sufrir un accidente automovilístico, que la retuvo allí durante seis semanas, las cuales aprovechó para estudiar la labor del London County Council, especialmente el proyecto de mayor envergadura acometido, denominado The White City Estate, y el planeamiento regional británico.

Aunque no llegó a tiempo para asistir a la conferencia, viajó de todos modos a Estocolmo, y en esta ocasión destacó la política de vivienda municipal basada en el pago de subvenciones anuales para mantener el precio del alquiler bajo, de modo que las familias más vulnerables pudieran hacer frente a tales alquileres, política que no se limitaba al área urbana, sino que, como novedad, se extendía a algunos distritos rurales. Este interés por la política institucional de la vivienda social se complementaba con su aproximación más personal a la forma de vida sueca. Así, un viaje en bicicleta de una semana a través de las regiones de los lagos y de los fiordos acompañada de amigos dotaba a Bauer de herramientas de crítica que le permitirían hacer referencia, por ejemplo, al sentido del lugar en términos de geografía y naturaleza presente en las propuestas escandinavas, que en Estados Unidos sólo Frank Lloyd Wright era capaz de igualar (Bauer, 1961).

La declaración de guerra de Francia e Inglaterra a la Alemania nazi coincidió con su llegada a Moscú, por lo que tuvo que dejar la URSS de forma apurada tras lograr visitar Leningrado. De ambas ciudades, destacó el contraste entre los edificios nuevos, descomunales e inacabados en su mayoría, y los antiguos, en ruinas, también el ruido, la suciedad y un mar de barrios marginales en retirada que mostraban las ciudades como unos gigantescos solares en obras. Bauer admiraba el diseño de los nuevos grandes edificios de apartamentos, algunos de ellos de veinte plantas con ascensores y ventilación cruzada. La altura de techos, de tres metros en algunos casos, hacía que las habitaciones parecieran más grandes que sus homólogas estadounidenses, y la dotación doméstica de la cocina y el baño era moderna y eficiente. Los rusos habían desarrollado su propia técnica de planificación y construcción basada en la gran escala, donde destacaba la prefabricación para abaratar la producción, camino sobre el que Bauer mostraba su admiración con el testimonio de sus fotografías sobre las experiencias en prefabricación que se desarrollaban puntualmente en los países europeos. A este nuevo enfoque e interés en la industria de la construcción, Bauer quedó impresionado por la innovadora forma de financiación del país en la que el coste de capital de la construcción se pagaba como un gasto público y el alquiler se calculaba como una tarifa fija del diez por ciento de los ingresos del inquilino (Oberlande & Newbrun, 1999, p. 174).

4. Del conflicto entre las partes a una aproximación holística a la vivienda social (1940-1964)

En 1940 Bauer fue nombrada Rosenberg Lecturer en la Social Welfare School de la UC-Berkeley y comenzó entonces un estrecho vínculo con el mundo académico, ya fuera en forma de conferencias, cursos o seminarios, a la vez que mantuvo una intensa, aunque dispersa, actividad pública en múltiples acciones vinculadas con la vivienda social. Su matrimonio ese mismo año con el arquitecto y profesor de la UC-Berkeley William Wurster, —pasó a llamarse Catherine Bauer Wurster— consolidó estos lazos. Le siguió cuando su marido fue nombrado dean de la School of Architecture and Planning en el Massachusetts Institut of Technology (MIT) en 1944, y volvieron a Berkeley cuando en 1950 fue nombrado dean de la Shool of Architecture, y en 1959 primer director del UC-Berkeley College of Environmental Design. No obstante, las carreras de los Wurster se mantuvieron separadas —con colaboraciones ocasionales en la convergencia de sus intereses sobre la vivienda—, aunque estaban lo suficientemente cerca como para dejar ver cómo en los proyectos arquitectónicos y en la labor pedagógica de Wurster se infundían las aspiraciones sociales y políticas de Bauer y sobre ella se proyectaba el sentido que del lugar tenía Wurster a través de la arquitectura (Wright, 1995, p. 189).

La Segunda Guerra Mundial fue un punto de inflexión en la política de vivienda social del Gobierno Federal norteamericano, en tanto que rechazó cualquier intento de implementar las ideas europeas que obviaran el derecho de libre mercado. El orden estaba fundamentado en el acceso masivo a la propiedad de la vivienda, y si la vivienda en propiedad arraigaba en las bases de lo que estaban haciendo los países europeos tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era un gran laboratorio de pruebas (Kwak, 2015, p. 4) y las cifras de viviendas generadas —aunque no ciertamente suficientes para solucionar el problema de la demanda de ayuda para los dos tercios de población— hizo que se vieran capaces de enseñar al mundo la salida de la crisis de la vivienda. Bauer reconoció que en esos momentos la vivienda era “un movimiento vivo, un asunto con nuevos objetivos, nuevas herramientas, el arte de transformar las minorías en mayoría”.21

Este afán difusor y comprometido de los Estados Unidos hacia el exterior se acentuó en la década posterior. En la década de 1950, y bajo los auspicios de las políticas de ayuda de Estados Unidos con iniciativas filantrópicas como las llevadas a cabo por la Ford foundation o los Programas de Asistencia Técnica de Naciones Unidas, urbanistas, arquitectos y expertos en vivienda estaban dando forma a las políticas de vivienda en los países en vías de desarrollo. La política anti-comunista norteamericana en el contexto de la Guerra Fría y la amenaza soviética tuvieron mucho que ver con el apoyo a estas iniciativas. Bauer aprovechó la situación y comenzó a investigar sobre la urbanización y las condiciones de la vivienda en los países en vías de desarrollo desde un punto de vista social, económico y ambiental. Refirió que la ayuda exterior y la política internacional de vivienda eran las herramientas propuestas para establecer una planificación regional, urbana y económica basada en la descentralización, pero también, evocando el trabajo de Patrick Geddes en India reivindicado por Tyrwhitt en su publicación Patrick Geddes in India (1947), subrayó la capacidad de construcción del propio pueblo hindú a través de su arquitectura anónima (Bauer, 1954).

4.1. El Congreso de la IFHTP y la red transnacional del urbanismo: Inglaterra, Francia, Holanda y Escandinavia (octubre-noviembre de 1946)

El interés de Bauer por las políticas de reconstrucción vinculadas a la vivienda social centró sus estudios sobre Europa, donde estudió la planificación británica como modelo en cuanto a la gestión de la política de vivienda y el planeamiento urbanístico. En Inglaterra la vivienda pública era gestionada en alquiler por las autoridades locales y estaba destinada a las clases medias y bajas, frente a las políticas holandesa y escandinava que se basaban en reforzar su apuesta por la vivienda pública de renta limitada. La nueva política de reconstrucción y protección de los barrios históricos ingleses chocaba de frente con la mentalidad estadounidense, que según Bauer no prestaba atención al lugar, como sucedía con los desplazamientos de los grupos sociales más vulnerables en los programas para eliminar la infravivienda llevados a cabo al amparo del New Deal. El Plan del Gran Londres era una muestra de la puesta en marcha de planes integrales para evitar la especulación sobre el control metropolitano del suelo —que en Estados Unidos tenía un lejano y único precedente con The Homestead Act de 1862, pero exclusivo para el entorno rural. Por otra parte, la organización de las New Towns, promovidas por corporaciones de desarrollo como la de Stevenage, se planeó cuidadosamente para acomodar un exceso relativamente pequeño de viejos distritos congestionados frente a los interminables suburbios americanos basados en el automóvil. El corpus legal avanzado de ambas iniciativas, la New Towns Act (1946) y la Town and Country Planning Act (1947), estaba por delante del coetáneo Taft-Ellender-Wagner Bill, que daría lugar a la Housing Act de 1949 (Hoffman, 2000) en Estados Unidos, en la que Bauer no se involucró tan intensamente como en la de 1937.

En 1946 Bauer asistió a la primera reunión de la IFHTP convocada en la posguerra y que tuvo lugar en Hastings. Estaba entusiasmada con la acción de esta red internacional. No obstante, a pesar de ser nombrada miembro de su Consejo, no se prodigó en más encuentros y el representante de la delegación estadounidense sería a partir de 1948 Lewis Mumford. En el encuentro también estaba presente el drama humano: “En la superficie, todo el mundo es sorprendentemente normal, pero debajo hay destellos repentinos de tragedia y horror”, le comentaba por carta a su marido.22 Asistía al congreso en calidad de delegada de la USA Federal Public Housing Authority con el fin de mostrar la situación de la vivienda social en Estados Unidos, y tomar nota de primera mano de las iniciativas británicas en las políticas de reconstrucción, sobre las que ya había escrito varios textos.23

En la sección de política de vivienda del encuentro, Bauer destacó las aportaciones de la Wagner-Steagall Housing Act (1937), en cuanto involucraba a las distintas administraciones estadounidenses en la política de vivienda social: la ayuda de la financiación era federal, pero la iniciativa y la responsabilidad era local, de modo que toda la construcción y las operaciones de gestión y propiedad eran realizadas a través de la autoridad local en materia de vivienda. También se hizo eco de las limitaciones de su aplicación, donde las 200 000 unidades terminadas o en curso hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial quedaban lejos del millón y medio de unidades por década que según los pioneros estudios de Wood se deberían de generar en Estados Unidos para satisfacer las necesidades de las familias (IFHTP, 1946, p. 217). (Fig. 7)

Fig. 7/ Publicidad de la actividad de la USA Housing Authority (USHA) en 1939 (superior) y en 1941 (inferior)

Fuente: Works Progress Administration Housing Publications. University of Kentucky Library

Uno de los puntos de mayor interés de los debates del encuentro fue el que tuvo lugar sobre la descentralización, con una comparación entre el modelo europeo —relacionado con la planificación regional inglesa—, y el americano, relacionado con la segregación, tanto socioeconómica como racial (Wright, 1995, p. 192). Y en este último caso, Bauer se haría eco de que las relaciones raciales serían uno de los temas de mayor trascendencia no sólo en el campo de la vivienda social, sino en toda la cuestión social (Bauer & Grebler, 1952; Bauer, 1952). El hecho era que en muchas de las ciudades más antiguas de Estados Unidos había un alto grado de segregación social entre la ciudad antigua, casi en su totalidad una ciudad de clase trabajadora, y la planificación moderna, que trataba de mantener los valores de las clases acomodadas de las comunidades suburbanas. El resultado fue un grado de aislacionismo a escala local “tan aterrador como el aislacionismo en los asuntos mundiales a gran escala” (IFHTP, 1964, pp. 102-103). Para Bauer la segregación era una consecuencia directa de una errónea interpretación norteamericana del modelo anglosajón de la ciudad-jardín, tal y como destacó en su réplica al joven urbanista Lloyd Rodwin24 —cofundador con Martin Meyerson del MIT-Harvard Joint Center for Urban Studies en 1959— a raíz de su artículo “Garden Cities and the Metrópolis” (Rodwin, 1945). Los principios de la ciudad-jardín no eran la segregación y el aislamiento, sino el equilibrio en el territorio y su escala humana (Bauer, 1946), que se configuraba en el barrio y que se constituye en una poderosa herramienta formadora de la sociedad capaz de fortalecer o frustrar la democracia. La equidad en la vida comunitaria era la planificación social que ella reivindicaba (Bauer, 1945). Toda esta teoría se muestra en sus recetas para el renacer de las ciudades frente al desarrollo de los suburbios: revertir la tendencia a la gentrificación, abrir y conectar los suburbios, proporcionar viviendas en la ciudad adecuadas para las familias, facilitar el acceso a la educación con un sistema educativo de primer nivel es absolutamente necesario, sobre todo en vecindarios donde hay mezcla de razas y clases y, en cuarto lugar, la accesibilidad a las actividades culturales y de ocio de calidad a pie o por transporte público (Bauer, 1964).

Su interés por la descentralización estaba vinculado con su preocupación por el crecimiento de la ciudad. Ella interpretó que había cuatro modelos para el desarrollo urbano (Bauer, 1956, p.105): las líneas europeas de descentralización de tradición británica, la Garden City de Ebenezer Howard; la agrópolis o anti-ciudad, la Anti-City de Frank Lloyd Wright; y la megaciudad, la Super City de Le Corbusier, a las que se suma como última alternativa la nueva ciudad, la New City, en base a las New Towns inglesas como una reinterpretación de la ciudad-jardín. Para la toma de decisiones de planificación entre estas opciones, no solo se deben considerar factores políticos o económicos, sino principalmente culturales, con las tradiciones y la forma de vida de las diferentes sociedades. En el debate era donde debían concentrarse los esfuerzos; por tanto, cuanto más polémica sobre los grandes temas, más interés se despertaba y más real podría ser el planeamiento y mejor la arquitectura (Bauer, 1955). En este punto, Bauer apelaba a la propaganda y a la difusión del urbanismo como una necesidad urgente aún no satisfecha a pesar de los esfuerzos que estaban realizando nombres como Lewis Mumford en Estados Unidos y Frederick Osborn, editor de Social Questions in Housing and Community Planning, en Inglaterra. Para empezar, había que responder a unas preguntas básicas: qué era un barrio, cómo hacer que los centros de las ciudades fueran más vivideros y cómo descentralizarlos en comunidades. (Fig. 8)

Fig. 8/ Tres alternativas de “utopías” de futuro presentadas por Bauer: Radburn, Broadcare City y Plan Voisin

Fuente: Catherine Bauer (1956): First Job: control the new Urban Sprawl. Forum, septiembre, 105-113

El principal resultado del congreso de Hastings fue para Bauer la resolución que instaba al establecimiento de una unidad permanente de vivienda y planificación dentro de la Organización de Naciones Unidas, la Sección de Vivienda y Planificación de Ciudades y Países, de la cual se convirtió en consultora con la intención de generar un espacio común para distintos perfiles profesionales que permitiera sentar las bases de mejora del entorno urbano.25

Además de asistir al congreso, Bauer se interesó en Londres por el trabajo de Jaqueline Tyrwhitt (Shoshkes, 2006) en cuanto a la divulgación sobre las políticas de reconstrucción con la dirección de la Asociación para la Planificación y Reconstrucción Regional entre 1941 y 1948, especialmente el lanzamiento del Servicio de Información, donde se desarrollaba una destacada actividad de investigación sobre urbanismo desde una tradición culturalista. Vinculado al congreso, Tyrwhitt y Bauer colaboraron con sendos artículos sobre la reconstrucción en Inglaterra y Francia respectivamente para el último número de la revista académica Task —editada por Meyerson, sucesor de Wurster como director del College of Environmental Design de UC-Berkeley en 1963— de la Harvard Graduate School of Design (GSD), donde Bauer era entonces lecturer. En la introducción del número, Bauer expuso la crisis de vivienda como un problema de naturaleza global: era tan urgente resolver la situación de los países europeos durante la posguerra como la precaria situación de los países en desarrollo (Bauer, 1948, p. 5).

En este viaje Bauer consolidó y amplió de forma significativa su red europea tanto profesional como personal, e intentó transformar sus contactos en una especie de red de intercambio sobre vivienda, donde no se trataba solo de recopilar información europea. Así, envió una miscelánea de literatura estadounidense sobre vivienda social a Erno Goldfinger, L. S. P. Scheffer, Pierre Vago, editor de L’Architecture d’Aujourd’hui, Uno Åhrén, Sven Markelius, Leif A. Reinius, editor de Ark, y Eiler Rasmunssen, y envió a Cornelis van Eesteren el libro Built in USA 1932-1944, editado por su hermana Betty Mock para el MoMA. Hans Erling Langkilde, editor de Arkitekten, le envió algunas fotografías y artículos sobre los últimos trabajos del arquitecto danés Kay Fisker, autor de las “casas adosadas más frescas del mundo”,26 como el conjunto de vivienda social Brønshøjvej. De hecho, en su viaje Bauer pronunció un discurso en el Ayuntamiento de Copenhague sobre la política de vivienda de Estados Unidos y mantuvo correspondencia profesional y personal con Fisker. Estos proyectos de vivienda en hilera daneses se oponían frontalmente a los proyectos de vivienda pública estadounidense, que tendían a ser descomunales conjuntos de edificaciones altamente estandarizados en su diseño y que tozudamente proclamaban su institucionalidad. Esa imagen de “unidades comunitarias” ajenas al vecindario circundante reforzaba el estigma de caridad asociado a las viviendas subvencionadas y era una de las justificaciones del fracaso de los programas públicos de vivienda social en Estados Unidos (Penner, 2018; Bauer, 1941; Bauer, 1957). Bauer propuso un enfoque cultural (materiales, diseño urbano y forma de vida) como medio para superar la dualidad entre enfoques racionales versus emocionales (Wright, 2004, p. 79).

4.2. El entorno natural y el entorno cultural, lo vernáculo frente a lo moderno: el grand tour 27 (enero-agosto de 1957)

En su labor de consultora para la ONU, Bauer se introdujo en el estudio de la urbanización y las condiciones de vida en los países en vías de desarrollo desde el punto de vista social y medioambiental, además de las dinámicas de desarrollo socioeconómico urbano (Bauer, 1956). Este interés se consolidó en 1957, cuando la familia Bauer Wurster realizó un grand tour alrededor del sudeste asiático y la vieja Europa durante el año sabático de Wurster, entonces dean de la UC-Berkeley Architecture School. La pareja quedó fascinada con la riqueza de las arquitecturas vernáculas, casi totalmente ignoradas por los propios arquitectos asiáticos, lo que reforzaba la idea del man made environment de Wurster. El relato del recorrido (Wurster, 1958) se complementaba con las fotografías tomadas por Bauer, que Mumford llegó a calificar de “maravillosas”.28 El artículo sobre Wai y Cochin publicado en la revista académica Perspecta (Wurster & Bauer, 1959), iba a ser el primero de una serie de trabajos o un libro que pretendía seguir la estela de la publicación de Sibyl Moholy-Nagy, Native Genius in Anonymous Architecture (1957), de la que Bauer destacaba la integración de las tradiciones sociales y culturales con el clima y los recursos naturales.29 Aunque Europa formó parte del recorrido, las referencias más significativas se dirigían en otras direcciones más allá de la puesta en valor de la riqueza cultural del viejo continente. (Fig. 9)

Fig. 9/ Portada de la edición inglesa de la obra de Catherine Bauer Social Questions in Housing and Town Planning (1952) y una vista de la calle Narakkal en Cochin

Fuente: William Wurster & Catherine Bauer (1959): Indian Vernacular Architecture: Wai and Cochin. Perspecta, nº 5, 37-48

4.3. De la planificación local a la global: Israel, Irán e India, vía París (enero-abril de 1959)

En su último viaje, fechado en 1959, Europa quedó restringida a un trasbordo en París a la par que realizaba una parada de pocos días en Israel, con especial interés en la aplicación de la teoría de Alexander Christaller en Palestina (Oberlander & Newbrun, 1999, p. 276), y en Irán, donde hay que ‘destacar su interés por los jardines de Isfahan y Shiraz. En el ámbito de sus investigaciones académicas y de cooperación, su destino era la India. El motivo del viaje había sido la concesión de una beca del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de California, con la ayuda de la Ford foundation, para el estudio de las iniciativas que sobre vivienda se estaban desarrollando en la India, y la intermediación con las autoridades del Ministerio de Obra Pública, Vivienda y Suministros de la India, en Nueva Delhi, para intentar sacar adelante un proyecto de investigación sobre arquitectura y clima.30 El abordaje de este tipo de iniciativas era posible por la disponibilidad y la accesibilidad de la información sobre temas económicos y demográficos, que estaba disponible en inglés, y el compromiso de los líderes políticos indios con la evolución del país, que de hecho, convirtieron a la India en objetivo preferente de las iniciativas llevadas a cabo por las grandes fundaciones norteamericanas, como la Ford foundation o la Rockefeller Foundation (Kwak, 2012).

En Nueva Dehli Bauer atendió al Seminario de Arquitectura organizado por la Lalit Kala Akademi, inaugurado por el primer ministro hindú Sri Pandit Jawaharlal Nehru, junto con Eugène Beaudoin, Albert Mayer —la Ford foundation había solicitado a Mayer en 1957 hacerse cargo de la Town Planning Organization— y Gordon Cullen, entonces colaborador de Mayer. El clima en la arquitectura, la tecnología, el arte, la educación y la política nacional fueron algunas de las sugerentes cuestiones que se abordaron en el encuentro (Kanvinde, 1959). Sin embargo, ésta no fue la aproximación que Bauer siguió en el Seminario sobre Urbanización en India que organizó en la UC-Berkeley en 1960, con un enfoque más próximo al que se había desarrollado en la conferencia del Committee for the International Economic Growth sobre la relación entre India y Estados Unidos y que había tenido lugar en mayo de 1959. Retomó en él la premisa presente en sus seminarios sobre vivienda en la Graduate School of Design de Harvard: intentar descubrir las cuestiones que deben ser resueltas en el campo de la vivienda desde la variedad disciplinar y de intereses.

El seminario de Berkeley fue organizado con la colaboración de Albert Mayer y Richard Park, entre otros, y el apoyo de la Ford foundation, liderada por Paul Ylvisaker, director del Programa de Asuntos Públicos desde 1958, quien marcaría a partir de entonces el rumbo de la programación relativa a asuntos urbanos de la Ford foundation en India. En la contribución de Bauer al Seminario sobre Urbanización en India, en la sección denominada “Centralización versus Descentralización” (Turner, 1962), introdujo la singular problemática socioeconómica que se estaba produciendo en los países en vías de desarrollo por el rápido crecimiento demográfico y el incontrolado crecimiento urbano, del que la India era un claro exponente. Era necesario un patrón de desarrollo fundamentado en las intervenciones policéntricas sobre las grandes áreas metropolitanas, pero el imparable crecimiento de las megaciudades asiáticas suponía un nuevo reto sin precedente que demandaba un discurso para el que Europa esta vez no podía aportar experiencia (Bauer, 1962). Se necesitaba, por tanto, un nuevo abordaje teórico basado en opciones de futuro. (Fig. 10)

Esta reflexión fue abruptamente interrumpida cuando la tragedia llegó repentinamente a la vida de Catherine Bauer con su muerte en 1964 tras un accidente de senderismo. Hasta ese fatídico momento Bauer había realizado ocho viajes al extranjero centrados en sus investigaciones sobre vivienda social, arquitectura y urbanismo, los tres campos que englobaba la problemática de la vivienda, tal y como ella misma había expuesto en sus anotaciones.31 Desde Europa, el editorial de la revista Ekistics32 titulado “The human habitat” (Ekistics, 1965), planteado como un Memorium, fue el singular homenaje donde quedó claramente expuesta la conmoción causada por su muerte y el significativo papel que tuvo Catherine Bauer, más allá de su particular aportación en Estados Unidos, en la promoción de aquellas mejoras que en el ámbito de la vivienda valieran para favorecer la dignificación de la vida en comunidad, y que era el objetivo de cada uno de los artículos de Ekistics.

Fig. 10/ Diagrama de Catherine Bauer sobre alternativas a los desarrollos de las nuevas aglomeraciones urbanas

Fuente: Catherine Bauer (1963): “The form and the structure of the future urban complex”. En Cities and the Space, Nueva York, John Hopkins Press, 78

5. Conclusión

En el caso de Catherine Bauer la apertura transnacional fue la singular estrategia escogida para lograr sus aspiraciones en los complejos procesos de institucionalización de la problemática de la vivienda en todos sus aspectos, ya sean políticos, divulgativos y/o académicos. Su punto de partida no fue lo que se había hecho mal en la política de vivienda pública norteamericana, sino lo que no se había hecho. La compleja ecuación que buscó resolver desde Europa para Estados Unidos durante el periodo de entreguerras y de Estados Unidos para el mundo a partir del congreso de la IFHTP celebrado en Hastings en 1946, estuvo basada en considerar la interacción de tres variables: los profesionales y técnicos responsables, las fuerzas de inercia que se oponen a cualquier cambio y los ciudadanos, que eran los destinatarios a los que iban dirigidos todos sus esfuerzos y de los cuales se exigía una participación activa. A diferencia de Mumford, Bauer se dio cuenta de que el éxito de la vivienda social en Estados Unidos dependía de la acción de la política de base. La evolución de los postulados de Catherine Bauer sobre la vivienda no puede entenderse sin el formidable trabajo de campo desplegado en sus viajes trasnacionales.

Con su estudio se ha demostrado cómo los problemas a resolver y los intentos de solución evolucionaron superando la barrera de las nacionalidades mediante el uso de todos los medios y los recursos a su alcance en un intercambio continuo de información a través de los discursos internacionales de las redes, tanto profesionales como personales, tejidas a lo largo de toda su vida. Esta evolución es una muestra de la coherencia de su pensamiento, que supo conectar la vivienda, la arquitectura y el urbanismo en el contexto de su tiempo. Así pasó de la preocupación por la arquitectura de la vivienda, la arquitectura doméstica, a favor de los esfuerzos políticos para conseguir un programa de vivienda a gran escala. En Europa buscó, desde la tradición cultural que ha definido al viejo continente, un patrón sobre la vivienda entendida holísticamente, como un objeto donde convergían los aspectos estéticos, funcionales, sociales y económicos, para solucionar un problema que afectaba a dos tercios de la población en Estados Unidos y para el que demandó una política de community housing y community planning que evolucionó desde la escala de barrio a la necesidad de una planificación regional de carácter geddesiano. El siguiente paso fue la necesaria consideración del papel de los flujos económicos ante una nueva realidad como era la de las megaciudades asiáticas, para la cual Europa ya no tenía nada que aportar al carecer de experiencia en esa problemática. Su discurso interrumpido e inconcluso barrunta los problemas del urbanismo actual, que oscilan entre la necesaria consideración de la escala local y de la identidad cultural en equilibrio con la escala de la planificación global basada en los grandes flujos. La coherencia entre estos dos posicionamientos es para Bauer cómo ha de abordarse la política de la vivienda.

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Carta de Catherine Bauer a William Wurster, 13 de octubre de 1946. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

Carta de Catherine Bauer Wurster a Sibyl Moholy-Nagy, 23 de junio de 1958. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

Carta de Frank Lloyd Wright a Catherine Bauer, 23 de noviembre de 1931. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

Carta de Lewis Mumford a Catherine Bauer Wurster, 25 de septiembre de 1958. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

Curriculum vitae de Catherine Bauer fechado en 1960. William Wurster and Catherine Bauer Collection. CED Archives.

Inverview a Catherine Bauer, noviembre de 1944, 21-31. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

Report to the Federation of Women’s Clubs Fellowship Committee. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

8. Listado de Acrónimos/Siglas

CED: College of Environmental Design de la Universidad de California-Berkeley

CIAM: Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna

IFHTP: International Federation for Housing and Town Planning

MIT: Massachusetts Institute of Technology

MoMA: Museum of Modern Art

PWA: Public Works Administration

RPAA: Regional Planning Association of America

URSS Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

USHA: USA Housing Authority


1 El archivo personal de Catherine Bauer Wurster se encuentra depositado en la Bancroft Library y en el College of Environmental Design (CED) de la Universidad de California-Berkeley.

2 Ver además los trabajos de María Cristina García-González y Salvador Guerrero: El urbanismo como acto de comunicación. Theodora Kimball Hubbard y la Biblioteca de la Harvard Landscape Architecture School, Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales 21 (555); Jane Addams y el llanto de la ciudad amarga, URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales 9 (1), 115-132 y La Russell Sage Foundation y Forest Hills Gardens: un laboratorio urbanístico en Nueva York entre el a social y la estandarización de la vivienda. Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales 53 (207), 153-168.

3 Simkhovitch fue una de las líderes del movimiento de los social settlements en Estados Unidos como fundadora de Greenwich House en Nueva York en 1902 y miembro del New York State Board of Welfare. En 1932 creó la National Public Housing Conference con Edith E. Wood y Helen L. Alfred y apoyada por la primera dama, Eleanor Roosevelt, encuentros en los que Bauer también participó.

4 Sobre la IFHTP en el periodo de entreguerras, ver los trabajos de Renzo Riboldazzi, Phillip Wagner y Michel Geertse. Sobre el caso español, ver María Cristina García González y Salvador Guerrero, Spain in the International Urban Networks around the First World War. The 18th International Planning History Society Conference - Yokohama, July 2018 María Cristina García González, César Cort y la cultura urbanística de su tiempo: redes internacionales y canales de diffusion del urbanismo en la europa de entreguerras, Cuadernos de investigación urbanística, nº 87 y Miguel Fernández Maroto y María Castrillo, Rethinking Urban Extension and International Influences: Spain and the International Housing and Town Planning Congresses during the 1920s, en European Planning History in the 20th Century. A Continent of Urban Planning (Routledge).

5 Además del libro, Wood publicó varios artículos sobre Europa, comenzando por uno dedicado a España: (1921): The Spanish Linear City. The Journal of the American Institute of Architects, mayo, 169-174; (1923): Recent housing work in Western Europe. The Architectural Record, Volumen 53, nº 2 febrero 173-183; (1923): Recent Housing in the Netherlands. Architectural Forum, Volumen 38, nº 4 abril, 171-178, y (1923): The Cités-Jadins of Lyons and Rheims. The American City Magazine, Volumen 28, marzo, 228-234.

6 Además de su estancia en París, realizó una excursión de varias semanas por Bretaña y visitó Italia e Inglaterra, todo ello en el ámbito del ocio personal.

7 Los ejemplos seleccionados para la exhibición fueron las fotografías de Römerstad, Kiefhoek Housing Development de Oud en Róterdam, Radburn, Sunnyside Gardens, amalgama de viviendas en Nueva York, y las imágenes y la maqueta del Rothenberg Housing Development en Kasel de Otto Haesler.

8 La imagen de la cubierta del catálogo de la exposición es la Siemensstad Housing Development del libro Modern Housing, tal y como se especifica en el pie de imagen de la publicación.

9 A Housing Program for the United States (1935), en Slum and Low-rent public Housing Hearings before the Committee on Education and Labor United States Senate, Estados Unidos, Washington, Government Printing Office, 109-120; firmaron el programa, además de Bauer, Carol Aronovici, Albert Meyer, John Nolen, presidente de la IFHTP, Mary K. Simkovich, Oscar Stonorov, Henry Wright y Edith Elmer Wood, en su calidad de miembro de la New Jersey State Housing Authority, entre un listado de setenta nombres en el cual solo se echaba en falta a Veiller.

10 La tesis doctoral de Susan Cole sobre la vivienda norteamericana en los primeros treinta ha sido especialmente reconocido en trabajos como el de Richard Pommer (1978): The Architecture of Urban Housing in the United States during the Early 1930s. Journal of the Society of Architectural Historians, Volumen 37, nº 4, 235-264.

11 Bauer asistió al curso acompañada de su amigo el arquitecto Walter March, hijo del arquitecto Otto March, primo a su vez de Werner Hegemann, y amigo de Walter Curt Behrendt, que viajó con ella y, de paso, dado su dominio del inglés, le sirvió de traductor.

12 Carta de Frank Lloyd Wright a Catherine Bauer, 23 de noviembre de 1931. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

13 Technics and Civilization, fue publicado en 1934 por Harcourt, Brace & Company con el agradecimiento en el prólogo a Bauer por “la crítica vigilante y de búsqueda”.

14 Osborn refiere en su obituario sobre Bauer elaborado para Town and Country Planning, que la primera vez que coincidió con ella fue en junio de 1932, cuando ésta le visitó en Welwyn Garden City, coincidiendo allí con Mumford.

15 Wood instó a Bauer a contactar con Kampffmeyer, asentado en Frankfurt desde 1928 después de dejar su labor como responsable de vivienda en Viena con Adolf Loos como arquitecto jefe, pero éste fallecería prematuramente en mayo de ese mismo año.

16 El material también fue utilizado en una exposición sobre vivienda promovida por el Housing Committee of the League Exhibition, de la cual Bauer ejercía de secretaria, en relación con la exhibición anual de la Architectural League of New York de 1933.

17 Report to the Federation of Women’s Clubs Fellowship Committee. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

18 El arquitecto alemán llegado a Estados Unidos en 1929, Oscar Stonorov se convirtió en un amigo cercano, como demuestra el busto conmemorativo de Bauer que esculpió y que se encuentra en la biblioteca del CED, Universidad de California, Berkeley

19 Wagner recaló en la Harvard Graduate School of Design (GSD) huyendo del nazismo de la mano de Walter Gropius, y allí tuvo por alumno a William Wurster, que en 1943 realizaba el curso de City Planning, y contactó con Bauer, contratada como lecturer ocasionalmente desde 1943 y encargada de un seminario propio sobre vivienda entre 1945 y 1949.

20 The City fue producida por la Civic Films Inc. fundada por Clarence Stein, que dependía del American Institute of Planners y fue posible gracias a una beca de la Carnegie Corporation de Nueva York. Lewis Mumford colaboró en la película; fue una especie de viaje de la sociedad rural a la ciudad industrial, a la metrópolis y, finalmente, a la vida saludable y de bienestar social de las nuevas comunidades.

21 Recorte de periódico: “Inverview”, noviembre 1944, 21-31. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

22 Carta de Catherine Bauer Wurster a William Wurster, 13 de octubre de 1946. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

23 Cities in flux: A challenge to the Postwar planners (1943), The County of London Plan: Planning is politics, but are planners politicians? (1944) y Toward a Green and Pleasant England. Critical review of English publications on Postwar Planning (1944).

24 Al crítico artículo sobre la ciudad-jardín de Lloyd Rodwin replicó también Lewis Mumford (1946): Garden Cities and the Metropolis: A reply. The Journal of Land & Public Utility Economics, Volumen 22, nº 1, 66-67.

25 Carta de Catherine Bauer a William Wurster, 13 de octubre de 1946. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

26 Carta de Lewis Mumford a Catherine Bauer Wurster, 25 de septiembre de 1958. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

27 La familia visitó Japón, Hong Kong, Macao, Tailandia, Camboya, India, Nepal, Irán, Turquía, Grecia, Suiza, Alemania, Austria, Italia, Francia, Holanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Noruega, Inglaterra, Escocia e Irlanda.

28 Carta de Lewis Mumford a Catherine Bauer Wurster, 25 de septiembre de 1958. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley. La colección de diapositivas del viaje está depositada en la William Wurster and Catherine Bauer Collection. CED Archives, Universidad de California, Berkeley.

29 Carta de Catherine Bauer Wurster a Sibyl Moholy-Nagy, 23 de junio de 1958. Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

30 Catherine Bauer Wurster papers, BANC MSS 74/163c, The Bancroft Library, Universidad de California, Berkeley.

31 Curriculum vitae de Catherine Bauer fechado en 1960. William Wurster and Catherine Bauer Collection. CED Archives.

32 La revista Ekistics fue fundada en 1955 a partir del encuentro de Constantinos Doxiadis y Jaqueline Tyrwhitt en 1954. Tyrwhitt fue editora de la revista hasta su muerte en 1983.