Estudios

CIUDAD Y TERRITORIO

ESTUDIOS TERRITORIALES

ISSN(P): 2697-231X ; ISSN(E): 2697-2328

Vol. LIV, Nº Monográfico 2022

Págs. 155-178

https://doi.org/10.37230/CyTET.2022.M22.7

CC BY-NC-ND

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El barrio como unidad operativa para aplicación de Objetivos de Desarrollo Sostenible en la ciudad consolidada

Ana Portalés-Mañanós(1)
Luis Alonso de Armiño-Pérez(2)
Ignacio Bosch-Reig(3)
Vicente Colomer-Sendra(4)

(1)Profesora Departamento de Urbanismo

(2)Profesor Departamento de Urbanismo

(3)Profesor Departamento de Proyectos Arquitectónicos

(4)Profesor Departamento de Urbanismo

(1)(2)(3)(4) Universidad Politécnica de Valencia

Resumen: Los barrios constituyen una unidad adecuada para afrontar y resolver, desde la escala arquitectónica, urbana y humana algunos de los problemas de eficiencia, calidad ambiental, cohesión social y sostenibilidad que preocupan en la actualidad a las entidades públicas y a la ciudadanía. Por su parte, las dos terceras partes de la población que habita hoy en las ciudades españolas, lo hace en áreas de periferias consolidadas, es por ello que parece prioritario centrar la atención en estos entornos urbanos. El artículo tiene como objetivo plantear un método de análisis, con el barrio como unidad básica, que pueda servir de aplicación en operaciones de regeneración urbana atendiendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para ello, se presenta un estudio del barrio Soternes en el distrito 7 de la ciudad de Valencia, generado a raíz del crecimiento por extensión de la ciudad en la segunda mitad del s. XX.

Palabras clave: Objetivos de desarrollo sostenible; Barrio; Periferia consolidada; Regeneración urbana.

The neighbourhood as an appropriate operating unit for the application of Sustainable Development Goals in the consolidated city

Abstract: Neighbourhoods constitute appropriate operating units to tackle, from the architectural, urban and human scale, some of the issues related to efficiency, environmental quality, social cohesion and sustainability that currently concern public entities and citizens. For its part, two-thirds of the population of Spanish cities today do inhabit in areas corresponding to consolidated peripheries, which seems in itself a compelling reason to focus on these urban environments. This article aims to propose a method of analysis that, taking the neighbourhood as the basic operational unit, can be used as an application in urban regeneration initiatives in accordance with Sustainable Development Goals. Consequently, we present a study focused on Soternes neighbourhood, in the 7th district of the city of Valencia, itself a result of the growth by extension of the city in the second half of the twentieth century.

Keywords: Sustainable Development Goals; Neighbourhood; Consolidated periphery; Urban regeneration.

Recibido: 06.08.2021; Revisado: 16.11.2021

Correo electrónico: anporma@urb.upv.es; Número de identificación ORCID https://orcid.org/0000-0001-7457-3520

Correo electrónico: larmino@upv.es; Número de identificación ORCID https://orcid.org/0000-0002-3079-3668

Correo electrónico: ibosch@pra.upv.es; Número de identificación ORCID https://orcid.org/0000-0002-4560-7020

Correo electrónico: vcolomer@urb.upv.es; Número de identificación ORCID https://orcid.org/0000-0002-6018-1582

Los autores agradecen los comentarios y sugerencias realizados por los evaluadores anónimos, que han contribuido a mejorar y enriquecer el manuscrito original.

1. Introducción

A raíz de la Cumbre Hábitat III celebrada en Quito (Ecuador) en 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Agenda 2030 en la que establece un nuevo estándar mundial para el desarrollo urbano sostenible. Esta acción representó, como indican (Andreu & Fernández & Fernández, 2020) uno de los mayores triunfos del multilateralismo de los últimos tiempos y un signo de unidad entre los Estados miembros de la ONU comprometidos expresamente a colaborar y mantenerse unidos con un fin común, la protección del planeta. En la agenda se incluyen 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), gran número de ellos tienen una relación directa o indirecta con la ciudad y la ciudadanía (garantizar la salud, el agua potable, barrios sostenibles, la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, etc.).

Es por ello que conviene reflexionar sobre el marco que supone la ciudad para la aplicación de objetivos y metas incluidos en los ODS. En este sentido, el establecimiento de áreas urbanas prioritarias para las acciones de mejora en las ciudades, así como la búsqueda de una unidad básica de trabajo para el logro de estos objetivos, constituyen una de las claves de actuación en las que fijará la atención el presente artículo.

Si echamos la vista al pasado reciente, las estrategias y herramientas empleadas para la planificación sobre la ciudad han ido cambiando en las últimas décadas. A mediados del siglo pasado, uno de los objetivos de la planificación urbanística española fue dotar a las administraciones locales de un instrumento-marco, (el Plan General de Ordenación Urbana) que posibilitara la expansión urbana, liberando con ello un conjunto de iniciativas públicas y privadas con capacidad de promover la urbanización y edificación sobre suelo urbano de nueva creación. En los años 80 la planificación urbanística en España tuvo que hacer frente, no sólo a los problemas derivados de los procesos de expansión, sino también a los de conservación y reforma de las áreas urbanas degradadas por procesos de cambio en suelos urbanos, sobre todo, en centros históricos y en las áreas industriales en proceso de abandono. En una tercera etapa, agotado el proceso expansivo, la mirada se ha centrado, sobre todo, en el equilibrio de la ciudad, la regeneración y la articulación territorial de los bordes urbanos.

En la actualidad nos encontramos en una crisis económica provocada por las secuelas de la crisis financiera de 2008 y la pandemia global de COVID-19. Además, existe una toma de conciencia creciente, tanto de las administraciones públicas como de la ciudadanía, ante la evidencia de una degradación ambiental que afecta a todo el planeta. En este escenario las administraciones públicas españolas, tanto estatales como autonómicas y locales, cobran un papel fundamental, ya que a través de análisis rigurosos de su propia realidad tienen que demostrar que están preparadas para superar o mejorar situaciones de déficit de viviendas, de exceso de movilidad urbana o falta de eficiencia en el gasto energético producido con energías no renovables, entre otros. Las ciudades tienen como reto poder afrontar reformas urbanas y territoriales que limiten las emisiones de gases de efecto invernadero (con resultados perniciosos para la salud) y que mejoren las dotaciones de equipamientos, áreas libres y servicios posibilitando una vida urbana sana y equilibrada.

Uno de los entornos urbanos más interesantes para intervenciones en este sentido son las periferias consolidadas de las grandes ciudades españolas, como espacios de gran extensión y compacidad. Por su parte, se entiende el barrio como una célula o unidad básica que conforma la ciudad, para los estudios y acciones por su identidad y equilibrio (Mumford, 1979). En este contexto se plantea el presente artículo que tiene como objetivo en primer lugar, señalar las periferias consolidadas de las ciudades españolas como áreas prioritarias para hacer frente a los retos de la ciudad post-pandémica, incidiendo en el barrio como unidad operativa para llevar a cabo estas acciones. En segundo lugar, mostrar un estudio analítico y propositivo de un barrio de la periferia consolidada de Valencia con objeto de reconocer la incidencia que tiene en numerosos ODS y su valor como un ejemplo extrapolable a otros barrios de similares características.

2. Metodología

Para llevar a cabo este trabajo de investigación se combinan diferentes metodologías:

Inicialmente, se realiza una exploración de fuentes secundarias con revisión bibliográfica para efectuar una aproximación y síntesis en torno a las periferias consolidadas de las grandes ciudades como marco urbanístico y al barrio como unidad de actuación para la aplicación de los ODS.

En segundo lugar, se incorpora el estudio del caso del barrio de Soternes en Valencia como ejemplo metodológico aplicativo. Este apartado se desarrolla en tres fases:

Fase 1: Desarrollo del análisis en la unidad del barrio

Fase 2: Planteamiento de problemas y oportunidades. DAFO (Debilidades / Alarmas / Fortalezas / Oportunidades)

Fase 3: Estrategias de actuación. Objetivos generales y específicos. Incidencia en los ODS.

Para ello se ha realizado un estudio de campo y un análisis de documentación obtenida de instituciones públicas, diversas webs municipales de Valencia y visualizadores1. Así mismo se han consultado planimetrías y fotografías aéreas históricas que permiten comparar la situación del barrio desde el siglo pasado hasta la actualidad. Partiendo de este material se han elaborado planimetrías propias. Adicionalmente se han realizado entrevistas semiestructuradas a ciudadanos residentes en el barrio, que han aportado datos de interés acerca de la visión y problemáticas principales del barrio.

3. Las periferias urbanas en las ciudades españolas como áreas de oportunidad

Las áreas de crecimiento urbano de la segunda mitad del siglo XX adquieren gran relevancia en la configuración actual de las grandes ciudades españolas. En primer lugar, por su extensión, puesto que las dos terceras partes de la población que habita hoy las grandes ciudades españolas, lo hace mayoritariamente en estas áreas. En el caso de Valencia, aproximadamente el 77% de sus 800.215 habitantes reside en periferias consolidadas y en las 6 ciudades españolas restantes mayores de 500.000 habitantes (Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Zaragoza y Bilbao), este porcentaje oscila entre el 66% y el 80%2. En segundo lugar, por la obsolescencia funcional y formal en que se encuentran el espacio público y el conjunto edificado en estas áreas. El tiempo transcurrido desde las primeras fases de construcción de las periferias urbanas hasta su consolidación actual, permite una reconsideración en la cual la sub-integración e infra-equipamiento iniciales, se tornan en oportunidades para la transformación y actualización de su valor de uso.

La atención a estos entornos urbanos de periferias consolidadas ya ha sido fijada, como una de las líneas de actuación prioritarias para afrontar los retos de sostenibilidad ambiental. Se trata de barrios que combinan la alta densidad con una elevada proporción de zonas verdes, y que gozan de cierta “universalidad”, ya que se pueden encontrar en numerosas ciudades europeas y americanas. (Higueras, 2015).

Sin embargo, las experiencias españolas en materia de ordenación urbana del crecimiento poblacional manifiestan perfiles propios, a la vez que un cierto desfase temporal respecto a las europeas, ya que las prácticas asociadas al desarrollo de los planes de ensanche y sus zonas de influencia parecieron ser suficientes para organizar la extensión de las ciudades, al menos hasta la Guerra Civil y el paréntesis de estancamiento de la posguerra. No será hasta finales de los años cincuenta del pasado siglo cuando se ponga en marcha un proceso acelerado de extensión de las grandes ciudades españolas, y la configuración progresiva de una periferia urbana, por lo general infra-equipada y sub-integrada.

Los instrumentos más representativos en la configuración de esa periferia urbana de la posguerra son los Grupos de Viviendas, promovidos por la obra Sindical del Hogar o el Instituto Nacional de la Vivienda, bien directamente o a través de instituciones interpuestas como ayuntamientos o grandes empresas, sin excluir promociones privadas acogidas a una legislación muy favorable, que garantizaba el negocio sobre suelos de bajo coste, como son los de la periferia de la ciudad. A partir de la aprobación de la Ley del Suelo en 1956 y la creación del Ministerio de la Vivienda, los acontecimientos se sucedieron más rápidamente, coincidiendo con un considerable trasvase de población del campo a la ciudad. Como es frecuente en la historia urbana del siglo XX, las operaciones públicas fijaron los estándares y los instrumentos de la vivienda en su papel configurador de ciudad, en particular con la introducción de los tipos de edificación abierta. (Benévolo & Melograni & Giura, 1978).

Ciñéndonos al caso de Valencia, y su periferia urbana, las actuaciones de promoción pública llevadas a cabo en el llamado “Plan Riada”, puesto en marcha en 1958, supusieron la construcción de proyectos unitarios de magnitud considerable, con empleo de tipologías urbanas de bloques lineales de edificación abierta y programas orgánicos que recogen supuestos de nucleización local, en línea con la práctica anglosajona. Ejemplos de ello son los barrios o grupos de viviendas Virgen de la de Fuensanta (C. Grau, M. Lleó y otros), o Virgen del Carmen (GO-DB. arquitectos) (Palomares, 2010). Años más tarde será la ejecución de los Planes Parciales de los polígonos de la Gerencia de Urbanización, como Campanar o la Fuente de San Luis. Con ellos se actualizarán los instrumentos iniciales, incorporando trazados más abiertos, acentuando la especialización de tipos de edificio residencial y añadiendo otros nuevos, como las torres de viviendas, o los bloques de gran formato.

Con todo, la construcción del grueso de esta periferia se desarrolla a través de la promoción privada, auspiciada por favorables mecanismos de financiación y la delimitación de amplias áreas de suelo para urbanizar. Los sucesivos ámbitos de suelo establecidos en el Plan General de 1946 y sobre todo, en los veintiséis Planes Parciales que desarrollaron la versión de aquél, redactada en 1966, adaptándola a la “Solución Sur”, constituyen el soporte físico de una extensión sin precedentes. En efecto, el 80% del suelo que ocupa la periferia urbana consolidada de la ciudad de Valencia es resultado de la promoción privada a través del desarrollo de los planes parciales citados (Pérez Igualada, 2006). La vigencia de estos planes durante más de veinte años, y su progresivo desarrollo hasta la aprobación del nuevo Plan General de 1988, va a marcar la configuración material de la periferia de Valencia hasta bien entrado el siglo XXI.

Si bien la periferia consolidada de Valencia contiene una importante proporción de suelo ordenada mediante manzanas cerradas o semiabiertas, ésta, tiene como rasgo distintivo el empleo de la edificación abierta, originalmente introducida en los grupos y polígonos mencionados, en forma de bloques laminares de viviendas. En todo caso, se trata de una edificación abierta que se halla recurrentemente desvirtuada por una abusiva extensión de la profundidad de edificación hasta cinco crujías, y que carece de una asignación congruente de suelo parcelario más allá de la huella del edificio. La gestión municipal de los planes municipales, adolece también de falta de recursos y pobreza operativa, fruto de lo cual es el descuido en la construcción efectiva del espacio público, el cual, además, se fracciona y subordina a la construcción de cada inmueble mediante un elemental procedimiento de cesión de viales. De este modo, pese a su parecido formal con los polígonos, los planes parciales municipales no funcionaron sino como meros planos de alineaciones y alturas de edificación, reproduciendo el tradicional y experimentado modus operandi del Ensanche. (V-Almazán, 2015).

Los tejidos periféricos de la ciudad de Valencia se caracterizan por ser densos y formalmente híbridos, lo que pone de manifiesto una evidente capacidad para admitir mejoras. En su favor, cuentan con la continuidad física con respecto a otros tejidos urbanos circundantes. Por su parte, se trata de áreas urbanas relativamente densas y compactas, (originalmente resultado de una escasa previsión de reservas de suelo para dotaciones públicas) pero que han permitido en los últimos decenios una palpable mejora en la calidad ambiental de la urbanización, y la incorporación progresiva de jardines públicos y equipamiento local. Es por ello que parece propicio el momento, para repensar, y actualizar estos espacios desde nuevos parámetros que hay que fijar alineados con los ODS.

4. El barrio como unidad operativa para el cumplimiento de los ODS

En cualquier ciudad, la división en barrios es una condición necesaria para su administración y buen gobierno, (aunque en las grandes ciudades se hace necesario delimitar distritos por agrupación de barrios). Esta división administrativa facilita la gestión de numerosos datos y fichas (demográficos, sociales, urbanísticos, etc), de gran interés para realizar análisis rigurosos.

Por su parte, la escala intermedia de esta unidad barrial, propicia que el ciudadano llegue a sentirse parte de un colectivo social y pueda realizar recorridos peatonales inferiores a 15 minutos dentro de áreas de influencia de 500 m (Hernández, 2000). Estos aspectos se tornan actualmente en puntos fuertes para conseguir uno de los objetivos deseados: conseguir una ciudad más saludable y sostenible dando importancia a la creación de entornos que permitan un adecuado desarrollo de las personas, sin perjudicar al medio ambiente ni comprometer la calidad de vida en el futuro de la sociedad (Salas-Zapata, & al.,2016).

Sin embargo, es indudable el rol que ha asumido el barrio, como entidad urbana, unidad residencial o sujeto de proyectos, entre otros, en la historia reciente. Un breve recorrido desde distintas ópticas a la figura del barrio nos permite explorar y rescatar valores que se suman al interés de fijar el barrio como unidad operativa para intervenciones urbanas en el contexto actual alineadas con los ODS.

4.1. El barrio en la planificación urbanística: Teoría y práctica

La trayectoria de barrio como sujeto de proyectos de ampliación urbana o reforma en la cultura y la experiencia europea de entre las dos guerras mundiales está sujeta a la influencia de dos corrientes de pensamiento que se entrecruzan a lo largo de estos años, y convergerán posteriormente, en el período de reconstrucción a partir de los años cincuenta.

La primera de estas corrientes está representada por la vanguardia de la arquitectura de la época, y se centra en el análisis y la investigación sobre la forma de vivienda y sus modalidades de agregación. Los arquitectos del Movimiento Moderno comenzaron un planteamiento radicalmente nuevo de la arquitectura y el planeamiento. El diseño de la casa se convirtió en el “tema” central del discurso arquitectónico, abarcando exigencias sociales e investigación técnica dentro de las políticas de vivienda pública. Por un lado, la planta de la vivienda se repensó desde el principio, redefiniendo sus elementos, introduciendo en la composición los criterios funcionales de usos y programas domésticos; por otra parte se llevó a cabo una extensa investigación sobre nuevas técnicas de construcción para producirlas. Y todo ello dirigido por la determinación para optimizar inversión y resultados mediante la estandarización y la aplicación de recursos industriales

Así, la forma desde la vivienda considerada en sí misma como célula, y mediante sus combinaciones agregativas se da forma al edificio-tipo, elemento compositivo del barrio de la agrupación de viviendas. Este esfuerzo creativo y de sistematización suponía poner del revés las ideas y prácticas anteriores relativas al diseño y la producción de viviendas. El diseño de la vivienda y del edificio no iba a ser dictado ya por la geometría de la parcela y los hábitos culturales adquiridos, sino que iba a sustentarse sobre resultados de una genuina investigación arquitectónica. (Diotallevi, I. & MarescottI, F., 1941), (Benévolo & Melograni & Giura, 1978).

La segunda corriente de pensamiento arranca con las ideas ya contenidas en la configuración de la Garden City, de E. Howard. Respondiendo a criterios de orden social y comunitario, la Garden City toma la idea de una relativa autosuficiencia local como punto de partida para todo proyecto urbano de alcance, desde la creación de nuevas ciudades al encuadre del crecimiento de las existentes. Las experiencias subsiguientes, auspiciadas por la extensión del movimiento cooperativo y la construcción de ciudades y suburbios-jardín, permiten afinar la configuración de los instrumentos que apuntan al barrio como pieza constitutiva de cualquier proyecto urbano consistente.

Años más tarde, en 1929, es Clarence A. Perry en la monografía “The Neighborhood Unit, a Scheme of Arrangement for the Family-Life Community”, incluida en el volumen VII de los estudios para la elaboración del Plan Regional de Nueva York, quien establece una figuración del barrio concebida a partir de sus exigencias intrínsecas, a efectos de garantizar una vida razonablemente autosuficiente y el modo en que éste se integra en una agregación urbana de orden superior: se trata de la “Neighbourhood Unit” o unidad vecinal. Ésta incorporaba la idea de que la base para una comunidad suficiente en términos de vida residencial urbana, debe contar con una “masa crítica” de habitantes y una variedad actividades, sin las cuales la vida comunitaria carece de incentivos adecuados.

Si bien la mayor parte de las experiencias programáticas de la ciudad “funcional”, icono del Movimiento Moderno e instrumento del crecimiento urbano discontinuo, se desarrollan en esa época, es a partir de la segunda Guerra Mundial cuando su producción alcanza cifras verdaderamente consistentes, hasta llegar a configurar un paisaje propio en la periferia de las ciudades. Asimismo, será en este mismo período cuando la Neighbourhood Unit, concebida como entidad elemental y base del esquema nucleizador de la vida urbana, está llamada a desempeñar un importante papel en la planificación regional y urbana del territorio (Tetlow & Goss, 1965).

4.2. El barrio como entidad urbana

El barrio es una “parte” de la ciudad dotada de identidad y vida propia, activamente integrado en un tejido urbano de mayor tamaño y complejidad. Se podría afirmar que la ciudad, en el plano físico y de actividad ciudadana, está formada por una agregación de barrios, cada uno de ellos con sus circunstancias morfológicas y sociales propias. En esencia, es el ámbito físico de una vida comunitaria, hecha de lazos sociales plurales, de interacciones cotidianas entre el conjunto del vecindario y las actividades y servicios de escala local. Así pues, el barrio constituye la estructura urbana unitaria por excelencia de entre las que conforman el agregado urbano, y la más ligada a la función esencial de la ciudad desde el punto de vista de sus habitantes, la actividad residencial, el lugar donde se vive.

Una lectura atenta de la historia de la ciudad europea permite distinguir, al menos desde la Edad Media, la existencia de barrios, o “partes” de ciudad con una identidad propia y una estructura relativamente homogénea desde el punto de vista de sus habitantes, su fisonomía social, sus diarios quehaceres. Esta identidad podría llegar a tener su reflejo en la morfología urbana, incluso en un tiempo en que la especialización de los edificios y espacios urbanos era bastante primaria. Las calles y los espacios representativos de un barrio contenían los edificios religiosos y civiles a cuyo patronazgo se adscribían. El barrio estaba dotado, pues, de una cohesión interna que alcanzaba muchos aspectos de la vida cotidiana y se materializaba en una “topografía histórica” propia. Incluso la transformación con los años mantenía una fuerte continuidad del paisaje urbano y sus habitantes

Desde la experiencia de la ciudad histórica, la conciencia del barrio como unidad organizativa nuclear de la ciudad existente y como elemento para su eventual recreación tiene un largo recorrido. Partiendo de las ciudades ideales del Renacimiento hasta el s. XIX es recurrente la figuración de una idea de ciudad que se construye como una articulación de barrios, combinados de diversos modos para configurar una estructura urbana de orden superior. Sin embargo, el interés del barrio como sujeto de proyectos urbanos de ampliación o reforma, desde el último cuarto del s. XIX y primeras décadas del s. XX, está inextricablemente ligado a la cuestión de la vivienda y la erradicación de la insalubridad.

4.3. El barrio entre la forma vivienda y los modos de integración urbana escalonada

El período anterior a la primera Guerra mundial se caracteriza por el considerable incremento de población de las ciudades europeas, asociado a fenómenos de hacinamiento habitacional e insalubridad, por lo que es natural que las condiciones de la vivienda susciten una inusitada atención. Gran parte del estudio y la experimentación se centran en reconsiderar la forma de la vivienda y sus modalidades de agrupación, así como la determinación de estándares aconsejables de salubridad, higiene y densidad habitacional. En la puesta en práctica de proyectos de extensión urbana mediante la gestión de autoridades municipales, las cuestiones relacionadas con la determinación de la forma, del trazado y la disposición de viviendas se complementan con el discurso sobre los tipos de vivienda, individual y colectiva, con una destacada presencia cuantitativa de la primera.

En el plano técnico, prevalecen las consideraciones sobre el trazado y la asignación del suelo resultante para la configuración de una extensión urbana eficiente, en la cual la elección de tipos de vivienda y su adecuada correlación con la distribución de actividades industriales y manufactureras constituyen un elemento central. Ello se pone de manifiesto en la abundante documentación en materia urbana, particularmente en aquella de origen alemán. El “barrio”, con otras denominaciones y connotaciones, concebido como sector de ampliación urbana y asociado a la idea de zonificación, deviene una pieza clave en los proyectos de ampliación de las ciudades, más allá de cualquier referencia a la realidad de la ciudad histórica. (Piccinato & Calabbi, 1977).

Paralelamente, la práctica urbanística de raíz anglo-norteamericana abordará otros aspectos sobre la naturaleza del proyecto de áreas residenciales que la sola indagación sobre la forma no resuelve: nos referimos a la integración escalonada, es decir, la sistematización de servicios y actividades complementarias a la vivienda que garantizan por un lado la cohesión interna del barrio, y por otro lado, la ordenada integración de éste en unidades urbanas más complejas. Esta es una perspectiva, cuyo antecedente paradigmático es la Garden City de E. Howard.

4.4. El barrio en el contexto actual y su relación con los ODS

Los aspectos tratados anteriormente avalan y afianzan el papel que ha asumido el barrio en distintas etapas. En la actualidad la Unión Europea ha aprobado grandes dotaciones económicas como mecanismo de recuperación y resiliencia, poniéndose a disposición de las administraciones públicas de los estados miembros. En este contexto el barrio podría asumir un nuevo rol, como unidad operativa y marco de actuación, para la regeneración de áreas urbanas siguiendo las directrices de las Agendas Urbanas para la consecución de los ODS.

Indagando en los ODS y centrándonos en aquellos que podrían tener una relación directa o indirecta en el marco que suponen las ciudades, podemos observar los que se centran en temas directamente relacionados con la ciudadanía (ODS 1: Fin de la pobreza; ODS 3 Salud y bienestar, ODS 4 Educación de calidad; ODS 5: Igualdad de género; ODS 8 Trabajo decente y crecimiento económico; ODS 10 Reducción de las desigualdades) y los que inciden en temas de protección ambiental de carácter global (ODS 7: Energía asequible y no contaminante; ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles; ODS 12: Producción y consumo responsables; ODS 13: Acción por el clima), estos últimos también producen beneficios para los habitantes del planeta.

Para hacer frente a los primeros objetivos, centrados en la ciudadanía, el barrio es una unidad que permite un análisis desde la escala humana, permitiendo reconocer los usos cotidianos desde la proximidad y vecindad, así como los recorridos y rutinas que favorecen la intensidad de utilización social de los barrios. Compartiendo la afirmación de Rueda (1997):

“La esencia de la ciudad es el contacto personal. La ciudad es, en consecuencia, y sobre todo, de la persona que va a pie”.

Estos aspectos nos remiten, entre otros, a clásicos como Jacobs, Gehl o Wythe, que introdujeron ideas novedosas sobre el diseño de las ciudades para los habitantes.

Añadiendo los temas de sostenibilidad y protección ambiental cabe destacar la importancia que adquieren los espacios públicos, como elementos urbanos que favorecen la interacción humana, y por su contribución a la mejora de la calidad ambiental de las ciudades. Coincidiendo con las palabras de Gómez & Mesa (2016: 38):

“En las ciudades, los espacios verdes públicos forman uno de los principales articuladores de la vida social, siendo lugares de encuentro e integración de los habitantes”.

Además, el ajardinamiento es uno de los servicios públicos con mayor demanda por parte de los ciudadanos. El verde, más allá de su papel ornamental y de su valor paisajístico, incide también en la sensación de bienestar de las personas, puesto que afecta a nuestros ritmos biológicos diarios y anuales.

Estos aspectos planteados (proximidad, vecindad, importancia del verde) ya han sido puestos en relieve por diferentes autores destacando las estrategias formuladas recientemente por Fariña-Tojo, que señala la importancia de plantear actuaciones atendiendo a tres factores críticos:

“El primero es la necesidad de pensar ciudades para andar, de forma que se vuelva a la ciudad de cercanía en condiciones de confort y seguridad para el peatón. El segundo se refiere a la introducción de la naturaleza en la ciudad. Y el tercero a la creación de estructuras y espacios de convivencia que mejoren la relación entre sus habitantes” (Fariña-Tojo, 2019: 755).

Por todo ello, el barrio constituye una unidad morfológica y funcional, adecuada para el estudio y el planteamiento de estrategias desde la perspectivas social y ambiental, directamente relacionadas con el planteamiento de los ODS, siendo la cercanía (un factor intrínseco en la unidad barrial) como uno de los aspectos fundamentales para la consecución de estos objetivos.

5. Estudio del Barrio Soternes en Valencia

Fijado el barrio como unidad operativa, la elección de un ejemplo para el estudio analítico-propositivo podría ser cualquier barrio de la periferia de Valencia o de otra ciudad, puesto que el método desarrollado, con matices, puede ser extrapolable. La elección Soternes en Valencia como caso de estudio responde a distintas razones: En primer lugar, porque se encuentra en un distrito que encaja de forma clara con lo que hemos denominado “periferia consolidada”, construida fundamentalmente en la 2ª mitad del Siglo XX. Otra de las razones es la autonomía barrial, ya que Soternes limita con grandes infraestructuras, y equipamientos; A nivel morfológico se trata de un caso interesante que muestra la transición de la manzana de ensanche al bloque laminar y sus variantes híbridas. Por su parte, cabe destacar la preexistencia de tejidos históricos (casas tradicionales y alquerías) para su protección e integración morfo-tipológica y funcional en el barrio, así como el estado de envejecimiento y falta de actualización de gran parte de sus edificios. En cuanto al espacio público, éste se encuentra degradado y dispone de dos grandes bolsas de suelo vacante, utilizadas como aparcamiento irregular de vehículos. El barrio también presenta problemas de movilidad, y accesibilidad, así como escasez de equipamientos. Se trata pues, de un ejemplo de barrio desestructurado con problemáticas variadas y espacios vacantes de oportunidad que pueden fijar un interés prioritario, sobre otros entornos periféricos.

El barrio de Soternes (Fig. 1). se sitúa al sur del Jardín del Turia, y se ha desarrollado dentro del perímetro definido por varios ejes de red primaria: el Paseo de La Pexina, el Cami Vell de Xirivella al norte, Mislata al oeste, la Avenida del Cid, al sur y la Ronda en su tramo 9 d´Octubre, al este. La morfología del barrio es trapezoidal y está cruzado por la calle Alcasser, antiguo trazado del ferrocarril de Aragón que es su principal articulación viaria interna.

Fig. 1/ Barrio Soternes. Delimitación

Fuente: Elaboración propia desde Planimetría obtenida en Google Maps

5.1. Fase 1: Desarrollo del análisis por barrio

5.1.1. Datos cuantitativos y demográficos

Según los datos obtenidos de la web Ajuntament de València, relativos al Padrón a 01/01/2020 y a la ficha urbanística: el barrio de Soternes de 229.012 m2 tiene el 11,2% de la superficie del distrito del L´Olivereta, el 10,4% de sus viviendas y el 10,3% de sus habitantes, resultados cuantitativos muy equilibrados, respecto de los del conjunto del distrito. En el distrito de L’Olivereta se contabilizan ahora menos personas que en 1991. Sin embargo, la población de Soternes ha mantenido una gran estabilidad en los últimos 30 años (4.970 habitantes en 1991; 4.963 habitantes en 2020). Después de la crisis de 2009 descendió la población debido a la mala situación económica que propició la marcha de emigrantes y de españoles. En los últimos cinco años la población se ha mantenido estable con un leve incremento. Soternes está en la media de las densidades del distrito. Soternes, (111 viviendas/Ha y 219 hab/Ha). Distrito (120 viviendas/Hab 240 hab/Ha).

En este barrio cabe destacar el progresivo envejecimiento poblacional, el 22,6% son mayores de 65 años y todas las previsiones apuntan a un incremento de este porcentaje en los próximos años. En cuanto a la procedencia de los habitantes, los mayores movimientos que refleja el padrón, son los de inmigración de otras regiones autónomas del Estado (20,39%), mayoritariamente desde Castilla La Mancha y del extranjero (21,94%) de la UE y de América Central y del Sur. Estas cifras son similares a las que arroja la práctica totalidad de los barrios y distritos de Valencia que hemos denominado de periferia consolidada. Muy preocupante es el porcentaje de paro en Soternes, del 24%, mal endémico que afecta a buena parte de España. Los datos sobre formación y nivel de estudios de la población de Soternes nos indican que queda un largo recorrido para que la población alcance de forma mayoritaria la formación profesional superior o universitaria.

De las 2.482 viviendas de Soternes, un 77,3% de ellas se construyeron entre 1941 y 1980, por lo cual, con más de 40 años de antigüedad, precisan una rehabilitación constructiva y de instalaciones que mejoren su eficiencia energética.

5.1.2. Análisis de la edificación

1) Morfología urbana. Génesis y evolución

Según el Plano Catastral de 1.929, el actual barrio de Soternes, lindaba con la Carcel Modelo, el Ferrocarril de Aragón, el Cami Vell de Xirivella y el Cami de la Ermita de San Miguel de Soternes. La génesis del barrio nos remite a un pequeño núcleo habitacional al sur-oeste, constituido por una calle flanqueada por 40 casas (hoy demolidas) apoyadas en el trazado de la vía y un conjunto de casas tradicionales al noroeste, inducido por el crecimiento de Mislata. 12 de las casas de este conjunto, siguen resistiendo las transformaciones de este sector del barrio y pueden servir de referente histórico y simbólico para este barrio de periferia consolidada, que contiene muy pocas referencias históricas que refuercen la identificación de sus habitantes con su historia urbana. Así, también y referido al mismo plano, aparecen dos alquerías ligadas al Camino de la Ermita de San Miguel, que persisten en la actualidad, si bien en forma precaria que precisa su rehabilitación y revitalización para funciones de equipamiento de ámbito barrial.

En el año 1980 (Fig. 2). se puede apreciar que el barrio de Soternes no estaba consolidado. En la parte Sur se habían desarrollado dos núcleos de edificación abierta en ambos extremos y en la zona norte la edificación en manzanas se hallaba poco desarrollada e incompleta. Por su parte, podemos observar, en el plano inferior del 2020 (Fig. 3). el estado actual de la edificación. Para el estudio del análisis y evolución de las unidades morfológicas que lo componen se han identificado 3 sectores y 7 manzanas que responden a características propias. En la zona sur del barrio de Soternes se pueden diferenciar morfológicamente tres sectores de edificación abierta e híbrida, que corresponden a tres sectores (Sector 1, Sector 2, Sector 3). En la zona norte del barrio de Soternes se pueden identificar morfológicamente 7 manzanas (M1, M2, M3, M4, M5, M6, M7) (Fig. 3) (Fig. 4).

Fig. 2/ Barrio Soternes. Edificación existente en 1980

Fuente: Elaboración propia.

Fig. 3/ Barrio Soternes en 2020. Identificación en Sectores y Manzanas

Fuente: Elaboración propia.

SECTOR 1: Situado entre el Cami Vell de Xirivella y la Avenida del Cid. Este sector se desarrolló en los años 70 con la construcción de 4 bloques laminares exentos y 6 bloques laminares unidos por plantas bajas. Cuenta con una superficie de 39.618 m2, destinada a 448 viviendas cuya superficie media es de 88m2, 6.062m2 de superficie comercial y 11.840m2 para 296 plazas de garaje.

SECTOR 2: Situado entre la calle Mislata y la Senda de San Miguel de Soternes. Su construcción es posterior a 1992. En este sector, se incluyen 2 bloques laminares exentos y 2 bloques laminares unidos por plantas bajas, desarrollados mediante 4 parcelas. Contiene 23.100m2 destinados a 228 viviendas cuya superficie media es de 101m2, 1.980m2 de superficie comercial y 9.120m2 para 228 plazas de garaje.

SECTOR 3: Situado entre l calle Alcàsser y la Avenida del Cid. Su construcción es anterior a 1980. Cuenta el sector con 3 bloques laminares, exentos, 6 bloques laminares unidos dos a dos por plantas bajas y una torre. Se desarrolló en los años 90 mediante 10 parcelas. Contiene 34.902m2 en 399 viviendas cuya superficie media es de 87,40m2, 6.174m2 de superficie comercial y no contiene plazas de garaje para residentes.

M1: Situada entre la calle Alcàsser y la y el Cami Vell de Xirivella. Contiene 12 viviendas en casas tradicionales que ya aparecen en el plano catastral de 1929 y dos edificios residenciales con medianeras vistas, en tres parcelas, que inician la conformación de la manzana, posteriores a 1992. El conjunto presenta problemas de consolidación espacial y funcional que se refleja en un total de 16 parcelas, que requieren una ordenación urbana específica, para mantener la arquitectura tradicional de las 12 casas aludidas y articular formal, funcional y ambientalmente, este conjunto heterogéneo. Contiene 11.635m2 en 107 viviendas, cuya superficie media es de 107m2, 1.635m2 de superficie comercial y 3.800m2 para 95 plazas de garaje.

M2: Situada entre la calle Alcasser y la y el Cami Vell de Xirivella y entre la calle Vicente Blasco Gadea y la calle Yátova. Por su interior pasa la calle Archena, cuya vocación es claramente peatonal. En 14 parcelas dispuestas en medianería, contiene 37.327m2 residenciales en 311 viviendas (120 m2 de superficie mediapor vivienda), 6.993 m2 de superficie comercial y 12.440 m2, en 311 plazas de garaje de residentes. La manzana M2 contiene en su esquina nor-oeste una parcela bien integrada formalmente en la que se ubica la iglesia de San Miguel y que integra el templo parroquial y un generoso desarrollo de locales parroquiales. M2, tiene “rota” su esquina nor-este, ocupada por una parcela de propiedad pública, ligada al conjunto del Museu d´Historia de Valencia y utilizado como cancha deportiva, lo cual implica una incoherencia formal que debe resolverse en un plan específico de articulación del museo con el barrio de Soternes.

M3: Se trata del inicio fallido de configuración de una manzana que impide la existencia en el subsuelo del Museu d´Historia de Valencia. Un plan de integración del Museu en el Barrio de Soternes, debería resolver entre otros, el problema de inserción de esta pieza descontextualizada en su entorno. M4 contiene 11.816m2 de superficie residencial en 98 viviendas de 120 m2 de superficie media, 1.833m2 de superficie comercial y no contiene plazas de garaje para residentes.

M4: Situada entre las calles Archena, Yàtova, Alcasser y Arquitecto Ribes, esta pequeña manzana cuadrada (50x50m2) está formada por 5 parcelas en medianería, que se reparten también la superficie del patio de manzana. En sus 14.425m2 de superficie residencial, contiene 120 viviendas de 120m2 de superficie media por vivienda, 2.750m2 de superficie comercial y 120 plazas de garaje para residentes en 4.800m2 de superficie.

M5: Es la manzana norte del conjunto de 3 manzanas que conforman el lado este de Soternes, sobre la Ronda en su tramo 9 d´Octubre. En sus 12 parcelas en medianería, que se reparten también la superficie del patio de manzana, contiene 10.370m2 de superficie residencial en 103 viviendas de superficie media 100m2, 3.413m2 de superficie comercial y no contiene plazas de garaje para residentes.

M6: Se trata de la manzana central de las 3 que recaen a la Ronda 9 d´Octubre. En sus 12 parcelas dispuestas en medianería, que se reparten la superficie del patio de manzana, esta manzana contiene 22.884m2 de superficie residencial, en 228 viviendas de 100m2 de superficie media, 5.721m2 de superficie comercial y 20 plazas de garaje que ocupan en el subsuelo una superficie de 800m2.

M7: Se trata de la manzana sur de las 3 que recaen a la Ronda 9 d´Octubre. En sus 20 parcelas dispuestas en medianería, que ocupan también el espacio central del patio de manzana, contiene 30.215m2 de superficie residencial, en 250 viviendas de 120m2 de superficie media, 5.561m2 de superficie comercial y 250 plazas de garaje que ocupan una superficie de subsuelo de 10.000m2.

SECCIÓN

Nº VIVIENDAS

VIV. (M2)

S. LOCALES (M2)

Nº PLAZAS

GARAJE(M2)

SECTOR 1

448

39.618

6.062

296

11.840

SECTOR 2

228

23.100

1.980

228

9.120

SECTOR 3

399

34.902

6.174

NO

NO

MANZANA 1

107

11.445

1.635

95

3.800

MANZANA 2

311

37.327

6.993

311

12.440

MANZANA 3

120

14.425

2.750

120

4.800

MANZANA 4

98

11.816

1.833

NO

NO

MANZANA 5

103

10.300

3.413

NO

NO

MANZANA 6

228

22.800

5.721

20

800

MANZANA 7

200

24.000

5.561

250

10.000

TOTAL SOTERNES

2.242

229.733

42.122

1.320

52.800

% SUPERFICIES

70,7%

12,9%

16,4%

Fig. 4/ Tabla de superficies construidas en el barrio de Soternes por sectores y manzanas

Fuente: Elaboración propia.

2) Síntesis tipológica

El barrio de Soternes representa muy bien la evolución desde la manzana al bloque en Valencia, uno de los temas tratados por Pérez Igualada, en Introducción a la edificación abierta en Valencia (Pérez-Igualada, 2012). En este barrio se demuestra cómo ambos sistemas morfo-tipológicos se producen de manera simultánea en el tiempo.

En el barrio de Soternes se puede apreciar la presencia de tres tipologías edificatorias (edificación abierta, manzana de ensanche y tipologías híbridas) (Fig. 5) distribuidas en dos áreas de morfología distinta:

En la zona norte de Soternes predomina la tipología edificatoria en medianería para conformar manzanas de ensanche cerradas, con profundidades edificables variables entre los 10m y los 25m. Los patios de manzana son estrechos y alargados. Dos de las manzanas, la 1 y la 2, están atravesadas por la calle Archena y su interior está ajardinado. Hay que resaltar que la manzana 1 se encuentra en proceso de configuración y consolidación. En su esquina sur-este contiene 2 edificios residenciales en medianería que marcan la pauta para la configuración de una manzana de ensanche con 8 plantas de altura, (7+1) y garaje para residentes en subsuelo. En su esquina noreste y los frentes norte y oeste, resisten un conjunto de 12 casas tradicionales en medianería con patios que es necesario respetar, por sus valores ambientales, sociales e históricos. Igualmente necesario es que la calle Archena, de clara vocación peatonal, atraviese la manzana. Para ello, sería necesario un plan de ordenación específico que regule el conjunto manteniendo sus valores de resiliencia a su desaparición.

En la zona sur de Soternes, (entre la calle Alcacer y la avenida del Cid), las tipologías edificatorias dominantes son: a) bloque laminar exento, b) dobles bloques laminares unidos por las plantas bajas. Esta segunda tipología, se puede considerar híbrida (se asimila a la manzana a los efectos de percepción del peatón y de uso del espacio público), ya que el atado de los bloques delimita la huella de la edificación, de forma similar a la manzana.

3) Equipamientos y edificios significativos

En el barrio se detecta en general escasez de equipamientos y dotaciones, siendo una característica destacable la dependencia de otros barrios, como el colindante de Nou Moles y del municipio de Mislata. Sin embargo, Soternes cuenta con algunos equipamientos relevantes, unidos a edificios y conjuntos edificatorios signiticativos, que dotan de identidad al barrio. (Fig. 5) Entre ellos podemos destacar:

TIPOLOGÍAS EDIFICATORIAS

EDIFICACIÓN ABIERTA

MANZANA ENSANCHE

TIPOLOGÍAS HÍBRIDAS

S. VIV / ( % sobre barrio)

132.796m2 (40,9%)

191.859m2 (59,1%)

38.036m2

Nº VIV. /( % sobre barrio)

1.075 viv. (42,5%)

1.167 viv. (59,1%)

580 viv

S. LOC/ ( % sobre barrio)

14.216m2 (33,7%)

27.906m2 (66,3%)

10.843m2

Nº PLAZAS G./ ( % sobre barrio)

524 plazas (39,70%)

796 plazas (60,3%)

254 plazas

Fig. 5/ Tabla de distribución por tipologías edificatorias en el barrio de Soternes

Fuente: Elaboración propia.

A. Equipamientos educativos: El Colegio “La Pureza”, privado concertado, se desarrolla sobre 11.000 m2 de suelo, el arquitecto autor del proyecto Mauro Lleó, fijó a Mies Van der Rohe como su referente principal, de tal forma tal que este colegio es un icono de la arquitectura del Movimiento Moderno en Valencia (Jordá, 1997). Sus edificios fueron construidos en los años 70 y en su disposición se observa su vinculación a la avenida del Cid, mientras que Soternes queda desvinculado de este gran equipamiento escolar. Las características urbanas y arquitectónicas del colegio La Pureza, nos plantean una oportunidad, de mejorar su relación con el barrio de Soternes, abriéndolo al mismo, modificando sus muros y vallas separadoras y permitiendo que sus instalaciones sean utilizadas en tiempo vacacional, fines de semana o días festivos por los residentes en el barrio.

El barrio no dispone de un colegio público, los residentes en este barrio suelen llevar al colegio Santa Cruz (situado en la población de Mislata). Este colegio se sitúa en los bajos de un edificio, junto al parque Ciutat de Mislata. No tiene patio, por lo que el colegio utiliza el propio parque como espacio de recreo de los niños y zona de ejercicios de educación física. En definitiva, Soternes necesita un colegio con una superficie y unas instalaciones adecuadas, que sustituya al actual colegio Santa Cruz.

B. Edificios significativos: Instalaciones Seat-Volkswagen. Su interesante presencia arquitectónica sobre la avenida del Cid, a la que recae su acceso y su fachada principal, con una torre de oficinas, cuyas fachadas resueltas con muro cortina son uno de los primeros ejemplos de edificios realizados en Valencia con esta técnica. Esta gran instalación de talleres, de exposición y de oficinas merecerían, al igual que el colegio La Pureza, una reconsideración de sus relaciones espaciales y funcionales con el conjunto de Soternes.

C. Conjuntos residenciales tradicionales: Las 12 casas tradicionales de la manzana 1 son un conjunto habitacional que ya aparece en el plano catastral de Valencia de 1929, vinculado al Cami Vell de Xirivella, casas resilientes al proceso de conformación de la manzana 1 como manzana de ensanche. Las 2 alquerías que flanquean el Cami Vell de la Ermita de San Miguel, Una de las alquerías citadas está situada en medio de uno de los grandes espacios vacantes de Soternes y la otra en un enclave lateral de la parcela del colegio La Pureza. Ambas alquerías deben rehabilitarse, además del propio Cami Vell de la Ermita así como la propia Ermita, todo lo cual debe recuperar su carácter simbólico e identitario para la población residente en Soternes.

D. Edificio cultural: El Museu d´historia de Valencia, aparece en el Plano Catastral de 1929 como depósito de agua de la ciudad (Llopis & perdigón, 2010). Su origen es un proyecto del ingeniero Idelfonso Cerdá, autor del Proyecto de Ensanche de Barcelona en 1860. Se trata de una infraestructura de gran potencia y solidez estructural y formal que en los años 90 fue restaurado como museo. Su acceso desde la calle Valencia de Mislata nunca ha acabado de estar claro y su relación con el barrio de Soternes, es inexistente. El museo se encuentra rehundido de forma tal que sus cubiertas las ocupa un parque del barrio, de manera desordenada y con problemas de accesibilidad. A todo ello hay que añadir la falta de coherencia ambiental y formal del bloque L4, inicio de manzana imposible de completar, por la propia existencia del Museo, que deja a su alrededor traseras incompletas y medianeras vistas (Fig.6).

Fig. 6/ Plano con ubicación de equipamientos (azul), espacios libres (verde) y arbolado

Fuente: Elaboración propia.

5.1.3. Análisis del espacio público

1) Red viaria: El barrio Soternes presenta una trama urbana irregular configurada desde la génesis de unos ejes principales (Carrer Alcàsser y Camí Vell de Xirivella) y unos límites claramente definidos por viarios de red primaria que constituyen barreras físicas por su entidad y carácter de viarios rápidos (Avenida del Cid y Avenida 9 d´Octubre). La calle Alcàsser, debajo de la que discurre la línea del metro (via tren Riba-Roja) es eje regulador del trazado viario del barrio Soternes. A partir de éste se articula el resto en espina de pez. Al Norte de este eje predomina la tipología de manzanas y al sur la de bloques de edificación abierta. El trazado viario prioriza totalmente la circulación rodada frente a la peatonal que discurre fundamentalmente por las aceras. Sólo cabe destacar la peatonalización de los viarios perimetrales junto a los parques de Archena y Jàtova. En general, salvo excepciones, las calles están arboladas aunque cabría destacar que el porcentaje de techo verde podría ser mayor.

2) Transporte público y sistemas de movilidad: El barrio se encuentra relativamente bien comunicado con la ciudad. Dispone de una línea de metro (línea 5 Puerto-Aeropuerto) que discurre por la avenida de Alcàsser (eje estructurante del barrio). Las líneas de autobús, en general, son escasas y no discurren por el interior del barrio, pero si por viarios estructurales que lo delimitan (Avenida del Cid, 9 d´Octubre). Dada la centralidad de la línea de metro y que se trata de un barrio con escasa dimensión los recorridos a estas líneas de transporte público desde el barrio no exceden los 500 o 600 m. Actualmente no hay carril bici en todo el barrio. En la calle Alcacer se permite la circulación de bicis en los carriles de circulación. En la avenida del Cid se tiene previsto la incorporación del carril bici.

3) Accesibilidad y barreras arquitectónicas: Existen problemas de accesibilidad tanto desde el Norte como desde el sur. Al Norte, en la conexión del barrio con el Jardín del Turia, destaca la barrera arquitectónica producida por el desnivel que obliga a grandes recorridos para el acceso. Al Sur cabe señalar la barrera que supone la avenida del Cid por su dimensión y número de carriles de circulación rodada. Este eje viario ha mejorado notablemente con la eliminación en el año 2018 de las pasarelas construidas en 1970. A este eje se ha disminuido la velocidad y se han incorporado semáforos y grandes pasos de cebra.

4) Aparcamientos públicos: Es muy importante acentuar que gran porcentaje de los edificios no tiene aparcamiento. Esto obliga a que se utilicen solares sin edificar como zona de aparcamiento, ocasionando problemas en el aparcamiento de los vecinos del barrio y gran impacto visual en el conjunto. Estos solares constituyen áreas de oportunidad para acciones de mejora sobre este barrio. La deficiente urbanización de las calles con aceras y calzadas estrechas, producen también la circulación y el aparcamiento de vehículos no sólo en las calles, sino en los solares, supone inseguridad e incomodidad para el tránsito peatonal. También conviene apuntar que las aceras presentan bordillos que producen problemas en las circulaciones peatonales.

5) Contaminación acústica: El barrio de Soternes en sus límites Sur y Este y coincidiendo con los viarios estructurales de la Avenida del Cid y Avenida 9 d´Octubre presenta dos frentes de contaminación acústica muy claros debidos al ruido que provoca la circulación rodada, con numerosos carriles de circulación y al tratarse de vías de acceso rápido y de salidas de Valencia en conexión con Autopistas. Sin embargo, en el interior del barrio, sólo la Calle Alcàsser y pequeños tramos de viario superan los 65 dBA. A ello habría que añadir la contaminación acústica producida por el botellón que suele realizarse en fines de semana junto al parque Archena.

6) Espacios libres: Cabe destacar su proximidad al parque de Cabecera, un parque de distrito con una superficie de 165.434 m² que se encuentra en el antiguo cauce del río Turia convertido en Jardín. En este barrio cuenta con zonas ajardinadas, plazas y parques de pequeño tamaño, espacios libres de uso deportivo y vacíos urbanos todavía no consolidados.

Fig. 7/ Parques de barrio en Soternes: (Parque Ciudad de Mislata, Parque Archena; Parque Yàtova)

Fuente: www.valenciaparcsdebarri.es

    Zonas ajardinadas: Las zonas ajardinadas de escasa dimensión, se sitúan, sobre todo, en la zona sudoeste del barrio caracterizada por la trama de bloques de edificación abierta híbrida. Estos espacios, en su mayor parte de geometría triangular regularizan la alineación con el Camí vell de Xirivella. En la zona norte del barrio podemos destacar la plaza Saintero Arniches. Se trata de una zona estancial ajardinada y rbolada sin uso específico ni área infantil

    Zonas de uso deportivo: Recientemente se ha inaugurado una zona deportiva junto a parque calle Yátova. Esta zona incluye pistas de baloncesto e instalaciones deportivas. Se trata de un área poco arbolada y con escasa vegetación pero con un elevado uso.

    Plazas y parques de barrio: El barrio de Soternes dispone de tres parques de barrio que presentan zonas estanciales e instalaciones infantiles (Fig. 7). Son espacios libres de pequeñas dimensiones cercanos al lugar de residencia. Cuentan con un grado de actividad diaria elevado, asociado a las actividades cotidianas que los ciudadanos desarrollan en ellos día a día (llevar niños al colegio, pasear al perro, hacer ejercicio, conversar, etc.). Tienen, por tanto, una gran capacidad de aglutinar actividades sociales de vecindad debido a su inmediatez con la mayor parte de la población urbana por su emplazamiento diseminado por toda la ciudad. La mayoría de estos parques muestra carencias funcionales, ambientales y de diseño, derivados de problemas con origen en los procesos de génesis y formación de los entornos urbanos que los contienen. Son, por tanto, las zonas urbanas hacia las que se debe enfocar la oportunidad de puesta en valor de la red de espacios públicos de pequeña escala. Soternes cuenta con 3 parques que se incluirían dentro de esta categoría:

Plaza Ciudad de Mislata (Actualmente Mencía de Mendoza Vizreina de Valencia): Con una superficie de 4.789 m² este parque dispone de una extensa área multiusos utilizada para diversas actividades del barrio. El colegio Cruz de Mislata emplea este espacio libre como zona de recreo y ejercicio físico. El suelo de este parque es drenante. Destaca la escasez de vegetación y la falta de un área destinada a juegos infantiles. Es un parque utilizado por los paseantes de perros y existe incompatibilidad de usos. Requeriría una mejora funcional y ambiental, de diseño, así como de mantenimiento.

Parque calle Archena: Con una superficie: 2.497 m² el parque se ubica en el interior de una manzana. Se trata de un parque con buena vegetación. La peatonalización de calles colindantes, mejora la accesibilidad y la seguridad en el interior por la protección del tráfico. Dispone de abundante sombra, bancos, y en él se incorpora la terraza de un bar. La zona infantil escasa y mobiliario está envejecido, falta un área de esparcimiento perros. Se aprecia la práctica de botellón nocturno. El parque requeriría una mejora funcional y ambiental, de diseño, así como de mantenimiento.

Parque calle Yàtova: Con una superficie de 2.081 m² se sitúa en el interior de una manzana. Se trata de un parque con buena vegetación que cuenta con viarios peatonalizados sobre los que se sitúa la terraza de un bar. La zona infantil escasa. Requeriría una mejora funcional, de diseño y ambiental, así como, de mantenimiento.

7) Valoración de los usuarios barrio Soternes: Es importante conocer la percepción de la ciudadanía acerca de los aspectos positivos y negativos que valoran en el barrio en el que viven. Para ello, se han recogido datos obtenidos de la web www.valenciaparcsdebarri.es acerca de la opinión de la ciudadanía sobre los parques que tiene el barrio. Por su parte, se ha contactado con asociaciones vecinales y se han completado estos datos con entrevistas semi-estructuradas a ciudadanas y ciudadanos del barrio. Para las entrevistas realizadas en junio de 2021 se han seleccionado ciudadanos/as que viven un mínimo de 20 años en el barrio. En la tabla (Fig. 8) se incluyen únicamente aquellos aspectos en los que los 4 entrevistados coinciden:

Barrio relativamente bien comunicado a través del transporte público con Valencia.

Destacan muy positívamente la línea de metro, sin embargo se echa de menos la incorporación de líneas de bus por el interior del barrio.

Uno de los mayores problemas que presenta el barrio es la escasez de aparcamiento para residentes, propiciado porque gran proporción de los edificios de viviendas no se proyectaron con aparcamientos. Destacan las bolsas de aparcamientos en solares vacantes como un remedio provisional que ocasiona problemas de accesibilidad y de impacto visual.

No existe carril bici en el barrio, únicamente se puede circular en bici a través de un carril de coexistencia con vehículos en la calle Alcàsser.

Las calles, en general, están bastante arboladas.

El barrio depende para muchos servicios del los barrios colindantes y del pueblo de Mislata. Los supermercados comercios, bancos etc, dependen de Mislata. El centro de salud, no está situado en el barrio de Soternes, tienen que ir andando 10 o 16 min hasta el barrio de Nou Moles

No disponen de colegio público en el barrio, sólo un concertado. El colegio más próximo se sitúa en el bajo de un edificio de Mislata utilizando e¡un parque de Soternes para zona deportiva y de recreo.

Se valora positívamente la existencia de parques y su proximidad, sin embargo echan de menos que hayan zonas específicas para perros y destacan que el parque Archena se produce botellón propiciado por la reciente apertura de un supermercado.

A pesar de la proximidad del barrio con el Jardín del Turia se detectan problemas de accesibilidad producidos por desniveles y barreras arquitectónicas.

Se valora positívamente el cambio de carácter de la avenida del Cid, y la mejora introducida con la eliminación de las pasarelas peatonales, la disminución de la velocidad en la vía y la incorporación de semáforos y grandes pasos de cebra.

Se valora positívamente la reciente incorporación al barrio de una zona deportiva junto al parque Yàtova que es muy utilizada por niños y gente joven.

Fig. 8/ Tabla valoración usuarios barrio Soternes

Fuente: Elaboración propia

5.2. Fase 2: Diagnóstico del Barrio de Soternes. DAFO (Debilidades, Alarmas, Fortalezas, Oportunidades).

Con toda la información obtenida en la Fase 1 de análisis se procede a establecer un diagnóstico (Fig. 9) que sirva de punto de partida para proponer estrategias de actuación.

Debilidades

La población de Soternes no se identifica con sus edificios más relevantes.

El colegio público (el Santa Cruz), está instalado en los bajos de un edificio y no dispone de patio para
recreo y ejercicios de educación física.

Las dos alquerías situadas en el Cami Vell de la Ermita de San Miguel de Soternes se encuentran en estado de ruina.

La propia Ermita de San Miguel de Soternes, enclavada en el vecino barrio de La Fontsanta, se encuentra también en estado de ruina.

El Museu d´Historia de Valencia no está integrado al barrio de Soternes.

En el Sector 2 existe un gran espacio vacante utilizado normalmente como aparcamiento irregular de vehículos que ofrece un impacto visual, paisajístico y funcional muy negativo.

La Manzana 1 no integra las 12 casas tradicionales existentes, ni ha conseguido hasta el momento, rematar en su interior el final de la calle Archena.

Los edificios públicos no han abordado un plan de mejora de su eficiencia energética y de reducción de emisiones de CO2

Interferencia negativa de la infraestructura viaria por contaminación, emisiones y ruidos

Falta de estacionamiento de vehículos para residentes

Baja calidad en edificación de más de 30 años desde su construcción

Degradación y abandono de espacios vacantes

Bajo nivel y falta de actividad comercial y de servicios

Falta de equipamientos educativos, sanitarios, culturales, deportivos y sociales

No dispone de carril bici

Los parques infantiles requieren mejoras

No existen áreas de esparcimiento de perros

Existe una dependencia en cuanto a los equipamientos y comercios de los barrios colindantes

El techo verde y suelo verde es escaso

Alarmas

Dificultad en la aplicación de estrategias para la mejora del estacionamiento

Dificultades para ordenar la movilidad

Problemas de adecuación a afecciones debidas al cambio climático

Degradación espacios públicos

Degradación y abandono del Museu d´Historia de Valencia

Degradación, envejecimiento de población

Fortalezas

Buena posición urbana en una ciudad y un Área Metropolitana

Existencia de equipamientos escolares y deportivos con posibilidades para su integración

Posee estación de metro, conector con Valencia, su Área Metropolitana

Potencial de regeneración y rehabilitación en equipamientos sostenibles

12 casas y 2 alquerías con potencial de recuperación y uso comunitario

Tejidos urbanos con potencial de regeneración urbana

Posee una red con potencial de mejora en itinerarios de interés cultural, turístico y deportivo

Potencial de rehabilitación de la edificación tradicional

Dispone de espacios libres parques y jardines bien ubicados

La cercanía al parque de Cabecera y el Jardín del Turia

Oportunidades

Desarrollar el potencial cultural y deportivo de los residentes en el barrio

Promover la vida saludable de los residentes en el barrio

Promover la atención sanitaria en el propio barrio

Mejorar los centros educativos

Facilidad para implementar mejoras urbanas y ambientales, de la vegetación y el arbolado

Facilidades para implementar procesos de información, digitalización y control de la iluminación

Atractivo para el comercio y los servicios

Atractivo para atracción de personas de 3ª edad

Facilidad para mejoras del hábitat residencial

Facilidad para implantación de red territorial de itinerarios

Fig. 9/ Tabla Diagnóstico barrio Soternes

Fuente: Elaboración propia

5.3. Fase 3: Estrategias de actuación: Objetivos generales y específicos

En base al análisis realizado sobre la unidad del barrio Soternes se establecen cuatro objetivos generales de actuación que se reflejan en las tablas presentadas a continuación (Fig. 10) (Fig. 11) (Fig. 12). Partiendo de estos objetivos se desarrollan una serie de estrategias a implementar en el barrio alineadas con ODS. En la tabla se incluyen todos los ODS, que de una forma directa o indirecta pueden estar relacionados y afectados por los objetivos y estrategias aplicadas en el barrio.

Objetivo general 1

Mejora de la eficiencia energética en edificios públicos y privados, generando un entorno más sostenible, menos contaminante y autónomo en la gestión energética de los residuos

ODS en los que actúa

ODS 1: Fin de la pobreza; ODS 3: Salud y bienestar; ODS 7: Energía sostenible y no contaminante; ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles; ODS 12: Producción y consumo responsables; ODS 13: Acción por el clima

Objetivo específico 1.1

Actualizar el parque edificado residencial, adaptándolo a las nuevas necesidades de demanda energética

Linea de actuación 1.1.1.

Fomentar la rehabilitación del parque edificado residencial y terciario en base a las nuevas necesidades de demanda energética mediante la reducción en las tasas municipales

Situación actual

En 2016 el Ministerio de Hacienda propuso rebajar el Impuesto de Bienes Inmuebles hasta en un 20% para aquellas viviendas más eficientes. El objetivo de esta medida es la de incentivar la rehabilitación energética de edificios residenciales. Según la Calificación energética la reducción puede hacerse del siguiente modo: Calificación A: hasta un 20%; Calificación B: hasta un 16%; Calificación C: hasta un 12%; Calificación D: hasta un 4%.

Materialización de
la actuación

Incentivar la rehabilitación energética de los edificios con bonificaciones fiscales como la rebaja del IBI.

Linea de actuación 1.1.2.

Fomentar la rehabilitación del parque edificado residencial y terciario mediante la información y el asesoramiento al ciudadano

Situación actual

El parque edificado de Soternes presenta deficiencias energéticas debido a la obsolescencia de sus edificios, a las instalaciones poco eficientes, y a un uso de energías renovables deficiente, Esto aumenta el riesgo de pobreza energética, al tiempo que hace más dependiente y contaminante al barrio.

Materialización de
la actuación

Emprender mejoras en los propios edificios municipales y su posterior publicidad. - Asesorar a los vecinos en las ayudas comunitarias y locales disponibles actualmente para fomentar la rehabilitación energética.

Objetivo específico 1.2.

Aumentar y fomentar el uso de energías renovables en los edificios

Linea de actuación 1.2.1.

Impulsar una auditoría energética en edificios públicos para abordar la instalación de energías renovables

Situación actual

Los edificios públicos de Soternes presentan un elevado potencial de mejora en su eficiencia energética. Como hemos visto en el punto anterior, la mejora de la envolvente térmica puede haber sido ya resuelta. En estos casos, la implementación de fuentes de energía renovables es el siguiente paso lógico en la mejora global de los edificios.

Materialización de
la actuación

Incentivar la rehabilitación energética de los edificios con bonificaciones fiscales como la rebaja del IBI.

Linea de actuación 1.2.2.

Fomentar la rehabilitación del parque edificado residencial y terciario mediante la información y el asesoramiento al ciudadano

Situación actual

El parque edificado de Soternes, presenta deficiencias energéticas debido a la obsolescencia de sus edificios, a las instalaciones poco eficientes, y a un uso de energías renovables deficiente, Esto aumenta el riesgo de pobreza energética, al tiempo que hace más dependiente y contaminante al barrio.

Materialización de
la actuación

Elaborar una auditoría energética cuyo objetivo sea determinar qué energías renovables resultarían las más beneficiosas para el barrio en relación a: Reducción de emisiones de CO2; Reducción de consumos de energía; Periodos de retorno de la inversión; Impactos en la economía local.

Fig. 10/ Tabla Estrategias de actuación. Objetivo General 1

Fuente: Elaboración propia

Objetivo general 2

Generar espacios urbanísticos agradables, eficaces, inclusivos y adaptados a las necesidades reales de la población de Soternes. Aumentar el arbolado. Mejora en la Gestión de Residuos Urbanos

ODS en los que actúa

ODS 3: Salud y bienestar; ODS 9: Industria innovación e infraestructuras; ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles; ODS 12: Producción y consumo responsables

Objetivo específico 2.1

Aumentar la masa arbórea en la estructura verde de calles y plazas

Linea de actuación 2.1.1.

Mejorar los parques urbanos de Soternes

Situación actual

Actualmente Soternes cuenta con varios parques en su núcleo urbano que cubre la demanda ciudadana en términos de superficie. Sin embargo, su relación con el resto de componentes urbanos, su ordenación interna y la adecuación energética y de tratamiento de residuos, son muy deficientes.

Materialización de
la actuación

Estudiar la mejora de los parques urbanos de Soternes de modo que, se mejore el arbolado, se incluyan áreas de esparcimiento y de juegos adecuado, se resuelvan las incompatibilidades de uso, y se mejore el diseño en términos formales, funcionales y ambientales.

Objetivo específico 2.2.

Promover estrategias de vegetación en cubiertas, muros verdes y plantaciones domésticas en balcones

Linea de actuación 2.2.1.

Ejecutar distintas medidas para aumentar la vegetación en cubiertas, muros verdes y plantaciones domésticas en balcones

Situación actual

Soternes posee un conjunto de espacios edificados y públicos con poca presencia de vegetación, tanto en sus calles, como en fachadas, cubiertas o interiores de manzana. Las calles estrechas están completamente pavimentadas y sin vegetación. Este hecho propicia a la generación de islas urbanas de calor. La estrategia medioambiental inmediata es la de vegetar el espacio urbano.

Materialización de
la actuación

Redactar una ordenanza que facilite y promueva la proliferación de vegetación en el ámbito urbano. La medida debe garantizar el estudio paisajístico en los casos que se persigan mejorar. Fomentar las cubiertas vegetales ya sean de uso semi-intensivo o extensivo, que no requieran de un excesivo aumento de carga estructural. Promover las fachadas verdes en puntos estratégicos del entorno urbano como acciones municipales ejemplarizantes o activar la presencia de plantas en los balcones. La ordenanza recomendará las especies vegetales más adecuadas al clima de Valencia y que menos recursos hídricos necesiten. Además debe establecer en qué medida mejorará la biodiversidad urbana.

Objetivo específico 2.3.

Impulsar la plantación de árboles de mayor porte en espacios urbanos estratégicos.

Linea de actuación 2.3.1.

Adecuar el mayor número posible de espacios urbanos con algún árbol de porte mediano

Situación actual

Las plazas y espacios de remanso son escasos. Actualmente algunos espacios de Soternes están vacantes y se dedican al estacionamiento de vehículos privados. Advertimos, por tanto, un potencial de mejora mediante la presente línea de actuación.

Materialización de
la actuación

Localizar los espacios para plantar árboles de mediano porte con la capacidad de dar oxígeno al espacio urbano construido. Como segundo paso, ejecutar los alcorques actualmente existentes con la suficiente tierra para la especie seleccionada, de acuerdo con el espacio disponible.

Objetivo específico 2.4.

Conectar una estructura verde con el conjunto de Soternes y con las rutas hacia el entorno de L´Olivereta y el resto de distritos de Valencia

Linea de actuación 2.3.1.

Dotar de continuidad verde al entorno urbano de Soternes con la nueva estructura verde urbana, fruto de las líneas de actuación 2.1.1 y 2.2.1

Situación actual

La masa verde es escasa, no posee una estructura que permita su continuidad y se rompe de forma abrupta en sus límites, con lo que apenas tiene continuidad. Se debe conseguir la percepción de un entorno natural, rico y bio-diverso.

Materialización de
la actuación

Establecer una red de conectores verdes urbanos. Mejorar los ejes de conectores existentes entre los sistemas ecológicos interiores y exteriores a Soternes.

Objetivo específico 2.5.

Mejora de la recogida de residuos urbanos

Linea de actuación 2.5.1.

Garantizar un sistema de recogidas puerta a puerta selectiva sostenible

Situación actual

Actualmente el barrio dispone de distintos puntos de contenedores urbanos para el depósito de residuos urbanos, al que se añade un servicio de limpieza municipal que está bien dotado de personal y con una buena gestión en la limpieza de sus calles.

Materialización de
la actuación

“Implantar un sistema de recogida puerta a puerta en días alternados, en la misma puerta de los edificios, tratando de retirar al máximo posible los contenedores de fracciones en la vía pública. La separación por tanto se hace con código de colores establecido. Este sistema mejora de forma indirecta, la calidad del espacio público y su mantenimiento.“

Fig. 11/ Tabla Estrategias de actuación. Objetivo General 2

Fuente: Elaboración propia

Objetivo general 3

Mejoras de la movilidad y para la accesibilidad universal en los espacios públicos, los edificios públicos y la edificación, tanto residencial como de servicios y comercio

ODS en los que actúa

ODS 3: Salud y bienestar; ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico; ODS 9: Industria Innovación e Infraestructuras; ODS 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles

Objetivo específico 3.1

Mejora de la accesibilidad en edificios y espacios públicos del barrio

Linea de actuación 3.1.1.

Elaborar un estudio de mejora de la accesibilidad en los edificios públicos y en algunas de las calles de Soternes, especialmente en las manzanas de ensanche en la zona norte

Situación actual

Actualmente el edificio del Museu d´Historia de Valencia, así como las calles y espacios públicos de Soternes, presentan una mala respuesta a los problemas de accesibilidad universal

Materialización de
la actuación

Desarrollar un estudio en los edificios y espacios públicos de Soternes, para evaluar en qué grado se puede ampliar el acceso universal a todas las personas, sea cual sea su grado de discapacidad. El estudio debe evaluar en qué grado se encuentra cada uno de los edificios y espacios públicos, en sus recorridos accesibles desde el entorno urbano hasta el interior de los espacios habitables o estanciales públicos.

Objetivo específico 3.2.

Favorecer los desplazamientos accesibles de motorización eléctrica con fuentes de energía renovables

Linea de actuación 3.2.1.

Dotar de vehículos eléctricos domésticos a los ciudadanos con mayor nivel de dependencia

Situación actual

El tránsito peatonal para los ciudadanos más necesitados de ayuda física, no está resuelto en Soternes. Este problema tiene como consecuencia la pérdida de calidad de vida, especialmente para personas mayores residentes en el barrio. La merma en la movilidad y la libertad de tránsito perjudica la percepción de un entorno urbano amable con el paso del tiempo.

Materialización de
la actuación

Equipar con patinetes eléctricos y sillas motorizadas a la población que más lo necesite. Se trata de un sistema de gastos compartidos con el Ayuntamiento, quien adquiere estos vehículos y los cede en uso a los solicitantes. Se debe complementar con una asistencia en el mantenimiento y carga eléctrica de los vehículos a través de fuentes de energías renovables.


Objetivo general 4

Mejora de la dotación pública de Soternes

ODS en los que actúa

ODS 3: Salud y bienestar; ODS 9: Industria innovación e infraestructuras; ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles

Objetivo específico 4.1

Mejora de la dotación educativa

Linea de actuación 4.1.1.

Ejecutar mejoras de integración en el barrio del colegio La Pureza, especialmente en los muros y vallas perimetrales, así como accesos, que deberían extenderse a aulas, espacios de juego, espacios administrativos y de atención a los padres

Situación actual

El colegio La Pureza, como edificio y espacios de juego debería poder ser utilizado por los vecinos en días de fiesta, periodos vacacionales y fines de semana.

Materialización de
la actuación

Redactar un proyecto de rehabilitación del colegio La Pureza, que sirva para reparar sus deficiencias constructivas y de instalaciones y proceder a la realización de las obras correspondientes para que sus instalaciones se integren en las actividades deportivas y de recreo de los niños del barrio de Soternes.

Linea de actuación 4.1.2.

Construcción de un nuevo colegio de Santa Cruz, que en la actualidad no tiene los requisitos mínimos de aulas, espacios de administración y servicios y patios de recreo

Situación actual

Como señalan los análisis de la situación escolar de Soternes, las previsiones para la atención de la población escolar se materializan en un déficit de 6 aulas de educación infantil y 12 aulas de educación primaria.

Materialización de
la actuación

Incluir en los programas de inversiones de de la Consellería de Educación, Cultura y Deporte la ejecución de un nuevo colegio de enseñanza infantil y primaria (6+12) para el barrio de Soternes.

Objetivo específico 4.2.

Mejorar la dotación deportiva de Soternes, cuyas canchas deportivas públicas se ven en este momento saturadas

Linea de actuación 4.2.1.

Se trata de completar las instalaciones deportivas de Soternes, con el fin de asistir a los deportistas locales para su preparación física adecuada a los estándares y reglamentos de las competiciones atléticas y de juegos por equipos, mejorando al mismo tiempo el grado de socialización barrial

Situación actual

La preparación de los deportistas de Soternes para competiciones deportivas, requieren instalaciones adecuadas que eviten la aglomeración actual de deportistas. .

Materialización de
la actuación

Ampliar las pistas deportivas actuales con otras nuevas y mejorar la ambientación de las instalaciones con arbolado de sombra, espacios para espectadores y vestuarios adecuados.

Objetivo específico 4.3.

Mejora de la dotación social

Linea de actuación 4.3.1.

Dotar a Soternes de un centro social para la 3ª edad

Situación actual

La carencia en Soternes de un centro social para la 3ª edad, hace imposible la atención a este numeroso grupo social para su desarrollo psicológico, social, cultural y físico, por lo que deberá cubrirse esta falta de equipamiento local.

Materialización de
la actuación

Construcción de un centro social para la atención de personas de 3ª edad, con los requisitos de personal especializado, administración, mantenimiento y dirección del centro.

Fig. 12/ Tabla Estrategias de actuación. Objetivos Generales 3 y 4

Fuente: Elaboración propia

6. Resultados

Del estudio desarrollado sobre un barrio en Valencia, se derivan una serie de resultados y estrategias, muchas de las cuales, serían extrapolables a otros barrios de las periferias consolidadas de las grandes ciudades y que pueden considerarse líneas generales de actuación que servirían de base para el cumplimiento de numerosos ODS.

Entre ellas podemos destacar aquellas que se centran en la intervención sobre el conjunto edificado:

También conviene resaltar las estrategias de naturalización aumentando la vegetación y la masa arbórea:

En la línea de mejora de la calidad ambiental y de la gestión de residuos cabría señalar:

Por su parte adquieren gran relevancia los temas de movilidad y accesibilidad:

En cuanto a los equipamientos y dotaciones públicas, habría que considerar:

Así también en las tablas de acciones, se avanzan propuestas de cómo pueden llevarse a cabo estas actuaciones. En algunos casos implicarían, a entidades como ayuntamientos, consellerías, o asociaciones vecinales, entre otros, para la modificación o inclusión de nuevas ordenanzas, de incentivos fiscales, organizaciones de reuniones explicativas, etc.

7. Conclusiones

Según se deriva de la Agenda Urbana Española, tal y como han apuntado diversos autores, (Higueras, 2015) (Fariña-Tojo, 2019) los nuevos planteamientos urbanos se enfocan, sobre todo, hacia ciudades saludables y sostenibles que se sumen a la lucha contra el cambio climático (Verdaguer, C. & Fariña, J. & Luxán, M. & otros, 2015): “Buena parte de las recomendaciones y criterios razonables para hacer frente al cambio climático, son también de utilidad para avanzar hacia un desarrollo sostenible”.

Por su parte, la reflexión en torno a la crisis sanitaria que estamos viviendo refuerza, más si cabe, enfoques dirigidos hacia la ciudad saludable. Los espacios verdes urbanos se pueden convertir en herramientas estructurales, para mejorar la habitabilidad de la ciudad, no sólo en el espacio público, las cubiertas planas de muchos de los edificios también podrían pasar a ser espacios ajardinados, sobre todo en climas mediterráneos como Valencia.

L´Ajuntament de València y AUMSA, han publicado recientemente (2020) la “Guía de diseño para la transformación sostenible del espacio público”. En este documento, planteado como una herramienta de apoyo para la intervención en el espacio público, se incide, sobre todo, en la humanización de las calles a través de la naturalización, de la movilidad saludable y la inclusión. Todos estos aspectos se centran en la ciudad en su conjunto y el espacio público como lugar de intervención.

Sin embargo, la ciudad como marco, en determinados casos, puede ser poco operativa. Y la intervención en el espacio público de las ciudades no sería suficiente sin incluir el tejido edificado. Es por ello que, partiendo del marco que supone la ciudad para la aplicación de objetivos y metas incluidos en los ODS, en el artículo se ha expuesto el valor del barrio como unidad operativa para la consecución de estos objetivos. El barrio permite los desplazamientos a pie, los comercios de proximidad, las relaciones sociales en los parques y espacios públicos, el acceso y uso de dotaciones como colegios, centros sociales, centros de salud, etc que garantizan el desarrollo vital de los ciudadanos. Su autonomía formal y funcional, así como, su escala, son adecuadas para estudiar y valorar los comportamientos humanos cotidianos, las necesidades y los problemas de la ciudadanía, aspectos que se sitúan en la base de numerosos ODS.

En segundo lugar, se señala la importancia que en el momento actual adquieren las periferias consolidadas de las ciudades españolas como entornos en los que debería fijarse la atención para las acciones prioritarias. Se trata de áreas de gran extensión, dominadas, en gran parte, por edificación abierta o híbrida, en las que habitan dos terceras partes de la población de las grandes ciudades españolas. Además, con el paso del tiempo transcurrido desde su construcción se encuentran, en muchos casos, en situación de obsolescencia funcional, formal, o energética.

El barrio de Soternes, en la periferia consolidada de Valencia, sirve de ejemplo para exponer un método de análisis-propositivo que muestra cómo el estudio de la forma urbana desde distintas variables permite el establecimiento de estrategias de mejora que inciden en gran parte de los ODS. Finalmente, cabría señalar la importancia de la investigación aplicada centrada en estudios de casos, que pueden ser extrapolables y que permitan establecer vías útiles para la regeneración urbana,

8. Bibliografía

Ajuntament de València & Aumsa (2020): Guía de diseño para la transformación sostenible. Valencia. https://www.valencia.es/documents/20142/9619718/20201229+GU%C3%8DA+DE+DISE%C3%91O+PARA+LA+TRANSF+SOST+ESPACIO+P%C3%9ABLICO+1.pdf/188160bd-ed2b-5ffe-460d-e2e5b96c8f5b?t=1614235062281

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1 Entre ellos: Geoportal de Valencia, Páginas estadísticas de L´Ajuntament de València, Google Maps, etc.

2 Datos obtenidos de un estudio en base al origen y emplazamiento de los distritos de estas ciudades con datos obtenidos del INE 2020 y del censo 2020